RALLY PRINCESA DE ASTURIAS - CIUDAD DE OVIEDO

Lo bueno de no haber acudido este año a ningún rallye del nacional de asfalto es que cuando llegaba el momento de ‘reengancharme’ al campeonato, con motivo del ‘Princesa de Asturias’, la primera de sus dos visitas a nuestra región, lo hacía sin la saturación que en otras temporadas supone llevar ya varios meses siguiendo un certamen que, en ocasiones, se hace complicado de disfrutar por sus continuas polémicas y su ambiente a veces un tanto enrarecido. Así que ni siquiera las más o menos interesadas ‘trifulcas’ vía redes sociales que ‘animaban’ los días previos al ‘53 rally Princesa de Asturias Ciudad de Oviedo’ (el `Príncipe’ de toda la vida, el ‘Princesa’ desde el año pasado… aunque me siga costando llamarlo así) me afectaban lo más mínimo. Más que nada porque el tema de si ‘fulano’ (sin identificar además a quien se refiere la acusación) entrena más o menos es el típico cuento de nunca acabar, propiciado por el absurdo de empeñarse en mantener una norma que nadie se molesta en intentar siquiera hacer cumplir y, por eso mismo, acaba siendo de lo más injusta para los (muchos/pocos, táchese lo que cada cual piense que no proceda) que realmente la cumplen. Es algo así como cuando se habla de doping en el ciclismo o en el atletismo, de los ‘maletines’ en las últimas jornadas de la liga de futbol… o hasta de la financiación más o menos ilegal de los partidos políticos. Temas que tienen en común tanto la certidumbre de su existencia, por mucho que nadie lo reconozca hasta que no pillan a algún infractor muy con las manos en la masa (¡y a veces ni eso!), como la hipocresía que los envuelve. Temas, en todo caso, que no me parece sea esta crónica el lugar adecuado para desarrollar, más que nada porque, como podréis comprobar, ya va a ser larga de por si como para, encima, meternos en profundas disertaciones y alargarla unos cuantos folios más.

Iván Ares y José Pintor estrenaron con victoria en el nacional de asfalto el Skoda Fabia R5

Tras su toque del viernes, Cristian García y Rebeca Lisó acabaron cuartos y el aragonés está ya a un mínimo paso del título

Sergio y Diego Vallejo empezaron al frente del rallye y eran los únicos que seguían de cerca al líder hasta que falló su Citroen

CITA CON LA PRINCESA

El nacional de asfalto empezaba en Oviedo su segunda (y más corta) mitad de temporada después de dos meses de pausa tras la disputa, en Orense, de su anterior prueba. En un año tan atípico como este, con el inesperado dominio del joven Cristian García a lomos del tan veterano como rejuvenecido EVO X R4+ de Mitsubishi, no es fácil que aparezcan nuevos competidores a estas alturas de temporada, mientras que suele ser normal que se vayan quedando en casa algunos de los que empezaron pero luego no consiguieron los resultados esperados o deseados. Sin embargo, tal vez porque cuando te convoca una Princesa es difícil resistirse a acudir, no faltaban las novedades de interés en la, por segundo año consecutivo, amplísima lista de inscritos de esos cuatro rallys en uno que iba a ser de nuevo la competición organizada por el ACPA.

Por riguroso orden de numeración, y de aparición ante nuestros ojos en el nuevo y muy acertado escenario escogido este año como ‘cuartel general’ del rally y sede de las verificaciones, el Palacio de Congresos y Exposiciones de Oviedo, destacaba por encima de todas las novedades la presencia, por primera vez en un rallye de nuestro nacional, del coche de moda en el grupo R5 a nivel mundial, el Skoda Fabia. Casi por sorpresa, y cuando ya apenas quedaban unas horas para el cierre del plazo de inscripción, se confirmaba la participación de Iván Ares con uno de estos vehículos. Se trataba, concretamente, de la unidad del preparador gallego ARVidal, utilizada hasta ahora por el portugués Campos en el certamen luso. El coche se presentaba en la capital del Principado de impecable blanco, con su decoración compuesta por una sola frase en inglés (‘will be awesome!’). Slogan de lo más premonitorio, a la vista del, efectivamente, fantástico resultado que acabaría logrando el piloto gallego al volante del nuevo producto de la marca checa.

Prácticamente a la vez veíamos a los dos Fiesta R5 de RMC que estrenaban imagen y pilotos en el ‘Princesa’. Sus muy opuestas decoraciones dejaban claro las diferencias de edad entre sus ocupantes: sobria sobre base blanca para el veterano Luis Monzón, de vuelta tras su no demasiado exitosa participación en el rallye de casa con un Citroen DS3 R5, llamativa y llena de vivos colores sobre fondo negro para el joven Manuel Mora, ante el primero de los dos rallyes que su patrocinador ha decidido que dispute con el coche de la máxima categoría una vez perdida toda opción al título de R2.

Estos tres, más el ya conocido Citroen de Sergio Vallejo, que estrenaba unas largo tiempo esperadas evoluciones técnicas, y el Ford de Iago Caamaño, por primera vez fuera de Galicia, completaban el repoquer de R5’s que abrían la lista FIA del rally asturiano… aunque, por cuestiones de ‘prioritarios’, entre ellos se intercalaban el Opel Adam R2 de Esteban Vallín y, caso realmente sorprendente dada la bisoñez del piloto, el EVO X grupo N de Jan Solans. Y es que no me parece lógico considerar prioritario a alguien con apenas tres rallyes de experiencia, por mucho que pertenezca a un equipo oficial. No deja de ser todo un absurdo causado por otra de esas muchas normas que, como la ya más arriba comentada de los ‘reconocimientos’, se deberían revisar o. directamente, eliminar.

La lista europea, corta pero, aun así, más extensa que la de años anteriores, incluía al menos esta vez, además del ya mencionado Opel de Vallín, a todos los R2. De este modo se evitaba otro absurdo de las normas, el que se vivió el año pasado (y se da en las pruebas que se corren solo con reglas RFEdA) de que unos coches de este grupo saliesen con un tipo de neumáticos (los famosos ‘asimétricos’ que preconiza ahora la reglamentación internacional) y otros pudiesen hacerlo, al inscribirse en el apartado ‘nacional’, con los más perfomantes slicks de la anterior normativa técnica. Entre los R2, además de los ya habituales este año, como el segundo Opel, con Ángel Paniceres al volante, o los dos Peugeot 208 de Rallycar para los jóvenes gallegos Roberto Blach y Javier Pardo, estaba también otro coche de la marca gala, el que el madrileño José Luis Peláez utiliza en el Desafío galo, y el Fiesta del vasco Iñaki Barredo, más asiduo de las pruebas de tierra.

