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Segunda victoria consecutiva de Enrique García Ojeda aunque esta vez con bastante menos ventaja que en Cantabria. Vallejo y el Porsche mantuvieron la presión sobre el 207 hasta el final y batieron al resto de S2000, entre los que Monzón acabó por completar el podio tras superar durante todo el día a Fuster. En la general provisional del campeonato, Vallejo sigue líder aunque Ojeda, con dos victorias en cuatro rallyes, se confirma como el favorito al título.
CRONICA

Dicen que a medida que te haces mayor tienes la sensación de que el tiempo pasa más deprisa. También dicen que no hay nada para que el tiempo pase rápido como estar ocupado. Teniendo en cuenta que últimamente 'no paro' y que, desde luego, me voy haciendo indudáblemente mayor, el caso es que, sea por una u otra causa, cuando el pasado viernes me ponía en ruta camino de Vigo para el primer rallye de la 'temporada gallega' de nuestro nacional de asfalto, caía en la cuenta escuchando no se que programa mientras 'zapeaba' en la radio del coche, de que, aunque me pareciese increíble, 'el verano ya está ahí' a la vuelta de la esquina. Efectivamente, este sábado ya despedíamos mayo para entrar el domingo en el mes del inicio de las vacaciones, junio ... aunque cualquiera lo diría a la vista del chaparrón que atravesaba a la altura de Astorga y que seguía añadiendo un buen número de litros por metro cuadrado a esa estadística de la tercera primavera más lluviosa de los últimos sesenta años que mencionaban el locutor radiofónico. Con la lluvia como constante en prácticamente todos los días previos al Rías del 2008, mi destino de este primer viaje a Galicia del año, y con lluvia durante buena parte del camino, estaba poco menos que resignado a un rallye pasado por agua. Lo que, por otra parte, aunque añadiese incomodidad al seguimiento de la prueba, podía ser, tratando de buscarle el lado positivo, un aliciente extra y una nueva variable que añadir a la prueba.

Sin embargo, a medida que me acercaba a Vigo, el tiempo iba mejorando y cuando entraba en el recinto del IFEVI, a eso de las cinco y algo de la tarde, hacía hasta sol y el cielo estaba con más claros que nubes. Como las verificaciones no acababan hasta las seis todavía hasta me iba dar tiempo a ver algo ... o eso pensaba. De entrada, ya tenía el primer 'roce' del fin de semana con la muy 'puntillosa' organización que en su muy loable afán de tenerlo todo bajo control llegaba a veces, en mi opinión al menos, a cruzar la línea entre el 'control' y el 'agobio'. Porque para pasar al parking de prensa había que tener el pase de prensa, lógico ... pero para recogerlo en la caseta habilitada a tal efecto a la entrada (buena idea), no te dejaban parar el coche allí, aunque había sitio más que de sobra, sino que debías llevarlo al parking de público, justo en la otra punto del enorme recinto, volver andando al punto de partida, recoger la documentación y, entonces si, ya podías aparcar en el parking de prensa ... ¡aunque si ya había aparcado en el de público poco sentido tenía ya volver a aparcar! Viendo 'la jugada' usaba eso de 'la política de hechos consumados', paraba justo al lado de la caseta y me apresuraba a recoger el pase mientras el guarda de la zona ya me estaba echando la bronca. Bueno, prueba superada, ya podemos aparcar y empezar el trabajo ... ¡o no! Porque nada más entrar en el enorme pabellón sede de las verificaciones observaba que todo el perímetro interior del mismo estaba vallado y con un sólo acceso en el centro. Vale, vamos hacia la puerta del 'corralito' para entrar, no hay problema ... ¡o si! Resulta que con la acreditación de prensa se puede pasar la primera valla ... ¡pero no la segunda! Justo delante del 'cercado' exterior había otro 'interior' delimitando un pasillo situado como a quince-veinte metros del lugar donde estaban verificando los coches ... ¡y del que no se podía pasar! Y, ¿que quereis que os diga? personalmente el 'interés informativo' de las verificaciones no lo centro es sacar fotos con el teleobjetivo, que era lo único posible con tal 'dispositivo de seguridad', sino en estar al lado de los coches y los pilotos cuando pasan el trámite, momento siempre bueno para ver detalles y charlar con unos y otros de forma relajada, sin la tensión que luego suele haber el día del rallye. Pero como ello no era posible esta vez pues lo dejamos correr, ¡que se le va a hacer! Al hilo de esto insisto (ya se que inútilmente) en lo que ya comentaba el otro día tras el Cantabria: señores organizadores, por favor, no confundan mejor organización o mayor empaque para su prueba con poner más y más trabas en plan 'mundial' o 'fórmula 1', tanto a los que vamos a trabajar como a los espectadores que van a verla. Aunque cada vez parece que 'molestamos' más ... ¡sin unos u otros poco sentido tendría organizarla!

