¿EL ÚLTIMO TÍTULO?

Este fin de semana se disputa una nueva edición de una de las pruebas más clásicas del Campeonato del Mundo de Fórmula 1, el Gran Premio de Brasil. El circuito de Interlagos puede decidir una vez más el título, como ya lo hizo en dos ocasiones absolutamente inolvidables para los aficionados españoles, cuando Fernando Alonso se proclamó campeón del mundo en las carreras del 2005 y el 2006. Diez años han pasado ya de esta última ocasión. Entonces parecía imposible que tras el segundo título no llegasen para el asturiano un tercero, un cuarto y quien sabe cuantos más. Sin embargo, ahora, una década después, la cuenta de mundiales ganados por Alonso sigue en dos y empieza a parecer cada vez más complicado que aumente. En todo caso, sume o no Fernando más campeonatos del mundo a su palmarés, su doble hazaña de aquellos años nos sigue pareciendo todo un milagro de un mérito extraordinario, como recordamos reproduciendo a continuación como lo vívimos en su momento a través de nuestro comentario y nuestra crónica sobre el Gran Premio de Brasil del 2006.


¡Fernando Alonso BICAMPEON DEL MUNDO! Lo escribo así, con mayúsculas, por que es algo más que un texto, es un grito, es una forma de intentar expresar lo que esto significa en un país y, especialmente, una región como Asturias. Sinceramente, es simple y llanamente UN MILAGRO. Porque sólo así se puede explicar que de una región sin tradición alguna en las competiciones de circuitos y con apenas dos pistas de karts privadas, que subsisten como pueden y a base de un gran esfuerzo, salga no ya un campeón de fórmula 1 sino, siquiera, un piloto que no sea "de rallyes".

Pero los milagros existen, al menos en el deporte y lo de Fernando además de milagro es, desde hace ya mucho tiempo, una realidad palpable y un fenómeno imparable y que cuesta trabajo asimilar. Sinceramente, me da vértigo todo lo que está ocurriendo. Lo de ayer en el Santiago Bernabeu, sin ir más lejos, es una de esas cosas que alguien te pronostica hace años y lo tachas de demente. Pensar que todo un Madrid-Barça de futbol tenga que ser "plato secundario" en una jornada de domingo en España es algo que supera todo lo imaginable. Y eso lo ha conseguido Alonso. Como ha conseguido que media España se junte delante de un televisor en casa, en los bares, en cualquier sitio, para ver una carrera de fórmula 1. ¡Simplemente increible! Por eso, en momentos así, hay que dejar de pensar si todo esta Alonsomanía es buena o mala, si es excesiva, si va a durar poco o mucho. En momentos como los de ayer hay que, simplemente, disfrutar. Y eso es lo que hice, en compañía de alguna de la gente que más quiero, ayer delante de mi tele. Aunque sólo sea por eso, por conseguir que ya no sea uno "el raro" por preferir quedarse en casa para ver una carrera de fórmula 1 en vez de "salir por ahí", al acabar la carrera, mientras brindábamos con champam por tu triunfo, me emocioné y sentí que te debo algo Fernando... ¡Muchas gracias Nano!

La crónica del Gran Premio

El circuito de Interlagos, en Brasil, volvió a ser el escenario de la coronación de Fernando Alonso como campeón del mundo de fórmula 1. Tras el inesperado desenlace del gran premio de Japón, quince días antes en Suzuka, a Alonso le bastaba sólo un punto (o que Schumacher no ganase en Brasil) para añadir un nuevo record a su ya increible palmarés, ser el bicampeón más joven de la historia de la fórmula 1.

Pero con Schumacher y Ferrari como rivales nadie quería dar todavía por ganado el campeonato, por fácil que pareciese sumar ese punto que faltaba. Y, sin embargo, no hubo realmente motivo de preocupación y todo salió tal y como Alonso y Renault esperaban ... ¡o incluso mejor! Tras un fin de semana en el que todo funcionó a la perfección, Fernando festejaba desde el podio una segunda plaza que suponía no sólo el título mundial para el asturiano sino, también, una nueva corona en el certamen de constructores para Renault.

