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25-26|11|2011 RALLYE COMUNIDAD DE MADRID
Ausentes los campeones, Miguel Fuster-Nacho Aviñó, y los subcampeones, Jonathan Pérez-Kike Velasco, el fin de fiesta del nacional de rallyes de asfalto se convirtió en todo un festival para el Vallejo Racing con victoria del Porsche de Sergio y Diego por delante del Lotus de Alvaro Muñiz y César Blanco. El Fabia S2000 de Hevia-Iglesias completó el último podio del año en un rallye que decidió el título de marcas, a favor de Suzuki, el Trofeo R2, con victoria de los hermanos Arias, y la copa Swift, en la que se impusieron Joan Carchat y Claudi Ribeiro.

CRONICA

Lo bueno de que el nacional de rallyes de asfalto llegase decidido a su etapa final, el rallye Comunidad de Madrid, es que una prueba tan atípica, con más de un tercio de sus kilómetros cronometrados disputándose en el circuito del Jarama, no iba a tener influencia alguna en el resultado del campeonato. Lo malo era que, con el título y el subcampeonato absolutos de pilotos y copilotos ya resueltos a favor de Miguel Fuster-Nacho Aviño y Jonathan Pérez-Kike Velasco respectivamente, ni el Porsche de los levantinos ni el Peugeot 207 S2000 de los asturianos iban a ser de la partida en la última cita de un certamen al que no le sobran precisamente ‘coches gordos’ como para poder permitirse el lujo de que un par de ellos se queden en casa. Pero así están las cosas, y con los presupuestos más que exhaustos a estas alturas del año, Fuster y Jonathan, con los deberes ya más que hechos, eran bajas en una lista que acababa encabezando el Suzuki S1600 de Joan Vinyes, otro dato de esos que dan que pensar sobre como está un campeonato en el que acaba tan arriba el coche que, en su día, era el menos competitivo de una categoría, los ’supermilseis’, de la que ya nadie se acuerda. Porque, sin quitarle mérito alguno a las manos de Joan, que ha hecho una temporada impecable, el dato es también prueba evidente de que el campeonato está muy pero que muy flojo, con apenas media docena de aspirantes a las primeras plazas, de los que sólo dos, el propio Vinyes y Sergio Vallejo, han competido en todas las pruebas de un calendario de diez rallyes… el cual sigo pensando que es excesivamente largo y oneroso para los tiempos que corren.

Clara victoria de los hermanos Vallejo que sumaron su tercer triunfo de la temporada

Muñiz-Blanco completaron el doblete de Vallejo Racing tras un magnífico rallye con el Lotus

Hevia-Iglesias fueron segundos hasta el último tramo pero al final tuvieron que conformarse con la tercera posición

En su retorno al nacional con un EVO de ARVidal, José Antonio Suárez y Cándido Carrera acabaron cuartos scratch y primeros de grupo N

Así las cosas, los restantes de ese escaso grupo de asiduos del nacional acudían a Madrid sin jugarse más que la honrilla, aunque con un recorrido como el que presentaba la prueba y una climatología de lo más benigna para esta época del año, los pronósticos estaban muy claros: iba a ganar el Porsche de Vallejo… y además iba a ganar ‘fácil’… palabra que siempre hay que poner entre comillas porque, evidentemente, ganar nunca es fácil… pero creo que nos entendemos cuando se utiliza en el contexto en que la usamos en este caso. El otro lógico aspirante al triunfo tenía que ser el Fabia S2000 de Hevia, pero con el piso tan seco como iba a estar (salvo las lógicas humedades a primera hora del sábado en la sierra) era evidente que a Berti se le planteaba una misión imposible y su objetivo debería ser más el de intentar ser segundo que el de pensar siquiera en inquietar al presumible primero.