Ojeda sumó su segunda victoria consecutiva

Vallejo acabó segundo y sigue líder del campeonato

Monzón terminó contento con la tercera plaza

En la zona de asistencia todos los equipos tenían ya preparados sus habituales montajes, con una curiosa separación en dos zonas aisladas entre si, al estar rodeadas de su correspondiente vallado, que daban la sensación de ser lo que se podían denominar barrio 'rico' y barrio 'pobre', y que hacia aun mayor que de costumbre el contraste entre los participantes con más medios y los más modestos. Como por allí apenas si quedaba ya nadie, debido a que este año la ceremonia de salida tenía lugar en pleno Vigo en vez de en el pabellón de al lado, me dirigía al coche para emprender yo también el camino al Náutico. Justo cuando entraba en el parking me saludaban Antonio y Yago, dos aficionados vigueses, padre e hijo, que habíamos conocido Juan y yo durante el Llanes del año pasado. ¡Vaya casualidad! Entonces, tras coincidir en la cuneta del primer tramo, les habíamos guiado hasta Noriega y habíamos pasado unas cuantas horas juntos charlando de rallyes. Ahora ellos estaban 'en casa' y se ofrecían de inmediato a ser mis guías camino de la ceremonia de salida y luego hacia el hotel: siguiendo con las casualidades, este año 'mi agente de viajes' Geli, me había alojado en el Coia en vez del Gavilanes como en mis dos anteriores visitas ... ¡y resulta que nuestros amigos vigueses vivían precisamente al lado del Coia! Viendo luego las vueltas que dimos por el laberíntico Vigo hacia uno y otro destino, menuda suerte tuve de encontrarme con ellos porque, conociéndome, seguro que me habría perdido por el tortuoso trazado de sus calles, encima con un montón de obras complicándolo aun más.

Aunque para mi era más cómoda la ubicación de la ceremonia de salida en el IFEVI que se había utilizado en años anteriores, he de reconocer que el entorno del Naútico, con el mar y los barcos haciendo de fondo a los coches del rallye en una especie de 'miniMónaco' era de lo más sugestivo y, desde luego, daba a la prueba mucho mayor realce y repercusión pública que el amplio y confortable pero muy frío ambiente del recinto ferial. Tras sacar las fotos de rigor ... con la habitual y amistosa 'pelea' entre los de las cámaras de fotos y los de la tele para conseguir sitio ante la rampa de salida (tanto vallar antes en las verificaciones y ahí, en cambio, valía todo), llegaba la hora de dejar el equipaje en el hotel, quedar con Yago y Antonio para ir juntos al día siguiente al primer tramo, tomar una cena rápida y a la cama. Antes, eso si, faltaba todavía hablar con Jose, que se encargaba de 'cubrir' las verificaciones de la subida a Muncó, y ver si todo estaba en orden en lo que respecta al trabajo relativo a la web de la prueba. Entre él sacando las fotos y Gerald 'subiéndolas' a la red el tema estaba resuelto así que misión cumplida, a descansar que el sábado tocan diana ... a las 6:30. Desde luego, si una cosa me gusta poco de los rallyes ¡son estos madrugones!

A las 7 en punto ya estaban Antonio y Yago a la puerta del hotel así que emprendíamos camino hacia el tramo que abría el rallye, el rápido As Neves. La idea era hacer las dos pasadas por la parte final del mismo, la que queda más 'a mano' desde la A52. Tras aparcar en el ya muy atestado camino que llevaba al tramo acabábamos por llegar a la zona del 'cruceiro' con tiempo de sobra para buscar la mejor situación posible ... algo que iba a resultar, cuando menos, complicado. El muy notable dispositivo de seguridad del rallye dejaba pocas opciones, con tanta cinta roja por todas partes ... y el comisario que nos 'atendía' a la llegada tampoco es que facilitase el trabajo precisamente. De entrada, no nos dejaba ni pasar, por mucho que estuviésemos acreditados, y nos enviaba a la zona de público, en la que ya había tres filas de gente. Para ver el rallye podía valer, te buscas un hueco y tratas de atisbar lo que puedas entre las cabezas de unos y otros, pero para hacer el trabajo era implanteable. Así que decidí dar media vuelta y tratar de 'dialogar' de nuevo con el poco cooperante comisario e intentar que nos permitiese situarnos donde estaban ellos y los guardias civiles. Tras un largo tira y afloja con los tópicos de siempre: "tenemos órdenes de que aquí no se ponga nadie", "la acreditación no te permite ponerte en lugar prohibido", etc, etc, contestados con los no menos tópicos: "¿y para que nos sirve que nos acrediten entonces?" o "no quiero ponerme en lugar prohibido ni peligroso, sólo donde pueda hacer el trabajo lo mismo que vosotros", uno de los guardias se mostraba mucho más comprensivo, le recomendaba consultar el tema vía radio y al poco volvía con la autorización de situarnos justo donde estábamos, donde los comisarios, guardias y el radio enlace, en lugar perfectamente seguro pero, al menos, con la opción de poder moverte algo y hacer las fotos sin tener espectadores delante. El sitio no es que fuese nada bueno, sin apenas margen para variar el encuadre, con una luz pésima y con el sol entrando cada vez más de frente, pero era la única opción. De hecho era mucho mejor justo enfrente, pero allí la maraña de cintas rojas hacía imposible sacar nada, así que tocaba conformarse y hacer lo que se pudiese.

