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22-23/10/2013 Rallye Comunidad de Madrid-RACE(Cto. España rallyes, 9ªprueba)
CRÓNICA

Qué el tiempo pasa más deprisa a medida que nos hacemos mayores no es sólo una sensación que, en mayor o menor medida experimentamos todos sino que, por lo que parece, tiene hasta sus posibles explicaciones científicas, sean desde el punto de vista físico o psicológico. Según cuentan los que saben de estas cosas, una de las causas de esa sensación de ‘aceleración del tiempo’ que sufrimos los que ya tenemos ‘cierta edad’ es el hecho de vivir cada vez menos experiencias nuevas… así que tal vez sea esa ‘repetición de los hechos’ la que ha influido en que el nacional de asfalto 2013 nos haya pasado volando, a base de pruebas con un guión poco menos que calcado desde su inicio en Canarias hasta su sexta cita, el Príncipe. Aunque, por otra parte, también están los que dicen que el paso del tiempo se percibe con más rapidez cuando estás más entretenido y te sales de la rutina, así que igual eso ha influido en la aun más vertiginosa velocidad a la que nos ha transcurrido el tercio final de campeonato, con tres rallyes llenos de alternativas y que nos han deparado, además, tres vencedores diferentes y totalmente nuevos.

El caso es que ya estamos casi en diciembre, hace unos días que se ha disputado la última cita del año y, sea por la razón que sea, tengo, más que nunca, la sensación de que el nacional de asfalto 2013 nos ha pasado a toda velocidad. Parece que apenas fue ayer cuando salíamos camino de Santander para su segunda prueba (la primera para nosotros, allá por Abril) y la realidad es que, cuando escribo estas líneas, ya hace casi una semana que hemos vuelto a casa de nuestro anual viaje de ‘fin de temporada’ a la capital. Un viaje para el que al ‘equipo habitual’ de estos dos últimos años, formado por Jose, Corsino y quien esto escribe, se unieron en esta ocasión dos de nuestros más entusiastas colaboradores, Gelu y Asier, dispuestos una vez más a echar una mano aunque fuese a costa de pasar frío en los siempre gélidos parajes de la sierra madrileña a finales de noviembre.
Sensacional victoria de José Antonio Suárez-Pablo Marcos con el EVO IX
A Meira-Vázquez se les escapó la victoria por poco pero no el subcampeonato
Muñiz-Blanco remontarón el sábado para acabar terceros con el Porsche
Pons-Amigó y el Skoda Fabia S2000 acabaron en la cuarta plaza

FIN DE FIESTA EN MADRID

Como ya comenté en otras ocasiones en esta web, el hecho de llegar con el título absoluto resuelto al siempre atípico rallye madrileño (un rallye cuya tercera parte se hace en un circuito no será nunca un rallye ‘normal’) me parece una ventaja, ya que deja la prueba final del año en lo que creo debería ser siempre: un show de fin de temporada, sin influencia en el resultado final del campeonato y cuyo objetivo ha de ser acercar la especialidad y sus protagonistas a los medios de comunicación y VIPs de marcas y patrocinadores, la mayoría de los cuales (triste que sea así en el caso de los primeros, por cierto) sólo suelen ver un coche de rallye en acción cada año por estas fechas en el Jarama pero que, en muchos casos, son los que luego pueden decidir sobre repercusión, proyectos y presupuestos de cara al año siguiente. En ese sentido, la cercanía a Madrid y la ‘comodidad’ del circuito, con sus boxes, su amplia sala de prensa y sus ‘suites’ para invitados es el emplazamiento ideal, mientras que las especiales que se disputan en su histórico trazado resultan mucho más entretenidos para el profano, con su continuo transitar de coches, incluso a veces luchando entre ellos, que un tramo de rallyes típico, con un vehículo en solitario y cada minuto pasando sólo una vez por delante del espectador.

