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Luis Monzón aprovechó a la perfección el temprano abandono de Enrique García Ojeda para sumar su primera victoria al volante del Peugeot 207 S2000 y presentar sería candidatura a un título que sigue muy en el aire. Vallejo continúa como líder tras sumar otro podio, aunque no pudo batir con su Porsche al Fiat Grande Punto de Miguel Fuster. El levantino terminó segundo pero nunca estuvo en disposición de pelear con el S2000 vencedor. Armide Martín acabó cuarto con el Ferrari y Pedro Burgo fue esta vez el mejor de los Mitsubishi, lo que le valió la quinta plaza final.
CRONICA

Tradicionalmente el rallye de Orense es sinónimo de calor, aunque estas últimas temporadas las temperaturas durante su disputa habían sido más bajas de lo habitual, lo cual siempre agradecemos los que 'funcionamos mal' por encima de los ventitantos grados. Pero si en mis últimas visitas a la capital orensana había tenido suerte en ese sentido y no había 'sufrido' en exceso los rigores de su microclima, este año todo apuntaba a que no me iba a librar. Los días previos ya me llegaban noticias desde la zona de que el calor era intenso, y el hecho de que el rallye se disputase justo el día de inicio oficial del verano no hacía sino presagiar una importante subida en las cifras marcadas por los termómetros.

Monzón se apuntó su primera victoria del aó y presenta también candidatura al título

Fuster sufrió para acabar segundo mientras espera que lleguen mejoras para su Fiat

Vallejo sigue sin bajarse del podio y liderando el campeonato

Mi plan de viaje era el habitual cuando el rallye está en un radio de acción de no más de tres-cuatro horas de coche: salir a media mañana de Gijón y llegar todavía con tiempo de sobra para visitar la zona de asistencia y hasta ver algo de las verificaciones antes de ir a la ceremonia de salida. Pero el jueves por la tarde, justo cuando entraba en el cine para ver la última de Indiana Jones (que no me gustó nada, ¡y eso que soy todo un fan de la serie!) sonaba el móvil y había ligero cambio de planes. El que llamaba, desde Orense, era Sergio Fombona y me decía algo así como "tienes que llevar un 'paquete' a Orense". Y como no es la primera vez que les acerco a él o a otros pilotos el típico casco o hans o licencia o cualquier cosa que se les haya podido olvidar a última hora, pensaba que sería algo así. Pero no, Sergio bromeaba con lo del 'paquete', ya que no se trataba de ningún 'bulto', se trataba de llevar a su novia, Bea, que salía de trabajar a las tres el viernes.

Así que lo de llegar a las verificaciones quedaba descartado, pero, a cambio, iba a tener compañía (¡y de lo más agradable!) para el viaje, lo que hacía que las tres horas y media de trayecto hasta Orense se hiciesen mucho más cortas que otras veces, charlando sobre un montón de cosas por el camino. De paso, además, se me presentaba la ocasión de en un planteamiento un poco diferente para 'mi' rallye del sábado: Bea había quedado para el día siguiente con Elena, la pareja de uno de los rivales de Sergio en la Nissan Challenge, Vicente Cabanes, y eso me llevaba a pensar ... ¿por qué no seguir el rallye con ellas? Aparte de las obvias ventajas de pasar el día en tan estupenda compañía, me parecía que podía ser interesante ver, de cerca, como viven 'las chicas' una prueba cualquiera de 'sus chicos', sin ser grandes aficionadas a esto, al menos antes de conocerlos, y teniendo que jugar ese incómodo papel de 'sufridoras' que les acaba corespondiendo siempre, y que pocas veces les reconocemos todo lo que se merece. Porque a los que nos gusta 'esto de los coches' no hace falta convencernos mucho para ir a ver una carrera a donde sea pero, si uno lo piensa un poco, se pone en 'el otro lado', se imagina que su pareja pudiese ser, no sé, bailarina clásica en gira por los balcanes ... y entonces ya aprecia más el sacrificio que debe de suponer lo que ellas hacen ... porque seguro que a todos nos iba a costar pero que mucho trabajo seguirlas a donde las llevase su afición, como ellas hacen con nosotros ... y hacerlo además con una sonrisa como pude comprobar que era el caso.

