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El abandono por una inoportuna fuga de aceite en el EVO X de Xevi Pons, cuando el catalán dominaba con autoridad, propició un final al sprint en Ferrol, con victoria para Berti Hevia en su debut con el Skoda Fabia S2000. Vallejo cedió ante el de la Pola en el último bucle y acabó segundo con el Porsche, mientras que Ojeda, que terminó tercero, pudo haber ganado con el Subaru de no ser por las penalizaciones en dos controles horarios.
CRONICA

El Campeonato de España de rallyes de asfalto volvió de sus largas vacaciones de verano apenas un par de días antes que esa gran cantidad de ‘currantes’ para los que el último fin de semana de agosto significa el fin del merecido descanso anual y el inicio de eso que ahora se llama ‘síndrome postvacacional’. Un síndrome que no afectaba precisamente al nacional de rallyes, cuya ‘vuelta al trabajo’ en Ferrol se producía con la mejor lista de inscritos de lo que va de temporada, llena de novedades interesantes de las que, como de costumbre, damos cumplida cuenta en la sección de noticias.

Berti Hevia aprovechó a la perfección la oportunidad para hacer debutar con victoria al Fabia S2000

Vallejo no pudo contener a Hevia pero sumó unos puntos de oro en el peor terreno para el Porsche

Xevi Pons tenía el rallye en la mano hasta que su EVO X tiró todo el aceite del turbo tras la última asistencia

Personalmente, el rallye de Ferrol significaba la ‘vuelta a la carretera’ tras un mes de descanso más o menos obligado en lo que a viajes se refiere. Un retorno esperado con ganas, porque el rallye ferrolano suele ser, cada año, de los que más me permiten disfrutar, tanto por su siempre espectacular trazado como por los buenos amigos que tengo en la zona. De ellos, ‘Juanlu’ y ‘Yoli’ estaban de vacaciones, mientras que el novedoso esquema de la prueba, con arranque competitivo ya el viernes, me iba a complicar el quedar con Luis, que suele trabajar a esas horas de la tarde en las que ya había que partir camino de los tramos. De todas formas, lo del rallye en dos días, con final el sábado a mediodía, lo veía (muy egoístamente, lo reconozco) como buena idea ya que, si todo salía más o menos bien, podía dejar despachado el tema de ‘fotos de acción’ ya el viernes de noche sin forzar demasiado en lo de caminar (¡que todavía no estoy para echar carreras!), dedicar la mañana del sábado a las asistencias y a trabajar en la sala de prensa, y estar de vuelta en casa el sábado a media tarde, con tiempo aun para completar lo que quedase por hacer y hasta salir aun a cenar con los amigos.

Pero ya se sabe que ‘el hombre propone y Díos dispone’, así que el plan no saldría tan perfecto como me hubiese gustado aunque, aun así, acabaría por ‘arreglarme’ con lo que podía conseguir en una no muy afortunada jornada de viernes (en lo que a ver ‘acción’ y sacar fotos se refiere), complementado el material con el que me cedían después tanto César (www.asfaltoytierra.com) como ‘Chapi’ (CronoMotor), cuya ayuda me es cada vez más inestimable en estos rallyes del nacional de asfalto en los que tengo, como era el caso en Ferrol, hasta media docena de ‘frentes’ que cubrir de forma más o menos simultanea. Pero bueno, no voy a aburriros con mis tribulaciones que de los que se trata es de hablar del Rallye de Ferrol… ¡así que allá vamos!  

Para empezar, me encontraba con César y su padre en el FIMO y tras una rápida ronda por las asistencias, con el nuevo Skoda de Hevia como parada obligada (¡que debo de ser de los pocos asturianos que aun no lo había visto en directo!) ya partíamos camino del primer tramo del rallye, San Sadurniño-Moeche. César tenía decidido repetir su ubicación del año pasado, en la popular ‘zona de los bares’, una especie de bucle con un par de cruces y los coches entrando y saliendo del mismo que se me antojaba perfectamente representativo de lo que es cada año el Ferrol: un rallye de tramos laberínticos, carreteras estrechas, piso sucio y lleno de trampas, un rallye en el que equivocarse es facilísimo, un rallye que bien podíamos llamar el de ‘los 1000 cruces’ rememorando así , ‘al estilo Ferrol’, el antiguo nombre del ahora conocido como rallye de Finlandia, ese que para mi será siempre 'el de los 1000 lagos'.