Por todo ello, suele ser además habitual que el rallye madrileño presente una inscripción con bastantes novedades respecto a otras pruebas del campeonato. Y, en ese sentido, la edición de este año no era una excepción. Ausente por tercer rallye consecutivo el ya campeón Luis Monzón y su Mini WRC, auténtico ‘coco’ del campeonato, el pronóstico volvía a estar muy abierto, con un ramillete de aspirantes de lo más numeroso. Y es que, a los ya habituales protagonistas de la lucha por la victoria en anteriores rallyes del año, como eran Surayén Pernía y Alberto Meira, con los EVO X R4, o Xevi Pons (aunque el cambio de montura al S2000 no parecía de lo más adecuado para ganar en los rápidos tramos madrileños) se unían en este rallye unos cuantos ‘outsiders’ más, encabezados por los potentes Porsches, siempre favoritos en este rallye pero que en esta ocasión estaban en manos de Alvaro Muñiz (la unidad de los Vallejo) y Antonio De la Reina (con el coche de RMC), dos pilotos cuyo rendimiento final era toda una incógnita, ya que ambos se estrenaban con el 911 (aunque en el caso del ‘circuitero’ madrileño, ese estreno fuese sólo en lo que a rallyes se refiere). También habría que tener en cuenta para los puestos de cabeza a los siempre rápidos Alberto Monarri y José Antonio Suárez, que se unían al escuadrón de Mitsubishis alineándose, respectivamente, con un EVO X N+ de RMC el madrileño y con un más veterano IX de Calm, también N+, el asturiano. Otros dos ‘Mitsus’EVO X, el R4 que pilotaba por primera vez el abulense Alberto Sansegundo, y su habitual unidad, convertida a N+, de Alex Pais, completaban la larga nómina de posibles aspirantes a jugar un papel destacado dado el potencial de sus monturas.

Del desarrollo en si del rallye poco os voy a contar cuando ya ha transcurrido una semana de su finalización. Para ello, casi mejor visionáis el resumen en vídeo que acompaña a esta crónica o el algo más extenso que se emitirá un día de estos en Garaje TV (¡seguimos peleando para sacar adelante ese proyecto!). En ellos se hace un repaso a lo que fue ocurriendo, tanto en la lucha por la victoria absoluta como en los diferentes grupos y copas, acompañado además por las declaraciones antes y después de rallye de varios de sus protagonistas. Permitidme, por tanto, que dedique los restantes folios de esta última crónica del año a algunas reflexiones sobre lo que ha sido el campeonato en general y lo que nos deja para pensar el resultado de esta prueba final del certamen.
Quinta plaza para Monarri-Sanjuán con un EVO X N+
De la Reina-Colchón ganaron las dos primeras pasadas por el Jarama
Una avería de motor privó a Pernía-García de luchar por la victoria
Mal día también para los hermanos Pais, que acabaron abandonando con el N+

TEN CUIDADO CON LOS QUE DESEAS PORQUE PODRÍA HACERSE REALIDAD

Esta famosa sentencia tiene su origen en la leyenda del Rey Midas, cuyo deseo de 'todo lo que toque se convirta en oro' se hizo realidad… deparándole muchos más perjuicios que beneficios. Una leyenda que viene al pelo para explicar lo que ha sido el nacional de rallyes de asfalto 2013. Porque muchos eran los que llevaban años clamando por una apertura del reglamento técnico para permitir la participación de los espectaculares World Rally Car… y su deseo se ha visto cumplido este año con el resultado de que sólo uno de estos todo poderosos (¡y carísimos!) coches ha tomado parte (el Mini WRC pilotado por Luis Monzón), ha ganado todos los rallyes en que ha participado (la mayoría de las veces poco menos que ‘de calle’), y no le ha hecho falta participar en los tres últimos para llevarse el campeonato con una diferencia de puntos más que notable.

