RALLYE OURENSE-OURENSE TERMAL

La coincidencia de fechas del rallye de Orense con el de Italia-Cerdeña del mundial, las World Series by Renault en Hungaroring y los últimos días de periodo de inscripción para la próxima subida a Santo Emiliano, hacían que nos viésemos obligados a cancelar el inicialmente previsto viaje a la quinta prueba del nacional para poder atender debidamente el trabajo relacionado con todos los clientes implicados en tantos frentes a la vez. Una lástima porque nos privaba de volver a encontrarnos con nuestros buenos amigos gallegos y compartir con ellos no sólo el rallye sino, especialmente, esa ya clásica larga cena-tertulia en el Hostal Cid que, un año más, iba a ser nuestra base de operaciones en el rallye de la habitualmente calurosa ciudad termal. Al menos, a base de teléfono, ‘whatsapp’ y email, nos manteníamos en contacto con los que se iban a convertir en nuestros ‘ojos y oídos’ en el rallye. Y, por tanto, es gracias a las informaciones que nos hacía llegar ‘Chapi’ y las fotos de Iago y Antonio Barrero, que nos ha sido posible realizar este reportaje, en el que más que contar el rallye voy a procurar hablar (o, mejor dicho, escribir) sobre lo que su desarrollo, desenlace y resultado me sugiere en relación a varios temas, divididos, como ya viene siendo habitual desde hace tiempo, en diferentes apartados para hacer más ‘digerible’ sus, finalmente, seis páginas de Word en ‘Verdana 10’.

UN ORENSE DE CLIMA ATÍPICO

La segunda cita gallega del nacional de asfalto llevaba a los participantes al habitualmente tórrido por estas fechas Orense. Pero la inestable primavera que nos ha traído el 2015 decidía cambiar el clásico clima caluroso y de pleno verano del rallye orensano por uno disputado bajo temperaturas mucho más benignas (y hasta frías por momentos), acompañadas de algún que otro chaparrón de esos que complican la vida a todos, desde los espectadores desprevenidos, que no esperan la llegada del agua en unos tramos donde siempre se han tostado bajo al sol, a los pilotos y equipos que no saben bien que ruedas montar para un terreno que se seca tan deprisa como se moja en cuanto deja de caer agua de las nubes. Y tal vez fuese esa incertidumbre climatológica la mayor que tuvo una prueba que, en el apartado deportivo, se decidió demasiado pronto. Toda una lástima justo en el rallye que se presentaba como más igualado en la lucha por la victoria de lo que va de temporada.

EL RALLYE APENAS SI RESISTIÓ UN CAÑONAZO

Después del prólogo del viernes, con el habitual tramo espectáculo del polígono de ‘San Cibrao’ (con la novedad que presentaba ver en acción al espectacular camión de carreras de Antonio Albacete), las ‘cosas serias’ empezaban el sábado con un primer bucle de ‘aupa’, formado por dos clásicos del rallye orensano: ‘Cañón do Sil’ y ‘San Pedro de Rocas’. Cerca de 60 kilómetros (con reparto casi equitativo de la distancia entre ambos tramos) a los que enfrentarse ‘en frío’ y que debían servir para empezar a ver cual podría ser la tónica de lo mucho que aun quedaría de rallye durante el resto de la jornada. Lo malo es que no sólo hacían eso… ¡sino que bastaban y sobraban para dejarlo todo decidido en lo que respecta a la lucha por la victoria!

En ‘el Cañón’, Burgo era el más rápido, batiendo por casi nueve segundos a Vallejo y por más de once a Ares… pero la mecánica de su Porsche lo pagaba caro. En el enlace posterior cedía una rótula y el lucense se veía obligado a abandonar antes de tomar la salida en la siguiente especial. El duelo a tres perdía a uno de sus protagonistas… y la pelea entre los dos restantes apenas si duraba unos kilómetros más. Ya en pleno San Pedro de Rocas, Vallejo notaba algo raro en el comportamiento de su coche, pensaba que había pinchado, se detenía a cambiar la rueda… ¡y lo que se encontraba era peor aun! Algo estaba cediendo en la suspensión, y ello le obligaba a una reparación de emergencia en la que se le iban cinco largos e interminables minutos. Una eternidad que le enterraba en el puesto diecinueve de la general, condenándole a una remontada imposible en busca de esa victoria que este año se le sigue resistiendo.

