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La no participación en las subidas oficiales de los participantes del europeo marcó una edición del Fito en la que los problemas se fueron acumulando hasta convertirla en la más difícil que uno recuerda. Con las barquetas y fórmulas fuera, el triunfo a efectos del europeo fue para Luis Flores pero el gran triunfador del día acabó siendo José Antonio López-Fombona, arrollador en las dos fases del nacional y sumando ya 'siete de ocho' en lo que va de año. En CM, Román y su BRC rompieron el monopolio Silver en la fase A pero Roca lo restauró en la B, siendo además el más rápido en absoluto una vez computados los cronos de las dos mangas.
CRONICA

Empiezo a escribir esta crónica a eso de las 11 de la noche del lunes, con tiempo de sobra para haber dejado 'reposar' todo lo vivido en la única jornada del Fito, la del domingo, a la que pude asistir este año, ya que el sábado tenía otro compromiso 'de carreras' en el rallye de tierra de Guijuelo. Y pese a ese lapso de tiempo que debiera garantizar una crónica ya no tan 'en caliente' me da la sensación de que me va a costar, más que nunca, ser todo lo objetivo que siempre pretendo ser cuando me pongo delante del teclado a redactar estos reportajes.

Los que hayais leído los relativos a anteriores 'Fitos' ya sabreis o, al menos, podreis intuir, que con la mítica subida de Arriondas tengo una especie de relación amor-odio que me lleva, cada año, a tener sensaciones muy encontradas en las preciosas rampas de la sierra del Sueve. Por un lado está el 'amor' a la subida en si misma, a su trazado, a su historia, al hecho de que suele ser la única oportunidad que tengo, cada año, de ver en acción a esas barquetas y esos fórmulas que siguen estando intimamente asociados en mi subconsciente a la montaña, por mucho que los tiempos y los reglamentos hayan ido cambiando. Por otro está el 'odio' a todo en lo que se ha ido convirtiendo la prueba y su entorno, consecuencia de una espiral negativa que empezó hace ya unos cuantos años y que puede acabar por costarle (¡por costarnos a todos!) demasiado caro. La masificación de público (¡me niego a llamar 'aficionados' a un porcentaje altísimo de ellos!) que tan llamativas cifras da para los titulares de la prensa afín el lunes tras una nueva edición del Fito, y que imagino que será muy útil a la hora de 'vender' la prueba a los cada días más necesarios patrocinadores, es, por otro lado, el auténtico cáncer de una prueba que lleva ya demasiados años convirtiéndose en un suplicio poco menos que insufrible para los que nos acercamos a ella a trabajar o, más triste aún, para los que van al Fito a disfrutar, bien sea como espectadores o como participantes.

Fombona tiene motivos para sonreir, en el Fito sumó otras dos victorias y además de modo arrollador

La deserción de los 'italianos' dio a Flores un inesperado triunfo en la clasificación del europeo

'Tano' se repuso del golpe del sábado completando el dominio de los Audi de B9 en la fase B

Este año, la coincidencia de fechas con la segunda cita del nacional de tierra hacía que no tuviese más remedio que renunciar a las jornadas del viernes y el sábado. Pensando en ello me decía a mi mismo a modo de consuelo: 'bueno, si tres días de Fito suelen acabar por ser demasiado para mi todos los años, tal vez yendo sólo el domingo pueda tomármelo con más calma y no acabar tan agobiado como de costumbre'. Un planteamiento que tenía un error de base: el peor día del Fito es, precisamente, el domingo, mientras que, normalmente, el viernes y el sábado es cuando mejor me lo paso por Arriondas, el primer día visitando con calma los 'boxes' mientras los equipos van pasando las verificaciones, y el segundo subiendo a la parte alta de la prueba a ver las tandas de entrenos antes de que la 'movida' de la noche del sábado haya empezado a arruinar la fiesta deportiva. Así que el viernes, cuando llegaba a la sala de prensa del rallye de tierra de Guijuelo, suplía de algún modo mi ausencia de las verificaciones echando un vistazo a las primeras imágenes de los participantes que se publicaban en el foro de RallyAst, y que me servían para ver ya alguna 'máquina' de esas que me gustan, como el fórmula de Zardo, el 575 de Isolani o el nuevo Ferrari de Cardín, y para comprobar como el agua que había dejado atrás camino de la población salmantina (¡o eso pensaba!) no dejó de caer durante todo el día en Arriondas.

