SUBIDA ARONA-LA ESCALONA

El campeonato de España de Montaña inició su temporada del 2015 en la Subida Arona-La Escalona con la previsible escasa participación de pilotos de la península y el no menos esperable dominio de los pilotos canarios. Habida cuenta de que es harto improbable que ninguno de estos últimos se anime a continuar en el campeonato (que si par a los peninsulares es caro hacer una carrera en las islas, mucho más aun lo es para los insulares competir en siete pruebas tan lejos de casa para ellos como son todas las demás del calendario), los resultados de Arona poco o nada van a influenciar el desarrollo de un campeonato que para muchos (nosotros incluidos) empezará realmente a mediados de abril en Estepona. Pero no por ello queríamos dejar de lado la prueba tinerfeña, al fin y al cabo puntuable a todos los efectos y, por lo tanto, más que merecedora de que le dediquemos el primer reportaje del año, aunque sea más breve de lo habitual y hecho desde la distancia con la inestimable colaboración del equipo de SobreRuedasTV (¡menuda casualidad que se llame igual que nuestro recordado programa en Canal10), encargados de grabar las estupendas imágenes que nos han servido de base, tanto para el vídeo resumen que se emitirá en los próximos días por GarageTV como para las fotos que ilustran esta crónica.

LA VIDA SIGUE (CASI) IGUAL

El título (sin el paréntesis) de la popular canción de Julio Iglesias nos parece de lo más apropiado para comentar como se presenta una nueva edición de un campeonato que arranca con pocos cambios pese a estar tan necesitado de revulsivos. De hecho, realmente sólo hay novedades de importancia en lo que respecta al sistema de puntuación y clasificaciones de cada prueba puntuable. Este año reaparece la tan pedida por algunos, y largo tiempo olvidada, clasificación final scratch, que se confecciona sumando los dos mejores tiempos de cada piloto en las tres subidas de carrera del fin de semana. Una clasificación que, realmente, sólo tiene valor a efectos de la entrega de premios, el palmarés de la prueba y los titulares de prensa del día siguiente (¡por fin se podrá decir que ‘fulano o mengano ganó tal o cual subida’!), ya que, por lo que respecta a puntos para el campeonato, no sirve absolutamente de nada. Y es que, al igual que el año pasado, vuelven a ser tres los campeonatos en disputa, los de las categorías 1 (barquetas), 2 (CMs y siluetas) y 3 (GT’s y turismos), todos ellos con igual título de ‘Campeón de España de Montaña’ para los pilotos que los ganen, y sin que haya tampoco este año ese campeonato absoluto sobre el que todavía hay quien escribe cuando habla de los resultados del año pasado pero que, en realidad, nunca existió más que en su imaginación.

Lo que si ha cambiado este año es la forma de elaborar las clasificaciones y atribuir los puntos en las tres categorías. En lugar de tener, cada fin de semana, tres carreras puntuables independientes, ahora los puntos a los quince primeros de cada ‘división’ del campeonato se atribuyen en base a una clasificación que, al igual que la nueva scratch, se confecciona con la suma de los dos mejores tiempos de cada piloto en las tres subidas oficiales del fin de semana (que se siguen denominando carreras 1,2 y 3 como en el 2014). Un cambio que aun es pronto para saber si será bueno o malo en cuanto al interés del campeonato aunque, de entrada, le vemos como factor positivo el hecho de permitir un fallo en cada fin de semana (lo que siempre prima más la velocidad que la regularidad, al contrario de lo que ocurría con el sistema anterior) y, además, añade la posibilidad de mantener la emoción hasta la última manga de cada subida en lo que respecta a saber quien habrá sido el ganador en cada categoría.

También se ha modificado para bien (al menos en opinión de quien esto escribe) la obligatoriedad de participar en un mínimo de pruebas, reducida este año a un más razonable número de cuatro para tener derecho a aparecer en la clasificación final del campeonato, en cuyo cómputo total se descontará un resultado… que, para la mayoría, ya será el cero de no haber acudido a Arona… aunque la redacción de este apartado en concreto del reglamento (el 28.3.1) es algo confusa (o, al menos, a mi me lo parece) ya que no especifica con claridad que se pueda descontar el resultado de una prueba en la que no se ha participado (y, de hecho, ¡no participar no es estrictamente hablando un resultado!).

En todo caso, me temo que estos cambios en el reglamento deportivo, con tener, a mi juicio al menos, más aspectos positivos que negativos, poco o nada van a influir para incentivar la participación en un certamen que ya el año pasado siguieron muy pocos pilotos (ver las cifras de nuestro estudio al respecto en el último reportaje del 2014) y que (¡ojalá me equivoque!) todo apunta a que esta temporada seguirán aun menos.