Tras tanto tira y afloja, el paso del 350Z 'cero' de Blázquez centraba ya la atención de todos en lo verdaderamente interesante, el rallye. Poco después el 'bramido' del Porsche de Vallejo precedía en apenas unos instantes a su aparición por el extremo derecho del visor de mi cámara. Una entrada en escena realmente bonita, con el precioso Porsche brillando lo suficiente, bajo el todavía tímido sol que se filtraba por entre los árboles, como para destacar de forma llamativa contra el oscuro fondo de la sombría zona en la que estábamos. Al ruido del motor y la primera imagen del coche, seguía el inconfundible sonido de los neumáticos resbalando sobre la capa de barro que cubría el interior de la frenada: Vallejo controlaba el intento de 'patinazo del morro, domaba la caballería del 997 cuando esta hacía un amago de desbocarse al dar gas una vez pasada la minirotonda del 'cruceiro', y desaparecía bajo los haces de luz dorada que entraban por la izquierda del 'plano' y que daban a toda la escena un aspecto casi irreal, como una de esas imágenes de un bosque encantado en una película de fantasía. En conjunto, un plano fugaz, corto pero intenso. Un plano que se repetía una y otra vez, de minuto en minuto: el expectante silencio, el sonido del motor que se adueña de la escena, la explosión de color del coche que pasa ante tus ojos y que tratas de capturar como a cámara lenta mientras se desvanece camino de la siguente curva ¡la magia de los rallyes!

Como me había olvidado la miniradio en el coche (primera vez que me acuerdo de meterla en la maleta ...¡y luego no la uso!) y nadie alrededor tenía una no había forma de saber quien había marcado el mejor crono ya que, tal y como estaba situado, tampoco era fácil 'picar tiempos'. Así que sólo me quedaban algunas pistas de como podían haber ido las cosas. Una era clara, Ojeda iba a perder tiempo, no porque pasase mal por delante de nosotros, que no lo hacía, sino porque el 207S2000 transitaba con claros signos en su aleta delantera izquierda de haber 'interactuado con el entorno' y eso nunca es buena señal. Como luego sabríamos, había hecho un trompo tocando algo la suspensión aunque sin ceder demasiado en el incidente, de hecho sólo 14 segundos, siendo todavía sexto scratch. Casi nada para lo que pudo haber sido tirar ya el rallye por la borda a las primeras de cambio.

Los otros S2000 pasaban con esa sensación de 'no andar' que dan por lo bien que traccionan hasta en sitios tan delicados, lo que los hace tan supereficaces como poco llamativos luego de ver al Porsche. Aun así, comparando a los tres que debían de estar en la parte alta de la tabla, los de Monzón, Fuster y Sergio Pérez, todavía se podían notar diferencias: el canario pasaba realmente fino, el levantino con esa sensación que siempre me suele dejar de ir con mucho margen (sea ello cierto o no, ¡es lo que transmite!) y el cántabro con ese estilo suyo, tan generoso como aun por pulir del todo pero que tanto gusta al espectador. El cronómetro daba la razón a Monzón, que se hacía con el primer scratch del día, apenas tres segundos por delante de Fuster y con Vallejo y el Porsche a sólo 4 del mejor crono ... y eso en un tramo que tenía pinta de estar muy sucio y patinar lo suyo ... aunque también es cierto que con un trazado rápido donde poder dejar galopar a la 'caballería prusiana' ... ¡siempre que tengas las manos del de Meira para controlarla, claro!

Siguiendo con eso de comparar 'sensaciones' entre coches parecidos, el contraste entre los dos Ferrari no podía ser más acusado: Armide llegaba, frenaba y pasaba con todo el cuidado del mundo, transmitiendo la potencia del V8 italiano al embarrado asfalto con la mayor delicadeza posible y sin buscar más de lo que el coche puede dar tan fuera de su elemento como uno lo sigue viendo en carreteras así de rotas y estrechas. Jaio, por contra, frenaba en el último milímetro aconsejable ... o tal vez más allá, aceleraba 'con ansia' y tenía una 'librada' de esas que levantan el unánime 'uuyyyy' del público cuando el 360 negro se cruzaba espectacularmente y pasaba muy cerca de la cuneta exterior. A ese ritmo no se yo lo que va a durar, pensaba, y, efectivamente, duraba poco. Un toque algo más adelante ya le dejaba fuera de combate a las primeras de cambio ¡lástima!

