RALLYE RÍAS BAIXAS

¡Ya tocaba! Después de haber asistido a cuatro subidas del Campeonato de España de montaña en los últimos seis fines de semana, dos de ellas coincidiendo sus fechas con pruebas del nacional de rallyes de asfalto, llegaba por fin el turno de nuestro ‘debut’ del 2015 siguiendo en directo este último con motivo de su cuarta cita puntuable, el rallye Rías Baixas. La prueba viguesa, que este año era menos de Vigo que nunca, al no contar con el apoyo de su ayuntamiento, suponía, un año más, el inicio de la ‘temporada gallega’ del certamen que continuará, en junio, con el rallye de Orense, y en agosto, con el de Ferrol.

Un ‘tríptico’ como esos dolomíticos del Giro de Italia ciclista, que justamente concluía también este mismo fin de semana, lo que nos privaba de ver por la tele las dos interesantes etapas de montaña en las que se iba a decidir, el viernes y el sábado, el desigual duelo Contador-Astana. Una pelea desigual en fuerzas, con el de Pinto mostrándose superior a sus rivales, un día Aru, el otro Landa, pero también, en el otro sentido, ya que el equipo kazajo contaba con dos opciones para superar al único y poco menos que solitario representante del Saxo Tinkoff cada vez que la carretera se empinaba. Pero, por apasionante que pudiese estar el Giro ciclista, el trabajo está antes que el placer y, además, de este último también habría en el Rías Baixas, que a uno le siguen gustando demasiado los coches, por mucho que el nacional de rallyes cada vez me atraiga menos y, además, estaba el aliciente de reencontrarme, después de varios meses, con mis buenos amigos gallegos, con Chapi y Nacho a la cabeza del siempre variopinto grupo de ‘quemados’ que se juntan cada vez que se oyen motores y se huele a gasolina por aquellas tierras. Todo ello contribuía a hacer muy llevadero el cada vez menos largo viaje Gijón-Vigo, cuyos 400 kilómetros de distancia se cubren hoy día en poco más de tres horas y cuarto gracias a ser, por fin, todo autovía después de tantos años de retrasos para completar el trazado de la ruta costera que une Asturias con Galicia.

¿VENCERÁN LOS GALLEGOS EN CASA?

Esa era la pregunta que nos hacíamos todos antes de empezar el rallye, una pregunta que se convertía poco menos que en exigencia para los aludidos: Ares, Burgo y Vallejo. Para los tres pilotos gallegos, el Rías, el primero de los tres rallyes a disputar en su región, era poco menos que un ahora o nunca en el objetivo de frenar la imparable marcha de Fuster en el arranque del campeonato. Un nuevo triunfo del levantino sería una losa demasiado pesada que levantar, tanto a nivel de puntos como, sobre todo, de moral. Además, consciente de la motivación extra de sus rivales y sabedor de su amplia ventaja en la general del campeonato, lo lógico era que el líder saliese un poco a la expectativa, dejando que fuesen ellos los que tomasen la iniciativa y, por consiguiente, debiesen asumir los mayores riesgos.

Con todo esto en mente, el pronóstico apuntaba a ’los de casa’, y entre ellos debían ser, sobre todo, Ares y Vallejo los que cargasen con la responsabilidad de defender el honor local… y el interés del campeonato, que iban más que de la mano después del trío de victorias consecutivas de Fuster en los dos rallyes insulares y en el Sierra Morena. Tres victorias que, con el añadido del coeficiente extra del Canarias, eran, en realidad, tres y media, es decir, más de un tercio de los nueve resultados a sumar por cada piloto a final de temporada.

Además, con su equipo, RMC, teniendo que desplazar la mayoría de sus efectivos a Cerdeña, para la siguiente cita del mundial, a disputarse justo en las mismas fechas que la próxima del nacional, en Orense, Roberto Méndez y Miguel Fuster ya habían hablado antes del inicio del rallye sobre la conveniencia de no arriesgar más de la cuenta, ‘hacer caja’ en forma de puntos en el Rías con un resultado de podio y, de ese modo, poder permitirse la no participación en la calurosa prueba de la ciudad termal.

