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El Campeonato de Asturias de Rallyes se jugaba a tres bandas en el último rallye de la temporada, el de la Montaña Central, pero bastaron dos tramos para que quedase resuelto en favor de César Palacio, luego de los tempranos abandonos de sus dos rivales Miguel Arias y Félix García. Sin la emoción de la lucha por el título, el interés se centró en la victoria parcial, que se llevó Gorka Apalantza en su primera visita a Asturias con su espectacular Subaru Imprezza WRC.
CRONICA

Al igual que el año pasado, 'mi temporada' se cerraba en el rallye de la Montaña Central, de nuevo la cita final del Campeonato de Asturias de rallyes y último reportaje del año en lo que respecta a esta web. Y, como entonces, decidía que la mejor manera de cerrar la campaña era ir a ver el rallye en compañía del mismo grupo de 'amigos de cuneta' con el que disfruté del 'carbón 2007'.

Los días previos al rallye la expectación ante la prueba de cierre del año se repartía entre los pronósticos sobre quien de los tres aspirantes al título (César, Miguel, Félix) se iba a llevar el campeonato, los rumores sobre posibles participantes y los temores a que el temporal de frío y nieve que se anunciaba para el fin de semana, y del que ya teníamos muestra los días anteriores, pudiese incluso dar al traste con el rallye. De hecho, el mismo sábado todavía estábamos todos un poco en ascuas respecto a que hacer y a donde ir. Por un lado, apetecía un rallye 'invernal', una especie de 'miniMontecarlo' de los de antes, pero por otra éramos conscientes de que pocos iban a tener los medios para afrontar una prueba de esas características y que, como el temporal arreciase, ¡igual hasta nos quedábamos sin rallye.

Participación de primera, en cantidad y calidad, para cerrar la temorada

Gorka Apalantza tomó ventaja por la mañana y remató la faena en los dos últimos tramos del día

César Palacio no falló y se llevó el título de Campeón de Asturias de Rallyes 2008

Tras valorar si sería mejor aguardar en casa a primera hora y escuchar por la radio como empezaba el rallye (¡o si empezaba!), lo cual parecía la opción más prudente a la vista de los pronósticos 'del hombre del tiempo', acabábamos por 'arriesgar', pegarnos el gran madrugón y darnos cita en Pola de Lena a eso de las 8 de la mañana para subir al alto del Cordal con tiempo de sobra antes del cierre de carretera. Con la 'minera' cortada como primer efecto del mal tiempo en los días anteriores, el trayecto Gijón-Lena me llevaba algo más de lo previsto, así que cuando todavía andaba por Mieres mis compañeros de expedición ya me llamaban por teléfono desde lo alto del Cordal ... bueno desde cerca de la cima porque la carretera estaba vedada al tráfico ya que la quitanieves estaba trabajando para tratar de dejar el asfalto en las mejores condiciones posibles.

Poco después, tras entrar al tramo por meta, aparcaba en la mina y una nueva llamada me indicaba que la primera pasada estaba prácticamente suspendida ... lo que se confirmaba minutos después mientras ya íbamos camino de Xana-Valdecuna para tratar de que el madrugón no hubiese sido del todo inútil. No puedo negar que mi estado de ánimo era de decepción, será que uno está 'chapado a la antigua' pero si algo tienen (¡o tenían!) de especial los rallyes es esa dificultad extra que suponen las condiciones climatológicas cambiantes, incluso extremas. Uno tiene en la mente aquellos 'montecarlos blancos' de cuando empezó a aficionarse a esto, a finales de los 70, y aunque soy consciente de que los tiempos han cambiado y de que hoy día la seguridad prima por encima de todo, sigo pensando que un rallye ha de ser una especie de 'aventura', en la que la presencia de hielo o nieve o lluvia serán tanto inconvenientes como oportunidades para que el factor humano marque la diferencia por encima de la máquina.

Pero, evidentemente, una cosa es mi visión más o menos romántica o nostálgica de lo que debiera ser un rallye y otro como son hoy día, con unas exigencias a nivel de seguridad por parte no ya sólo de organizadores o participantes sino, también, de las autoridades que dan los permisos o, incluso, hasta de las compañías de seguros que cubren los posibles daños por accidentes, que el riesgo y la 'aventura' han de ser controlados al máximo, nos guste o no a los más 'carrozas'. El caso es que el hielo en la parte final del Cordal nos dejaba sin esas imágenes que añorábamos de coches de rallye pasando por una carretera con nieve, aunque fuese sólo en sus márgenes, que era lo que buscábamos a esas tempranísimas horas de este muy frío domingo de final de noviembre.

