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11-12|06|2011 SUBIDA A SANTO EMILIANO
Dominio total de los pilotos asturianos, que ganaron las cuatro fases en las dos categorías del Campeonato de España. Fombona y 'Tano' se repartieron las victorias en la I, mientras que Oscar Palacio y Javi Villa, sensacional en su debut en el nacional de montaña, se impusieron en la II. Para Vilariño y su Norma 3 litros encuadrada en el Trofeo Deporte Asturiano fueron los mejores cronos de una prueba que puntuó también para el certamen portugués.

CRONICA

Con una carrera prácticamente cada fin de semana, el tiempo pasa muy deprisa, a veces tal vez incluso demasiado. Y, sin embargo, cuanto más veloz transcurre parece que más lejos quedan fechas que no son realmente tan lejanas. Eso pensaba cuando nuestra buena amiga Lucia nos recordaba que en Santo Emiliano se cumplía un año de nuestro ’debut’ en el uso de Twitter, una herramienta que en estos doce meses se ha convertido poco menos que en ‘imprescindible’ para nosotros desde que ella misma nos la hizo ‘descubrir’ con motivo de la 26ª edición de la Subida a Santo Emiliano.

Y, efectivamente, desde aquel Santo Emiliano pasado por agua del 2010 había transcurrido sólo un año, aunque en mi memoria pareciesen muchos más, llena como está de tantos acontecimientos vividos en los últimos doce meses. Es lo que tiene estar todo el día de aquí para allá, de este rallye a aquella subida, que se van encadenando de un modo aun más vertiginoso que el paso por las curvas más rápidas de los coches que las protagonizan. Un vértigo y una rapidez que tienen en las rampas de la AS111 que parten de Langreo uno de sus principales exponentes y que hacen de la subida a Santo Emiliano una de mis pruebas favoritas. Para alguien como yo, culturalmente ‘circuitero’ y con auténtica debilidad por los trazados ‘ruteros‘ de los años 60 y 70, los 5200 metros que parten de las inmediaciones del economato de HUNOSA son algo así como uno de los últimos reductos de un tipo de automovilismo que ya sólo pervive en algunas pruebas de montaña. Un automovilismo hecho de trazadas a la vez finas y decididas sobre una cinta de asfalto imperfecto que, por unos días, se convierte en ’templo de la velocidad’ mientras que el resto del año es, pura y simplemente, una carretera más. Algo que Santo Emiliano tiene en común con la que era mi ’cita obligada’ de mediados de Junio antes de que en el 2002 iniciásemos la aventura de ’citadecampeones’. Esa cita era entonces con las 24 horas de Le Mans que coincide en fecha, de forma casi obstinada, con la subida langreana.

Cuatro vencedores diferentes en el nacional, Fombona ganó la Fase A de la categoría I...

...y Jesús Fernández se lllevó la victoria en la B...

...mientras que en la II, el sábado gano Oscar Palacio, que se acerca al liderato de la general...

...y el domingo se impuso Javi Villa, completando un fantástico estreno en el nacional de montaña

Depende de cómo se mire, no puede haber dos carreras más dispares en su concepto, por mucho que compartan el hecho de disputarse la misma fecha sobre carreteras que el resto del año están abiertas al tráfico. En Le Mans se compite durante 24 horas consecutivas mientras que en Santo Emiliano los coches apenas si acumulan 15 minutos de carrera en todo el fin de semana. Es algo así como si en atletismo comparamos la maratón con los 100 metros lisos: por un lado la resistencia y el esfuerzo continuado, por el otro la explosividad y el esfuerzo breve. Pero, echándole imaginación, y ayudado por la presencia de una Lola T70, algún que otro GT y el retorno de las barquetas a Langreo, me apeteció buscar este año unos, tal vez forzados e improbables, puntos en común entre dos de mis pruebas favoritas, para usarlos como ‘leiv motiv’ de este reportaje, en el que casi lo de menos van a ser los resultados de una carrera con tantas clasificaciones y ganadores como para llenar un par de hojas sólo con nombrarlos.

Tanto en Le Mans como en Langreo, la carrera se vive ya con intensidad desde antes de su inicio, cuando tienen lugar las verificaciones. En la legendaria cita francesa, los coches se alinean en la plaza principal bajo la atenta mirada del público y a la sombra de una majestuosa catedral gótica. En la cuenca minera asturiana, algunos de los símbolos de la ya decadente pujanza industrial de la zona, como un castillete de mina, una torre de refrigeración o una alta chimenea, sirven de fondo al moderno pabellón de deportes en el que, desde hace unos años, se desarrolla la jornada previa a la competición. Allí se inicia cada año nuestro Santo Emiliano, con la recogida a media tarde del viernes de las acreditaciones y de ese folleto con las fotos de los inscritos que hacemos desde el 2003 y que se basa, precisamente, en los ‘desplegables’ de la parrilla de salida de Le Mans, ilustrados con las imágenes de todos los participantes, que me traje de recuerdo de mis tres visitas a la gran clásica francesa en los años 1999, 2000 y 2001.
Entre las fotos que de los 60 inscritos que mostraba el folleto de Santo Emiliano 2011, se encontraba un coche tan sinónimo de Le Mans como es la Lola T70 del portugués Martine Pereira, que ya conocíamos de nuestras dos visitas a Falperra. Qué estuviese siendo verificada justo cuando empezamos a hacer fotos en el interior del Centro Deportivo Juan Carlos Beiro no hizo sino reforzar nuestra sensación de estar empezando un ’pequeño Le Mans’ que se iba a prolongar durante todo el fin de semana cada vez que sus inconfundibles colores ‘azul y naranja Gulf’ pasaban ante nosotros. Unos colores llevados a la victoria en la edición de 1969 de Le Mans por el Ford GT40 de Jackie Ickx y Jacky Oliver, y convertidos en inmortales por el Porsche 917 que Steve McQueen pilota, en el papel de Michael Delaney, en su proyecto cinematográfico más ambicioso, más catastrófico y más inolvidable para cualquiera al que le guste esto de las carreras, su ’Le Mans’, rodada en 1970 y que es ya toda una ’obra de culto’ para los aficionados al cine y al automovilismo.