El scratch, y el liderato, eran para Iván Ares, con el único de los Porsche que superaba indemne el duro primer bucle. Un logro que tenía como premio quedarse totalmente solo en cabeza, con casi un minuto de ventaja sobre Cristian García, que pasaba a ocupar la segunda plaza con su EVO X R4. Por mucho que los cielos estuviesen impropiamente encapotados para Orense en esta época del año, y aunque las nubes acabasen soltando su carga en más de una ocasión a lo largo de lo que quedaba de rallye, la suerte estaba echada salvo problema mecánico o fallo del piloto de Cambre. Y como ni una cosa ni otra sucedían, mientras que, en cambio, el que si fallaba, en forma de toque que dañaba la trasera de su Mitsubishi, era su perseguidor, el triunfo de Ares acaba siendo más que incontestable. Nada menos que tres minutos cuarenta y cinco segundos de diferencia a favor de Iván sobre el siguiente de la general cuando, horas después de ese devastador primer bucle que lo había dejado todo resuelto, se completaba el segundo paso por el corto tramo espectáculo de ‘San Cibrao’.

Que esa segunda plaza acabase finalmente en poder de Vallejo, no deja ser tanto incuestionable mérito de la fé y el pundonor del de Meira, que no se rindió pese al infortunio, atacó sin parar y se llevó la mayoría de los scratchs, como del enorme abismo que hay en el nacional del 2015 entre los Porsche y el resto. Remontar cinco minutos en siete tramos no debería de ser posible a poco que hubiese una mínima ‘clase media’ en el campeonato… pero la realidad es que detrás del cuarteto de Porsches (trío en Orense) y de los dos o tres R4’s de turno (uno sólo en el rallye de la ciudad de termal) que les siguen a distancia prudencial pero no les inquietan, simple y llanamente no hay ‘nadie’ en lo que respecta a tener una mínima opción de pelear por la victoria, como bien atestigua el resultado conseguido por los Suzuki, los mejores del resto… pero con el primero de ellos (Fuster ¡cuarto con el modelo ‘viejo’ que suele usar Cañizares!) a más de cuatro minutos y medio del ganador.

¿LA PRIMERA DE MUCHAS?

La victoria de Iván Ares en Orense, un triunfo que entraba dentro de lo posible ya en el Rías, a la vista de sus prestaciones desde que se inició de la temporada, es la primera en el campeonato de España para el joven piloto gallego y supone una nueva oportunidad para que casi todos en el mundillo de los rallyes nacionales acaben (acabemos) hablando de un tema que ya es recurrente desde hace ni recuerdo cuantos años, el del ‘relevo’. Un asunto que sale a relucir de forma especial siempre que hay un ganador ‘nuevo’ en nuestro máximo certamen de rallyes. Y el caso es que en las últimas tres temporadas ha habido ya unos cuantos. Concretamente cuatro, tres en el 2013 (Víctor Senra en Llanes, Surhayén Pernía en el Sierra Morena y José Antonio Suárez en Madrid), y uno en el 2014 (Enrique Cruz en Canarias). El problema es que esos triunfos, por diferentes razones, no tuvieron continuidad y, ahora mismo, parece harto improbable que cualquiera de los cuatro repita victoria en un rallye del campeonato de España. De hecho, sólo uno de ellos, el gallego Senra, sigue en el certamen, pero al volante de un R2 y, lógicamente, sin opciones reales de pelear por el triunfo absoluto.