Intercalados en la lista de los R2 y los R5 se encontraban, lógicamente, los R3, con mayoría para los Clio, cuatro del nuevo modelo con motor turbo, de los que dos eran ya habituales de este año, los de Surhayén Pernía y Fran Cima, y dos se estrenaban en una prueba del nacional de esta temporada, el del luso Aloisio José y el del catalán David Nafría, que volvía justo doce meses después de su anterior retorno, en esta misma prueba y con el mismo coche. Otro Clio, pero del modelo atmosférico, en manos del gallego Jaime Castro, y el Citroen de la canaria Emma Falcón completaban la nómina del, en teoría, antepenúltimo peldaño de esa escalera, desde lo más económico a lo más competitivo, que deberían ser los grupos del R1 al R5 de la norma FIA. Una buena idea, en principio, que, por desgracia, está fracasando a causa de unos costes exorbitantes y del escaso interés de las marcas en homologar modelos para esos diferentes escalones, quedando al final apenas uno o dos para cada uno… excepción hecha, curiosamente, del más alto (¡y más caro!) el de los R5, que es el único en el que hay una cierta variedad, con cuatro modelos actualmente en el mercado (cinco en cuanto se incorpore el nuevo Hyundai)… eso si, con precios de compra en el entorno de los 200.000 euros… y con costes de mantenimiento mareantes por mucho que su concepción se pensase con la loable intención de reducirlos.

Cerraban la lista FIA los grupo N, últimos representantes del anterior (y bastante más exitoso) sistema de homologaciones de la federación internacional, que en el ‘Princesa’ eran finalmente otros tres Mitsubishi EVO X además del ya mencionado de Jan Solans, los del catalán Mariano Parés, el gallego Manuel Sandamil y el vasco Roland Holke, mientras que la unidad alquilada por el asturiano Juan Luis Cuesta venía sin neumáticos FIA y era ‘recolocada’ en la lista de vehículos nacionales.

Alberto Monarri y Rodrigo Sanjuán acabaron segundos pese a verse perjudicados dos veces por el orden de salida

Positivo retorno de Monzón y Deniz, que completaron el podio del nacional y acabaron segundos del rallye europeo

Buen debut con el Fiesta R5 de Manuel Mora y Adrián Pérez, terceros del rally FIA y sextos de la general

Esta segunda relación de participantes incluía a los más ‘musculosos’ parientes de los que cerraban la anterior: los EVO X en su versión R4+ de Cristian García y Alberto Monarri. Dos coches que, después de todo, parece ser que no son exactamente idénticos aunque tengan especificaciones muy similares, contando el del aragonés con una caja algo mejor y una carrocería más moderna. Con otro R4+, también ‘similar pero no del todo igual’ a los otros dos, era de la partida el asturiano Óscar Palacio, dispuesto a medirse con los ‘nacionales’ y, sobre todo, a sumar el máximo de puntos posibles para el que es su principal objetivo, el campeonato de Asturias. Parecida meta se ponía otro local, el joven Alberto Ordóñez, vigente campeón regional de rallysprint, que se lanzaba a la aventura de un rallye del nacional con el Polo ‘proto’ de ARVidal. Del mismo origen, el prolífico taller situado en la localidad gallega de Vimianzo, venían los Suzuki oficiales, el S1600 de Adrián Díaz y el nuevo R+ en la que iba a ser su segunda salida con Gorka Antxústegui al volante. También de Galicia llegaba (por última vez) el Porsche que los hermanos Burgo ya habían vendido y que tras el rallye asturiano saldría con destino Andalucía, no sin antes despedirse del Campeonato de España como último representante de una época que, definitivamente, parece que se acaba en el nacional, la de los GT. Una ‘raza’ que, por lo que parece y salvo sorpresas en lo que queda de campaña, tendrá como último representante, de aquí a final de temporada, al Lotus Exige del madrileño Daniel Marbán, otro que no fallaba a la ‘llamada de la Princesa’.

Un Mitsubishi más, el N ‘plus’ del andaluz Cristobal García, y el ya bien conocido Mini Cooper ‘Nacional 3’ del gallego José Alonso Liste, cerraban el ‘top ten’ de los números que empezaban por cien. A continuación ya venían los ‘coperos’ de la Suzuki (trece unidades) y de la Dacia (nada menos que doce inscritos de los que finalmente se presentaban once), intercalándose entre ellos los Abarth de la ASR School y el KIA Pro Ceed con el que el tricampeón mundial de ciclismo, Óscar Freire, se disponía a hacer su segunda incursión en los rallyes tras el positivo estreno de Cantabria.

En total, entre las dos listas que, mezcladas, darían lugar a la clasificación que, un año más, era la que realmente interesaría a todos, la del campeonato de España, nos quedábamos a una unidad de los 60 coches, más o menos en la línea de lo que viene ofreciendo este año el campeonato en las pruebas que cuentan con puntuabilidad para las dos copas que aportan más participantes.

Lo que, en cambio, este año no aportaba nada, a efectos de participantes era el Trofeo de Europa FIA, cuya nueva estructura por ‘regiones’ hacía que la participación foránea fuese testimonial: el luso Aloisio José, competidor del Trofeo Iberia de Renault. Al portugués se añadían el mexicano Ricardo Triviño, que volvía a abrir la lista del ‘Legend’ con su precioso 206 WRC, y el británico afincado en Andalucía, Tony Davies, al volante del Lancia con el que solemos verle cada año en las subidas del nacional que se disputan en el sur y que tomaba parte también el rallye destinado a los clásicos de los 80 y 90 que tendría lugar en los tramos del sábado.

Los que no fallaban eran los de casa, siendo de nuevo los participantes del regional los más numerosos, con un total de 64 inscritos, de los que 59 eran finalmente de la partida el jueves cuando ya caía la noche sobre la Plaza de los Ferroviarios de Oviedo, perfecta sede otra vez para una ceremonia de salida que contaba con una afluencia de público realmente espectacular. ¡Estaba claro que había ganas de rallye!

¡OTRO RALLY PEGADO A LA PANTALLA DEL ORDENADOR!

Cómo ya sabéis quienes sois tan pacientes como para leer estos largos reportajes, desde el 2003 tengo la responsabilidad (y el placer) de encargarme, junto con mi socio británico, Gerald, del diseño, realización y mantenimiento de la web oficial del antes ‘Príncipe’ y ahora ‘Princesa’. Por ello, desde aquella edición ‘regional’ del 2002 no puedo acudir a ver en directo ni uno sólo de sus tramos, ya que mi labor me obliga a estar pegado al portátil para publicar los diferentes comunicados que el departamento de prensa del rally emite a lo largo de la competición.

