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Treinta años después, el Campeonato de España de Montaña volvió a las rampas de Arrate, donde se disputó la sexta prueba del nacional 2008. La victoria de Apalantza en la fase B con el Subaru WRC rompió el largo monopolio de los Audi, pero Fombona, con su triunfo del sábado y el tercer puesto del domingo, siempre por delante de Flores y Aznar, sus únicos rivales en el campeonato, dio otro paso camino del tercer título. En CM Roca volvió a dominar con total autoridad y camina también hacia la renovación del campeonato.
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Tras pasar el año pasado la correspondiente preinspección de la federación española, la subida a Arrate retornaba al nacional, recuperando una larga tradición de pruebas del Campeonato de España en la zona.
La Escudería Eibar se esmeraba en cuidar todos los detalles y conseguía sacar adelante con muy buena nota una carrera que permitía a los eibarrenses vivir en sus calles todo el ambiente del nacional ya desde el viernes, con las verificaciones y el parque cerrado en pleno centro de la localidad. En esa misma ubicación se llevaría a cabo el domingo la entrega de premios.
El único inconveniente importante de toda la subida es la lejana ubicación del parque de trabajo, situado en un polígono industrial bastante alejado de la salida, lo que obliga a un esfuerzo extra por parte de todos los implicados para ir y venir desde la prueba. Los coches tienen que hacer el trayecto en grupos de quince, atravesando un tunel y dos tramos de carretera abierta al tráfico, lo cual siempre es un problema, sobre todo si surje alguna avería de última hora. De todas formas, los diferentes 'convoys' de ida y vuelta se resolvieron con agilidad y no constatamos ningún problema en los mismos, más allá de la incomodidad que suponen este tipo de 'traslados'.
Entre los participantes destacaba el retorno a una lista de inscritos del Campeonato de España del doble campeón de la Copa CM Gorka Apalantza, que este año se ha centrado en los certámenes regionales de rallyes y rallysprint con su espectacular Subaru Imprezza WRC. Teniendo en cuenta tanto su nivel de pilotaje, como las características de la subida, a las que su montura se adaptaba perfectamente, Gorka era el gran favorito, algo que ya conformaba desde los primeros entrenos. En la subida oficial del sábado, un pinchazo le privaba de una victoria que parecía claramente suya a la vista de sus cronos de entrenamientos, algo que confirmaba el domingo con un 2.55 en la manga definitiva que le ponía totalmente fuera del alcance de los superturismos y le daba su primera victoria 'nacional' al volante de un carrozado.
El año pasado Aitor Arakistain se hizo con la victoria al volante del anterior modelo del Seat León de circuitos. Entonces, la lluvia había jugado a su favor para superar a Fombona, que competía en Eibar con la unidad menos evolucionada de B9.
Este año, Arakistain participaba con su nuevo León Supercopa y, sobre seco, no podía estar ya al nivel de los mejores superturismos del nacional y los WRC. El piloto del automóvil club Vasco-Navarro era séptimo en la subida oficial del sábado mientras que el domingo sólo completaba las dos mangas de entrenos, también con la séptima plaza como mejor resultado.
La categoría CM generó la mayor cantidad de 'corrillos' y comentarios debido al uso 'táctico' que hicieron varios pilotos de las mangas de entrenos oficiales. Ante el fuerte calor y lo abrasivo del asfalto de Arrate, conservar las gomas para las subidas definitivas de cada fase era crucial, y el sábado Pedro Roca optó por completar a ritmo lento su tanda de entrenamientos. A la vista de la clara victoria posterior en la fase A, el domingo sus compañeros de marca en Silver, Oscar Palacio y Egoi Eder Valdés optaron también por la misma estrategia, lo que generó una situación poco deseable, con coches alcanzándose unos a otros ya antes de la mitad del recorrido y abucheos de los espectadores en la bajada ante el nulo espectáculo ofrecido por varios de los favoritos.
De cara al año próximo ya se comenta entre los propios equipos la posibilidad de proponer a la federación un cambio en la reglamentación para evitar este tipo de tácticas, bien sea liberando totalmente el uso de neumáticos, como ya ocurre en los turismos, u obligando a usar el juego de gomas 'marcadas' sólo en las mangas oficiales de carrera.
Los habituales del nacional no descansaron mucho en la larga pausa desde Santo Emiliano, ya que a principios de julio se disputaron en Galicia dos pruebas con preinspección para el nacional, las de Cortegada y Chantada. En Cortegada, Jesús Fernández y Aznar ocuparon las dos primeras plazas, mientras que en Chantada Fombona 'relevó' a su compañero de equipo en B9, ganando también por delante de Aznar.
Tras Arrate ninguno de estos 'coge vacaciones' aunque el nacional no se reanude hasta septiembre. Tanto los pilotos del equipo asturiano como el almeriense Aznar y Riera Racing, con Lirola y Xevi Riera, tienen previsto competir a principios de Agosto en la subida francesa del Mont Dore, en la que varios de ellos ya han estado presentes en las últimas temporadas.
No dejaba de ser toda una novedad a efectos del nacional el hecho de que, tanto el sábado como el domingo, los espectadores 'pagasen entrada'. Algo que no permite la legislación en el resto del territorio español pero que es norma en todas las pruebas de rallysprints y montaña de los campeonatos vascos. A 8 euros por persona y día, los ingresos por este concepto son una parte importante del presupuesto de la competición, ya que en contra de lo habitual en las demás pruebas del nacional, este no se cubre por completo a base de publicidad y el apoyo de las instituciones, sino que para 'cuadrar las cuentas' hace falta que la afluencia de espectadores sea importante. Algo que, lamentáblemente para los esfuerzos organizativos de la Escudería Eibar, no se daba este fin de semana en Arrate, con bastante menos público del habitual en cualquier prueba de la zona, según me comentaban varios mienbros de la organización. Entre el buen tiempo, que el viernes era festivo y quien sabe si también por tener que pagar los dos días, el caso es que la afición no acudía en gran número, lo que puede representar un problema a la hora de cerrar el balance económico final de la prueba.