Evidentemente, nada hay que objetar a la temporada del piloto canario, afortunado él si ha podido lograr el presupuesto necesario para correr con uno de estos coches mundialistas de última generación y en absoluto culpable de que ninguno otro lo consiguiese. Pero, evidentemente, el interés del certamen ha ido decayendo rallye a rallye, desde que, tras ganar ya en Canarias con la versión RRC, Monzón hiciese debutar el WRC en Cantabria, donde se impuso con más apuros de los esperables... lo que le llevó, incluso, a quejarse de que no se le permitiese usar el mismo diámetro de brida que en el campeonato del mundo. Pero, en realidad, el ‘factor compensador’ del rallye cántabro había sido su adversa climatología y sus complicados tramos. En cuanto llegamos a pruebas disputadas sobre mejor piso y bajo tiempo más benigno, al WRC ya no hubo prácticamente quien le inquietase… por mucho que en alguna ocasión tanto Fuster y Vallejo con sus Porsche como Pons y Meira con sus EVOs pudiesen llegar a pensar que, tal vez, podrían batirlo. Pero en todos los casos el resultado acabó siendo el mismo, victoria de Monzón con el Mini.Y tras la sexta consecutiva, en el Príncipe, que dejaba el campeonato ya poco menos que sentenciado, el piloto canario se quedó en casa y se proclamó ya campeón una vez concluida la siguiente cita, en Llanes, sin triunfo de Meira y Antxústegui, los únicos que después de nuestro ‘Príncipe de Cangas’ tenían aun la remotísima opción de arrebatarle el campeonato a base de vencer en todo lo que restaba y esperar que el líder no sumase un sólo punto más.
Clara victoria en dos ruedas motrices para Vinyes-Mercader con el Swift S1600
Antxústegui-Iglesias, campeones de dos ruedas motrices y las categorías 2,3,4
Carchat-Garduño lograron la victoria en grupo N con el Renault Megane
Sansegundo-Valle fueron séptimos en su estreno con un EVO X R4

Así que, como le paso al avaricioso rey de la mitología, el deseo convertido en realidad no tuvo los positivos efectos esperados por quienes suspiraban por los WRC. Simple y llanamente porque el principal problema del nacional de asfalto, desde hace ya unos cuantos años, no es qué tipos de coches pueden correr sino lo caro que resulta hacerlo con cualquiera de ellos. Por eso, ahora que se acaba este 2013 totalmente dominado por el WRC, cuya superioridad sobre los GT ha sido aún mayor que la de estos en años anteriores sobre los S2000, no estaría de más que quienes deciden en estos temas se parasen por un momento a pensar en cual es la realidad del campeonato. Y como esto mismo ya lo escribimos en alguna otra crónica de un rallye de Madrid (véase, por ejemplo, ésta de hace dos años para comprobar que todo sigue igual) pues no vamos a repetirnos. Si acaso habría que añadir un apunte respecto a esos ‘R5’ que ahora ya empiezan algunos a ‘vendernos’ como la solución a todos los males… con unos argumentos que, me temo, recuerdan en exceso a los utilizados en la época en que iban a ser los Súper2000 los que iban poco menos que a resolverlo todo. Si, ya sabéis, eso de que ‘estos coches no serán tan caros’… aunque basta indagar un poco al respecto (o, más fácil aun, comprarse el número de octubre de la estupenda ‘Crono Motor’, donde se analiza el tema en profundidad y con datos) para darse cuenta que los nuevos ‘coches de moda’ difícilmente costarán menos de los 200.000 euros… ‘extras’ y mantenimiento posterior aparte. Cifras que, es obvio, seguirán estando fuera del alcance de la inmensa mayoría. Lo que, por otra parte, no deja de ser lo que ocurre prácticamente ‘desde que el mundo es mundo’, es decir, que suelen ser cuatro o cinco los que se pueden permitir correr con los coches más competitivos y luchar por las victorias y los títulos, quedando para el resto el consuelo de pelear por otras clasificaciones secundarias.