Uno de los que podía plantearse asaltar esa segunda plaza era José Antonio Suárez, que una vez completada su temporada mundialista en la WRC Academy retornaba al nacional con un EVO X de ARVidal, un coche que en los rápidos tramos madrileños se debería desenvolver realmente bien, como ya demostrara el año pasado Pedro Burgo, ganando con claridad… aunque entonces no había Porsches punteros a los que batir, dicho sea de paso. En todo caso, ni el coche era el mismo ni el joven piloto praviano tenía los suficientes kilómetros a su volante como para pensar en luchar por la victoria, aunque, conociéndole, estábamos convencidos de que lo íbamos a ver en la pelea por las posiciones de podio. Al lado del vistoso Mitsubishi para el que habíamos adaptado esa colorista decoración que ya empieza a ser algo así como la ‘marca de la casa’ de ‘cohete’, había en la asistencia del Jarama, a donde llegábamos al mediodía del viernes, otro EVO X para un debutante muy especial, el ciclista Oscar Pereiro. El único ganador del Tour de Francia que no tuvo el honor de recibir el maillot amarillo final desde lo más alto del podio en los Campos Elíseos, se estrenaba en una especialidad muy distinta y era foco de atención para las cámaras de varias televisiones, cumpliendo en ese caso el rallye de Madrid el que sigo pensando que tendría que ser su único papel: convertirse en un rallyshow, al estilo del que ese mismo fin de semana se disputaba en Monza, que sirva para acercar a los rallyes a la prensa generalista, las televisiones nacionales, los patrocinadores y el público no habitual… pero que no sea una prueba puntuable para un campeonato en el que su planteamiento desentona de forma notable… por no hablar de aspectos organizativos y de seguridad, como lo de permitir coches aparcados justo al borde de la carretera en los tramos de la sierra, algo que sería motivo de anulación inmediata de la especial en cualquier otro rallye pero que aquí, sorprendentemente, pasa totalmente desapercibidos para el, en otros sitios, siempre puntilloso delegado de seguridad de la española.

Cima-González remontaron en las pasadas finales por el Jarama para acabar quintos y completar su primer rallye nacional con el Exige

Vinyes-Mercader cumplieron su cometido de ganar en dos ruedas motrices y asegurar el título de marcas para Suzuki

Antxústegui-Suárez estuvieron cerca de los cronos de su jefe de filas y acabaron séptimos de la general

Victoria en la EVO CUP para los locales Doménech-López, octavos scratch con su EVO IX

Si en atraer a la prensa nacional cumplía su cometido el rallye madrileño, aunque fuese gracias a Pereiro, en lo que fracasaba estrepitosamente (y en este caso, sin culpa alguna para su organizador) era en el apresurado experimento de incluir a los World Rally Car en la lista del Campeonato de España. Una idea de la comisión de rallyes de la española que sería mejor definir como ‘ocurrencia’ porque de otra manera no se entiende cómo es posible decidir apenas tres semanas antes de la prueba final del campeonato que una nueva categoría de coches entre a formar parte del mismo… coches, además, de un coste de explotación lo suficientemente alto como para que los pocos que los tienen en nuestro país los utilicen con cuenta gotas y, desde luego, no en un campeonato en el que ninguno de ellos está interesado (ni más ni menos que lo que ocurre con los Kit car, por cierto… pero parece ser que el fracaso de su readmisión este año, con sólo el de Senra haciendo algunas pruebas del campeonato, no sirvió para escarmentar). Al final, y aunque se habló de muchos ‘posibles’ participantes y hasta apareció fugazmente por la relación de inscritos el nombre del canario Monzón con un Peugeot WRC, sólo el 206 del madrileño José Marbán, siempre habitual de este rallye, era de la partida, certificando su sola presencia el fracaso de una iniciativa que, parece ser, ya no es tan bien recibida de cara al reglamento del año que viene.

Y es que, insisto una vez más (¡como si sirviese de algo!), el problema del nacional no es si se admiten o no los WRC (coches tan o más caros de adquirir y mantener que los S2000) sino la necesidad de abaratar los costes de participación y organización. Eso, unido a intentar darle más repercusión mediática para atraer patrocinadores es lo que hace falta y no que los cinco o seis que vayan a seguirlo de forma asidua en busca de la victoria lo hagan al volante de S2000, WRC, GT, N+ o ‘R loquesea‘. Porque al final esos cinco o seis van a estar ahí, de un modo u otro, con uno u otro tipo de coche en función de los apoyos que puedan conseguir y los intereses de sus patrocinadores… pero el problema seguirá estando justo por detrás de ellos, en eso que yo llamo la ‘clase media’ del campeonato, que está desapareciendo a marchas forzadas dejando un hueco difícil de llenar entre los ‘TOP’ (que siempre serán pocos, cosa lógica por otra parte) y los participantes en las copas de promoción (de las que sólo la más ‘básica‘, la Suzuki presenta números suficientes como para ser representativa). Lo malo es que ‘los que deciden’ parece no darse cuenta de esto y siguen empeñados en legislar ‘a la carta’, en función de lo que les pidan ‘los de arriba’ (sean estos pilotos, patrocinadores, marcas o preparadores, que de todo ello ha habido en los últimos años)… y el resultado es lo que tenemos ahora, un campeonato pobre, que palidece si se compara no ya con el de cualquier país vecino sino también ante lo que teníamos por aquí hace no tantos años. Y aunque la crisis tenga su parte de culpa, no la tiene toda, no nos engañemos.