Con el tiempo bastante justo para acercarnos a la primera pasada por el tramo que abría el rallye, acabábamos por llegar tarde, aunque fuese por pocos minutos. Cuando caminábamos hacia la curva más cercana al lugar donde habíamos aparcado, ya veíamos subir por la siguiente ladera al Clío de César Palacio, seguido más o menos un minuto después del EVO VII de Félix García. El siguiente en pasar debía ser el tercer aspirante al título regional, Miguel Arias, y apenas estábamos a unos metros de la carretera por la que pasaba la especial cuando escuchábamos el inequívoco sonido de un trompo unos metros antes. Mientras Miguel reemprendía la marcha nosotros llegábamos a pie de tramo y justo en ese momento el EVO IX blanco aparecía, con su piloto tratando de trazar el viraje pero no pudiendo hacerlo y acabando por impactar lateralmente contra el guardarail exterior para 'aparcar' unos metros más adelante. En el trompo que habíamos oído, la rueda delantera derecha del Mitsubishi había tocado con el bordillo del interior de la curva, dañando la dirección y haciendo inútiles los esfuerzos de Arias por seguir en carrera. El abandono era inevitable y el duelo a tres bandas por el campeonato de Asturias perdía ya a uno de sus protagonistas, al que, al menos en mi opinión, era el máximo favorito para llevarse el título.

En la confusión que siguió al abandono de los Arias, apenas si tuvimos tiempo de situarnos para ver pasar al siguiente coche en carrera, nada menos que el Subaru WRC de Gorka Apalantza, una de las grandes atracciones de una lista de inscritos de auténtico lujo, en la que el Imprezza del piloto vasco no era el único coche 'mundialista' en acción. El siguiente era la gran novedad de este final de temporada, el primer WRC 'de verdad' que veíamos en acción en manos de un piloto asturiano, el Hyundai Accent ex-Mantecón que Julio César Castrillo había adquirido apenas la víspera de la prueba.

Nuestra precipitada llegada al tramo significaba que sin opción a 'picar' tiempos ni a poder analizar con un poco de detenimiento el paso de uno y otro, fuese la radio la que nos diese las primeras referencias. Y estas eran abrumadoras en favor de Gorka y su flamante Subaru, un binomio de cuyo buen andar ya habíamos sido testigos en la subida a Arrate del nacional de montaña, allá por el mes de julio. El ex-campeón de la copa CM de montaña se hacía con el primer scratch del día, aventajando en trece segundos a otro de los muchos 'montañeros' que volvían a animar la inscripción del rallye organizado por Turón Arrás, su antiguo rival con los Speedcar y los BRC, Oscar Palacio.

Si Gorka había marcado ya diferencias importantes, el resto estaban tremendamente igualados, con el cada vez más rápido Fran Cima haciendo un magnífico tercer scratch, a sólo 1 segundo del EVO IX de Oscar y superando en un par de décimas al Accent WRC de Castrillo quien, lógicamente, partía con cautela en los que eran los primeros kilómetros con su nuevo coche.

En menos de cinco segundos se agrupaban nada menos que los ocho siguientes, con cuatro EVOs más, los de 'Tano', Rubén González, Félix García y Jonathan Pérez, e intercalándose entre los dos últimos el Megane Coupé de Javier Beteta ... con otro Beteta, Rodrigo, situando su 306 justo tras 'Johny' y dos décimas por delante de uno de los pilotos que más y mejor impresión causaría a lo largo de la jornada, Alberto Ordóñez, nada menos que undécimo con su GT turbo que partía con un retrasado número 56 en la lista de inscritos. Cerraba este 'octeto' el Clio Sport del líder del regional, César Palacio, al que el abandono de Arias dejaba sólo con Félix como amenaza, aunque muy seria, a su primera plaza en la general del campeonato. Y es que César debía descontar su peor resultado mientras que Félix podía aun sumar todos los puntos en juego, por lo que, en teoría, era ahora quien lo tenía mejor.

