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El Rallye de Ferrol presentaba un recorrido con muchos cambios pero con la misma dureza de siempre, lo que convirtió a la tercera cita gallega del nacional en una auténtica prueba de eliminación, en la que sólo quedó Luis Monzón como superviviente del grupo de favoritos. El canario sumó así su segunda victoria consecutiva y ve aumentar de forma notable sus opciones a un título para el que pocos hubiésemos apostado por él a principio de temporada. Con Vallejo, Ojeda y Fuster fuera, el podio lo acabaron completando los EVOs de Burgo y Hevia, con notable diferencia tanto entre ellos como respecto al S2000 ganador.
CRONICA

Como este año no paramos ni en verano, en el segundo fin de semana de agosto, una de esas fechas típicas de vacaciones, tocaba ponerse otra vez ‘en ruta’ para, por tercera vez esta temporada, visitar tierras gallegas.

El rallye de Ferrol ponía fin al ‘triplete’ de pruebas del nacional de rallyes de asfalto en la región vecina, aunque esta vez el camino a seguir para llegar a destino era distinto a los utilizados para acudir al Rías y al Orense. En esta ocasión tocaba ‘la ruta de la costa’, que mientras no se acaben algún día las interminables obras de la autovía, se hace realmente insufrible y acaba por resultar casi más ‘pesada’ que cuando no había más que carretera nacional. Entre los numerosos tramos en obras, los viaductos en proceso de ‘ensanche’ que hay que cruzar ‘a paso de tortuga’, y las numerosas salidas y entradas de autovía a nacional, por medio de cruces y rotondas varias, el trayecto Gijón-Ferrol acaba por tener, casi, más ‘trampas’ que las que el siempre complicado recorrido del rallye oculta cada año a sus participantes. Así que las poco más de tres horas de viaje acaban pareciendo seis y cuando llegué ¡por fin! al ferial de Ferrol, a eso de las cinco y media, la sensación era, sobre todo, de alivio a la hora de dejar el coche aparcado ¡ya era hora!

Monzón ya lleva dos victoria y aumenta sus opciones en el campeonato de forma notable

Aunque sin poder repetir el triunfo del 2006, Burgo volvió al podio de Ferrol

De los cinco primeros de la lista, cuatro se fueron para casa antes de tiempo

El recinto que cada año acoge la zona de asistencia del rallye ferrolano es de los que facilitan la labor a los que vamos a trabajar en el rallye, aunque, por otra parte, tiene la enorme desventaja para los espectadores de que se cobre entrada para acceder al mismo. Algo que no deja de ser contraproducente cuando se piensa que estos ‘montajes’ de las asistencias persiguen un objetivo publicitario que se ve muy mermado si, al final, son ‘cuatro gatos’ lo que pasan por taquilla y tienen ocasión de ver de cerca todo eso que los encargados de marketing de los equipos han preparado y que acababa siendo visto por casi nadie. Evidentemente, el organizador del rallye está en su derecho de buscar las fuentes de ingresos que considere oportunas para tratar de cuadrar las cada día más abundantes cuentas de gastos que produce una prueba de estas características, pero no deja de ser esta una de las muchas contradicciones que presenta nuestro nacional de rallyes, un campeonato que sigue ‘creyéndose’ más importante y con más repercusión de la que realmente tiene … y que, nos guste o no a los que estamos metidos de un modo u otro en él, es prácticamente nula.

Al menos, en lo que a repercusión directa en cada población donde se disputa una prueba del campeonato, las ceremonias de salida si están a la altura, por mucho que, en cambio, a los ‘currantes’ de este circo que es el nacional (sea pilotos, periodistas, asistencias, etc) siempre nos acaben por resultar tan pesadas como incómodas. Pero bueno, es el precio que hay que pagar por llevar el rallye al centro de la ciudad, y acercarlo a eso que se llama el ‘gran público’. Y, desde luego, en Ferrol es de los sitios donde más gente hay cada año viendo la protocolaria bajada del podio de salida de los participantes. Así que menos gente en la asistencia pero más en la salida … ¡Vaya una cosa por la otra!

