inicio    archivo    contacto
27|09|2014 RALLYE VILLA DE LLANES  
 Cto.España Rallyes Asfalto, 8ª prueba
 Cto.Asturias Rallyes, 4ª prueba
Fuster-Aviñó repitieron el triunfo del Príncipe con el Ford Fiesta R5
Un toque bajando el Fito hundió en la tabla a los hermanos Vallejo y les complica el campeonato
Tras dos abandonos consecutivos, Vinyes-Mercader se resarcieron en Llanes con una magnífica segunda posición scratch
Antxústegui-Iglesias sumaron su segundo podioabsoluto consecutivo, Además, Gorka pasa a liderar en dos ruedas motrices y la División II
Jonathan Pérez y René Rúa remontaron hasta la cuarta plaza del nacional, y 'Yoni' se llevó la victoria y el título en el Campeonato de Asturias
Surhayén Pernía y Carlos Del Barrio sólo pudieron ser quintos después de perder mucho tiempo al romper un palier en el primer tramo
Una inoportuna avería eléctrica hundió al Opel Adam R2 de Vallín y Odriozola cuando eran quintos de la general y terceros de la División II
Sexta plaza para Daniel Marbán y Víctor Ferrero en su retorno al nacional con el Lotus Exige
Victoria en el grupo N y séptima posición absoluta para el canario Marco Lorenzo y el cántabro Rodolfo Del Barrio
Un pinchazo por la mañana retrasó a Carchat-Ribeiro, que remontaron para acabar octavos y a apenas unos segundos de ganar el grupo N
Los cántabros Peña-Celís fueron a más con el DS3 para acabar novenos de la general y completar el podio de la división II
Primer puesto en el grupo R2 y noveno scratch para Víctor Pérez i Iván Iglesias con el Peugeot 208
Vcitoria y liderato en la general de la Beca RMC para Cristian García y Rebeca Lisó
Alberto Otero, copilotado por Alberto Rodríguez, fue segundo entre los Fiesta R2 y se mete también de lleno en la lucha por el título de la Beca RMC
El tercer lugar en la Beca RMC fue para los gallegos Iago Caamaño-Javier Varela
Un toque en el último tramo privó a Paniceres-Belzunces del tercer lugar entre los Fiesta R2 y le costó el liderato en la general de la Beca al joven piloto asturiano
Dos pinchazos en el primer bucle dejaron sin opciones a Óscar Palacio y Enrique Velasco
Un pinchazo retrasó a José Luis Peláez y Diego Sanjuán, que acabaron en el puesto doce de la general con su Citroen DS3 R3T
Adrián Díaz, copilotado por Sara Fernández, se impuso en la Copa Swift y se consolida al frente de la general del certamen
Segundo puesto en la Copa Suzuki para Fernando Rico y Sergio Martínez
Juan Manuel Maña y Javier Soto acabaron terceros entre los Swift
Monarri-Sanjuán volvieron a llevar a la meta el Dacia Sandero sin dejar de divertir y divertirse
Cronos sensacionales de José Manuel Mora y Roberto Menéndez, primeros del rallye de regional y de la Autocolón y segundos en la clasificación del Campeonato de Asturias
Freddy Tamés y Ramón Suárez completaron el doblete de los 205 de AutoColón en el rallye regional
Tercera plaza del rallye regional y quinta del campeonato de Asturias para el Clio de José Manuel Martínez-Alejandro López
Los locales Luis Arenas y Javier Herrero completaron el podio del Trofeo Auto Colón
Otro de los 205 llaniscos que destacó fue el de Alberto Sordo y David García, quintos del rallye regional
El cuarto 205 entre los seis primeros del rallye regional fue el de los navetos Pedro García y Kiko Benavides
Tercer puesto en grupo N y decimoquinto en la general del nacional para Edgar Vigo y Fátima Ameneiro
Aunque fuese a trancas y barrancas, los hermanos Cué lograron su objetivo de completar el rallye con el EVO X
Acabando quintos de la Swift, César Palacio y Adrián Pérez consiguieron su mejor resultado de lo que va de campaña en el nacional
'Santana' y Samuel Alvarez estaban otra vez en la pelea por la cabeza del rallye regional pero esta vez no aguantó la mecánica

De los profundos bosques del suroccidente asturiano a las luminosas playas de su costa oriental. Ese ha sido el recorrido que, por segundo año consecutivo, ha tenido en Asturias el Campeonato de España de Rallyes de Asfalto. Dos pruebas, ‘el Príncipe’ y ‘el Llanes’, que han terminado con igual resultado, en cuanto al nombre del ganador se refiere, pero que han tenido desarrollo muy diferente.

Dos rallyes muy distintos también en lo que a mi respecta, siempre cargado de trabajo y, por eso mismo, más tenso, el Príncipe, siempre mucho más relajado el Llanes, con menos tareas a realizar y, además, con el aliciente adicional, en esta ocasión, de recuperar, siete años después, ese fin de semana en la zona, todos juntos (¡y con dos ‘extras’! los peques de mis amigos Raquel y Benjamín) que tanto echaba de menos desde hace tiempo.

Como el rallye en si duró poco, en cuanto a incertidumbre respecto al nombre del ganador, tiene aun menos sentido que nunca hacer de este reportaje el típico relato cronológico de lo que fue pasando tramo a tramo. Ocasión perfecta, por tanto, para otra de esas ‘novelas por capítulos’ que últimamente se han convertido en mi género literario favorito, ideal en este caso para contaros lo que pasó en el rallye, los efectos que ello puede tener (de hecho, ya ha tenido) en el campeonato y hasta de recordar viejos tiempos y seguir, erre que erre, pidiendo cambios que hagan mejorar una especialidad cuyo estado no es precisamente de lo más boyante, por mucho que haya quien siga prefiriendo mirar hacia otro lado y dejar pasar el tiempo, a ver si las cosas se acaban arreglando solas. De todo eso van las diez siguientes páginas que he acabado dedicando a este Llanes del 2014… bueno, con algo también del 1985 y del 2003.