De vuelta al relato cronológico (y tratando de abreviar, Toni, a ver si esta vez consigues leer la crónica entera, tienes razón ¡en la última me pasé dándole a la tecla), ya eran más o menos las siete cuando llegamos a Expourense justo en el momento en que Sergio y su copi Carlos hacían lo propio. Al bajar del coche y abandonar la artificialmente fresca atmósfera del aire acondicionado, ya notábamos que, efectivamente, este si que iba a ser un 'Orense clásico' ... ¡menudo calor hacía! Algo que nos confirmaban Carlos y Sergio, que ya habían sufrido en el shakedown los rigores de las altas temperaturas, amplificadas en el angosto habitáculo del 350Z, que uno imaginaba debía de ser todo un horno con ese enorme motor delante y con toda la línea de escape y el árbol de transmisión pasando a centímetros de ambos ocupantes sin apenas aislamiento por el medio.
Como quedaba todavía hora y pico hasta la ceremonia de salida y, además, daba la casualidad de que teníamos todos reserva en el mismo hotel, nos dirigíamos hacía allí, lo que aprovechaba para dejar las maletas ... y hacer el comunicado de Javi Villa, que había tenido un día complicado en Magny Cours, preludio de un fin de semana que, desgraciadamente, nada iba a tener que ver con el del año pasado, cuando logró allí su primera victoria.

La salida protocolaria tenía lugar este año en la plaza mayor, donde la organización había dispuesto un 'mini graderio' para los fotógrafos que hacía que esta vez anduviésemos todos 'menos a codazos' que de costumbre para 'ganar la posición'. Una vez cumplido el trámite tocaba una cena relajada en el restaurante argentino que se ha convertido en mi parada obligada cada año en Orense (¡que buena está esa brocheta de provolone, bacon y pimientos!), y a eso de las once ya estaba de vuelta en el hotel. Concretaba con Bea la hora de salida del día siguiente ('nos vemos a las 8 en la asistencia') ¡y a dormir que mañana va a ser un día duro con este calor!

El sábado amanecía con ese cielo totalmente azul que no deja esperanza a los que nos gusta la sombra ¡tocaba sol de justicia y calor todo el día! A las 8 en punto entraba al parking de Expourense y ya bajaban de la asistencia Bea y Elena luego de despedir a 'sus chicos' y desearles suerte para el rallye. Aunque íbamos un poco justos de tiempo, nos dirigíamos al primer tramo y llegábamos, por los pelos, a ver la salida. No es que fuese un sitio especialmente atractivo para ver el rallye o sacar fotos, pero para mis 'compañeras de rallye' eso era, obviamente, lo de menos. Se trataba de verlos pasar y luego volver a la asistencia para recibirlos después del primer bucle. Tiempo habría de sacar mejores fotos después, así que nos situábamos en el alto que flanqueaba la primera curva y empezábamos a ver salir a los primeros participantes.
El tercero en partir era Ojeda y ni por asomo se me ocurrió pensar, cuando le vi recorrer esos metros iniciales, que ya no lo volvería a ver en acción el resto del día. Por una vez me había acordado de llevar la 'miniradio', así que sintonizaba una de las emisoras que retrasmitían el rallye y en seguida llegaban las primeras noticias desde la meta de Melón, situada unos 18 kilómetros más allá. Vallejo, que partía con el 1 en las puertas de su Porsche era, lógicamente, el primero en cruzarla, pero su crono de 12.26.6 era rápidamente superado, y con claridad, por el registro del Peugeot de Luis Monzón, un 12.13.7 que significaba casi un segundo  por kilómetro a favor del súper 2000 francés frente al GT alemán. Todo indicaba que se iban a cumplir los pronósticos en cuanto a que este era un rallye en el que el Porsche iba a sufrir, con tramos bastante estrechos y no especialmente apropiados para desplegar toda su caballería. En esa reflexión estaba, más o menos, cuando en la radio empezaban a comentar que algo debía de haberle pasado a Ojeda, porque no llegaba. En efecto, transcurría ya bastante más de un minuto desde que habían anunciado el crono de Monzón y no había noticias del bueno de Quique. Cuando, poco después, llegaba Fuster, con un crono apenas un par de décimas peor que el de Vallejo, se aclaraban las dudas: ¡el 207 oficial estaba parado en el tramo! Como sabríamos después, apenas 11 kilómetros (amen de los poco más hechos en el shakedown) habían bastado para acabar con un motor que, se comentaba, acababa de llegar nuevo desde Sodemo en Francia. Ojeda sumaba su segundo cero del año y seguía con su gafe en Orense, un rallye en el que la mala suerte en forma de averías le acompaña de forma demasiado habitual.

El golpe de efecto era importantísimo porque el rallye se quedaba, nada más empezar, sin su máximo favorito. Algo que, ¿quien sabe? igual podía hacer que el pronóstico estuviese más abierto, aunque Monzón había tomado ya una intertesante ventaja en poco más de 17 kilómetros. Los trece segundos que perdían Vallejo y Fuster eran las distancias menores que conseguía el canario en este primer parcial. El resto, lógicamente, cedía ya bastante más. El primero 'de los demás' era Armide Martín, con el único 'cavallino' que queda del orgulloso 'escuadrón de caballería' que Piedrafita presentó hace apenas tres meses en Villajoyosa. El canario persiste en su empeño de acercarse a los de arriba con el precioso Ferrari y, para empezar, no lo hacía nada mal, marcando el cuarto mejor crono, a 22.8 de Monzón y a menos de 9 segundos de 'su referencia', el Porsche de Vallejo, el único GT capaz de mezclarse en la pelea con los S2000. De estos, los otros dos en liza en Orense era los Fiat de Manuel Redondo y Sergio Pérez, que completaban la primera especial en cronos muy similares, séptimo el gallego, octavo el cántabro. Un resultado bueno para el local y, dado su estado físico, más que aceptable para el cántabro. Sergio se había dado un buen 'tortazo' al caer de una moto unos días antes y estaba 'hecho polvo' con fuertes golpes por todo el cuerpo y la espalda especialmente afectada, así que hoy su objetivo era más modesto que en otras carreras: nada de pensar en pelearse con los de delante, terminar ya iba a ser toda una heroicidad.