El sábado amanecía también con lluvia en Guijuelo y el trabajo en el rallye de tierra se convertía en un calco al que me tocó hacer en Navalcarnero, con viento, frío, agua y barro como incómodos acompañantes ... aunque al menos esta vez había sido más previsor y llevaba unas botas de goma que mantenían mis pies bastante más secos y confortables que entonces. A media mañana me llamaba Jose desde Arriondas, donde ya estaba para encargarse de sacar las fotos 'de acción' en las tandas de entrenos que ilustran buena parte de este reportaje, y me decía que en el Fito no llovía ... ¡diluviaba! Tratando de poner al mal tiempo buena cara ambos pensábamos que el chaparrón podía tener, al menos, la virtud de disuadir a una buena cantidad de los indeseables que toman las laderas del Sueve al asalto cada año, confundiendo una prueba del Campeonato de Europa de Montaña con un 'maximacrobotellón' en el que todo vale. Algo en lo que, me temo, estábamos bastante equivocados.

Mi plan de trabajo para el fin de semana se basaba en recopilar todo el material gráfico del rallye en los tramos de la mañana y la asistencia del mediodía, para así volver a casa a tiempo de hacer toda la labor relativa a la prueba salmantina nada más esta acabase. De ese modo, podría tenerlo todo 'despachado' a una hora 'prudente' y así unirme a la cena a la que me habían invitado un grupo de buenos 'amigos de cuneta' que se habían montado este año un Fito muy especial, alquilando una casa rural en las inmediaciones de Arriondas para vivir todo el fin de semana de la prueba juntos y con la comodidad añadida de estar al lado de la carrera cada día. Al final, como siempre suele pasar, el trabajo se me acababa alargando un poco más de la cuenta, y eran ya cerca de las 12 de la noche cuando lo terminaba y ponía rumbo a Arriondas.

Antes, había tenido el tiempo justo de echar un vistazo a los cronos de las dos mangas de entrenos, y sólo con ver lo inusual de las mismas, con los A4 de 'Tano' y Fombona tercero y cuarto scratch, sólo superados por dos de lo grandes favoritos, Faggioli y Regal en la primera, o la 'jauría' de CM que perseguían a estos en la segunda bastaba, para saber que la lluvia había sido protagonista durante toda la jornada. Algo que me confirmaba Jose vía telefónica, aclarándome que el mayor chaparrón había caído durante la primera manga, mientras que la segunda se había disputado ya sin aguacero pero con el piso, lógicamente, muy mojado. Eso si, como ya había sido norma estos últimos años en que ambos habíamos visto las subidas del sábado desde la zona de las 'eses' que tanto le gusta, el desarrollo de los entrenamientos había sido muy fluido, sin parones de importancia y con el accidente de 'Tano' como incidencia más destacable. Su Audi había golpeado fuertemente contra el muro del 'cruce del hotel', quedando muy maltrecha toda su parte frontal, lo que obligaba a la gente de B9Racing a poner en marcha, de inmediato, una de esas 'operaciones rescate' que no es la primera vez que tienen que llevar a cabo. Conociendo a Felipe y los suyos, tenía claro que, por fuerte que hubiese sido el golpe, (¡que lo era!) se pasarían la noche en blanco pero el domingo su piloto iba a estar en la salida.

A mi llegada a la 'base de operaciones' de la casa rural en las afueras de Arriondas me esperaba una buena parrillada y una mejor compañía, allí estaban todos esos 'psicópatas de los rallyes' (¡y de la montaña!) con sus respectivas 'sufridoras', y mientras reponía fuerzas intercambiábamos información: yo les contaba como había ido el rallye y ellos me ponían al día de la jornada de entrenos y me iban mostrando ya fotos de las diferentes novedades. De estas, me llamaba la atención el nuevo monoplaza de Víctor Abraham, que en la lista de inscritos aparecía como 'Goula' (¡ni idea! ¿que será eso? ¿un nuevo patrocinador?) y que, tras echarle un par de vistazos en el visor de una de las cámaras acababa, de repente, por identificar a la vista de su tan enorme como característico alerón trasero ... ¡pero si es un GOULD de esos que corren en las subidas inglesas! ¡Menuda sorpresa!