Todo apuntaba, por tanto, a que el cuarto rallye del nacional iba a quedarse en casa… o, más bien, en Cambre, en Meira o en Lugo, ya que si hablamos de piloto de casa en el Rías, ese no es otro que Alberto Meira, también de la partida con su EVO X y ’outsider de lujo’ en una prueba que ganó en aquel ’rallye de película’ que nos inspiró parte de la crónica del 2012. Un triunfo de improbable repetición por muchas razones, desde la mayor competitividad de los Porsche más modernos a la mala racha del de Vincios casi desde entonces, culminada con el fuerte accidente sufrido en esta misma cita hacía ahora un año. Un golpe del que aun no está cien por cien recuperado ni a nivel físico ni, lo que siempre es tan o más importante para un piloto, en el plano de la confianza a la hora de pisar a fondo el acelerador. Algo para lo que se necesitan kilómetros al volante, de los que Alberto ha tenido muy pocos en los últimos doce meses. En todo caso, su mera presencia ya era una buena noticia y un aliciente añadido más… ¿sería capaz de lograrlo otra vez y hacernos escribir una segunda parte de aquella crónica de corte cinematográfico?

El resto de los más de setenta participantes, con la numerosa presencia de pilotos gallegos salvando los números de un nacional que, en realidad, apenas siguen una de forma más o menos asidua una veintena de pilotos (reforzados por los ‘coperos’ de Dacia y Suzuki cuando la prueba puntúa para su certamen, en este caso sólo los primeros), realmente no contaban para la victoria. Entre ellos, las novedades respecto al Sierra Morena eran escasas y se podían contar con los dedos de una mano…sobrando incluso uno, ya que eran un total de cuatro los pilotos no gallegos que salían en el Rías y no lo habían hecho en Córdoba. Uno de ellos era el portugués Joao Ribeiro, que se unía a Fran Cima con otro Clio R3T para inaugurar el nuevo Trofeo Ibérico que Renault organiza para estos coches. Un certamen que, como nos temíamos todos, a la vista los altos costes de participación que requiere un coche de estas características, arrancaba con el mínimo de participantes imprescindible para que haya competición: un total de dos.

Otra novedad era el estreno en el Campeonato de España del interesante KIA ProCeed del cántabro Víctor Pérez, un coche del grupo Nacional 3, es decir, muy cercano a la serie… aunque algo más evolucionado de lo que en su día lo estaba el Corsa OPC de Opel que inauguró la, por desgracia, escasamente concurrida categoría que en sus inicios se denominó ’superserie’ y por la que apenas nadie ha acabado apostando. Prueba de que, a veces, no son sólo los reglamentos los culpables de que haya pocos coches en la línea de salida.

Los dos restantes ‘nuevos’ respecto a Córdoba venían del centro de la península y tenían sus coches alineados bajo un par de las numerosas carpas rotuladas con el logo de RMC que ocupaban casi todo un lateral de uno de los pabellones del IFEVI: Juan Carlos Aguado, que se estrenaba al volante de uno de los Porsche modelo 2007/2008 del equipo de Roberto Méndez, y Alvaro Filip, que iba a debutar con un Mitsubishi EVO X de grupo N.

Por lo que a mi tarea respecta, la única ventaja de tan poca novedad era que, incluso aunque al ser esta mi primera visita del año al nacional de asfalto, todos eran, en realidad, ‘nuevos’ para mi, el repaso a unos y otros por la zona de asistencia era rápido y a eso de las tres ya me encontraba con mis colegas gallegos para acudir con tiempo más que de sobra a los tramos de la tarde. Al igual que el año pasado, nuestro destino iba a ser la zona de las paellas de meta en el tramo de Nigrán, el que cerraba los dos bucles de dos tramos que, con sus poco más de 35 kilómetros en total para las cuatro especiales, iban a significar algo así como el aperitivo del rallye, cuyos platos fuertes se servirían al día siguiente, en forma de seis especiales más, de las que tres (Fornelos, por dos veces, y su variante, Maceira) superaban los 30 kilómetros de longitud.

