EL SUR TAMBIÉN EXISTE

Este fin de semana se disputa la edición número 32 del rallye Sierra Morena´. La prueba cordobesa estrena puntuabilidad europea ocho años después de su retorno al calendario del Campeonato de España de rallyes de asfalto. Retrocedemos al 2008 para recordar como fue aquel rallye, marcado por un clima no muy típico del sur precisamente.

Cualquier tópico se basa siempre en la repetición más o menos habitual de un hecho, pero también es cierto que no se deberían tomar siempre al pie de la letra. Al fin y al cabo, un tópico cualquiera no deja de ser algo así como pasar a palabras una ‘verdad estadística’ y estas ya se sabe que no son en absoluto ‘verdades absolutas’.

En el nacional de rallyes, si nos atenemos a los tópicos, las dos últimas pruebas disputadas deberían de haber tenido desarrollo y desenlaces totalmente diferentes. Hace dos semanas tocaba el Llanes, un ’rallye del norte’, tópico que equivale en la mente de todos a ’humedades, tramos sucios y virados’ y que, por eso mismo, debería haber sido una prueba a la medida de los S2000, su tracción total y su mayor agilidad. Y el pasado fin de semana el turno era para un ’rallye del sur’, tópico asociado a ’calor, piso seco, tramos más rápidos’, es decir territorio en el que los más potentes GT podían sacar ventaja. Y, sin embargo, ocurrió poco menos que todo lo contrario, como queriendo demostrar que, efectivamente, los tópicos no son, ni mucho menos, verdades absolutas. Así que antes de hacer pronósticos para las dos pruebas que quedan, el Costa Brava y el Shalymar, mejor será pensárselo dos veces, está visto que en el final de este nacional de rallyes 2008 puede pasar cualquier cosa, lo cual no deja de ser lo mejor que le puede ocurrir a un campeonato que a medida que se acerca el final de temporada languidece en casi todo lo que no sea la lucha por el título.

Clara victoria de Ojeda, que dominó de principio a fin

La lluvia perjudicó más al Porsche, pero Vallejo remontó en seco por la tarde para acabar segundo

Otra tercera plaza para Monzón, que no pudo contener a Vallejo en la segunda mitad del rallye

Ya que estamos con eso de los tópicos, hablar del Sierra Morena significaba, en lo que respecta al nacional de rallyes de asfalto, hacer realidad otro. Ese reivindicativo ’el sur también existe’, que se traducía en el retorno del campeonato a Andalucía, región ausente del calendario desde que el malagueño Costa del Sol se cayó del mismo apenas unos días antes de su prevista celebración hace tres temporadas. Un retorno al sur del campeonato de España que se podría decir era bienvenido aunque sólo fuese por diversificar un poco un certamen que, por mucho que nos convenga a los ‘norteños’, está demasiado centrado en la zona noroccidental de la península. Algo que se han ganado a pulso las buenas organizaciones de Galicia, Asturias y Cantabria, pero que no deja de ser negativo a la hora de ‘vender’ el campeonato a patrocinadores interesados en un mercado más global y no tan concentrado en unas regiones concretas como lo ha estado estas últimas temporadas.

Centrándonos ya en este Sierra Morena 2008, en lo que a mi respecta significaba afrontar el último viaje largo del año a hacer en coche (que al Costa Brava es más cómodo y hasta más barato ir en avión), así que el viernes por la mañana me ponía en camino y a eso de las 7 de la tarde ya llegaba a Córdoba, con tiempo aun para dejar el equipaje en el hotel, localizar el parque de asistencia situado en las afueras de la ciudad, recoger allí la documentación de prensa y volver al centro todavía con margen para aparcar cerca de la avenida en la que ya se agolpaba un buen número de aficionados, ansiosos por volver a ver, o hacerlo por primera vez, a los principales contendientes en un campeonato de España de Rallyes de Asfalto. No muchos en lo que a los puestos altos de la lista de inscritos, tal y como se comenta con más detalle en la sección de noticias, pero con los tres candidatos al título 2008 presentes y dispuestos a hacer valer cada uno sus bazas en este sprint final de la temporada.