Por mi parte, el viernes de un rallye del nacional siempre es un día bastante tranquilo, con ese ‘puntito’ de monotonía poco menos que inevitable que produce la repetición de las mismas rutinas en los mismos sitios, año tras año. En el caso de Ferrol el proceso fue el de siempre: llegar al ferial, recoger la acreditación de prensa, dar una vuelta por la asistencia para echar un primer vistazo a las novedades y saludar a unos y otros, dirigirme al centro de la ciudad para la ceremonia de salida, buscar aparcamiento por allí cerca (¡nada fácil!), sacar las fotos de rigor y listo. Otros años se añadía el tomarme unas cañas en el Oslo con el grupo de amigos y buenos aficionados astures asiduos a la prueba que no solían faltar ningún año … pero esta vez el trabajo les impedía acudir, así que había que tachar de la 'lista de costumbres ferrolanas’ la más agradable de la primera jornada. Porque, además, por segundo año consecutivo, ‘Juanlu’, uno de mis ‘guías locales’, estaba ausente, esta vez de vacaciones, y el otro, Luis, tenía el viernes ocupado, así que nos veríamos directamente el sábado temprano para ir camino de los tramos. Como esta vez mi alojamiento no estaba en el mismo Ferrol sino en Cabañas, a mitad de camino de las especiales de la zona de Monfero, quedábamos en que me recogerían, él y otros dos amigos, a eso de las 7:45 delante de mi hotel. Un hotel de esos ‘años setenta’, tan típicos de ‘vacaciones familiares con niños’ y que tan poco me gustan … pero que era la única opción disponible este año cuando recordé que la fecha del rallye era más temprana que otras veces. Por no tener, no tenía ni mando a distancia para la tele … ¡así que de wifi ni hablamos! Con lo que una rápida cena en el buffet del mismo hotel cerraba la jornada a eso de las once: ¡a descansar y mañana será otro día!

El sábado amanecía con pinta de que se ‘iban a freir los pájaros’. El cielo estaba despejado e iba virando a un azul cada vez más intenso a medida que comenzaba la jornada. Puntualmente, Luis y sus dos amigos, ‘Cipri’ y Carlos, otros dos auténticos ‘quemados’ de los rallyes, me recogían en el hotel y tras un rápido desayuno nos poníamos en marcha camino de uno de los innumerables accesos de los dos tramos iniciales, trazados en ese auténtico laberinto de caminos y carreteras ideales para los rallyes que es la zona de Monfero.

Con tantos sitios para escoger, lo bueno es que el público se reparte y las aglomeraciones son menores, así que acabábamos por dejar el coche a pie del tramo dos y buscábamos acomodo para ver la segunda especial mientras la primera ya estaba en marcha. Mis acompañantes optaban por la zona más rápida, mejor sin duda para ver pasar a los coches, en tanto que yo optaba por el cruce a izquierdas en bajada, que no es que fuese gran cosa pero ofrecía más opciones a la hora de sacar fotos. Lo malo es que la luz era pésima a esas horas de la mañana, si te ponías en el exterior, el sol, que estaba justo enfrente, amenazaba por filtrarse entre los árboles y cegar tanto o más a la cámara que a los ojos, si te quedabas en el interior (y no llevas un buen flash para ‘rellenar’ como es mi caso), el contraste entre el soleado fondo y la sombría carretera producía un contraluz cuando menos ‘complicado’. Pero bueno, había que arreglarse.

La espera se amenizaba con las primeras noticias que llegaban vía radio del tramo inicial, Monfero-Irixoa. El ‘tema’ del rallye ferrolano era ver, por un lado, si Vallejo podía repetir la hazaña del año pasado y volver a batir a los S2000, y por otro, si los ‘Mitsus’ iban a tener alguna opción de acabar otra vez arriba, en la que parece ser ya la única prueba del calendario en la que todavía tienen alguna opción de mezclarse en la lucha por los puestos de podio. De entrada, el ‘aperitivo’ que suponían los 11.62 kilómetros de la primera especial, no daba muchas pistas. Los dos mejores cronos eran para los Peugeot 207 S2000 ‘oficial’ de Ojeda y ‘satélite’ de Monzón, separados por apenas una décima. Les seguía Senra con el EVO IX que había alquilado para la ocasión, y con el que ya ‘avisaba’ de sus intenciones de dar guerra como en el 2007, cediendo sólo 4.1 segundos. A poco más de un segundo del Mitsubishi, Vallejo situaba al Porsche, con lo que en las cuatro primeras plazas ya teníamos representantes de los tres tipos de coches en liza en el campeonato ¡no estaba mal!