EL RALLYE APENAS DURÓ UN TRAMO…

En Ferrol estuvimos apunto de quedarnos sin rallye (en lo que a la lucha por la victoria se refiere) ya en el primer tramo aunque, finalmente, el supuesto abandono de Fuster que tantos dieron por hecho en las redes sociales (lo de ‘informar sin confirmar’ es, desgraciadamente, la norma en esto del ‘periodismo 2.0’) finalmente no fue tal y el duelo del levantino y su Fiesta R5 contra el Porsche de Sergio Vallejo continuó hasta muy cerca del final de la prueba, dando lugar al rallye más igualado del año… hasta que una piedra se coló en la llanta del Ford y decidió la contienda a favor del piloto del GT cuando restaban un par de tramos.

Pero lo que no ocurrió en la tercera prueba gallega si que pasó en la segunda cita asturiana del nacional de asfalto. Esta vez el rallye (en lo que a decidir quien lo podía ganar) apenas si duró los algo menos de veinte kilómetros del clásico Nueva-Labra, terminándose en la vertiginosa bajada del Fito, que formaba parte un año más del inicio del segundo tramo del día, el de Arriondas-Carmen.

El inicio del rallye ya se había cobrado un par de ‘víctimas’ en el quinteto de máximos aspirantes a los puestos de podio que presentaba la lista de inscritos de la prueba (los tres ‘top’ habituales del nacional este año, Vallejo, Fuster, Pernía, y los dos máximos aspirantes al regional astur, Jonathan Pérez y Óscar Palacio). El primero en ‘caer’ era Surhayén Pernía, que rompía un palier delantero, lo que condenaba a su EVO X R4 a dejar de ser 4x4 durante todo el primer bucle, que se veía obligado a completar con el máximo cuidado para, el menos, poder llegar a la asistencia, reparar y seguir en carrera. Y el segundo era Óscar Palacio, que sufría un pinchazo, lo que era también una obvia ‘invitación a la prudencia’ para la siguiente especial, en su caso debido a tener que rodar con la rueda de repuesto del Porsche. Ambos cumplían el objetivo de, al menos, continuar en el rallye, aunque el joven cántabro se dejaba en el empeño casi dos minutos y el asturiano cedía cerca de tres, distancias irrecuperables salvo total debacle del resto de favoritos en lo que quedaba de prueba.

Una debacle que casi se producía del todo en la segunda especial, con la bruma extendiendo un blanco velo ante nuestros ojos mientras los coches bajaban el Fito, trazaban el cruce de Collía y empezaban a subir camino de la meta, situada en Carmen aproximadamente una docena de kilómetros más allá. El Porsche de Vallejo salía ‘cojeando’ del cruce, con la llanta trasera izquierda visiblemente dañada. La causa se había producido apenas unos segundos antes, en el vertiginoso descenso desde Cofiño, cuando la trasera del GT3 2010 se deslizaba más de la cuenta, impactando contra el talud exterior. El golpe apenas si interfería en el avance del coche pero dejaba muy tocada la llanta y provocaba el consiguiente pinchazo lo que obligaba al piloto gallego a detenerse poco después para cambiar la rueda.

Ya ‘sólo’ eso habría bastado para dejarle fuera de la lucha por la victoria aunque, tal vez, la pérdida de tiempo aun no hubiese sido obstáculo definitivo para, al menos, sumar unos puntos a final de rallye. Sin embargo, lo peor estaba aun por llegar para el de Meira. Como nos explicaría después su hermano, Diego, en la asistencia del mediodía, el golpe había afectado no sólo a llanta y goma, provocando que la nueva rueda, recién montada, no quedase del todo bien fijada y se acabase soltando unos kilómetros más adelante, cayendo monte abajo. Entre bajar a buscarla, retornar a la carretera con ella y volver a sujetarla en su sitio se le iban a los Vallejo unos interminables y totalmente insalvables veintitantos minutos que los dejaban sin opción incluso a puntuar por mucho que, con indudable pundonor y fe, ambos siguiesen en la brecha hasta el final de la prueba.

Así que, en ‘tramo y poco’ ya se nos habían ‘caído’ tres de los cinco ‘top’ del rallye… y aun había tiempo, antes de que concluyese la segunda especial, para que otro de ellos perdiese también toda posibilidad de pensar siquiera en tener opción de pelear por la victoria. Me refiero a Jonathan Pérez, cuyo EVO X R4 con look ‘ártico’ pasaba dejando buenas sensaciones por nuestro cruce, del que se despedía con una vistosa cruzada que dejaba marcadas las huellas de sus gomas traseras en el asfalto. Sin embargo, unos kilómetros más allá, uno de los palieres traseros cedía y ‘Yoni’ acababa completando el tramo a ritmo lento, con un crono casi minuto y tres cuartos peor que el conseguido por Fuster. El de Benidorm era, finalmente, el único del grupo de favoritos que no había cometido errores ni tenido problemas en ese primer bucle que dejaba ya totalmente decidido el rallye, siempre con la salvedad, naturalmente, de que no fallase en los ocho tramos que aun restaban y de que su mecánica le respetase en todos ellos.

Con casi un minuto de margen sobre su más inmediato seguidor, el Suzuki de Vinyes, para el que pensar en ‘echar carreras’ con el S1600 ante el R5 está, obviamente, descartado, a Fuster le quedaba por delante uno de esos días a la vez largos y tranquilos. Con esa tranquilidad tensa que siempre supone liderar con amplio margen, sabiendo que no necesitas arriesgar pero, al mismo tiempo, siendo muy consciente de que no puedes relajarte más de la cuenta… que de fallos a causa de la relajación excesiva está llena la historia de las carreras, con el de Senna en Portier, camino de una rotundísima victoria en Mónaco 1988 como, tal vez, uno de los más famosos ejemplos.

