RALLYE VILLA DE LLANES

Sin casi tiempo para recuperarnos de todo el ’stress’ que supuso nuestra doble labor ‘locutor/webmaster’ del ‘Príncipe’, a la que se añadió en los días posteriores a la prueba la no menos ardua tarea de completar los reportajes relativos tanto al rally asturiano como a la subida del nacional de montaña disputada el mismo fin de semana en Andorra, la edición número cuarenta del rallye Villa de Llanes se nos echaba poco menos que encima casi sin darnos cuenta. Eso si, esta vez se iba a tratar de un rallye mucho más relajado para nosotros a efectos de trabajo, lo que nunca es bueno para el bolsillo pero si que resulta, de vez en cuando, más que bienvenido para la cabeza. Así que este Llanes me lo planteaba más cómo solía hacer cuando iba a las carreras de aficionado en lugar de a trabajar. Y, por eso mismo, la crónica que estáis empezando a leer será un poco atípica, con mezcla de los clásicos datos de índole digamos periodística con otros de carácter más personal. Espero, de todas formas, que aun así valga para contaros el rallye en el que, como estaba ya más que cantado desde hace meses y, especialmente, tras el resultado de quince días antes, proclamó campeón de España al joven piloto aragonés Cristian García.

Cristian García, copilotado por Rebeca Lisó, certificó la consecución del título con otra rotunda victoria

Surhayén Pernía y Carlos Del Barrio acabaron segundos en su estreno con el Skoda Fabia R5

Resultado sensacional para Óscar Palacio y Juan García, podio en el nacional y victoria en el regional

RETORNOS, CAMBIOS Y UN CURIOSO ESTRENO

Apenas dos semanas después de la anterior cita del nacional de asfalto en Asturias, la segunda prueba del certamen en la región volvía a superar el centenar de participantes. Y, de nuevo, la clave para lograrlo era los ‘de casa’, que en Llanes aportaban 57 de los 113 inscritos, exactamente esa ansiada ‘mitad más uno’ por la que suspiran nuestros políticos cada vez que llegan otras elecciones.

Entre la ‘minoría’ a nivel numérico que eran, de nuevo, los de la lista nacional, repetían casi todos los ya vistos en el ‘Princesa’, con los Mitsubishi EVO X R4+ ‘Repsol’ de Cristian García y Alberto Monarri como principales favoritos en los rápidos tramos llaniscos. También salía con su EVO X R4 el asturiano Óscar Palacio, y con otro Mitsubishi era asimismo de la partida Pedro Burgo, aunque con el N+ de ACSM como sustituto de su ya añorado Porsche, difícilmente iba a estar en la pelea por los puestos de cabeza. A ellos si que deberían aspirar los R5, con un quinteto de unidades de las que cuatro ya se habían visto en Oviedo, aunque sólo dos repetían piloto, el Citroen de Sergio Vallejo y el Ford de Manuel Mora. En cambio, el Fiesta R5 con el que hace dos semanas había vuelto Monzón servía en esta ocasión para otro ilustre retorno, el del todavía vigente campeón, Miguel Fuster. Y el Skoda Fabia R5, vencedor quince días antes con Iván Ares, se presentaba ahora con algo más de color sobre su carrocería y con Surhayén Pernía al volante. La nómina de los R5 la completaba un habitual del rallye llanisco, el cántabro Javier Polidura, con el Fiesta del equipo de Kike Ojeda. De la vecina Cantabría también venían tres novedades más por lo que respecta a los participantes del Campeonato de España: el regreso de Víctor Pérez con uno de sus Peugeot 208 R2 y la clásica presencia en la cita llanisca del equipo Auto Gomas, en esta ocasión con dos Citroen DS3 R3T para sus dos ‘Danis’, Peña y Martínez.

Alberto Monarri y Rodrigo Sanjuán iban camino de completar el doblete de los Mitsubishi cuando cedió el embrague a poco del final

Un pinchazo relegó al cuarto puesto a Miguel Fuster y Dani Cué, en el regreso del levantino al nacional con un Ford Fiesta R5

Otro buen rallye de Dani Marbán y Víctor Ferrero, que en esta ocasión acabaron quintos con el Lotus Exige

La lista de principales novedades del cuarenta aniversario del Villa de Llanes la completaban el esperado regreso a un rallye del nacional de Joan Vinyes, que prefería tomárselo con la lógica cautela tras tantos meses de dura recuperación y optaba por competir al volante de un Swift de la copa en lugar del S1600 del equipo Suzuki, y el sorprendente estreno como competidor en una prueba del Campeonato de España del Subaru ‘pentacar’, encargo que recaía nada menos que en el ganador de la anterior cita del nacional de asfalto, Iván Ares. El coche, ya visto en el Sierra Morena como ‘cero’ en manos de Antonio Albacete, es un BRZ preparado por Meycom que, se supone, debería protagonizar ese utópico ‘pentacampeonato’ formado por pruebas de cinco especialidades (rallyes sobre asfalto y tierra, subidas de montaña, carreras en circuito y sobre hielo) que se presentó a bombo y platillo a finales del año pasado y ahora se vuelve a anunciar para el 2017. Un certamen que, para los románticos del motor como quien esto escribe tiene el indudable atractivo histórico de recordarnos tiempos pasados, cuando los pilotos compaginaban pruebas de pista y carretera, con gente como Elford, Larrouse o Frequelin tan pronto al volante de un monoplaza como de un sport prototipo o de un coche de rallyes. Pero, las cosas como son, eso era allá por los primeros años setenta del siglo pasado y, desde entonces, las cosas han cambiado ¡y mucho! Pensar que hoy día pueda tener éxito (o, siquiera, una mínima cantidad de participantes) un certamen así, basado, además, en un coche con difícil salida comercial fuera del mismo, y de coste realmente alto para sus características (precio por encima de los 60.000 euros, al estilo de los R2, prestaciones comparables, como mucho, a las de un N2), me parece pura y simplemente otra demostración más de lo alejados de la realidad que suelen estar los que deciden este tipo de cosas… y, casi menos perdonable aun, de lo mal que se gastan los recursos económicos que se deberían emplear en otros proyectos mucho más necesarios que estos intentos de ‘reinventar la rueda’ que, me temo, están condenados al fracaso antes siquiera de empezar.