FUSTER EMPIEZA POR DELANTE EL VIERNES...

Bastaba ver los cronos del primer tramo para darnos cuenta de que todos los pronósticos, las teorías y los análisis sobre el posible resultado del rallye con los que habíamos amenizado la espera hasta el paso de los coches, y en los que se basa buena parte del apartado anterior de este texto, no valían absolutamente para nada. El que, en teoría, iba a salir a ‘verlas venir’, marcaba el scratch y, por si había dudas, lo repetía también en el segundo tramo. Fuster seguía donde lo había dejado en el Sierra Morena, dominando a sus rivales, entre los que Vallejo era el que salía mejor parado, cediendo poco más de cinco segundos, mientras que Burgo y Ares ya se dejaban casi una docena.

Cuarto, a quince, era Meira, que se resistía a no estar en la pelea de los Porsche, aunque su empeño se truncaba al mismo tiempo que una pieza en el eje trasero de su EVO en una zona rápida de la siguiente especial, causando un aparatoso trompo que, por fortuna, se saldaba sin contacto alguno con el ‘escenario’. Su abandono dejaba definitivamente el rallye en otro episodio de esa Porsche Rally Cup que es este año el nacional, ya que el siguiente de los EVOs, el de Jonathan Pérez, ya había cedido casi cuarenta segundos en los dos primeros tramos… y peor le había ido a su compañero de equipo, Cristian García, al romper un semieje y perder minuto y medio.

El bucle que cerraba la jornada del viernes deparaba prácticamente un empate entre los dos primeros, con reparto de scratch entre Fuster y Vallejo, y una décima más a favor del levantino en el cómputo total, lo que dejaba la diferencia entre ambos en 5.3 segundos y planteaba un interesante duelo para el día siguiente. Duelo del que no se podía descartar aun a Ares y a Burgo, aunque se habían dejado, respectivamente, veinte y veinticinco segundos en la corta jornada inicial.

Sin embargo, una cosa son los números y otra las sensaciones. Y diría que estas últimas eran claras: Fuster no había salido con la calculadora como pensábamos, sino dispuesto a sumar su cuarta victoria consecutiva. Y, en efecto, que ya liderase de salida acabaría siendo toda una declaración de intenciones de lo que estaba por llegar al día siguiente.

...Y LE BASTA UN TRAMO DEL SÁBADO PARA SENTENCIAR

Fornelos, casi 33 kilómetros… ese era el ‘desayuno‘, estilo inglés, por su contundencia, que proponía el ‘menú’ del Rías Baixas para comenzar el sábado. Afrontar un tramo tan largo sin calentamiento previo siempre es todo un reto. Hay que acertar con las gomas, que debían aguantar y rendir también luego en el siempre complicado, aunque mucho más corto, As Neves. Hay que afinar con el ’setup’, para ser rápido en una especial que se haría a cerca de cien por hora de media y tener asimismo un coche conducible en el ’botoso’ (que diría Perico Delgado) terreno que venía a continuación. Y, sobre todo, hay que dar, desde el primer metro, con el ritmo adecuado. Porque en un tramo de esa longitud, la diferencia entre ’estar en la onda’ o no estarlo desde la misma salida puede significar, cuando llegues a la meta, no unas pocas décimas sino un buen puñado de segundos. Y en todo eso, o en la mejor combinación de todo ello, parece ser que sólo había uno que acertaba de pleno: Miguel Fuster.

La quinta especial, primera de las seis previstas para la segunda jornada del rallye, arrancaba a las diez menos cinco con la partida del Porsche del levantino, que cruzaba la meta antes de las diez y cuarto… y dejaba el rallye visto para sentencia. El de Benidorm era el único que rompía la barrera de los veinte minutos, contra la que se estrellaban todos sus rivales: Ares cedía 14.7 segundos, Vallejo y Burgo más de 24. En un solo tramo la diferencia entre el primero y el segundo de la general, que seguían siendo Fuster y Vallejo, se multiplicaba por seis, pasando de poco más de cinco segundos a medio minuto exacto… ¡la suerte estaba echada! Quedaba aun mucho rallye, como se suele decir en estos casos, pero todos lo teníamos ya más que claro: Fuster iba a ganar también en Galicia.