En todo caso, Miguel no fallaba y su coche seguía funcionando como un reloj (¡imagino que de ENE WATCH sería lo apropiado para decir en su caso!) hasta llevarle de vuelta a Llanes cuando ya había caído la noche sobre la zona de asistencia de La Talá, adonde éramos de los muy pocos que los esperábamos en un final de rallye de entorno tremendamente desangelado, en medio de la oscuridad y rodeados de absolutamente nada. Un entorno casi de película de suspense que, de todas formas, resultaba incluso de lo más apropiado para la situación en que este rallye de Llanes, que apenas había durado un tramo si hablamos de la lucha por la victoria, deja, en cambio, la pelea por el campeonato, con un inesperado giro final en el que surge de entre las sombras de la noche llanisca una amenaza para el que, hasta ese momento, había sido el principal protagonista de la película.

…¡PERO EL CAMPEONATO RENACE!

Y es que, como dice el refrán, no hay mal que por bien no venga, a cambio de perder tan pronto el Llanes todo atisbo de incertidumbre en cuanto a saber quien iba a ganar la prueba, su resultado ha significado un inesperado revulsivo para un campeonato que parecía poco menos que sentenciado después del Rallye del Bierzo. Entonces, aun con medio campeonato por disputarse, el error de Fuster saliéndose con su Fiesta R5 cuando trataba infructuosamente de seguir el ritmo de Vallejo y su Porsche en los rápidos tramos bercianos había dejado al de Meira claramente destacado al frente de la tabla. Una posición de privilegio que reforzó aun más con su victoria de Ferrol, llegándose al Príncipe, de coeficiente 1.5, con la posibilidad de que, en caso de repetirse el resultado del Bierzo, con victoria de Vallejo y ‘cero’ de Fuster, al piloto gallego no le hubiese hecho falta más que sumar cinco puntos (un decimosexto puesto) en cualquiera de los tres rallyes restantes para proclamarse campeón. Y aunque en el Príncipe ganó Fuster, la segunda plaza de Vallejo seguía manteniéndole a un paso del título, que podía llegar definitivamente en Llanes, con dos rallyes aun para acabar la temporada, si vencía y su rival no era segundo y tercero.

Pero, no se si buscando ya cerrar el campeonato por la vía rápida o, más probable, simplemente porque (como el mismo Sergio nos comentaba cuando le entrevistábamos al acabar el Príncipe) “cuando te pones el casco quieres disfrutar y correr” el caso es que el error bajando el Fito hacía añicos no sólo la llanta del Porsche sino, también, todas esas cuentas que daban ya el campeonato por poco menos que terminado. De golpe (¡nunca mejor dicho¡!) lo que era una ventaja cómoda a favor de Vallejo (41.5 puntos cuando ganar un rallye reporta 35) se quedaba prácticamente en nada. Ahora la diferencia es sólo de cinco y medio, restan aun dos rallyes y cualquier cosa puede pasar.

De entrada, la siguiente cita del certamen, dentro de apenas dos semanas en Cantabria, se presenta como la gran oportunidad para Fuster y, simultáneamente, el mayor obstáculo para Vallejo. Los siempre deslizantes tramos cántabros lo pueden ser aun más a mediados de octubre, aunque el otoño esté siendo, de momento, bastante benigno en la zona norte de la península. Y, además, ya que hablábamos de cine en la parte final del anterior ‘capítulo’, en Santander se anuncian ‘cameos’ de un par de ‘estrellas invitadas’ (los canarios Luis Monzón, con el Mini RRC, y Yeray Lemes con un EVO X R4 de RMC) que podrían mezclarse en la pelea… y que, sobre el papel al menos, podrían convertirse en rivales extra mucho más para Vallejo que para Fuster. En un caso, porque el actual campeón nacional, aun con el mejor coche del lote, está por ver si tendrá el ritmo para batir al R5 en el resbaladizo asfalto cántabro… pero debería ser más duro de superar para el Porsche. Y en el otro, porque la labor de Yeray está clara, si puede tratará de meterse entre su compañero de equipo en RMC y el GT del gallego. Labor en la que el equipo de Roberto Méndez podría contar también con otra pieza clave en la resolución del campeonato, un Surhayén Pernía que, en casa, ha de ser temible a poco que la fortuna le acompañe y recupere la motivación y el ritmo que mostró el año pasado en ese mismo rallye, echándole carreras muy en serio al imbatible World Rally Car.

Por ello, no sería de extrañar que Cantabria supusiese un cambio de líder al frente de la general del campeonato, lo que dejaría la sentencia definitiva del título para los siempre rápidos tramos de la sierra madrileña (y el Jarama, si este año se incluye en el recorrido… lo que, cuando escribo estas líneas, aun no está confirmado) en los que, sobre el papel, el Porsche es siempre el coche a batir… aunque a mediados de noviembre el buen tiempo no está precisamente asegurado… y hasta quien sabe sin en AutoLaca deciden que, después de todo, ellos también tienen un Porsche disponible, aunque sea el del modelo del 2007.

De cualquier modo, todo esto es especular mucho cuando aun hay que ver que pasa en Santander. Lo bueno es que, después de todo, el campeonato va a acabar teniendo interés cuando hace apenas un mes nadie ‘daba un duro’ por ello y, quien más quien menos, muchos ya pensaban en cuanto se podrían ahorrar de sus depauperados presupuestos si no competían en este o aquel rallye de los que faltaban. Ahora, en cambio, nadie puede faltar en los dos que quedan… salvo ‘cero’ de Fuster en Cantabria y victoria o segunda plaza de Vallejo, que eso ya dejaría el título en manos del piloto del Porsche. Una ‘bola de partido’ más para el de Meira, que parece bastante menos posible que la de Llanes pero que también hay que tener en cuenta. Porque si, aunque parecía tenerlo hecho, Vallejo aun no había ganado el campeonato antes de Llanes, también es igualmente cierto que, pese a que ahora que se la complicado, no lo ha perdido todavía, ¡ni mucho menos! Eso si, su situación se ha convertido en una de esas poco envidiables en las que hay mucho que perder mientras que tu rival, que ya lo daba por perdido, lo tiene todo por ganar y puede ir ‘a por ello’ sin complejos ni miedos… al fin y al cabo, si finalmente no lo consigue eso era lo esperado. Todo ello, perfila un duelo de lo más interesante, en el que la cabeza de cada uno puede ser tanto o más importante que sus manos o las mecánicas que pilotan. Una situación que, desde el punto de vista del aficionado, es, sin duda, la más apetecible.