De esos 'mil cruces'  los dos que veíamos ofrecían más al espectador que al fotógrafo, constreñidos como estamos cada vez más a la hora de buscar sitio donde situarnos para sacar alguna imagen. Evidentemente, y como ya casi viene siendo norma este año, de la famosa cinta verde para prensa no había ni rastro, y el asfixiante entramado de cinta roja prohibía taxativamente el que me parecía sitio mejor para las fotos y más seguro para situarse: el interior, en alto y ‘protegido’ de las 'tentaciones' de cortar por una arqueta de generosas dimensiones y un desagüe no menos amplio y amenazador. Vamos, que era una de esas curvas que todos los ‘copis’ tienen anotado, y bien grande, como ¡NO CORTAR! Pero ya se sabe que esto de los montajes de seguridad se dibuja sobre el plano y no sobre el terreno, y ello significa equiparar interior de curva cerrada a zona peligrosa y prohibida ¡que le vamos a hacer!.

Ojeda atacó a fondo los dos días y al final pudo hasta haber ganado de no ser por las penalziaciones

La sensación del rallye fue Iván Ares, cuarto absoluto y primero de la EVO CUP en su debut nacional con el Mitsu

Buen rallye de Monarri en su estreno con el Subaru, quinto pese a algún que otro contratiempo

Así que no había mucha más opción que buscar un hueco en la zona de público, en el exterior y a la salida del viraje, desde donde se atisbaba la salida del anterior cruce, más rápido y de derechas, y se tenía perfecta visión de la frenada para el acusado ángulo de izquierdas que estaba frente a nosotros y tras el que los coches volverían casi ‘por donde habían venido’, reapareciendo fugazmente entre los árboles, al fondo a la derecha, camino del resto del tramo.

Además de la dificultad ‘geométrica’ del trazado, que además de en el cerrado ángulo estribaba en el importante estrechamiento que suponía pasar de la más ancha ‘general’ (por la que vendrían los coches) a la mucho más estrecha ‘comarcal’ (por la que debían continuar), la gran cantidad de gravilla en la intersección y el cambio de un asfalto más o menos liso a otro decididamente roto completaban un cuadro lleno de alicientes… y de teóricas ventajas para los 4x4 y, especialmente, para los N plus, que además de la ventaja de la tracción total podrían contar con el siempre mayor par de sus motores para ganar velocidad lo más deprisa posible tras cada brusca deceleración. Si hay un rallye en todo el campeonato en el que los grupo N puedan ganar a los GT y a los S2000 ese es Ferrol, como ya demostró Burgo el año del famoso ‘huracan Gordon’… y entonces con brida de 32, así que los pronósticos diría que estaban claros, quien más quien menos apostaba por los 'N vitaminados', y de ellos, diría que el EVO X de Xevi Pons era el que tenía más papeletas, todavía en la mente de todos las diferencias que llevaba en Orense hasta aquella mala monta de neumáticos del primer bucle de la tarde.

Y precisamente el Mitsubishi del catalán, en virtud del número 1 que le otorga su liderato del nacional, era el primero en llegar. Y lo hacía visiblemente rápido y con ese paso nada espectacular pero tremendamente eficaz de su EVO X al que ya nos estamos acostumbrando. El contraste del aplomo y decisión con que Xevi y el Mitsu pasaban el rápido cruce de derechas, apuraban la frenada para el ángulo de izquierdas (apuntando al vértice para redondearlo con una trazada casi diría que ‘circuitera’ por lo limpia y precisa) y salían del mismo ‘como un tiro’, traccionando y ‘metiendo hierros’ en rápida sucesión, no podía ser más acusado con la forma de afrontar las mismas dificultades del terreno que nos ofrecía el número 2, el Porsche de Miguel Fuster. El levantino llegaba visiblemente más despacio… bueno, para ser más claro… ¡llegaba ‘parado’! El 911 se mostraba lento y torpe en la horquilla, que trazaba más por fuera que por dentro, y cuando su piloto trataba de acelerar sobre el ya roto y sucio asfalto tras el cruce, la brusca entrada de potencia le hacía ‘levantar’ una y otra vez a medida que subía marchas, las ruedas traseras patinaban y la ‘culera’ del GT alemán amenazaba con descolocarse más de la cuenta. Como el resto del tramo era más o menos similar uno podía imaginar que le había a caer una buena ‘tacada’, tanto con Pons como con el otro N plus que llegaba muy poco después (¡y de que forma!), el Subaru de Ojeda. El actual campeón nacional se ganaba la primera ovación del día a base de ‘tirar’ totalmente de costado el Impreza para encarar la salida del cruce, en una trazada mucho más espectacular y ‘de rallyes’ (¡o al menos de los rallyes de antes!) que la de Pons... otra cosa es que fuese más eficaz, claro.

