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¡Más emoción imposible! Una mala monta de neumáticos por la mañana obligó a Berti Hevia a una remontada sobre Miguel Arias que sólo culminó en el último tramo y por el mínimo margen posible, una décima de segundo en favor del poleso que le dio un triunfo realmente trabajado y de los que se recuerdan durante mucho tiempo.
CRONICA

Supongo que igual que a los pilotos hay rallyes que se les dan mejor o peor, también nos puede pasar algo así a los aficionados. A veces, sin saber muy bien por qué, te das cuenta de que hay pruebas por las que tienes mayor o menor afinidad sin que sea fácil encontrar una razón clara para explicarlo. En mi caso, no se muy bien por qué, el rallye de Avilés es una de esas pruebas 'que se me dan mal' sin que, probáblemente, haya motivos objetivos para ello, ni la propia competición tenga 'culpa' alguna de no 'engancharme'. Pero, si recuerdo los rallyes a los que iba cuando era un chaval, me doy cuenta de que, cada año, no faltaba ni al Príncipe, ni al Llanes, ni al Gijón … incluso acudía de vez en cuando a alguno otro de los que ya ni recuerdo el nombre ... pero, ‘por hache o por be’, al Avilés, al San Agustín que era como se le conocía entonces, acababa por no ir nunca sin que sepa la causa.

Veinte años después, cuando 'volví a las cunetas' en los inicios de esta web, el Avilés del 2003 fue mi primer 'nacional' después de dos décadas. Y me acuerdo de ir a sus tramos con una renovada ilusión ... que se convirtió en cierta decepción, no por el rallye en si mismo sino por la comparación de sensaciones que me dieron los S1600 punteros del Campeonato de España respecto a lo que tenía en mente de los grupo 4 de mis 'tiempos jóvenes'. Y ello hizo que mi primer Avilés me resultase 'aburrido', quien sabe si porque con los años las sensaciones de la adolescencia se mitifican y ya nada las puede igualar ... y, desde luego, sin que el propio rallye tuviese realmente culpa alguna. En las siguientes temporadas ya no he faltado ningún año a la cita con el 'San Agustín' y la verdad es que, una vez 'acostumbrado' a las nuevas sensaciones de los 'coches de ahora', el rallye, por lo general, nunca me ha resultado peor que cualquier otro ... pero tampoco ha conseguido nunca 'engancharme' como pueden hacer otras pruebas. Por si fuera poco, el año pasado se juntó la no puntuabilidad para el nacional con un 'día de perros' que convirtieron el Avilés 2007 en uno de los rallyes en los que peor me lo ha pasado ... así que se podría decir que, decididamente, parece que no tengo suerte con el San Agustín.


Berti sufriendo con slicks en el piso mojado de Santoseso. A partir de ahí empezaría su remontada hasta una espectacular victoria

Miguel Arias hizo un rallye soberbio y sólo le faltó una décima de segundo para culminarlo con victoria

Félix García completó el podio con su EVO VII y sumó un buen puñado de puntos en la clasificación del Campeonato de Asturias

De modo que para este año me planteaba intentar darle al Avilés una 'nueva oportunidad', procurar disfrutarlo en lo posible y buscar algo distinto respecto a los años anteriores, en los que la comodidad del acceso al tramo de Agones por la zona de Somao había tenido la ventaja de facilitarme mucho el trabajo pero el inconveniente de repetir exactamente los mismos sitios para las dos pasadas que suelo cubrir a pie de cuneta en cada prueba.

Esta vez, como bien se puede ver en la sección de noticias, la participación del 'segundo Avilés regional del siglo XXI' tenía alicientes de sobra como para animar la parte alta de la tabla, mientras que, por contra, el recorrido volvía a ser 'el de siempre'. Un trazado probablemente más para disfrutarlo como participante que como espectador y que, de tan repetido, acaba por producir una cierta sensación de monotonía en los aficionados. De hecho, hablando con unos cuantos de los habituales 'compañeros de cuneta' tenía la sensación de que no era el único al que el Avilés 'no se le daba bien' y había como una cierta sensación general de ‘a ver si no nos aburrimos mucho’ … por fortuna, esta vez nos equivocamos todos ¡de aburrirnos nada!