PROTAGONISMO LOCAL

De entrada, como era más que previsible, sólo tres pilotos de los que se espera estén en buena parte del resto del campeonato, hicieron el largo y costoso desplazamiento a la isla de Tenerife para estar presentes en la primera cita del certamen, la Subida Arona-La Escalona. La prueba organizada por el tan veterano como entusiasta Pepe Rodríguez, cambió su fecha para convertirse en la cita de apertura del campeonato, pensando, tal vez, que de ese modo podría atraer más participantes foráneos. Pero, al final, la lógica de los altos costes se impuso, y nada más que tres pilotos ‘dieron el salto’ hasta las Canarias desde la península… o más bien dos, el asturiano Jonathan Alvarez y el andaluz Juan Trino Galera, ya que el tercero, el inglés Mike Andersson, llegó de más lejos, desde otra isla, la mayor de las británicas.

El resto de la inscripción, un total de 37 vehículos, a los que se unían ocho clásicos que competían en la categoría regional de regularidad, eran de equipos canarios. La lista la encabezaba el único participante en la, por desgracia, siempre casi desierta categoría 1, la inmaculada Osella PA20/s de Sergio Carmelo Febles. Más concurrida se presentaba la 2, con ocho CMs contra los que se tendría que pelear el asturiano de Marbella con su habitual BRC CM05EVO, mientras que en la 3 eran 28 los turismos presentes, de muy distinto nivel y diveros orígenes: desde el Porsche GT3 con el que Enrique Cruz ganó el año pasado el rallye Islas Canarias hasta el Alfa Romeo 156 habitual en las subidas canarias del subcampeón regional Félix García Durán pasando por varios Saxos y BMWs ya bastante veteranos. A este variopinto grupo se iban a enfrentar, por los puntos del nacional, el Ginetta GT4 del siempre entusiasta Andersson y el llamativo JTR600 con apariencia de SEAT 600 'vitamidado' y estructura y características más propias de un CM que de un turismo, que el almeriense Juan Trino Galera estrenó el año pasado en Ubrique y con el que este año parece dispuesto a seguir el campeonato de forma más regular.

EL SÁBADO CUENTA MENOS

Otro cambio en la normativa del 2015 es el orden en que se disputan las mangas y su reparto entre los dos días de competición. Ahora se celebran tres cada día, siendo las dos primeras del sábado subidas de entrenos y la tercera oficial (carrera 1), mientras que el domingo se empieza con la restante manga de práctica, a la que siguen las dos restantes de carrera. Un esquema que, unido al nuevo sistema clasificatorio ya explicado al principio de esta crónica, hace que, a efectos del resultado final, el sábado pase a tener menos importancia, salvo que la climatología haga de las suyas y las condiciones del recorrido empeoren en las mangas del domingo. Y es que, al sumarse los dos mejores tiempos y haber el domingo, cuando normalmente se hacen mejores cronos, dos subidas de carrera, lo más habitual va a ser que los tiempos logrados en estas sean los que acaben definiendo las diferentes clasificaciones, quedando la subida oficial del sábado como un primer intento en el que marcar un buen crono, por si acaso se falla o se tiene algún problema en cualquiera de las dos del domingo.

Con ello en mente, los resultados del sábado dejaban muy abierta la pelea por la victoria en la única categoría en la que había realmente lucha por la primera plaza, la 2, en la que compiten los CMs que, además, tenían ante si la gran ocasión de disputarse la victoria absoluta en este ‘reestreno’ de la general de scratch, habida cuenta de los flojos cronos que Febles lograba con su potente Osella. De hecho, los nueve participantes en la categoría 2 lograban mejor tiempo que el solitario inscrito en la 1. Y, entre todos ellos, el más rápido era un viejo conocido del nacional, el piloto de la Isla de Gomera José Manuel González Cabrera, que marcaba el mejor crono con su BRC B49 exJavi Villa. Su registro de 2:35.286, estaba lejos del 2:31.121 que Javi firmó en su visita a Arona en 2013, pero era alrededor de 8 décimas más rápido que el mejor crono logrado el año pasado por el ganador, Jonathan Morales, cuarto con su Silver azul y blanco en este primer asalto, a casi un segundo de su propio record. Entre ambos se situaba otro Silver, el gris de otro de los habituales aspirantes a las primeras plazas en las subidas insulares, Pedro Javier Afonso, y el BRC blanco de Jonathan Alvarez, que optaba por subir con gomas viejas mientras se iba aclimatando a la prueba, nueva para él, pensando sobre todo en tratar de dar el asalto a la primera plaza en las dos mangas oficiales del día siguiente.

Entre los carrozados de la categoría 3 se cumplían ya los pronósticos que daban como claro favorito a Enrique Cruz. El joven tinerfeño no necesitaba forzar para conseguir la primera plaza con un tiempo de 2:45.3, a tres segundos del crono ganador de Yeray Lemes el año pasado con el Ferrari pero más que suficiente para batir a los dos ‘foráneos’, el británico Andersson, que era segundo con su Ginetta, y el andaluz Juan Trino, que alzaba el interesante JTR600 a la tercera plaza por delante de todos los turismos locales, entre los que Javier Alayón batía, con su Impreza de grupo A, al Alfa 156 de García-Durán, quinto de la categoría 3 y primero del grupo A2.