Los tres 'Mitsus' punteros tan bien deparaban unas interesantes 'variaciones sobre el mismo tema': el de salvar lo más rápido posible el obstáculo que el cruceiro suponía en medio de la estrecha carretera. Burgo salía con más apuros de la cuenta, en una derrapada de esas vistosas pero que cuestan tiempo, Hevia no hacía concesiones a la galería, y Meira estaba a medio camino de ambos en cuanto a estilo ... ¡pero por delante de los dos en lo que respecta al crono! El vigués salía supermotivado por lucir en el rallye de casa y con la moral a tope tras su triunfo absoluto bajo la lluvia en el reciente Albariño, y eso se dejaba notar al verlo pasar, rápido y agresivo, y, más aun, en su crono en la meta de As Neves: nada menos que cuarto scratch y mejor EVO, con 2.6 sobre Hevia y 7.1 mejor que Burgo. Si el duelo entre dos últimos empezaba como fue todo el día en Cantabria, con Berti ya claramente por delante de Pedro, la entrada en escena 'del Alberto gallego' prometía un aliciente extra ... que duraba demasiado poco. Un palier dejaba 'tirado' al Mitsu amarillo en la siguiente especial ¡que mala suerte!

El resto, aunque suene cruel, ya no contaban nada, hablando, claro está, de los puestos de arriba de la general. Pero no por ello había que dejar de fijarse en su paso. Por destacar a los que más me llamaron la atención por una u otra causa, me quedaría con Sergio Fombona, sacando el rojo de los frenos del pesado 350Z cuando este patinaba sobre el barrizal anterior a la rotonda, con Joan Vinyes, dando sensación de ir muy deprisa con el Clio R3 (sensación que acrecienta además, de forma notable, lo escandaloso del petardeo de la nueva 'pequeña bomba' de la Regie), o con los 'tenores' del Desafío, buscando 'hacer recta la curva' para no perder la inercia que traían de la zona rápida anterior, destacando en ello especialmente Víctor Senra, que venía como un auténtico disparo. La primera pasada por As Neves la cerraban los del rallye 'autonómico' y entre ellos estaba el que se llevaba el primer puesto en el 'aplausómetro' de nuestro punto de observación, Pablo Pazó, que ya entraba en el campo visual con su 206 totalmente de lado, frenaba así, lo 'cambiaba' y salía igualmente de lado pero con la culera apuntando ahora hacia el otro exterior ¡espectacular!

Como había margen de sobra hasta la siguiente pasada decidíamos buscar otra zona para verlos a todos de nuevo en As Neves. Mientras cambiaba impresiones sobre lo visto con Yago y Antonio se me hacía corta la caminata que nos estábamos pegando 'tramo arriba' recorriendo la carretera por la que habíamos visto llegar a los participantes. Aquello era tan rápido como estrecho y estaba, además, sucísimo. Decididamente había que echarle valor para pasar por ahí buscando el límite de las marchas más altas en un camino por el que uno, en esas condiciones, iría 'acongojado' a cuarenta por hora. Pero claro, por algo ellos son los que compiten y nosotros los que miramos ... ¡y admiramos! Siempre he pensado que es fundamental para sentir admiración por alguien, en cualquier faceta de la vida, que sea capaz de hacer algo que a nosotros nos parece imposible, sea ello esculpir un 'David', pintar 'La Rendición de Breda' o, en temas más prosaicos, llevar a cabo una operación quirúrgica a corazón abierto, meterse en una casa en llamas para sofocar un incendio o bajar a la mina cada día a ganarse el sustento, por no mencionar más que una serie de hechos o actividades que yo nunca podría llevar a cabo. Y pilotar un coche de rallyes a la velocidad que estos 'locos' lo hacen por una carretera como esa por la que caminé el sábado entra también en esa categoría de cosas fuera de mi alcance y que, por lo tanto, merecen mi admiración. Que luego discutamos si fulano lo hace mejor que mengano o, incluso, nos atrevamos a decir que este o aquel es un 'matao', no dejar de ser parte del juego y de la diversión que implica, pero no impide que se tengan que reconocer las cosas como son: ¡menudo valor le echan todos!