Buen rallye de Peláez-Sanjuán, décimos scratch y primeros en R3 con el Clio
Marbán-Ferrero acabaron undécimos en su debut con el Lotus Exige
Decimosegunda posición para Alonso Liste-Goitisolo con el Mini de Nacional 2
Otra clara victoria en Nacional 3 de Vallín-González y el Opel Corsa OPC

Potenciar la importancia de estas últimas podría ser, tal vez, una de las soluciones para incentivar la participación y elevar el nivel medio del certamen. Pero, naturalmente, habría que hacerlo bien, olvidándose de chapuzas como la de este año con ese segundo campeonato de España, el de las categorías 2,3,4, que nació poco menos que en la clandestinidad (¿cuántos sabían de su existencia fuera de los dos o tres interesados en él?) y que, encima, perdió toda credibilidad cuando a mitad de año alguien decide, o se da cuenta (o lo que sea) que el coche del en ese momento líder, el EVO X grupo N FIA de Alex Pais resulta que, en realidad, no debería haber puntuado hasta entonces. Simple y llanamente lamentable y, desde luego, lo opuesto de lo que haría falta, ya que un campeonato bien promocionado (ya no digo nada si, además, se consiguiese dotarlo de premios) y con una reglamentación clara, en el que compitiesen, por ejemplo, los N FIA, los N Producción y todos los tracción delantera, podría ser una interesante ‘segunda división’ que añadiría interés a los rallyes y podría atraer a pilotos que están en ese ‘limbo’ que es la cada vez más escasa ‘clase media’ de nuestro nacional, la que debería cubrir el enorme abismo existente entre la ‘clase alta’ (la media docena que seguirán corriendo con lo más ‘gordo’ y caro que haya) y la (dicho con todos los respetos) ‘clase baja’, los que se empiezan a abrir camino en las copas o con coches pequeños (estos últimos también cada vez más escasos).

Primera plaza en el grupo R2 para el Ford Fiesta de Alvaro Filip-Daniel Del Rincón
Segundo triunfo consecutivo en la Twingo para Pinilla, copilotado esta vez por Soto
Otero-Rodríguez fueron segundos, y el piloto gallego se llevó el título de la Twingo
Paniceres-Belzunces se proclamaron subcampeones en el grupo R2

UN RESULTADO QUE DA QUE PENSAR

Al análisis del anterior apartado de esta crónica añadió el resultado del rallye de Madrid otra cuestión que suele quedar en segundo plano cuando se buscan ‘culpables’ a la hora de evaluar la situación del nacional de asfalto. Y es que lo fácil, eso en lo que todos acabamos cayendo a veces, es echarle todas las culpas a la federación o a la crisis… pero también tienen buena parte de responsabilidad los protagonistas, bien sean estos equipos o pilotos. Porque, como es lógico, los primeros, los que se encargan de fabricar, vender y reparar las máquinas, han de conseguir beneficios y, para ello, suele ser más rentable (o, al menos, así se suele entender en este ‘negocio’) trabajar con el material más caro, ya que eso implica mayor margen de beneficio, tanto en los coches como en sus revisiones y recambios. Y en la mente de los segundos, los que se ponen tras el volante, está siempre ese, también en cierto modo lógico, autoconvencimiento de que ‘yo soy, como mínimo, tan bueno pilotando como el que gana… ¡así que si me vence es porque lleva un coche mejor!’. Un pensamiento que, estoy poco menos que seguro, comparten desde Fernando Alonso, suspirando por el RedBull de Vettel, hasta el más joven piloto de karting, convencido de que con ese chasis o esas ruedas que monta el que le acaba de ganar, la victoria iba a ser suya con total seguridad. Y, sumando lo uno a lo otro, la consecuencia suele ser una imparable ‘carrera de armamentos’ en la que todos quieren salir con lo mejor, lo más caro, lo ‘último de lo último’… porque si no lo tienen y algún rival sí entonces está claro que no va a haber opción alguna de vencer.