LA OPORTUNIDAD DE LOS ACTORES SECUNDARIOS

Evidentemente, no deja de ser injusto para el resto de ‘actores’ de este Llanes 2014, que hasta ahora apenas si hayamos hablado de los dos ‘protagonistas’ del campeonato y, un poco, de los otros teóricos favoritos a los puestos de cabeza… y de cómo perdieron sus opciones. Así que ahora le toca el turno a esos siempre importantes actores secundarios, lo que muchas veces son la clave en el desarrollo de las mejores películas por su solidez, su personalidad o por el modo en que sus acciones influyen en el desenlace de la trama.

Y si hablamos de solidez y personalidad, no hay duda de quien merece el ‘Óscar’ a mejor secundario, no ya de este Llanes sino de muchos rallyes del nacional en los últimos años: Joan Vinyes. El andorrano llegaba al rallye del oriente asturiano con el mal sabor de boca que le habían dejado Ferrol y el Príncipe. Dos rallyes en los que había cosechado sendos ‘roscos’ para su casillero que, de hecho, le apartaban poco menos que definitivamente de toda opción a pelear por los títulos de la ‘División II’ y las ‘dos ruedas motrices’. Dos ‘ceros’ que le dejaban, además, en el nunca cómodo papel de tener que hacer de escudero de su compañero de equipo, Gorka Antxústegui, en el caso de que, por circunstancias del campeonato, este necesitase de su ayuda. Los resultados de Ferrol y Príncipe situaban al piloto vasco de Suzuki como único representante de la marca para hacer frente a otro ‘actor’ que de solidez y personalidad tiene para regalar, Esteban Vallín, que llegaba al rallye de casa con su Opel Adam liderando la general de ambos certámenes.

El desigual duelo, tanto por la superioridad numérica (dos Suzukis contra un Opel) como mecánica (los más potentes Súper 1600 del fabricante japonés contra el eficaz pero menos rápido R2 alemán) tenía en Llanes el primero de sus tres asaltos finales. Un asalto que se decantaba por ‘KO técnico’ a favor de los Swift S1600. Uno de esos duendes de la electrónica (un ‘gemlim’ que dirían los americanos) hacía de las suyas a finales de la mañana y el Adam se paraba en el segundo paso por Arriondas-Carmen. Después de varios ‘resets’ y algo de bricolaje con los bornes de la batería, Esteban lograba ponerlo de nuevo en marcha pero la imprevista detención había durado sus buenos (o, más bien, malos) veinte minutos. Una losa que hundía al Opel al fondo de la tabla, sin opción alguna de mantener la magnífica tercera plaza de su categoría (y quinta de la general) que ocupaba hasta entonces, por detrás de los dos Swift, como era de esperar, pero por delante del resto de rivales en su particular rallye: el Peugeot 208 R2 de Víctor Pérez y los Citroen DS3 R3T de José Luis Peláez y Dani Peña. Rivales entre los que ya faltaba el SEAT León de Fran Cima, que se había salido en la segunda especial, después de haberse intercalado entre los dos Suzuki y el Opel en la primera.

Con Vallín condenado a un cero irrecuperable, Vinyes tenía camino libre para hacer su rallye sin tener que pensar en posibles órdenes de equipo. Y a fe que lo hacía, situándose en la segunda plaza de la general scratch al término del primer bucle que tan accidentado había sido para muchos de los aspirantes al podio y manteniendo la plaza de honor sin problema alguno en lo que quedaba de rallye para llegar a Llanes como segundo scratch y ganador de la División II.

El podio absoluto lo acababa completando su compañero de equipo, Gorka Antxústegui, que afrontaba un final de rallye en el que se mezclaban lo que le decía la cabeza (‘levanta, piensa sólo en el título de la División II, que es lo importante, y acabando segundo te pones líder’) y lo que le pedía el corazón (‘sigue apretando, que vas tercero scratch y puedes resistir la remontada de Yoni’). Y es que, si en la categoría reservada a los tracción delantera todo estaba más que claro, con el doblete de los Suzuki bien asegurado desde prácticamente la primera especial, la ya comentada debacle de los ‘top five’ en los primeros tramos dejaba además abierta la puerta de otro podio absoluto para el piloto vasco, que ha había pisado el tercer cajón del podio en Oviedo, al final del Príncipe. Entonces, además, había sido un poco ‘de rebote’, debido a los problemas sufridos a última hora por Jonathan Pérez. Ahora, en cambio, iba tercero casi desde el principio y aunque el asturiano y su EVO llegaban remontando ‘a paso de carga’, Gorka no tenía intención de dejarse ganar. A mitad de rallye, después de sus desventuras del tc2, ‘Yoni’ ya había ascendido hasta la cuarta plaza, a 48 segundos del Suzuki. Diferencia que se reducía a 25 tras completarse el primer bucle de la tarde, formado finalmente por sólo dos especiales debido a que unos ‘impresentables’ (por ser educado definiéndolos, aunque no lo merezcan) habían sembrado de clavos el asfalto del nuevo tramo de Gamoneu, lo que obligaba a su cancelación.

Con tres especiales más por delante, las matemáticas decían que, al ritmo al que remontaba, el EVO iba a terminar alcanzando y superando al Swift. Algo que parecía confirmarse con los cronos de los dos siguientes tramos, que dejaban el margen ya en sólo 7.9 segundos a favor de Gorka. Pero restaba aun el último, ya de noche, y ahí contaba la vista tanto o más que la mecánica… y en eso ganaba el vasco y perdía el asturiano, que no encontraba el modo de romper la oscuridad a la velocidad que lo hacía su rival, quien no sólo conservaba la diferencia sino que, incluso, la aumentaba en casi cinco segundos más para lograr su segundo podio scratch consecutivo… este, además, mucho más satisfactorio que el del Príncipe.