Repasando el recorrido los días previos a emprender viaje a Córdoba me había parecido que el rallye no me iba a resultar ‘fácil’. Los tramos apenas si tenían accesos intermedios y los horarios eran muy amplios, con largas esperas entre pasada y pasada. El plan inicial era acercarme al de Pozoblanco, que tenía buena pinta ya sobre el mapa y del que, además, me hablaban bien un par de compañeros el mismo viernes en la ceremonia de salida. Pero el sábado acababa por madrugar para ver en directo por la tele la calificación de la F1 en Japón (¡uno no puede evitar seguir siendo más ‘circuítero’ que ’rallyero’!) y entre eso y que el trayecto hasta Villaharta, localidad de salida del tramo, se me complicaba al tardar más de la cuenta en encontrar la buena salida de Córdoba desde el hotel, acababa por cambiar de opinión por el camino y pensar que mejor era ir al de Cerrobejuelas, que quedaba por la misma zona y se hacía algo más tarde.

Pero el enlace hacía la salida del tramo se hacía por una carretera que estaba cortada por obras y eso me llevaba de nuevo de vuelta a la nacional dirección Badajoz, para acabar llegando a Villaharta justo cuando los primeros participantes estaban ya parados en el arcén, haciendo las últimas comprobaciones en sus monturas. Como desde el pueblo a salida había algo así como un kilómetro estaba claro que no me iba a dar tiempo a llegar antes de que empezase el tramo así que, definitivamente, tocaba nuevo cambio de planes. Según el mapa estaba relativamente cerca de la meta de la siguiente especial así que hasta allí me encaminaba. Pero una cosa es ver en el mapa una corta línea ondulada y otra su traslación a la realidad. Entre Villaharta y Obejo me encontraba con veinte kilómetros ¡que no desmerecerían en un rallye del mundial! De hecho me recordaban muchísimo a esas especiales del Cataluña con continuas enlazadas sobre buen asfalto y profundas cunetas. Y hasta mi destino todavía quedaban otros diez o doce, tras coger el primer cruce después de Obejo, que pertenecían a la carretera sobre la que se disputaría el tramo que iba a ver, con lo que me servían para hacerme una primera idea de lo que me iba encontrar: un trazado serpenteante sobre piso ya más roto que, pensando en el duelo por el campeonato entre los 207 S2000 y el Porsche GT, tenía pinta de ser terreno complicado para el gran turismo alemán.

Aviñó también sufrió en los tramos mojados para resarcirse en los secos y acabar cuarto

Jordi Martí se impuso en la apretada batalla del PRR y terminó quinto scratch

Carlos Márquez fue sexto y segundo del PRR tras luchar por la victoria hasta el último tramo

Con tan largo ’enlace’ acababa llegando más que justo al tramo, pasando ’por los pelos’ el cierre y aparcando en el primer camino que encontraba apenas pasada meta. A esas alturas de la mañana iban disputados ya dos tramos, pero por más que buscaba en el dial de la radio no encontraba retransmisión alguna del rallye, así que no sería hasta bastantes horas después que me enteraría de cómo había ido el primer contacto de unos y otros con las carreteras andaluzas, inéditas para la gran mayoría de participantes. En Arenales, con bastantes humedades debido a la lluvia caída en la zona por la noche (¡quien lo iba a decir, lluvia y humedades en un rallye del sur!), los Peugeot sacaban partido de su tracción total y se imponían al Porsche, con Ojeda marcando el primer scratch del día, seguido de Monzón a 3.1 segundos. Vallejo cedía 7.6 y precedía en apenas 4 décimas a Solá, que tenía un inicio prometedor con el reaparecido Ferrari ’made in Piedrafita’.

Tras los cuatro primeros el vacío era ya importante, con Aviñó completando la presencia de los GT en las plazas de arriba, pero ya perdiendo casi medio minuto con el segundo Porsche en liza. A continuación ya estaban los Mitsubishi ’producción’ de RMC, empezando su espectacular ’rallye dentro del rallye’ que se convertiría en uno de los mayores focos de interés de la prueba. Para empezar, era Cabanela quien ganaba el primer asalto por delante de Martí, Muñiz y Márquez, con la inclusión entre segundo y tercero del más rápido de los 206 del Desafío, el del madrileño Monarri, que marcaba un espectacular octavo scratch en la primera de las sorpresas que los ‘coches pequeños’ iban a dar a lo largo del día. Entre Muñiz, noveno, y Márquez, undécimo, Cima completaba los diez primeros, nada a gusto con el comportamiento de su R3 tras equivocar la monta de gomas. Algo que no sería el único al que le pasaría en una jornada en la que, en contra de lo esperado, acertar con que neumáticos poner iba a ser poco menos que clave.