Tras ser verificada, rodeada ya de la admiración general, la preciosa Lola del piloto portugués se alineó en la pista polideportiva junto a los otros doce vehículos de pilotos del país vecino que visitaron por primera vez Langreo gracias a la puntuabilidad para el certamen luso que ostentaba este año la subida a Santo Emiliano. La presencia de los portugueses era uno de los alicientes de la prueba de este año, más por la variedad de monturas que por la rapidez de sus pilotos, a los que ya habíamos visto en Falperra y de los que faltaban en Langreo los más competitivos. Aun así, la Juno, la Radical, el Westfield (una réplica más del legendario Lotus Seven), los Escort MKI de circuitos, el Mini o el Mazda descapotable componían una curiosa estampa que añadía variedad a la prueba, lo cual no dejaba de ser sino otra de esas características comunes entre Le Mans y Santo Emiliano que nos sirven de hilo conductor para este relato.

Dos podios para Aznar en la categoría I, el almeriense batió a Fombona el domingo y sigue a su estela en la general del campeonato

Fermín Busta completó los dos podios cien por cien asturianos en categoría II siendo tercero en las dos fases

Doble victoria en GT para Angel Castro, segundo de categoría I los dos días

Se esperaba más del Mosler de Borreguero, que no pasó de la quinta plaza en ninguna de las dos oficiales

A esa variedad en los tipos de coches que competían este año en Santo Emiliano se añadía el retorno de las ‘barquetas’ y los ‘fórmulas’ dentro del denominado Trofeo Deporte Asturiano, en el que, por segundo año consecutivo, tenían cabida los vehículos no homologados para el Campeonato de España. Un retorno propiciado por un inesperado cambio en los criterios de la Federación Española, que tras prohibirlos hace unos años en las pruebas del nacional, y ‘desterrarlos’ también de la categoría regional en las carreras del Campeonato de España, los vuelve a admitir ahora en esta última, en uno de esos vaivenes reglamentarios a los que, desgraciadamente, ya nos tiene acostumbrados. Volver a ver en Santo Emiliano a pilotos españoles con coches de estas características servía, en todo caso, tanto para devolvernos, aunque fuese en papel secundario a efectos de las clasificaciones, a unos vehículos que muchos seguimos asociando con la pura esencia de la montaña, como para demostrar que en esta carrera siempre han sido bienvenidos y que nada tenía que ver su organizador con su obligada ausencia de años anteriores, por mucho que hubiese quien se empeñase en hacer ver lo contrario.

Los ‘no homologados’ y los portugueses permitían además llegar a un número de inscritos digno que el Campeonato de España, por si mismo, no puede garantizar en estos momentos. En un año en el que hasta el nacional de rallyes de asfalto necesita de la copa Suzuki para poder superar la treintena de participantes, y en el que el de tierra ha de unirse al de todo terreno para lograr otro tanto, esperar que la montaña pueda tener más seguimiento es totalmente utópico. Aun así, aunque falte cantidad, lo que no falta esta temporada entre los que siguen la montaña es monturas de interés, algo que ya destacamos en la crónica de la cita inicial del certamen, en Ubrique, y que se ha venido repitiendo en las siguientes. Además, se añadían en esta ocasión el retorno, tras su ‘permiso por paternidad’ de Pedro Roca, y la presencia de pilotos asturianos no habituales en el campeonato, como Jesús Fernández y su Audi, Alberto Ordóñez y su Clio, o Fermín Busta y Joaquín Nachón con sus BRC, a los que se unía en Santo Emiliano la sorpresa de que Javi Villa, tras haber ejercido en ediciones anteriores de piloto del coche ’0’, fuese a tomar parte esta vez en la prueba como participante al volante de uno de los CM de Bango Racing Cars.

La inscripción como competidor de Villa era, indudablemente, uno de los grandes focos de atracción de la prueba, y por lo que a este texto respecta, suponía otra más de esas analogías Le Mans-Santo Emiliano que iba buscando durante todo el fin de semana. En este caso se trataba de algo que fue una de las claves del éxito de la maratón francesa en los ‘buenos viejos tiempos’ y que consistía en la participación en la prueba de pilotos punteros de otras especialidades del automovilismo. Algo que, con el tiempo, se ha ido perdiendo por culpa de los cada vez más restrictivos contratos que ligan a los pilotos a sus marcas, escuderías o programas deportivos, pero que siempre fue parte importante de la ’salsa’ de Le Mans y que, a la escala reducida que es Santo Emiliano respecto a la prueba francesa, se reproducía en Langreo con la presencia entre los participantes de todo un piloto del mundial de turismos y con amplia experiencia en la GP2 como es Javi. A su alrededor se arremolinaban ya los aficionados en el exterior del pabellón de deportes mientras él mismo se encargaba de situar sobre el flamante BRC rojo las últimas pegatinas de los patrocinadores. Y más expectación generaba aun cuando, una vez acababa de verificar, se dirigía a la cafetería Belarmino, donde la organización le había preparado una sesión de firma de autógrafos y gorras, presidida por el coche de correr y por ese simulador de Santo Emiliano que realizamos hace ya unos cuantos años y que sigue haciendo las delicias de chicos y grandes cada vez que se pone en marcha. El acto, en el que Javi derrochaba su habitual simpatía, era algo así como nuestro pequeño y modesto equivalente del multitudinario desfile de pilotos por las calles de Le Mans que cierra cada año el viernes previo al inicio de la competición en el circuito de La Sarthe.