De los otros tres, el canario Cruz sigue demostrando su rapidez en las islas, pero parece complicado que salga de allí, el cántabro Pernía está en casa, sin presupuesto para seguir después de un año 2014 que debía ser el de su confirmación y se convirtió, entre errores propios y problemas mecánicos, en todo un calvario, y al que mejor le van las cosas es al asturiano Suárez. Eso si, para mantener ‘viva’ su carrera, ‘Cohete’ no ha tenido otra opción que olvidarse del mundial, dar un par de pasos atrás (porque eso es tener que competir ahora en un monomarca nacional, aunque sea del potente certamen galo), tener la fortuna de que Carlos Sainz haya decidido ayudarle a través de Peugeot y empezar por donde arrancan las carreras de los futuros Loeb, Ogier y compañía: en una copa fuerte, seguida de cerca por una marca y una federación con visión de futuro y proyectos a largo plazo para los pilotos que destaquen de verdad. Pero como de eso no tenemos nada en España, lo que les suele ocurrir a los pocos que consiguen romper el monopolio de los ilustres veteranos que llevan dominando nuestro nacional durante casi un par de décadas, es que pronto se queda en nada el impulso de ese primer triunfo absoluto o esas victorias en unas copas pensadas más como un fin (poder competir ¡y gracias!) que como un medio de progresar.

Por todo ello, está por ver si el merecido primer triunfo de Iván Ares en el nacional de asfalto vendrá acompañado de más. Diría que probablemente si… al menos este año… luego ¡ya veremos! Más que nada porque tal y como está el campeonato del 2015, la victoria en cada rallye es cosa de tres o cuatro (aunque hasta ahora sólo han ganado dos) y, además, en Ferrol estrenará el de Cambre su nuevo Porsche 2010 con el que, en teoría al menos, contará ya con esa igualdad mecánica que siempre suele ser la base para que sean las manos las que marquen la diferencia. Luego, evidentemente, aun habrá multitud de factores a tener en cuenta, desde el mayor o menor presupuesto de unos y otros para montar ruedas nuevas o tener más o menos evolucionadas sus monturas, hasta la mayor o menor experiencia y/o conocimiento del terreno de cada cual, pasando por los inevitables vaivenes a los que se pueden ver sometidos los rallyes por las decisiones de la siempre caprichosa Diosa Fortuna.

Y es que, en realidad, la igualdad absoluta en el automovilismo (como en todos los órdenes de la vida, por mucho que siga habiendo idealistas que aun la crean posible) es una utopía hasta en los monomarcas, disputados, se supone, con coches absolutamente iguales. Por ello, cuando se buscan nuevos valores (si es que alguien los busca en nuestro país, ¡que esa es otra historia!) la clave debería estar en tenerlo claro, aceptarlo, entenderlo y ser capaz de discernir los méritos más allá de los fríos números que ofrecen los resultados. De eso modo, no debería ser decisivo para su futuro que Ares (o Senra, Pernía, Suárez, Cruz o cualquiera de los ya olvidados vencedores de las copas de ‘promoción’ de la última década) ganase más o menos rallyes o campeonatos. Al fin y al cabo, si hablamos de buscar el siguiente Sainz o Sordo, desde que este último ganase el título del 2005, de nada les ha valido a los Solá, Ojeda, Hevia, Monzón, Vallejo o Fuster (por no mencionar más que a los campeones absolutos desde el 2006) acumular victorias y campeonatos nacionales. Cada invierno, hubiesen ganado el título o no, les tocaba volver a ‘hacer despachos’ para tratar de continuar un año más en el nacional. Qué, siendo realistas, es a lo máximo (¡y ya es bastante, tal y como están los tiempos!) a lo que se puede aspirar desde hace mucho en los rallyes españoles. En ese sentido, tal vez Ares, si sigue con un planteamiento realista y no comete errores, pueda ser la avanzadilla de ese relevo en el que también parece poder estar Cristian García y que, aunque sólo sea por el inevitable e inexorable paso del tiempo, ha de llegar, antes o después, a la parte alta de las clasificaciones en los rallyes del Campeonato de España. Lo otro, lo de conseguir que de nuestros tramos surja el siguiente Ogier (o el próximo Dani Sordo, que su carrera es fantástica por mucho que no vaya a ser campeón del mundo) ya es mucho más complicado y, me temo, está ahora mismo demasiado lejos para cualquiera de los protagonistas del nacional de asfalto.