El cuarto en pasar era Vallejo, demostrando que tiene el Porsche muchísimo más por la mano que Fuster (o que su forma de pilotar se adapta mejor al potente ‘trasera’ de Stutgart… o, simplemente, que tiene ‘más manos’, ¡que cada uno elija la explicación que más le guste!), lo que le permite saber muy bien donde cuando y como usar su exuberante potencia. Con un coche así, un cruce como el nuestro es de esos sitios de perder tiempo, no de ganarlo, así que Sergio lo solventaba con oficio, redondeando el vértice y pisando con decisión una vez el coche bien ‘apuntado’ hacia la salida. Escasamente espectacular pero suficientemente eficaz como para perder mucho menos tiempo respecto al mejor de los N plus del que iba a ceder Miguel al final de los 21.36 kilómetros de especial.

Pese a problemas de frenos y motor, Joan Vinyes volvió a imponerse con claridad al resto de Clios

Jonathan Pérez acabó segundo entre los R3 y se llevó una nueva victoria en el Trofeo Junior

Fran Cima fue uno de los muchos que pincharon el sábado y eso le dejó sin opciones de aspirar a más

El quinteto de teóricos máximos aspirantes a las primeras plazas lo completaba el Skoda deHevia, al que iba a ver por primera vez en acción. ‘Berti’ no decepcionaba las expectativas, llegando realmente fuerte, frenando muy por fuera, como suele hacer en cruces tan cerrados, ayudándose del freno de mano para ‘mover’ la zaga del cuatro puertas checo mientras contravolanteaba para enderezarlo a la salida y tenerlo así perfectamente situado en el momento de dar gas a fondo y aprovechar la tracción total para salir disparado camino del siguiente cruce: espectacular, eficaz y, sin duda… ¡más fácil de explicar que de ejecutar!  

A mi lado, César tenía la radio ‘pegada a la oreja’ y me daba ya los primeros tiempos. Los sentidos no engañaban y los cronos a final de tramo eran fiel reflejo de lo visto en apenas dos curvas: scratch para Pons, claramente más rápido que el resto, tremenda igualdad entre Ojeda, Vallejo y Hevia, con empate entre los dos primeros, a 8.2 del tiempo de Xevi, y apenas dos segundos más para el asturiano… y debacle total de Fuster que cedía nada menos que ¡¡51 segundos!! o, lo que era lo mismo… ¡¡¡dos y medio por kilómetro!!!

El resto ya ‘no contaban’ en la lucha por la victoria (por mucho que yo tuviese ‘buenas vibraciones’ respecto a Yeray con el EVO X de RMC) y los tiempos del primer tramo lo dejaban claro. El único que se quedaba a menos de un segundo por kilómetro de Pons era Burgo, siempre espectacular con ese EVO IX que empieza a parecer obsoleto ante los más eficaces X. Tras Pedro se abría poco menos que un abismo, con el siguiente, Alberto Monarri en su primer tramo con el Impreza, dejándose ya 45 segundos, mientras que a Lemes le ‘caían’ 55, cuatro menos que a Vinyes, que nos deleitaba con una de esas cruzadas 'de mundial' que sólo él parece capaz de sacar de un Clio R3.