El retorno de Roca dio peores resultados de los previstos, el 'tráfico' el sábado y las gomas el domingo no le dejaron luchar por la victoria

Fin de semana complicado para Aritz Egozkue, que sigue líder del campeonato en categoría II pero sólo con un punto de ventaja

Reparto de victorias en el grupo A, el sábado ganó Abia con el 206WRC...

...y el domingo fue el turno de Maldonado para imponer por primera vez el Córdoba WRC

Al día siguiente, el sábado, tanto en Le Mans como en Santo Emiliano, la acción empezaba a primera hora de la tarde, lo que nos permitía tomárnoslo con calma y llegar a eso de las doce a la zona de salida de la subida, ya perfectamente preparada con el habitual cuidado por los detalles que ponen cada año Sasi, Luis y todo el equipo del Langreo Motor Club. Entre visitar los diferentes ’boxes’, colocar Jose las cámaras interiores y sacar ya las primeras fotos, se pasaba el rato y ya tocaba ponerse en marcha, coger al autobús de prensa y subir hasta la parte alta de la prueba, mi destino favorito para ver ’acción’ en la rapida prueba de la cuenca.

Jose tenía claro que zona grabar, esas rápidas ’eses’ situadas un poco más arriba de la ‘casa de los gitanos’ que suelen ser de los sitios en los que se pasa más en el límite todos los años. Mientras él buscaba acomodo tras el guardarail a la salida del siguiente viraje de izquierdas, yo optaba por la ’tribuna natural’ situada en lo alto del exterior de la anterior derecha, desde donde había una magnífica visión de la izquierda rápida previa. Un sitio seguro e ideal para ver quien llegaba más fuerte, quien trazaba mejor y quien mantenía más velocidad en la complicada sucesión de curvas. Para apreciar y comentar todo esto tenía además un perfecto compañero de tribuna, uno de esos aficionados a los que conozco de vernos en muchas carreras y al que, como me ocurre con muchos de ellos, identifico más por su nick en internet, ’Triske’, que por su nombre de pila. Se trata además, de ‘uno de los míos’ en eso de gustarnos tanto o más los circuitos que las subidas o los rallyes, por lo que la conversación iba y venía entre lo que estábamos viendo, la actualidad de la F1, las últimas noticias del nacional de asfalto o como se presentaban esas 24 horas de Le Mans que, por lo que podía comprobar, no estaban sólo en mi cabeza mientras veíamos pasar a los participantes en Santo Emiliano.

Evidentemente, la primera subida del fin de semana es la que menos dice sobre lo que va a pasar a continuación. Pero, aun así, ya apreciaba detalles que luego se irían confirmando. Por ejemplo, que Fombona subía con las mismas ganas que siempre, sin importarle demasiado el lastre de 50 kilos al que le condenan sus victorias. O que ’Tano’ venía dispuesto a pelear por ese triunfo de los sábados que le resulta siempre esquivo, lo que quedaba claro sólo con ver su generosidad a la hora de ’pisarle a fondo’ entre los dos virajes finales de la serpiente de asfalto que teníamos ante nuestros ojos. O que Villa iba a ’estar en los tiempos’, algo para lo que bastaba con ver el perfecto dibujo que conformaba su trazada de la rápida y complicada secuencia de virajes. La precisión con la que Javi situaba su BRC contrastaba con la exhuberancia mostrada por los Silver de Aritz y Roca, lo que no sorprendía en el caso del joven navarro, al que le gusta jugar con los límites y que apunto estaba de añadir otro arañazo más a la colección de roces ’que no fueron más allá’ con los que está ’adornada’ la carrocería de su S2. Pero si era poco habitual de ver en el caso del balear, que salía tal vez demasiado rápido de la curva anterior lo que le obligaba a alargar más de la cuenta la trazada y le descolocaba ya para los dos siguientes virajes. En ese momento no le daba demasiada importancia a los problemas de ambos para ’dibujar’ bien esas tres curvas, pero vistos los resultados posteriores, aquello no dejaba de ser un síntoma de que los dos pilotos de Silver se enfrentaban a un fin de semana complicado.

El sonido del V8 de la Lola retumbando entre los árboles y anunciando su presencia antes de que su inconfundible silueta entrase en nuestro campo visual, era otro de esos ’momentos Le Mans’ de nuestro Santo Emiliano 2011. La secuencia derecha-izquierda-derecha se podía asimilar, si seguíamos echándole imaginación al tema, a la de los virajes de ’Maison blanche’ en La Sarthe, y hasta el ritmo de la T70 de Pereira, más de ‘resistencia’ que de ‘velocidad’ ayudaba a la algo forzada analogía. Mucho más rápido pasaba otro coche con ‘look Le Mans’, la potente Norma BMW de Vilariño, que tras dos carreras en las que eran otros los que llevaban más caballos ocupaba en este ocasión el papel de ser él quien conduce el coche más competitivo del lote, lo que aprovecharía a la perfección para dominar sin oposición en la categoría II del Trofeo Deporte Asturiano y marcar, como es lógico, los mejores cronos absolutos del fin de semana en otro de esos desafíos que propone siempre la montaña, el de correr contra ti mismo sin necesitar rivales para divertirte o motivarte.