Entre el Ferrari y los dos Fiat se metían los dos primeros Mitsubishis, entre los que, contra pronóstico, no estaba el EVO IX de 'Berti' Hevia, sólo décimo en este primer parcial, lastrado por una elección de gomas arriesgada (las más blandas '10' cuando todo el mundo montaba las '30') que no se revelaba la más idónea. Por delante del asturiano se situaban los gallegos Alberto Meira y Pedro Burgo, quinto y sexto scratch respectivamente, y hasta el canario Yeray Lemes, en su retorno al 'Mitsu' con el que ya conseguía más que en las dos salidas anteriores con el Ferrari ...¡al menos había podido hacer el primer tramo!

Justo antes de Lemes le había tocado el turno de salir a Sergio Fombona, y para Bea llegaba el esperado momento de verlo pasar y lanzarle todo su ánimo desde la cuneta. El vistoso 350Z transitaba como una exhalación por el rápido viraje inicial, en una visión fugaz de apenas un par de segundos para la que Bea se había hecho su buen montón de kilómetros desde ExpoOurense ... ¡decidídamente lo de las chicas tiene mérito! Poco después, Elena tenía también ocasión de aplaudir a 'su' Vicente y, tras esperar ambas unos minutos a que yo sacase las fotos de los EVOs del PRR que no me podía perder por si acaso luego alguno no seguía en competición, emprendíamos ya camino de vuelta a la asistencia. Como habíamos aparcado al lado del  control de salida, no se podía volver por el mismo camino mientras seguían llegando participantes, así que tocaba darse un amplio paseo por la 'Galicia profunda', atravesando un pueblo de esos supertípicos con su cruceiro en el centro y sus construcciones tan características de la zona para acabar por volver a la general unos cuantos kilómetros más arriba.

De retorno a ExpoOurense, la radio nos mantenía informados de lo que iba pasando en los otros dos tramos que completaban el bucle inicial. En el corto Avión, Monzón volvía a ser el más rápido, seguido esta vez de Fuster pero también a casi segundo por kilómetro como antes, lo que al ser el tramo de poco más de 7 se traducía en cerca de cinco segundos de desventaja para el levantino. Este desbancaba de la segunda plaza a Vallejo, que cedía algo más en valores relativos, ya que se dejaba cerca de 8 segundos en 7300 metros, lo que le relegaba a la tercera plaza, ya a casi 21 segundos del líder cuando sólo iban dos tramos. De todas formas, con Ojeda fuera, para Vallejo lo fundamental era, sobre todo, acabar en el podio, así que la tercera plaza podría ser un muy buen resultado en un rallye poco o nada favorable a los GT y mucho más adecuado a los S2000, como demostraban los cronos de Redondo, cuarto y nunca hasta ahora tan arriba en un rallye de este nivel, o Sergio Pérez, quinto pese a su precario estado físico que muy gráficamente describía por la radio: '¡me duelen hasta las pestañas!'

El duelo entre los Mitsubishi seguía decántandose en favor de Meira, que ya había 'avisado' en el Rías, siendo el más rápido de los EVOs en el primer tramo antes de romper en el segundo. El vigués batía de nuevo a Burgo, y Javier Paz completaba un 'triplete galego' en lo que respecta a los 4x4 japoneses, con Yeray también por delante de un Hevia que, fuesen o no los neumáticos la causa, comentaba por la emisora que tal vez había empezado demasiado despacio. En sólo dos tramos, 'Berti' ya cedía un minuto respecto a Monzón y, lo que era más grave, veinte respecto a Meira con su EVO IX calzado con las teóricamente menos perfomantes Matador, y casi 16 ante Burgo y sus también hasta ahora 'desfavorecedoras' Hankook'. Incluso Yeray, con otro EVO de RMC, más antiguo y con las mismas gomas, estaba por delante así que, decidimante, el poleso había ido más despacio de la cuenta en este inicio de rallye. En medio de los 'Mitsus' quedaba el Ferrari de Armide, noveno en el tramo pero manteniendo la cuarta plaza en la general, justo por delante de Sergio Pérez que había ascendido a la quinta.