A la cena le seguía la inevitable tertulia comentando como podía desarrollarse la subida el domingo y creo que casi todos coincidíamos en que, si llovía, habría que tener muy en cuenta a la nueva Osella de Faggioli, por mucho que los '3000' de Regal y Zardo se presentasen como los máximos aspirantes. Aunque, claro, conociendo el 'record' de Faggioli en el Fito, con dos golpes y ningún paso por meta como bagage de su anterior presencia en Arriondas, apostar por el rápido y fogoso italiano podía ser arriesgado. Lo que no imaginábamos es que, en caso de apostar, tan arriesgado como inútil iba a ser hacerlo por él como por cualquier otro de los habituales del europeo ... pero no adelantemos acontecimientos, que de eso habrá que hablar largo y tendido un poco más adelante. El sábado (¡bueno era ya domingo!) se acababa cerrando a eso de las cuatro de la mañana, tras irse las mucho más juiciosas mujeres a dormir y quedarnos los 'chiflados' viendo un video de aquel Garrigues en el que salió Sainz con el Maxi turbo (¡y Tabaton y el S4, y Auriol y el Metro, y Chatriot y Panciaticci ... y hasta Rigollet con el Alfa!) y, después, un resumen del nacional de rallyes del 93, que me servía para comprobar como, inevitáblemente, todos acabamos por echar de menos con nostalgia, la época en que nos empezamos a aficionar a 'esto de las carreras', como era el caso de los primeros noventa para buena parte del grupo: una época que, en su día, a mi ya me sabía a muy poco después de haber crecido con los grupo 4 y luego los B, pero que para muchos de ellos era 'el principio'. Y, la verdad, viendo aquellas magníficas imágenes de La Chalga, uno acababa por unirse también a la nostalgia ... porque aquellos F2 serían 'poca cosa' comparados con un Escort, un Stratos o un grupo B ... ¡pero vaya como se movían! Sin duda eran coches más vistosos de ver que los actuales 'superloquesea', aunque seguro que estos también harán ponerse nostálgicos, dentro de veinte años, a los chavales que se han aficionado a los rallyes durante el último lustro ... ¡es ley de vida!

Cuando el domingo a eso de las 8:30 me levantaba, despues de un sueño tan reparador como demasiado corto para el cansancio que ya venía acumulando luego del rallye y el viaje del sábado, no podía creer lo que veían mis ojos al abrir la ventana: ¡cielo azul y muy despejado! Tras el diluvio de los dos días anteriores, la lluvia se había ido de forma totalmente inesperada y, pese al cansancio, mi moral subía varios enteros: al menos no iba a tener que hacer todo el trabajo otra vez bajo la siempre incómoda lluvia.

El warmup estaba previsto que empezase a las nueve y a esa hora ya estaba por el parque de trabajo de la subida ... o sea en el medio de Arriondas por donde, como cada año, se diseminaban, en una especie de caos ordenado, los 'boxes' de todos los equipos participantes. Había aparcado en la zona del polideportivo, donde este año estaban buena parte de los equipos venidos de los países del este. Allí estaba, pero cerrado a cal y canto, el camión de Laszlo Zsasz, del que mis amigos me habían comentado que no había tomado parte en los entrenos. De la causa me enteraría después: el transporte del húngaro se había averiado a la altura de Bilbao y pese a todos los esfuerzos por reparar y llegar a tiempo para verificar, ello había sido imposible, entrando en Arriondas a eso de las tres de la tarde del sábado y no siéndole, lógicamente, autorizada la salida en los entrenos por mucho que el piloto húngaro esgrimiese lo largo y complicado de su viaje como punto a su favor para hacer una excepción y no aplicarle el reglamento. ¡Ya teníamos la primera baja!

Las cosas se empezaban a complicar ya tan de mañana, cuando el Mitsubishi que hacía de doble cero, 'pilotado' por uno de los patrocinadores de la prueba, tenía un fuerte golpe que obligaba a retrasar en media hora el inicio del warmup. Ya se que esas cosas pueden pasar en cualquier momento y lugar, y que nadie está libre de cometer un error, pero que en toda una prueba de campeonato de Europa, uno de los coches de la caravana de seguridad lo 'pilote' alguien sin la necesaria experiencia para llevar a cabo tan importante labor me parecía realmente fuera de lugar. En fin, una más de esas cosas que, cada año, suelen pasar en el Fito.