Al final, la remontada de Ferrari durante toda la segunda mitad de la temporada era baldía y, justo cuando, tras China, parecía que Schumacher y "la scuderia" iban a culminar su espectacular reacción con un adelantamiento sobre Alonso y Renault prácticamente en el último momento, eran el español y la escuadra anglofrancesa quienes tenían más fuerza en el sprint final. Y, en casi una repetición de lo acontecido el año pasado con Raikkonen y McLaren-Mercedes como rivales, el final de temporada era, de nuevo, "amarillo y azul", los colores de Renault, Fernando Alonso ¡y Asturias!

Alonso celebra su segundo título mundial desde el podio de Interlagos

Massa domina ya desde la salida, mientras Alonso se lo toma con calma y Schumacher busca huecos...

...el alemán no se rindió pese a los problemas de entrenos y el pinchazo pero no tuvo opción

Problemas para Schumacher en entrenamientos

Por si no lo tenían ya suficientemente complicado, a Schumacher y Ferrari "les crecían los enanos" justo al inicio de la tanda decisiva de calificación. La bomba de gasolina del monoplaza del alemán fallaba nada más empezar la Q3 y a Michael no le quedaba más opción que volver lentamente a boxes y conformarse con arrancar el domingo desde la décima posición de parrilla, en lugar de desde la pole como, a la vista del rendimiento de su compañero Felipe Massa, hubiese debido estar si nada hubiese fallado. Si aun partiendo delante la misión que afrontaba Schumacher era ya más que difícil, partiendo desde media parrilla se antojaba como simplemente imposible. Porque, además, Alonso y Renault no fallaban, se situaban en una 'tranquila' cuarta posición y podían afrontar el gran premio aun con mayor serenidad. Esta vez los que 'tenían que correr' eran otros, así que Fernando sabía muy bien que había que hacer: lo suyo iba a ser mantenerse alejado de cualquier problema y conservar una mecánica que en Renault habían asegurado al máximo, huyendo de experimentos arriesgados y de posibles últimas evoluciones más perfomantes. En esta ocasión, simplemente, no hacían falta.

Salida limpia para Fernando

La salida podía ser uno de los momentos teóricamente más peligrosos para las aspiraciones de Alonso. La estrecha S en bajada que abre cada vuelta a Interlagos es lugar propicio para toques y 'lios', así que pasar ese primer embudo sin problemas era el objetivo inicial de español. El Renault número 1 se movía tan ágil como siempre desde la línea, pero su piloto no buscaba esta vez el hueco como acostumbra a hacer siempre, con ese instinto ganador que le lleva a pasar en ocasiones por donde pocos o ninguno se atreve en esos siempre conflictivos primeros metros de las carreras. Pero hoy no había que hacer exhibiciones, se trataba de salir indemne y, para ello, Fernando no dudaba en quedarse, prudentemente, tras el Toyota de Trulli en vez de meterle el morro con decisión como había hecho quince días antes en Suzuka en parecidas circustancias.

Y mientras Fernando 'no tenía prisa', el movimiento del Ferrari de Schumacher denotaba bien a las claras la necesidad imperiosa que su ocupante tenía de ganar puestos y metros cuanto antes. Michael buscaba huecos casi con desesperación pero no conseguía adelantar en el corto sprint antes de la primera curva, aunque la pelea sin concesiones entre los Sauber-BMW de Kubica y Heidfeld al inicio de la siguiente recta permitía al alemán ganar dos puestos de golpe. Ya era octavo pero todavía le quedaba mucha tarea en esa auténtica 'misión imposible' en que se había convertido su carrera.

Y si los pilotos de BMW no se daban tregua en este primer giro, ¡peor era el caso de los de Williams! Rosberg tocaba por detrás a su compañero Webber, rompiéndose en el contacto el alerón delantero del alemán y el trasero del australiano, que acababa ya su carrera en la primera curva. Nico podía seguir unos metros más, pero en su intento de volver a boxes lo más pronto posible para montar un nuevo alerón, se daba un golpe importante en la rápida izquierda en subida que lleva a meta, destrozando su Williams y dejando, de paso, la pista llena de restos de afilada fibra de carbono, lo que obligaba a la intervención del safety car por unas vueltas.