Dicho esto, que no deja de ser el habitual predicar en el desierto que ya por repetido me resulta hasta aburrido de escribir (¡así que imagino que también será aburrido de leer!), será mejor centrarse ya en lo que dio de si a nivel deportivo este 2º Rallye Comunidad de Madrid. De entrada, la prueba arrancaba con el primero de esos tres pasos previstos por el Jarama, con cinco vueltas cada uno, que totalizaban ni más ni menos que cincuenta y cinco kilómetros y medio… lo que con piso totalmente seco y las referencias de otros años, en torno a dos segundos por kilómetro a favor de los Porsches, eran poco menos que una sentencia a favor del único presente, el de Sergio Vallejo. Y aunque al gallego le costaba más de media vuelta adelantar al Fabia de Berti cuando se repetía ese capricho de sacar los coches a dos minutos para que se junten en pista y den espectáculo (otro detalle más que debería descalificar a esta prueba como rallye puntuable), el scratch era suyo con once segundos de ventaja. Una diferencia que el de Meira duplicaba en las dos pasadas por Navafría para completar la primera ’minietapa’ del rallye ya con una cómoda ventaja de casi 25 segundos sobre el asturiano.

Novena posición absoluta y segunda de la EVO CUP para De la Reina-Colchón

El podio del monomarca de Mitsubishi lo completaron Sansegundo-Valle que se aseguraron el título madrileño

Rallye lleno de problemas para Marbán-Ferrero que acabaron por abandonar cerca del final con el cambio roto

Paniceres, copilotado esta vez por 'Tote', sumó los puntos necesarios para acabar tercero en la general de la EVO CUP

A otro tanto se situaba el tercero, otro astur, José Antonio Suárez, que en el Jarama se enzarzaba en una animada pelea con el Lotus de Alvaro Muñiz, autor pese a ello del tercer mejor tiempo en lo que era un aviso de lo que vendría al día siguiente. Un aviso que, en la clasificación, quedaba mitigado por los problemas con un palier que sufría el Exige a continuación, penalizando diez segundos y cediendo suficiente terreno como para acabar el día por detrás del EVO de ’cohete’ pese a haberle superado en dos de los tres tramos.

De todo esto confieso que nos enterábamos ‘a distancia’… y además ‘malamente’, ya que los tiempos en directo del tramo final se obstinaban en no aparecer en la web de masrallye.com mientras esperábamos mesa para cenar en el Fridays, uno de ‘mis vicios’ cada vez que voy a Madrid y del que, parece ser, he acabado por contagiar a nuestros ‘compañeros de fatigas’ en los rallyes del nacional. Así que, entre picar unos nachos con queso o darle un mordisco a la imprescindible ‘Jack Daniels burguer’ o al no menos imprescindible ‘Oreo madness’,  consultábamos los cronos en la ‘blacberry’ (si, no queda más remedio, ¡ha habido que acabar haciéndose con un cachivache de esos!) y dábamos por terminada la jornada inicial del último rallye del año.