A nuestra llegada a la asistencia ya se iban conociendo los cronos del tramo largo de la mañana, Beariz, con sus 22 kilómetros. Monzón mantenía su ritmo implacable y le endosaba otros quince segundos a Fuster y nada menos que 25 a Vallejo, al que superaba también un inspiradísimo Redondo, que se alzaba hasta la cuarta plaza de la general. La primera sección se completaba con el canario del Peugeot 207 cláramente instalado en cabeza, con 32.9 sobre el levantino del Fiat y 46.2 respecto al gallego del Porsche. Unas diferencias realmente abultadas y que dejaban en el aire la sensación de que el rallye estaba poco menos que sentenciado, aunque eso siempre sea mucho decir cuando faltan, como era el caso, siete tramos por disputarse.
Además, a la entrada del reagrupamiento, las caras de preocupación en piloto, copiloto y miembros del equipo Fiat mientras miraban en el interior del capot del Grande Punto no auguraban nada bueno: el S2000 italiano arrastraba problemas (¿de diferencial?) que les traerían de cabeza durante prácticamente todo el día. Como Vallejo tampoco estaba del todo satisfecho, comentando ya por la radio al final del tramo que los nuevos neumáticos que estrenaba en este rallye no acababan de ir del todo a su gusto, la situación no podía ser más favorable para Monzón. Así que en Peugeot, perdido el coche oficial, todos los esfuerzos y expectativas se centraban en el 'satélite', ese curioso eufemismo que usan en sus comunicados de prensa para referirse el 207 del piloto 'que paga' y que, ahora, pasaba a ser el centro de todas sus opciones de ganar y, de paso, de evitar que los rivales del 'oficial' sumasen el máximo de puntos.

Otro que llegaba al reagrupamiento con problemas era Sergio Pérez ... y no sólo porque estuviese ya al límite de sus fuerzas debido a su precario estado físico sino, además, porque se había roto una estabilizadora y ello le había hecho sufrir aun más para controlar el Grande Punto. El cántabro perdía más de cuarenta segundos, cayendo hasta la sexta plaza, doce segundos por detrás de Armide Martín y su Ferrari, que en Beariz había estado más cerca de Vallejo que en los tramos anteriores.

La 'batalla de los Mitsus' se decantaba en el parcial en favor de Hevia, que había atacado más tras ver que su ritmo inicial no era suficiente, superando en la general a Yeray y recortando unos pocos segundos respecto a Meira y Burgo. Este era otro que, nada más llegar a ExpoOurense, abría el capot y miraba con gesto adusto a su interior: algo fallaba en la alimentación del EVO naranja, haciéndole ceder algo de tiempo respecto a Meira, del que ahora le separaban diez segundos. Con cinco EVOS ocupando los puesto del siete al once (Yeray era décimo y Paz undécimo), y otros seis metidos entre el 13 y el 20 (los de Martí, Muñiz, Antelo, Cabanela, Márquez y Aguado), poco espacio quedaba para la variedad que aportan el R3 de Vinyes y los GT de Fombona y Aviño. El andorrano era duodécimo con su Renault, corriendo de nuevo básicamente contra si mismo, situación en la que también se encontraba el asturiano del Nissan, decimocuarto y 'asado' de calor en el 350Z. El levantino del Porsche venía algo más atrás, tras perder tiempo en el tercer tramo lo que le relegaba momentáneamente a una poco habitual decimonovena plaza.

Tras una rápida ronda por las asistencias para sacar las primeras fotos de los diferentes equipos, me unía de nuevo a la 'expedición' de Bea y Elena camino de la segunda pasada por Melón. Pero, esta vez, íbamos más que justos de tiempo y cuando estábamos llegando a la zona de salida ya pasaba hacia el inicio del tramo el Fiat de Fuster. Mejor cambiar de planes y dirigirnos a Beariz. En ese tramo, el 'colega' de AutoHebdo Galicia, Javier Figeuiredo, me había recomendado el cruce de Cardelle, y hacía allí nos dirgíamos siguiendo sus muy detalladas indicaciones. Pese a que la distancia era notable, acabábamos por llegar, aunque fuese por los pelos y tras dejar el coche 'de cualquier manera', luego de que la Scenic que iba delante nuestro acabase por meterse 'hasta la cocina' ... ¡para quedar luego allí en medio tapando la presunta vía de evacuación!