Este año tenía, además, otro motivo para no poder moverme de la zona de asistencia, ubicada por segunda vez consecutiva en la, a mi juicio, muy acertada localización de ‘La Manjoya’, en las inmediaciones de Oviedo. Un amplio espacio que sería la sede de mi particular rally y por razón doble: no sólo me tocaba de nuevo encargarme de la web, también iba a estar involucrado en el muy esperado retorno de la radio al rallye asturiano. Un retorno que llegaba como fruto del acuerdo entre el ACPA y Radio Marca Asturias, y en el que acababa metiéndome de lleno, junto a mi buen amigo Miguel Collado, y al joven y entusiasta equipo de la emisora recientemente implantada en nuestra región, con los que disfrutamos de una magnífica experiencia que nos dejó a todos muy satisfechos y que esperamos y deseamos poder repetir en el futuro. Así que, al igual que hicimos en la retransmisión de radio, vayamos ya a darle el máximo protagonismo en este reportaje al rally y sus auténticas estrellas, los pilotos, los copilotos y los coches que durante dos intensas jornadas disputaron la edición número 53 del ‘Príncipe’ (la segunda ya como ‘Princesa’).

Óscar Palacio y René Rúa se impusieron en la clasificación del Campeonato de Asturias y acabaron quintos scratch

Despedida agridulce del Porsche para los hermanos Burgo, autores de un scratch antes de que un pinchazo les hundiese en la tabla

Buen rallye de Dani Marbán y Víctor Ferrero, séptimos clasificados con el Lotus Exige

DUELO DE GENERACIONES

Llevamos años discutiendo sobre la falta de relevo en los rallyes españoles, sobre el excesivo dominio ejercido por los pilotos más veteranos y sobre la ausencia de jóvenes que puedan tomar el testigo y ser los campeones del futuro. Y, de pronto, resulta que este año el título lo va a ganar (de calle, además) un joven aragonés, de 25 años de edad, que hace apenas dos lo más ‘gordo’ que había pilotado en el nacional era un Fiesta R2. Y resulta, también, que este ‘Princesa’ del 2016 lo ha acabado ganando un gallego que pasa por poco de los treinta (un ‘chaval’ comparado con los tenores del campeonato de estos últimos años) y que no lleva ni dos temporadas metido realmente en el certamen. Y, por si fuera poco, entre los pilotos de los R5 que aspiraban a las primeras plazas (y que acabaría subiendo al podio FIA al final de la prueba) teníamos a un ‘guaje’ de ‘Grao’, de la misma quinta que el maño y que hace apenas doce meses estaba aun viviendo como un sueño salir a este rallye con un R2.

Frente a ellos, la ‘vieja guardia’ estaba representada también por tres pilotos, dos gallegos (uno de Meira, el otro de Lugo) y un canario, nacidos entre la segunda mitad de los sesenta y principios de los setenta. Y en medio de ambas generaciones que, exagerando un poco, podíamos definir como la de los ‘veinteañeros’ en el primer caso y la de los ‘cincuentones’ en el segundo, teníamos como nexo de unión a un madrileño y a un asturiano, mucho más expertos que los primeros pero todavía en la mitad de los treinta y, por tanto, aun lejos de la edad de los segundos pero pertenecientes a una especie de ‘generación perdida’ entre las dos anteriores, la de los ‘treintañeros’ que no han acabado de hacerse realmente un hueco en la parte alta del campeonato.

Visto así, en clave de edades de los principales favoritos a los puestos de cabeza, el ‘Princesa’ de este año se presentaba casi como un duelo generacional. Pero además de los pilotos influyen, y mucho, las máquinas. Y en ese sentido, el rallye asturiano proponía, de nuevo, la hasta ahora desigual lucha mecánica entre los R4+ por un lado y R5 y los GT ‘bridados’ por otro, que ha venido marcando el desarrollo del campeonato.

Personalmente, tenía gran curiosidad por ver si Ares, en su debut con el Skoda, iba a poder con el casi imbatible binomio que forman esta temporada Cristian y el Mitsubishi. Un planteamiento que ya dejaba fuera, de entrada, a los tres veteranos, Vallejo, Monzón y Burgo quienes, en mis pronósticos previos, parecían más bien destinados a pelear, con sus R5 y su GT, por el restante puesto en el podio contra Monarri y el otro R4+ con los colores de Repsol… sin olvidar a Mora que, a buen seguro, no iba a estar muy lejos de ellos en su estreno con el modelo ‘grande’ de la Ford, ni a Óscar, decidido a seguir el ritmo de los habituales del nacional con su R4+ privado.

Con su victoria en Asturias, Surhayén Pernía y Carlos Del Barrio se aseguraron el título del Trofeo Iberia Clio R3T

Fran Cima y Diego Sanjuán lucharon hasta el final pero no pudieron mantener vivas sus opciones en el monomarca de Renault

Décima posición en la general para Gorka Antxústegui y Alberto Iglesias en el segundo rallye del Suzuki Swift R+

Sin embargo, un par de errores del hasta ahora poco menos que infalible Cristian en los dos tramos que abrían el rallye echaban totalmente por tierra la premisa inicial de mis teorías. El primer fallo era leve, una corta ‘excursión’ por la hierba en el laberíntico Llanera que le costaba apenas unos segundos. El segundo, en cambio, un fuerte toque que dejaba muy dañada la trasera de Mitsubishi en la especial de Oviedo, era letal para sus aspiraciones de ganar por quinta vez un rallye del nacional.

Pero el ‘traspié’ de Cristian García no significaba que Ares se fuese a quedar como único aspirante a la victoria porque, contra casi todo pronóstico, Vallejo había comenzado el rallye a paso de carga, logrando con su Citroen lo que no había estado siquiera cerca de conseguir en toda la primera mitad de temporada: dos scratchs en los tres tramos iniciales. El de Meira completaba el primer bucle en cabeza, con ocho segundos de ventaja sobre el de Cambre, y el duelo pasaba a ser entre el veterano y el joven gallego… sobre todo porque el otro gallego, el de menos edad del grupo de los de más años en el carné de identidad, Pedro Burgo, había sufrido un cruel pinchazo en el primer paso por Riosa… justo tras haber marcado el scratch en el tramo anterior. La despedida del Porsche iba a ser agridulce para el lucense, que, incluso con la famosa ‘brida’, estaba en la pelea hasta que el percance le costaba una minutada, tras la cual decidía seguir aun a sabiendas de que ya no tenía opción a resultado alguno. Gesto de agradecer y en el que, imagino, estaría ese afán que uno suele tener por apurar hasta el final las experiencias positivas… y pilotar un Porsche por última vez en los tramos asturianos tiene que serlo, independientemente del puesto en que se llegue a meta al final del rallye.