Mientras todo esto pasaba, había aprovechado para hacer una primera ronda por las asistencias, vacías de coches en su mayor parte, pero con los diferentes miembros de los equipos en ellas esperando el desarrollo de los acontecimientos y que me iban poniendo un poco al día de como habían marchado las cosas el sábado. En BRC, por ejemplo, Jesús Bango no estaba muy optimista, el día anterior se había roto el motor 'bueno' del CM05EVO de Román y ello había obligado a montar la unidad de reserva con la incomodidad de hacerlo en plena calle a última hora de la tarde y en un día lluvioso que ello conlleva. En B9, como ya imaginaba, habían hecho 'el milagro' y 'Tano' ya estaba esperando turno en salida con su A4 reparado. Había sido necesario cambiar todo el motor debido a los numerosos desperfectos sufridos especialmente en la zona de la admisión, pero había dado tiempo que era lo importante.

Un poco más allá estaba ese Gould que había visto en las fotos la noche antes y, a su lado, Víctor Abraham y sus dos hijos, con los que da gusto hablar de carreras, pese a su juventud saben 'un rato' de esto y su historia. En animada y muy entretenida charla con los tres, pasaba una buena cantidad de minutos mientras Víctor, muy relajado y con esa actitud de 'estar aquí para divertirse' que me gusta ver en los pilotos que compiten por mero placer, me enseñaba, orgulloso, su nuevo y precioso monoplaza. Tras despedirme de ellos, hacía una rápida visita a la sala de prensa para saludar a su responsable de todos los años, el incombustible Emilio Tamargo, que nos atendía con el cariño habitual con que lo hace cada vez que nos pasamos por allí.

Entre una cosa y otra, el warmup había acabado ya, así que tocaba echar un vistazo a los tiempos. Aunque hacía sol, lo temprano de la hora y la mucha lluvia caída el día anterior era garantía de numerosas humedades en el recorrido, especialmente en su muy sombría parte alta. Así que tampoco me extrañaba mucho ver como el mejor crono absoluto lo marcaba un CM, el Silver de Roca, mientras que el mejor 'fórmula', el Nippon de Napione, era sólo tercero. Lo que en ese momento no sabía es que ya se 'estaba cociendo' la noticia del día: el 'plante de los italianos'. Algo de se empezaba a fraguar ya en meta, cuando unos y otros comentaban el estado de la prueba y los pilotos de los GTs, los fórmulas y las barquetas expresaban su preocupación por las numerosas zonas no ya húmedas sino con importantes cantidades de barro, fruto no sólo del paso de los coches sino, sobre todo, del mucho tránsito de público por la carretera durante la larga noche del sábado.

Una vez todos los participantes de vuelta a Arriondas aprovechaba para sacar todas las fotos que necesitaba del trabajo de los diferentes equipos en las asistencias y de esos detalles que me gusta captar aquí y allá para la sección de 'postales'. De paso iba echando un vistazo rápido a toda la maquinaria: impresionantes los Ferrari del Isolani Team ... ¡y más impresionante su box estilo Ferrari F1!, superagresiva la nueva Osella 3 litros de Faggioli, magníficos los Nippon de Regal y Zardo ... ¡que ganas de verlos subir!

Con tanto ir de aquí para allá y charlar con unos y otros para que me fuesen contando como les había ido en los entrenos, y con la importante distancia que hay entre la zona de asistencia y la salida de la prueba, cuando por fin llegaba a la misma, la primera oficial ya había empezado y estaban a punto de salir los CM. Había que cambiar el plan inicial de ver la primera oficial en el cruce de Collía para luego quedarme la salida en la última como siempre suelo procurar ahcer para enterarme, cuanto antes, del resultado de la prueba.

Mientras sacaba fotos de los CM en la zona de salida, tenía siempre un ojo en la pantalla de tiempos situado allí mismo (¡así da gusto!). El primer tiempo a tener en cuenta debía ser el de Roberto Fueyo, pero su 3:05:5, apenas un segundo mejor que el de Christian Villar, al que suele sacar más diferencia, parecía indicar que 'Rober' no había marcado un crono ganador. De hecho, su liderato no duraba ni treinta segundos, ya que el siguiente en salir, Fermín Busta, le batía con su BRC, aunque por apenas una décima. Un buen tiempo pero, todavía, me daba la sensación de que algo alto como para ser 'de podio' y que, como Fermín me explicaría después, se debía a un 'semitrompo' en una de las muchas zonas 'delicadas' que tenía el trazado.