Pero una cosa es la teoría y otra la práctica. Porque la ‘amenaza’ que significaba Félix para el liderato de César iba a desaparecer enseguida y, de nuevo, poco menos que delante de nosotros. Tras ver a todos los participantes por ‘nuestra’ curva en la primera pasada, una rápida derecha en bajada, caminábamos unos metros más en dirección a salida y nos quedábamos en otra zona rápida, esta vez terminada en un viraje algo más acusado aunque también de derechas. Como siempre procuro que las fotos del reportaje no sean demasiado iguales, optaba por situarme un poco más allá que el resto del grupo, enfrente y a la entrada de la curva, desde donde se tenía además una buena panorámica de Mieres como fondo para los 'barridos'. En los pocos minutos de espera, el cielo que había llegado a estar hasta casi completamente azul por momentos durante la disputa del primer tramo, se tornaba cada vez más y más negro, lo que unido a lo resbaladizo que iba a estar el trozo de El Cordal que había que disputar a continuación, hacía que en la asistencia del Campus de Mieres prácticamente todos optasen por ir ‘a lo seguro’ y montar gomas ‘con dibujo’.

De los del grupo de cabeza, el único que seguía con slicks era el Clío R3 de Fran Cima, quien tras su buen crono de la primera pasada por Xana-Valdecuna, se la jugaba en busca de dar la sorpresa en la segunda, aun a costa de sufrir luego en la deslizante ascensión al Cordal. Pero la apuesta del joven hijo de Kilo no iba a salir bien ya que apenas unos minutos antes de que le tocase partir la lluvia ya hacía acto de presencia también en el tramo anteriormente seco. Sólo los primeros de la lista de inscritos tenían la fortuna de hacer, en todo o en parte, la especial sobre piso sin mojar, y de ellos el más rápido era de nuevo Gorka, aunque esta vez ya no sacaba tanta ventaja con su Imprezza al Accent de Castrillo, que se situaba segundo en el parcial, a sólo cuatro segundos del que se perfilaba ya como claro favorito para ganar el rallye.

El tercer mejor crono lo registraba César Palacio, que era de los que más bajaban respecto a la pasada anterior y que pocos minutos después de completar la especial era ya, matemáticamente, Campeón de Asturias de Rallyes 2008. Como anticipaba unas líneas más arriba, si antes habíamos visto ‘en directo’ la retirada de Miguel Arias, ahora observábamos como el otro aspirante al campeonato que quedaba con opciones de arrebatarle el liderato al piloto de la Escudería Avilesina pasaba por delante de nuestro con su EVO VII envuelto en humo, en claro síntoma de que la mecánica había dicho basta. Félix completaba el tramo, dando incluso espectáculo en las paellas de la parte final pero consciente de que ahí se acababa todo y de que no iba a poder añadir otro regional a su palmarés. El campeonato era ya, pasase lo que pasase, para César Palacio, autor de una temporada en la que ha sabido jugar a la perfección sus cartas, rodando siempre rapidísimo con su Clío, no fallando nunca (su único error de todo el año fue en un rallysprint y no significó más que un contratiempo superado con prontitud), no ganando ningún rallye pero estando siempre ahí, batiendo finalmente a mecánicas más potentes pero menos fiables o en manos de pilotos que acabaron por errar, aunque fuese sólo una vez. Un muy merecido y digno campeón al que nos gustaría ver medirse fuera de nuestra región, algo que seguro él también desea pero para lo que se necesita eso tan difícil de conseguir, y más en épocas de crisis como la que nos toca: dinero, apoyos, gente que apueste por él con más que buenas palabras y le permita dar ese salto que sus resultados en el regional piden a gritos.

Oscar Palacio y Salva Belzunces completaron un muy buen rallye y acabaron segundos

El Hyundai Accent WRC de Castrillo fue la gran novedad del rallye

El piloto de Turón Arrás Isaac López hizo tiempos absolutamente estratosféricos con su 205

Con el campeonato ya resuelto, el interés del rallye pasaba a la lucha por la victoria, especialmente porque en el ‘recortado’ Cordal, Gorka cedía sorprendentemente casi toda su renta ante Oscar Palacio, lo que apretaba de forma inesperada la general de cara a las cuatro especiales de la tarde, dos pasadas a Espinos, seco a esas horas, y dos por Morcín, con bastante suciedad y humedades, sobre todo en la zona de bajada. Con sólo dos segundos de ventaja, el piloto vasco del Subaru WRC no podía confiarse, y su absoluta concentración estudiando las hojas de tiempos mientras esperaba turno en el control horario de entrada a la asistencia del mediodía me indicaba bien a las claras que Gorka había venido a Asturias a ganar y que por la tarde iba a hacer lo posible por llevarse la victoria.