Con el GT fuera de toda opción y el ‘líder’ de los R4+ retrasado, los R5 pasaban a tener casi todo el protagonismo en un segundo bucle que iba a definir lo que quedaba de rallye, por mucho que al final del día nos quisiésemos aferrar a que aun habría emoción hasta el final al día siguiente. El ‘culpable’ era Iván Ares, que demostraba el mucho margen de progresión que aun le quedaba con un Skoda que prácticamente acababa de descubrir en el primer bucle y con el que rebajaba de forma sustancial sus cronos en las segundas pasadas por los tres tramos de la primera jornada. Una rebaja que era especialmente relevante en el tramo más largo y que, en teoría, se le daba peor, el de Riosa, con el que se cerraba la primera etapa y donde el piloto del Fabia blanco limaba veinte de los casi cuarenta segundos de mejora conseguidos en su segunda vuelta respecto a la primera.

En cambio, su rival tenía poco más que ofrecer a lo mucho y bueno mostrado en su fuerte ataque inicial. De hecho, Vallejo empeoraba incluso en el cómputo total de sus cronos del segundo bucle, afrontado con los mismos neumáticos que el primero y con la idea de volver a atacar al día siguiente, una vez montase de nuevo gomas ‘frescas’. El balance era más de medio minuto perdido ante Ares, y eso significaba pasar a ser segundo, a veinticinco del nuevo líder … y apenas once por delante de Monzón, otro que iba cogiéndole el pulso a su nueva montura y mejoraba de forma notable sus cronos en el segundo bucle de tramos del viernes.

Pegado a los dos R5 acababa el R4+ de Monarri, indudablemente perjudicado por el orden de salida que ‘condenaba’ a los participantes de la lista de vehículos con norma RFEdA a realizar la última especial del día ya con el manto cada vez más oscuro de la noche cayendo a toda velocidad sobre el complicado tramo de Riosa. De todas formas, el madrileño se mantenía en la pelea, a nueve segundos del Fiesta R5 de Monzón y diez por delante del otro Ford de RMC en lucha por los puestos de cabeza, el de Mora. El joven moscón completaba una notable primera etapa, cogiéndole el pulso al coche y sin cometer errores, demostrando una madurez que, personalmente, me parece tan o más importante de cara a su futuro en esto de los rallyes que su indudable talento al volante.

Ya algo más distanciado se encontraba Óscar Palacio, a cerca de un minuto de Mora, su objetivo en la lucha por los puntos de ganador en el Campeonato de Asturias. Y cerca de medio minuto detrás (a más de dos y cuarto del líder) acababa el viernes Cristian García en una séptima plaza inusual para él este año que, a buen seguro, mejoraría al día siguiente.

El habitual segundo grupo que en cada rallye se forma tras los ‘afortunados’ que compiten al volante de los R4+, los R5 o algún que otro Porsche, quedaba reducido al Lotus de Marbán, octavo al término de la primera etapa, mientras que el Suzuki R+ de Antxústegui era undécimo, por detrás de los Clio R3T de Pernía y Cima. Peor le había ido al otro Swift oficial, el S1600 de Adrián Díaz, que había tenido que abandonar a causa de un fuerte golpe en el segundo paso por Llanera, a resultas del cual era necesario evacuar al hospital a su copiloto, Andrea Lamas, lesionada por la brusca deceleración del impacto.

Iago Caamaño, copilotado por el asturiano 'Juanlu' García, terminó a un paso de los diez primeros con su Fiesta R5

Rallye lleno de problemas con el VW Polo N1 para Alberto Ordóñez e Ignacio García, que terminaron en el puesto doce.

Esteban Vallín y Borja Odriozola dominaban con claridad entre los R2 cuando se salieron en la segunda etapa

LOS MÁS JÓVENES AL PODER

El viernes se había disputado medio rallye, en cuanto a número de especiales. Pero en lo que respecta a kilómetros cronometrados, más de la mitad de los 194.36 totales del recorrido se llevarían a cabo en la etapa del sábado. Y entre los 105.64 del segundo día estaban, además, dos pasadas al temible Colunga (heredero del mítico ‘Miravalles’ de aquellos Príncipes de cuando éramos jóvenes) como cierre de cada uno de los dos bucles del rally. Así que, por mucho que el golpe de autoridad dado por Ares en el tramo final del viernes y la lógica sensación de que, a medida que se fuese acoplando más al Fabia R5 sus prestaciones deberían ir aun en aumento, todavía quedaba mucho rallye y cualquier cosa podía a pesar.

A esto último nos queríamos aferrar para darle emoción a la lucha por la victoria en la retransmisión radiofónica, pero Iván parecía empeñado en cortarla de raíz al empezar la segunda etapa con otro claro scratch en Siero que elevaba su ventaja ya por encima del medio minuto. Sin embargo, un error en un cruce de la siguiente especial, unido al fuerte ataque de Vallejo en el primer paso por Colunga, para el que había dosificado las gomas intermedias elegidas a primera hora de la mañana, hacían que en la suma de los tres primeros tramos del día el de Meira fuese, al igual que el día anterior, el más rápido de todos, recortando cinco segundos la desventaja con la que había concluido la jornada del viernes. Con las segundas pasadas por los tres mismos tramos aun por delante y veinte segundos exactos entre el joven líder y su veterano perseguidor, el duelo generacional que se había planteado al inicio del día anterior aun seguía vigente para alegría de los que deseábamos un final emocionante, con pelea por el triunfo hasta el final.

Pero, una vez más, Ares no estaba por la labor de que la incertidumbre se mantuviese mucho tiempo más. Su Skoda volvía a volar por la zona de Siero y la ventaja subía otra vez hasta alcanzar de nuevo esa barrera sicológica del medio minuto que ya había rebasado a primera hora de la mañana. Y esta vez, además, ya no iba a haber réplica por parte de Vallejo. Su Citroen se quedaba ‘trabado’ en el lento ‘cruce de Climent’ a causa de un problema con los frenos que le costaba varios minutos antes de poder reemprender la marcha y le obligaba a retirarse nada más concluir la especial. Un desenlace injusto para el que estaba siendo, con diferencia, el mejor rallye de Sergio en lo que va de temporada, que dejaba definitivamente visto para sentencia el resultado final.

Así las cosas, el último paso por el tan precioso como difícil Colunga se convertía en algo así como la vuelta de honor para Iván Ares y su copiloto, José Pintor. Su debut con el nuevo Skoda Fabia R5 no podía haber sido mejor y, efectivamente, su rallye acababa resultando tan ‘awesome’ como pronosticaban las letras de su inmaculada decoración. Lógica, por tanto, su incontenible alegría al llegar a meta de la última especial y sus más que amplias sonrisas de felicidad en el podio de ‘la losa’ unos minutos más tarde… dónde, por fin después de unos cuantos años, el ganador oficial de la prueba era el que había invertido menos tiempo en completar su recorrido al pilotar esta vez el primer clasificado al scratch un coche totalmente conforme a la normativa FIA del trofeo europeo.

