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¡Más emoción imposible! Una mala monta de neumáticos por la mañana obligó a Berti Hevia a una remontada sobre Miguel Arias que sólo culminó en el último tramo y por el mínimo margen posible, una décima de segundo en favor del poleso que le dio un triunfo realmente trabajado y de los que se recuerdan durante mucho tiempo.
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En su segunda edición desde que dejó de ser puntuable para el nacional, el Avilés mantenía exactamente el mismo esquema y planteamiento: verificaciones el viernes en el Quirinal, (que volvía a ser el centro neurálgico de la prueba acogiendo también las asistencias, las oficinas de Dirección de Carrera y la Sala de Prensa), salida el sábado por la mañana desde la Plaza de España, en la que se hacía también la llegada y entrega de premios por la tarde, y cuatro bucles de dos especiales cada uno siempre con los mismos tramos de las últimas cuatro temporadas: Agones, Santoseso, San Tirso y San Pedro. Una fórmula que funciona pero que ya resulta demasiado repititiva, especialmente cuando no se subsanan los fallos o problemas detectados en años anteriores como la falta de un parque cerrado el viernes por la noche, o lo demasiado ajustado de los tiempos impartidos para algunos enlaces. Especialmente el último, desde San Pedro a Avilés, resultaba una vez más demasiado apurado, con los problemas que ello conlleva. Temas que no parece tan complicado de solventar para próximas ediciones.
La inscripción de esta 32ª edición era cien por cien asturiana pero con notable sabor a 'nacional' gracias a la presencia de varios de nuestros habituales representantes en el Campeonato de España. Por un lado, estaban Alberto Hevia y Carlos Márquez, que tomaban parte con los EVO IX de RMC que utilizan este año en el certamen de asfalto. El de Berti era el 'tope grupo N' ya visto en Cantabria, Rías y Orense, pero con la brida de 34 que consiente la reglamentación del grupo XA regional y montando unas nuevas suspensiones que el poleso quería probar de cara a su posible uso en las próximas carreras del campeonato de España. El de Carlos era el coche que usa en el PRR, es decir con especificaciones de la nueva categoría de 'producción': grupo N sin cambio 'de carreras' ni frenos 'gordos'.
Otro de los 'nacionales' que animaba la parte alta de la lista de inscritos era Miguel Arias, presente no con su 206 del Desafío sino con todo un señor EVO VIII grupo A procedente de los talleres de ARVidal en Vimiazo. Se trataba de la unidad que habitualmente usa Pablo Antelo en tierra, pasada a asfalto y que el viernes dio el susto a los Arias al tener problemas de embrague que obligaron a trabajar duro para tenerlo listo el sábado por la mañana, verificar y tomar la salida.
Una vez resuelto el inconveniente aparecido la víspera, el coche funcionó como un reloj durante todo el rallye y muy poco (¡casi nada!) faltó para que Miguel sumase su segunda victoria en dos carreras al volante de un EVO tras su victorioso debut con la unidad de Quattro Rally el año pasado en Grao.
El otro 'asturiano del nacional' (a parte de Fran Cima, presencia habitual en los regionales también) era Sergio Fombona con el Nissan 350Z patrocinado por GRH, uno de los sponsors de la prueba lo cual motivaba la inclusión del Avilés en el programa centrado en la Nissan Challenge del gijonés. Al lado de Sergio 'se reencontraba con las labores de copilotaje Raúl García, que ya había hecho equipo con Fombona hace una buena cantidad de años y que últimamente ha estado haciendo de ouvreur para Berti Hevia en el Campeonato de España.
Tras esta participación en Avilés, el siguiente compromiso de Sergio Fombona con el nacional debería de ser el Príncipe, ya que para la fecha de Ferrol el 350Z estará expuesto en el stand de su patrocinador en la Feria de Muestras de Asturias.

Realmente curiosa la iniciativa de la organzición del rallye de dar una serie de 'premios sorpresa' por conceptos tan curiososs como: 'equipo que acumule más penalizaciones', 'último clasificado scratch', 'equipo clasificado en el puesto 32'. Precisamente estos dos últimos se los llevó el mismo equipo: el formado por Ismael Corral y Joaquín González, que llegaron a la meta en la última plaza ... ¡que precisamente era la 32ª scratch!