EL BAZAR CHINO

De todo y para todos los gustos hay en las estanterías de los bazares chinos… y más o menos eso fue lo que ofreció también el Gran Premio de Fórmula 1 del país asiático celebrado en el circuito de Shanghai. Hubo sorpresas, ya desde los entrenos, hubo variedad de incidentes, desde la misma salida, hubo infinidad de estrategias… y, sobre todo, hubo eso que siempre se le pide a la Fórmula 1, numerosos adelantamientos, luchas, remontadas… ¡emoción! Por ello aunque al final el resultado fuese ‘más de lo mismo’, el desarrollo del Gran Premio no pudo dejar a nadie indiferente. Cuando tanto se habla de la que la máxima categoría del automovilismo mundial está en crisis, una carrera como la de China sirve para demostrar que, aun con sus defectos (que indudablemente tiene), la Fórmula 1 sigue siendo un fabuloso espectáculo.

Rosberg volvió a ganar y empeiza a cobrar una importante ventaja al frente del campeonato

Vettel tocó a Raikkonen en la salida pero enmendó el error con una gran remontada hasta la segunda plaza

Kvyat sorprendió a los Ferrari en la primera curva y completó el podio con el Red Bull

RECTIFICAR ES DE SABIOS

El evidente fiasco del nuevo sistema de clasificación en los dos primeros Grandes Premios de la temporada supuso finalmente el retorno al anterior método en China. Todo un acierto porque era obvio que el ‘invento’ de la eliminación al estilo de las pruebas ciclistas en pista arruinaba el interés de la Q3 y, además, tampoco había provocado apenas un par de mínimos cambios en el orden lógico de las parrillas de salida, ese que acaba siendo uno de los principales causantes de que luego en las carreras sea complicado que se vean tantas luchas y adelantamientos como quieren los que no entienden realmente que es y como funciona la Fórmula 1.

Porque, las cosas como son, ¿de verdad alguien se piensa que en Fórmula 1 va a haber alguna vez tantas peleas en pista como en un certamen monomarca? Las diferencias mecánicas entre los diferentes equipos son una de las esencias de la categoría, con su ventaja de ofrecer variedad de marcas y diseños, y su inconveniente de que haya coches que sean más competitivos que otros, ni más ni menos que la base en que se han sustentado las carreras de coches desde que empezaron allá por los inicios del siglo XX. Y el hecho de que la parrilla de salida se decida en función de quien es más rápido el sábado acaba, lógicamente, por situar a los monoplazas y sus pilotos en el orden más o menos natural de competitividad que el material de cada equipo ofrece. Todo ello son factores que van en contra del espectáculo en pista pero son, en cambio, justos en el sentido de premiar a los equipos que mejor trabajo hacen y, aunque sea en menor medida, a los pilotos que mejor partido le sacan a sus monturas. Desde el punto de vista deportivo, nada se puede objetar, por tanto, ya que cualquier sistema tan en boga en otras categorías como los lastres a los mejores clasificados, los ‘balance of performance’ para igualar las prestaciones de los coches o las parrillas de salida de invertidas no serían sino artificios aun mucho mayores que ese DRS contra el que tantos claman y que, sin embargo, no deja de ser la versión moderna (y artificiosa, sin duda) del viejo ‘rebufo de toda la vida’, ese que dejaba indefenso al que iba delante cuando otro piloto se pegaba a su cola y le superaba sin remedio en la siguiente recta.

Aun así, como hoy día lo que importa es más el espectáculo que el deporte, se intenta cada año algo que lo mejore pero, a la vez, no desnaturalice la esencia de la Fórmula 1. Y algunas veces se consigue, aun a costa de introducir variantes más o menos ‘forzadas’ como los neumáticos pensados para que se degraden o la obligación de usar dos compuestos distintos por carrera, y tres por Gran Premio este año, cambio acertado para mejorar el show, por cierto. Pero en otras ocasiones se fracasa en el intento, como ha sido el caso de la clasificación introducida sin éxito en las dos primeras pruebas del 2016.