El sábado por la mañana, mientras Jose, César y Miguel se daban un madrugón ‘de aupa’ para ir a los tramos de la sierra, yo dormía un poco más y llegaba al Jarama justo a tiempo de seguir por internet los cronos del primer paso por Canencia. Pese a que había alguna que otra humedad, sobre todo en el alto, la empinada y recta subida era terreno más que de sobra para que el Porsche de Vallejo marcase unas diferencias suficientes como para no tener que jugársela tanto en la bajada y, aun así, sumar un nuevo scratch, aunque fuese por escaso margen. A menos de un segundo se situaba José Antonio Suárez, que empezaba el día al ataque (¡como si supiese ir de otra forma!) y le recortaba siete segundos a Hevia, sólo sexto en el primer parcial de la jornada en el que, sorprendentemente, le superaban Dani Marbán (con ganas de destacar tras haber quedado fuera de toda opción el día anterior al romperse el diferencial trasero de su EVO X), Alvaro Muñiz (definitivamente en la pelea por los puestos de podio) y Gorka Antxustegui (decidido a ponérselo complicado a Vinyes en el último rallye del año).

En Morcuera, tramo que en la configuración actual es todo subida, nadie podía ‘toserle’ al Porsche, que sumaba ya cinco de cinco en cuanto a scratchs. Vallejo estaba cumpliendo los pronósticos, y a falta de medio rallye ya llevaba 45.8 segundos de ventaja sobre Hevia, de nuevo sólo sexto en el parcial y teniendo que empezar ya a preocuparse por lo que le venía por detrás. Y es que tanto José Antonio Suárez como Alvaro Muñiz iban a ‘paso de carga’, repitiendo segundo scratch el asturiano y situándose justo a sus espaldas el gallego, lo que proponía a ambos como alternativas a Berti en la lucha por la segunda posición, de la que estaban, respectivamente, a 12.6 segundos y a 21.2.

Antonio Sainz y Martínez Cattaneo ganaron en históricos y estuvieron cerca de meterse entre los diez mejores de la generla

El Porsche 911SC de Casas-García fue el otro histórico que completó el rallye del nacional

Desafortunado retorno al nacional de Redondo-Alvarez y el Punto S2000

José Marbán e Iñaki Paez abandonaron con el único WRC en liza

En la repetición del mismo bucle, ya con el sol en todo lo alto y las temperaturas subiendo, aunque evidentemente, todavía bastante bajas, que estábamos casi en diciembre y en la sierra, la lucha por la segunda plaza acaparaba todo el protagonismo, hasta el punto de que Alvaro Muñiz marcaba el primer scratch que no era para Vallejo, superándole en Canencia y siendo el que más cerca se quedaba del Porsche de su compañero de equipo en Morcuera. El resultado era que el del Lotus pasaba a ocupar la tercera plaza, a apenas ocho segundos de Berti, que en estas dos pasadas apretaba más y era cuarto en ambas, lo que le mantenía aun en la segunda posición. Por delante del Skoda había estado también en los dos tramos el EVO de José Antonio Suárez, pese a que en el segundo la temperatura del motor subía y la electrónica se ponía en ‘modo seguro’ privándole de un buen montón de caballos y de unos cuantos segundos que le hacían ceder el tercer puesto ante Muñiz. De todas formas, el joven piloto asturiano estaba a sólo dos décimas del gallego y a 8.8 de Hevia, así que la pelea entre los tres en el bucle final, que incluía las dos restantes pasadas por el Jarama y la única por el vertiginoso Atazar iba a ser realmente intensa.

Como intensa era también la batalla entre los Swift S1600 oficiales de Vinyes y Antxustegui, con el andorrano conteniendo por poco al vasco, que le seguía como su sombra, a poco más de un segundo. De todas formas, el copi de Gorka, Gabri, nos comentaba que lo tenían difícil porque ahora llegaba el Jarama y el ‘circuítero’ de Joan iba a ser muy complicado de batir en la pista. Otro que confiaba en los dos tramos del circuito para ganar tiempo y, en su caso, posiciones era Fran Cima. El asturiano había perdido mucho terreno en el primer bucle de la sierra con unas gomas traseras totalmente inadecuadas que hacían poco menos que inconducible su Exige. Y aunque en la asistencia sólo tenía las usadas en el Montaña Central, que montaba para el segundo bucle, con ellas ya conseguía ’detener la hemorragia de segundos’ y llegar al Jarama todavía con la quinta plaza ’a tiro’. Para ello, Fran debería superar no sólo a los Suzuki, sino también al EVO IX de Ángel Doménech, un año más brillante en los tramos madrileños y que a esas alturas de rallye ocupaba la séptima posición.