Al menos, el cruce cumplía con las espectativas en cuanto a permitir bonitas fotos: buena luz y una 'tribuna natural' llena de público como fondo para dar ambiente a las imágenes de los coches apurando la frenada, cortando o derrapando a la salida. Justo tras pasar el Porsche de Vallejo, al que sólo llegaba a ver de lejos desde el final de la larga escapatoria, me situaba en la única esquina en la que era posible ponerse ante el cada día más habitual 'laberinto de cintas de plástico' en que se están convirtiendo todas las 'zonas especiales' de los tramos, y en la que ya había otros cuantos 'compañeros de fatigas' de diferentes medios. De camino, habíamos seguido por la radio el desarrollo de los dos tramos anteriores, segundas pasadas a Melón y Avión, en los que nada había cambiado en cuanto a la situación de los tres primeros: dos nuevos scratchs para Monzón hacían crecer su ventaja sobre Fuster hasta los 42 segundos, mientras que Vallejo seguía sin coger el ritmo de otros rallyes y cedía bastante más tiempo, viéndose incluso superado por Armide en uno de los parciales y manteniéndose tercero en la general, pero ya a más de un minuto de Monzón y casi 25 segundos de Fuster. Menos diferencia de la que el de Meira le llevaba al Ferrari del canario, que accedía a la cuarta plaza por delante de un Sergio Pérez en plena remontada tras haber resuelto el problema de la estabilizadora en la asistencia, ganando ambos la posición que dejaba libre el abandono por salida de carretera del hasta entonces hombre revelación del rallye: Manuel Redondo, autor de una corta pero espectacular demostración con su Punto S2000 privado. El accidente del Fiat del gallego provocaba, además, una 'semineutralización' de la segunda pasada por Melón, ya que el coche quedaba en medio de la carretera y obigaba a parar a los siguientes que llegaban a la zona hasta que se cortaba la salida. Tras liberar el paso, se decidía reanudar el tramo y se daba a los que no pudieron seguir el crono de su pasada anterior, decisión 'salomónica' para una situación realmente poco usual. 

Por nuestra curva de Beariz pasaban todos los de delante sin novedad y sin problemas. En cuanto a efectividad, como de costumbre, los S2000 se llevaban la palma, especialmente el 207 de Monzón, que salía como cataputaldo tras perder la mínima velocidad posible en el cerrado viraje. En cuanto a vistosidad, destacaban Armide, al que se le cruzaba un poco más de la cuenta el Ferrari al dar gas, pero lo controlaba bien, o Fombona, que apuraba un poco al límite la frenada, 'sacando humo' de sus neumáticos pero 'metiendo' el morro del pesado Nissan justo a tiempo y por el sitio. Por apenas unos segundos se perdía Juan el escuchar el sonido del coche de 'su piloto' en directo, ya que instantes después me llamaba para comentarme los tiempos que seguía, online, como de costumbre, desde Ibiza. Los cronos eran demoledores en favor de Monzón: sexto scratch del día y, además, con otros cerca de veinte segundos de ventaja sobre Fuster y Vallejo. Estábamos en mitad de rallye y la ventaja del Peugeot 'satélite' era ya de un minuto respecto al Fiat 'comunitat Valenciana', con el Porsche 'Nupel' tercero a casi minuto y medio. O en los cuatro tramos de la tarde pasaba algo raro (avería o salida o pinchazo o cualquiera cosa anormal) o a Monzón no le iba a ganar nadie.

En la asistencia del mediodía nos tomábamos una refrescante ensalada (por si no lo he dicho ya antes, ¡hacía un calor inosoportable!) y decidíamos ir con calma y tiempo de sobra hacia uno de los numerosos accesos intermedios de la parte inicial de San Pedro de Rocas. Justo cuando salíamos de EspoOurense veíamos volver a la asistencia al Fiat de Sergio Pérez: algo se estaba rompiendo en la transmisión y el abandono era tan inevitable como, casi, un alivio para el dolorido piloto cántabro, al que a mediodía habíamos visto tumbado en el suelo de la carpa de su equipo en busca de un mínimo reposo para su maltrecha espalda.

Con Elena de perfecta 'copi' (no en vano ha hecho sus 'pinitos' al respecto en algún rallye de regularidad) y con las perfectas indicaciones de Figueiredo sobre como descifrar el laberinto de cruces que son las carreteras gallegas, llegábamos con más de media hora de adelanto al que sería nuestro tercer punto de observación del día. Apenas si había nadie en la zona aunque si que había un puesto ambulante de venta de helados, así que nos tomábamos unos 'calipos' para aliviar el calor y buscábamos acomodo. A esa hora, las cuatro y pico de la tarde, el sol estaba en todo lo alto y 'machacaba' aun más si cabe. Así que seguíamos el consejo de unos aficionados locales y nos situábamos justo donden acababan las cintas rojas del exterior del viraje, una 'escuadra' de derechas y 'mucho ras'. La recomendación era realmente buena: había un ligero 'plano' en el talud, que permitía situarse un poco elevados, a la sombra y, tras 'desbrozar' un poco por delante, 'disparar' desde una cómoda posición de sentados ... ¡de lujo!