FUSTER SIGUE LÍDER

En el reportaje del Rías comentábamos que la anunciada ausencia de Fuster en Orense, unida a una posible victoria de Ares, haría que el liderato del nacional cambiase de manos, aunque fuese en puntos totales y, por tanto, de forma más virtual que real. Pero el posterior anuncio de que el levantino iba a ser, después de todo, de la partida, aunque fuese al volante del tercer Suzuki oficial en lugar del Porsche 2010 de RMC, significaba que el portador del número 1 lo iba a defender de un modo inesperado pero que, a la postre, acabaría resultando de lo más eficaz.

Al volante del Swift S1600 que habitualmente utiliza (con tan escaso rendimiento a nivel de resultados deportivos) el exfutbolista Santi Cañizares, el papel de Fuster en Orense era claro, salir a divertirse, sin presión alguna, y sumar unos puntos que ¿quién sabe? igual pudiesen venirle bien más adelante en caso de algún traspiés en futuros rallyes. Un plan que acababa dando un rendimiento más que óptimo para Miguel, que ganaba tanto en dos ruedas motrices (lo cual ya era toda una sorpresa, habida cuenta de la presencia de los otros dos Swifts oficiales en manos de Hevia y Antxústegui) como en la copa FIA (el Suzuki 'viejo' sigue siendo un S1600 'auténtico') y, lo que era aun más sorprendente (y más rentable para él en términos de puntos sumados), acababa cuarto scratch, a un paso de subir al podio absoluto, del que apenas le separaba medio minuto a final del rallye.

El fantástico resultado de Fuster con el Suzuki ‘antiguo’ se explica por una serie de circunstancias que van desde lo bien que este rallye se le da al de Benidorm (no en vano, lo ha ganado seis veces) hasta la combinación de acierto y fortuna necesaria para dar con la monta de gomas buena cuando la lluvia hacía de las suyas. En ese sentido, tanto Miguel como sus compañeros de marca por un día, Berti y Gorka, se equivocaron y acertaron a lo largo del rallye en más de una ocasión, pero el acierto de Fuster (o el fallo de los otros dos pilotos de los Swift) fue más decisivo al producirse en el primer paso por 'A Peroxa', cuando la situación era más cambiante. Un tramo en el que se salía Gorka, de nuevo superado por los ‘invitados de la marca’, y en el que la lluvia producía una lista de tiempos ‘loca’, con el veterano Suzuki número 1 pilotado por el levantino en el segundo puesto absoluto y cobrando una ventaja sobre el de Hevia que el asturiano ya no podría recuperar pese a su mayor ritmo general a lo largo de la prueba. Por un momento, Fuster era, incluso, tercero de la general, aunque al final la lógica se imponía y la remontada de Vallejo le desalojaba del cajón absoluto… al que casi acababa accediendo igualmente cuando Cristian García cedía terreno por su ya comentado toque, conservando el aragonés su primer podio en un rallye del campeonato de España por 28 segundos.

De todas formas, tercero o cuarto casi era lo de menos para Fuster, que sale de Orense aun más líder aunque en puntos totales haya visto reducida algo su diferencia. El hecho de haber sumado un buen puñado de ellos con el Suzuki en lugar del ‘cero’ poco menos que ya aceptado tras el Rías, le refuerza al frente de la tabla cuando ya se ha cumplido la primera mitad de un campeonato que, ahora mismo, tiene muy por la mano, con cuatro victorias (que son ‘cuatro y media’ dado el mayor coeficiente del Canarias) y un cuarto puesto como resultado ‘comodín’ que podría usar en caso de irle las cosas mal dadas en alguno de los rallyes de la segunda mitad de campaña. Complicado será que se le escape el título al de Benidorm.