Los hermanos Burgo volvieron a competir con un Mitsubishi EVO X y terminaron sextos

Victoria en dos ruedas motrices para el Citroen DS R3T del cántabro Dani Peña y su copiloto asturiano, 'Juanlu' García

Adrián Díaz, copilotado en esta ocasión por Mario, terminó segundo en 2RM y octavo scratch

Siguiendo con nuestro habitual repaso a los participantes en cada prueba del nacional, casi todo el resto de los 51 que finalmente tomarían la salida con opción a puntos en el campeonato de España eran coches y pilotos que habían disputado el ‘Princesa’, encabezados por los Suzuki de Adrián Díaz (el S1600) y Gorka Antxústegui (el R+), el Lotus de Marbán (único GT en liza), el Renault Clio R3T de Fran Cima, el Citroen DS3 R3T de Emma Falcón, los Peugeot 208 R2 de Roberto Blach y Javier Pardo, o los EVO X grupo N de Jan Solans, Manuel Sandamil y Roland Holke. No faltaba tampoco la presencia de un Adam R2 con Esteban Vallín al volante, aunque al no estar el rallye de Llanes incluido en el programa del equipo oficial, la participación del piloto de Colunga era a título totalmente privado, con la inmaculada unidad exoficial adquirida el año pasado por Ricardo Villa que habíamos visto este año en la Subida a Muncó.

Los trece Swift de la Copa Suzuki, una decena de Sanderos de la Copa Dacia (entre los que se producían los debuts de los asturianos Jorge Santoveña y Alberto Carrizo), el Abarth de la ‘ASR RallySchool’ (en manos en esta ocasión del coruñés Iago Gabeiras, que debutaba en el nacional tras haber competido en el rally regional del 'Princesa' con un Saxo), un Peugeot 208 R2 alquilado para la ocasión por el local Héctor Álvarez y la inesperada inclusión como ‘Nacional 2’ del veterano Nissan Almera de José Ramón Fanjul elevaban justo por encima del medio centenar el número de coches que, finalmente, tomaban la salida en el rallye valedero para el Campeonato de España.

Por lo que respecta al apartado regional, la amplia presencia de equipos asturianos estaba encabezada por el líder del campeonato, Ignacio Braña, con su Citroen Saxo, y por su más inmediato perseguidor en la tabla, César Palacio, de vuelta con su Clio ya reparado tras el abandono del ‘Princesa’. Su número acababa superando la cincuentena, a lo que contribuía, además de la siempre nutrida participación de los competidores en el Auto Colón (nada menos que once tomaban parte en el rallye donde nació el Trofeo reservado a los Peugeot 205), la puntuabilidad de la prueba para los certámenes Maxi y Norte de la Challenge Rallycar cántabra, que atraían entre ambos a cerca de una decena de equipos procedentes de la región vecina.

En total, más de cien coches en las verificaciones y ceremonia de salida del viernes, con sus pilotos y copilotos bien dispuestos a afrontar el sábado las diez especiales repartidas en cinco pasadas a los mismos tramos del año pasado (La Tornería, Gamoneu, Arriondas-Carmen, Nueva-Labra y Riu Cabra), disputados esta vez en diferente orden, con los tres primeros conformando los dos bucles de la mañana y los dos últimos siendo protagonistas de los de la tarde.

Novena plaza absoluta para el Suzuki R+ de Antxústegui-Iglesias, que perdieron tres posiciones por una penalización

Esteban Vallín y Borja Odriozola se impusieron en R2 con el Open Adam privado del piloto asturiano

Buen retorno al nacional de Víctor Pérez y Rodolfo Del Barrio, segundos en R2 con el Peugeot 208

CUANDO EL RALLYE ES CASI LO DE MENOS

Me apetecía volver a vivir un rallye así, relajado, en buena compañía, sin compromisos profesionales que te mantuviesen todo el día pendiente de tiempos, resultados y clasificaciones. Y que mejor que tenerlo en Llanes, donde cada año suelo tratar de compatibilizar trabajo y placer con mis amigos de siempre, los ajenos a las carreras pero que siempre están ahí y con los que, además, he compartido tantos buenos momentos por esta preciosa zona del oriente asturiano. Este año, por diferentes compromisos de unos y otros, iba a ser imposible organizar la estancia durante el fin de semana del rallye en la acogedora casa de Puertas de Cabrales, nuestra habitual sede laboral y de ocio en otras ocasiones durante la prueba llanisca. Pero, a cambio, mi plan para disfrutar del rallye era, si cabe, aun mejor porque lo iba a hacer no sólo en compañía de la ‘pandilla de siempre’ sino, además, también junto con unos cuantos de esos buenos amigos que han llegado a mi vida, para quedarse, gracias a habérmelos encontrando durante mi labor profesional en el mundo del motor desde el año 2002.

Así que el sábado a primera hora me dirigía a Arriondas, a cuya entrada había quedado con Miguel Collado y con Dani Álvarez Lera. Al primero le acompañaban, además, sus dos hijos y un amigo de esos, al segundo su padre y otro amigo de ambos, gran aficionado también a los rallyes. Con todos ellos nos dirigíamos, por el acceso de Fios, a la zona inicial del tramo de Arriondas-Carmen, una parte de la especial en la que nunca había estado en competición. El plan era el clásico en estos casos, dejar el coche cerca del viraje al que llevaba el acceso, caminar tramo arriba para elegir una curva en la que ver la primera pasada completa y luego bajar hasta el cruce de partida, y ver ahí la mitad de participantes más o menos, de forma que diese tiempo a llegar a la asistencia del mediodía sin prisas.