La espera la había ido amenizando la radio, con información sobre la primera pasada por el famoso 'Cañón do Sil', al que un año de este tendré que acabar yendo, ya que, por una u otra causa, al final siempre es el tramo que me falta por ver del Orense ...¡precisamente el que todo el mundo dice que es el más bonito! El mítico tramo suponía, además, la primera novedad en cuanto a ganador de especial del día: Monzón ya corría 'con la calculadora encendida' y la guerra estaba entre Vallejo y Fuster por la segunda plaza, con ventaja todavía cómoda en la general para el de Fiat, pero con amenazador scratch por parte del de Porsche, que le acercaba a menos de 17 segundos, con aun tres tramos por delante.

Con Armide tranquilo cuarto y totalmente en tierra de nadie, casi con un minuto por delante y otro por detrás como distancias que le separaban del resto, la otra pelea de la segunda mitad del rallye era la que se producía por la quinta plaza entre los Mitsubishis. Una pelea en la que Burgo, una vez resueltos los problemas que había tenido por la mañana, tomaba definitivamente el mando, ayudado, eso si, por la habitual mala suerte de Meira. Como me comentaba ayer un buen amigo gallego 'ser de Meira es como ser del Atlético de Madrid', y ya se sabe que los del Atleti son famosos por aquello de que su equipo es el 'pupas' al que todo le pasa. Y a Meira parece que le ocurre algo parecido. Esta vez se trataba de un pinchazo que no sería sino el preludio de algo peor: una avería de caja de cambios que le dejaría sin primera ni segunda para el último bucle y, lógicamente, sin opción alguna de seguir en la lucha por la quinta plaza que tan brillantemente había ocupado tras los tramos de la mañana, viéndose superado tanto por Burgo como por Hevia, que no acababa de coger el ritmo que había mostrado en los dos rallyes anteriores, en los que había batido al gallego con cierta facilidad. Eso, o que Pedro estaba corriendo esta vez bastante más que entonces, que también puede ser ¿quien sabe?

Aunque si el gallego del 'Mitsu' amarillo tenía motivos para quejarse, peor era lo de Yeray Lemes, que se tenía que retirar al perder todo el agua de su EVO cuando se le rompía una conducción del sistema de refrigeración ... lo cual en un día de tantísimo calor era, obviamente, fatal. El abandono del canario dejaba libre otro puesto entre los diez primeros, entre los que ya se había metido a mediodía el R3 de Vinyes, que escalaba ahora hasta la octava plaza, que acabaría siendo la séptima con los ya relatados problemas que sufriría poco después Meira. Tras el andorrano quedaba pendiente otra cerrada lucha entre el Mitsu de Paz y el Porsche de Aviño por la novena, que se acabaría llevando el levantino tras una notable remontada, y ya fuera de los diez primeros, Martí dominaba entre los participantes en la que Márquez llama, con humor, 'la CholoCopa'. Tras el catalán, pero recortándole terreno de forma inexorable, hasta adelantarlo pese a ir 'pasándolas canutas' por problemas de frenos y un motor que se paraba de vez en cuando en zonas de cuarta, venía el Nissan de Sergio Fombona, al que Bea y Elena saludaban con entusiasmo desde nuestra privilegiada posición a la salida de la curva. Ambas acogían con igual alegría el paso del otro 350Z de su interés, el de Vicente Cabanes, unidas en compartir la vivencia de seguir a 'sus chicos' y disfrutando otra vez de ese fugaz atisbo que supone verlos pasar a toda velocidad durante un instante para el que han esperado cerca de una hora. ¡Dedididamente tiene mucho mérito lo de 'las sufridoras'!

Al igual que en el tramo anterior, esperábamos un poco más para ver el paso de los primeros Suzukis, y una vez sacadas todas las fotos que iba a necesitar, ya emprendíamos, por tercera vez, el camino de retorno 'a base'. Allí ya dejaba 'a las chicas' en la asistencia de Nissan y me dirigía a la sala de prensa para ir empezando el trabajo previo a la redacción de los comunicados de final del rallye. Con sólo dos tramos por delante, todo parecía resuelto y, efectivamente, así era. Con los problemas de su coche finalmente resueltos en la última asistencia, Fuster aseguraba la segunda plaza con un scratch en la pasada final por Cañon do Sil que convertía en anecdótico el mejor crono de Vallejo en el último San Pedro de Rocas. Por delante de ambos, Monzón administraba la diferencia con notable sangre fría, y se proclamaba ganador con apenas medio minuto sobre el Fiat de Fuster, al que había llegado a sacar un minuto a mitad de rallye. El 'satélite' se había convertido en el centro del universo para el equipo Peugeot, ganando el rallye para la marca y, de paso, evitando la victoria de sus principales rivales en el campeonato. Además, a los del León les completaba la jugada, en lo que respecta a ese campeonato de marcas que sólo les interesa, probáblemente, a sus hombres de marketing, la 19ª posición scratch del 206 de Gómez, que reportaba unos inesperados puntos extra en ese apartado.