Ángel Paniceres y Francisco Javier Álvarez pincharon el viernes pero acabaron ganando el grupo R2 al final del sábado

Segunda plaza entre los R2 para el madrileño José Luis Peláez y el asturiano Kike Velasco con el Peugeot 208

Otro Peugeot 208, el de los gallegos Javier Pardo y Francisco Lerma, completó el podio del grupo R2

Por detrás del gran triunfador del rally, la pelea por las dos restantes plazas del podio era doble, al haber en realidad dos podios en juego que terminaban teniendo ocupantes diferentes en sus dos últimos escalones. El segundo del nacional (y de la general del rally, para entendernos) acababa siendo Alberto Monarri, que terminaba el rallye a todo trapo, marcando los dos últimos scratchs con el EVO X R4+ pero no pudiendo con ello compensar otro mal trago que le hacía pasar la retrasada posición de salida a la que le condenaba participar al volante de un coche de normas RFEdA. Al madrileño, como a todos los que no estaban en la lista FIA, le tocaba sufrir la neutralización del primer paso por Colunga y los comisarios deportivos le otorgaban entonces el mismo crono que había realizado Monzón. Decisión con la que Alberto no es que estuviese muy de acuerdo, más que nada porque estaba convencido de que hubiese sido más rápido que el canario, como efectivamente lo fue en la segunda pasada por el tramo con el que se cerraba el rallye. Y el segundo del ‘europeo’ era, precisamente Monzón, tercero por tanto a efectos del campeonato de España después de un retorno más que digno en su estreno con el Fiesta R5.

Otro piloto de un R5 de Ford, Manuel Mora, completaba el ‘cajón’ del rally FIA, en todo un final de película para el joven piloto asturiano, cuyo nombre ya figura entre los tres primeros del palmarés oficial en una prueba del prestigio del ‘Princesa’. Eso si, un pinchazo en la última etapa le costaba al moscón verse rebasado el sábado por los dos EVO X R+ de Cristian García y Óscar Palacio, con el daño colateral, en el último caso, de hacerle perder la primera plaza a efectos del Campeonato de Asturias, cuya clasificación se adjudicaba finalmente el del Mitsubishi rojinegro. Para Óscar era, además, una meritoria quinta plaza de la general pese al susto que suponía quedarse sin embrague justo antes de iniciar el último tramo, problema que, en todo caso, no le impedía completar la especial y lograr un triunfo en el certamen asturiano que relanza sus opciones de revalidad el título regional.

Justo por delante, en el cuarto puesto, acababa Cristian García, que remontaba en la segunda etapa aun sin rodar al ritmo imparable de sus cinco victorias de la primera mitad de temporada. En todo caso, con los abandonos de sus tres ‘menos lejanos’ perseguidores en el campeonato (Pedro Burgo, Adrián Díaz y Sergio Vallejo) el joven aragonés aumentaba aun más su ventaja al frente de la general del campeonato. Una ventaja que ya es tan enorme como para que le falten sólo 13 puntos (el equivalente a un décimo puesto) para proclamarse matemáticamente campeón de España de rallyes de Asfalto del 2016 cuando todavía restan tres pruebas para la conclusión de la temporada. Título que deberá asegurarse ya en Llanes y que significará todo un cambio de tendencia respecto a las pasadas campañas. ¡Por primera vez en mucho tiempo el campeón nacional va a ser un veinteañaero!

Así que, después de todo, en el duelo generacional que planteábamos más arriba, al final resulta que este año se va a imponer la juventud en el campeonato de pilotos, al igual que ya se imponían en el ‘Princesa’ otros representantes de la nueva generación, tanto en lo que respecta al piloto cómo a la máquina. Lo que, por otra parte, era de esperar, en el primer caso porque Cristian lleva una campaña impecable, deslices del viernes en este rally aparte, y porque en el tandem formado por el todavía joven Iván Ares y el nuevo Fabia R5 podemos tener el binomio de auténtico futuro de nuestro nacional de asfalto… si los presupuestos y las normativas lo permiten, naturalmente.

Victoria en el grupo N para el joven catalán Jan Solans y su copiloto, el gallego Mauro Barreiro

David Nafría y Áxel Coronado terminaron terceros de los Clio R3T y decimoterceros de la general

Decimooctava posición de la general para Emma Falcón y Rogelio Peñate con el Citroen DS3 R3T

¡LOS RALLYS SON ASÍ!

El título de este apartado del reportaje es la típica (¡y tópica!) frase que se suele decir muchas veces cuando se dan circunstancias como las que se fueron produciendo a lo largo de las dos jornadas del ‘Princesa’ en la categoría reservada a los R2.

De entrada, el pronóstico de un grupo que en anteriores ocasiones había sido la ‘salsa’ de muchas otras pruebas estos dos últimos años no podía ser más claro: iba a ganar un Opel… y el piloto que subiría a lo más alto del podium iba a ser Vallín. Así que cuando la etapa del viernes, la que ‘menos bien’ se le daba al de Colunga de este recorrido que el ‘Príncipe’ había estrenado el año pasado, terminaba con Esteban al frente de la tabla de los R2, distanciando en más de un minuto al siguiente clasificado, el madrileño Peláez con su Peugeot 208, nadie podía siquiera imaginar que hubiese otro ganador al final de la segunda jornada de la prueba. O, en todo caso, siempre se podía pensar que si al líder le sucedía algún percance, quien lo aprovechase para acabar alcanzando una inesperada victoria fuera el segundo al final del viernes… o el tercero… o, rizando ya el rizo, hasta el cuarto.

Pero, ya se sabe, los rallyes son así… y ese ‘así’ se convierte en ocasiones como este pasado ‘Princesa’ en sinónimo de crueles, impredecibles, caprichosos y quien sabe cuantas cosas más. Porque, como todos sabéis, al final Vallín perdió un rallye que tenía ganado con uno de esos errores raros en él pero que, por desgracia, ya tenía precedente: ‘chocar’ en un ‘Príncipe’, en el tramo ‘de casa’ y cuando llevaba una más que amplia y tranquilizadora ventaja, igual que le había pasado hace un montón de años, en la época del Desafío Peugeot. Un error que él se perdona menos que nadie, porque nadie es más crítico con si mismo que el bueno (como persona y como piloto) de Esteban. Un error de esos que hasta los más grandes han cometido en alguna ocasión, el típico de relajarte justo esa pizca que basta para superar el límite al que no hacía falta siquiera acercarse. Cómo Senna en aquel Gran Premio de Mónaco del 88, cómo Ogier en el Cataluña del año pasado. Un error que le privó con crueldad de una victoria segura y que, a cambio, abrió, de repente, la puerta a que un grupo que parecía el más resuelto de todos, el R2, acabase por ser de los que más tardarían en decidirse.

