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En un rallye con desarrollo casi calcado al del año pasado, Miguel Arias sumó su segunda victoria consecutiva en el Villa de Grado, de nuevo por delante del otro favorito local, Julio César Castrillo. Félix García completó el podio y tanto él como César Palacio, quinto al final, se jugarán con Arias el título regional de rallyes en el Montaña Central.
CRONICA

Un fin de semana sin carreras fuera y con un rallye del regional al lado de casa siempre viene bien para poder tomarse las cosas con una cierta tranquilidad. Tramos cerca, menos trabajo que hacer y ese ambiente más relajado que siempre acompaña a una prueba ‘no nacional’ significaba un sábado de esos agradables, mezclando trabajo y distracción sin la presión de otros días más atareados que tanto abundan a lo largo de la temporada. De hecho, estudiando los horarios del rallye, hasta me planteaba el lujo de no madrugar y optar por la segunda pasada de Bayo, que era el tramo al que pensaba acudir, más que nada porque con su buena cantidad de cruces y accesos intermedios resultaba más ‘fácil’ a la hora de moverse de un sitio a otro para hacer las fotos que San Pedro, en cuya rápida parte final había estado el año pasado.

Pero el sábado por la mañana me despertaba temprano de todas formas, así que acababa por salir ya pronto en dirección Grado, con tiempo de sobra para llegar a la primera pasada. Por la autopista sintonizaba la radio y a las nueve en punto la gente de la COPE estaba ya al pie del cañón y dispuestos a contarnos el rallye, lo que me permitía ir sabiendo como iban las cosas en el inicio de rallye por San Pedro. Un tramo que, con la lluvia de los días anteriores y la niebla que se atisbaba a medida que me acercaba a la salida 13 de la autovía, uno imaginaba lleno de humedades y realmente complicado.  Algo que confirmaba ‘Fino’ al ser entrevistado en meta tras completar la especial al volante del coche ‘0’ y ratificaba el primero de los competidores en terminar el tramo, César Palacio, que partía con el número 1 en las puertas de su Clio en virtud de su liderato en la general provisional del Campeonato de Asturias y llegaba con los frenos ‘al rojo‘ al final de los cerca de quince kilómetros que abrían el rallye.

Miguel Arias cimentó su victoria en los tramos de la mañana y resistió casi sin frenos por la tarde

Julio César Castrillo ganó tantos tramos como Arias pero perdió más tiempo con las averías

Félix García repitió el tercer puesto de Avilés y sigue con muchas opciones de llevarse el título

Que el tramo estaba complicado, lo que podía permitir suplir los menos caballos y tracción del Clio respecto a los varios Mitsus, lo confirmaban los primeros tiempos registrados en meta, con César parando el crono tres décimas antes que Félix García. Pero ni uno ni otro tenía respuesta para el ‘hachazo’ que daba Miguel Arias, aplicando a rajatabla aquello de ‘quien da primero da dos veces’. Al volante del EVO IX ya usado en Llanes, pero esta vez en versión XA, o sea con su buena dosis extra de potencia respecto al grupo N, Miguel les ’metía’ nada menos que 22 segundos a los dos que se quedaban más cerca, los ya mencionados César y Félix. El otro favorito del público local, Julio César Castrillo, cedía más de medio minuto luego de experimentar ya problemas con la dirección asistida de su Maxi Megane, con lo que el rallye se le ponía cuesta arriba en lo que acabaría siendo casi una repetición de la edición del año anterior. Con otro tramo por delante antes de la asistencia, Castrillo lo iba a tener ya muy difícil para inquietar a Arias, y en sólo una especial la sensación que me quedaba era que, en los que respectaba a la lucha por la victoria, el rallye estaba ya poco menos que visto para sentencia … lo cual acabaría siendo así, aunque no sin algunas dosis de incertidumbre en la sección de la tarde con las que en ese momento, sinceramente, no contaba.

