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El estreno del Príncipe en el IRC no defraudó, ofreciendo un precioso duelo entre los punteros del certamen internacional de Eurosport. Tanto Basso como Vouilloz y Loix se mostraron siempre muy superiores a los habituales del campeonato de España, disputándose el triunfo hasta el final el italiano de Abarth, ganador en Oviedo, y el belga de Kronos, segundo y cada vez más líder del IRC. Entre los españoles, Ojeda acabó llevándose los puntos de ganador con su cuarta plaza en la general scratch.
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Con un recorrido prácticamente calcado al del año pasado, la mayor novedad en la estructura del rallye era la nueva ubicación de la zona de asistencia en el aeródromo de La Morgal. Un lugar que aportó ventajas e inconvenientes ya que si, por un lado, resultaba muy amplio y espacioso para colocar con holgura todo el montaje de equipos y organización, por otro esa misma amplitud acababa por jugar en su contra, propiciando excesivas distancias entre las diferentes zonas y una cierta incomodidad, sobre todo para los equipos situados hacia el final de la larguísima pista de aviación que servía de base a las asistencias. Además, el mal tiempo de los dos primeros días tampoco ayudaba a caldear un lugar excesivamente frió, tanto en lo climatológico como en 'ambiente'. De todas formas, la situación 'estratégica' de La Morgal y el mucho espacio disponible pueden hacer del aeródromo el sitio ideal para futuros parques de trabajo simplemente puliendo detalles como, por ejemplo, optar por una distribución de espacios para los equipos en dos líneas paralelas, de forma que se concentre algo más todo el montaje, sitio hay de sobra para ello.

Los días previos al rallye se acaba finalmente por saber quien era el elegido para llevar el 207 S2000 patrocinado por BF Goodrich del equipo Kronos que en cada rallye del IRC es adjudicado a un piloto local. La decisión en el caso de España se salía por completo de las dos tendencias vistas hasta ahora en este tema: darle el coche a un piloto veterano y 'semiretirado' como fue el caso en Portugal con Campos o en Bélgica con Snijers, u optar por un piloto joven como Valousek en Chequia o Torlasco en Italia. En España se acabó tirando 'por el camino de el medio', seleccionando finalmente a un 'veterano en activo' como es el caso del gallego Sergio Vallejo, que ganó en el desempate de la votación final a una joven promesa como es Yeray Lemes.
Una vez el rallye en marcha, el de Meira hizo gala una vez más de su profesionalidad y buen hacer, y aprovechó realmente bien la curiosa oportunidad de sumar un buen montón de puntos para el campeonato de España con un Peugeot ... ¡puntos que pueden servirle para arrebatarle a los pilotos Peugeot el título nacional!
Al menos, Yeray tuvo pocos días después el consuelo de ser el piloto elegido para representar a España en la selección del Pirelli Star Driver, una iniciativa de la marca italiana de neumáticos que llevará a dos pilotos a participar en seis rallyes del mundial, al volante de un grupo N o un Super 2000.
La decisión final respecto a quienes serán los dos pilotos se llevará a cabo en Austria, a finales de Octubre, y allí Lemes competirá contra los representantes elegidos por el resto de paises en los que se disputa una prueba del mundial
El Príncipe supuso el retorno a los rallyes de todo un viejo conocido de la afición asturiana, Pedro García, uno de los principales protagonistas de las Copas Seat en los 90 y que llevaba más de una década sin competir.
El retorno de Pedro se producía al volante de un Mitsubishi EVO9 grupo N de Quattro Rally que, como nos comentaba el piloto tras el shakedown, no se parecía, lógicamente, en nada a los coches con los que había competido en su época en activo, así que el objetivo era, ante todo, ir poco a poco con el coche y divertirse. Por desgracia para Pedro, la mecánica no aguantaba más allá de la mitad de la primera etapa, impidéndole completar este Príncipe en el que se había inscrito con gran ilusión pero sin idea de que esta vuelta a las carreras tenga continuidad. Eso si, gracias al superrally, el piloto del CAS pudo disfrutar de los tramos del domingo, aunque fuese 'fuera de concurso'.
De los foráneos inscritos, la mayor novedad a nivel mecánico era el Honda Civic R3 del equipo italiano JAS, un coche que no habíamos tenido ocasión de ver hasta ahora en ninguna prueba del nacional. Pilotado por Alessandro Bettega, el Civic quedaba casi inédito por problemas mecánicos el primer día, pero se 'reenganchaba' el segundo aprovechando la reglamentación de 'superrally', permitiendo a su piloto demostrar el enorme potencial del R3 japonés, con cronos al nivel de los EVO9 punteros y siempre claramente por delante de los Clio de su categoría. El Honda tiene en su potente motor (¡260 CV según declara el preparador!) su gran ventaja respecto a los Renault (que andan en torno a los 230), mientras que sus mayores dimensiones lo hacen, tal vez, algo menos manejable aunque ello no impidió al hijo del recordado Attilio causar una excelente impresión a lo largo de toda la segunda etapa del Príncipe.
De los quince tramos previstos, al final se tuvo que anular uno y neutralizar otro. La anulación llegó temprano, el viernes, cuando una manifestación de vecinos de la zona, reivindicando mejoras en el pavimento de la carretera, cortó el paso a la caravana del rallye en el tramo de Pajomal, provocando un retraso imposible de solventar como para que la especial se hubiese podido llevar a cabo.
La neutralización vino cerca del final del segundo día, y se debió al fuerte accidente del Clio R3 de Roberto Blach y Alejo Souto, que rodaron 'monte abajo' de forma alarmante en la segunda pasada por Argame-Las Mazas, requiriendo la presencia de los dispositivos de seguridad del rallye para rescatar a piloto y copiloto. Por fortuna, pese a lo aparatoso del golpe, ninguno de los dos sufrió heridas de consideración y tras trasladarse a Blach, por precaución, al hospital central, al final todo quedo en un considerable susto para el piloto gallego.