Mientras nos aproximábamos a la cerrada derecha en subida que acabaría siendo nuestro destino para la que sería tercera especial del rallye, Miguel, que tenía más cobertura en su móvil, en una zona donde el mío apenas la encontraba de vez en cuando, nos informaba de los resultados en las dos anteriores. En ambas se cumplían los pronósticos que todos los integrantes del grupo habíamos hecho antes de iniciar el rallye: lo del ‘Príncipe’ fue una excepción, en Llanes van a volver a dominar los R4+… y entre ellos el más rápido va a ser de nuevo Cristian. Y, en efecto, así era, el aragonés demostraba que no iba con él eso de salir sin prisas para asegurarse el título, ya que le bastaba con terminar décimo en el improbable caso de una victoria de Burgo. Quería proclamarse campeón desde lo más alto del podio y sus rotundos scratchs en los primeros pasos por ‘La Tornería’ y ‘Gamoneu’ lo dejaban claro. En ambos era el más rápido, y en los dos el único que lograba seguirle sin ceder ya más de una decena de segundos era su compañero de equipo, Alberto Monarri, que le secundaba a 7.9 y estaba ya con casi 10 sobre el siguiente, Fuster. El levantino demostraba que sigue en forma pese a la larga ausencia y ya se ponía en cabeza de los R5, por delante del Fabia de Pernía, que había sido más rápido que el Ford en la primera especial. En este grupo ya faltaba Vallejo, víctima de un fuerte toque en el tramo inicial, y enseguida desaparecería también Mora, quinto tras los dos primeros tramos, al que veíamos pasar fuerte por nuestra curva de Arriondas-Carmen pero que no llegaba a meta de la tercera especial, teniendo que retirarse al dañar la rueda delantera izquierda de su Fiesta tras una pasada de frenada que acababa con el coche parando contra una arqueta.

El primer paso por Arriondas-Carmen significaba, por tanto, el final del rallye para Mora… y viendo el tiempazo que lograba Cristian al término de sus algo más de 22 kilómetros, se podía decir que, casi, casi, estaba también ‘acabado’ para todos los demás en lo que respecta a la lucha por la victoria. El aragonés casi triplicaba su ventaja sobre Monarri, que seguía segundo pero ahora ya a veinte segundos, mientras Pernía arrebataba a Fuster la tercera plaza, pero con ambos R5 ya en torno al medio minuto por detrás del líder.

Victoria en grupo N y en el Trofeo Junior para Jan Solans, copilotado por Mauro Barreiro

Aunque lejos de sus compañeros de equipo, Dani Martínez y Javier Soto completaron el doblete de AutoGomas en R3.

Tercera posición en el grupo R2 para el Peugeot 208 de Javier Pardo y José Vieitez

Comentando el tremendo dominio de Cristian y mil cosas más mientras pasaban los casi cien coches que aun había en carrera, la hora y pico a pie de tramo se hacía mucho más llevadera de lo que el espectáculo que hoy día ofrece cualquier rallye del nacional o el regional puede conseguir nunca si no vas tan bien acompañado como estaba. Porque, las cosas como son, y como han sido siempre, que tampoco se trata ahora de entrar en aquello tan manido de ‘cualquier tiempo pasado fue mejor: la realidad es que, la mayoría de las veces, lo mejor de los rallyes no es ver los coches pasar, es hacerlo en compañía de buenos amigos, en animada charla, picoteando algo y, si el tiempo además acompaña, como ocurrió en las inmediaciones de Fios en cuanto se levanto la espesa bruma matinal de primera hora, disfrutando de la naturaleza en un entorno tan fantástico como es el del Sueve.

Cómo, además, la escasa cobertura 3G hacía que internet casi fuese una quimera, y la ausencia de retransmisión radiofónica no permitía suplir la falta de información, por momentos me sentí como en algunos de aquellos primeros rallyes regionales a los que acudía allá por finales de los setenta, cuando llegar al tramo era toda una aventura y ver pasar los coches, sin más datos previos que, como mucho, una lista de inscritos, estaba lleno de sorpresas. Algo que, de hecho, reeditamos de lleno en la segunda pasada por Arriondas-Carmen, cuando vimos aparecer como primer coche de competición al Lotus Exige número 10 de Dani Marbán y, por un momento, hasta que alguien que venía de la anterior especial nos informó, pensamos que había habido poco menos que una debacle total entre los aspirantes a las primeras plazas. Por fortuna todos ellos fueron apareciendo, extrañamente desordenados, eso si, debido a un garrafal fallo en los carnets de ruta que había asignado diez minutos de más para hacer el enlace tras la asistencia a los primeros de la lista de participantes. Un error de bulto, impropio de un rallye de este nivel, que propició una situación compleja de resolver, porque los perjudicados tuvieron que salir al primer tramo del bucle con ruedas frías y muy fuera de su sitio cuando, tal vez, lo suyo hubiese sido aplazar el inicio para sacarlos a todos en orden o, directamente, anular una especial en la que, por fortuna, no ocurrió luego nada ‘malo’ pese al descontrol en su inicio y a la posterior mezcolanza de sus primeros participantes, que se repetiría también en los otros dos tramos que completaban la segunda sección de la mañana.

De vuelta al coche tras ver pasar a los Dacia, recobramos la conexión a internet y ya pudimos echar un vistazo a como había ido el segundo bucle, cuyo desarrollo había sido similar al primero: tres scratchs para los EVO X R+ ‘Repsol’, con la única diferencia de que, esta vez, una de ellos había sido para Monarri y ‘sólo’ dos para Cristian. De todas formas, el aragonés llegaba al reagrupamiento de Llanes y la asistencia del mediodía como claro líder, seguido por su compañero de equipo a casi 37 segundos y con los R5 de Fuster y Pernía ya a más de un minuto. Entre ellos, el Ford del levantino iba algo menos de dos segundos por delante del Skoda del cántabro quien, de cara a los tramos de la tarde, como observábamos cuando acudíamos poco después a su asistencia, optaba por ‘deshacer’ el paquete ganador ‘Fabia R5-Pirelli’ del ‘Princesa’ y decidía sustituir las gomas italianas por las galas de Michelin. Tras ellos, quinto a un minuto del cuarto, pero con casi minuto y medio sobre el sexto, se encontraba Óscar Palacio, líder destacado, además, a efectos del Campeonato de Asturias. Así que, siguiendo en tema ‘neumáticos’ el langreano lo tenía claro para los tramos de la tarde, seguir con las usadas ya por la mañana. Si ganaba algún puesto sería ‘pescando’ ante algún error problema de los de delante y, por detrás, el Lotus de Marbán tendría más motivo de preocuparse en contener el EVO de Burgo que opción de ir a por el del asturiano que le precedía.