El ‘tocado’ Maxi Megane acababa este primer asalto entre los otros dos EVOs que se podía esperar estuviesen en la pelea por las primeras posiciones, el VII de Jesús Fernández y el V de José Ramón Rodríguez, aunque para ambos esta especial inicial sería prácticamente la única vez en que iban a mezclarse con los de arriba. A cuatro segundos del sobrino de ’Fino’, Fran Cima situaba su Clio R3, tras un tramo prudente que marcaría la pauta de su actuación en la mitad mañaera del rallye. Con el Sierra Morena a la vuelta de la esquina, el hijo de Kiko salía con las ideas muy claras desde la asistencia del mercado de ganado, nada de riesgos innecesarios.

Octavo, y ya un poco en tierra de nadie, se situaba en estos primeros compases otro joven miembro de una de esas ‘familias de carreras’ que abundan en nuestra región, Juan Carlos del Oso, iniciando la que sería otra notable actuación al volante del Seat León. Y hablando de ’familias de carreras’, el siguiente en la lista de tiempos del primer tramo era Javier Beteta, noveno con su habitual Megane Coupé y siendo la cara para los Beteta de un tramo inicial en el que la cruz la pondría su hermano Rodrigo, que era víctima de una de las resbaladizas zonas de San Pedro, sufriendo un toque y dejándose en el lance la rueda trasera izquierda de su 309 cuando apenas si había podido ’entrar en calor’.

Los diez primeros los completaba el primero del habitual grupo de ’valientes’ al volante de los pequeños tracción delantera que suelen ser protagonistas en nuestros rallyes regionales, especialmente si el piso está resbaladizo. Se trataba de David González, que situaba su 106 por delante del 206 de Mario Sotero, del 106 de José Manuel Alonso, del Saxo de Braña, de los Clios de Raúl Iván y Primitivo, del C2 de José Manuel Martínez y de otros dos 106, los de Gustavo García y Pelayo Fernández. Un grupo que prometía pelea a lo largo de todo el rallye y que, por eso mismo, iría sufriendo también numerosas bajas a medida que avanzaba la prueba.

Mientras me iba enterando de todo esto por la radio conseguía, no se como, equivocarme en el ‘último enlace’ y en vez de llegar al cruce que tenía previsto de Bayo acababa por ir a parar a la zona de meta de San Pedro en la que había estado el año pasado ¡que despiste! Por fortuna, había aun tiempo de sobra, así que daba la vuelta y tras optar, un tanto ‘a ojo’, por un desvío a la izquierda en la carretera de acceso a Grado, acababa por dar con uno de los numerosos cruces del tramo de Bayo, no sin antes dudar un par de veces por el camino y acabar confiando en el viejo truco de ‘sigamos a ese coche con llantas gordas y escape cromado’ que suele funcionar cuando estás buscando un rallye en un laberinto de caminos rurales como el de la zona.

El cruce al que llegaba no es que fuese muy espectacular pero tenía la ventaja de ser un sitio bastante tranquilo, con gente, pero no demasiada, y posibilidad de moverse y cambiar de ángulo sin problemas, con seguridad y sin molestar a los espectadores de la zona. Con la niebla como sugestivo fondo para las fotos sacadas ‘desde atrás’ y la típica pila de troncos haciendo a la vez de escenario para las imágenes de los coches entrando en nuestro campo de visión y de perfecta tribuna para el público, el paso de los primeros se producía sin novedad. César Palacio daba su habitual sensación de ir lo más rápido posible con el Clío, Félix García pasaba muy por el sitio para lo que en él es habitual, Miguel Arias, llegaba visiblemente más rápido y se abría algo más para poder aprovechar a fondo la caballería del EVO IX a la salida del viraje, Castrillo lo cerraba más mientras ‘hacía músculos’ ante la falta de asistencia en la dirección, José Ramón ‘balanceaba’ algo el EVO V, ‘Tano’ apuraba más que ninguno la frenada, sacando un penacho de humo de la rueda interior trasera de su VII, y el estruendoso petardeo del Clío R3 anunciaba con antelación la veloz llegada de Fran Cima. A final del tramo, con sus muchos cruces predominantemente secos, las diferencias de tiempo entre todos ellos eran mucho menos relevantes que en el plagado de ‘trampas’ San Pedro. Arias se hacía con su segundo scratch, Félix García se dejaba algo menos de siete segundos, Castrillo perdía dos más y Palacio cedía 14, cerca de cinco menos que Cima, sobre el que iba tomando una ventaja que, a la postre, se revelaría insuficiente. Ya más distanciados, José Ramón perdía veinte en el que sería su último tramo del rallye, ya que poco después abandonaba al encontrarse mal su copiloto, Ignacio, y ‘Tano’ comenzaba el que sería un auténtico calvario con las mangueras del turbo de su Mitsubishi, rompiendo la primera de toda una serie de ellas y dejándose casi medio minuto.