Button completó su excelente segunda mitad de temporada con otro podio

Raikkonen se despidió de McLaren con una discreta quinta plaza

Por dos veces tuvo que ceder Fisichella ante el empuje de Schumacher, al final sería sexto

¡Pinchazo de Schumacher!

La reanudación de la carrera no se hacía esperar y con ella la continuación de la remontada de Schumacher que, en rápida sucesión, se deshacía del Toyota de su hermano Ralph y del Honda de su ex-compañero Barrichello. El siguiente en el punto de mira del 'kaiser' era el Renault de Fisichella y la oposición que el italiano podían oponer al alemán era escasa, Michael le cogía el rebufo en la recta, se "tiraba" con decisión por el interior al entrar en la S de final de recta, y salía de ella por delante ... ¡para cruzarse de forma espectacular apenas unos metros más allá! Algo pasaba en el Ferrari, que era de nuevo superado por el Renault. Y lo que pasaba lo veíamos enseguida, ¡una rueda trasera estaba pinchada! Fuese por algún resto de los que Rosberg esparció por la pista o porque el alerón delantero de Fisichella tocase ligeramente la goma del Ferrari cuando este culminaba el adelantamiento, el caso es que a Schumacher no le quedaba otra opción que volver a boxes 'en tres ruedas', reponer el neumático dañado, perder casi una vuelta en el incidente y ¡tener ante si una misión aun más imposible!

De vuelta a pista, Schumacher era último y cualquier otro ya lo hubiese dado todo por perdido, y más en la que era su última carrera. Pero los campeones como el alemán están hechos de 'otra pasta' y sería desde ahí a final de carrera cuando Schumacher se depediría de la fórmula 1 dando, tal vez, una de sus mejores demostraciones de tesón, espíritu de lucha y velocidad. Una forma diferente de irse por la puerta grande, seguramente no la que él hubiese deseado pero, tal vez, incluso más convincente y más espectacular que hacerlo ganando una carrera 'fácil' partiendo desde la pole.

Fernando a lo suyo

Por delante, Massa se iba sólo en cabeza, consciente de que las desgracias de Schumacher eran su mejor aval de cara a obtener una victoria de ensueño ante su público. Tras el brasileño, Raikkonen no daba muestras de poder optar a más que a un podio en su última carrera con McLaren y Trulli se iba pronto 'para casa', luego de romperse en su Toyota una pieza de la suspensión trasera cuando discurría solamente el tercer giro. Avería grave en un equipo del nivel que tiene (¡o debería tener!) Toyota, y que para más 'inri' se repetía en el coche de su compañero, Ralph Schumacher, apenas cuatro vueltas después ¡Menudo final de temporada desastroso para el equipo que más se gasta en la fórmula 1!

Con Trulli fuera, Fernando era ya tercero 'sin despeinarse' y, tras ser informado del pinchazo de Schumacher, optaba, lógicamente, por bajar las revoluciones de su motor, ponerse en 'modo seguro' y seguir para adelante, descontando ya en su cabeza las vueltas que faltaban para proclamarse, de nuevo, campeón del mundo. Pero, aun sin forzar más de la cuenta, ni mucho menos, Alonso todavía ganaba otra posición, aprovechando su primer repostaje más tardio y el peor ritmo del McLaren de Kimi, que se iba desinflando a medida que avanzaba la carrera.

Exhibición sin premio de Schumacher

Lo que quedaba de gran premio era una exhibición sin recompensa para Schumacher. O, al menos, sin más recompensa que la satisfacción de haberlo dado todo hasta el fina y el reconocimiento de todos que, tal vez, era mayor por este cuarto puesto que acabaría alcanzando, tras despachar sin miramientos a Fisichella y Raikkonen, que por muchas de sus victorias.

Dos puntospara Barrichello que saben a poco el día del gran triunfo de su compatriota Massa

Pedro acabó octavo con un McLaren muy cargado por su táctica de una sola parada

La sorpresa del día fueron los SuperAguri, Sato acabó décimo y Yamamoto marcó ¡la 7ª vuelta rápida!

¡Alonso BICAMPEON DEL MUNDO!