El viernes conseguía acabar a tiempo unos cuantos temas pendientes y acercarme a las verificaciones que, como todo el resto del rallye, siguen conservando el ‘estilo nacional’, con todo lo bueno y malo que ello conlleva. Para los que sólo vamos a ‘mirar, charlar y sacar fotos’, esas verificaciones en el pabellón del Quirinal siempre son motivo para pasar un rato relajado, viendo los coches de cerca, hablando con unos y otros y haciéndolo, además, con la gran tranquilidad que da el no tener que ‘sufrir’ los cada días más estrictos controles a los que nos ‘someten’ los rallyes del campeonato de España. Para muchos de los participantes, en cambio, no dejan de ser un notable ‘incordio’, ya que el poco comprensible hecho de que no haya un parque cerrado vigilado para la noche del viernes, implica andar con el coche de correr ‘de acá para allá’ o tener que ‘buscarse la vida’ (o gastarse aún unos cuantos euros más de los previstos) para buscarle ‘alojamiento’ hasta la hora de salida del día siguiente. Por mi parte, tras acabar la tarea, de lo más relajada la verdad, salía del pabellón a eso de las nueve … y estaba lloviendo. Todos los pronósticos eran de otro Avilés con agua y, por desgracia, parecía que iban a ser acertados.

Sin embargo, cuando me levantaba el sábado por la mañana el suelo estaba seco en Gijón … ¡a ver si hay suerte y libramos! Mi idea era pasarme primero por la Plaza de España de Avilés para captar en el podio de salida a los primeros participantes y luego, en función de cómo viese el tema a nivel de tiempo disponible (¡y tiempo meteorológico!), elegir entre ‘tripitir’ la comodidad de Somao o ‘investigar’ el primer acceso intermedio de Santoseso. Cuando sacaba las fotos de la partida del rallye, seguía sin llover aunque las nubes eran cada vez más amenazadoras, y cuando ya iba de camino y ponía la radio, la información que iba dada la gente de la COPE destacada en ambos tramos me hacía decidir finalmente: en Agones estaba lloviendo, en Santoseso no … ¡vamos para allá y, de paso, probamos algo diferente! Lo malo era que, de camino, ya empezaba a llover también y cuando completaba mi particular ‘enlace’ (¡vaya ‘tramito’ el que sale de Riberas y lleva hasta la prueba!), definitivamente daba igual, escogieses uno u otro destino en este inicio de rallye ¡te mojabas si o si!

Pero si mojarse siempre es incómodo pero aun, y con mucho, tiene que ser hacer un tramo de estos sobre piso empapado y con slicks. Y eso precisamente es lo que les ‘tocaba’ a unos cuantos de los primeros de la lista de inscritos, empezando por el máximo favorito, Berti Hevia. Cuando el poleso ponía en marcha su EVO IX desde la asistencia de RMC, todavía no llovía en el Quirinal y apenas si empezaba a orbayar levemente en Agones … montar las ‘lisas’ aun podía parecer una buena opción, aunque con las nubes negras que había en el horizonte era una cuestión de echarle mucho valor … porque como empezasen a soltar agua las ibas a pasar ‘canutas’. Y justo eso es lo que ocurría. Cuando el ‘cero’ completaba el primer tramo y daba su informe del estado del piso por la radio la situación era clara: piso mojado en todo el tramo, y condiciones especialmente malas en la parte inicial, hasta la capilla. Los que habían montado slicks iban a sufrir, y mucho, para conseguir al menos llegar ‘enteros’ a meta.

Mientras apartada lo más posible el coche en la estrecha cuneta del acceso al tramo de Santoseso, iban llegando ya vía radio los primeros cronos desde meta de Agones. Hevia conseguía completar la especial pese al ‘calzado inadecuado’ y una ‘excursión ‘ fuera de programa, parando el crono en 9:31, Félix, con ‘zapatos’ más adherentes en su EVO VII, bajaba ya hasta 9:16, y en el mismo segundo se colocaba César Palacio, ya metido en su papel de ‘matagigantes’ (¡o sea ‘mata EVOs’!) con el Clio. A todos ellos los superaba un Sergio Fombona que tuvo que hacer un tramo alucinante para, tal y como tenía que estar el piso, hacer ese crono con el bastante indomable (¡incluso en seco!) Nissan 350Z. Sergio marcaba un soberbio 9:13 que sólo iba a ser superado por uno de los que venía a continuación …¡pero de que forma!