Sin embargo, paradojas del destino, justo cuando en la tercera del año, en China, se vuelve al sistema anterior (otro cambio con el que se buscó también en su día, y con éxito, la mejora del espectáculo en pista los sábados) resulta que ocurre justo lo que se buscaba con el nuevo y ya desechado: uno de los favoritos tiene un problema y queda fuera a las primeras de cambio, en la Q1, lo que le obliga a partir desde el fondo de la parrilla de salida. La ‘víctima’, nada menos que el actual campeón, Hamilton, al que todo parece ponérsele en contra este año. Después de partir ya con el hándicap de una penalización de cinco posiciones por tener que sustituir la caja de cambios (¡otra de esas normas ‘proespectáculo’ de estos últimos años!) en los entrenos libres, el ERS de su Mercedes falló al inicio de la Q1 y le dejó sin opción alguna de marcar siquiera un crono, condenado a partir desde el último lugar de la parrilla de salida. Así que, sin necesidad del tan justamente criticado ‘shootout’ la sesión de clasificación del sábado en China acabó logrando ese efecto de ‘parrilla invertida sin serlo’ que tanto se buscaba. Porque una cosa estaba clara, el domingo Hamilton iba a remontar y eso ya era garantía de espectáculo independientemente de que el resto de la formación de salida tuviese el orden más o menos lógico, con Rosberg situando en pole el otro Mercedes y los Ferrari en la segunda línea que suelen ocupar de forma más o menos habitual últimamente, aunque fuese en esta ocasión con la relativa sorpresa que siempre supone no ver a Vettel por delante de su compañero de equipo, Raikkonen, el más rápido en esta ocasión de los dos pilotos de la ‘scuderia’ de Maranello.

Ricciardo lideró las primeras vueltas pero un pinchazo le obligó a remontar para acabar de nuevo cuarto

Raikkonen batió a Vettel el sábado pero salió perjudicado del toque en la salida aunque al menos pudo terminar quinto

Fin de semana totalmente cuesta arriba para Hamilton entre averías en entrenos y toque sin culpa alguna en carrera

LA REBELIÓN DE LOS RED BULL

Pero ¡un momento! Si Hamilton salía el último y los dos Ferrari seguían estando en segunda fila… ¿quién completaba la primera junto al Mercedes de Rosberg? Ni más ni menos que Dani Ricciardo, fabuloso una vez más con el Red Bull. El australiano batía a los Ferrari en la Q3 y presentaba candidatura a, por lo menos, animar los primeros minutos de la carrera cuando se comprobaba que Rosberg había completado la Q2 con las gomas blandas mientras que el australiano lo había hecho con las ‘superblandas’. Y como esos son los neumáticos que se han de usar en la salida, la ventaja extra de tracción del compuesto más adherente podía ser un arma decisiva en los siempre frenéticos primeros metros que llevan, en el circuito de Shanghai, desde el semáforo de partida a esa especie de espiral que es la complicada primera sección de curvas del trazado chino.

Aprovechando al máximo el mayor agarre de los Pirelli más blandos, Ricciardo superaba a Rosberg y situaba en cabeza a un Red Bull después de bastante tiempo, más allá de alguna situación transitoria debida a paradas en boxes. Pero el del australiano no era el único monoplaza azul que había arrancado como un disparo desde la parrilla. A espaldas de los Ferrari, que peleaban entre si por la tercera plaza cuando la pista empezaba a curvarse sobre si misma, estaba el otro RedBull, con el que Kvyat se ‘tiraba’ con absoluta decisión por el interior, sorprendiendo (casi diría que asustando) a Vettel con su maniobra y acabando por provocar, con su nada censurable arrojo (¡de eso se trata en las carreras al fin y al cabo!) un efecto dominó que acabaría por contribuir de forma más que notable al posterior desarrollo de todo el Gran Premio. El alemán de Ferrari daba un brusco volantazo hacia la izquierda al ver aparecer un ‘torpedo ruso’ en su espejo retrovisor, y el movimiento llevaba a su Ferrari a impactar contra el de su compañero de equipo. El monoplaza rojo de Kimi quedaba tocado y, para evitarlo, Nasr acababa por llevarse por delante el alerón delantero del Mercedes de Hamilton, que ya había ganado cinco posiciones desde su inhabitual último puesto en la parrilla de salida. El ‘efecto parrilla invertida’ se veía entonces acrecentado con Hamilton teniendo que volver a parar en boxes, Raikkonen haciendo lo propio y Vettel perdiendo un buen número de posiciones. Después de apenas unos instantes de carrera, tres de los monoplazas más rápidos ocupaban puestos traseros en un circuito de largas rectas y anchas curvas ¡el espectáculo estaba asegurado! Además, esas mismas características de la pista asiática, unidas a la notable igualdad que hay entre los equipos de mitad de la tabla, propiciaban unas primeras vueltas dignas de los mejores tiempos de la GP2, con adelantamientos constantes por el interior y por el exterior, en recta y en curva, con toques, con frenadas al límite… con todo lo que nos gusta ver en cualquier carrera de coches y que es insuperable cuando lo ofrecen los monoplazas más rápidos del planeta.