Los once kilómetros de Arenales no dejaban de ser, en todo caso, una especie de aperitivo. El rallye empezaba poco menos que de verdad en Pozoblanco, con sus más de 25 kilómetros de trazado nada fácil. En ellos, Ojeda marcaba ya diferencias importantes, distanciando nada menos que en 14 segundos a Vallejo, que intercalaba el Porsche entre los dos Peugeot, superando a Monzón tanto en el parcial como en la general, en la que ya le separaban más de 20 segundos del 207 del cántabro mientras precedía en menos de uno al canario. En la cuarta plaza, Solá ya perdía contacto y su tiempo estaba más cerca del de Aviñó que del de Vallejo. El Ferrari, aun pasando a manos más expertas, se iba situando más o menos en el mismo lugar que había ocupado cuando lo llevaba Armide en el primer tercio de la temporada.

Todo esto había ido pasando mientras yo caminaba unos cientos de metros desde donde había dejado el coche, reservando esa curva para la segunda pasada y buscando otra para la primera. Un lugareño me comentaba que menos de medio kilómetro más abajo había una zona que podía ser interesante y hacía allí me dirigía. Poco después, la presencia de un grupo de aficionados, el primero que me encontraba desde que había entrado en el tramo, era clara indicación de que había llegado al sitio que me habían recomendado. Era un zigzag, izquierda-derecha, con la cuneta de la primera curva mostrando claros síntomas de ser de esas de ’morder’, lo cual siempre da para fotos atractivas. Además, al fondo se vislumbraba un buen trecho de la bajada previa hasta el grupo de casas situado un poco más allá, lo que nos iba a permitir ver ya con bastante antelación como iban llegando los diferentes participantes.

Diego Cabanela completó el podio del PRR clasificándose séptimo de la general

Alvaro Muñiz fue el cuarto de los EVOs de RMC entre los ocho primeros del rallye

Cima perdió mucho tiempo por la mañana y luego ya se lo tomó con calma para asegurarse el título Junior

Pero antes incluso de ver aparecer en la distancia el Porsche de Vallejo, el sonido del seis cilindros boxer de Stuttgart que lo impulsa ya llenaba la escena. Las lomas que rodeaban la estrecha cinta de asfalto entre olivares hacían de fantástica caja de resonancia y anunciaban por adelantando la entrada en el campo de visión de cada coche, creando esa sensación de anticipación que por muchos rallyes que veas siempre sientes antes de que el primer participante te pase por delante. Poco después, aun muy a lo lejos, el 911 ya descendía como una exhalación, tratando de rediseñar la carretera a base de dibujar sobre su asfalto la curva de menor longitud posible. Tras perderlo de vista entre los árboles, por unos segundos que se hacían eternos mientras el sonido del motor iba ‘in crescendo’, el GT de Vallejo pasaba finalmente por nuestra curva, rueda interior delantera en el aire mientras su piloto seguía enderezando los virajes para aprovechar al máximo la caballería disponible. El contraste con el siguiente en pasar, el 207 S2000 de Monzón, era menos acusado que en otras ocasiones, al fin y al cabo se trataba de una sección de tramo que podíamos definir, casi, como ‘terreno neutral’ en cuanto a favorecer o perjudicar a un GT o un súper 2000. Era rápido, si, pero a la vez estrecho y los suficientemente sinuoso como para que ventajas y desventajas de cada modelo se compensasen. El Peugeot del canario pasaba ’por el sitio’, mientras que el de Ojeda, que le seguía en el orden de salida, dejaba más sensación de ir atacando, con una entrada más tardía en la izquierda que hacía deslizarse ligeramente la zaga mientras Quique apuntaba decidido el morro al interior de la curva. A simple vista más rápido, al menos en esa curva, pero por lo que a final de tramo decían los tiempos, no en las suficientes como para marcar el mejor tiempo, que iba a parar a Monzón. El canario sólo distanciaba al cántabro en 2.1 segundos, pero le sacaba 7.7 a Vallejo, arrebatándole la segunda plaza que el gallego le acababa de quitar en la especial anterior. Con ambos a algo más de 20 segundos de Ojeda, el duelo por la segunda plaza estaba servido mientras el líder se iba consolidando ya desde el principio.