Las primeras noticias del crono de Miguel Arias hablaban de un 9:44 que se nos antojaba excesivo teniendo en cuenta que no había tenido ningún problema, que todos sabemos lo que anda Miguel en agua y que el EVO que se había traído desde Galicia era todo ‘un pepino’. Y, efectivamente, se trataba de un error … no era 9:44 ¡era 8:44! … ¡Qué barbaridad! En apenas 13 kilómetros el de Grao le había metido, al que menos, ¡más de dos segundos por kilómetro! Hablar de rallye sentenciado sería mucho decir (especialmente ahora, a toro pasado) pero mentiría si no dijese que esa fue la sensación que tuve entonces … porque además todavía quedaba Santoseso, también en condiciones similares, y todo apuntaba a un nuevo ‘festival Arias’ en sus rápidos 12 kilómetros.

Del resto de participantes que conseguían completar este complicadísimo primer Agones, cuatro más conseguían bajar del sufrido 9:31 de Berti, situándose del quinto al octavo y relegando al poleso a una inesperada novena plaza. Rubén González metía su EVO VII grupo N en la quinta posición, a apenas 3 segundos del grupo A de ‘los García’, y tras él se situaban dos de los habituales ‘valientes’ que siempre destacan cuando el piso parece un espejo: David González, sexto con su 106 azul y blanco, y Dani Mieres, séptimo con su Clio rojo. El octavo era el joven Del Oso, que empezaba a dar pistas de lo que sería su actuación todo el día, simplemente rapidísimo en todos los terrenos con el León Cupra grupo N.

El ‘top ten’ del tramo inicial lo completaba Fran Cima, que iba pensando más en si el R3, con las nuevas pastillas, frenaría más o menos, que en echar muchas carreras. Y, justo tras él, Márquez estaba también más de tests que de rallye (¡al menos de momento!), comprobando que el EVO IX de la ‘Cholo copa’ iba como él quiere que vaya.

En la parte alta de la tabla se echaban de menos varios nombres, todos pilotos de esa especie de ‘EVO CUP asturiana’ que tenemos últimamente montada por aquí. Pero la ‘maldición’ que parece perseguir a los ‘montañeros’ que compiten en nuestro regional de rallyes con los ‘Mitsus’ volvía a no tener piedad de ellos. Y si Oscar ni siquiera se había inscrito, imagino que todavía sin el pie en condiciones para hacer un rallye tras el golpe de Gijón, sus ‘colegas’ de las subidas tampoco es que llegasen muy lejos. Iván Suárez no conseguía ni tomar la salida en Agones, con algo ‘trabado’ en su EVO IX que no le dejaba avanzar un metro. Y ‘Tano’ apenas si hacía kilómetro y medio, calzado con slicks y no pudiendo evitar uno de esos ‘aquaplannings’ a los que te suele condenar el no llevar dibujo en las gomas cuando hay agua sobre la carretera.

Una vez bien informado de todo lo acontecido en Agones me disponía a ‘coger sitio’ en Santoseso. La curva a la que llegaba el acceso que había elegido tampoco es que fuese gran cosa pero, como tenía el coche aparcado cerca de la misma, decidía que era mejor dejarla para la segunda pasada y buscar otra para esta primera. Como todavía tenía unos quince minutos de margen, me aventuraba paraguas en mano tramo arriba y acababa por quedarme en el primer sitio que me ofrecía la posibilidad de colocarme en alto … ¡que no estaba el piso como para quedarse a nivel de la carretera! No era una zona especialmente vistosa pero tampoco estaba el día como para ponerse exigente. La bruma tapaba buena parte del valle que hacía de fondo y el trazado se podía describir en ‘el idioma de Luis Moya’ como ‘izquierda3paraderecha4secierraras’ o algo así. En el exterior de la derecha me ‘encaramaba’ al monte y allí, completamente sólo, vería la primera de Santoseso. Era una situación de esas un poco irreales hasta que empieza el tramo, con el ruido de la lluvia cayendo sobre el paraguas y las hojas de los árboles como prácticamente único sonido mientras esperas el paso de los coches en una carretera remota una mañana de sábado ¡estamos locos!