En la general, la ventaja de Arias era ya clara, y el interés del rallye parecía pasar a un presumible duelo por la segunda plaza, para al que el favorito era Castrillo, si conseguía reparar, pero que, de momento, ocupaba Félix, con Palacio tercero pero consciente de que iba a tener muy complicado mantenerse tan arriba sobre piso seco.

Tras el paso de los ‘primeros espadas’ del rallye, llegaba el turno de los habituales animadores de las plazas inmediatamente detrás de ellos, entre los que me llamaba especialmente la atención lo muy rápido que llegaba Raúl Iván con ese Clío al que poco partido ha podido sacar hasta ahora. Suyo era el noveno mejor crono de la especial, sólo superado entre los ‘pequeños’ por el 106 de David González, que ganaba un puesto en la general, adelantando al Megane de Beteta.

Otros que impresionaban incluso vistos a través del limitado campo de visión de la cámara eran Jorge Suárez, ’tirando’ el Saxo rosa desde unos cuantos metros antes del viraje, Pelayo y Sotero, llegando muy rápidos y provocando vistosas ’inclinadas’ de sus Peugeots, o Pablo López, cruzadísimo con su Ibiza … pero que no llegaría a final de tramo, saliéndose poco después.

Mientras iba ’de aquí para allá’ buscando diferentes encuadres para las fotos, el rato pasaba volando y ya estábamos a mitad de lista cuando llegaba la noticia de que se neutralizaba el tramo por el incidente que se comenta en la sección de noticias provocado por el error de Marrón en uno de los cruces de la parte del tramo que cambiaba respecto al año pasado. Un fallo que no era el único que cometía pero si el que producía peores consecuencias aunque, por fortuna, sin que estas fuesen lo malas que podían haber sido dadas las circunstancias.

César Palacio sigue líder del regional a base de puntuar siempre con su Clio

Fran Cima contento con su rallye, cuarto al final y pensando ya en el Sierra Morena

Javier Beteta fue séptimo y primero de XS

Con hora y pico hasta la siguiente pasada, ‘reconocía’ un poco la zona, localizaba una derecha en bajada un poco más allá con ‘buena pinta’ y con ‘ruta de escape’ por fuera de la carretera para poder salir sin esperar a que el tramo terminase, y volvía al coche para seguir las incidencias de la segunda pasada por San Pedro a través de la radio con tranquilidad y cómodamente sentado, lo cual siempre viene bien en una larga mañana de cuneta. Nada más sintonizar con la retransmisión, ’Fino’ comentaba que el tramo estaba mucho peor que en la pasada inicial, porque si bien habían desaparecido casi todas las humedades, estas se habían visto sustituidas por auténticos barrizales, especialmente en la última subida, fruto del paso de los más de 60 coches que dejaban el piso aun mucho más delicado. En esas condiciones, César Palacio sufría la falta de tracción de su coche y el hecho de ya no encontrarse la carretera ’virgen’ como en la pasada inicial, siendo el único del grupo de cabeza que empeoraba su crono de primera hora de la mañana, lo que le sacaba ya de las posiciones de podio, pasando a ocupar una cuarta plaza que le duraría casi hasta la meta.

Arias sumaba su tercer scratch consecutivo y volvía a abrir brecha, de forma contundente aunque no tanto como en la anterior ocasión. Esta vez eran 17 los segundos que añadía a su ventaja sobre Félix, de nuevo segundo, mientras que Castrillo, tras una primera reparación de los latiguillos de dirección que le incordiaron en los tramos iniciales, ya se ‘arrimaba’ al EVO VII y se hacía con la tercera posición de la general. ‘Tano’ repetía su calvario de manguera de turbo rota (¡la segunda del día!) y quedaba ya fuera de toda opción, siendo rebasado en la general por Fran Cima, que seguía rodando con margen de seguridad y la lección bien aprendida: hay que terminar sin comprometer la expedición a Córdoba.