Una victoria para la que en la primera sección de la tarde la máxima amenaza pasaba a ser no Oscar Palacio, que a la salida de la asistencia me confesaba que veía muy difícil batir a Gorka, conociendo tanto el nivel de la máquina como las manos de su piloto, sino Julio César Castrillo, más rápido a cada kilómetro que pasaba al volante del Accent WRC. El ‘emperador’ como le llamaban en la retransmisión de la COPE (puntual en la información desde primera hora de la mañana, pero que esta vez ‘sufría’ la siempre feroz competencia del futbol, con el partido del Sporting privándonos de noticias durante buena parte de la tarde), marcaba los dos scratchs de la primera sección vespertina, para la que de nuevo todos los de delante optaban por las gomas ‘de agua’, con escasas excepciones entre las que, otra vez, estaba Fran, que optaba por ‘rallar’ unos slicks ya usados, algo por lo que también optaba Javier Beteta, mientras que José Manuel Alonso se decidía por la opción intermedia, slicks rayados delante, ruedas para lluvia detrás ‘por si acaso’.

Los dos parciales anotados en la cuenta de Castrillo le situaban tercero, a 12.9 del líder tras haber recuperado 12.4 en los dos tramos que se iban a repetir ¿culminaría Julio César la remontada? ¿podría Oscar, segundo aun, a poco más de nueve segundos, dar la sorpresa si las condiciones empeoraban a medida que caía la noche? La respuesta la daba Gorka en la segunda pasada por Espinos y era un rotundo ¡No! Un scratch del vasco, rebajando su registro anterior en una docena de segundos dejaba claro quien controlaba la situación. Aunque Castrillo también mejoraba su tiempo previo, ello le servía ‘sólo’ para superar a Oscar Palacio en la segunda posición de la general, pero con sólo un tramo por delante y casi quince segundos de desventaja, parecía claro que la suerte del rallye, en lo que al nombre del ganador se refiere, estaba ya echada.

Y, efectivamente, así era. Apalantza rubricaba su victorioso debut en un rallye asturiano con otro scratch ya rompiendo la noche en Morcín con la ‘farada’ de su precioso Imprezza WRC. Donde había cambio de última hora era en la segunda plaza, Castrillo, cada vez más ‘animado’ al volante del Accent, acababa por ‘tirarlo’ un poco más de la cuenta, trompeando y perdiendo el suficiente tiempo como para que Oscar le arrebatase la segunda plaza. De todas formas, lo de menos para Julio debía de ser el resultado, al fin y al cabo se trataba más que nada de estrenar el nuevo coche y ver sus posibilidades … y a la vista de los mostrado en sus primeros kilómetros con el mismo, parece claro que el binomio Castrillo-HyundaiWRC puede convertirse en la referencia de cualquier prueba del regional a partir de ahora.

Se completaba así un rallye que tenía, evidentemente, otros protagonistas además de los que han centrado el núcleo de esta crónica, así que no quiero terminarla sin mencionar al menos a algunos de ellos. Por ejemplo a Jonathan Pérez, que sigue con su política de ir ‘paso a paso’ y siempre hacia delante y que conseguía una notable cuarta plaza en una nueva salida con el EVO de Quattro Rally, con el que superaba a un ‘Tano’ que tenía, por fin, un rallye bastante tranquilo, sin cometer errores y sin que le mecánica le diese quebraderos de cabeza, completando la prueba quinto tras haber disfrutado de un rallye que le vio debutar en la especialidad el año pasado con bastante peor fortuna.

Sexto acababa César Palacio, resultado que le ‘sobraba’ para llevarse el título, ya que con los abandonos ya comentados de Arias y Félix, el del Clío era campeón aun no terminando. A sólo tres décimas del sucesor de Carlos Márquez en el palmarés del certamen regional terminaba Fran Cima, que cumplía un rallye con los altibajos propios de ir todo el día con lisas ‘más o menos rayadas’ en unos tramos disputados sobre condiciones muy cambiantes. Un buen resultado, en todo caso, para el joven ovetense, que acaba el año en alza y con buenas perspectivas de seguir progresando en el futuro.