Lo abierto del valle de fondo permitía llegar pronto los primeros sonidos de motor y en apenas unos minutos ya empezaba la acción. El primero en pasar era el EVO de Berti: aun trazando con tiralíneas y usando el pedal del gas con toda la delicadeza posible, los slicks no daban a basto para evacuar la gran cantidad de agua que había sobre la carretera … le iban a caer otro buen montón de segundos, aunque la menor longitud del tramo y su mayor rapidez hacían que las diferencias fuesen menos escandalosas esta vez. Pero viendo como entraba y salía Arias de nuestra curva quedaba claro que iban a ser importantes: bien calzado, el VIII permitía a Miguel ser más ‘generoso’ con el pie derecho y la respuesta del coche saliendo hacia el siguiente viraje que lo sacaba ya de nuestra vista era significativa, rabiosa, ¡espectacular! … había caballos y su piloto los sabía domar, el rallye tenía dueño. El crono en meta de los Arias volvía a estar ‘en otra dimensión’ respecto al resto: un 7:31 al que sólo se acercaba (¡es un decir!) el 7:50 de Rubén González, siempre eficaz sobre piso deslizante y demostrando que con un ‘siete’ grupo N todavía se puede  dar guerra, ¡sobre todo si el suelo resbala, claro!
Los demás volvían a quedarse a más de esos dos segundos por kilómetro de Agones, con el increíble Dani Mieres en tercera posición siendo el único que bajaba de los 8 minutos … algo que no era de extrañar viendo lo rapidísimo que pasaba por delante de nosotros, visiblemente al límite de los que el Clio fase I podía ofrecer. Un límite en el que también iban muchos otros y que acababa sobrepasando Rendueles (¡13º scratch en Agones!) antes de llegar a nuestro punto de observación, provocando la neutralización del tramo.

Tocaba volver al coche y hacer balance en la larga espera hasta la siguiente pasada: en sólo dos tramos, Arias era líder ¡con más de un minuto de ventaja! Segundo era Félix, tan regular como siempre, tercero Rubén por culpa de una penalización de diez segundos, cuarto Sergio Fombona, haciendo malabarismos para no sólo mantener el pesado y potente 350Z sobre la carretera sino, además, ‘hacer tiempos’ con él, y luego venían, del quinto al octavo, los valientes de los ‘peuqeños delanteras’, que estaban en su elemento sobre esa agua en la que el déficit de caballos y tracción todavía se puede compensar algo a base de ‘manos’ (¡o como queráis llamarlo y que está más abajo!). Dani Mieres iba cuatro segundos por delante de César Palacio en la pelea particular entre los Clios, con el 106 de David González y el León de Del Oso también por delante del EVO IX de Berti Hevia, en esos momentos noveno a 1:15:8 … pero con el coche entero tras pasar un calvario con las ruedas lisas bajo el chaparrón. Seguir apostando a esas alturas del día por el de la Pola se antojaba una locura …. ¡no lo sería en absoluto!

Mientras esperaba tranquilamente en el coche, escuchando la radio, observaba como el tramo se abría al tráfico antes de la segunda pasada, así que me lo pensaba mejor y decidía cambiar de sitio en busca de un lugar un poco más atractivo. Poco más allá, siguiendo la dirección de la carrera, estaba la típica ‘rendonda de morder’ de Santoseso, con su amplio ‘prao’ alrededor para aparcar. Como además el número de espectadores era pequeño y dejaba de llover, el sitio era ideal para poderse mover sin peligro y ver el tramo desde distintos ángulos, como me suele gustar para conseguir que las fotos queden un poco más variadas.

Pero antes todavía quedaba ‘otro Agones’ esta vez ya sin tanta agua, aunque con el piso todavía delicado. Tras el paso por la asistencia todos los que habían optado por los slicks (¡y que habían sobrevivido al primer bucle!) se lo pensaban mejor y montaban también ‘rayadas’ con lo que las condiciones iban a ser más parecidas para unos y otros. Berti, esta vez ya con las ‘botas de agua’, pisaba firme, bajaba su mal tiempo anterior en más de un minuto, se hacía con su primer scratch y ya se situaba a espaldas del líder en la general, Arias, que era segundo en el parcial y cedía sólo 7.6. Sacábamos ‘la calculadora’ para ver si la remontada era o no posible: a ese ritmo de poco más de 6 décimas por kilómetro los 68 segundos de ventaja que tenía Miguel podían ser más que suficientes en los 66 kilómetros que quedaban … pero no se iba a poder despistar nada de nada … ¡todavía teníamos rallye!