Fuster, a algo más de seis con el Punto S2000, y Burgo, a un poco menos de 8 con el EVO, cerraban un primer grupo que ya tomaba ventaja sobre el resto, encabezado por los dos Súper 2000 de los más jóvenes de la categoría, Sergio Pérez y el reaparecido Oscar Garre, ambos con razones para tomarse el rallye con calma y pensar sobre todo en acabar. Les seguía un Berti Hevia que sabía lo difícil que le iba a ser seguir el ritmo de los EVOs gallegos en estos tramos … aunque no se yo si esperaba que ya, a las primeras de cambio, se le fuesen marchando con tal claridad tanto Burgo como Senra, conteniendo de momento sólo a Meira, que cerraba el top ten de este primer asalto a 22.8 segundos del crono registrado por Ojeda.

El paso por nuestro cruce poco nos permitía observar, ya que al optar por ‘encaramarnos’ en el talud interior sólo veíamos los coches por un fugacísimo instante en el que había que tratar de afinar al máximo para ‘meterlos en cuadro’. Aun así, los favoritos dejaban alguna sensación distinta: Vallejo pasaba 'con cuidado', consciente de que en ese tipo de virajes lentos tiene más a perder que a ganar con el potente Porsche, Ojeda daba la impresión de ser el que frenaba más tarde de todos con el 207, Monzón y Fuster transmitían la habitual 'seguridad sin alardes' de que suelen hacer gala y, como es habitual, el más 'generoso' de los pilotos de los S2000 era Sergio Pérez, siempre exhuberante y pasando totalmente cruzado mientras un 'penacho' de humo blanco se desprendía de su rueda trasera interior, bloqueada por la acción del freno de mano. En esa línea, más atractiva para la vista aunque no siempre apreciada por el implacable cronómetro, estaban los EVOs, con mención especial para Senra, superagresivo en la fase de entrada a la curva.

El veredicto del reloj daba la razón a Vallejo, que se hacía con el scratch y sólo era seguido de cerca por Ojeda, que cedía 3.3 pero se mantenía en cabeza, secundado ahora en la general por el de Meira, ya que Monzón estaba bastante más lejos esta vez del 207 del cántabro, dejándose casi doce segundos en los algo más de 24 kilómetros de Monfero-Monfero, lo que le enviaba a la tercera plaza, 4.2 segundos por delante de Fuster, que le había batido también en el parcial.

Los cuatro primeros tomaban ya ventaja y detrás se planteaba una interesante pelea entre los mejores Mitsubishi, con Burgo y Senra prácticamente a la par, mientras que Hevia ya perdía más de medio minuto ante ambos. Los tres EVOs precedían a los S2000 de Pérez y Garre, ambos muy lejos del ritmo del grupo de cabeza, cosa comprensible si se piensa que ambos habían salido pensando más en acabar que en hacer 'heroicidades', aunque, por diferentes razones, ninguno conseguiría cumplir con el modesto objetivo que se habían marcado.

Una vez que habían pasado todos los demás Mitsus, con los del PRR embarcados también en una muy interesante lucha de la que se caería apenas unos kilómetros después Martí, una de las numerosas víctimas de uno de los cruces más sucios del tramo, cambiaba mi ubicación al exterior del viraje para tener un diferente ángulo del que fotografiar al resto de participantes. La luz seguía siendo mala pero al menos se podía uno mover un poco más a izquierda y derecha y tener alguna foto un poco diferente. Con un poco más de tramo visible se apreciaba lo 'vendidos' que llegaban los pequeños Suzuki a la frenada, con el del madrileño Romo estando a punto de terminar ahí mismo su rallye al entrar totalmente descolocado y acabar 'mirando para arriba' en el cruce.