Iván Ares y José Pintor llevaron el Subaru 'Pentacar' a la meta en su debut en competición

Un toque en la tercera especial dejó fuera de combate al Fiesta R5 de Manuel Mora y Adrián Pérez

El tramo de Arriondas-Carmen fue fatal también para Fran Cima y Pablo González, que se salieron en la segunda pasada

El relajado paseo por la abigarrada asistencia seguía con otras breves visitas a Suzuki (toda una alegría ver de nuevo al gran Joan Vinyes al volante de un coche de rallyes y, además, con buenas sensaciones), RMC (Mora ya estaba recogiendo y tratando de dejar atrás la lógica decepción del golpe mientras, enfrente, la afición se agolpaba ante el EVO del ya casi campeón, Cristian), Ares (que nos comentaba el trabajo que estaban realizando con la gente de Meycom y el Subaru, sobre el que le comentábamos la pobre impresión que nos había causado el coche desde fuera, lo que Iván achacaba al largo desarrollo y la suspensión ‘muy de tierra’ con la que está equipado), Vallín (todo un placer volver a ver en acción a su equipo de siempre, nevera azul de los tiempos de la mítica Vanette incluida) y la Copa Swift (dónde queríamos saludar a Álvaro Muñiz, otro que nos alegraba volver a encontrar en acción, aunque fuese ‘sufriendo’ en el 'asiento del miedo', como copiloto de su joven pupilo Dani Berdomás).

Unas breves conversaciones, mientras esperaban ante el control horario de salida de la asistencia, con Cristian (al que ya nos aventurábamos a felicitar por el título aunque él, con su prudencia habitual, no quería cantar victoria aun), Burgo (que echaba de menos el Porsche, aunque, nos decía, seguro que la afición lo añora aun más), Adrián Díaz (le preguntábamos por Andrea y nos alegraba confirmar la noticia de que ya está en casa, recuperándose bien del susto del ‘Princesa’) y Víctor Pérez (de vuelta, nos comentaba, más que nada por una de esas ‘calentadas’ entre amigos que con intención de seguir con el R2) ponían prácticamente fin a nuestro rallye en el aspecto más profesional de recabar información, ya que el único cliente que teníamos en el rallye, Fran Cima, estaba fuera de combate y, por tanto, el resto del día me lo podría tomar de forma aun más relajada si cabe.

Charlar con el ovetense, víctima otra vez del tramo del Fito, en el que lleva ya un par de abandonos por toque y un ‘casi’ golpe en las tres ediciones del rallyes que lo ha disputado, era mi siguiente destino. Así que tras rendirle visita, el plan para la tarde estaba más que claro: elaborar en la sala de prensa el inevitablemente breve comunicado sobre la participación de Fran y quedar ya con mis otros amigos, los ajenos a los rallyes, que llegaban de una playa cercana cuando le daba a la tecla de enviar en el sistema de mailing de mi portátil, justo a tiempo para tomarnos unas sidras antes de ir a cenar.

Mientras tanto, el tercer bucle había servido para que Monarri sumase otro par de scratchs, seguido a apenas unas décimas por Cristian en las primeras pasadas por ‘Nueva-Labra’ y ‘Riu Cabra’. Y, sobre todo, para que Pernía volviese a situar el Skoda por delante del Ford de Fuster en la pelea que ambos mantenían por la tercera plaza de la general y la supremacía entre los R5. Una lucha que se decantaba definitivamente a favor del cántabro en la penúltima especial, cuando el levantino sufría un pinchazo. Cómo, además, la mecánica traicionaba al EVO de Monarri, Pernía, autor del scratch, pasaba a ocupar una tranquila segunda plaza, a casi un minuto del inalcanzable Cristian y con Óscar Palacio ‘pescando’ una inesperada y muy meritoria tercera posición cuando ya sólo restaba una especial.

Y aunque el paso nocturno por ‘Riu Cabra’ no fuese para tomárselo a la ligera, la verdad es que a efectos de las primeras plazas de la tabla no aportaba cambio alguno. Como comprobaba a través del teléfono móvil mientras disfrutaba de una magnífica cena con mis amigos, los ocho primeros antes de los casi 21 kilómetros que iban a poner punto final al 40º Rallye Villa de Llanes, lo eran también tras disputarlos. Y, para poner la guinda al pastel del título, el más rápido de todos ellos era Cristian García, que rubricaba del mejor modo posible su sexta victoria en ocho rallyes (la cuarta con Rebeca Lisó a su lado) y su primer título de Campeón de España de Rallyes de Asfalto. Poco después, su EVO y el resto de supervivientes de la antepenúltima cita del nacional, cuarta del campeonato de Asturias, iban desfilando ante nuestros ojos por el puente de entrada al centro de Llanes, con sus brillantes colores destacando aun más bajo las luces de las farolas y mezclándose con los de los aficionados, los lugareños y los simples turistas que gozaban de otra de esas agradables noches de verano en Llanes… aunque ya estemos oficialmente en otoño. Para muchos de ellos, como casi había ocurrido incluso para nosotros durante buena parte del día, el rallye ya era lo de menos o, en todo caso, no dejaba de haber sido la perfecta excusa para pasar el día en la villa y sus alrededores, disfrutando de su ambiente en compañía de buenos amigos.

Victoria y título en la Copa Suzuki Swift para Efrén Llarena y Sara Fernández

Álvaro Iglesias y Joaquín Díaz acabaron los tramos en la segunda plaza de la Swift pero fueron excluidos tras las verificaciones

La segunda posición en el monomarca de Suzuki acabó en manos de los locales 'Freddy' Tamés y Ramón Suárez

VOLVER A COMPONER DESDE UNA HOJA EN BLANCO

El viernes por la tarde, a la (inexpugnable este año para la prensa) entrada de la pista del polideportivo de Llanes, sede de las verificaciones del rallye, veía llegar un coche totalmente blanco, sin más pegatinas, además de las obligatorias placas y números de competición, que unas discretas ‘Pirelli’ en sus cuatro esquinas. Se trataba del Opel Adam R2 ‘particular’ con el que Esteban Vallín volvía a la carga después del cruel disgusto que había supuesto su accidente en el tramo de casa del ‘Príncipe’ apenas quince días antes. Un abandono que nadie mejor que él describía días después en la, tal vez, más genial de sus siempre fantásticas crónicas post-rallye, titulada ‘sin palabras’ pero llena de ellas y, sobre todo, de sentimientos.