'Viti' se intercaló los dos días entre los mejores del grupo A y ya es virtual campeón de grupo N

Alberto Ordóñez volvió a demostrar su rapidez, subiendo siempre al límite con su Clio

Dos sextas plazas en la categoría II para Joaquín Nachón

Doble victoria en clásicos para Clemente y su afinadísimo Seat 124

Con el sol haciendo incluso su aparición durante buena parte de la tarde, la segunda manga del sábado la seguía desde delante de la ‘casa de los gitanos’, con excelente visión sobre la entrada a esa muy característica izquierda a la que da nombre, y a la siguiente y rápida derecha, una curva delicada que, con la trasera estilo Corvette del Mosler de Borreguero en el centro del objetivo de la cámara, nos transportaba de nuevo a Le Mans, y nos hacía pensar, por un instante, que estábamos a la entrada de la siempre complicada curva Porsche que da paso al vertiginoso sector final de la pista francesa.

La segunda de entrenos nos dejaba otras imágenes que tenían ya más que ver con la subida y que, igual que las vistas antes, confirmaban eso que suele pasar de que lo visto en una curva da bastantes pistas sobre lo que ocurre en el resto del recorrido. En este caso, nos fijábamos en lo muy sobrevirador que se apreciaba al BRC de Busta, algo que sería una constante para Fermín, peléandose durante todo el fin de semana con el volante para mantener ‘bajo control’ la bailarina zaga de su CM05. También nos volvía a llamar la atención la finura y rapidez de Javi, mientras que Aritz volvía a ir muy ‘fuera de sitio’ y Roca subía ‘parado’, lo que pensábamos era por algún problema aunque luego él nos comentaba que, simplemente, había probado en la parte inicial y ya no había querido tirar más en el resto del recorrido. El que si ‘tiraba’, en cambio, era Oscar, motivadísimo para ganar en casa y que era quien, a simple vista, pasaba más rápido por donde estábamos de los que iban a jugarse el triunfo en la categoría II del nacional, algo que confirmaba el crono, situando a Oscar en cabeza… seguido ya por Javi que, definitivamente, iba a estar ‘en los tiempos‘.

Entre los de la categoría I también coincidía percepción y cronómetro: ‘Tano’ hacía pasar a su Audi como un disparo y suyo era el mejor tiempo, seguido muy de cerca por Aznar, al que también veíamos con muchas ganas. Ambos estaban animados por sus cronos, unos ya respetables 31, cuando hablábamos con ellos poco después, ya de vuelta a los boxes una vez completada la subida de entrenos oficiales. De todas formas, ‘Tano’ no las tenía todas consigo, sabedor de que Fombona, de momento a dos segundos, siempre se guarda algo para la subida ‘que vale’. Y aunque José Antonio jugaba al despiste y aludía al lastre como causa para su retraso, todos sabíamos que, aún con más peso, el pentacampeón se iba a ‘tirar’ de forma decidida en la última subida de la jornada.

Una subida que seguíamos desde la zona de salida, con el fin de completar el trabajo fotográfico para la web oficial de la prueba, en la que siempre es importante mostrar todos los aspectos organizativos y que van más allá de ver a los coches en competición. Con Lucia celebrando el cumpleaños de nuestro uso del Twitter a base de enviar ‘tuits’ desde el remolque de dirección de carrera, y Miguel a su lado ejerciendo de speaker, estábamos además perfectamente informados de cómo iba transcurriendo la manga decisiva de la Fase A. El primer asalto del Trofeo Deporte Asturiano tenía a Vilariño como lógico ganador, con un 2.12 absolutamente fuera del alcance de cualquier otro coche de los participantes en la prueba. Entre los turismos no homologados había, en cambio, mucho más interés, con una apretada lucha entre el Simca del murciano Julián Bornás, el AX de Dani Montés y el 205 de Gustavo Sánchez. El de Lorca sorprendía a los locales, batiendo al de Nava por poco más de una décima y al de Langreo por apenas seis, en un apretado sprint que anunciaba emocionante revancha para el día siguiente.

Entre los ‘clásicos’ del Campeonato de España, Clemente imponía su SEAT 124, un coche que corre más cada día, al TVR de Serratosa, que nada podía hacer en una subida en teoría más apropiada para su precioso roadster británico, que con sus colores nos transportaba otra vez a Le Mans, en su caso evocando los Maserati Camoradi o los diferentes coches de Briggs Cunningham que los lucieron en los años cincuenta.

El más rápido de los portugueses fue Paulo José Ramalho, ganador de la categoría 2 del certamen luso con la Juno

Segundo puesto entre los participantes del certamen portugués para la Radical de Filipe Matias

Joaquim Teixeira estrenó su nuevo Seat León ganando la categoría 1 del campeonato de Portugal

El primero en la categoría 3 del certamen luso fue Martine Pereira con su admiriadísimo Lola T70

Enseguida, nuestra atención se centraba en los CM, y con el Silver de Pedro Roca saliendo de los primeros debido a su retrasada posición en el campeonato, conocer su tiempo iba a ser ya una referencia importante. El balear paraba el crono en 2.21.6 un tiempo que se nos antojaba alto e insuficiente para luchar por la victoria, no en vano el propio Pedro ostentaba el record de la subida en dos segundos menos. Aunque en ese momento no lo sabíamos, la causa del alto registro final de Roca estaba en otra de esas circunstancias muy típicas de Le Mans, tener que superar a vehículos más lentos. Algo poco usual en montaña pero que se daba en la subida final del Silver gris, y además por partida doble. La mala fortuna de Eva Martínez con su Clio, que se paraba en plena ascensión, hacía que cuando la piloto cántabra se reincorporaba a pista después de subsanar la avería, lo hiciese tras el paso del BRC del otro cántabro en la prueba, Oscar Bueno, el primer CM de la lista, a continuación de cual venía ya, como un obús, el Silver de Roca. Pedro se llevaba un buen susto aunque, afortunadamente, evitaba lo que horas después le ocurriría en Le Mans al piloto de Audi con cuyo apellido comparte el inicio, Mike Rockenfeller. Mientras el ‘Roca alemán‘ no podría salvar el impacto con el doblado más lento, el mallorquín si que lograba sortear al Clio, aunque ello le costaba un tiempo que le iba a enviar a la cuarta plaza desde el primer puesto que ocupaba al paso por el tiempo intermedio.