Los dos Williams acabaron en los puntos, con Massa en la sexta plaza y Bottas en la décima

Otra buena carrera de Max Verstappen, el holandés acabó octavo pese a partir tras su compañero y verse perjudicado por ello en el primer cambio de gomas

Carlos Sainz batió a Verstappen en clasificación pero acabó justo por detrás del holandés en carrera

Por si fuera poco, y aunque para RedBull resultase toda una cruel ironía, otro ‘daño colateral’ de la arriesgada maniobra de Kvyat acababa por mezclar aun más las cartas aunque, a cambio, nos privaba de ver hasta donde podía haber aguantado Ricciardo en cabeza por delante de Rosberg. El Mercedes del alemán seguía de cerca al Red Bull del australiano, pese a montar este gomas más blandas y, por tanto, más ‘perfomantes’, al menos mientras duran sin degradarse. La duda era si lo podría superar en pista o se limitaría a esperar al primer cambio de neumáticos que, por fuerza, debía de hacer primero el australiano. Pero el sonriente Dani tenía que pasar por ‘talleres’ aun antes de lo previsto cuando alguno de los muchos restos de fibra de carbono que habían quedado esparcidos por la pista después de los ‘rifirafes’ de la primera vuelta hacía reventar uno de sus neumáticos traseros. La consecuencia, además de mandar a Ricciardo a boxes antes de tiempo, era la intervención del coche de seguridad para permitir a los comisarios limpiar en lo posible el trazado. Se sucedía entonces el habitual caos de todos entrando a la vez a cambiar gomas, en el que Vettel le hacía a Sainz y Hulkenberg la misma genial jugada que Alonso le había hecho en ese mismo sitio a su entonces compañero Massa durante su primera temporada en Ferrari: aprovechar el carril de entrada al pitlane para ganar la posición. Una maniobra tan inusual y arriesgada como perfectamente legal por mucho que algún corresponsal de periódico futbolero aun no se haya enterado.

Independientemente de la genialidad de Vettel, la intervención del ‘safety car’ contribuía aun más a hacer de este Gran Premio uno de esos en los que no sabes a donde mirar de tanta acción que hay en pista. Los monoplazas se volvían a reagrupar y ello metía de nuevo en carrera a los que, como Hamilton, Ricciardo y Raikkonen, habían perdido mucho terreno a causa de los distintos incidentes de esas locas primeras vueltas. Seguían entonces otro buen número de giros en las que se sucedían los adelantamientos, las apuradas de frenada, los ataques por dentro y por fuera. Un espectáculo sensacional que, aunque nos cueste reconocerlo a los más ‘puristas’, era toda una demostración de que, después de todo, igual lo de las parrillas de salida invertidas no es tan mala idea… aunque su justicia desde el punto de vista deportivo sea más que discutible. Y es que, con dos Ferraris, un Mercedes (aunque tocado y no tan eficaz como el que ya se escapaba sin oposición en cabeza) y un Red Bull ‘enterrados’ en medio del pelotón, los cambios de posición estaban asegurados durante otro buen número de vueltas hasta que, poco a poco, la carrera se iba estabilizando una vez que los más rápidos empezaban a acercarse a los lugares que les correspondían.

De todas formas, con la variedad de estrategias que permite el muy acertado cambio de reglas de este año en relación al uso de tres compuestos de neumáticos por fin de semana, los duelos por casi todas las posiciones se mantuvieron prácticamente hasta el final y el interés del Gran Premio no decayó en ningún instante de una carrera que se pasó volando. Una carrera divertidísima, cuyo único punto negativo (ajeno totalmente al desarrollo del Gran Premio) fue poner en evidencia que, definitivamente, el narrador de Movistar+ sabe mucho de Fórmula 1 (sin duda) pero no está a la altura de lo que se requiere en alguien que ha de comentar en directo lo que está pasando en pista. En lugar de ello, no para de perderse en disquisiciones más o menos acertadas sobre lo que este o el otro harán o dejarán de hacer en las próximas vueltas mientras, delante de sus ojos, se suceden luchas a las que no presta la más mínima atención. Pocos seguidores de pago van a lograr con un estilo que consigue aburrir y hasta desesperar a los que somos más que incondicionales del producto. Uno opina que debería haber un término medio entre esto de ahora y el fanatismo histérico del anterior responsable en poner voz a la Fórmula 1 en España… seguiremos esperando a que alguien sea capaz de lograrlo.