Para ‘Yoni’, como queda claro por lo anterior, era finalmente la cuarta plaza… otra vez a las puertas del podio absoluto pero, al menos, esta vez acompañada de la victoria a efectos del Campeonato de Asturias. Una victoria que, además, siendo el Llanes la cita final de un certamen decepcionantemente corto (¡sólo cuatro rallyes, dos de ellos ‘nacionales’) le aseguraba también el título de Campeón de Asturias. Una recompensa poco menos que impensable a principios de campaña, cuando se embarcó en el regional con el Citroen DS3, pero que ha acabado llegando después de dos buenos rallyes con el Mitsubishi EVO X R4 en el Príncipe y Llanes.

Quinto, con trayectoria similar durante el rallye (problemas en el primer bucle, remontada posterior) pero sensaciones muy diferentes acababa Surhayén Pernía, al que encontrábamos realmente abatido cuando hablábamos con él en la última asistencia. El joven cántabro había sido, justo hace un año en este mismo rallye, el hombre del día aunque no hubiese logrado finalmente la victoria. Ahora, aproximadamente trescientos sesenta y cinco días después no era ni su sombra, tanto dentro como fuera del coche, sin ritmo y desmoralizado hasta el punto de poner en duda su presencia en el rallye de casa, ese Cantabria que está ya a la vuelta de la esquina y en el que el ‘Sura’ del 2013 sería, sin duda, un claro aspirante a la victoria.

Muy diferente (y mucho más positivo) era el estado de ánimo del que acababa sexto, Dani Marbán, que retornaba al nacional tras larga ausencia. Con el madrileño charlábamos a mitad de rallye, cuando nos comentaba que, pese a la lógica falta de ritmo por no haber hecho más que pruebas regionales este año, se estaba encontrando a gusto y se daba ya por más que satisfecho con la sexta plaza que ocupaba entonces con el Lotus Exige. Posición que mantenía sin problemas por la tarde, después de completar un rallye sin sobresaltos, ideal para coger ritmo de carreras y moral de cara al que, en su caso, es el más importante del año, el de Madrid.

También Marco Lorenzo tenía motivos para terminar satisfecho. En su primer Llanes, el joven piloto canario lograba la séptima plaza de la general y, lo que era más importante, el triunfo en el grupo N, resistiendo, por apenas seis segundos, el ataque final del habitual dominador de la categoría, Joan Carchat, otro de los que había sufrido un pinchazo por la mañana, perdiendo un tiempo que finalmente no podía recuperar del todo.

Cerraban los diez primeros de la general dos pilotos cántabros al volante de dos coches de tracción delantera. Noveno era un habitual del Llanes, Dani Peña, que iba de menos a más con el Citroen DS3 R3T para acabar completando el podio de la División II, aunque fuese a bastante distancia de los inalcanzables Swift S1600. Y décimo concluía Víctor Pérez, que se imponía además en el grupo R2 con el Peugeot 208 que tan brevemente había estrenado en Ferrol y con el que en Llanes ya tenía ocasión de rodar durante bastantes más kilómetros… a la espera de estrenar el interesante Kia ProCeed ’Nacional 3’ que debería estar listo justo a tiempo para el rallye de Cantabria.

Por lo que respecta a ‘las copas’, cuya veintena de coches (entre los ocho Fiesta R2 de la Beca RMC y los doce Swift de la Suzuki) contribuía decisivamente a que la lista del nacional fuese ’decente’ en números, la victoria entre los ’becarios’ de Roberto Méndez era para el aragonés Cristian García, que pasa además a liderar el certamen cuando sólo resta su cita final, el rallye ‘mundialista’ de Cataluña, mientras que el ganador de los Suzuki era el ya primer clasificado del certamen antes de Llanes, Adrián Díaz, que consolidada de ese modo su primera posición también a falta sólo de una prueba, en su caso el rallye de Madrid.

HISTORIAS DE LEONES EN LLANES

Permitidme ahora que, para completar este reportaje, demos un salto en el tiempo, retrocediendo casi treinta años durante unas cuantas líneas antes de retornar al 2014 para acabar con esta 38ª edición del Rallye Villa de Llanes.

A los que hayáis leído nuestro artículo sobre el ‘Príncipe de los Ferraris’ ya os sonará eso de que, cuando era más joven (como diría Sabina, al que también ‘plagiábamos’ en esas líneas) solía acudir a los rallyes acompañado de un grupo de amigos (Benjamín, Javier y Román) a los que esto de las ‘carreras de coches’ no es que les importase mucho precisamente, pero nunca me fallaban cuando les proponía acudir a ver alguna.

En particular, el rallye de Llanes era una cita clásica, ya que, de aquella, se disputaba antes del verano y solía coincidir con el final de las clases, convirtiéndose para nosotros en algo así como el inicio de las vacaciones. Además, después de la magnífica experiencia del Príncipe del 84, la anterior prueba a la que habíamos acudido juntos, el Llanes del 85 se presentaba también de lo más interesante. En una temporada en la que los grupos B ya eran los coches que marcaban la pauta, Peugeot España había apostado por el impresionante 205 Turbo 16 y lo había puesto en manos de Zanini, flamante campeón tras su brillante campaña del 84 con el precioso Ferrari. Y FASA Renault estrenaba piloto oficial, el joven y prometedor Carlos Sainz, que iniciaba el año con el 5 turbo ‘Tour de Corse’, sustituido cuando se acercaba la fecha del Llanes por el aun más llamativo ‘Maxi’ Turbo, último intento de la ‘Regie’ por resistirse a la supremacía de los 4x4 con su pequeña bomba de motor central y propulsión al eje trasero. También iban ‘empujados’ sólo por la ruedas traseras el fantástico Lancia 037, nueva montura de Salvador Servía, el Opel Manta 400, del que Beny Fernández había pasado a ser el piloto oficial, y el vistoso R5 Turbo privado de Jesús Puras, con su llamativa decoración de Hergom que, al igual que el 037 de Servía y el 205T16 de Zanini, ya había reproducido en unos de esos bBurago a escala 1/24 a los que yo era tan aficionado por aquel entonces.