Tras algo así como kilómetro y pico a contra tramo, todo más o menos parecido en cuanto a estrecho, rápido y sucio, decidíamos volver sobre nuestros pasos, ya que para sacar fotos no había ningún sitio ni medianamente aprovechable. En la otra dirección, a poco de pasar el cruce donde habíamos estado antes, encontrábamos una izquierda sucísima de esas de 'mucho ras' que diría Luis Moya (por cierto, anduvo por el rallye todo el día y sigue siendo tan popular y simpático como siempre). No es que fuese un gran sitio para las fotos, más que nada porque ofrecía poco margen para encontrar variedad, pero se acercaba la hora de paso del triple cero y lo mejor era ir tomando posiciones.

Mientras ya se había disputado Covelo y, como luego me informaría mi servicio de tiempos on-line particular, Juan Tarrazo, llamándome al móvil desde Ibiza, el scratch era para Ojeda, así que ya se podía deducir que el toque de As Neves no dejaba secuelas en el buen funcionamiento del 207 oficial. Pero la sorpresa era que el liderato cambiaba de manos, al ser Vallejo con el Porsche el único que, junto con Ojeda, se 'atrevía' a poner un valor de tres cifras a su media horaria al final del tramo. Y, volviendo a lo de la 'admiración' que comentaba antes, sólo de pensarlo se le ponen a uno los pelos de punta ... ¡más de 23 kilómetros a cien de media en esas carreteras! Parafraseando a Obelix, surge espontaneo el 'están locos estos romanos' cambiando, claro está, lo de romanos por pilotos de rallyes.
El caso era que Vallejo cedía 7.2 con Ojeda pero le 'metía' 6.8 a Monzón ¡y se ponía en cabeza! A lo mejor esto no iba a ser un paseo militar para los Peugeot después de todo. La general provisional quedaba superapretada, con el de Meira líder, Monzón segundo a 1.8 y Ojeda ya tercero a 2.7. Fuster era cuarto a unos exiguos 7.3 que ya casi parecían mucho de lo poco que separaba a los otros tres ... y los demás ya estaban en otra carrera. Quinto era Sergio Pérez, pero con medio minuto de retraso respecto al líder, y tras él ya venían los EVOs de Hevia y Burgo en el orden que viene siendo el habitual desde el debut de Berti con el Mitsubishi de RMC, el asturiano por delante del gallego.

Finalmente llegaba el momento de la segunda pasada por As Neves y, efectivamente, 'nuestra curva' no es que diese mucho juego, ni a efectos de sacar fotos (mala luz, encuadres muy iguales) ni de ver 'cosas'. Todos 'mordían' muchísimo el roto interior y quien más quien menos 'raspaba' los bajos en el borde de la agrietada cuneta. La diferencia visual entre unos y otros era pequeña y las distancias en meta también, aunque suficientes para que Ojeda ya se hiciese con el liderato. Quique marcaba su segundo scratch, dejando atrás definitivamente el susto de la pasada anterior y poníendose en cabeza con 4.5 sobre Monzón y 7.3 sobre Vallejo, que sufría mucho más esta vez, encontrándose el piso en peor estado, tras haber transitado por él los más de setenta participantes, que como estaba cuando le tocó 'abrir carretera' en la pasada inicial.

Tras ver a los 'históricos' (que Antonio y yo somos carrozas y los Escort y demás nos traen recuerdos), decidíamos salir del tramo antes de su final y así evitar el presumible atasco que tanto coche aparcado en las cunetas del camino de acceso debería producir después. El siguiente destino era la asistencia del mediodía, y de camino a ella, ponía la radio, me enteraba de como había ido la segunda pasada por Covelo y seguía la primera por Fornelos que marcaría ya la mitad de rallye.

En el rápido Covelo, Vallejo corría aun más que antes y esta vez lo hacía más que nadie. Suyo era el scratch, con 4.1 sobre Ojeda y distanciando ya ambos al resto, tanto en el parcial como en la general. En ambas listas el tercero era Monzón, pero ya cedía más de once en la suma total, lo que no era nada comparado con los casi 25 de retraso que ya acumulaba un, yo diría que resignado, Fuster. Sergio Pérez seguía quinto, un poco en tierra de nadie, y Armide era el otro, junto con Vallejo, que más partido sacaba del tramo, siendo cuarto en la especial y ascendiendo hasta la séxta plaza de la general, superando ya a los dos EVOs, con Hevia siempre por delante de Burgo pero ambos cayendo a los puestos 7 y 8.

El aun más rápido Fornelos (¡104 de media!) aportaba poco debido a sus sólo 11 kilómetros. Vallejo sumaba otro scratch y se acercaba a apenas segundo y medio de Ojeda todavía con medio rallye por delante. El único cambio de posición en los puestos de arriba se producía al llegar el EVO IX de Burgo envuelto en una humareda que no presagiaba nada bueno. Se había roto el turbo y ello le costaba a Pedro un irrecuperable minuto y la octava plaza, que pasaba a manos de Vinyes y su R3. Aunque en ese momento no lo supiésemos, lo que quedaba de prueba, la mitad de la misma, iba a parecer, en lo que respecta a las diez primeras posiciones, más una carrera de fórmula 1 que un rallye ... ¡nadie iba a adelantar ya a nadie!