El primero de los tres que rebajaban el crono de Roca era Busta, aunque sólo por dos décimas. El siguiente era Oscar, que ya lo hacía de forma mucho más convincente, batiendo el record del balear y poniendo el listón muy alto con su 2.19.4 del que se quedaba muy lejos Aritz, cuyo 2.22 confirmaba las sensaciones que nos había dejado en entrenos y lo que nos había comentado él poco después en la asistencia, que no estaba encontrándose a gusto y los tiempos no salían.

Quedaba por llegar sólo el ‘invitado especial’ de la categoría, Javi Villa, con el que habíamos hablado minutos antes entre foto y foto con los numerosos aficionados que se acercaban a saludarle, darle ánimos y posar con él. Javi se lo estaba pasando genial pero no por ello dejaba de tomarse las cosas en serio y ya estaba analizando donde perdía tiempo y como poder recuperarlo. Me hacía notar que todavía levantaba mucho más de la cuenta en las dos rápidas izquierdas antes de la primera paella, lo que se reflejaba en el parcial, perdiendo un segundo en el primer minuto escaso de subida. Algo que solucionaba en la manga oficial, dejando ese segundo de déficit en sólo una décima, que se mantenía hasta el segundo parcial, situado a sólo 500 metros de meta, al final de la larga ‘recta de arriba’… para ceder medio segundo en la última secuencia de curvas y firmar un, de todas formas, magnífico 2.20.0 que le daba la segunda posición. Un gran resultado para su debut con el BRC, que confirmaba tanto su clase como lo difícil que es ganar a los punteros de la montaña nacional, y que completaba un podio cien por cien asturiano con Busta tercero y con Oscar logrando, por fin, esa victoria que venía buscando desde que inició la temporada en Ubrique. Además, con Villa, Busta y Roca entre él y Aritz, el resultado era magnífico para el langreano que, de golpe, descontaba un buen puñado de puntos a la diferencia que el navarro le llevaba en la general del campeonato de categoría II.

Casi sin tiempo para asimilar el resultado de los CM, él display situado junto a la línea de salida se iluminaba con el crono del número 10, el Audi de ‘Tano’, que dejaba en la pantalla unas cifras muy a tener en cuenta: 2.30.214. Un registro fuera del alcance de los grupo A, entre los que Abia se imponía a Maldonado, pero con el almeriense mucho más cerca que en carreras anteriores, y también inalcanzable para el EVO grupo N de Viti, que se intercalaba entre los WRC. Tampoco los GT se acercaban al registro marcado por el primero de los Audi en meta, superando el Cupra de Castro al Mosler de Borregueron y quedando ambos a la espera del resultado de los dos A4 restantes para ver si podrían ’pisar cajón’ o tendrían que conformarse con la cuarta y quinta posición, como finalmente ocurriría.

El tercer peldaño del podio se lo aseguraba Aznar, aunque no acababa satisfecho de su ascensión y llegaba a meta pensando incluso que se había roto un palier, tanto era lo que ’bailaba’ su Audi. Finalmente la causa de tanto movimiento eran las gomas, que se degradaban en exceso, algo que sería un problema durante todo el fin de semana para muchos de los participantes y que varios de ellos achacaban a la mayor suciedad de la carretera debido a las recientes obras de construcción del circuito para cursos de seguridad vial que ahora ocupa el exterior de la zona donde está situado el punto de cronometraje intermedio.

Quedaba por saber el tiempo de Fombona, y el gijonés demostraba una vez más que sabe muy bien hasta donde puede llegar en entrenos para luego ’meter una más’ en carrera. Del ’discreto’ 33 de la manga anterior, José Antonio pasaba a un 29 ‘ganador’ que dejaba de nuevo a ‘Tano’ con las ganas de vencer un sábado en Santo Emiliano y emplazaba a ambos (y a Aznar) para otro duelo cien por cien Audi el domingo.

Fácil victoria en la categoría II del Trofeo Deporte Asturiano para Vilariño, autor de los mejores cronos del fin de semana con la Norma

El murciano Julián Bornás batió a los locales en la Fase A de la categoría I del Trofeo Deporte Asturiano

Daniel Montes fue el mejor carrozado entre los participantes del Trofeo Deporte Asturiano en la fase B

Gustavo Sánchez fue otro de los destacados entre los que compitieron con coches no homologados, subiendo al podio de las dos fases

Aunque la acción ‘en pista’ ya había terminado, antes de emprender camino caso había que atender un nuevo e inesperado frente. Los pilotos portugueses estaban en conflicto con su federación, y a primera hora de la tarde habían sopesado incluso la posibilidad de hacer un plante. El problema era que en su campeonato se disputan tres mangas oficiales (una el sábado y dos el domingo) de las que se suman los tiempos de las dos mejores. Pero como en el campeonato de España sólo hay una oficial cada día, el conflicto surgía al no aceptar la Federación portuguesa la opción de utilizar también como oficial la segunda manga de entrenos del domingo. Finalmente, los pilotos lusos decidían competir por respeto a la organización y al público, lo que explicaban en una rueda de prensa que se organizaba al final de la jornada y en la que se mostraban encantados con la prueba y el trato recibido, por lo que esperamos que los problemas con su federación se resuelvan y los podamos volver a ver por aquí el año que viene.