Con su magnífico texto aun fresco en mi mente, el inmaculado Adam, y el empeño de su piloto en dejar atrás, cuanto antes y del mejor modo posible, volviendo a competir una vez más y como siempre, sin dar nada por perdido, se me antojaba entonces como el folio en blanco al que se enfrenta el escritor ante cada nueva obra. O, conociendo la afición a la música de Esteban, como la hoja de partida en la que dibujar unas líneas de pentagrama para empezar a llenarlas de notas… hasta componer una nueva sinfonía, más alegre, además, que la tan brillante como tristemente inacabada de dos semanas antes. Una sinfonía o, más bien, un dúo de guitarra y voz, con Esteban sacando magia de las cuerdas de la ‘Fender’ y Borja acompañando la melodía con precisos coros, que estábamos deseando escuchar y cuyos acordes iniciales nos llegaban, a primera hora del sábado, antes incluso de que el Opel blanco surgiese de entre la bruma en las inmediaciones de Fios y nos pareciese también el perfecto lienzo en blanco sobre el que plasmar la belleza del paisaje de la zona.

Pero no de pintura sino de música era esta obra en la que ya estaba inmerso nuestro particular artista del volante. Una composición que arrancaba, como perfecta introducción, con un punteo agudo e impecable, traducido en un scratch inicial en el primer paso por La Tornería. A continuación se escuchaban en la lejanía un par de pasajes con tonos algo más graves, sendos segundos cronos en Gamoneu y Arriondas-Carmen por detrás del Peugeot de Víctor Pérez (otro de esos que no saben salir a un rallye si no es a darlo todo de principio a fin), que le arrebataba el liderato entre los R2.

Llegaba entonces un ‘crescendo’ implacable de Esteban, con las notas subiendo sin parar en la escala y el volumen alcanzando el máximo en forma de tres scratchs consecutivos en el segundo bucle, que devolvían al blanco Adam el liderato cuando aparecía de nuevo ante nuestra mirada, ya en la asistencia de Llanes. Definitivamente, el concierto no estaba defraudando: tenía la calidad que se puede esperar de alguien con la clase de quien lo ejecutaba y, además, tenía la emoción que siempre ha de acompañar a toda obra para hacerla perdurar en el recuerdo. Una emoción, en forma de incertidumbre por el resultado final, que se mantenía hasta los últimos acordes gracias a una segunda parte llenas de espectaculares contrapuntos (scratch de Esteban en ‘Nueva-Labra 1’, respuesta en redoble de Víctor en ‘Riu Cabra 1’ y ‘Nueva-Labra 2’) como perfecto preludio al movimiento final, un epílogo (scratch del Esteban y Borja en el último tramo y victoria en R2) hecho de compases precisos, cuya belleza resonaba en el silencio de la noche que ya se había apoderado de la zona.

El blanco del Adam relucía entonces más que en ningún momento del fin de semana, su inmaculada tonalidad se imponía definitivamente a la ‘Luz negra’ que había inspirado a Vallín para escribir su resumen del Princesa, y mi modesto homenaje era saludar su paso, ya a la entrada de Llanes, con el pulgar en alto y esa sensación de emoción que te deja la contemplación de una gran obra, acrecentada además en este caso por haber asistido de cerca a su creación y tener el privilegio de conocer a su autor. Esteban había vuelto a demostrar esa Raza que sigue manteniendo a sus cuarenta años. La misma que, alguna vez, inevitablemente, le lleva a tirar a la papelera la partitura de un tema que estaba sonando bien pero se interrumpe de repente y nos deja perplejos. La misma que, en la mayoría de las ocasiones, da lugar a momentos de alegría para él, los suyos y los muchos que admiramos a este tipo de gente capaz, si alguien se decide a poner en sus manos ese Apollo que merecen, de llevarlo a la Luna, a Marte o a donde hiciese falta.

Victoria en la Copa Dacia para Miguel García y Sergio Salom

Pelayo Fernández y Ricardo Cuesta sumaron su segundo podio consecutivo en el certamen de los Sandero

Javier e Iván Bouza acabaron terceros y dieron otro paso hacia el título de la Dacia

¿CUESTIÓN DE EDAD?

Tener un campeón como Cristian García, que acaba de cumplir los veinticinco años, es de lo más noticiable en un certamen que nos había acostumbrado a que sus vencedores superasen de forma habitual los treinta y los cuarenta. De hecho, por encima de la cuarta década estaban, en el momento de ganar el título, los campeones en las cinco últimas campañas: desde los 40 de Fuster cuando se impuso en el 2011, repitiendo al año siguiente, ya con 41, y sumando su tercer título en cinco temporadas el año pasado, con 44, hasta los 47 de Monzón en el 2013 pasando por los 41 de Vallejo en el 2014. Y con bien entrada la treintena, concretamente todos ellos en los 36 cuando se adjudicaron el nacional de asfalto, se encontraban los vencedores en los cuatro campeonatos anteriores, que terminaron todos ellos con ganadores diferentes (Fuster en el 2007, Ojeda en el 2008, Vallejo en el 2009 y Hevia en el 2010).

Como justo antes de ellos, en el 2006, se había impuesto Solá, recién cumplidos los treinta, resulta que para encontrar un campeón de España de Rallyes de Asfalto ‘veinteañero’ había que remontarse a Dani Sordo, que logró el título hace ya once, en el 2005, cuando sólo contaba con 22 años de edad. Y aunque parezca que eso de que ganasen siempre los veteranos era cosa de estas últimas temporadas, en realidad el entorchado del jovencísimo cántabro rompió, en su día, otra racha de más de una década con triunfadores ‘treintañeros’, ya que el anterior campeón con menos de tres décadas en su carné de identidad había sido el catalán Oriol Gómez, que se llevó el título del 1994 cuando contaba 26 cumpleaños.

Entre los éxitos de los jóvenes Oriol y Sordo asistimos, aparte del triunfo de Climent, justo en la treintena cuando ganó en el 96, al reinado de ‘Chus’ Puras, cuyo primer título si había llegado también antes de cumplir los 30 (lo consiguió en el 92, con 29 años de edad) pero ya era ‘treintañero’ cuando ganó tanto el del 95 (con 32 años) como los cuatro consecutivos entre el 97 (a los 34 años) y el 2000 (ya con 37), y cercano a los cuarenta en el 2002 cuando sumó su octavo y último campeonato de España. La temporada anterior, la del 2001, había sido para Monzón, que ya entonces había celebrado su trigésimo quinto cumpleaños, y sucediendo en el palmarés al cántabro llegaron los primeros campeonatos para Fuster (ya con 32 años cuando se impuso en el 2003) y Berti Hevia (que se coronó en el 2004 recién alcanzados los 30).