Pero, claro, eso ni nos lo imaginábamos viendo las diferencias todavía cortas en muchos casos, y, especialmente, mirando al cielo y a las amenazadoras nubes que, por momentos, se cernían sobre Vigo. Ya al principio de la segunda pasada por As Neves habían caído cuatro gotas. De hecho, recordaba haber visto pasar al 207 de Ojeda con los 'limpias' funcionando. Así que, a mediodía, el tema de conversación en todo el parque de asistencia era 'el tiempo' ... y no porque no sepas de que otra cosa hablar, como cuando subes en el ascensor con un vecino no muy conocido, sino porque ese era 'el tema' de interés prioritario para todos. Ese y su inevitable consecuencia ¿que gomas montar?

Durante la larga pausa del mediodía no llovía nada y tras tomar un agradable tentenpié en el bien equipado catering de la Nissan Challenge, mientras Sergio y Carlos nos comentaban como había ido la mañana, iniciábamos una nueva ronda por todas las asistencias y observábamos como, finalmente, todos optaban por los slicks (elección obligada ya que seguía sin llover) y se decantaban por los más prudentes 'diez' en vez de los más arriesgados 'treinta' ... por si acaso empieza a llover.

A la entrada del control horario previo al refueling aprovechaba para sacar algunas fotos de los pilotos dentro de sus coches, cambiar las últimas impresiones con 'los míos' y charlar un poco con los asturianos del Desafío, cuyo rallye había tenido un poco 'abandonado' centrado más en las primeras plazas que en la habitual 'guerra' que en cada prueba protagonizan los 206. A Vallín le había oído decir por la radio que llevaba el coche 'roto por todas partes' así que le preguntaba por el estado de la mecánica y la lista de desperfectos era tan larga ¡que casi valía más empezar por lo que no fallaba! A parte de un toque en As Neves, Esteban había tenido un poco de todo después, con la rotura de la estabilizadora trasera, las gomas desgastándose de modo anormal por ello, el autoblocante haciendo de las suyas y el coche parándose de forma caprichosa de vez en cuando. Aun así, era tercero y contaba ir a por Segura ... y tratar resistir la presumible remontada de Senra, que era sexto pero venía 'como loco' luego de arrasar en el primer tramo y salirse en el segundo. Tras el 206 verde del de Colunga esperaba turno en la cola el azul de 'los Arias'. Miguel era quinto pero, en su caso, no había quejas en cuanto a problemas concretos, era algo más general, un 'no se que pasa pero los tiempos no salen' mezclado con una sensación de impotencia ante la situación: tocaba aguantar, terminar lo más arriba posible y esperar días mejores.

Aunque me hubiese encantado volver a los tramos con Yago y Antonio, que ya salían camino de Ponteareas, decidía quedarme en el IFEVI, montar la 'oficina' en la sala de prensa e ir adelantando trabajo. Había que atender no sólo lo de a los clientes en el rallye sino, también, lo relativo a la subida a Muncó que estaba ya en pleno desarrollo en la Pola ... y con bastante agua, como me había comentando Jose por teléfono al acabar los entrenos de la mañana y lo inusual de los cronos que veía en internet me confirmaba, con el Audi de 'Tano' batiendo de largo a los CMs y a la Osella de Oscar Palacio.

Mientras iba mirando los cronos de Muncó y descargando las fotos sacadas en As Neves ya se completaba Fornelos 2 y ahí diría que se daba el punto de inflexión en cuanto al desenlace del rallye. Si en la primera pasada Vallejo había marcado el scratch, reduciendo al mínimo la diferencia con Ojeda, en esta segunda el cántabro acababa por delante, aunque fuese por menos de un segundo, y empezaba a ampliar la ventaja en lo que sería ya la tendencia del resto del rallye.

En el complicado Ponteareas el Porsche debía sufrir y, efectivamente, así era. Ojeda sumaba otro mejor tiempo y añadía 9 segundos a una ventaja que, por primera vez, era un número de dos cifras. El segundo bucle de tres tramos del rallye se cerraba con el tercer scratch de la tarde para el 207 oficial y cuatro segundos y medio más a su favor en un mano a mano con el Porsche de Vallejo en el que ya nadie se inmiscuía. Con sólo la repetición de estos dos últimos tramos por delante y 16.3 segundos de diferencia en favor de Ojeda, todas las apuestas estaban con Quique, aunque el margen tampoco era para dormirse.