De todos ellos, dos iban a faltar en Llanes, los catalanes Servia y Zanini… aunque en este último caso si que estuviese su coche. Zanini había tenido un arranque de campaña ‘complicado’ (por decirlo suave) sufriendo varios toques y un aparatoso accidente con el indomable león preparado por los hermanos Almerás. Todo ello acabó llevando al ‘divorcio’ entre el piloto catalán y la marca que, deseosa de demostrar también en España las bondades del coche que se estaba ya convirtiendo en el grupo B de referencia a nivel mundial, se trajo a Llanes a uno de sus pilotos oficiales, el francés Bruno Saby. Así que, definitivamente, en aquel Llanes del 85 no faltaban ni los alicientes, con buena parte de lo más granado del nacional en la lista de inscritos, ni hasta el morbo por comprobar el rendimiento que podría dar el nuevo binomio Peugeot-Saby. Razones más que de sobra para embarcar a mis amigos en otra expedición al oriente astur que emprendíamos a primera hora de la mañana, cargados de mapas y notas con los horarios y los accesos a seguir para llegar a ver, si todo se daba bien, tres o cuatro tramos completos (es decir, viendo pasar a todos los participantes, que nunca fuimos de los que se marchan en cuanto han pasado los ocho o diez primeros).

Pero algún fallo debí de cometer en mis notas, o en como se las transmití a Benjamín, nuestro habitual ‘piloto’, porque recuerdo perfectamente como, cuando se suponía que estábamos cerca de llegar a mitad del primer tramo, a través del que yo creía era un acceso intermedio por una de las estrechas carreteras de la zona, apenas si tuvimos tiempo de apartarnos para dejar paso al colorido R5 turbo de Puras, que venía a buen ritmo en sentido contrario… y como seguro que el cántabro iba en la dirección correcta ¡estaba más que claro que la nuestra era la equivocada!

En vista de que al primer tramo ya no íbamos a llegar a tiempo, activábamos el ‘plan B’, recalculábamos la ruta (o sea, la ‘redibujábamos’ en el plano, que por aquel entonces los GPS eran otra de esas cosas de ciencia-ficción que ni nos podíamos imaginar existiesen algún día) y nos dirigíamos a otra de las especiales. Pero, de camino, nos surgían las dudas cuando nos cruzábamos con un par de coches de esos que, con sus llantas ‘gordas’ y sus pegatinas ‘Racing’,tenían toda la pinta de ser de otros seguidores del rallye. ¡A ver si vamos a ir mal otra vez! decían mis compañeros de viaje, que empezaban a perder la confianza en mis dotes de ‘copiloto’. Así que, por si acaso, decidíamos dar la vuelta y seguirlos, lo que hacíamos por un buen número de kilómetros y minutos… hasta que la improvisada caravana se detenía al final de un camino sin salida que, evidentemente, no era el que llevaba al tramo, como se encargaba de explicarnos un lugareño al que acabábamos preguntando.

Así las cosas, con ‘cero de dos’ en nuestra estadística de acudir a tramos, con los horarios muy justos para llegar al siguiente posible y con mis amigos ya un poco hartos de dar vueltas persiguiendo un rallye que, las cosas como son, les importaba lo justo, se imponía finalmente el criterio de la mayoría y optábamos por rendirnos, ir directos a Llanes ‘a tomar algo’… y ya veríamos luego si lo volvíamos a intentar. Finalmente, lo de tomar algo se alargaba lo que suele alargarse cuando eres joven y hay tan buen ambiente en la zona como el que suele haber en la villa del oriente asturiano cuando hace buen tiempo. Así que, finalmente, del Llanes del 85 sólo conseguía acabar viendo la llegada al podio, situado, de aquella, en plena calle principal, delante de donde hoy día está el hotel en el que se alojan muchos de los participantes en la prueba. Y a ese podio el que subía como ganador era el león que Zanini no había podido domar pero con el que Saby había devorado a todos los nuestros, empezando por Sainz, que era el que más se había resistido (acabando con el Maxi Turbo entre unas matas a unos cuantos metros del asfalto) y siguiendo por los Beny, Puras y compañía. Entonces no lo sabía, pero la visión del fantástico Peugeot 205 T16 en lo alto de aquel podio de madera, orgulloso como el rey de la selva que sirve de logotipo a su marca, sería la última imagen en directo de un Rallye de Llanes que tendría en casi veinte años. Después de aquel fiasco de rallye, mis amigos decidieron que eso de ir a las carreras era ‘un rollo’, y como la verdad es que yo siempre había sido, ante todo, circuitero, concentré desde entonces mis viajes Racing en las pistas, acudiendo cada año al Gran Premio de España de  Fórmula 1 y, tiempo después, cuando ya la economía me lo permitió, a pruebas de clásicos en Gran Bretaña o a las 24 horas de Le Mans.

Pero, caprichos del destino, cuando en 2002 me embarqué en esta maravillosa aventura que sigue siendo ‘cita de campeones’ y ‘GJD multimedia’ (por cierto, estrenamos web justo esta semana ¡visitadla y decidme que os parece!) resulta que, aunque aquel primer año nos centramos en el regional de montaña, mi entonces socio, Javier, y yo, acudimos a Llanes para ver en directo nuestro primer diseño para un coche del nacional de rallyes, el Citroen Saxo Kit Car de Sergio Fombona. Y, justo cuando llegábamos a las inmediaciones del polideportivo que hoy día sigue siendo la sede de las verificaciones, el primer coche de rallyes que vi en las calles de Llanes, diecisiete años después, fue otro ‘león’, el 306 Kit Car que se había traído para la prueba asturiana el cántabro Enrique García Ojeda. Un león que parecía estar ‘enjaulado’ debido a la original decoración a base de malla metálica que, no mucho más adelante, nos tocaría reproducir en otro coche de un piloto cántabro, el Clio S1600 de Sergio Pérez.

Aquel león tuvo menos fortuna, retirándose Ojeda sin poder conseguir lo único que se podía lograr en el nacional de asfalto del 2002, marcado por el tiránico dominio del Xsara World Rally Car de Chus Puras, la segunda plaza. Un puesto de honor que, para nuestra alegría, acabó logrando Sergio con ‘nuestro Saxo’, en el que Luisper había aplicado su habitual magia para convertir en realidad a base de vinilo lo que era sólo una idea virtual plasmada en infografías 3D sacadas de la nuestro PC.