Otra carrera floja de los Force India, el mejor resultado lo consiguió Sergio Pérez que terminó undécimo

Alonso retornó en China y acabó justo por delante de Button pero los McLaren volvieron a decepcionar y acabaron fuera de los puntos

Los Haas no brillaron esta vez, Esteban Gutiérrez fue decimocuarto y Grosjean decimonoveno

LIMITACIÓN DE DAÑOS

Después del desastre de la primera curva, que un Ferrari acabase el Gran Premio en el podio, y además en el segundo escalón, con el otro cruzando la meta en la quinta plaza, no deja de ser un magnífico resultado para los de Maranello. La remontada de Vettel demostró una vez más la capacidad del tetracampeón alemán para sobreponerse a las adversidades. Por mucho que todavía haya quien lo minusvalora, Seb es uno de los grandes de la historia de la Fórmula 1, y carreras como la de China lo prueban. Aun con error incluido en la salida, porque en el toque con Raikkoknen es, ante todo, responsabilidad suya, el Gran Premio del alemán en Shanghai fue sobresaliente y deja de nuevo en el aire la duda de si los Ferrari están, de verdad, al nivel de los Mercedes en ritmo de carrera. Personalmente pienso que no, que las flechas plateadas siguen un paso por delante, sólo hay que ver el ritmo de Rosberg cuando abrió hueco, a segundo por vuelta, en cuanto se reanudó la carrera después de la neutralización con el coche de seguridad. Pero el talento de Vettel y el renovado ímpetu de Raikkonen, que este año está rindiendo a un nivel mucho más acorde con lo que se espera de él, pueden hacer que los Ferrari ‘incordien’ más a los Mercedes en las próximas carreras. De momento, al menos en China la fiabilidad ya no fue un problema, y aunque el ‘disparo en el pie’ de la primera curva nos dejo sin comprobar cual podía haber sido su propuesta real en carrera, los daños finalmente no fueron tantos en lo que a puntos se refiere para el campeonato.

También limitó prácticamente al máximo los daños Ricciardo, cuarto de nuevo en la meta aunque también con la sensación de ‘lo que pudo haber sido y no fue’ en su mente después de liderar con pleno derecho las primeras vueltas. Su capacidad para remontar y el magnífico Gran Premio que completó su compañero Kvyat, siendo el primer piloto que no es de Mercedes ni de Ferrari en subir este año al podio, volvió a poner de manifiesto lo que ya comentábamos tras el Gran Premio de Barhéin: el Red Bull tiene, una vez más, un chasis excepcional al que sólo le falta un motor con unos cuantos caballos más para permitir a sus jóvenes y rápidos pilotos convertirse en serias amenazas a la victoria en casi cualquier carrera. De momento, mientras en Renault deciden cuando y cómo gastarse los ‘tokems’ que les quedan para evolucionar sus propulsores, a los dos Danis les quedará la opción de esperar que llueva o aprovechar la oportunidad en trazados donde la potencia sea menos determinante. ¡Ojo con ellos en Mónaco!

Limitar daños también volvió a ser el objetivo de Hamilton, a quien el tocó por segunda carrera consecutiva tener que lidiar con un coche tocado cuyo rendimiento era inferior al normal. Aun así, Lewis peleó con su habitual empeño y protagonizó alguno de esos adelantamientos marca de la casa que pocos son capaces de lograr. Pero, finalmente, se tuvo que conformar con un séptimo lugar que sabe a poco y que, junto a los traspiés de las dos carreras anteriores, le obliga a empezar cuanto antes a remontar si no quiere que la conquista del cuarto mundial, tercero consecutivo, se convierta en una quimera.

Ericsson fue el mejor de los Sauber, en el puesto dieciséis

Los Renault tuvieron su peor fin de semana, y eso que los anteriores ya habían sido flojos, Magunssen acabó decimooctavo y Palmer cerró la tabla

Pascal Werhlein volvió a batir con el Manor a más de un coche en teoría superior

ROSBERG A LO SUYO

Ajeno a todo el ‘maremagnum’ que se sucedía a sus espaldas, Nico Rosberg completó el Gran Premio de China imperturbable en cabeza para cruzar el primero bajo la bandera a cuadros por sexta vez consecutiva y tercera en lo que va de temporada. Otro triunfo claro y rotundo, facilitado, sin duda, por los numerosos incidentes y problemas que aquejaron a sus principales rivales pero que, sea como fuere, le distancia de forma notable al frente del campeonato. Evidentemente, con sólo tres carreras disputadas en una temporada que va a ser la más larga de la historia, queda aun mucho por ver pero, de momento, mientras el resto, por errores propios, problemas de fiabilidad o mala fortuna, siguen fallando, el alemán suma sin parar. Además de ganar puntos, Nico está ganando en confianza en sus posibilidades de acabar emulando a su padre. Y ese me parece un factor aun más clave para que finalmente pueda ser capaz de conseguir, 33 años después, que el apellido Rosberg aparezca de nuevo en la lista de campeones del mundo de Fórmula 1.

Texto: Daniel Cean-Bermúdez - Fotos: prensa equipos fórmula 1

¿Te ha gustado este reportaje? ¡Compártelo! ->