ROCK AND ROLL!!

Los cinco tramos restantes lo confirmaban: Fuster sumaba su cuarta victoria del año poco menos que a placer, la cuarta consecutiva en cuatro rallyes con el Porsche 2010. El GT3 blanquinegro funcionaba como un reloj y su piloto marcaba el ritmo que le convenía, siempre rápido pero sin superar nunca los límites. Algo especialmente peligroso en el bacheado As Neves, que su piloto definía como ‘¡¡muy heavy!!’ y en cuyo primer paso se imponía Iván Ares, que también estaba ‘rockero’ y definiría poco después su rápido andar del sábado parafraseando al cantante de ‘Los Ilegales’ con un explícito ‘¡voy a toda hostia!’. Y, desde luego, así de deprisa tenía que ir el de Cambre para superar a Sergio Vallejo quien, ya que hablamos de ‘heavy’ y de ‘rock’, tenía planes al respecto para el día siguiente, asistir en directo al concierto de AC/DC en Madrid.

Pero antes de saltar al ritmo de Angus y compañía, el de Meira se empleaba a fondo en busca de un segundo puesto que el ‘rockero’ ritmo de Ares le había arrebatado en el primer bucle del sábado. Un lugar que Sergio recuperaba en el segundo paso por Fornelos y que el más joven de los Porschistas del nacional (y, por contraste con su edad, el que pilota el coche de modelo más viejo) le volvía a quitar en la repetición del ‘heavy’ As Neves. El duelo entre ambos era el que le daba interés al sprint final del rallye, ya que apenas seis segundos separaban a ambos a falta del último bucle. Una diferencia que se reducía a exactamente cinco en la penúltima especial, el largo Maceira, y casi desaparecía por completo en el último, Santa Marta. En sus menos de nueve kilómetros, Iván se llevaba un par de sustos y acababa librando tanto el accidente como la segunda plaza, en el primer caso por milímetros, en el segundo por cinco décimas. Renta mínima pero suficiente para conseguir otra meritoria segunda plaza que le alza a igual posición en la general del campeonato. Y todo ello con el modelo 2007 del Porsche frente a los 2010 de sus rivales… ¿qué ocurrirá si, finalmente, Iván consigue también salir con el GT3 más moderno? Espero que pronto podamos tener la respuesta.

Se repetía así, con exactitud, el resultado de Córdoba, ya que Vallejo no tenía más remedio que conformarse con la tercera plaza y, a tenor de sus palabras post-rallye, con haber sido el mejor en las segundas pasadas… declaración de esas de ‘tirar la piedra y esconder la mano’. Porque todos sabemos, de sobra, lo que se insinúa siempre en estos casos. Una afirmación que, si no se prueba, no sirve de nada más que para enrarecer el ambiente, ya de por si bastante poco respirable, del nacional. Además, el argumento se me antoja algo así como si los New York Knicks, que acaban de firmar una de sus peores temporadas de la historia en la NBA, proclamasen su satisfacción por haber remontado en los últimos cuartos de partidos que perdían por cuarenta y en los que acabaron cayendo por veinte a base de recuperar terreno cuando los rivales, con la victoria asegurada, ya no ponían toda la carne en el asador… ¿o es que alguien cree que Fuster se empleó a fondo en el segundo Fornelos, en el que incluso empeoró su propio crono anterior?

Cuarto y quinto también eran los mismos del Sierra Morena, Pedro Burgo completando el ‘poker Porsche’ pese a sufrir lo suyo con problemas variados, desde la marcha atrás al freno de mano pasando por la tercera marcha, y Cristian García, que remontaba el sábado tras la desventura del viernes… que le tocaba al día siguiente a su compañero de equipo, y rival en la EVO Cup, Jonathan Pérez, para el que era finalmente la sexta posición de la general.