Y es que, en realidad, siempre se ha dicho que en los rallyes, más que en cualquier otra especialidad del mundo del motor, la experiencia es un grado. Lo que, por otra parte, si seguimos hacía atrás en el palmarés del nacional, resulta que es un fenómeno que, en nuestro máximo certamen de rallyes, se ha ido afianzando en el tiempo, especialmente en las últimas dos décadas y media. Y es que si, como ya hemos repasado un poco más arriba, resulta que entre el 1994 y el 2016 sólo ha habido, en 23 temporadas, tres campeones con edad por debajo de los treinta años, resulta que en el mismo periodo anterior los triunfadores más jóvenes habían sido mayoría.

Tercera posición en la clasificación del Campeonato de Asturias para César Palacio y Roberto Arias

Victoria en el Trofeo Auto Colón para Julio y Rafael Sánchez

Los cántabros Héctor Vegas y Moisés Salmón fueron terceros entre los regionales y se impusieron en la Challenge Rallycar Maxi

De hecho, entre el 71, cuando el ‘exguitarrista’ de ‘los Pekenikes’ Lucas Sainz se impuso al volante del Alpine Renault oficial sin haber llegado aun a soplar la treintena de velas en su tarta de cumpleaños, y el 93, campaña del único título de ‘Mía’ Bardolet (con 33 de edad entonces) hubo más campeones ‘veinteañeros’ (un total de doce) que ‘treintañeros’ y hasta ‘cuarentones’ juntos (nueve de los primeros y dos de los segundos, estos últimos reunidos en un sólo piloto, Salvador Serviá, vencedor con 41 y 42 años respectivamente en las temporadas del 85 y el 86).

Es más, la década de los 70 fue, definitivamente, la de los jóvenes, ya que a al muy apropiadamente yé-yé Lucas ‘pekenike’ Sainz le sucedieron en el palmarés de los siguientes seis campeonatos tres pilotos oficiales de SEAT que se impusieron cada vez antes de cumplir los treinta: Salvador Cañellas, en el 72 con 28 años, ‘Hansi’ Babler, en el 73 con 26, y Antonio Zanini, vencedor por primera vez en el 74, también con 26, y ganador sucesivamente los cuatro años siguientes, tres de ellos por tanto, 75,76 y 77, cuando aun no había llegado a la treintena, década que estrenó con el título del 78, al volante ya del FIAT 131 Abarth en lugar de con los ‘taxis’ naranja y negros de la marca catalana que habían sido su monturas para alcanzar los cuatro entorchados anteriores.

Luego hubo un intervalo de dominio para los ‘treintañeros’, con dos títulos para Jorge de Bagration y sus maravillosos Lancia Stratos (en el 79, a los 35 años, y en el 81, ya con 37), intercalados con tres más para el ya no tan joven Zanini (el del 80 con el Porsche que llevó también al título europeo cuando contaba con 32 años de edad, el del 82, con el Talbot Sumbean Lotus y 34 primaveras en el carnet de identidad, y el último, a los 36, en el 84, con el fabuloso Ferrari). Sólo ‘Genito’ Ortiz y el R5 turbo de FASA, campeón en el 83 a los 35 años, sumó también en esa época que cerró, en lo que a dominio de los veteranos se refiere, el ya comentado doblete de Serviá.

Entonces los jóvenes volvieron al poder cuando se concretó con la consecución de un campeonato de España lo que ya se venía viendo venir y aquel madrileño de nombre Carlos Sainz sumó en el 87, a los 25 años, el primero de sus dos nacionales consecutivos, ya que repitió en el 88, con 26 de edad y al volante también del Ford Sierra Cosworth. Y a Carlos, ya camino del mundial, le sucedieron el recordado Pep Bassas, en el 89, con 28 años, y Puras logrando su primer campeonato a los 27 en el 90, y el segundo, a los 29, en el 92, con el veterano Ponce imponiéndose a los 36 en el año de 1991 como único ‘treintañero’ capaz de ganar el título en las seis campañas que fueron del 87 al 92.

Así que, después de todo, igual la clave para ser campeón no es tener más o menos edad y/o experiencia. Después de todo, campeones jóvenes ya los hubo (y un buen número de ellos) hace bastantes años. Aunque tal vez entonces, con equipos de varias marcas involucrados y con costes más razonables y asequibles para los privados, era más posible llegar a la cima antes de lo que lo ha ido siendo en los años posteriores. Y es que, bien mirado, resulta que esos ‘veinteañeros’ Sainz (Lucas), Cañellas, Babler, y Zanini que dominaron en los setenta eran todos pilotos ‘de fábrica’. Y lo mismo se puede decir, en mayor o menor medida, de los Sainz (Carlos), Bassas, Puras y Oriol que lograron el campeonato entre finales de los ochenta y principios de los noventa al volante de coches más o menos ‘oficiales’.

Nacho Braña y Ana Isabel Menéndez terminaron quintos entre los asturianos y siguen en la lucha por el título del certamen regional

Primer puesto en la Challenge Rallycar Norte para Javier Gómez y César Crespo

Ignacio Cimadevilla y Patricia Alba se impusieron en el Trofeo Propulsión del Campeonato de Asturias