El cuarto en pasar, y cuarto también en la lista de tiempos en la meta de Cerrobejuelas, era el Ferrari de Solá. El precioso Modena rojo llenaba el valle más que ninguno con esa música celestial que emana de cualquier propulsor salido de Maranello. Pero aun en una zona como la que estábamos, la percepción era la de verlo fuera de su elemento, menos asentado en la carretera que el Porsche, dando sensación de hacer trabajar mucho más a su piloto para llevarlo ’derecho’. Y eso es algo que, curva a curva, metro a metro, se acaba pagando en segundos, aunque en este caso fuesen pocos, apenas uno y medio respecto al 911 y algo más de nueve ante el 207 más rápido.

Ninguno del resto cedía menos de un segundo por kilómetro, de hecho todos se iban ya a más de dos excepto el Porsche de Aviñó, por mucho que el levantino lo metiese muy decidido por el interior, permitiendo ver hasta desde el angosto visor de la cámara de fotos como la rueda delantera izquierda pasaba bien lejos del asfalto al cortar por la zona sucia. Tras él en la clasificación, los EVOs del PRR pasaban todos de forma tan similar como parecidos son sus cronos casi siempre al final de cada tramo. Esta vez el más rápido era Cabanela, tan valiente como de costumbre y dejando atrás del mejor modo posible el golpe de Llanes, atacando y no permitiendo que las dudas que pueden surgir tras un accidente te condicionen en la siguiente carrera. En la general, Martí seguía siendo quien marcaba la pauta entre los ’Mitsus’, que ya se agrupaban del quinto al noveno, dejando el último hueco en el ‘top ten’ para el primero de los Desafiantes hasta el momento, el madrileño Monarri. Su Peugeot rojo bajaba visiblemente rápido y tomaba nuestra izquierda sin apenas perder velocidad a base de redondearla en lo posible. Algo que repetían en mayor o menor medida sus rivales con los ya casi venerables 206, que en zonas de estas, en pendiente descendente, siguen impresionando gracias sobre todo a ese tren trasero algo ‘alegre’ que sus pilotos tienen que controlar si quieren seguir avanzando. Hasta los habitualmente anodinos Suzukis daban esta vez algo más de ‘juego’ de cara al espectador, destacando como lo ‘tiraban’ Marc Jiménez y Aquilino Sánchez, que eran los que entraban en el viraje con mayor ángulo respecto a la línea recta del descenso anterior.

Mientras iba completándose la especial, iba aumentando en intensidad el viento y el cielo se iba oscureciendo poco a poco. Quedaban más de tres horas hasta la siguiente pasada que, a falta de radio, ocupaba en volver al coche, encender el portátil para ir descargando ya las fotos y empezar a preparar algunas de las que iba a necesitar por la tarde ... y hasta en comerme unas pipas mientra leía el AutoSprint italiano que había recibido la semana anterior, en el que el increíble triunfo de Vettel y el Toro Rosso tenía especial relevancia por aquello de significar la primera victoria en la F1 de muchos de los que formaban el antaño ’patito feo’ de la categoría, la gente de Minardi, muy querida por aquellos lares.

El debut de Dani Solá con el Ferrari de Piedrafita dejó sólo algún crono interesante

Ausente Fombona, Rubén Gracia no tuvo problemas para sumar su primer triunfo en la Nissan Challenge

El extremeño Isidoro Jiménez se metió entre los diez primeros de la general con su EVO IX

Pero aunque yo no supiese lo que estaba pasando, el rallye seguía, lógicamente, su curso. El segundo bucle por los mismos tramos se iniciaba con cielos muy cubiertos pero sin que estuviese lloviendo en los tramos cuando los primeros salían ya camino de Arenales, con lo que la monta de gomas no ofrecía dudas, había que decantarse por los slicks aunque en la asistencia de Parque Joyero, en Córdoba, ya caían algunas gotas.