El bucle final no deparaba sorpresas en la primera plaza: Vallejo lograba el pleno de scratch, ganando con holgura los dos tramos del Jarama y empatando a la décima con Hevia en el delirante Atazar, una locura de menos de 11 kilómetros, con más bajada que subida, en los que se alcanzaban casi los 130 por hora de media… más que en el Jarama y con árboles en vez de escapatorias de puzolana como alternativa si te salía de lo negro. Volviendo a los tiempos, el triple scratch permitía al de Meira sumar su segunda victoria consecutiva y tercera del año, todas logradas en la segunda mitad de la temporada, tras abandonar el proyecto del Lotus y volver al Porsche, con el que ha aprovechado, de forma impecable, las oportunidades que se le han presentado en una parte final de campaña en la que los puestos de cabeza han ido perdiendo efectivos de forma alarmante. Algo, en todo caso, que no le debe quitar mérito, porque estar ahí es, hoy día, casi lo más difícil de todo en esto de los rallyes españoles.

De todas formas, contento como estaba Vallejo de su victoria, diría que lo estaba más por el segundo puesto que finalmente lograba Muñiz con ese Lotus que había sido su apuesta fallida del inicio de año. Alvaro llevaba todo el día decidido a dar el máximo para completar el doblete del equipo gallego, aunque ello supusiese, como nos confesaba en un reagrupamiento, asumir unos riesgos exagerados. Al final, y aun con unos discos de frenos que llegaban al paso final por el Jarama en la últimas, Muñiz lograba su objetivo, superando a Hevia por apenas un par de segundos en el cómputo total del rallye. Un resultado de ensueño para el Vallejo Racing que todos sus componentes celebraban como se merecía en la zona de podium apenas unos minutos después.

Duelo madrileño en la última cita de la Twingo, con victoria de Rubén Gracia-Diego Sanjuán...

...por delante de Roberto Ballesteros-Ainhoa Sarasúa

Terminar terceros de los Twingo les fue más que suficiente a los hermanos Arias para ganar el título del grupo R2

Buen debut en rallye del ciclista Oscar Pereiro, al que copilotó Luis Penido

Menos que celebrar tenía Berti, al que veíamos despojarse del casco y el sotocasco a la llegada al control horario final, y cuya sudada expresión no dejaba dudas respecto a si lo había dado todo o no. El asturiano nos decía que ‘no podía correr más’… pero eso finalmente no le bastaba para conservar la segunda plaza, teniendo que conformarse con despedir, desde el tercer peldaño del podio, un año realmente complicado. Más satisfecho con el resultado acababa el siguiente en la fila del control final del campeonato, José Antonio Suárez, pese a que, como era de esperar, en los tramos del Jarama no tenía opción ante Muñiz y tampoco ante Hevia. Aun así, la cuarta plaza era satisfactoria para José Antonio, tras un año sin subirse a un EVO desde aquella memorable victoria en Pravia a finales del 2010.

Quinto terminaba otro asturiano más, Fran Cima, que volvía a demostrar su rapidez en el Jarama, donde ya le vimos ganar posiciones sin parar tanto hace dos años con el Clio R3 como el año pasado con el EVO X. Esta vez, al volante del Lotus Exige, Fran completaba su remontada, superando a Vinyes en la lucha por la quinta plaza tras haber hecho lo propio con Doménech y Antxustegui en los dos tramos anteriores. Por detrás del ágil GT acababan los dos Suzukis, con Vinyes imponiendo la lógica de su mayor experiencia en circuitos a las ganas de Antxustegui, que le escoltaba en el habitual doblete de los Swift S1600 en la categoría de dos ruedas motrices. Además, los puntos sumados por ambos certificaban el título de marcas para Suzuki. Un campeonato que no deja de ser, en realidad, el de las marcas ’que pagan’, ya que sólo puntúan las que ‘pasan por caja’ y abonan la correspondiente (¡y cara!) licencia… pero que publicitariamente es interesante para el fabricante japonés, que hace muy bien en explotar un resultado muy vendible aunque a nivel deportivo su valor sea ciertamente escaso.