Y es que en el mismo tramo de Colunga, en su primera pasada, no sólo el Opel del asturiano había acabado mal. Peor aun terminaba el Peugeot de Roberto Blach, que sufría un accidente de esos que ponen los pelos de punta y, al mismo tiempo, son testimonio de cómo han mejorado las medidas de seguridad de los coches de competición. Por fortuna, y porque los avances tecnológicos en materia de protección de los ocupantes del Peugeot 208 funcionaron a la perfección, ni el joven gallego ni su copiloto sufrieron lesiones, como tampoco el asturiano de Opel y su ‘navegante’ cántabro, cuyo Adam había tenido un encontronazo bastante fuerte contra unas rocas. Y aunque sin golpear con nada, otro Peugeot, el de Peláez, protagonizaba instantes antes una ‘pirueta’ que le costaba su buena cantidad de tiempo. Así que, de repente, de los tres primeros del grupo R2, dos estaban fuera y otro cedía terreno, propiciando que el nuevo líder de la categoría pasase a ser Javier Pardo… ¡qué antes de iniciar la especial ocupaba la cuarta plaza a más de tres minutos!

Además, a sólo segundo y medio del otro joven piloto gallego del equipo Rallycar se situaba el que había terminado el día anterior último, Ángel Paniceres, rezagado a causa de un pinchazo en el tercer tramo del viernes que le había costado casi tres minutos y una buena dosis de moral. De repente, en apenas unos kilómetros, todo había cambiado y la victoria se le ponía más que a tiro al junior ovetense que tan desanimado se mostraba al final del primer día, cuando se veía hundido en la tabla y sin opción a nada más que acabar. Con tres tramos por delante para recortar tan exiguo margen, Ángel no desaprovechaba el inesperado giro de los acontecimientos y acababa haciendo cumplir la mitad del pronóstico inicial: efectivamente, en R2 ganaba un Opel… pero quien subía a lo más alto del podio era Ángel Paniceres, que había pasado del cero al infinito, del pinchazo que te hunde al trofeo de ganador… porque, ya se sabe… ¡los rallyes son así!

Efrén Llarena y Sara Fernández sumaron su cuarta victoria del año en la Copa Suzuki Swift

Cuarto triunfo en la Dacia Sandero Rally Cup para Javier e Iván Bouza que se consolidan al frente de la tabla

Pelayo Fernández y Ricardo Cuesta marcaron la mayoría de scratchs de la Dacia pero un pinchazo les impidió ser más que terceros

LAS COPAS TIENEN DUEÑOS

Como se comenta más arriba, el ‘Princesa’ dejaba virtualmente sentenciado el título absoluto del nacional. Y más aun hacía en lo que respecta al Trofeo Iberia Clio R3T, que disputaba en Asturias su penúltima prueba del año y acabaría saliendo del Principado ya totalmente resuelto sin tener que espera a su cita final de Madrid.

Aunque los dos aspirantes al título, Surhayén Pernía y Fran Cima, llegaban a Oviedo empatados a victorias, el mayor coeficiente que, absurdamente, se otorgaba un año más al rally de Canarias, hacía que, en realidad, el cántabro estuviese en disposición de asegurarse el campeonato si lograba batir al asturiano, mientras que este último estaba obligado a vencer tanto ‘en casa’ como en Madrid para volver a repetir la preciosa experiencia de competir en el rallye de Montecarlo. La lucha estaba servida y empezaba en la línea de absoluta igualdad con que había concluido su anterior duelo, en Orense, aunque esta vez con Pernía por delante de Cima, ganador en la prueba gallega. En el primer bucle, con ‘Sura’ optando por montar las Michelin de dureza intermedia mientras Fran se decantaba por las más duras, el cántabro tomaba ventaja aunque la diferencia entre ambos era mínima, sólo 3.4 segundos después de los tres primeros tramos. Un margen que el asturiano reducía en un segundo tras batir por dos veces al cántabro en las dos siguientes especiales, antes de que este contraatacase en el tramo final del viernes para irse a dormir con algo más de cuatro segundos a su favor.

Con tan escaso margen, el sábado se presentaba apasionante, pero pronto empezó a quedar claro que esta vez la lucha se iba a decantar del lado del visitante, por mucho que el local siguiese poniendo todo su empeño. Surhayén se imponía en las tres especiales de la mañana y Fran llegaba a la asistencia final con una desventaja de casi 18 segundos, un auténtico ‘mundo’ en una pelea como las que ambos vienen protagonizando todo el año. Aun así, el ovetense no se daba aun por vencido, recortaba un par de segundos en el primer tramo de la tarde, limaba casi cuatro y medio en el segundo y encaraba el paso final por el temible y largo Colunga a poco más de once. El ‘milagro’ aun parecía posible… pero no lo era. Pernía había dosificado bien sus neumáticos para tener algo más de goma ante el asalto final mientras que Cima llegaba ya con sus últimos Michelin bastante más tocados y no sólo no lograba darle la vuelta al marcador sino que veía, impotente, como su rival certificaba victoria y título aventajándole en otros 4.3 segundos para acabar dejando la diferencia en quince y medio. Un lapso de tiempo mínimo, tras dos días de competición y casi doscientas kilómetros contra el crono, que era la diferencia para el asturiano entre seguir soñando con volver al ‘Monte’ o finalmente, tener que despertar y ver como el viaje al rallye más famoso del mundo será esta vez para el cántabro. Además, el fuerte ritmo al que ambos habían rodado durante las dos etapas les llevaba a copar las dos primeras plazas entre los dos ruedas motrices del nacional, terminar cuarto y quinto del rally ‘europeo’ y, como premio extra para ‘Sura’, sumar los puntos suficientes como para ser el nuevo líder en la Copa FIA del nacional. Lo cual, en vísperas de salir en Llanes con un Fiesta R5 supone que, de golpe, gracias a sus resultados con el R3T, se encuentra con serias opciones de luchar por conseguir un título nacional que, en teoría, debería haber sido coto cerrado de los pilotos de los R5.

Por segundo año consecutivo, Jonathan Álvarez y Adrián Iglesias se impusieron en el rallye regional con su BMW

Doblete de los M3 E36 en el rally regional, la segunda plaza fue para el de Roberto Ferrero y Faustino Fernández

Otra sensacional actuación de David García y Borja Teja, terceros del rallye regional con su pequeño AX

En cuanto a las otras dos monomarcas del nacional, la Swift y la Sandero, aunque no se decidían aun de forma matemática, quedaban algo más definidas. Ambas llegaban a la primera de sus dos citas asturianas con dos líderes sólidos, el burgalés Efrén Llarena en la Suzuki y el gallego Javier Bouza en la Dacia. En el certamen de los Swift, la ventaja en puntos del joven Efrén no era muy amplia, pero con tres victorias en cuatro carreras había sido el incuestionable dominador de la primera mitad de temporada. Y por lo que respecta a los Sandero, el ferrolano Javier también llegaba a Asturias con tres victorias, aunque en su caso hubiesen sido conseguidas sobre un total de cinco pruebas. Para ambos, y para sus más inmediatos perseguidores en las respectivas clasificaciones, el ‘Princesa’ se presentaba como un momento clave del campeonato. Si los dos líderes volvían a ganar su ventaja ya podía ser casi insalvable… y justo eso es lo que lograban ambos.