Y, efectivamente, se podía subir bastante más deprisa como demostraba Pantxo Egozcue bajando ya hasta el 3:02 ... y sobre todo Román que se iba a un ya más que bueno 2:58 ¡ese ya si que era un crono 'de podio'! Quedaban cuatro por llegar a meta, empezando por Jordi Martínez, en su primer Fito y, como me había comentado minutos antes, con las ideas muy claras en cuanto a ir haciéndose a la subida sin superar sus límites, pensando especialmente en que las dos fases se disputaban de forma consecutiva, por lo que un error en la primera podía costar caro para la segunda. Una política de prudencia y de ir 'poco a poco' que Jordi lleva aplicando, con gran éxito, desde principio de temporada y que le situaba cerca de alguien tan buen conocedor del Fito como Egozcue, que competía con otro Speedcar como el suyo ¡no estaba mal!

Tras Jordi era el turno del espectacular Egoi Eder, que aplica precisamente la política contraria a Jordi, es decir, atacar a fondo desde el principio, ¡aunque no por ello le suele ir mal precisamente! Pero, esta vez, el 'maximun attack' del joven piloto navarro le costaba un toque en la parte trasera izquierda de su Silver, que le dejaba muy retrasado en esta primera manga y condicionaba, además, sus prestaciones en la segunda. Faltaban sólo los dos ganadores de todas las carreras de este año, los pilotos de Silver Oscar Palacio y Pedro Roca. Oscar había tenido un toque el sábado y no se si ello le hacía ser algo más conservador, pero el caso es que no batía el tiempo de Román. Algo que, para mi sorpresa, tampoco conseguía Roca con lo que, por primera vez esta temporada, la victoria se les escapaba a los Silver, yendo a parar al BRC de un Román al que, minutos antes, había encontrado hasta diría que bajo de moral y resignado a su mala suerte mientras me contaba su rotura del sábado y como iba a salir con el motor teóricamente 'malo' ... ¡pues anda que si llega a ser el bueno!

Una vez resuelto al primer capítulo del día en cuanto a los CM, bajaba unos metros hasta 'presalida' para sacar alguna foto de los pilotos en sus coches en la larga cola de espera que la especial configuración del Fito produce y que, a efectos de hablar con unos y otros antes de empezar la subida no deja de ser práctica. Con los pilotos de los superturismos del nacional en aminada conversación entre ellos, con el tema de las bridas de los grupo N que se analiza en la sección de noticias como centro de buena parte de su charla, pasaban unos minutos hasta que se producía el primer 'parón' importante del día ... justo a la vez que empezaban a oirse los primeros rumores en cuanto a un presunto 'plante' de los pilotos italianos ... ¡todo se empezaba a torcer definitivamente!

El 'parón' no se producía por causa de ningún accidente o de problemas con el público como suele ser tan habitual todos los años. Esta vez la causa era tan ajena a la organización y a la prueba como grave: el piloto del Porsche 911 de la categoría de históricos, Antonio Testillano había sufrido un infarto. Evidentemente, ante algo así, la competición pasaba a un segundo plano, lo primero debía ser salvar a Antonio y ello implicaba un importante esfuerzo por parte de la dotación de la UVI, que debía reanimarle y no podía arriesgarse a su traslado inmediato hasta estabilizarlo adecuadamente. Todo ello suponía algo más de una hora de pausa, una hora que, desde luego, doy por bien empleada ya que, evidentemente, hay cosas más importantes que continuar con la prueba.

Ante la larga interrupción, decidía subir hasta el cruce de Collía para retomar mi plan original de ver allí la primera manga, aunque fuese sólo en su parte final. Al poco de llegar, la ambulancia con Testillano dentro bajaba entre una cerrada ovación de la gran cantidad de gente allí congregada, todos conscientes de la gravedad de la situación. Aplicando esa máxima del circo, 'el espectáculo debía continuar' y poco después se reiniciaba la subida y tenía ocasión de ver, por fin, algo de acción en este Fito 2008.