En situación parecida estaba la lucha por la tercera plaza que se había entablado entre Monzón y Fuster. El del Fiat, pese a declarse 'deprimido' por la radio cuando le preguntaban por los tiempos de los Peugeot, hacía de tripas corazón y trataba de, al menos, batir a uno de los dos S2000 franceses. Pero Monzón mantenía una 'distancia de seguridad' que debería bastarle ... aunque tras lo ocurrido en circustancia similar en Villajoyosa, de aquella, además, con la victoria en juego, mejor era no fiarse.

Los demás ya no pensaban más que en acabar. En la última asistencia antes del bucle final charlaba un poco con Sergio Pérez, que salvo un trompo en Mondariz había tenido un rallye de lo más tranquilo, algo bienvenido tras los dos anteriores que se le habían torcido nada más empezar. Rallye tremendamente tranquilo también el de Sergio Fombona, consciente de que más arriba no podía acabar si no fallaba nadie y resignado a que el Punto S2000 de Redondo, que venía remontando tras perder mucho tiempo por la mañana, le iba a pasar. En todo caso, aparte de que esa no era 'su guerra', realmente daba más o menos lo mismo terminar once que doce así que no se preocupaba por ceder una posición en los dos tramos que quedaban. Tampoco había tenido sobresaltos de importancia Berti Hevia, que ya a mediodía me había comentado que correr más le era imposible: "voy 'así' en lo rápido y no puedo con ellos" me decía, acompañando el 'así' del inequívoco gesto del dedo en la garganta y refiriéndose a los S2000 y al Porsche de Vallejo. Con Burgo ya muy por detrás, el poleso y el preparador de su EVO, Roberto Méndez, dedicaban lo que quedaba de rallye a hacer diferentes probaturas con los reglajes del coche pensando ya más en otras batallas que en esta, aunque a la vista de como se han incrementado de un año a otro las distancias entre los 'Mitsus' y el grupo de cabeza conseguir algo más parece misión imposible. Para concluir esto baste un dato: el año pasado, Burgo acabó el Rías a poco más de minuto y medio del ganador ... ¡y hoy el mejor EVO iba a ceder dos minutos más!

El último bucle coincidía más o menos con el final en Muncó, donde el agua había parado de caer y ello acababa por propiciar que, aunque por poco, se cumpliesen los pronósticos y Oscar impusiese la Osella. En Vigo tampoco había sorpresas en el sprint final, que seguía 'on-line' vía radio e internet desde una sala de prensa inusualmente tranquila a esas horas (¡gracias Acrópolis!). Ojeda sentenciaba en Ponteareas ... o Vallejo, sólo tercero, arrojaba definitivamente la toalla que venía a ser lo mismo. Entre ambos había casi diez segundos más y un tramo menos ... el rallye estaba resuelto. Algo que ambos entendían con claridad en la pasada final por Mondariz, dejando el protagonismo del último parcial del día al duelo por la tercera plaza entre Monzón y Fuster. El levantino del Fiat se había 'arrimado' peligrosamente tras ser segundo en Ponteareas 2 pero el canario del Peugeot no dejaba que 'lo de Villajoyosa' se volviese a repetir, marcaba el último scratch del rallye y conservaba la tercera plaza. Como ya quedó dicho antes, tras ellos tampoco había cambios en el resto de puestos que van hasta el décimo así que lo comentando en la pausa del mediodía seguía valiendo: Sergio Pérez era quinto, repitiendo el puesto de Alicante pero con cronos cada vez más cercanos a los de Fuster (ojo con él, no me extrañaría que le pueda dar algún susto antes de final de año); Armide acababa sexto 'yendo con cuidado sobre todo de no pinchar' como creo entender que me había comentando por el 'ventanuco' del Modena aunque apenas le podía escuchar debido al tremendo ruido que hay dentro del habitáculo del Ferrari; Hevia era un tranquilo séptimo y primero de 'su rallye' el de los EVOs; Vinyes completaba una meritoria actuación con el R3, un coche interesante pero un escalón por debajo de los ya desfasados S1600 como el que llevaba el año pasado; Burgo se conformaba con terminar noveno sin haber podido plantear demasiada batalla a Hevia y Aviñó, del que no he hablado nada hasta ahora, lo cual es un tanto injusto, terminaba décimo tras una más que correcta actuación en su primer rallye lejos de casa con su precioso Porsche. Tras él, efectivamente Redondo pasaba a Fombona por el puesto 11, y tras Sergio acababa el otro 350Z, el del madrileño Gracia, heredando el lugar que por la mañana ocupaba el Porsche de Entrecanales, al que le volvía a traicionar la mecánica.