EL QUE TUVO RETUVO

Apenas le ha bastado un rallye con el Swift S1600 a Berti Hevia para demostrar ese viejo dicho. Si en Córdoba ya ganó entre los dos ruedas motrices pero la victoria llegó, sobre todo, por los problemas mecánicos sufridos por su compañero de equipo, Gorka Antxústegui, en el Rías el triunfo del ‘sustituto de lujo’ que Suzuki se ha buscado para el lesionado Vinyes fue total y sin paliativos. Berti dominó a Gorka de principio a fin, dejando una vez más en evidencia tanto su capacidad para ir deprisa con estos ‘molinillos’, como nos definía con humor a los S1600 cuando le preguntábamos por su readaptación a la categoría, como el escaso progreso que el piloto vasco, otrora gran promesa, viene experimentando en ya ni recuerdo cuantos años como piloto de la marca japonesa.

Es lo que tiene correr sin más rival que un jefe de filas rápido y experto como el andorrano, al que nadie te va a exigir que ganes y al que sólo vences cuando comete un error o tiene un problema. Al final uno se queda poco menos que donde estaba y es una auténtica pena que el único piloto que ha salido de una copa de promoción en el último lustro se haya quedado ahí, estancado y sin dar síntomas de poder ir más arriba. Algo que ya se vislumbraba en todos estos años a la sombra de Vinyes y que la llegada de Berti, todo un bicampeón de España, de acuerdo, pero también un piloto que estaba poco menos que retirado y llevaba dos años sin apenas subirse a un coche de correr, ha dejado definitivamente en evidencia. Eso y, evidentemente, que el que tuvo retuvo, y el asturiano tuvo mucho y todavía estoy seguro de que retiene bastante de todo ello, lástima no poder verlo al volante de un coche que le permitiese pelear de nuevo por la victoria absoluta. En todo caso, de momento ahí está, con dos de dos entre los ‘dos ruedas motrices’ y pensando ya en que sean tres en Orense, donde todo apunta a que estará de nuevo en la línea de salida.

LO QUE VA DE UN AÑO A OTRO

Hace un año, el Rías Baixas le daba a Esteban Vallín y su equipo (y, por extensión, a todos los que los apreciamos) la gran alegría de situarse nada menos que al frente de la general absoluta del Campeonato de España de Rallyes de Asfalto. Un resultado coyuntural pero más que merecido y que, sin duda, supuso un importante empujón para que la marca redoblase su apuesta este año, con una inversión superior que se deja ver de forma espectacular en los parques de asistencia, con el mucho mayor espacio ocupado por el equipo Opel, y en los tramos, con dos Adam, aunque para la pelea por la victoria en su categoría siga siendo realmente sólo uno el que cuenta, el del asturiano. Pero, a veces, el esfuerzo económico no es proporcional a los resultados (al menos, a los deportivos), porque en las carreras dos y dos no siempre son cuatro. Este año, el grupo R2 está más disputado que nunca y a Vallín y el Adam les ha salido un rival formidable en el siempre rápido Víctor Senra y el competitivo Peugeot 208. En Canarias, se impuso Esteban pero en Córdoba fue el turno del gallego, por lo que el Rías se presentaba como un apasionante desempate que podía servir, además, para ver cual puede ser la tendencia en lo que resta de temporada.

Y, en efecto, el duelo entre ambos no defraudaba y se convertía en uno de los alicientes del rallye. El sábado, el empate era total en el primer bucle (‘más cinco’ para Vallín en Chenlo-Morgadans, ‘más cinco’ para Senra en Nigrán) y se resolvía momentáneamente a favor de Esteban en el siguiente, para terminar la primera jornada el del Opel con algo menos de seis segundos de ventaja sobre el del Peugeot.