Así se completaba una primera jornada que nos dejaba magnífico sabor de boca, y servía de perfecto aliciente para que el madrugón del domingo no importase tanto. En esto Santo Emiliano no se parecía en nada a Le Mans, y mientras en el circuito francés la acción continuaba durante toda la noche, aquí todos nos podíamos ir a dormir para encarar el domingo frescos y con las pilas cargadas a tope. 

Tras un sábado hasta caluroso, en contra de los pronósticos de cielo muy cubierto, el domingo si que amanecía muy nublado y cuando llegábamos a Langreo amenazaba lluvia. Afortunadamente, cumpliendo de forma precisa la broma que llevábamos haciendo todo el fin de semana cuando nos preguntaban por el tiempo y decíamos “tranquilos, la organización lo tiene todo bajo control, está contratado que no llueva hasta que acabe la oficial del domingo”, durante la mañana apenas si caían un par de gotas aquí y allá… para empezar a diluviar justo después de que se completase la llegada a meta del último participante en la manga final del fin de semana… ¡mejor calculado imposible!

Como suelo hacer todos los años, el domingo lo dedico a la parte baja de la subida. Esta vez, mi intención de empezar en la primera paella se iba al traste por culpa de ’problemillas técnicos’ con la conexión del portátil que instalaba en dirección de carrera que me hacían ’perder el bus’, así que optaba por la segunda ubicación que tenía prevista, la privilegiada ’terraza’ en que se convierte la gasolinera de Castro Nalón, desde la cual, en compañía de otro buen amigo de las carreras, Berto, seguíamos la primera manga del día. La ubicación era otra de las que nos permitía seguir ’jugando a estar en Le Mans’, ofreciéndonos una visión que poco tendría que envidiar a la que habría desde los balcones del histórico Restaurante des Hunadieres, situado sobre la larga recta que le da nombre. El guardarail por delante de la verde vegetación, el gris del asfalto ’roto’ por la doble línea continua y la perspectiva ’tres cuartos superior’ de los coches dejaban imágenes que, sobre todo otra vez con el paso de la Lola T70, poco tenían que envidiar a lo que se vería desde una de las habitaciones del hotelito que ocupaba el piso superior del famoso establecimiento.

Para la siguiente manga, seguíamos jugando con las comparaciones entre la pista francesa y la subida asturiana, y nos apostábamos a la salida del puente, en un ya excesivamente forzado remedo de la famosa pasarela Dunlop que permite al público pasar sobre las eses para ir y venir de la populosa verbena de Tertre Rouge a la más tranquila zona de camping en el interior del circuito. Sería en el transcurso de esta subida de entrenos oficiales cuando se produciría el susto del fin de semana, al salirse el BMW del portugués Tiago Barbosa. El golpe era fuerte, y obligaba a intervenir de inmediato al dispositivo de seguridad de la organización. El piloto se quejaba de dolores en una pierna y era evacuado en ambulancia al centro hospitalario más cercano donde se comprobaba que, afortunadamente, no tenía lesión alguna, lo que le permitía emprender ya el camino de vuelta a casa en la misma tarde del domingo. Qué el lunes uno de los periódicos de tirada regional informase de una rotura de pierna por tres sitios nos dejaba perplejos cuando nos enterábamos de lo publicado al día siguiente. Está claro que, una vez más, eso de contrastar las informaciones no es algo que vaya con algunos de los que escriben en la prensa, más preocupados como parecen estar con buscar polémicas y meter puyas sin sentido… que de eso también hubo el lunes… y sobre lo que hablaremos unos párrafos más adelante.

La gran cantidad de líquidos vertidos en la pista por el destrozado BMW obligaba a intervenir a los efectivos del 112, y la limpieza a base de agua a presión añadía una dificultad extra a la manga final, haciendo que bajar los cronos del día anterior se complicase especialmente. Antes de la subida decisiva nos dábamos una vuelta por los ‘boxes’ para charlar con los pilotos antes de lo que, si seguimos con las analogías con las 24 horas de Le Mans, era algo así como la tensa espera antes de tomar el último y definitivo relevo. Entre los turismos, la igualdad había sido máxima en los libres, con sólo tres décimas separando a los tres Audis, mientras que en los oficiales Aznar tomaba ventaja. El almeriense estaba animado y con ganas “Asturias me sienta bien” me decía cuando le comentaba lo rápido que le estaba viendo. A la vuelta de la esquina, Fombona charlaba tranquilamente con Abia, y Tano se juramentaba para continuar con lo que yo le definía como la ‘tradición’ de ganar el domingo en Santo Emiliano.

Angel Candás completó un fin de semanas sin problemas con la Norma y fue bajando tiempos en cada subida

Miguel Angel Granda fue tercero del grupo X en las dos fases.

El mejor clasificado entre los grupo S en la Fase A fue el BMW de Alberto Carrizo...