MANO A MANO CABRERA-JONATHAN

Con la victoria al scratch y en la categoría 2 en mente, el domingo, Jonathan Alvarez salía a por todas en la primera manga de carrera y lograba el mejor tiempo, dos décimas por delante de González-Cabrera, que se quedaba a siete de su crono del día anterior. Con Afonso en la tercera plaza, a más de un segundo, el duelo por la primera plaza entre el asturiano de Marbella y el de la Gomera estaba servido.

Todo se iba a decidir en la última subida oficial, y en ella Cabrera, aun sin poder reeditar su tiempo ganador de la víspera, bajaba un par de décimas el registro de la manga previa y, lo que era más importante de cara al resultado final, terminaba por delante de Jonathan, que empeoraba en una décima y tenía que conformarse, definitivamente, con la segunda posición por detrás del piloto de la Gomera, para el que era el doble premio de llevarse el triunfo final y el de la categoría 2.

El podio en ambas clasificaciones lo completaba Afonso, que volvía a superar con claridad, en el duelo de los Silver Car, a Morales, para el que era la cuarta plaza en el cómputo total. Quinto, ya bastante distanciado del cuarteto de cabeza, terminaba otro CM, el BRC de Pedro Pérez, que concluía por delante, en la suma de los dos mejores tiempos, de la Osella de Febles, que recuperaba posiciones en la general con sus cronos del domingo y se llevaba, sin oposición (literalmente, ¡no había nadie más!) los puntos de la categoría 1 del nacional.

DOMINIO TOTAL DE CRUZ

Los casi cuatro segundos de margen logrados por Cruz en la subida del sábado dejaban claro que, salvo un error del piloto o un problema en su máquina, la victoria en la categoría 3 iba a ser suya.

Además, por si no estuviera ya claro el pronóstico, el segundo clasificado en la carrera 1, Mike Andersson, sufría una rotura de palier en su Ginetta que le dejaba sin opción alguna al no contar con pieza de recambio. El británico no tenía más remedio que llevar a cabo una reparación de fortuna para, al menos, completar a ritmo lento la última manga, llegar a meta y sumar los puntos de tercer clasificado en el grupo GT, por detrás de Cruz y del otro ‘gran turismo’ en liza, el Porsche 997 GT3 de Nauzet Brito, que terminba en una lejana sexta posición entre los carrozados.

Así que, tomándose la subida casi más como un tests de cara a los dos rallyes que abrirán el nacional de asfalto en Canarias, Enrique Cruz volvía a ser el más rápido en las dos mangas oficiales del domingo y lograba una cómoda victoria.

La segunda posición en la general de la categoría 3 era para Juan Trino, que volvía a demostrar el enorme potencial que, lógicamente, tiene su coche, de concepción más cercana a un CM o un silueta que a un turismo por mucho que esté encuadrado en la categoría donde compiten estos últimos. Que un piloto de su muy escasa experiencia en competición (la de Ubrique, el año pasado, fue su primera carrera… y tampoco es que haya hecho muchas más desde entonces) acabe tan arriba evidencia bien a las claras las posibilidades de este tipo de coches… lo que, a buen seguro, acabará levantando ampollas entre los habituales de la categoría, que se ‘libraron’ del Audi DTM de Fombona pero pueden ver como se les abre otro frente con estos ‘protos’ E2 de gran ligereza y relación peso-potencia a la altura (o por encima) de la mayoría de GTs y carrozados digamos ‘normales’ con los que les han puesto a competir.

Entre estos últimos, el mejor era el Alfa de García-Durán, que remontaba el domingo para acabar tercero de la categoría 3 y primero del grupo A2 por delante del SEAT León Supercopa de Jonathan García. En medio de los dos se situaba el primer grupo A, que era definitivamente el Subaru de Alayón. Séptimo, tras el ya comentado Porsche de Nauzet, era el FIAT Uno Turbo de Juan Carlos Rodríguez, que lograba cronos realmente meritorios con su veterana montura para acabar ganando con claridad en el grupo E1, reeditando su victoria del año pasando y estableciendo un nuevo record.

El resto de grupos que este año tienen clasificación propia en el nacional (el R, el N y el de Históricos) quedaban desiertos ante la ausencia de participantes en los mismos. Como tampoco había ningún piloto Junior ni femenino, otros dos certámenes en liza este año que tendrán que esperar a Estepona para ponerse en marcha. Lo que, de hecho, ocurrirá en realidad para todas las categorías del campeonato, ya que, visto lo visto, esta subida de Arona quedará poco menos que como uno de aquellos prólogos de las vueltas ciclistas, en los que se ponía en juego el primer maillot de líder pero cuya relevancia a efectos de la clasificación final de la carrera era poco menos que anecdótica.

VÍDEO

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