Aunque para la victoria los demás ya no contaban salvo sorpresa mayúscula, su rallye no era menos interesante. Entre el tercero, Ruben González, y el undécimo, Fran Cima, había poco más de medio minuto en el que iban metidos Félix García Sergio Fombona, César Palacio, Del Oso, Dani Mieres, David González y Carlos Márquez, menuda pelea se avecinaba entre todos ellos.

El que ya no tenía opción a nada ere Jovino, que cerraba el día negro de los Mitsubishi asistidos por B9Racing cuando volcaba en la primera de Santoseso, salía despedido ‘patas arriba’ un buen montón de metros y acababa chocando de forma aparatosa contra el vehículo de un radio enlace. El destrozo en ambos coches era monumental y el susto de todos los implicados mayúsculo aunque, por fortuna, nadie resultaba herido en el lance.

Otro rallye de 'matagigantes' para César Palacio, cuarto scratch con el Clio

De entre las varias prestaciones soberbias de pilotos con coches modestos me quedó con el 10º scratch de Jorge Suárez

Francisco Marrón se llevó el grupo S en el último tramo tras un rallye totalmente al ataque

Cuando dejaba la comodidad del coche para coger sitio en la cuneta del exterior de la ‘redonda’ ya no llovía, hasta se veía algo de cielo azul y la temperatura era agradable … todavía se iba a poder disfrutar del rallye. Berti llegaba visíblemente rápido, no mordía lo más mínimo en la primera cuneta interior, y apenas si ‘apuntaba’ el segundo vértice de la derecha antes de seguir decidido hacia la ‘ese’ que hacía de bonito fondo a las fotos sacadas ‘desde atrás’, desapareciendo en el bosque donde ‘picábamos’ el parcial para tener referencias. Félix, por su parte, ‘asomaba’ la rueda interior derecha al borde del primer interior y ‘escarbaba’ decidido en el segundo … +18 decía el crono de mi teléfono móvil. Estábamos más cerca de salida que de meta, así que las diferencias iban a ser importantes. En el mismo segundo aunque con sensación visual totalmente distinta transitaba el Clio de César Palacio, por el sitio y sin permitirle al Renault perder velocidad en los virajes, sabedor de que luego, con sólo tracción delante y menos caballos, cuesta mucho más trabajo recuperarla que con los Mitsus. En +13 pasaba Sergio Fombona, impresionante de reflejos controlando un ‘descoloque’ del tren trasero en la rapidísima zona que le llevaba a nuestra curva, y siendo el primero que salía de ella ‘de lao’ para deleite del público situado en la ‘pelouse’.

Márquez era el siguiente y ya ‘mordía’ a base de bien en los dos vértices, mientras que Arias metía más de medio coche en el segundo camino de un +5 en mi parcial que era algo más de lo que se podía permitir para mantener el ritmo de pérdida aceptable.

Y, en efecto, a final de tramo las diferencias era más que notables y ponían ya en duda mis cuentas de hacía unos minutos. Berti le recuperaba 25 a Miguel, que había hecho un trompo pero llegaba a mitad de rallye todavía con 42 a favor pero ya sin la seguridad de que fuesen a ser suficientes en las cuatro especiales de la tarde. Tras ellos, Sergio confirmaba el tercer mejor crono en mi parcial y en meta era también el tercero más rápido, ganándole la cuarta plaza en la general a Félix y amenazando la tercera de Rubén.

La lucha entre los Clio de Mieres  y Palacio se decantaba a favor del segundo sólo con verlos pasar: el de Dani llegaba a nuestra curva con el portón abierto haciendo de indeseado ‘freno aerodinámico’ y como prueba evidente, junto a algunos rasguños que se apreciaban en la parte derecha del frontal, de que había visitado ‘los alrededores de lo negro’ en los kilómetros anteriores. Aunque la ayuda de los espectadores le permitía volver a pista, Mieres se dejaba más de dos minutos en el incidente y bajaba hasta la decimocuarta posición.