En la Suzuki, dejando aparte el fugaz liderato de David Cortés, autor del primer scratch, el rally se convertía pronto en un duelo entre Mañá y Llarena, con el madrileño por delante al final de la primera jornada. Pero el sábado Efrén lanzaba un ataque demoledor y Juan no sólo no podía responderle sino que, además, veía impotente como el cántabro Álvaro Iglesias le superaba tras marcar dos scratchs en el último bucle con los que le arrebataba la segunda plaza. Por delante de ambos, Llarena ganaba por cuarta vez en cinco carreras, aumentando aun más la sensación de solidez de su liderato, sobre todo pensando que la siguiente cita es Llanes, escenario el año pasado de su primera victoria al volante del Swift.

En la Dacia, el ganador también acababa siendo el líder del campeonato, Bouza, pero el gran protagonista era el asturiano Pelayo Fernández, pese a quedarse ya en el primer tramo sin opción alguna a la victoria a causa de un pinchazo que le costaba más de cuatro minutos. Sin desanimarse por el percance, el praviano se lanzaba a una remontada imposible a golpe de scratchs para acabar llegando todavía hasta el podio, cuya segunda plaza era para Jorge Pérez, que plantaba cara durante buena parte del rallye a Bouza pero tenía que conformarse finalmente con la segunda plaza. Con este nuevo triunfo, unido al temprano abandono de su más inmediato seguidor en la tabla, el levantino Miguel García (fuera de combate ya en la primera especial) el piloto gallego suma ya cuatro de seis y toma una ventaja poco menos que decisiva. Y es que Bouza distancia a sus rivales en prácticamente los puntos que se pueden sumar una carrera… cuando ya sólo quedan tres, así que mal se le tienen que dar las cosas en Llanes y La Nucia para que no deje ya resuelto el campeonato a su favor antes siquiera de acudir a su prueba final en Madrid.

El resultado del 'Princesa' sitúa a Nacho Braña y Ana Isabel Menéndez como nuevos líderes del Campeonato de Asturias de Rallyes

Quinta posición en el rallye regional para el Peugeot 106 de Xabel Solís y Alejandro Vega

Victoria en la Quintana Cup para Miguel Sánchez e Iván García con su Citroen Saxo

¡A FALTA DE PORSCHES TENEMOS BMWs!

En el campeonato de España los coches de propulsión volverán a ser pronto un recuerdo, pero en el de Asturias todavía siguen muy vivos y dando guerra. Y en el ‘Princesa’, al tener los ‘regionales’ su propio rallye, más allá de que luego los puntos del campeonato se repartan teniendo en cuenta también a los astures de los rallyes europeo y nacional que, lógicamente, acabarían copando las primeras posiciones en esa clasificación, los ‘traseras’ tuvieron aun mayor protagonismo. Y aquí, además, no hablamos de caros Porsches procedentes de los circuitos, sino de unos bastante más económicos BMWs preparados más o menos en casa pero que, en manos de pilotos como Jonathan Álvarez o Roberto Ferrero, no sólo dan espectáculo sino que, además, van muy deprisa.

Tan deprisa como para que, por segundo año consecutivo, el más rápido del rallye regional fuese otra vez ‘Paneru Junior’ tras imponerse en un bonito duelo con su amigo Ferrero. El poleso hizo lo posible por batirle pero no pudo conseguirlo y empieza a dudar si alguna vez lo logrará… aunque promete seguir intentándolo. De hecho, ambos se daban cita ya para la próxima (¿será en ‘el Carbón’?) cuando Hugo Velasco los entrevistaba juntos al terminar un rallye que dominaban con sus BMW por delante de toda la ‘jauría’ de tracción delantera que trataba en vano de darles caza.

Una jauría que encabezaba el piloto que más me está impresionando por sus resultados en el regional este año, David García. El de Cornellana Clásicos tuvo que haber llevado ‘por el aire’ su pequeño AX para acabar alcanzando el premio que para un equipo modesto como el suyo supone subir al podio final en la ceremonia de entrega de trofeos de todo un ‘Príncipe’. Un resultado magnífico, logrado terminando por delante de otro habitual ‘matagigantes’, Nacho Braña y su plateado Saxo. El de Tineo no pudo alcanzar ese ansiado podio del rally regional, pero su recompensa no fue menor ya que el temprano abandono de César Palacio le dejó abierta la puerta a la posibilidad de alcanzar el liderato en la general del Campeonato de Asturias. Una ocasión que el de Tineo agarró tan fuerte como el volante de su Citroen en los tramos, para sumar unos puntos que le colocan al frente de la tabla del certamen regional justo cuando este entra en su parte álgida, con la mayoría de las pruebas del calendario del 2016 concentradas en los últimos tres meses del año después de haber tenido sólo tres en los nueve anteriores.

Magariños y Asorey fueron los más rápidos del Legend con su BMW M3 E30 de los años ochenta

El segundo puesto entre los grupo A de los 80 fue para los asturianos Jesús Álvarez y Nacho Madrera

El dominio de los M3 en el Legend lo completaron los catalanes José María Martínez y Sergio Ramírez

VIAJE EN EL TIEMPO

Uno de mis destinos de carreras favoritos ha sido siempre el ‘Goodwood Revival’, la espectacular reunión de competiciones de clásicos en el recuperado trazado británico de finales de los 60 que, caprichos de los calendarios, se empeña en coincidir, un año si y otro también, con las fechas del ‘Príncipe’. Este fin de semana del ‘puente de la Santina’ del 2016 no era excepción y me tocaba de nuevo perderme el auténtico ‘viaje en el tiempo’ que supone visitar durante los días del ‘Revival’ el circuito situado en las afueras de la pintoresca localidad de Chichester, en el sur de Inglaterra.

Sin embargo, algo de ‘viaje en el tiempo’ tenía también nuestro fin de semana del ‘Princesa de Asturias’ porque, por segundo año consecutivo, los ‘Legend’ eran de la partida ya el jueves desde la ‘Losa’ de Oviedo. Así que, de vez en cuando, al ver pasar ante nuestros ojos un Maxi Turbo ‘bleu France’ como aquel de ‘Jeannot’ Ragnotti, un Manta 400 decorado con la llamativa imagen tan habitual en los coches de Russel Brookes, un Celica al estilo ‘Castrol’ de Auriol o Kankkunen, un Delta negro y oro a lo Tabaton, o hasta un Subaru ‘look’ Climent, por momentos nos íbamos veinte o treinta años atrás con la memoria y se nos venían a la mente imágenes de otros tiempos. Y aunque, evidentemente, ni los coches ni los pilotos son los mismos, los ‘Legend’ tienen, en mi opinión, el mérito de hacernos rememorar viejos tiempos a quienes tuvimos la fortuna de conocerlos y, especialmente, el de dárselo a conocer a los más jóvenes que no los disfrutaron. Un poco como nos ocurría a nosotros cada vez que íbamos al ‘Revival’ británico y veíamos en acción un Lotus 25 ex Jim Clark, un Maserati 250F como el de Fangio o cualquiera de los fascinantes Sports, GTs y turismos de los años 50 y 60. Coches que, aun siendo bastante carrozas como ya somos, nacimos demasiado tarde como para haberlos visto en acción de no ser por estas iniciativas que, de un modo u otro, recuperan la historia del automovilismo.