VALLÍN ROMPIÓ EL MALEFICIO

Puede parecer imposible en un piloto tan seguro como Esteban Vallín pero, por una u otra causa, alguien como él, que casi siempre está en la meta de cualquier rallye en el que tome parte, nunca lo había logrado en el de Orense. Una especie de extraño maleficio, algo así como si una de esas famosas ‘meigas’ de la zona, que nadie ha visto pero que, ya se sabe, ‘¡haberlas, haylas!’, le hubiese echado un eficacísimo mal de ojo al piloto de Colunga. Ni siquiera el año pasado, cuando partía con el soñado número 1 en su Opel Adam, se había librado Esteban del inevitable abandono en un rallye que parecía imposible que pudiese terminar nunca. Así que no ha podido ser más oportuno que lo lograse, por fin, en esta inusual (por lo benigno de su climatología) edición del 2015, justo cuando venía de abandonar en la anterior prueba, y haciéndolo, además, acompañado de un a importantísima victoria en el grupo R2 que relanza sus opciones en el campeonato que, con diferencia, está más interesante este año.

En Orense, la lucha por la victoria entre los R2 se planteaba, al igual que la ya comentada para el triunfo absoluto, también como un duelo a tres bandas. Pero a diferencia del de los tres Porsche, cuyo desenlace era más que tempranero, el que enfrentaba, además, a tres pilotos al volante de coches de tres marcas diferentes (Víctor Senra con el Peugeot 208, Esteban Vallín con el Opel Adam y Pablo Pazó con el Ford Fiesta) duraba bastante más y estaba lleno de alternativas.

De entrada, no se si queriendo desafiar al destino o dejarles claro a sus rivales que el tropezón del Rías estaba más que olvidado, Vallín era el más rápido en el corto tramo espectáculo del viernes… sin duda toda una declaración de intenciones. De todas formas, los menos de dos kilómetros de San Ciprián eran una anécdota ante lo que venía el sábado y era en el ya comentado duro primer bucle cuando empezaba, de verdad, la guerra. Y ahí, las cosas se le complicaban a Esteban, ya que los dos scratchs de los primeros pasos por ‘el cañón’ y ‘San Pedro’ eran, precisamente, para los dos rivales gallegos del asturiano, con Senra imponiéndose en el primero y Pazó en el segundo. El del Peugeot pasaba al mando, seguido por el de Ford a menos de dos segundos y el de Opel a poco más de siete… y con los tres distanciando ya en un minuto al cuarto, el madrileño Peláez con el 208 ‘blanco’ de RaceSevEn.

El segundo bucle era poco menos que un calco del anterior, de nuevo con Senra siendo el más rápido en los preciosos parajes que circundan la honda huella dejada en la tierra por el río Sil, y Pazó replicándole en el no menos bonito y complicado tramo dedicado al guardián de las puertas del Paraíso. Un Paraíso que en los rallyes es la victoria y que para Vallín, distanciado ya a 20 segundos de Senra y 14 de Pazó, parecía empezar a estar tan lejos como siempre en Orense. Pero entonces empezaba a llover, a ratos y en algunas zonas, y llegaba ese momento siempre complicado que es el de acertar con las gomas a montar para dos tramos en los que no sabes si el piso va a estar seco o mojado… o va a haber de los dos tipos pero es imposible saber en que proporción. Y ahí erraba el líder, Senra que, de tanto dudar, acaba saliendo tarde, penalizando un minuto diez, y, por si fuera poco, se dejaba medio minuto más en el primer paso por A Peroxa, cuando paraba a montar las ruedas de repuesto en vista de que, después de todo, la elección inicial no había sido la adecuada.