Y, entonces, cuando nadie se conforma ya con un EVO que no sea, no sólo el 10 sino, además, un R4 ‘pata negra’, cuando el que tiene un Porsche de los más gordos (y caros) se queja de que le limitan, cuando los Súper 2000 ya nadie los quiere porque con ellos ‘no se puede ganar’… resulta que llega un jovencito de Pravia, que viene de intentar ganar el mundial de Junior sin conseguirlo (llevándose, de paso, sus buenas dosis de críticas por ello, no todas justificadas precisamente), se monta, después de tres temporadas pilotando sólo ‘delanteras’, en un EVO 9 (de esos que hace cinco años no se ven por los puestos de cabeza) equipado con poco más que frenos ‘gordos’ y brida ‘grande’, estrena copiloto, se permite incluso el lujo de penalizar en un control horario y... ¡¡¡acaba ganando el rallye!!!
La última victoria de la Swift 2013 fue para Joel Guerrero-X.Carulla
A Víctor Pérez-Alejandro López les bastó acabar cuartos para llevarse la Swift
Segundo puesto en el rallye y la general de la copa para Adrián Díaz-Sara Fernández
Pazó-Seoane fueron terceros y acaban el año en igual plaza de la Suzuki

Un resultado ‘imposible’ hecho realidad por las manos y el arrojo de José Antonio Suárez que deja bastante en evidencia lo que muchas veces hemos comentado (vease, sin ir más lejos, el 'capítulo' titulado 'cuestión de ritmo' de la crónica del último Príncipe): que en el nacional de rallyes se corre lo justo y que el verdadero nivel se adquiere saliendo de nuestras fronteras, compitiendo (ganando o perdiendo, eso es lo de menos) contra esos finlandeses, suecos o franceses que van como tiros y que, en cuanto despuntan en sus respectivos certámenes nacionales los dejan atrás, hacen las maletas y se embarcan en la aventura que siempre es competir fuera de casa. Ni más ni menos que lo que viene haciendo ‘Cohete’ desde hace unos años, sin hacer caso (¡menos mal!) a los que le aconsejaban ‘foguearse’ en el Campeonato de España compitiendo en alguna de sus copas monomarca. Como si en ellas hubiese más futuro que el tratar de ‘cuadrar las cuentas’ para poder seguir corriendo el nacional un año más y, luego, ¡ya veremos!

Evidentemente, lo de salir fuera es difícil, y carísimo… pero el que tenga la más mínima oportunidad de hacerlo ha de intentarlo, sin miedo a que luego venga un Tidemand o un Breen y te gane…porque tratando de batir a gente como esta, haciéndolo además en terrenos diferentes a los habituales, desde la tierra de Portugal o Finlandia al asfalto de Alsacia o Alemania, se coge un ritmo y una experiencia que, luego, si las cosas finalmente no salen como te hubiese gustado y no acabas siendo el nuevo ‘Carlos Sainz’, al menos te servirán para volver a casa con un nivel que te situará un peldaño (¡o dos!) por encima de los que no pudieron o no quisieron salir del nacional. Y, de ese modo, no te hará falta tener lo ‘último de lo último’, lo más ‘gordo’, lo más caro, para ganar un rallye del Campeonato de España, como acaba de hacer José Antonio, imponiéndose con un veterano EVO 9. Porque, aunque a veces nos olvidemos, en los rallyes todavía es posible, en ocasiones, compensar a base de talento y valor la menor competitividad de tu mecánica…algo que, en realidad, si hablamos del nacional de rallyes, nos demostró en su día un tal Dani Sordo, venciendo con un grupo N aquel Cantabria que, aunque parezca mentira, ¡fue hace ya diez años!…¿qué os decía al principio? ¡definitivamente el tiempo pasa cada vez más deprisa!

Texto: Daniel Ceán-Bermúdez
Fotos: Yeray Cuesta, Daniel Ceán-Bermúdez y Miguel Díaz

Los más rápidos del Legend fueron Magariños-Asorey con el M3 de los 80
Entre los coches de los 90 la victoria fue para el Escort de Velázquez-Pastor
El primer KitCar fue el Citroen Saxo de los Martorell
En grupo B se impuso el Audi Quattro de Gómez-Medina