En el campeonato que nos interesa al 'resto de los mortales' , el de pilotos, Vallejo aumentaba su ventaja ante Ojeda en puntos totales gracias a su tercera plaza y el cero del cántabro, al que también superan ahora mismo Monzón y Fuster. Situación, en todo caso, bastante engañosa, ya que con nada menos que cuatro resultados a descartar, Quique y el Peugeot oficial todavían tienen margen de maniobra más que suficiente para hacerse con el campeonato, siendo como son los únicos con dos triunfos en lo que va de temporada. Eso si, que no se descuiden mucho más, porque ya tenemos la experiencia de años anteriores de Peugeot-BMR 'empeñándose' en perder un campeonato ¡y consiguiéndolo! Así que, aunque siguen siendo los favoritos, ya sólo les quedan un par de comodines. Un fallo más y estarían en la cuerda floja.

Ahora llegan las 'vacaciones de verano' del nacional de asfalto, más cortas que otros años al ser el siguiente rallye, el de Ferrol, en Agosto. Ahí empezará la fase decisiva del campeonato, en la que el mayor coeficiente del 'Príncipe IRC' deberá marcar de forma ya muy definitoria lo que resta de temporada. Mientras, nos quedan unas cuantas preguntas en el aire ¿Ganará el título el favorito número 1: el Peugeot oficial de Ojeda? ¿Podrá Vallejo batir con el Porsche a los súper 2000? ¿Tendrá BMR que echar mano del 'satélite' para salvar la temporada? ¿Las mejoras de motor de los Fiat oficiales italianos llegarán a España y permitirán a Fuster tener algo que decir? Las respuestas irán llegando después del verano.

 

 

EVO CUP

Aunque esta vez no fue el mejor Mitsubishi, Berti Hevia volvió a ganar en la EVO CUP

La EVO CUP estuvo en esta ocasión un poco más disputada gracias a la presencia de Yeray Lemes, que empezó incluso liderando en los primeros compases de la prueba, en su retorno al volante de un Mitsubishi. En el tercer tramo el primer puesto ya pasó a manos de 'Berti' Hevia, pero Yeray todavía se mantuvo cerca durante unas cuantas especiales más hasta que se quedó sin refrigerante en la primera pasada por San Pedro de Rocas y tuvo que abandonar, cuando era segundo a algo más de 20 segundos. Con el canario fuera de combate, Hevia ya no tuvo a nadie que le pudiese inquietar en la clasificación del monomarca de los Mitsubishis, aunque su 'guerra' durante todo el rallye era más contra los otros EVOs que no puntúan para la copa (Burgo y Meira) que contra los que acabaron tras él en la general de la misma (Paz y el pelotón de los EVO de producción, encabezado una vez más por Jordi Martí)

PRODUCCION RALLY RACING

Jordi Martí vuelve a liderar en solitario el PRR tras sumar en Orense su cuarta victoria del año

En Orense el 'Producción Rally Racing' tenía su segundo rallye de asfalto, que era ya la sexta prueba dentro del calendario mixto asfalto-tierra del certamen organizado por RMC. Ausentes en el Rías por tener que desplazar todo el equipo a Lanzarote para la prueba doble del nacional de tierra, los pilotos del PRR llegaban a tierras gallegas con una situación superigualada en la general del campeonato: tres pilotos empatados a puntos en cabeza (Martí, Cabanela y Muñiz), el cuarto a sólo uno (Márqurz) y el quinto a cuatro (Aguado). Peero en Orense Martí se encargaba pronto de deshacer el empate, tomando ya clara ventaja por la mañana y administrándola por la tarde para sumar su cuarto triunfo del año y volver a liderar la copa en solitario. Segundo acababa Muñiz, que no se ha bajado del podio en las seis pruebas disputadas hasta la fecha, con lo que es también segundo de la general, y tercero terminaba Márquez, que también ocupa igual puesto en la tabla provisional. Por la tercera plaza luchaba también Cabanela hasta que sufrió un aparatoso vuelco en una lenta paella que le dejó muy retrasado, permitiendo a Aguado superarle para acabar cuarto.
NISSAN CHALLENGE

Sergio Fombona sigue intratable en la Nissan Challenge

La Nissan Challenge sigue siendo coto cerrado de Sergio Fombona, que en Orense sumó su cuarta victoria consecutiva, de nuevo con clara ventaja sobre sus rivales, que esta vez volvieron a ser los de la primera carrera del año: Rubén Gracia y Vicente Cabanes. Sergio no tuvo, de todas formas, un rallye tranquilo ya que sufrió bastantes problemas de frenos, especialmente en los tramos largos, así como un muy incómodo inconveniente con el motor, que se paraba de forma súbita en zonas rápidas para volver a arrancar instantes después. Aun así, el gijonés estuvo cerca de meterse entre los diez primeros, logrando otra vez lo máximo a lo que se puede aspirar al scratch con el 350Z.
Por detrás de Fombona tampoco hubo lucha, ya que Rubén Gracia quedó pronto fuera de combate por salida de carretera en el primer tramo, y aunque siguió en el rallye hasta el final, para rodar y hacer kilómetros, acabó excluido por exceso de penalización. Vicente Cabanes, que también sufrió de un funcionamiento 'caprichoso' de su propulsor, marcó todos los segundos scratchs, excepto el de la última especial, en la que perdió seis minutos por un pinchazo que le hicieron caer del 17 al 26 de la general.
CLIO CUP