Sin neutralizaciones esta vez, conseguía verlos a todos y sacar una buena cantidad y variedad de fotos como para ir ya servido. Además me lo había pasado bien, no sólo con las evoluciones de los ‘de delante’ sino, tanto o más, viendo a gente como Pablo López, rapidísimo con el Ibiza, o Jorge Suárez, simplemente increíble con ese Saxo rosa que hace ya tiempo que llama mucho más la atención por lo deprisa que va que por su color ¡y eso ya es decir bastante! Más discretos de aspecto pero igual o más de exuberantes en estilo, el Saxo negro de Maikel y el igualmente oscuro 205 de Marrón eran otros de los que impresionaban. El primero con una cruzada ‘de escándalo’ que le obligaba a hacer ‘muchas manos’ para sacarlo de la siguiente curva, el segundo ‘a cuchillo’ y pidiendo de nuevo a gritos un número de salida acorde con los tiempos que suele marcar, y que se merecen bastante más que el 57 en una lista de 63 como era el caso.

Tocaba ya emprender camino hacia el Quirinal donde tenía doble cita. Por un lado había que darse la primera vuelta por las asistencias y recabar ya algunas impresiones de los diferentes protagonistas, por otro tocaba encontrarse con ‘Vari’, su hijo Dani , Marta y ‘Guaje’, colegas del ‘blog’ de F1 de La Nueva España, a través del cual mantenemos interminables charlas sobre los grandes premios y en el que se había organizado una ‘quedada’ aprovechando el rallye. Así, mezclando ‘trabajo y placer’, discurriría el resto de la jornada, con la suerte, para mi plan de quedarme en la asistencia de que, tal y como estaba el día, allí se iba a jugar buena parte del rallye, con las montas de neumáticos para los tramos de la tarde convirtiéndose en una auténtica partida de poker en la que nadie quería enseñar sus cartas hasta que no hubiese más remedio.

Las noticias que llegaban de los dos tramos que quedaban, San Tirso y San Pedro eran contradictorias: en el primero no llovía, en el segundo si, aunque no mucho. Poner lisos se antojaba como la mejor elección para uno mientras que se convertía en toda una arriesgada apuesta para el otro, que si ya es sucio, complicado y resbaladizo de por si, lo es aun más en cuanto caen ‘cuatro gotas’. Alrededor del EVO IX de Berti, el número 1 en la lista y por tanto el primero que tenía de decidir la monta para el tercer bucle, esperaban tanto un juego de slicks y uno de rayadas como un buen número de ‘observadores’ del resto de equipos. Finalmente el poleso optaba por las lisas mientras que su rival por la victoria era más prudente. Miguel Arias se decidía por las 'de dibujo' jugando la carta de su ventaja y de su conocimiento de los tramos ‘de casa’ que tocaba cubrir. Miguel nos comentaba, además, que tampoco era plan de jugarse ‘un golpe de 80.000 euros’ en clara alusión al coste del ‘aparato’ que ARVidal había puesto a su disposición.
El resto también iba ‘a lo seguro’, con más o menos surcos en sus gomas y saliendo camino de San Tirso con la incertidumbre del clima en las cabezas de todos.

Así que mientras se disputaban los tramos del tercer bucle, me tomaba una pausa en el trabajo para montarnos nuestra tertulia de F1 particular en la cafetería del polideportivo luego de haber hecho un poco de guía improvisado de los ‘colegas blogueros’ por la asistencia. El rato se pasaba volando hablando de si Alonso, si Hamilton, si Raikkonen o si Massa, y ya tocaba una rápida visita a la sala de prensa para ver como iban las cosas antes de que los equipos volviesen al parque de trabajo para la última asistencia del día. En el seco San Tirso las slicks de Hevia eran, decididamente, la mejor elección y Berti sumaba su tercer scratch consecutivo, recuperando otros 11 segundos en apenas 11 kilómetros. Quedaban 31 de los primeros y 43 de los segundos, a ese ritmo la remontada era más que posible … si todo estuviese seco. Pero San Pedro no lo estaba, ni mucho menos, y ahí el cuarto scratch del poleso sólo le daba segundo y medio de margen sobre el de Grao. La balanza volvía a oscilar hacia los Arias que conservaban casi medio minuto ante la segunda pasada por los mismos tramos. A ese ritmo el rallye era suyo … ¡o eso parecía!