Como resumen final, diría que el rallye había resultado, después de todo, algo 'soso'. Si, ya se que Vallejo le 'apretó' a Ojeda pero la sensación general era que el cántabro tenía la situación bajo control, y aunque estuvo lejos de dominar del modo insultante con que lo hizo en Cantabria, acabó por ganar con cierta 'tranquilidad'. Con los rallyes que vienen a continuación, Orense y Ferrol, teóricamente peores para el Porsche que este Rías, el de Peugeot, que ya suma dos victorias en cuatro carreras, vuelve a asumir el papel de gran favorito. Eso si, que ni él ni su equipo se descuiden, a poco que fallen Vallejo va a estar ahí, al acecho, ¡y cuando un lobo tiene a una presa a tiro rara vez la deja escapar viva!

 

DESAFIO PEUGEOT

Monarri consiguió un muy convincente primer triunfo en el Desafío Peugeot

En Cantabria Monarri ya avisó de su presencia como posible favorito al resto de pruebas del Desafío y en Vigo lo comfirmó con creces. El rapidísimo piloto madrileño (de los que más me han impresionado este año en la tierra lo poco que lo vi con el C2) se anotó un claro triunfo en el Rías que la mayoría esperábamos hubiese ido a parar a Víctor Senra. De hecho, el joven gallego parecía darnos la razón con un crono 'sideral' en el primer tramo del rallye, metiéndole nada menos que un segundo por kilómetro a Monarri y a Vallín ... y bastante más al resto. Pero el ritmo de Víctor era 'suicida' y en una cuneta de la segunda especial se dejó minuto y pico y toda opción a repetir su triunfo de Alicante.
Con Senra remontando a la desesperada para conseguir, todavía, acabar tercero, y con Vallín sufriendo la serie de desventuras que se comentan en la crónica general del rallye, Monarri se quedaba pronto sin rivales pero no por ello dejaba de ir muy pero que muy deprisa. A mitad de rallye lideraba con quince sobre Segura y por la tarde controlaba la situación mientras el levantino tenía bastanrte con contener a la jauría que tenía detrás (Vallín, Climent Domingo, Senra remontando) como para pensar en pillar al de delante. De los perseguidores de Emilio, uno quedaba eliminado en Mondariz y, de paso, forzaba una 'tregua' entre el resto. Se trataba de Climent, que volcaba tras tocar en una zona rápida, quedando su 206 en el medio del tramo y obligando a la neutralización del tramo. En ese momento, Vallín era segundo por delante de Segura ... por sólo seis décimas, y con Senra llegando desde atrás a 'paso de carga'. Finalmente la lucha por la segunda plaza se resolvía en el último tramo en favor de Segura cuando Esteban se salía a una cuneta y cedía un tiempo precioso que le acababa por costar también la tercera plaza ante Senra aunque, al menos, conseguía terminar cuarto y sumar los suficientes puntos como para seguir líder de un Desafío que está de lo más interesante.

EVO CUP

Berti volvió a ganar sin mayores problemas en la EVO CUP

Ausentes los seis coches del PRR, para el que no puntuaba el Rías, y sin los locales que la habían animado en Cantabria, la EVO Cup volvió a cifras de participación paupérrimas en Vigo. Con sólo tres inscritos y dos coches en la meta entre los que la superioridad de Berti Hevia fue apabullante, distanciando al otro asturiano que tomaba parte en el monomarca de Mitsubishi, Jonattan Pérez, en casi ocho minutos y medio, nunca hubo la más mínima duda sobre el resultado. El otro participante, José Carreras, con un EVO VII, se salió en el segundo tramo.
NISSAN CHALLENGE

Sergio Fombona sumó su tercer triunfo consecutivo en la Nissan Challenge

Con sólo dos participantes en el Rías, la Nissan Challenge tuvo aun menos historia que en las anteriores carreras. Sergio Fombona volvió a ser muy superior y sumó su tercer triunfo consecutivo, mientras que Rubén Gracia quedó muy lejos en tiempos del gijonés aunque esta vez si consiguió acabar bastante más arriba en la general, clasificándose justo a espaldas de Sergio en la scratch.
S sin prácticamente ningún abandono entre los S2000 y los mejores GT, los 350Z no tuvieron opción a meterse entre los diez mejores, acabando decimosegundo el de Fombona y decimotercero el de Gracia.
CLIO CUP

Joan Vinyes consiguió acabar bien clasificado en la general con el R3

Por primera vez acabaron los dos únicos R3 de la nueva copa de Renault, aunque las diferencias entre ambos fueron tan grandes que el interés del certamen siguió siendo igual de nulo que en los rallyes anterioes.
Joan Vinyes hizo una buena carrera para terminar octavo scratch, 'emparedado' por los EVOs de Hevia y Burgo, mientras que Fran Cima bastante tuvo con hacer kilómetros y acabar, aquejado de una fuerte bronquitis, clasificándose 19º de la general y cediendo cerca de seis minutos y medio respecto al andorrano.