Joan Vinyes no tiene problemas para dominar entre los R3

La presencia del local Luis Aragones aumentaba a tres el número de participantes en la muy descafeinada copa de Renault, en la que Vinyes, lógicamente, no tiene rival. El andorrano volvió a ganar con absoluta comodidad y su caso es similar al de Sergio Fombona en la Nissan challenge, su 'rallye' es más contra si mismo y buscando acabar lo más arriba posible en la general que contra los otros participantes en el monomarca. Esta vez Joan terminó séptimo tras estar todo el día en medio de la lucha de los mejores EVO IX y por delante del Porsche de Aviño. Los problemas de Meira en la sección final le acabaron por permitir ganar una plaza y finalizar séptimo, en el límite de lo que se puede conseguir con el R3 al scratch.
Por detrás, Fran Cima volvió a tener un rallye complicado, con continuos problemas de frenos que le llegaron a desesperar ya que no acababan de dar con la causa de los mismos. El asturiano conseguía, al menos, acabar, aunque fuese a más de nueve minutos de Vinyes y en el puesto 16 de la general, situado entre los cuatro mejores del PRR y el ganador de la copa Suzuki. A otros nueve minutos, en el lugar 33, terminaba el tercer Clio R3 en liza, la más 'light' versión Access pilotada por el orensano Luis Aragonés.
COPA SUBARU

El portugués Oliveira tuvo esta vez rivales y sumó su segundo pleno en la copa de Subaru

También en la Copa Subaru el total de participantes se elevó a tres, al unirse los gallegos Pardo y Reiriz al portugués Oliveira, que había sido el único participante con el nuevo Imprezza en el debut del monomarca en Cantabria. El luso sumaba por segunda vez el máximo de puntos, tras un rallye en el que no tuvo los problemas mecánicos que le complicaron el anterior, lo que le permitió rodar con regularidad, en tiempos siempre por detrás de los marcados por los EVO IX de producción, categoría en la que también están encuadrados los Subaru 2008.
A poco más de un minuto terminaba el orensano Pardo, con la unidad del nuevo Imprezza que ya había estrenado en la tierra a principio de temporada y que le dio bastantes quebraderos de cabeza a lo largo de todo el día, aunque al menos consiguió terminar, marcando cronos similares a los de Oliveira en los tramos en los que el coche funcionó bien. También llegó a meta el tercero de los Subaru, pilotado por Reiriz, que acabó a algo más de seis minutos del portugués.
COPA SUZUKI

Esteban Núñez dominó con claridad la segunda prueba de la Copa Swift

Nuevo claro dominador entre los pequeños Swift. Si en Cantabria 'arrasó' Antxustegui, en Orense le tocó el turno a Esteban Núñez, que sólo dejó un scratch para sus rivales, ganando con total autoridad y cerca de dos minutos de ventaja. El gallego ya tomó más de treinta segundos de diferencia en el primer bucle y a aprtir de ahí siguió distanciándose mientras que la pelea se centraba en la segunda plaza. Esta acabaría siendo, al igual que en Cantabria, para el catalán Marc Jiménez, gracias a hacer en el último tramo, el único scratch que no se llevó Núñez, lo que le valió para superar tanto al asturiano Aquilino sánchez como al vasco Gorka Antxustegui. Aquilino fue quien más perdió en ese tramo final, ya que llegaba segundo a la últim pasada por San Pedro de Rocas y veía, para su sorpresa, como tanto Marc como Gorka marcaban tiempos mucho mejores al suyo que le relegaban a la cuarta plaza.
Quinto acababa el canario Benjamín Avella, tras un buen rallye con cronos en el nivel de los tres anteriores aunque no pudiendo mezclarse en la lucha por el podio debido a una penalización de veinte segundos que le dejaba un poco en tierra de nadie. Tras el piloto de Maspalomas acababa el leonés Aitor Fernández, que empezaba muy fuerte, llegando a ir segundo, pero que cedía terreno a medida que avanzaba el día y acusaba fuertes dolores en un hombro que se dislocaba en el segundo tramo.
Esta vez la fiabilidad de los Swift no era total como en Cantabria, sufriendo averías en la caja de cambios los otros dos asturianos que toman parte en la copa, Miguel Angel Blanco y 'Viti' Pardeiro, y terminando doce de los dieciseis inscritos. Los otros dos abandonos eran el de Ibán López, por salida de carretera, y el de Miguel García, por indisposición de su copiloto.