Las últimas vueltas no eran sino una cuenta atrás hacia la celebración del título para Alonso. Nada podía ya fallar, y aunque lo hiciese, Schumacher no iba a ganar la carrera pese a su increible remontada. Entre Fernando y Schummy estaba todavía un muy eficaz, convincente y hasta agresivo Button (¡vaya pasada que le metió a Kimi!) que evitaba toda posibilidad de una carambola final en caso de improbable avería en el Renault del español. Por delante de Alonso, Massa cumplía el sueño de su vida y de la de todo brasileño que se dedique a esto de las carreras, ¡ganar el gran premio de Brasil de fórmula 1! Desde la última victoria del inovidable Senna en el 93 ningún piloto local lo había vuelto a conseguir, así que la explosión de júbilo de Felipe tras cruzar la línea y dar la vuelta de honor ondeando la bandera, en el más puro estilo de Airton, era más que comprensible.

Pero por muy contento que estuviese Massa, la recompensa máxima era para el siguiente en cruzar la línea de meta. Fernando Alonso pasaba segundo para la bandera a cuadros y aseguraba un campeonato del mundo que parecía suyo antes del verano, se le iba escapando entre los dedos en los últimos meses pero que, finalmente, lograba a base de no ceder ante la presión y no fallar, simple y llanamente, ni una sola vez en toda la temporada.

Y es que Fernando ha sido una máquina infalible este año, más aun que el pasado, y sólo así ha podido sobreponerse a todo, a un Schumacher con más 'hambre de ganar' que nunca (¡si es que eso es posible!), a una Ferrari absolutamente dominadora desde Indy y hasta a todos los fantasmas de presuntas conspiraciones, falta de ayudas de su equipo, tuercas que se sueltan y demás problemas que a punto han estado de quitarle el campeonato. Pero tras 18 Grandes Premios, los fallos y los aciertos, la suerte y la mala suerte, acaban por equilibrarse y, después de todo y pese a todo lo que se ha dicho y escrito, al final los que han fallado más han sido Schumacher y Ferrari. Unos fallos repartidos en un inicio de temporada flojo y en dos grandes premios finales en los que 'los dioses de las carreras' han elegido, y lo han hecho sin lugar a dudas: por mucho que Schumacher lo haya intentado este título era para Alonso ...¡y al final ha sido suyo!

El fin de una era

Se abre ahora una nueva era en la historia de la fórmula 1, una era que, realmente, ya empezó hace unos pocos años cuando un joven asturiano hacía cronos 'imposibles' con un Minardi. Porque ahora ya nadie duda lo que algunos pronosticaban (¡pronosticábamos!) cuando veían en Alonso los primeros atisbos de un talento natural tan descomunal como sólo se ve un un piloto cada muchos años. Un nuevo Senna decían (¡decíamos!) entonces. Y tras estos dos primeros títulos, ganados con una mezcla perfecta de velocidad y determinación, de agresividad y templanza, de saber atacar y saber, también, cuando toca, 'sólo' defenderse, no hay ya ninguna duda: estamos no ante un 'nuevo Senna', sino ante un nuevo fuera de serie, diferente y único, con su estilo propio, y que va a marcar época.

Como la ha hecho el hombre que la disputado este título 2006 hasta el final, otorgándole con su derrota aun más valor al triunfo del asturiano. Se va Schumacher, se cierra una era, pero la fórmula 1 queda en buenas manos, el nuevo rey tal vez no dure en el trono tantos años, (su forma de ver las carreras y la vida es, probáblemente, muy distinta a la del alemán) pero su reinado, dure lo que dure, va a ser brillante y consiga lo que consiga a partir de ahora, lo hecho en estos pocos años desde su debut será, simplemente, inolvidable para todos los que hemos tenido la suerte de vivir este MILAGRO: ¡UN ESPAÑOL, UN ASTURIANO, DOS VECES CAMPEON DEL MUNDO DE FORMULA 1! ¿De verdad que no estamos soñando?

Texto y fotos: Daniel Cean-Bermúdez, enlace al reportaje original, publicado el 22 de octubre del 2006, con más información, fotos y clasificaciones

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