Primera plaza entre los 'kit car' para el Peugeot 106 de Pablo Pazó y José Ramón Seoane

El primer grupo A de los 90 fue el SEAT Ibiza de Francisco Pérez y Alfredo Álvarez

El único grupo B en la meta fue el Renault 5 Turbo 2 'look Maxi' de los Martín

Por ello, aunque con esto de los ‘Legend’ en los rallyes esté pasando lo que también ocurre ya con las competiciones de clásicos en circuito, en las que cada vez compiten menos coches que, de verdad, son los auténticos de la época, mientras que, en cambio, proliferan las réplicas y las nuevas versiones construidas en la actualidad, el ‘efecto nostalgia’ que produce su visión es inevitable. Además, tampoco faltaban en la cuarta edición del rally que organiza el entusiasta Alberto Guereca las piezas originales, como el Ibiza Kit Car exoficial SEAT del almeriense Maldonado (que cumplía con su equipo el sueño que todos ellos tenían de hacer un ‘Príncipe’), o el emblemático para la afición asturiana 106 ex Roberto Solís (que salía en manos de Alejo Pinho), o esa valiosísima pieza de museo de la historia del motor que es el Lancia 037 de Cardín, fascinante coche que uno no se cansa de ver por muchas veces que lo haya visto ya anteriormente. Y si de pilotos y copilotos de la época se trata, el ‘Legend’ nos traía, además, el regalo de volver a reunir juntos en un coche de carreras a ‘Cele’ Foncueva y ‘Salva’ Belzunces cuando se cumplían 28 años de aquella época de ambos con el R5 GT Turbo rojo con bandas amarillas y azules y publicidad de ‘El Árbol’, cuya reproducción a escala hice con mimo entonces, sobre un minúsculo modelo de ‘Majorette’, y que aun preside, junto a otros ‘Legend’ de aquellos tiempos, una de las estanterías de la oficina en la que escribo estos largos relatos.

Así que, por lo que al ‘Legend’ respecta, permitidme que os remita directamente a las clasificaciones si a alguno os interesa realmente el resultado deportivo en sus diferentes categorías. Porque pocas veces es más cierto como en este caso eso de ‘venimos a disfrutar, no vamos a mirar los tiempos’. Un disfrute que, además, no es exclusivo de quienes tienen la fortuna de tomar parte en la prueba, sino que se extiende también a los que acuden a ver de cerca esta especie de exposición móvil de los rallyes de otros tiempos.

Texto: Daniel Cean-Bermúdez
Fotos: Nacho Carballeira y Berto Mateos

FICHA DE LA PRUEBA

Denominación

53º RALLY PRINCESA DE ASTURIAS - CIUDAD DE OVIEDO

Fecha

9 y 10 de septiembre de 2016

Organizador

Automóvil Club Principado de Asturias

Putuabilidad

Trofeo de Europa FIA, Campeonato de España de rallyes de asfalto, Campeonato de Asturias de Rallyes

Web Oficial

www.rallyprincesa.com

Inscritos

167

Tomaron la salida

158

Participantes Cto.España

59

RECORRIDO

Kilómetros cronometrados

194,36

Pruebas especiales disputadas:

12 (neutralizados el TC4, TC8 y TC9)

Tramos distintos:

6

Líderes sucesivos:

tc1 a tc4: S.Vallejo
tc5 a tc12: I.Ares

Scratchs:

I.Ares: 4
S.Vallejo: 3
A.Monarri: 3
P.Burgo: 1
C.García: 1

CLASIFICACIONES

TROFEO DE EUROPA FIA

CAMPEONATO DE ESPAÑA

CAMPEONATO DE ASTURIAS

GR.A LEGEND RALLY

Clasificaciones de todos los tramos y campeonatos en www.fotomotor.com

ASÍ VA EL CAMPEONATO DE ESPAÑA

CAMPEONATO DE ESPAÑA

Pos.

Piloto

Puntos

1

Cristian GARCIA

236.5

2

Pedro BURGO

144.5

3

Iván ARES

126.5

Clasificación completa (fuente: www.rfeda.es)

COPA FIA

Pos.

Piloto

Puntos

1

Surhayén PERNÍA

167.5

2

Esteban VALLÍN

148.5

3

Ángel PANICERES

135.5

Clasificación completa (fuente: www.rfeda.es)

POSTALES

¡Bienvenidos al nuevo palacio de la Princesa!

El 'Calatrava' acogió por primera vez las verificaciones

Dos de las novedades del rallye, los Fiesta R5 de Mora y Monzón

El pronóstico del Skoda de Ares resultó de lo más premonitorio

¡Me dan ganas de hacer un par de tramos con el coche del chaval!

A estudiar bien la norma que este año tocaba montar ruedas 'asimétricas' en todos los coches FIA

Los 'chivatos electrónicos' preparados para su instalación

Recuerdo a Toni Roca en el coche de su compañero en la montaña Manuel Maldonado

Exposición de arte con coches de rallyes...

...y decoración de coche de rallye de lo más artística

Todos preparados que esto va a empezar ya

Un poco de glamour siempre realza cualquier ceremonia de salida

Motor transversal del grupo Volkswagen en el Skoda Fabia R5...

...y mecánica longitudinal de origen PSA en el Suzuki Swift R+

Con esta práctica asistencia-autocar, lo mismo te vas de rallye que de excusrión turística

Patatas, leche... si se te olvidó hacer la compra todavía estás a tiempo

¡Venga! todos a una para ayudar a Pelayín a cambiar la rueda pinchada

Castillo cambio el co0ckpit del Speed Car CM por el asiento de copiloto del EVO III de Allende

Magnífica experiencia radiofónica con el equipo de Radio Marca Asturias

La megapalmera que nos llevó Rubén, de Engimek, nos salvó de la inanición el viernes

A veces para ser mecánico hace falta también hacer ejercicios de contorsionismo

Buen método para recorrer la larga asistencia sin cansarse

Bonito gesto de ánimo a sus compañeros accidentados por parte de Sara Fernández

La noche del sábado cae sobre el 53º rally Princesa de Asturias... ¡nos vemos en el 54º!

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