Una vez completada la especial, apenas si teníamos que recorrer un kilómetros con el coche para aparcar de nuevo en otro de los numerosos accesos de estos primeros tramos. Mientras Monzón y Ojeda dominaban en Villamayor-Paderne, con Vallejo perdiendo un buen montón de segundos y, lo que es peor, llegando con graves problemas de embrague que no le dejarían ir más allá, nosotros ya estábamos en Monfero-Irixoa, en un cruce a derechas con buena luz y mejor visibilidad, precedido de una rápida también a derechas de esas de hacer 'con fe'. El sitio prometía más de lo que luego daba, tal es la estabilidad y capacidad de tracción de estos coches de rallye modernos. Todos los punteros pasaban exactamente por el sitio, sin aspavientos y sin dar sensación de ir lo rápido que realmente van.

Así que tras el paso del R3 de Fran Cima decidíamos movernos de nuevo y salir hacia la segunda pasada por Villamayor-Paderne. De camino, mientras 'Cipri' al volante del Astra 'atacaba' bastante más de lo que yo hubiese hecho por esos estrechos caminos, la radio nos mantenía al día de como iban las cosas. Ojeda volvía a ser el más rápido en la segunda pasada por Monfero-Irixoa, y repetía aun con más ventaja en la de Monfero-Monfero. El rallye empezaba ya a parecer resuelto, con el cántabro treinta y un segundos por delante de Monzón y, además, con Fuster fuera de combate tras romper el motor de su Grande Punto sin haber tenido apenas ocasión de medirse con los Peugeot. El abandono del Fiat dejaba a Burgo, que seguía siendo el mejor de los 'Mitsus', tercero pero ya a más de minuto y medio del líder aunque aventajando en 26 segundos a Senra, con Hevia sin poder seguir el ritmo de 'los gallegos' y superado incluso por Garre. Oscar se había quedado sólo en el duo de S2000 que seguía a los EVOs ya que Sergio Pérez había volcado aparatosamente en la especial anterior, como vería después en el vídeo grabado por el teléfono móvil de un aficionado asturiano. El Punto azul había llegado demasiado rápido a una derecha, no pudiendo su piloto 'meter' el coche en el viraje, lo que significaba golpear el talud exterior y desaperecer entre una nube de polvo. Mal final para un rallye que el propio Sergio me había asegurado el día anterior que tenía en terminar el principal objetivo.

Tras un 'enlace' un poco demasiado frenético para mi costumbre, acabábamos por alcanzar el tramo y nos adentrábamos en una zona de bosque muy tupido que ofrecía como lugar más prometedor una izquierda con mucho espacio para 'morder' seguida de otra que terminaba sobre un estrecho puente. De nuevo, la teoría superaba a la práctica en cuanto al espectáculo ofrecido por el lugar, con el cierre para entrar en el puente aconsejando más el 'sasar' que el 'ras' en el viraje más rápido, ya que la mayoría optaban por abrir la primera curva para tener mejor ángulo de ataque en la más comprometida segunda.

La emoción que no daba la visión directa la proporcionaban las noticias que llegaban de final de tramo. El Peugeot de Ojeda no iba 'redondo' y Quique se dejaba dos tercios de su ventaja ante Monzón, lo que abría la incógnita de cara a los tramos de la tarde de si el 207 'satélite' podría batir al 'oficial'. Al menos el rallye no estaba tan resuelto, en cuanto a la victoria, como lo parecía sólo una especial antes. Los problemas del coche del campeón del IRC no eran, además, el único disgusto para la gente de Peugeot, que veía como el coche de Garre decía 'basta' ... ¡menudo tramo para BMR!

Pero los Peugeot no eran los únicos que sufrían en este final de mañana. El duelo entre los EVOs gallegos quedaba ya resuelto de la peor manera, al ceder el cambio de la unidad de Senra, que llegaba a Ferrol para quedarse ya allí a mediodía. Burgo, que se quejaba de problemas de embrague, tenía vía libre ya que Hevia venía demasiado lejos como para inquietarle (a más de un minuto) y tenía su mayor alegría del día a muchos miles de kilómetros de distancia, junto a la gran muralla china, donde su buen amigo 'Samu' ganaba la medalla de oro de ciclismo en ruta en el primer día de competición de las olimpiadas.