Sin las humedades de primera hora de la mañana, Arenales era ahora territorio mucho más favorable para Vallejo, que pulverizaba su crono anterior, marcaba su primer scratch del día y volvía a recuperar una segunda posición que, definitivamente, no tenía dueño. En cabeza de la general, Ojeda mantenía una confortable ventaja, de hecho mayor que respecto al segundo tras el tramo anterior, al perder menos ante Vallejo de lo que este iba detrás de Monzón. Siempre tras los tres primeros, para Solá, la segunda pasada por Arenales era ya el ’canto del cisne’ de su breve experiencia con el Ferrari, acusando los primeros síntomas del problema de transmisión que le costaría el abandono a poco de iniciarse la siguiente especial.

Las siguientes posiciones empezaban a estabilizarse: Aviñó era un tranquilo quinto, Martí mantenía controlado a Cabanela, aunque la diferencia entre ambos era mínima, y Muñiz se acercaba a sólo tres décimas de Márquez, con los cuatro primeros del PRR separados por menos de medio minuto, una diferencia corta que, sin embargo era casi hasta abultada comparada con las que se producirían por la tarde. Tras ellos, Fran Cima ya asomaba entre los diez mejores, acercándose al puesto que le correspondía con el Clío R3 y del que estaba más alejado de la cuenta tras el bucle inicial.

Al rato, mientras seguía esperando sentado en el coche, las primeras gotas de lluvia empezaban a caer sobre el cristal ... ¡acompañadas enseguida de muchas, muchísimas más! En un momento, el cielo se había tornado prácticamente negro, se oía hasta el inequívoco retumbar de una tormenta no muy lejos y llovía con auténticas ganas. Un par de llamadas a la asistencia para comentar la situación me servían para saber que el chaparrón era aun mayor en Pozoblanco y que prácticamente todos lo estaban afrontando con slicks. Era uno de esos momentos que definen un rallye. Con gomas lisas sobre asfalto mojado la propulsión a las anchísimas ruedas traseras del 911 de Vallejo no tenía opción ante la tracción total de los S2000 de Ojeda y Monzón. Pero de ambos, sólo el cántabro aprovechaba la ocasión, marcando un scratch con 17 segundos de ventaja sobre el Porsche que elevaba su margen a más de cuarenta. De todas formas, la defensa de Vallejo, en condiciones tan hostiles, había sido realmente heroica, y le permitía aumentar su diferencia en la lucha por la segunda plaza ante un Monzón que se quejaba de los reglajes de su coche y era sólo cuarto, a más de medio minuto.

El andaluz David Pérez sobrevoló a sus rivales en el Desafío Peugeot

Iván Arés sorprendió con su espectacular ritmo para acabar segundo entre los 'desafiantes'

Alberto Monarri fue el que mejor resultado sacó de los favoritos del Desafío, terminando tercero

Mientras esperaba el inicio del tramo, y en vista de que llovía realmente fuerte, empezaba a preparar mi puesto de observación desde el coche. Al no haber nadie en la curva y estar aparcado en un camino en pendiente que daba acceso a una finca, se podía incluso sacar fotos desde la ventanilla perfectamente a cubierto. Una comodidad que, finalmente, no iba a necesitar, ya que poco antes del paso del ‘cero’ ya dejaba de llover, con lo que optaba por salir para así poder moverme con libertad de un lado a otro de la curva, una derecha larga y muy sucia, con la tierra sacada al asfalto al cortar en la pasada anterior convertida en una deslizante y amenazadora capa de barrillo.

Aunque donde yo estaba, muy cerca de meta, ya no llovía, la carretera todavía estaba mojada y sucia, mientras que en casi todo el resto de Cerrobejuelas seguía cayendo agua en cantidad. El rallye se ponía muy del lado de Ojeda, que era muy consciente de ello y volvía a atacar a fondo sumando su cuarto scratch del día. Un scratch que, esta vez si, ‘rompía’ la carrera como si se tratase del demarraje definitivo en una etapa de montaña del Tour. Vallejo ‘perdía rueda’, cediendo de golpe casi medio minuto, algo que se podía intuir sólo constatando la diferencia en el sonido del Porsche aproximándose comparado al escuchado en la pasada anterior, sobre seco. Lo que antes era continua rotundidad ahora se convertía en un discontinuo whooom, whooom, mientras Vallejo trataba de dosificar la caballería sobre piso tan resbaladizo. La diferencia respecto a los S2000 era apreciable al oído, a la vista y, especialmente, al crono. El de Meira pasaba a estar a más de un minuto en la general, en la que, además, también le rebasaba Monzón, en el enésimo relevo entre ambos por la segunda plaza.