Y para empezar tenía dos de los 'platos fuertes' dentro del grupo de pilotos de turismos del europeo, el Mitsu de Janek y el M3 de Pulic. Ambos llegaban realmente rápidos, con el checo apurando la frenada de forma más llamativa y el croata trazando más fino, algo en lo que le imitaba el otro M3, el de Hilger. Tras ellos pasaban los siempre anodinos SP y llegaba ya el turno de los 'nuestros', los protagonistas habituales del nacional de montaña. Todos ellos partían con una clara referencia a batir, el crono de Flores, que encuadrado en el grupo A dentro de una lista confeccionada según normas FIA, había subido antes del 'parón' y había terminado su ascensión un buen rato antes. Algo que, con el sol calentando cada vez más y, por tanto, secando por momentos las zonas húmedas, debía significar que su tiempo era 'batible'. Y, en efecto, lo era ... pero no tanto o, mejor dicho ¡no por tantos! Por que, realmente, sólo lo batía uno, el último de los A2 en salir, el Audi de Fombona ... pero no lo batía ¡lo pulverizaba! Nada menos que cinco segundos y medio rebajaba José Antonio el crono de Luis, la sexta victoria de su triunfal temporada estaba ya en el bote. Los otros pilotos de los A4, en cambio, se veían impotentes para superar al WRC de Flores. De ellos, 'Tano' era el que tenía más atenuantes: a la vista de lo complicado del trazado que había observado en el warmup, con muchas humedades y bastante barro, había decidido jugársela a una carta y montar ruedas con dibujo ... decisión de la que se arrepentía ya en la larga espera antes de su turno de salida, a la vista de como estaba calentando el sol. Que, aun así, se clasificase cuarto, habla alto y claro de como debía de haber subido. Entre él y Flores se metía Aznar, que en el Fito competía de nuevo con su A4 'viejo', que tal vez ande menos que el nuevo ... pero no falla y con el que se encuentra mucho más compenetrado.

Tras el Audi de Fombona subían los Porsches de Angel Castro y Sergio Díaz, el Gould de Abraham ... y a continuación el R y el S. Me llegaba el rumor de que Fombona se había salido pero, por fortuna, no era más que un error de quien lo había difundido, como pronto me hacía saber mi amigo Juan siguiendo el Fito 'on-line' desde Ibiza, que por teléfono me decía '¡ganó el jefe!' y me informaba de los cronos y posiciones ya comentados en el párrafo anterior.

Así que, si no había habido ningún golpe y no salía nadie más sólo había una explicación: el rumoreado 'plante de los italianos' se había consumado. Una rápida llamada de teléfono a la zona de salida me confirmaba el tema: 'aquí no ha aparecido nadie más y la primera oficial ya está terminada' ... ¡menuda desilusión! Con la clasificación del europeo estableciéndose con la suma de las dos mangas, una cosa estaba ya más que clara: ¡me quedaba sin ver a los Ferraris, a las barquetas y a los fórmulas!

De vuelta a la zona de asistencia me cruzaba, justo en la salida, con Aladino, que hablaba por teléfono mientras su cara lo decía todo, lo tenía que estar pasando realmente mal. Me salía espontaneo el darle una palmada de 'animo' en la espalda porque, independientemente de que uno siga sin estar poco o nada de acuerdo con como se lleva el Fito desde hace muchos años, no podía por menos que pensar como, esta vez, todo se le estaba volviendo en contra y las 'culpas' de la organización en todo lo ocurrido no iban más allá de las que puede tener (a mi juicio) todos los años y que se cifran en sacar adelante una carrera que, hace tiempo, está ya fuera de su control debido a la enormidad en que la masiva afluencia de público la ha convertido.

Román y su BRC consiguieron la primera victoria 'no Silver' del año

Roca sumó en la Fase B su cuarto triunfo de la temporada

Oscar Palacio se impuso en la clasificación del Campeonato de Asturias

Una vez 'abajo' la pregunta a los pilotos que habían subido era obligada: '¿está tan mal la carretera como para no poder correr?' y la respuesta era unánime: 'está muy delicado, con muchas zonas muy sucias ... pero de ahí a no poderse correr ...' Y es que el tema era complicado, porque, claro, una cosa es subir 'pasándolas canutas' con un CM o hasta con un superturismo, por un tramo en un estado más 'de rallyes' que 'de montaña', pero hacerlo con un 3000, un GT de circuitos o una barqueta debía de ser, sin duda, como para pensárselo dos y tres veces. Yo diría, además, que en 'los nuestros' la opción de no salir en una situación así ni se plantea. Al fin y al cabo, 'estamos en el Fito' y ya sabemos como es esto ... pero me da la sensación de que para los 'italianos' el Fito no deja de ser una carrera más, sin la trascendecia que pueda tener para los 'de casa'. Y salir 'a jugársela', con otra prueba la semana que viene y en un trazado en malas condiciones para sus coches, encima con miles de espectadores mal situados e inclumpliendo todas las normativas que se aplican en el resto de carreras en las que compiten a lo largo del año, fue, está vez demasiado.