Mientras mis 'guías' seguían ruta camino de los tramos de la tarde, yo recogía el coche en Cabañas y ya me dirigía hacia la zona de asistencia en Ferrol para, como acostumbro, ir adelantando trabajo, hacer las habituales visitas a los diferentes equipos y recabar información sobre como les ha ido a unos y otros. En RMC había el buen ambiente habitual, con el cerrado duelo entre Muñiz y Cabanela llevando a ambos, y a Márquez que los seguía lo más de cerca que podía, a meterse entre los diez primeros, aprovechando también la importante 'criba' que habían producido los tramos de la mañana. Por delante de ellos y tras Hevia, estaba en tierra de nadie el Clio R3 de Vinyes, al que habíamos visto tan impresionantemente rápido como siempre en los tramos de la mañana y que era otro de los que estaba sacando partido del gran número de bajas para situarse muy arriba en la general. Y entre los dos gallegos y el asturiano de la 'cholocopa' estaba Meira, tras otra mañana de esas en las que la comparación con el 'Atleti' que hace de él un amigo gallego volvía a corroborarse. Tras un toque en uno de los innumerables cruces de Monfero, se rompía la bomba del diferencial de su EVO y el coche se convertía en poco menos que ingobernable lo que le obligaba a hacer malabarismos para seguir 'por lo negro', le enviaba a la novena plaza y le condenaba a tratar de remontar todo lo posible por la tarde, pero ya sin opciones de mezclarse en la pelea de Burgo, Senra y Hevia.

De camino a la parte alta del pabellón en la que estaban los Suzuki, observaba como nada más salir de la asistencia de Peugeot, el 207 de Ojeda se paraba y, rápidamente, los mecánicos se precipitaban de nuevo hacía él. Tras unos segundos de frenética actividad, el S2000 seguía camino del control horario de salida pero la sensación era clara: el problema del último tramo no estaba del todo resuelto. Cuando conectábamos la radio una vez acomodados en la sala de prensa, escuchábamos como el Peugeot había tomado la salida del tramo seis puestos por detrás de su posición natural, lo cual ya implicaba cambio de líder debido a la inevitable penalización. Aunque Quique, uno supone que enrabietado por tanta desventura, marcaba un claro scratch en San Sadurnino-Moeche, trece segundos por delante de Monzón, este era primero en la general con holgura, nada menos que 44.5 segundos a su favor una vez aplicado el minuto diez de 'castigo' que le había caído a su compañero de marca.

Con cuatro tramos por disputar, la suerte del rallye había cambiado y quedaba ver si Ojeda podía remontar ... pero la duda se disipaba demasiado pronto. En el siguiente tramo, As Somozas-As Pontes, el 207 oficial se paraba definitivamente, al parecer por problemas de alternador, los mismos ya sufridos por la mañana y que nunca se habían acabado de resolver del todo. El rallye se acababa para el cántabro, que sumaba así su tercer cero del año. El gran favorito para el título volvía a irse de vacio y cada vez le queda menos margen para poner el campeonato a su favor. Con cuatro resultados a descontar este año, ahora si que no le quedan prácticamente más 'comodines' que jugar al de los Corrales de Buelna, con quien intercambiábamos unas palabras minutos después, cuando ya estaba de vuelta a la asistencia y, mientras se lamentaba de su mala suerte, nos emplazaba para el Príncipe, un rallye en el que tiene muchas ganas de brillar, no ya sólo por su importancia en lo que respecta al desarrollo del nacional 2008 sino, tanto o más, por volver a reencontrarse con sus rivales del IRC 2007 ... y con los 'nuevos' tenores del certamen de Eurosport de este año.

Con Ojeda fuera, el rallye se acababa definitivamente en lo relativo a la lucha por la primera plaza. Monzón se quedaba sólo y el interés había que buscarlo en las pocas luchas que quedaban por detrás. Meira, con el coche ya reparado, remontaba hasta la quinta posición pero ya no iba a poder subir más. Vinyes era cuarto con margen suficiente como para no tener problemas en los dos tramos que quedaban y el podio tenía los dos peldaños restantes bien ocupados ya por Burgo y Hevia, que mantenían la tradición de los Mitsubishi grupo N brillando en Ferrol ... aunque este año lo conseguían a base de fiabilidad y no cometer errores, no en prestación pura como el propio Pedro había hecho dos años antes.