Las tres siguientes plazas entre los diez primeros las completaban los ocupantes de los puestos de podio en el último asalto de la EVO CUP de Mitsubishi, cuyo título ya estaba más que resuelto antes de este rally a favor de Dani Marbán. El madrileño no podía celebrarlo como esperaba en el rallye de casa, que se convertía en todo un calvario, ya que a la rotura del diferencial trasero del viernes se unían la de la dirección asistida el sábado y, finalmente, la de la caja de cambios, que se bloqueaba en tercera y lo dejaba ‘tirado’ en el enlace antes de la última asistencia. De todas formas, aun con Marbán fuera, la victoria no se le escapaba a los pilotos locales ya que el mejor Mitsubishi en la meta final era el de Ángel Doménech, que este año tenía mejor fortuna que en el pasado y podía culminar su buen rallye con un buen resultado: octavo de la general y primero de la EVO CUP. Otros dos EVO IX, los del circuítero De la Reina y el campeón madrileño de rallyes, Sansegundo, cerraban el ‘topten’ de la general y el podio del monomarca de Mitsubishi, cuyo siguiente clasificado era Ángel Paniceres, sumando los puntos suficientes para acabar tercero en la clasificación final del certamen por detrás de los ya campeón y subcampeón antes de este rallye Marbán y Mantecón. Entre el EVO X de Paniceres y el IX de Sansegundo concluía el precioso Porsche Carrera histórico de Antonio Sainz, que no tenía problemas para ganar la categoría, terminando además en el puesto once de la general… aunque ya a más de diez minutos del ganador.

El título de la Swift se decidió en Madrid a favor de Joan Carchat y Claudi Ribeiro, que fueron terceros en la última prueba del año

Pazó-Seoane acabaron segundos de la Copa Suzuki tanto en el rallye madrileño como en la general final del certamen

Rey-Uzal también optaban al título de la Swift pero tuvieron que retirarse a poco de empezar

Alberto Monarri y Diego Sanjuán cerraron una temporada difícil con la victoria en casa en el monomarca de Suzuki

El siguiente foco de interés en la tabla eran los Renault Twingo, cuyo certamen monomarca ya se había asegurado Miguel Arias en Córdoba, aunque quedaba aun por decidir el título nacional del grupo R2 en el que compiten… y en el que se quedaron sólo al ir desapareciendo los numerosos Fiesta R2 que iniciaron el año (y que, por cierto, en un total de ocho participaban en el rallye du Var, alquilados a RMC por la Federación Francesa para una promoción de jóvenes pilotos, en su mayoría féminas). El caso es que tampoco había mucha emoción en la resolución del certamen porque a Arias le bastaba con los puntos de la décima plaza para asegurárselo… ¡y sólo había seis participantes! Así que Miguel se lo tomaba con relativa calma (sin pasarse, que eso de ir demasiado tranquilo es un arma de doble filo) y acababa tercero de los R2, resultado más que suficiente para sumar otro de esos títulos que adornan el palmarés pero, desgraciadamente, luego suelen servir de poco a la hora de buscar ayudas para el año siguiente. Por delante del asturiano, la última victoria del año entre los Twingo era un duelo local entre Gracia y Ballesteros, con ventaja para el primero, que se imponía con algo más de medio minuto de ventaja, intercalándose entre ambos R2 el EVO X del ciclista Oscar Pereiro, que se defendía con dignidad en su primera experiencia rallística.