Llevamos años comentando que el Fito, tal y como está planteado ahora mismo, se salvaba siempre poco menos que de milagro, lo que no esperábamos es que fuese a 'romper' precisamente por el lado de los equipo de fuera, para los que se trata de hacer siempre la prueba lo más confortable posible aun, a veces, a costa de tratar bastante peor o no medir por el mismo rasero 'a los de casa'. Y esto, que conste, no es algo que diga yo, es una constante en los comentarios que, un año si y otro también, escucho de boca de un buen número de los participantes del campeonato de España. Que fuesen ellos los que acabasen, de algún modo, 'salvando' la prueba este año, no deja de tener su carga de notable ironía.

Una vez zanjado el tema de los 'europeos' quedaba por disputar, todavía, la segunda oficial y ya eran bastante más de las 2 de la tarde. Como cada año, el Fito se estaba haciendo interminable y aun faltaba un buen rato para acabar. Así que me apostaba en salida y me disponía a tomármelo con paciencia. Porque la segunda oficial no es que discurriese con fluidez precisamente. De entrada, el 'lio' de los CM que se comenta en noticias y que se saldaba con Cueva, Busta y Egozcue fuera, significa otro buen montón de minutos hasta que se reanudaba la competición. Con el piso ya más seco y con las referencias tomadas en la manga anterior, en la que había subido rápido, sin duda, pero dejando margen, Pedro Roca no perdonaba esta vez y sumaba un nuevo triunfo, redondeando Oscar Palacio un nuevo doblete para los Silver (y ganando, de paso, la clasificación del Campeonato de Asturias).

El podio de CM lo completaba Román, que cerraba así su mejor actuación de la temporada, cogiendo una importante cantidad de puntos y, sobre todo, de moral, de cara al resto de la temporada. Cuarto era Jordi Martínez, de nuevo progresando en cada subida y no fallando prácticamente nada al volante del Speedcar, y quinto era Egoi, que tras el toque anterior había subido con el Silver reparado de urgencia y con gomas de distinto compuesto en cada lado del tren trasero, con lo que si normalmente va más de lado que derecho ¡esta vez ya me podía imaginar como debía de haber subido!

Entre los CM y los turismos de la parte alta de la tabla quedaba pendiente una interesante batalla entre los grupo N, más animada de la cuenta esta vez 'fuera de la pista', debido al tema de las bridas del que os hablo en la correspondiente noticia. De todas formas, en la primera manga, el 'desbridado' EVO de Iván había sufrido problemas de turbo por lo que el 'bridado' de JJ había acabado por delante, con el Subaru de Voves entre medias y el M3 de Krug y el EVO de Jakes por delante de todos. De cara a la segunda manga, Roberto Méndez 'liberaba' también la admisión del Mitsu de JJ, aunque este no las tenía todas consigo, ya que nunca había llevado el coche en esas condiciones y probarlo por primera vez en una subida oficial no le apetecía mucho. 'Cholo' le tranquilizaba en cuanto a la fiabilidad de la mecánica pero, aun así, cuando veía a JJ en la 'cola' de salida y cambiaba unas palabras con él, lo notaba realmente 'agitado'. El joven piloto ibicenco es tremendamente pasional y todo el 'affaire' de las bridas le había descentrado mucho, así que me permitía aconsejarle tranquilidad, que subiese sin forzar y que pensase en el campeonato ... Naturalmente, no me hizo ni caso en eso de 'tomárselo con calma', o al menos eso deduzco a la vista de su crono final, a menos de dos segundos del de Iván, que todos sabemos de sobra lo rapidísimo que es, que le 'metio' a Krug y a Jakes, que llevaba todo el fin de semana subiendo ya sin la brida y que, además, cuenta con un EVO tope grupo N realmente muy superior en preparación al de JJ. Así que, aunque conociéndolo un poco tras seguirlo estos años en el nacional, estoy seguro que José Joaquín acabó cabreadísimo por ser sólo cuarto, debería estar realmente satisfecho de su prestación.