La sexta plaza era la más peleada, y además tenía premio extra: la victoria en la clasificación del PRR. El duelo entre esos dos buenos amigos que son Cabanela y Muñiz, seguía siendo espectacular, con Diego sólo 3.8 segundos por delante de Alvaro y los dos 'dándolo todo', con el riesgo que ello conlleva ... y que acababa por cobrarse una víctima en el siguiente tramo: Cabanela salía algo más cruzado de la cuenta en una 'escuadra', tocaba el tren trasero y lo destrozaba. Un final injusto para su magnífico rallye que dejaba a Muñiz sólo en la sexta posición y como ganador del interesante monomarca organizado por Roberto Méndez.

En la última asistencia quien más quien menos ya pensaba sobre todo en terminar. Si acaso, quedaba por decidir la séptima posición en un duelo entre asturianos: Cima contra Márquez, con siete segundos a favor del Fran y el Clio y con mejores registros en los primeros parciales por las dos especiales que se iban a repetir, incluso pese a un trompo en la primera. Pero Carlos había estado corriendo a la expectativa en los tramos anteriores y ahora, con la segunda plaza en el PRR asegurada, apretaba un poco más y sorprendía a Fran en San Sadurnino-Moeche, un tramo en el que el scratch era para Meira por delante de Vinyes, Hevia y Burgo, con Monzón sólo quinto a base de ir ya corriendo con 'la calculadora encendida'.

Quedaba la pasada final por As Somozas-As Pontes ... pero tras llegar a meta Hevia y Monzón la radio daba la noticia de la neutralización del tramo debido a una emergencia sanitaria de un vecino de la zona que obligaba a parar la salida de coches para evacuarlo en ambulancia. Un final brusco que cerraba un rallye en cierto modo extraño, que se había ido decidiendo por eliminación sucesiva de casi todos los favoritos y que dejaba un resultado final superfavorable a Monzón. El canario se está situando mejor que nadie para llevarse el campeonato, tras una campaña plena de regularidad en el lado positivo y con el importante lunar de su sanción por entrenos ilegales en Cantabria en el lado muy negativo, por muchas escusas que se quieran poner al respecto con aquello de 'al fin y al cabo todos lo hacen'. Y ¿quien sabe?, seguramente hay más, no se si muchos o pocos, que se salten las normas, pero eso no justifica el hecho de que uno sólo lo haga. Lo malo es que la actual reglamentación es tan inaplicable (¿a ver como se controla eso de que nadie entrene cuando no debe?) que sólo sirve para generar rumores y polémicas y para extender una sensación de que hacer trampas puede merecer la pena (ya que 'casi nunca pillan a nadie') que no es nada buena para la credibilidad de nuestros rallyes. Pero bueno, así son las cosas nos guste o no a los que no tenemos ni voz ni voto en como se llevan a cabo y sólo queremos disfrutar de las carreras ... y tener cierta seguridad a final de año de que ha ganado el mejor y no el que más hábil ha sido a la hora de buscarle los límites al reglamento ... ¡o hasta de saltárselos!

EVO CUP y PRODUCCION RALLY RACING

Berti Hevia sumó su cuarta victoria en la EVO CUP

Alvaro Muñiz triunfó en el PRR tras un bonito duelo con Cabanela

Aunque perdía claramente en su duelo ante los EVOs de Burgo y Senra, Hevia volvía a ganar 'fácil' en la clasificación de la EVO CUP, sumando su cuarta victoria en otros tantos rallyes lo que le perfila como claro favorito al triunfo final en el monomarca de Mitsubishi, que este año está pasando un tanto desapercibido debido a un notable bajón en el número de inscritos.

El podio lo completaban los dos primeros del PRR, Muñiz y Márquez, pasando también ambos a ocupar las dos primeras plazas de la general del certamen de RMC luego del abandono de Martí. Jordi no tiene término medio en lo que va de temporada: o gana o se sale. Con cuatro victorias y tres ceros, el catalán se está mostrando el más rápido pero le está faltando la regularidad necesaria para triunfar en un campeonato tan largo, con catorce rallyes, siete en asfalto y siete en tierra, que está demostrando su validez ya desde la primera prueba: hay igualdad, hay interés y, además, los EVO 'producción' andan lo suficiente y son tan fiables como para que sus pilotos se sitúen en posiciones más que dignas en la general de cada rallye. En esta ocasión, Muñiz y Márquez fueron sexto y séptimo scratch, con Alvaro marcando hasta un tercer crono absoluto en el tramo de Ferrol, cuando su duelo con Cabanela estaba en su máximo apogeo. Diego se salía precisamente en ese tramo, cuando lideraba por escaso margen ante Alvaro lue.