Desde entonces, incluyendo el 2003 ‘regional’ (nuestro primer Llanes con reportaje en ‘cita’), no hemos faltado a ninguno de los rallyes de esta preciosa villa costera que tantos recuerdos de juventud nos trae cada vez que la visitamos. Y tampoco han faltado los ‘avistamientos’ de leones en ellos, desde los 206 Súper 1600 como el que Joan Vinyes llevó a la victoria en 2004 hasta los 207 Súper 2000 con los que Ojeda y Monzón trataron infructuosamente de oponerse al poderío del Porsche de Vallejo en el 2007.

Y, además, muchos de estos años, especialmente en estos últimos, ha habido en los tramos del oriente astur y en las calles de Llanes unas cada vez mayores y más ruidosas manadas de leones. Unos leones autóctonos además, lejanamente emparentados con aquel fiero felino de tracción total y motor turbo que Bruno Saby llevó a la victoria sin que lo pudiésemos admirar más que en parado en nuestro desastroso Llanes del 85. Unos leones con pretensiones más modestas en cuanto a resultado en la clasificación final pero que, sin embargo, han ido ganando protagonismo y aumentando en número a base de la afición, la pasión y las ganas de sus ‘domadores’ y de los ‘empresarios’ de su particular ‘circo’. Esos leones, en cierto modo ancestros del fabuloso grupo B, no en vano son del modelo 205 que el recordado T16 promocionaba con sus éxitos en los tramos, son, obviamente, los Peugeot que compiten en el Trofeo Auto Colón, certamen nacido de la imaginación de un grupo de gente que, año tras año, vienen demostrando como es posible hacer lo que algunas marcas siguen siendo incapaces de lograr (tal vez porque no tratan siquiera de intentarlo): sacar adelante una competición monomarca que resulte, a la vez, atractiva para los pilotos y los aficionados, con alicientes para unos y otros, y, lo que es más importante en los tiempos que corren, tenga costes contenidos y abordables sin necesidad de endeudarse, formar parte de una familia ‘con posibles’ o tener un patrocinador importante.

En el Llanes de este año, esos leones eran ya toda una manada, nada menos que catorce, casi la mitad de los participantes en el ‘rallye regional / segundo rallye’ o como queráis llamarlo. Su presencia (y las de las copas de Suzuki y RMC en el nacional) resultó clave para que la inscripción fuese decente en lugar de penosa (sin todos ellos apenas había cuatro o cinco coches más que en el Príncipe), y las prestaciones de los más punteros volvieron a poner sobre el tapete, además, muchos de los defectos y carencias de nuestros campeonatos de rallyes, tanto el de España como el de Asturias.

En particular, los cronos del ‘líder de la manada’, ese león aguerrido e indomable en que cierto 205 color azul cielo se convierte gracias a su joven ‘domador’, José Manuel Mora. Algunos de los tiempos del piloto de Grao, especialmente ese 14:51.7 del primer paso por Arriondas-Carmen (que le hubiese situado séptimo scratch del nacional… ¡a dos décimas del quinto!), dejan bien claro tanto el indudable arrojo y talento del chaval como la extraña evolución (por ser prudente definiéndola) que han tenido los reglamentos en los casi treinta años que han pasado desde que mis amigos y yo andábamos persiguiendo leones infructuosamente por las carreteras de Llanes. Que un coche con más o menos esa edad (el Peugeot 205 de calle salió allá por septiembre del 82, recuerdo la fecha porque era mi primer año en ingenieros y nos invitaron al acto de presentación en un concesionario cercano a mi casa) pueda estar en los tiempos de mecánicas mucho más modernas y, sobre todo, infinitamente más caras, no deja de ser no se si increíble, lamentable o ambas cosas a la vez. Especialmente, si hablamos del tema ‘costes’, porque llevamos años con la cantinela de que la reglamentación se va cambiando para abaratarlos y el resultado siempre acaba siendo el mismo, los coches son cada vez más caros.

Que Mora esté en tiempos de los R2 es tanto mérito de sus manos y valor (¡no se de cual tiene más!) como prueba evidente de que las cosas se están haciendo mal a muchos niveles. Si hablamos de pilotos porque es obvio que tenía que haber modo de que los que despuntan de la manera que él lo hace pudiesen tener una salida que no dependiese sólo del dinero que ellos mismos puedan gastar o conseguir. Y si hablamos de mecánicas, porque está claro que la deriva alcista de los precios no se puede justificar de ninguna manera por las prestaciones que los nuevos coches ofrecen si resulta que se puede estar en sus cronos (jugándosela, de acuerdo, pero Mora, o también Freddy Tames, demuestran que es posible) con ‘argadiellos’ (dicho con todo el respeto) de más de veinte años de antigüedad. Coches más sencillos, más ligeros, más fáciles de preparar con medios limitados. Coches a los que puede acceder aun casi cualquier chaval que quiera intentar ser algo en esto… coches que las marcas hace mucho que han dejado de fabricar y, sobre todo, homologar para competir, centradas más en ‘hacer caja’ a base de versiones especiales (sobre todo ‘especialmente caras’) con cajas secuenciales, suspensiones de carreras, electrónicas sofisticadas y mil virguerías que acaban multiplicando su precio de modo exponencial, añadiendo mucho menos a su rendimiento. Coches que, además, están cada vez al alcance de menos bolsillos, lo que también explica otra de las cosas que el resultado de Mora puso en evidencia en Llanes, en este caso su segunda plaza en la clasificación del Campeonato de Asturias. Un puesto extraordinario, sin duda, pero logrado terminando a más de seis minutos del ganador, Jonathan Pérez y su EVO X R4. Distancia lógica dada la enorme diferencia de prestaciones entre ambos vehículos, por supuesto, pero distancia abismal que nunca puede ser la que ha de haber entre primero segundo si la participación fuese más numerosa y de mayor nivel. En esos seis minutos, lo normal es que hubiese al menos medio docena de coches y pilotos más… pero no los hay, síntoma inequívoco del bajón enorme que ha tenido un campeonato que este año apenas si ha existido, con sólo dos pruebas, Tineo y Boal, cien por cien regionales y dos más, las dos nacionales, en las que, por las razones que sean (económicas en su mayoría) la participación apenas si ha sido de una treintena de equipos.