La lucha por la victoria quedaba entonces entre Pazó y Vallín, que se repartían los scratchs del primer bucle de la tarde, con más ventaja para el asturiano en ‘Toen’ de la que había obtenido el gallego en ‘A Peroxa’, lo que dejaba el margen a favor del piloto del Fiesta en apenas diez segundos. Una diferencia que auguraba emociones fuertes para el bucle final, compuesto por el segundo paso por los dos tramos anteriores y el añadido del tramo espectáculo para cerrar el rallye. Pero la pelea que parecía destinada a no decidirse hasta el último metro se truncaba cuando Pazó superaba esos límites sobre los que había estado haciendo equilibrios todo el día con tal de mantener al Fiesta en los tiempos del 208 y el Adam: el vigués dañaba una rueda en ‘A Peroxa 2’ y se veía obligado a abandonar. La victoria quedaba entonces, definitivamente, en manos de Vallín… a no ser que las Meigas tuviesen, de nuevo, otros planes y su maldición orensana se incrementase con un tardío y cruel abandono. Por fortuna para el asturiano, esta vez no era así y Esteban lograba, por fin, llegar a la meta de Orense, y hacerlo, además, como ganador entre los R2, ocupando el tercer escalón del podio en la categoría de dos ruedas motrices y siendo sexto de la general absoluta. Así que, aunque haya tenido que esperar ya ni recuerdo cuantos años, al final la maldición del asturiano en Orense se ha roto… ¡y de que manera!

La segunda plaza de los R2 acababa todavía en manos de Senra, lo que le mantiene líder del certamen. Justo a continuación, cerrando los diez primeros de la general scratch, terminaban su compañero de equipo, Peláez, y el siempre rápido Marcos Canedo, décimo absoluto y cuarto del grupo R2 con el cuarto coche de marca y modelo diferente en liza en la categoría, el Citroen C2. Una vez más, los pequeños tracción delantera demostraban sus posibilidades y le daban salsa a un rallye que habría carecido de mucho sabor de no ser por ellos. Algo que no es nuevo ya que, de hecho, en lo que va de temporada, es la pelea por las primeras plazas de R2 la que está siendo casi siempre lo más interesante de cada rallye. Y es que el grupo que en otros países sirve para foguear a las nuevas promesas ofrece, al menos, variedad de coches con los que competir y una relativa igualdad de prestaciones entre los mismos, lo cual siempre es un aliciente. En Italia, por ejemplo, se juega con estos R2 el título Junior… y el ganador recibe apoyo de la federación nacional para salir al mundial. Algo que aquí ni se plantea, así que, en ese sentido, no podemos menos que alegrarnos de que haya iniciativas como la de los promotores del Trofeo Auto Colón asturiano para llevar al nacional, a partir de Ferrol, a la nueva joven sensación de los rallyes de nuestra región, el rapidísimo Manuel Mora. Pilotos como él, que han destacado de forma especial en los rallyes regionales, han de salir de su hábitat natural para demostrar si realmente tienen ese talento que hasta ahora sólo les podemos intuir. En ese sentido, el grupo R2 me parece el entorno ideal para ponerlo a prueba. Si en Ferrol, Mora, en el que será su debut en el nacional fuera de casa, es capaz de no estar muy lejos de este magnífico trío que forman Senra, Vallín y Pazó ya habrá que empezar a pensar que ahí podemos tener un piloto de futuro, otro más para ese relevo del que hablábamos unas líneas más arriba. Y si consigue meterse en su lucha (¡y no digamos ganarles!) entonces si que, definitivamente, estaríamos ante uno de esos ‘cracks’ que salen sólo muy de vez en cuando. Si ese fuera el caso, ya sería entonces el turno de que alguien ‘de arriba’ (federación y/o marcas) se preocupase en que no fuera uno más de los que se han quedado por el camino en todos estos años.

CLASIFICACIONES

RALLYE RÍAS BAIXAS

Pos.

Piloto/Copiloto/Coche

Tiempo

1

Ares-Bañobre (Porsche)

2:22:30.7

2

Vallejo-Vallejo (Porsche)

a 3:45.2

3

García-Lisó (Mitsubishi)

a 4:08.0

4

Fuster-Aviñó (Suzuki)

a 4:36.1

5

Hevia-Mercader (Suzuki)

a 5:06.4

Clasificación completa (fichero PDF)

CTO. ESPAÑA

Pos.

Piloto

Puntos

1

MIGUEL FUSTER

182.5

2

IVÁN ARES

159.5

3

PEDRO BURGO

120.5

4

CHRISTIAN GARCÍA

120.5

5

SERGIO VALLEJO

107

Clasificación completa (fichero PDF)

Tiempos de los tramos: www.atodomotor.com
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