La segunda pasada por Bayo me permitía sacar una buena serie de fotos más, buscando incluso algún que otro encuadre ‘artístico’ con el horreo-bar que hacía de fondo o el ‘túnel’ de vegetación por el que aparecían los coches procedentes del cruce en el que había estado hacía un rato. La bajada, estrecha y con asfalto algo roto, no era propicia para ‘heroicidades’, así que todos pasaban muy ‘por el sitio’, sin alardes innecesarios que pudiesen acabar con un absurdo golpe contra los diferentes muros que delimitaban la zona y que, desde dentro de los coches uno imagina se debían de ver aun más cercanos y amenazantes, especialmente a la salida de la curva, donde había un par de pequeños badenes de esos que te descolocan a poco que te despistes un poco o seas demasiado generoso con el pedal derecho.

Comentando un poco de todo esto y hablando sobre nuestras sensaciones sobre unos y otros con un buen aficionado de Cangas que compartía curva conmigo, el tiempo corría deprisa y cuando faltaban ya sólo los diez últimos coches decidía partir de vuelta a Grado para evitar posibles caravanas en el estrecho acceso por el que había entrado y así llegar a la asistencia antes de que entrasen los primeros coches en sus respectivos 'boxes'.

De camino, la radio nos volvía a poner al día en cuanto a tiempos y novedades. Castrillo había roto el ‘monopolio Arias’ en cuanto a scratchs, y aunque sólo fuese por nueve décimas de segundo, ello significaba un punto de inflexión en el desarrollo del rallye. El del Maxi Megane pasaba además a Félix, que se había ’colado’ en un cruce y perdía 16 segundos, quedando ambos al borde del minuto de diferencia respecto a Arias, Castrillo un segundo por debajo, Félix uno por encima. Ambos eran los que más igualados llegaban a mitad de rallye en lo que respecta a las posiciones de cabeza, ya que el cuarto, César Palacio, estaba ya algo más de 20 segundos tras ellos y con más motivos de preocupación por detrás que posibles ambiciones de aspirar a ganar puestos por delante. Porque quinto venía Fran Cima, a 28 segundos pero habiendo superado ‘lo peor’ del rallye y planteándose una segunda mitad del mismo un poco más agresiva, a la vista de que con ruedas viejas y en los tramos más deslizantes no había perdido mucho tiempo, con lo que por la tarde, con todo seco, especiales más rápidas y mejores gomas, la cuarta plaza era un objetivo razonable sin pasar ese umbral de riesgo que no quería superar.

Haciendo mi habitual ronda por las asistencias, apreciaba ese ambiente mucho más relajado y diría que ‘natural’ que tienen los rallyes del regional comparados con los más encorsetados del nacional. La peculiar disposición del parque de trabajo de Grado, en círculo alrededor del edificio central del mercado, se convierte cada año en una especie de ‘campamento base' en el que todos los equipos están cerca unos de otros lo que fomenta aun más la camaradería y el ‘buen rollo’. No faltan los que comparten mesa para almorzar, los que intercambian herramientas o los que se echan una mano unos a otros a la hora de reparar averías o golpes, todo ello con ese espíritu de las carreras cien por cien amateurs que a veces echamos de menos en competiciones de más nivel en las que, evidentemente, hay más en juego, aunque sólo sea a nivel económico, lo que inevitablemente acaba por condicionar muchas cosas.