Tras los dos primeros la batalla era también intensa y se iba cobrando más bajas. Rubén González llegaba algo apurado a un control stop situado justo tras una curva y para no impactar contra el coche de Miguel Arias se iba hacia el exterior y quedaba ‘colgando del abismo’. Con un notable precipicio la lado, intentar sacar el coche ni se planteaba sin la ayuda de una grúa y ahí, de esa forma tan inesperada, se acababa el magnífico rallye del de la Mallacina, cuarto en ese momento, pese a problemas de cambio por la mañana, y todavía en disposición de pelearle la tercera plaza a Félix García, que quedaba así en una situación bastante tranquila, sin opción de inmiscuirse en la lucha por la victoria pero sin grandes amenazas por detrás.

La cuarta plaza pasaba a manos de Sergio Fombona que ya la daba más que por buena. Como nos comentaba su copiloto para este rallye, el veterano Raúl García, que volvía a sentarse en el ‘asiento del miedo’ tras más de cinco años, “San Pedro está fatal, un auténtico barrizal, aun anticipando las frenadas un montón llegas apurado a muchos sitios”. Así que Sergio optaba por la prudencia, volvía a montar las gomas con dibujo y pensaba ya en acabar un rallye en el que había vuelto a sacar todo el partido posible al complicado Nissan GT … lo malo es que, pese a todo, al final una de esas frenadas que comentaba Raúl le sería fatal, dejándole fuera de juego en la pasada final por San Pedro para disgusto de todos los que habíamos podido apreciar el gran rallye que estaba haciendo … y de Juan al que me tocaba informar de las malas noticias momentos después. ¡Así son las carreras!

Pero antes de que todo esto ocurriese quedaba la última ‘mano de poker’ entre Hevia y Arias en cuanto a que ruedas montar para el último bucle. Finalmente, cuando comprobaba las montas de uno y otro en el control horario de salida, veía como ambos estaban en su papel: Berti en el de jugársela e ‘ir a por ello’, poniendo ‘ceros’, Arias en el de ‘resistir’ con las rayadas aun a costa de que se degradasen en el seco San Tirso y ello les hiciese perder eficacia en el mojado San Pedro. ¡La suerte estaba echada!

En San Tirso, donde en teoría más debía de recuperar, Hevia bajaba cinco respecto a su crono anterior mientras que Arias ‘limaba’ ocho al suyo, con el resultado de ceder ‘sólo’ 9.1 y mantener todavía 20.5 de su renta de cara al tramo en el que se debería defender mejor, el de casa, el más mojado, el menos perjudicial para sus gomas. Pero ya se sabe que hasta que no se cruza la línea de meta no está todo decidido, un tópico que esta vez era más real que nunca. En San Pedro Berti ‘se tiraba’ a por todas y sus blandos slicks se agarraban todo lo posible al deslizante asfalto. El crono era estratosférico: 11:00 ¡31 segundos mejor que el de la pasada anterior! Arias también mejoraba, pero en menor medida … y cedía 20.6 al paso por la célula … ganaba Berti ¡¡¡¡por una décima de segundo!!!!

Un desenlace espectacular que era de esos que te dejaban sensaciones encontradas: los dos merecían ganar pero vencedor sólo hay uno, y ese era Hevia, sacando la quintaesencia en esos kilómetros finales y usando, probablemente, su mayor experiencia en ese tipo de situaciones. Desde fuera, la sensación que me quedaba era que Berti había sido lo suficientemente frío como para no jugárselo todo en el tramo más seco, con los slicks más blandos, y ‘guardárselos’ para el terreno más complicado, forzando probablemente a su rival a apurar sus ‘rayadas’ donde menos eficaces eran y llegar ya con menos armas al que debía de ser su terreno. Si eso fue lo que pasó o no, sólo ellos lo saben, en todo caso, el final de rallye fue precioso y nos compensó, con creces, de otros ‘avileses’ aburridos … ¡en este de aburrimiento nada!