Después, fue decayendo esa tendencia de ‘la juventud al poder’ en cuanto a elección de pilotos por parte de las marcas… y luego lo que decayó, directamente, fue la presencia de los fabricantes, sus equipos oficiales y, sobre todo, sus copas que, entonces, si que eran realmente ‘de promoción’ y no simplemente ‘monomarca’ como llevan ya siendo muchos años. Y así llegamos hasta nuestros días y resulta que la única copa que, de verdad, ha promocionado a alguien en los últimos tiempos ha sido una que no era oficialmente ‘copa’, por aquello de no plegarse su organizador a las exigencias y características que le significaba serlo. Me refiero a esa ‘Beca RMC’ de la que procede este nuevo campeón de España ‘veinteañero’, Cristian García, vencedor en el 2014 entre aquellos chavales que peleaban con los Fiesta R2 en los tramos de asfalto y de tierra (y hasta en montaña, en un ‘tricampeonato’ mucho más realista que el utópico ‘pentacampeonato’ del que hablábamos más arriba). Dos años después, primero como premio de Roberto Méndez a su triunfo con los pequeños Ford, y después ya con una marca y un patrocinador importante detrás, el joven aragonés ha sabido aprovechar a la perfección sus oportunidades. Gracias a ello, a su tesón y a su talento, ahora, cuando aun faltan dos rallyes para acabar la temporada del 2016, Cristian ya tiene su nombre en el palmarés del Campeonato de España, compartiendo además con un tal Carlos Sainz el hecho de ser el segundo que lo logra con sólo 25 años de edad, y siendo el segundo más joven en conseguirlo, sólo superado por el único piloto español que ha logrado hacer auténtica carrera en el mundial después del madrileño, Dani Sordo. ¿Será ese el siguiente paso para Cristian? El tiempo lo dirá, sobre todo porque su título, indudablemente merecido, ha llegado en unas circunstancias técnicas muy diferentes al obtenido entonces por el cántabro, vencedor al volante de un C2 S1600 contra coches de su misma categoría y similares prestaciones, lo cual siempre es la forma más evidente de evaluar la mayor o menor influencia del hombre y la máquina en el resultado final.

En el caso de Cristian, no tengo dudas de que con un R5 como los que en diferentes ocasiones de este año han pilotado los Ares, Vallejo, Pernía, Mora, Fuster, Monzón y compañía, estaría en la pelea por los puestos de cabeza de cada rallye… pero también estoy convencido de que no les vencería un día si y otro también con minuto y pico de ventaja como ha hecho este año con ese repentinamente todopoderoso EVO R4+ que ha sabido interpretar como nadie. Así que, como dicen los ‘brittish’ en estos casos, ‘The jury is still out’ y, mientras tanto, sólo nos queda felicitar sinceramente a Cristian García, a su compañera Rebeca Lisó (que está aun paso del título de copilotos) y, las cosas como son, también a Roberto Méndez, artífice en muy buena medida de esta 'noticia', por lo inusual, que es para el nacional de asfalto el triunfo, once años después, de un ‘veinteañero’. ¡Veremos si no hay que esperar hasta el 2027 para el próximo!

Nauffel Álvarez y Roberto Menéndez rodaron deprisa con su 205 para acabar sextos entre los asturianos

Otro equipo que destacó en el rallye regional fue el formado por Boris Crespo y Alejandro Suárezz con su 106

Segunda plaza en el Trofeo Auto Colón para Walter Canel y Miguel Ríos

FRUTAS DE ARAGÓN

Repasando mis viejos recortes de prensa (y ‘googleando’ un poco) para refrescar los cada vez más lejanos recuerdos de aquellos campeonatos de los setenta y ochenta, con los que he elaborado el apartado anterior de este reportaje, me he vuelto a encontrar en un buen número de ocasiones con el que se podría considerar como precursor, aunque sólo sea por procedencia geográfica, de este nuevo campeón de España de rallyes recién proclamado en Llanes. Porque otro de los méritos de Cristian García, aparte de haber ganado con sólo 25 años de edad, es haberlo conseguido viniendo de una zona de la península, Aragón, con escasa tradición en el nacional de asfalto. Una tradición casi nula, de hecho, en lo que a protagonistas de los puestos de cabeza se refiere, más allá precisamente de ese ilustre antecesor que, curiosamente, me recordó un vistoso anuncio de ‘conguitos’ que fotografié para la sección de ‘postales’ cuando paseaba por la villa del oriente asturiano el pasado viernes, a la vuelta de las verificaciones.

Al pie del simpático ‘subsahariano’ que servía de reclamo a los deliciosos cacahuetes rellenos de chocolate décadas antes de que el término tan políticamente correcto existiese, aparece ‘Lacasa’. Y aunque desde hace muchos años asociemos ese nombre a los famosos ‘lacasitos’ o a los variados ‘pralinés’ de turrón que comemos cada año en Navidades, a los más veteranos seguro que os resulta familiar también en relación con el automovilismo. Porque, efectivamente, a caballo de los setenta y los ochenta hubo en los rallyes españoles un piloto, de origen aragonés, de apellido Lacasa, y de nombre Mariano, que fue durante varios años uno de los más típicos ejemplos del privado que se peleaba, con mayor o menor fortuna, contra los equipos oficiales de entonces.

Siempre al volante de los diferentes modelos del Ascona de Opel, inicialmente los 2000 de grupo 1 y 2, para pasar luego al más competitivo 400 de grupo 4, Mariano Lacasa, acompañado habitualmente por otro aragonés, Jaime Balañá, fue todo un habitual de aquellos primeros ochenta, llegando incluso a lograr una victoria absoluta en una prueba del Campeonato de España, ya que impuso su Ascona 400 en el avilesino San Agustín de 1982. Poco después, como también sucedió más o menos por la misma época con el asturiano Fombona, dirigir la empresa familiar se convirtió en su principal prioridad y, tras acabar tercero en el Llanes del 83, pilotando un Porsche en la que sería una de sus escasas ‘infidelidades’ al Opel, retirarse al volante de este último en el 'Príncipe' de ese mismo año y hacer una incursión en la tierra con un Nissan Patrol, cuando el RACE organizó un rallye en su región, dejó las carreras y ahí sigue, treinta y pico años después, endulzándonos la vida con los productos de ‘Chocolates Lacasa’.

Mientras tanto, otro maño, que ni había nacido entonces, ha crecido, seguro que comiendo un buen número de ‘lacasitos’ y ‘conguitos’, y ha acabado alcanzando esos triunfos en los rallyes españoles que Mariano trató de lograr y no acabó de conseguir del todo, aunque no por ello dejó de abrir un camino que, tres décadas después, si ha podido recorrer hasta el ansiado título su joven sucesor. Así que, hablando de aragoneses y de chocolate, seguro que para Cristian el título recién logrado en Llanes tiene ese dulce sabor de las típicas ‘frutas de Aragón’ que, aunque no estén entre los productos que ofrece la marca del ‘exrallyman’ reconvertido en empresario, son también todo un clásico de la zona de procedencia de ambos.