Este nuevo triunfo, sitúa a Senra al frente de la general, tanto del grupo R2 como de la nueva Copa para vehículos FIA, certamen que parecía creado tan a la medida de Opel como el de dos ruedas motrices lleva estando muchos años para Suzuki (ya se sabe, las marcas que se involucran han que tener luego algo que vender) y que ahora se le complica al equipo del piloto asturiano. De todas formas, queda mucho campeonato por delante y Vallín no es de los que se rinden, su pelea con Senra promete emociones fuertes y no deja de ser, además, una buena prueba de que con los pequeños R2 se puede correr mucho y hacer que el público se divierta. Está claro que nunca vamos a tener ese campeonato ‘económico’ (o, más bien, menos caro), sólo con R2s y grupos N que alguna vez propusimos como posible solución de compromiso a muchos de los problemas del nacional, pero no por ello va a dejar de ser interesante el ‘rallye dentro del rallye’ que proponen este año los Opel Adam ‘oficiales’, los Peugeot 208 de RaceSevEn y los Ford Fiesta de Rallycar. Tres equipos con coches de tres marcas diferentes y hasta con el morbo añadido, para los que también disfrutan con esas cosas, del ‘mal rollo’ entre los que el año pasado iban juntos y ahora van cada uno por su lado.

EN ORENSE HABRA GANADOR DIFERENTE

Si con hacer podio en el Rías ya se planteaba la posibilidad de que Fuster se ‘saltase’ el Orense, su victoria acabó convirtiendo la decisión en definitiva, como piloto y equipo anunciaron apenas un par de días después del rallye vigués. Así que la ausencia del líder imbatido del campeonato hará que, al menos, una cosa sea segura en la siguiente cita de este, hasta ahora, monótono y monocolor nacional de asfalto del 2015: el ganador será, por fin, otro piloto diferente al de Benidorm. El caluroso rallye de la ciudad termal tendrá, por eso mismo, un aliciente extra, algo bien necesario en cualquier prueba de un certamen tan carente de ellos.

Sin Fuster en la línea de salida, será la ocasión para Ares, Vallejo y Burgo de lograr esa victoria que hasta ahora se les ha negado en lo que va de temporada. Un triunfo que, además, en caso de lograrlo el de Cambre le daría el liderato en la general del Campeonato de España. Un liderato ’virtual’, ya que a final de campaña todos deberán restar un resultado, que en el caso de Fuster ya tendrá que ser el ’cero’ de no salir en Orense, pero liderato, al fin y al cabo, que no dejaría de ser toda una bocanada de aire fresco para el certamen, aunque su significado sea más teórico que real.

De todas formas, no adelantemos acontecimientos, que Ares no lo va a tener fácil en Orense, especialmente ante Vallejo. El de Meira necesita más que ninguno esa victoria, después de un arranque de campaña bastante por debajo de lo que se debería esperar del campeón en título, y Orense es la oportunidad perfecta para conseguirla. Y, aunque Burgo se vaya situando, tal vez, en un escalón ligeramente inferior en cuanto a rendimiento que los dos anteriores, estará ahí como tercero en discordia de un duelo a tres entre los Porsche en el rallye que siempre ha sido, tras el Canarias y el Sierra Morena, el más adecuado para los potentes GT alemanes, auténticos dominadores en España de una especialidad en la que ninguno de sus diseñadores pensó nunca que fuesen siquiera a participar y en la que, cosas de nuestros reglamentos, han encontrado una segunda juventud después de concluir su ciclo en las diferentes SuperCup de pista para las que fueron concebidos.

CLASIFICACIONES

RALLYE RÍAS BAIXAS

Pos.

Piloto/Copiloto/Coche

Tiempo

1

Fuster-Aviñó (Porsche)

1:40:54.3

2

Ares-Bañobre (Porsche)

a 0:30.8

3

Vallejo-Vallejo (Porsche)

a 0:31.3

4

Burgo-Burgo (Porsche)

a 2:27.5

5

García-Lisó (Mitsubishi)

a 4:32.0

Clasificación completa (fichero PDF)

CTO. ESPAÑA

Pos.

Piloto

Puntos

1

MIGUEL FUSTER

157.5

2

IVÁN ARES

124.5

3

PEDRO BURGO

120.5

4

CHRISTIAN GARCÍA

93.5

5

SERGIO VALLEJO

77

Clasificación completa (fichero PDF)

Tiempos de los tramos: www.atodomotor.com

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