Ya a un poco más de distancia, algo lógico dada la diferencia de monturas, Javier Beteta volvía a ser el ‘primero del resto’ con su habitual Megane Coupé, un coche al que saca magnífico partido pero que, evidentemente, no le permite luchar ‘en la misma liga’ que los WRC, los EVOs o los Clios más modernos. Esta vez, Beteta dejaba por detrás a un Mitsubishi, precisamente el del ganador de este rallye el año pasado, Rubén González, que competía en esta ocasión en condiciones muy distintas. Mientras que entonces lo hacía con un IX de alquiler, que acababa llevando a la victoria, esta vez lo importante para el de la Mallacina era haber conseguido estar en la salida, luego del mucho trabajo que supuso reparar su habitual y ya veterano EVO VII tras el fuerte golpe del Llanes. Así que terminar noveno y segundo de grupo N considero que era más que satisfactorio para Rubén, ya que siempre es importante volver cuanto antes tras un accidente y si además se consigue acabar sin mayores contratiempos en la reaparición pues mejor que mejor.

Si seguimos con el repaso a la tabla final, cerrando los diez primeros tenemos a una de las sensaciones del día, el piloto de la escudería organizadora Isaac López, que hizo un rallye de auténtico ‘escándalo’ con su Peugeot 205 blanco. A base de ‘tirarse’ a fondo por todas partes, Isaac completó una actuación sensacional que tuvo además el premio de ser el primero en la clasificación de no homologados, en la que por tiempos en los tramos le seguía Alberto Redondo, otro de los grandes protagonistas de la jornada. El de Nava Racing empezaba mal, con unos inoportunos problemas eléctricos que le hacían perder muchísimo tiempo en la especial inicial, que terminaba a duras penas, pero se resarcía después con un segundo scratch ‘imposible’ en El Cordal, donde sólo Oscar Palacio conseguía batir al Sierra Cosworth blanco de Alberto, que se permitía el ‘lujazo’ de superar a los dos WRC, al resto de EVOs y a todos los demás. Lástima de su postrero abandono a las puertas de Turón, que le impedía culminar un rallye en el que sin los problemas mecánicos sufridos hubiese terminado, con holgura, entre los diez primeros de la general.

No me olvido tampoco de varios de los habituales ‘valientes’ que suelen destacar siempre que un rallye se pone difícil, y que en el Montaña Central dejaron de nuevo muestras de su rapidez. Como Ignacio Braña, que no ha acabado de tener suerte este año y que tampoco llegaba a meta cuando tenía el puesto 12 ya en la mano, o Fernando López, que hacía un rallye portentoso con su 106 de clase 1 para acabar a las puertas del ‘top ten’, seguido por otro de los que hacen volar a los pequeños Peugeot, José Manuel Alonso, ganador del grupo A. O Maikel López y Francisco Marrón, que pese a ‘rozar’ algo las carrocerías de sus respectivos Saxo y 205 marcaban tiempos realmente buenos. O Alberto Ordóñez, rapidísimo con ese GT Turbo preparado por ‘Mota’ con el que peleaba por meterse entre los diez primeros hasta su abandono en Morcín. O Pelayo, que se lo estaba pasando en grande, según me confesaba a mediodía, pero que no podía evitar quedarse fuera por la tarde, siempre fiel a su estilo de ir ‘por lo que vale’.

Y es que en un rallye tan difícil como este la lista de destacados se hace interminable, así que espero me disculpen los que consideren merecer ser nombrados y no lo hayan sido, pero creo que ya va siendo hora de ‘cerrar la temporada’ en lo que a estas crónicas respecta. Y para ello, nada menos que este Montaña Central, vivido entre amigos y de forma realmente tranquila y relajada, con un par de tramos a pie de cuneta y luego una larga pausa al mediodía aprovechada para charlar con varios de los diferentes protagonistas en el parque de asistencia antes de emprender ya camino de vuelta a casa mientras el resto del grupo seguía todavía ‘buscando nieve’ en los tramos de la tarde. Por mi parte, tras un año en el que creo que he batido, de largo, mi record de carreras vividas en directo, ya bastaba con lo de la mañana para completar la temporada. Espero que leyendo todos los reportajes que he escrito este año lo hayáis pasado al menos tan bien como yo escribiéndolos. Ahora, en lo que respecta a esta web, tocan unas largas vacaciones hasta el comienzo de la próxima campaña … ¡os espero a todos aquí al inicio de la temporada 2009!