...mientras que en la B la primera plaza de los S la ocupó el 205 de Jonathan Mortera

Entre los CM, Artiz seguía sin verlo claro mientras Roca todavía le daba vueltas a lo del día anterior, echándose en parte la culpa a si mismo por no haber pedido un minuto en la salida en vez de partir sólo treinta segundos por detrás de Bueno. Al lado, Oscar reponía fuerzas y unos metros más allá, Villa, que ya había sido el más rápido en las dos mangas de entrenos, analizaba al detalle los datos en busca de seguir mejorando en cada subida. Javi había terminado el sábado con la sensación de haberse dejado tiempo en muchos sitios, algo muy lógico dado que era su ‘primera vez’ con el BRC en Santo Emiliano, y el domingo se aplicaba al máximo para ir limándolo pese el handicap de un motor algo menos perfomante que el de sus rivales, como evidenciaba el dato de las velocidades punta, en el que cedía alrededor de 10 kms/h. De todas formas, cuando le deseaba suerte antes de la última manga, la impresión que me dejaba su expresión era de seguridad en sus posibilidades, iba a salir a ganar y mi sensación era de que lo iba a conseguir.

Los dos duelos por la victoria en las dos categorías del nacional centraban toda mi atención, lo que injustamente hacía quedar en segundo plano de mi interés el domingo otro que estaba de lo más apasionante, el que protagonizaban los tres primeros del día anterior entre los carrozados del Trofeo Deporte Asturiano. Esta vez ‘los de casa’ superaban al ’visitante’, teniendo que conformarse el murciano Bornás con la tercera plaza, y jugándose la primera entre Dani Montes y Gustavo Sánchez. Ambos ’subían por lo que valían’ como pude comprobar después viendo las imágenes grabadas por Jose y el resto de amigos que nos echaron una mano para completar los reportajes de TVMotor, pero sólo uno podía ganar y ese era el del AX, que se imponía por apenas décima y media tras protagonizar ambos el duelos más apretado del fin de semana. Todo lo contrario, lógicamente, que lo que pasaba en la categoría II del Trofeo, donde Vilariño no tenía rival, salía sólo en los libres y en la final y se llevaba la victoria con casi diez segundos sobre Angel Candás, satisfecho de su fin de semana con la Norma 2 litros, a la que le falta caballería pero “es un juguete, muy divertida” según sus propias palabras al finalizar la jornada.

Tampoco había cambios respecto al día anterior en la categoría de clásicos, con nueva victoria de Clemente por delante de Serratosa, ni entre los portugueses, con la barqueta Juno de Ramalho marcando los mejores cronos en las dos mangas. El grupo A nacional, en cambio, si ofrecía novedades, con Maldonado confirmando que iba a más en cada subida para lograr el domingo su primera victoria con el Córdoba WRC por delante del 206 de Abia. Entre ambos acababa de nuevo el EVO de ‘Viti’ que, sin rivales de entidad en el grupo N, se peleaba con los grupo A y era séptimo scratch los dos días.

Los GT repetían también el resultado de la víspera, con Angel Castro distanciando con más claridad a Raúl Borreguero, a cuyo Mosler no vimos bien en ningún momento durante todo el fin de semana, y del que esperábamos más en una de las subidas en las que mejor debería poder desenvolverse el precioso GT con los colores de El Panete.

Dejo para el final, a propósito, el desenlace en las dos categorías del nacional, aunque cuando los primeros de los grupos GT, A y N habían llegado a meta, la carrera de los CM ya estaba resuelta desde hacía unos minutos. Al igual que el sábado, esperábamos el crono de Roca con impaciencia, ya que estábamos convencidos de que Pedro iba a estar en la pelea por la victoria. Así que el 2.22.6 que anunciaba Miguel por megafonía nos sorprendía ya que, aun con el handicap de la zona húmeda tras el golpe del BMW, era un tiempo demasiado alto. Algo le ha pasado, pensábamos, pero Roca, con su habitual sinceridad, nos comentaría después que realmente no había ocurrido nada en concreto y que la explicación al mal crono debía de estar en una serie de factores encadenados. De un lado, el uso de calentadores para los neumáticos de cara a la manga final tal vez había sido un error, ya que el diferente comportamiento que ofrecían las gomas con más temperatura no acababa de ir bien con los reglajes utilizados hasta entonces. De otro lado Pedro también asumía su parte de culpa, sintiéndose algo falto de ritmo para competir a su máximo nivel.

Sea como fuere, el crono de Roca no era una referencia válida, y el de Busta, algo mejor pero también por encima de 2.22, tampoco se nos antojaba ‘ganador’. Fermín llevaba todo el fin de semana peleándose con el sobreviraje de su BRC que ya le habíamos observado en los entrenos del sábado, y aunque para la manga final, con goma nueva, el coche ya iba mejor, sus ganas por ‘tirarse’ le hacían cometer un par de errores que le impedían conseguir un mejor tiempo. El siguiente en meta era el ganador del sábado, Oscar Palacio, que rebajaba con claridad el tiempo de Busta pero se quedaba lejos de su nuevo record de CM del día anterior. El langreano pagaba, tal vez, su apuesta por las escasas y difíciles de conseguir gomas blandas, que en un trazado en el que los neumáticos sufren tanto en sus largos apoyos, rendían peor la segunda vez que se las exprimía al máximo. Algo que también comprobaba el otro que las usaba, Aritz Egozkue, aunque al menos ganaba un puesto respecto al día anterior, batiendo a Roca por una décima que le permitía salir de Langreo aun como líder de la general, aunque fuese con sólo un punto de ventaja.