El tercero de los EVO de producción en la meta fue el Santana, que rodó tranquilo tras un toque al principio y acabó pese a un pinchazo al final. Aun así, los abandonos de Martí y Cabanela y la ausencia de Aguado, que fue padre precisamente estos días (¡enhorabuena Juan Carlos!) permitieron al joven canario obtener su mejor resultado del año.

COPA SUZUKI

Primer triunfo en la Copa Suzuki para Aquilino Sánchez

La tercera cita de los pequeños Swift estuvo marcada por el absoluto dominio en los cronos del gallego Núñez quien, sin embargo, no sacó más partido del rallye que los puntos por scratch que otorga el reglamento del monomarca de Suzuki. Esteban perdió más de tres minutos por un pinchazo en el primer tramo, los remontó de forma absolutamente alucinante a base de meterle al que menos entre uno y dos segundos por kilómetro en cada tramo, y en el séptimo ya era líder ... pero con el cambio de su Swift muy tocado, lo que le obligaba a abandonar, cuando ya contaba con más de un minuto de ventaja, en el primer tramo del bucle final ... que acabaría por ser el último al neutralizarse la pasada final por As Somozas-As Pontes.

Con Núñez fuera, el liderato pasó a manos de Aquilino Sánchez, que se había puesto en cabeza tras la tercera especial y que resistió la remontada en las últimas especiales del leonés Fernández, que le iba recortando tiempo y se situaba a sólo segundos a falta de esa última especial ... que se presentaba apasionante pero que al no celebrarse le privó de intentar el triunfo 'in extremis'.

El podio lo completó el mallorquín Jaume Barceló, aunque ya a casi dos minutos de los anteriores, siendo cuarto el madrileño Romo y quinto el ganador en Cantabria, Antxustegui, que tuvo un fuerte toque en el frontal de su Swift pero consiguió sumar los suficientes puntos como para seguir liderando el certamen de los pequeños Swift, que en este su tercer rallye han empezado ya a dar muestra de una falta de fiabilidad que no habían mostrado al inicio de la campaña.

CLIO CUP, NISSAN CHALLENGE y COPA SUBARU

Joan Vinyes acabó cuarto scratch con el Clio R3

El orensano Pardo se llevó la victoria entre los Subaru

Alberto Herrán rodó a ritmo muy lento pero terminó y se llevó los puntos de la Nissan Challenge

El resto de copas apenas si tuvieron la más mínima historia, algo por otra parte de esperar cuando ninguna pasaba de los tres participantes. Entre los Clio R3 de Renault, Vinyes volvió a ser, lógicamente, muy superior, mientras que Cima hizo su mejor rallye hasta la fecha, batiendo con cierta solvencia al local Blach, buen conocedor del terreno. Pero una penalización de 15 minutos, al considerar los comisarios que Fran había recibido ayuda externa en un enlace, dejó, de momento a Blach como segundo, a instancias de que se resuelva la apelación presentada ante la RFEdA por el equipo del asturiano, nada conforme con la decisión.

En la copa destinada a los Subaru Imprezza también eran tres los participantes, de los que pronto quedaba fuera Reiriz, mientras que Pardo batía siempre con claridad a Oliveira. Pese a un fuerte toque al final, que hacía llegar a su Imprezza en un penoso estado a la última asistencia, el orensano se hacía con la victoria de la categoría, además de acabar por meterse entre los diez primeros de la general scratch, aunque siempre lejos de los tiempos de los EVO IX de 'producción', categoría a la que también pertenecen los Subaru de la copa.

Finalmente, en la Nissan Challenge, ausentes Sergio Fombona (con su coche expuesto en el stand de su patrocinador en la Feria de Gijón) y Vicente Cabanes, se producía el debut del madrileño Alberto Herrán, que acompañaba al también madrileño y ya habitual de la copa Rubén Gracía. El 350Z de Rubén se rompía pronto, con lo que Herrán, en su debut con el coupé japonés, se lo tomaba con muchísima calma, limitándose a terminar el cuarto por atrás de la general pero como único superviviente no sólo de la Challenge sino también de la categoría GT.