Si el gallego sufría pese a no estar precisamente poco acostumbrado a rodar sobre agua, el otro Porsche, pilotado por el levantino Aviñó, se desplomaba en la tabla de tiempos, bajando en dos tramos del cuarto que hubiese heredado tras abandonar Solá al sexto que ocupaba al final del bucle, tras ser presa fácil para los Mitsubishi EVO IX, su tracción total y sus aguerridos pilotos. Entre estos, Muñiz y Márquez habían sido los que más partido habían sacado del chaparrón en Pozoblanco, superando al unísono a los más precavidos Cabanela y Martí, que tenían más que perder al llevar ya varios ceros en su cuenta del PRR. Ahora era Muñiz el primer Mitsu de la general, ocupando un increíble cuarto puesto con el EVO de ‘producción’. Márquez era quinto, Cabanela séptimo y Muñiz octavo, con menos de veinte segundos separando a los cuatro mientras hacían un sándwich con el Porsche de Aviñó, que esperaba que la lluvia no volviese para poder recuperar ‘su’ cuarta plaza en las secciones de la tarde.

Con la primera mitad del rallye ya cumplida y el ‘trabajo de campo’ hecho, era hora de retornar a la asistencia, aunque entre lo complicado del ‘enlace’ hasta la nacional y la distancia que me separaba de Córdoba, cuando llegaba a Parque Joyero ya estaban saliendo camino de Posadas los últimos participantes. Quedaba un buen rato hasta que los primeros retornasen tras completar las dos especiales del tercer bucle, así que ‘montaba mi oficina’ en la sala de prensa y empezaba a adelantar trabajo mientras tenía un ojo en el monitor de tiempos y echaba de menos una retransmisión por radio que nos dijese algo más de lo que estaba ocurriendo que lo que indicaban los fríos números. El veredicto de estos en el rápido Arenales era claro, estaba seco y Vallejo no se conformaba con la tercera posición. El scratch del Porsche suponía, otra vez, cambio en la segunda plaza de la general mientras la diferencia primero-segundo seguía aumentando. Ojeda volvía a quedar en medio de los dos contendientes por la plaza de honor y consolidaba aun más su liderato. Con más de un minuto de ventaja y sólo tres tramos por delante, Quique tenía más de medio rallye ganado, sólo le quedaba completar el trabajo. Algo que prácticamente ya hacía con un mejor tiempo en Cerrotrigo que le permitía volver a Parque Joyero con la clara sensación de haber sentenciado definitivamente el rallye, quedando al abrigo de posibles sustos en el bucle final, que se iba a hacer ya con poco o ninguna luz, ya que el sol iba ya camino de acostarse temprano.

La ausencia de lluvia en este primer bucle de la tarde no sólo beneficiaba a Vallejo, que en la octava especial distanciaba algo más a Monzón y sentaba las bases de un segundo puesto importante para seguir aspirando al título. El otro Porsche, el de Aviñó, también sacaba partido del piso seco y volvía a situarse delante de los ‘Mitsus’, algo que poco o nada preocupaba a estos, enfrascados como estaban en su particular lucha que, por momentos y aunque pareciese imposible, se iba haciendo más y más apretada. Ahora era Martí el que marcaba la pauta en los parciales, con dos scratchs que le acercaban a Márquez y Cabanela, aun por delante, y le permitían superar a Muñiz, que se quejaba de subviraje y no podía mantener la segunda plaza de la copa.

Tras los cuatro EVOs, Fran Cima ya rodaba a un ritmo mucho más alegre, con el terreno casando mejor con sus gomas y reglajes, lo que le situaba en una tranquila novena plaza, tan o más tranquila que la décima del extremeño Isidoro Jiménez, autor de una meritoria actuación con su EVO IX.