Al igual que en la Fase A, Flores ponía el crono de referencia: un 3:10:6 que, con la pista ya en mucho mejores condiciones, se me antojaba como totalmente insuficiente para repetir podio. De hecho, tanto el EVO de Janik como el M3 de Pulic rebajarían el registro de Luis, con el croata bajando ya ligeramente del 3:10 aunque todos ellos aun muy lejos del 3:05 ganador de Fombona en la Fase A.

Todo iba discurriendo, por fin, con normalidad, hasta que cuando le tocaba el turno de partir a 'Tano', su Audi era parado en seco por dirección de carrera apenas había cruzado la línea de salida. Se producían unos momentos de confusión, ya que Aznar, que venía a continuación, pensaba que su rival había fallado la salida y se aprestaba a ocupar su puesto. Pero no, el problema estaba más arriba, había un coche parado que se decidía retirar a la vez que se mandaba otra vez para abajo a varios de los anteriores participantes, estando, sorprendentemente, entre ellos, el EVO de Janik, dorsal 37, ¡cuando ya íbamos por el 24! Y lo peor no era eso, era la 'manada' de espectadores que decidían no esperar más y cubrían por completo el fondo de la recta de salida ... ¡como para que alguien suba 'de carreras' ahora! El caso es que el checo tenía una inesperada 'segunda oportunidad' y marcaba el crono ya comentado que le situaba entre Pulic y Flores, ocupando los tres, de forma provisional, las plazas de podio. De ellas los desalojaban, de inmediato, primero Jesús Fernández con un 3:09:2, luego Aznar con un 3:09:6 y, finalmente, Fombona con un estratosférico ¡3:03! José Antonio estaba, decididamente, a otro nivel y se llevaba su séptima victoria de la temporada por un margen tan abultado como inusual ...¡nada menos que seis segundos! Para su compañero en B9, 'Tano', la segunda plaza sabía, de todas formas, a gloria. Como nos comentaba ya abajo una vez dejado su coche en el parque cerrado, sólo salir el domingo ya había sido un milagro tras el golpe del sábado, y encima la apuesta arriesgada de las gomas en la primera oficial había salido mal, así que el segundo puesto de la fase B le dejaba realmente contento.
No se si contento o enrabietado estaba Aznar con otra tercera plaza que significaba sumar dos podios tras el 'fiasco' de Totana: 'he vuelto a donde siempre tuve que estar' me decía nada más bajarse del coche el almeriense, recuperando la motivación y las ganas que siempre pone y que, últimamente, le estaba costando mantener debido a los problemas de su otro Audi.

A todo esto, eran ya más de las 5 de la tarde y la paliza que uno llevaba encima empezaba a pasar factura. Apenas había tenido tiempo de tomar un 'tentepié' en compañía de Jose, con el que me encontrába al final de la oficial. Si yo estaba cansado, sin haber estado al pie del cañón en la cuneta de las tres mangas del día, me imagino como debería de estar él, que se las había pasado grabandolas en vídeo. Así que tras un rápido repaso por las asistencias, en las que ya pocos quedaban, emprendíamos viaje de vuelta a casa.

El habitual atasco de salida de Arriondas no era muy grande aunque luego si que había la caravana de siempre hasta Nava. A eso de las 8:30 dejaba el coche en el garaje, me pasaba por casa de mi hermano Alberto para recoger la cinta con el gran premio de Turquía y reponía algo de fuerzas mientras le contaba de forma rápida como había ido el día.

Cuando, por fin, llegaba a casa, quedaba todavía un montón de tarea por delante dado el gran número de clientes que tomaban parte en la prueba, así que no había ni tiempo de pararse a pensar en si este Fito del 2008 habría podido ser 'el último' o, al menos, 'el último europeo' como ya hay quien empieza a comentar. Sinceramente, incluso ahora, dos días después, cuando estoy acabando de escribir este largo relato que he terminado por hacer en dos partes, una tras cenar el lunes y otra al final de la jornada de trabajo del martes, sigo sin tener claro que pensar de todo lo ocurrido. Lo que si tengo claro es algo que no es la primera vez que digo o escribo: el Fito tal y como está planteado últimamente, como un 'segundo Sella', no puede seguir. Cada año estamos al límite del desastre y, o no se puede, o no se quiere o, simplemente, no se tienen los medios para evitarlo. Y si esos medios no existen o no se pueden conseguir, entonces vale más que paremos esto antes de que sea tarde. Todos queremos el Fito, pero no lo podemos tener a cualquier precio ... porque, tarde o temprano, ese precio puede ser demasiado alto.