Mucha más emoción había en la otra copa que nos queda por comentar, la Suzuki, que llegaba a Madrid sin decidir y con tres aspirantes al título: los gallegos Pazó y Rey y el andorrano Carchat. De los tres pronto era baja Rey, que venía en racha de triunfos pero veía como su coche le empezaba a fallar ya el viernes, con un problema eléctrico que le retrasaba primero y le acababa dejando fuera de combate después. Ello limitaba la pelea por el campeonato a un mano a mano entre Carchat y Pazó, con ventaja para el andorrano que se acababa llevando el título pese a acabar por detrás de su rival tras un rallye en el que Joan tuvo que sufrir lo suyo a causa de un inesperado encuentro con un jabalí en un tramo de enlace que a punto estuvo de echar por tierra su magnífica temporada. Finalmente, el incidente se saldó con más susto que daño y con una penalización de 20 segundos a la salida de la asistencia en la que se repararon los desperfectos. Un tiempo que le alejó de la primera plaza que ocupaba en esos momentos y le envió a la tercera, suficiente, en todo caso, para que no se le escapase la victoria final en la edición del 2011 de la Copa Swift. Un resultado extraordinario para un piloto debutante en el certamen nacional, que ya nos impresionó en su debut y que ha seguido mostrando su rapidez en todos los terrenos, haciendo buenos los pronósticos del fotógrafo andorrano Francesc Pino, que nos había hablado maravillas de las manos de este nuevo exponente de la que parece inagotable cantera del Volant RACC. Ahora sólo queda esperar que Carchat consiga esa continuidad que le faltó a los que, como David Coldecarrera, Jordi Martí o Ferrán Pujol, le precedieron en ese camino del certamen promocional catalán a destacar una copa nacional… y luego tenerlo muy complicado para seguir escalando peldaños camino de esa ‘clase media’ de la que hablaba más arriba y que parece casi ni existir. De hecho, uno de sus posibles exponentes estos últimos años era precisamente el ganador de la Swift en el último rallye del año, Alberto Monarri, que ha tenido que ‘bajar de nivel’ para poder seguir corriendo, y ha tenido además un año realmente duro en el monomarca de Suzuki. Al menos, terminar la temporada ganando le permitía cerrar la campaña con mejores ánimos para intentar volver a subir ‘de clase social’ la siguiente temporada.

Los vascos Izaguirre-Ruiz se impusieron en la final interterritorial de la Challenge Hankook y acabaron terceros de la nacional

Una avería en el cambio retrasó a los cántabros Martínez-Vegas privándoles de pelear por la victoria en la final de las Hankook regionales

El 206 de los otros representantes de la Challenge Vasco Navarra, Lapuente-Goikoetxea, acabó segundo de los Hankook regionales

El campeón de la Hankook asturiana, Braña, copilotado esta vez por Carbone, perdió toda opción por una penalización

Para cerrar el último reportaje del año nos queda comentar de forma muy positiva la buena iniciativa que tuvo Hankook de organizar una final nacional para los mejores clasificados de sus certámenes regionales Vasco-Navarro, Asturiano, Cántabro y de la zona Centro. Los dos mejores de cada uno de los tres primeros (aunque finalmente sólo acudió uno de Cantabria) más el clasificado del poco concurrido certamen central se dieron cita en Madrid y disputaron un rallye dentro del rallye que tuvo, a mi modo de ver, dos ganadores: de un lado el vencedor en la clasificación, el vasco Izaguirre, autor de un rallye espléndido que le llevó a situarse tercero de la Hankook nacional con el Saxo que fuese de nuestro buen amigo Berto Mateos, y del otro el cántabro Dani Martínez, al que una avería en el cambio de su Citroen dejó sin opciones el viernes por la noche pero que luego causó sensación por sus cronos, aunque ya no tuviese posibilidades de acabar bien clasificado. Otro que vio pronto arruinadas sus aspiraciones de luchar por la victoria fue el campeón asturiano Ignacio Braña, al que el cambio de copiloto para la ocasión le acabó costando caro, con una penalización de un minuto el viernes que resultó imposible de remontar y que le relegó a la tercera plaza, por detrás del otro representante de la Challenge Vasco-Navarra, Rubén Lapuente, que acabó segundo con su Peugeot 206.

Completado el repaso a las diferentes categorías en liza en el rallye Comunidad de Madrid no nos queda ya más que despedir una temporada que, en lo que respecta al nacional de asfalto, a ido a menos a medida que avanzaba el año. Entre que las cosas están como están y lo que ha pasando y que ya no merece la pena volver a repetir, el resultado ha sido un campeonato muy flojo en participantes y con escasa emoción salvo en momentos muy puntuales o categorías muy concretas. Cómo, además, las perspectivas para el año que viene, ni a nivel de reglamentos (aun totalmente sin definir a estas alturas) ni a nivel económico son especialmente halagüeñas, cuesta trabajo acabar la última crónica del 2011 con los habituales buenos deseos para el 2012. Así que vamos a dejarlo aquí esperando que, de todas formas, las cosas mejoren… más que nada porque peor parece imposible que puedan ir, si es que eso nos puede servir de consuelo.
FOTOS: CÉSAR RODRÍGUEZ (WWW.ASFALTOYTIERRA.COM)
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