Marc Jiménez sumó su primera victoria en la Copa Suzuki

Segunda plaza entre los Swift para Antustegui, que sigue liderando la general

Núñez acabó tercero de los Suzuki tras hacer un increíble quinto scratch bajo la lluvia pero penalizar después

Luego de sacar las fotos que necesitaba del trabajo de los equipos en la asistencia, aprovechaba para completar el cupo de ’postales’, que iba bastante escaso ante el poco ’ambiente’ que había encontrado en la parte de los tramos donde había estado. De vuelta a la sala de prensa, los cronos del último bucle no deparaban sobresalto alguno en la lucha por las primeras plazas. Vallejo marcaba dos clarísimos scratchs mientras Ojeda administraba sabiamente la diferencia y Monzón no podía interponerse entre ambos. El triunfo de Quique, cuarto del año, le vuelve a poner en camino de ese título que todos los pronósticos le daban a principio de año pero que, por momentos, se le puso muy mal a media temporada. Pero tres victorias seguidas, Príncipe, Llanes y este Sierra Morena, le vuelven a situar en la senda del campeonato. Ahora le falta rematar la faena, algo que no siempre es fácil.

Con Aviñó cuarto pero ya a casi siete minutos y medio del ganador, el abismo entre él y el tercero Monzón, dejaba claro que faltaba mucha gente que debía haber rellenado ese vacío. Pero, ya se sabe, para conseguir un buen resultado lo primero es ser capaz de juntar el presupuesto necesario para competir, y en eso muchos de los que han ocupado ese hueco han ido fallando a medida que avanzaba el año, víctimas quien sabe si de la crisis o de la estructura de un nacional de asfalto que, cada vez más, me parece un gigante con pies de barro, en el que se gasta mucho en las apariencias pero se es poco o nada consciente de la realidad cada vez más difícil en que se va encontrando.

Pero bueno, dejémonos de filosofar, que voy ya por la quinta hoja de crónica y no quería llegar a la sexta. Volviendo al desenlace del rallye, el máximo aliciente del final de mismo era la pelea entre los ’cholocoperos’, con Márquez, Cabanela, Martí y Muñiz saliendo al último bucle separados por sólo quince segundos. Como se suele decir, aquello ’olía a chapa’ y con esa preocupación mezclada con el orgullo de ver a sus coches y 'sus chicos' tan arriba en la tabla, había dejado al bueno de Roberto Méndez en la asistencia minutos antes. Así que cuando veía un crono inusualmente alto de Martí en la segunda pasada por Posadas pensaba que Jordi era el primero que había fallado, lo que colocaba a Márquez más cerca de la segunda victoria consecutiva. Una victoria que, pensaba, se confirmaba con los cronos de la especial final que salían en pantalla, por lo que cuando se bajaba del EVO a su llegada al box de RMC, me acercaba para felicitarle sólo para darme cuenta de inmediato, de que algo iba mal. Su expresión no era la que esperas de quien ha ganado en tan dura batalla y el propio Carlos lo confirmaba: ’ha ganado Martí, yo choqué’ me decía mientras señalaba el ligeramente dañado frontal de su EVO. Había habido un error de dos minutos de más en el crono atribuido a Marti y, en realidad, ambos habían salido al último tramo con el cuchillo entre los dientes, Jordi ya líder y Carlos apenas tres segundos por detrás y dispuesto al todo o nada que le acababa saliendo mal. Una derrota de esas con honor, batallada hasta el final, aunque eso no consolaba entonces a un Márquez abatido por el desenlace, como se trasluce en sus declaraciones para la web del PRR en las que ya daba por perdido un campeonato que, ni mucho menos, está aun decidido.

El emocionante duelo entre los EVOs de RMC ponía un cierre apropiado a un rallye que había deparado su buena cantidad de alternativas pese a su pobre inscripción en los puestos altos de la lista de participantes. La inesperada aparición de la lluvia ponía la guinda a un Sierra Morena que con sus espectaculares tramos me demostraba que, efectivamente, el sur también existe ... ¡incluso en si hablamos de rallyes del campeonato de España de Asfalto!

Texto y fotos: Daniel Cean-Bermúdez
-> enlace al reportaje original, publicado el 11 de octubre del 2008, con más información, fotos y clasificaciones

¿Te ha gustado este reportaje? ¡Compártelo! ->