Tras dar varias ‘vueltas al ruedo’ charlando con unos y otros, me iba enterando de cómo habían ido pasando la mañana y de cómo se planteaban la tarde los principales favoritos a las primeras plazas. Miguel Arias se mostraba tranquilo mientras bromeábamos con él sobre el ’susto’ del día anterior, cuando se rompió el motor del EVO IX al probarlo: “ya estoy acostumbrado”, decía recordando sofocos similares la víspera del Avilés. En la asistencia de B9, Felipe me comentaba que al EVO de ‘Tano’ se le habían roto las dos mangueras del turbo exactamente por el mismo sitio y que iban a tratar de dar con la causa de tan extraña coincidencia, mientras que lo de Castrillo había sido un problema con unos latiguillos de la dirección que al romperse iban echando el líquido fuera, con riesgo incluso de males mayores. Avería que ya estaba resuelta, por lo que Félix García se mostraba resignado a no poder con el Maxi Megane en la lucha por la segunda plaza: “en seco Castrillo va a correr más por la tarde” era su pronóstico al respecto, muy acertado como pronto comprobaríamos.  Kiko Cima me comentaba la ya mencionada táctica a seguir por Fran para la siguiente sección, y el ‘objetivo’ del joven Cima, César Palacio, se mostraba tan serio como en él es habitual, relatándome lo comlicado que habían estado los tramos de la mañana y muy concentrado ya en lo que venía cuando le preguntaba por como había ido todo mientras esperaba su turno para pasar el control de salida de la asistencia.

Entre los del ‘segundo pelotón’, la actividad era frenética en la asistencia de Raúl Iván, que ‘radial’ en mano trataba de reparar un tren delantero que empezaba a dar muestras de querer desintegrarse. Otro que iba con problemas era Braña, rodando en tiempos inusualmente altos por la mañana, algo que se explicaba por un problema con la bomba de gasolina que impedía al propulsor rendir en condiciones y que, además, no iba a tener solución ya que no contaban con el recambio necesario. Sotero también había tenido su ración de inconvenientes, con un pinchazo, algo en lo que le imitaba Marrón, que contaba además con la ya relatada salida en un punto en el que Alberto Alvarez también había tenido su susto, como nos decía su copiloto Longoria. Como se puede ver, a estas alturas, quien más quien menos ya tenía bastante que contar de este Grado 2008 … ¡y todavía quedaba medio rallye!

Tras sacar unas cuantas fotos más para tener ’caretos’ de los primeros y completar el cupo de postales (¡muy justo anduve esta vez para conseguir las habituales dieciocho!), emprendía camino de vuelta a casa, de modo que mientras se desarrollaban los tramos de la tarde ya podía ir procesando todo el material y tener el trabajo bien avanzado antes de que concluyese la prueba. Para una vez que estaba en casa un sábado, quería salir a cenar con los amigos y el horario de finalización del rallye lo permitía si iba ganando ya tiempo.

Justo cuando llegaba ‘a base’ y conectaba la radio, estaba entrando en el control stop de Yernes Félix García, marcando un crono 14 segundos mejor que Palacio pero quejándose de problemas en el diferencial trasero de su EVO VII. Menos de un minuto después, era el turno de Arias, que mejoraba en siete segundos el crono del de Trevías pero sonaba muy preocupado cuando comentaba que tenía importantes problemas de frenos que producían unas muy fuertes vibraciones en el volante. Problemas que quedaban claros cuando se conocía el tiempo de Castrillo, que marcaba su segundo scratch consecutivo, recortando nada menos que 17 segundos su desventaja respecto al líder. La diferencia de Arias al frente de la general era amplia como para temer por la victoria … ¡pero lo que quedaba ya no iba a ser un paseo!

En la Mortera, Castrillo y el Maxi Megane volvían a marcar la pauta pero Arias, pese a no poder apurar las frenadas como quería, apenas cedía tres segundos y mantenía casi cuarenta de ventaja, a falta de sólo dos tramos y con una asistencia antes de afrontarlos en la que tratar de resolver el problema (¿discos? ¿pastillas?). Lo que estaba claro era que el rallye estaba entre ambos, mientras que Félix García ya había quedado definitivamente instalado en la tercera posición, sin opciones a inquietar a los dos primeros pero a salvo de los dos siguientes. Entre estos, Cima, pese a tener que doblar en La Mortera a ’Tano’ (¡otra vez con problemas de turbo!), cumplía sus previsiones de ir recortando terreno sobre Palacio, y en dos tramos le quitaba justo la mitad de la diferencia que le llevaba, con lo que en los dos restantes todavía podía hacerse con la cuarta plaza que mantenía aun el líder del regional.