Sería bueno, por tanto, que alguien de los que realmente pueden hacer que las cosas cambien (nosotros sólo podemos contarlas) se parase a pensar en todo esto, escuchase ese rugido casi de ‘león de la metro’ que son los tiempos de los Mora, Tamés y compañía en cada rallye, y tomase medidas para que algo de todo lo que de ello se deduce tuviese solución. Bien sea conseguir apoyos para pilotos que lo merecen por resultados, bien sea lograr que se organicen copas asequibles y con futuro. Porque esa es otra, de las que hay en el nacional, la Suzuki es un fin en si misma, ya se encargó hace poco su máximo responsable de dejar claro lo que le espera a sus ganadores por si alguien aun no se había enterado, y la de RMC, aunque si ofrece algo tangible al ganador para el año siguiente, todo apunta a que no va a tener continuidad, cansado su promotor, Roberto Méndez, de sacarla adelante sin apenas apoyos.

Lo malo es que nadie parece estar siquiera pensando en hacer algo que permita mejorar las cosas. Y, además de considerar que es imprescindible hacerlo, siendo egoístas, lo pedimos aunque sólo sea para que podamos seguir volviendo a Llanes, a ver rallyes y a pasarlo bien con los amigos…y, ¿quién sabe?, de ese modo igual esto tiene futuro todavía y el hijo de 'Benja' podrá algún día ver, en los tramos del oriente, los leones que su padre se perdió por mis despistes hace casi treinta años. Mientras tanto, por ahí andaba su león de peluche el pasado domingo, en el suelo de la casa de Puertas de Cabrales, para añadir otro avistamiento más del rey de la selva a los varios que hemos tenido en nuestras visitas al rallye de Llanes… definitivamente ‘tierra de leones’ aunque parezca increíble.

 FICHA DE LA PRUEBA
Denominación: 38º RALLYE VILLA DE LLANES

Fecha: 26-27 de septiembre de 2014
Organizador: Escudería Villa de Llanes
Puntuabilidad: Cto. de España de Rallyes de Asfalto, Cto. Asturias de Rallyes
Web oficial: www.rallyellanes.com

Inscritos: 84 - Autorizados a tomar la salida: 79
Participantes Campeonato de España: salen 45, llegan 38
Kilómetros cronometrados: 175,520
Pruebas especiales: 10 (neutalizado el tc1, cancelado el tc6)
Tramos distintos: 5

Líderes sucesivos (cto.España):
tc1 a tc10: Fuster
Scratchs (cto.España):
Miguel Fuster: 4
Sergio Vallejo: 4
Jonathan Pérez: 1

CLASIFICACIONES
CAMPEONATO
DE ESPAÑA
1 M.FUSTER-
N.AVIÑÓ
(FORD FIESTA R5)
1:44:38.5
2 J.VINYES-
J.MERCADER
(SUZUKI S1600)
a 1:55.3
3 G.ANTXÚSTEGUI-
A.IGLESIAS
(SUZUKI S1600)
a 2:29.2
-> CLASIFICACIÓN FINAL
CAMPEONATO
DE ASTURIAS
1 J.PÉREZ-
R.RÚA
(MITSUBISHI EVO X R4)
1:47:20.2
2 J.M.MORA-
R.MENÉNDEZ
(PEUGEOT 205)
a 6:08.6
3 O.PALACIO-
E.VELASCO
(PORSCHE 911 GT3)
a 6:21.7
-> CLASIFICACIÓN FINAL
 ASÍ VA EL CAMPEONATO
ABSOLUTO
1 Sergio VALLEJO 215
2 Miguel FUSTER 209.5
3 Gorka ANTXÚSTEGUI 157
DIVISIÓN II
1 Gorka ANTXÚSTEGUI 207.5
2 Esteban VALLÍN 179.5 (204.5)
3 José Luis PELÁEZ 146.5
Texto: Daniel Ceán-Bermúdez, Fotos: Jonathan Fernández , Manuel Zapico y Daniel Ceán-Bermúdez
POSTALES
Típica estampa de la costa de Llanes desde el shakedown...
...¡aunque cualquiera diría que estamos en Asturias con esta flora africana!
Hay cantera, el relevo en los comisarios está asegurado ...
...y el de informadoras y aficionadas va también por buen camino
Novedades en la lista de inscritos: los letones de nombres poco pronunciables...
...el retorno del ágil y ligero GT 'malayo' en manos de Marbán...
...y el debut de los hermanos Cué haciendo equipo en un EVO X
Los del regional se encargaron una vez más de dar espectáculo y 'dejar huella'
Monarri-Sanjuán, adictos al lowcost ¡este es aun más barato que el Sandero!...
...del que en Dacia parece que están ya estudiando una agresiva EVO 2...
...¡aunque para coche económico con look agresivo, nada como este GT!
Lo bueno de que tu piloto abandone pronto es que te puedes echar una siesta
Expansión urbanística en Llanes: la urbanización de chalets RMC ...
...y la de adosados de Suzuki, ambas con todas sus parcelas bien ocupadas
Definitivamente en RMC no están dispuestos a 'entregar la cuchara' todavía
Labores bien delimitadas, el volante para Rico, el bloc para Martínez
La cinta americana, ese gran invento que lo mismo repara una luna rota ...
...que sujeta una aleta, una defensa suelta o lo que haga falta
Noriega no se quiso perder el rallye de casa ¡qué todo vaya bien en el 'taller', Kuku!
Jorge aumentó en Llanes su magnífica colección de merchandising de rallyes
Cuando todos ya estábamos de cena había quien aun seguía trabajando en el rallye
Ahí vimos el 205T16 de Saby en el 85, y por Llanes sigue habiendo leones...
...¡que nos persiguen hasta después de acabado el rallye!
Siete años después repito foto 'postLlanes' con 'mis chicas'...¡y una más!
VÍDEOS