Con tal llegada al sprint casi todos nos olvidábamos un poco (¡y muy injustamente!) del resto de supervivientes, apenas el 50% de los que habían tomado la salida. Tras el inalcanzable dúo de cabeza, que volvían a demostrar como el ritmo y el nivel que da el nacional está siempre un peldaño por encima del que se puede coger en un regional, Félix García hacía su rallye, de menos a más, para terminar tercero y sumar un buen puñado de puntos en el Campeonato de Asturias, para el que Berti es ‘transparante’ a efectos de resultados. Cuarto, luego del ya relatado abandono de Fombona, terminaba César Palacio, de nuevo completando un rallye soberbio con su habitual estilo no se si más fino que rápido o precisamente tan rápido por ir tan fino …¡no se si me explico! El caso es que el Clio azul metalizado pasa siempre por donde tiene que pasar y a la máxima velocidad posible … y eso se acaba reflejando en el crono.

La quinta plaza se la acababa llevando Carlos Márquez, que se había ido ‘calentando’ a medida que avanzaba el rallye, y aunque no se salía del guión de correr en ‘condiciones PRR’ tanto en lo que respecta a mecánica como a ruedas, acababa por ‘tirarse’ con ganas en el último San Pedro y terminaba el rallye realmente contento y con unas ganas locas de que llegue Ferrol.

Sexto, en la que en mi opinión es, con mucho, su más convincente prestación hasta la fecha, terminaba Del Oso, del que nadie dudaba su rapidez pero al que le faltaba un resultado así, en un rallye tan complicado como este y en el que gente mucho más experta no pudo evitar caer en las muchas trampas que había y que esta vez no cazaron al ‘osezno’, dicho sea esto con al mayor de los respetos hacía el joven piloto del occidente asturiano.

Séptimo terminaba otro de nuestros jóvenes valores, Fran Cima, que hacía lo que tenía que hacer, comerse las ganas de lucirse en busca de un resultado para el que el riesgo a correr era demasiado grande, y dedicarse, en cambio, a trabajar pensando en el futuro, con Ferrol también en mente como escenario más importante en su programa de este año con ese R3 que, cuando lo oía antes de verlo, a través del valle del primer tramo, me recordaba el sonido de un avión de caza lanzado al ataque ¡como ‘silba’ la nueva pequeña bomba de la Regie!

En la octava plaza se acababa por colar otro de los que aparece casi siempre que la cosa se pone difícil, José Manuel Alonso, y que tomaba el relevo en cuanto a representar a los siempre eficaces Peugeot 106 ante la ausencia en meta de Pelayo (fuera ya a las primeras de cambio) o David González (víctima de lo injustos que a veces son los rallyes y teniendo que retirarse en la última especial cuando era el mejor de los pequeños Peugeot).

Remontando para entrar todavía entre los diez mejores, Dani Mieres conseguía enmendar en parte el desliz de Santoseso 2 y acababa noveno, cerrando el ‘top ten’ el increíble ‘pollo’ (¡yo ya le llamaría el ‘superpollo’ o el ‘gallo’), décimo con el Saxo clase 1. Lo de Jorge Suárez con este coche es, como me decía un buen aficionado con el que comentaba su actuación cuando lo veíamos salir del Quirinal camino del último bucle, ‘la mejor relación precio-prestaciones de todo el regional’ …¡y no puedo estar más de acuerdo!

Y no sigo escribiendo más (aunque los rallyes de gente como Pablo López o Francisco Marrón también se lo merecen), porque así, a lo tonto, ya llevo siete páginas de crónica de un rallye que ‘se me daba mal’ y del que pensaba hacer un reportaje ‘para cumplir’ … pero la verdad es que esta vez me divertí en el Avilés y eso se refleja luego en las mayores o menores ganas con las que uno se pone delante del teclado ... para acabar cayendo en lo que un crítico literario definiría como el ‘típico defecto del escritor novato que quiere contar demasiadas cosas a la vez’ ... ¡defecto en el que caigo una y otra vez! Pero bueno, como esto no es, ni pretende ser, literatura, pues tampoco pasa nada mientras yo me lo pase bien haciéndolo y haya alguno de los que lo leeis que lo disfrute y sea capaz de llegar hasta el último párrafo.

Resumiendo, hubo incertidumbre, hubo emoción hasta el final y entre el rallye y la minitertulia de Fórmula 1 que nos montamos por allí disfruté del sábado. Igual hasta tengo que quitar el Avilés de los rallyes en los que me aburro.