El hundimiento en la general del EVO VII propiciaba el ascenso hasta la sexta posición del León de Del Oso, que pensaba ya en acabar, especialmente porque los frenos no estaban para bromas, reproduciéndose los problemas en los mismos que ya había tenido en Llanes. Al Seat le seguían dos Renault, el Megane Coupé de Beteta y el Clío de Raúl Iván, que resistía tras la reparación de emergencia del mediodía, completando los diez primeros los Peugeot 106 de Alonso y Pelayo. De este grupo en torno al diez de la general faltaba ya otro 106, el de David González, fuera de combate en la segunda de Bayo, y el Saxo de Braña, que acababa por abandonar con problemas de cambio en la primera de La Mortera.

La repetición del bucle final se iniciaba con el cuarto scratch consecutivo para Castrillo, recuperando otros siete segundos sobre un Arias cuyo Mitsu seguía sin frenar del todo bien pero que administraba sabiamente su ventaja. A falta de un solo tramo todavía conservaba 31.8 segundos así que, salvo hecatombe, el rallye no se le iba a escapar. La situación nos retrotraía a dos rallyes anteriores con Miguel liderando a falta de una especial y el segundo remontando, Grado del 2007, igual que ahora con Castrillo viniendo desde atrás, y Avilés 2008, que acabó con la llegada a ’foto finish’ perdida ante Berti. Esta vez todo indicaba que el primero de los dos ’flashbacks’ era el más apropiado para repetirse y, finalmente, así era. En la segunda pasada por La Mortera, Castrillo no sólo no podía acercarse más sino que cedía tiempo al sufrir de nuevo problemas con la dirección de su Maxi Megane, con lo que Arias cerraba el rallye con su cuarto scratch del día y sumaba su segunda victoria consecutiva en el rallye de casa, situándose además en muy buena posición para luchar por el título regional en el último rallye del año, el de la Montaña Central.

Un título por el que pelearán también tanto Félix García, que acababa finalmente en una ’tranquila’ tercera posición, como César Palacio, que debía ceder definitivamente en la última especial ante la recuperación de Fran Cima. El del R3 se llevaba la cuarta plaza, dejándole al del Clio azul una quinta que le sirve a su piloto para seguir líder en puntos totales pero no dependiendo de su mismo para conseguir el campeonato, al tener que descartar precisamente el resultado de Grado si quiere sumar más puntos que le permitan ponerse fuera del alcance de Arias y Félix en la clasificación final del regional.

En los restante puestos del ’top ten’, el único cambio que se producía en el bucle final era el abandono de Pelayo, al que la mecánica de su 106 le traicionaba de forma realmente injusta en el segundo Yernes, lo que dejaba un puesto libre entre los diez primeros que acababa ocupando el siempre rápido José Manuel Martínez.

Ya un poco más atrás, y para acabar de completar un día realmente complicado para Francisco Marrón, el último tramo deparaba un cambio inesperado en la primera plaza del grupo S, que ocupaba el 205 de HRS hasta ese momento. La rotura del autoblocante retrasaba al desafortunado Francisco, que se veía superado in extremis por Juan Pérez, cuyo Sierra no había ido ’redondo’ prácticamente en ningún momento y llevaba incluso claras huellas de un toque en la trasera, pero que acababa remontando posiciones para hacerse con su categoría justo en la última especial. Una especial de cierre que, al igual que en Avilés, volvía a ser fatal para otro de los ‘valientes’ de esa parte de la general, Mario Sotero, que no acaba de tener la suerte de su lado para concretar con un resultado final los buenos cronos que marca con su 206.  

Con apenas poco más de la mitad de equipos en la meta respecto a los que tomaron la salida se terminaba así una nueva edición del Villa de Grado que cumplía con las expectativas previstas: había espectáculo, ganaban los equipos ‘de casa’ y la afición disfrutaba de un buen día de rallyes. Lo único malo es que ahora queda ya sólo uno más de estos rallyes regionales que, cuando son como el de este fin de semana, suponen además de todo lo anterior, un auténtico relax para quien esto escribe. De vez en cuando ’presta’ tomarse un rallye con tranquilidad y este Grado fue ideal para ello. En el montaña Central habrá que tratar también de disfrutar de modo similar … que luego el invierno sin carreras se acaba haciendo muy largo.