Pese a un toque en el bucle inicial, Borja Pelayo y Juan Antonio Sota concluyeron décimos entre los regionales

Décima posición entre los asturianos para el Saxo de Pablo Martino-Isidro Barro

Nicolás Vidal y Enrique Zapico completaron el podio del Trofeo Auto Colón

EN EL REGIONAL ASTURIANO TAMBIÉN GANA UN EVO X

Cómo ya explicábamos en el apartado que le dedicábamos al Campeonato de Asturias en el reportaje del ‘Princesa’, el certamen regional asturiano concentra esta temporada prácticamente todo su calendario en los tres meses finales del año. De hecho, el Llanes era sólo la cuarta de las ocho citas previstas si, finalmente, se celebran como está previsto los de la Montaña Central (el ‘carbón’, 15 de octubre), Parque Histórico del Navia (‘Boal’, 12 de noviembre), La Felguera (26 de noviembre) y Cangas del Narcea (10 de diciembre). Una segunda mitad de temporada de lo más invernal a la que se va a llegar con un claro favorito al título, Óscar Palacio, que tendrá aun que remontar los ceros de las dos primeras citas del año si quiere superar a los dos pilotos que, con la primera mitad de la campaña ya completada en Llanes, le preceden al frente de la tabla, César Palacio e Ignacio Braña.

El de Tineo llegaba al rallye del oriente asturiano como líder gracias al resultado del ‘Princesa’, pero el avilesino se resarcía de su mala fortuna entonces y recuperaba la primera plaza al acabar primero de los regionales (y tercero a efectos de puntuación del Campeonato de Asturias) en Llanes con su Clio amarillo, mientras que el Saxo plateado de su rival era quinto de los astures en la general final. A ambos se acerca ya peligrosamente Óscar en la suma de puntos, después de anotarse su segunda victoria consecutiva. Un triunfo que unido al de quince días antes endereza de forma notable la campaña del langreano y le sitúa de nuevo como lo que ya era antes del inicio de la temporada, el gran favorito al título. Así que si en el nacional ya ganó un Mitsubishi EVO X, todo apunta a que el veterano modelo de la marca nipona añadirá en Asturias un nuevo título a su palmarés, que ya parecía destinado a extinguirse hasta la ‘segunda juventud’ que ha encontrado este año con el éxito de la versión R4+ de un coche que hace años dejó de fabricarse y venderse. Lo que, dicho sea de paso, no deja de ser, si hablamos de rallyes regionales, la tendencia cada vez más vigente, sólo hay que echar un vistazo a las listas de inscritos y las clasificaciones para ver que los modelos más que extintos a nivel comercial hace incluso décadas siguen siendo los que marcan la pauta en las carreras. Síntoma, uno más me temo, de que, definitivamente, hace muchos años que se han dejado de hacer las cosas bien a nivel de normativa en el mundo de los rallyes.

Texto y fotos: Daniel Cean-Bermúdez

FICHA DE LA PRUEBA

Denominación

40º RALLYE VILLA DE LLANES

Fecha

23 y 24 de septiembre de 2016

Organizador

Esucería Villa de Llanes

Putuabilidad

Campeonato de España de rallyes de asfalto, Campeonato de Asturias de Rallyes

Web Oficial

www.rallyellanes.com

Inscritos

113

Tomaron la salida

105

Participantes Cto.España

51

RECORRIDO

Kilómetros cronometrados

170,16

Pruebas especiales disputadas:

10

Tramos distintos:

5

Líderes sucesivos:

tc1 a tc10: C.García

Scratchs:

C.García: 6
A.Monarri: 3
S.Pernía: 1

CLASIFICACIONES

CAMPEONATO DE ESPAÑA

CAMPEONATO DE ASTURIAS

Clasificaciones de todos los tramos y campeonatos en www.masrallye.com

ASÍ VA EL CAMPEONATO DE ESPAÑA

CAMPEONATO DE ESPAÑA

Pos.

Piloto

Puntos

1

Cristian GARCIA

271.5

2

Pedro BURGO

165.5

3

Adrián DÍAZ

142.5

Clasificación completa (fuente: www.rfeda.es)

COPA FIA

Pos.

Piloto

Puntos

1

Surhayén PERNÍA

202.5

2

Esteban VALLÍN

173.5

3

Ángel PANICERES

135.5

Clasificación completa (fuente: www.rfeda.es)

POSTALES

Cosas de la normativa, las fotos en verificaciones desde detrás de la cinta...

...salvo que fueses el 'fotógrafo prioritario'...

...a este paso el año que viene igual toca sacarlas desde detrás del cristal

Atasco a la entrada del pabellón ¡Antes de entrar dejen salir!

Iván Ares abonado al cinco, del R5 en el Princesa al 'pentacar' en Llanes

Ya se que iluminan mucho más, pero sigo sin acostumbrarme a estas 'parrillas' modernas...

...y veo que no soy el único que no se resigna a abandonar del todo los faros de siempre

Del EVO V al EVO X, cinco generaciones de Mitsubishis les separan

Toda una alegría volver a ver pilotando un coche de rallyes a Joan Vinyes

Paisaje siempre mágico en la zona del Sueve...

...con desafío extra para los participantes

Los videojuegos 'vintage' están de moda, volvemos al comecocos

Cuando pasan los primeros hay hasta primera fila de asiento...

...pero a la hora de los Dacia apenas si queda nadie para verlos...

...están ya todos en la asistencia alrededor del líder

Cambio de 'zapatos' a mediodía para 'Sura', de los Pirelli a los Michelin

Retorno a los orígenes para Vallín con su equipo de siempre ¡nevera azul incluida!

Alvaro Muñiz de vuelta a la acción y sufriendo lo suyo con la libreta de notas entre manos en lugar del volante

El perro de Lewis Hamilton se llama Roscoe, el de Fran Cima es Roko

¡Qué sería de los rallyes de no ser por gente que se los sigue tomando así de bien!

En los ochenta Mariano Lacasa no acabó de triunfar en los rallyes pero sigue haciéndolo con sus Conguitos...

...más de treinta años después otro aragonés si ha conseguido ser campeón de España de rallyes ¡enhorabuena Cristian!

La mejor compañía posible para disfrutar del rallye en los tramos...

...y del post-rallye en Llanes

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