Quedaba por llegar sólo el BRC número 10, el pilotado por Javi Villa. No me importa confesar que tengo cierta debilidad por Javi, nacida de varios años trabajando para él y su padre en los que he visto crecer a un chaval que siempre me ha impresionado por su madurez desde que era apenas un crío. Ello, unido a ese carácter absolutamente encantador que tiene y al innegable hecho de que pilota de maravilla, hacen que esté entre mis favoritos en cualquier competición que tome parte. Por eso, el pasado domingo, mi ‘apuesta’ era que iba a ganar la Fase B de la categoría II en su debut en el nacional de montaña. Algo que Javi lograba, confirmando las sensaciones que me había dejado unos minutos antes y las que me había transmitido ya su paso en la primera de entrenos del sábado. Una victoria con mucho mérito, porque para ningún piloto es fácil salir de ’su medio natural’ para medirse a los mejores de otra especialidad y acabar por batirles. Por eso me molesta especialmente la lectura tan negativa que de su triunfo se hizo el lunes en los periódicos regionales, no se si con afán de menospreciarle a él o a sus rivales o a la montaña en general. Venir a decir algo así como que Oscar, Fermín y el resto de habituales de los CM habían sido poco menos que humillados o ridiculizados por un recién llegado es tener las miras muy cortas, saber muy poco de carreras o tener muy mala intención. Javi es un piloto de primera fila internacional, al que sólo le ha faltado ese último empujón, en forma casi siempre más de dinero que de talento, para llegar a la fórmula 1, y que, ahora mismo, está impresionando a los que ’saben de esto’ en sus primeras carreras en una categoría tan exigente como es el mundial de turismos. Alguien que ha ganado en la F3 y la GP2 y que se permite ya ’tenérselas tiesas’ con todo un Tarquini al volante de un turismo no es un cualquiera y, por tanto, que ese alguien venga a Santo Emiliano es un lujazo que hay que saber valorar. Que, además, se lo tome con  la profesionalidad que lo hizo y acabe ganando a base de correr todo lo que pudo demuestra tanto su categoría como el muy buen nivel de sus rivales. El que se crea que lo que hizo Javi este fin de semana es fácil no sabe ni lo mucho que él vale ni lo deprisa que van los que se la juegan entre árboles, casas y postes de la luz en cada carrera del nacional de montaña. Su triunfo merece más respecto para él y para sus rivales, a los que batirse con un piloto de su calibre también engrandece, justo lo contrario de lo que algunos, no se muy bien por qué, se empeñan en demostrar.

Y casi lo mismo me vale para comentar el triunfo de Jesús Fernández en la Fase B de la categoría II. A ’Tano’ lo acabamos de ver pelearse ’al segundo’ con todo un Berti Hevia y su Skoda Fabia S2000 en el ‘pasillo de su casa’ del campeón nacional de rallyes. Así que a nadie ha de extrañar que en su retorno al nacional de montaña, Chus acabase por ’seguir la tradición’ (maldición la llama él por aquello de no ganar el sábado) de ganar ‘sólo’ la Fase B en Santo Emiliano. Un triunfo conseguido por delante de Aznar, que terminaba el domingo mucho más satisfecho que el sábado, ya que para el almeriense lo importante era haber acabado por delante de Fombona, tercero tras llegar a meta con los frenos echando humo. El gijonés sigue líder del campeonato y, de hecho, sale de Santo Emiliano con un punto más de ventaja de los que tenía a su llegada a Langreo. Pero que no ganase el domingo también demuestra como sus victorias no son fáciles y como, al más mínimo error o problema, sus rivales están ahí para superarle. El mismo nos decía, con humor, cuando le entrevistábamos al final de la carrera “es bueno que no gane siempre el mismo”, opinión que comparto de lo más en serio, ya que cuando se repiten demasiado las victorias para un mismo piloto hay quien piensa que eso es fácil o que no hay rivales de nivel… y tal vez debiesen pensar justamente todo lo contrario.

Hechas estas reflexiones, a medio camino entre lo vivido el domingo y las reacciones que ello suscitó el lunes, me traslado de nuevo con la memoria al final de la jornada, cuando ya dentro del Centro Deportivo Juan Carlos Beiro asistíamos a la entrega de premios. Allí, como para hacerme un guiño que me permitiese cerrar el relato que inicié ya hace unas cuantas páginas, se completaba el círculo en lo que se refiere a esas analogías Le Mans-Santo Emiliano que le han servido de hilo conductor. En lo más alto del podio de Langreo se subían, a recoger sus trofeos de la categoría I y del grupo A2, tres pilotos de Audi… y a mil y pico kilómetros de distancia, tras 24 horas llenas de emoción, también había un trío de pilotos Audi en lo más alto del podio. Evidentemente no era más que una muy curiosa causalidad que Fombona, Tano y Aznar piloten coches de la misma marca que Fassler, Treluyer y Lotterer, pero no me negareis que queda realmente bien para terminar nuestras particulares ’24 horas de Santo Emiliano’. Unas ‘24 horas‘ que fueron, además, el primer cumpleaños de nuestro Twitter, y que me pasaron volando, disfrutando entre amigos de una de mis carreras favoritas y con el broche de ver, el lunes y el martes, las numerosas respuestas positivas que todo el trabajo del fin de semana recibió por parte de la gente que nos sigue a través de TVmotor y Sobre Ruedas y cuyo aliento es, al fin y al cabo, la gasolina que nos sigue moviendo aun cuando, en estos tiempos de crisis, sacar adelante cualquier proyecto sea tan complicado. Aunque sólo sea por ellos, hay que seguir peleando… aunque ello nos impida volver a Le Mans porque tengamos que estar otro año en Santo Emiliano.
CLASIFICACIONES
Campeonato de España - FASE A
Campeonato de España - FASE B
 
Campeanato de Portugal
Trofeo Deporte Asturiano
 
Ya disponibles los DVD de la temporada 2011

Características:
- Estuches con carátula impresa en cuatricomía
- DVDs serigrafiados
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