Y precisamente el que más se acerca, a veces, en tiempos y en espectáculo al andorrano en la particular y desigual lucha entre los Renault, Miguel Arias era, muy a su pesar, protagonista del primer incidente del rallye. El de Grao y su equipo habían conseguido el ‘milagro’ de estar en la salida de Ferrol con el coche totalmente reparado tras el aparatoso accidente de Avilés, pero la alegría que nos había dado verle y saludarlo en la asistencia unas horas antes se tornaba en tristeza cuando los minutos de pausa tras el paso del exuberante Ferreiro (trompo incluido con su MKI) se explicaban con una neutralización de la especial debido a que el Clio de los Arias había quedado en medio de la carretera, obstruyendo el paso. Según nos contaría Miguel al día siguiente, el accidente pudo ser mucho peor si no llegan a salir rebotados hacia dentro del camino tras golpear con una piedra cuando el coche ya iba totalmente sin control, luego de varios metros ‘de lado’ tras una ‘espantada’ del tren trasero que no hubo forma de corregir. El caso es que, con lo estrecho del camino y con el puente trasero doblado, no había forma de seguir ni de maniobrar para dejar paso, con lo que, uno tras otro, desde el Clio número 11 de Fran Cima hasta el MKI número 35 de Ferreiro, todos tuvieron que detenerse y ver como lo hecho hasta entonces no valía para nada. Eso si, por muy cerca de meta que fuese el golpe, el que con tanto GPS y tanta comunicación como se supone hay hoy día, se diese salida a 22 coches en un tramo que se cubría en 15 minutos nos dejaba ligeramente perplejos aunque, por otra parte, gracias a ello habíamos visto cerca de la mitad de participantes en acción… ¡algo es algo!

Problemas de cambio impidieron a Alvaro Muñiz brillar a la altura de su debut en Orense con el EVO X de Nupel

Otro fin de semana negro para Pedro Burgo, que acabó con una fuerte salida cerca del final

También terminó en accidente el rallye de Egoi Eder Valdés, que debutaba con un Impreza del SRTS

Nuestro siguiente destino era el FIMO, para asistir por la noche al novedoso tramo urbano nocturno, que a nivel de espectáculo nos resultaría totalmente decepcionante, ‘encerrados’ todos los acreditados de prensa en un ‘corralito’ situado tras la zona más lenta de la especial que no ofrecía el menos interés y que, por eso mismo, no da para comentar apenas nada al respecto. Si acaso constatar lo ya de sobras conocido de que en estos tramos ‘no se gana el rallye pero se puede perder’, algo que comprobaban principalmente Ceballos y Ferreiro, sobre todo este último, que en su afán de deleitar a la afición acababa por tocar uno de los siempre amenazadores bordillos, doblando el puente trasero de su Escort y acabando ahí su participación en este Ferrol 2009.

Antes de esto, se habían disputado dos tramos más ‘de verdad’, y estos además ya enteros y sin neutralizaciones. En la única pasada por As Somozas-Ortigueira-As Pontes, Xevi Pons volvía a ser el más rápido, secundado por Vallejo, que ‘desempataba’ con Ojeda, al que también superaba Hevia. En la repetición de San Sadurniño-Moeche, ya con la noche añadiendo su inigualable magia al rallye, el de Meira se hacía con el scratch, del que Hevia se quedaba a sólo una décima pese a ir quejándose desde el primer tramo de problemas con los frenos a medida que avanzaban los kilómetros de cada tramo, lo que le obligaba a ir ‘bombeando’ y, lo que era peor, le hacía perder algo de esa confianza tan necesaria para ‘tirarse’ en busca de los límites… especialmente cuando estos no se conocen aun al llevar tan pocos kilómetros con el Fabia como los que lleva el poleso.

Los cronos de los cuatro primeros en la superspecial se concentraban en el mismo segundo, con scratch para Pons que terminaba la jornada del viernes en cabeza, seguido por Vallejo a 9.9, Hevia a 16.2 y Ojeda, descontento todo el día con el comportamiento de su Impreza, que se mostraba demasiado inestable y poco predecible, a 27.1. Quinto, ya a más de un minuto, iba Pedro Burgo totalmente ‘en tierra de nadie’, ya que el siguiente, Yeray Lemes, ya estaba a más de dos y medio, con Monarri apenas tres segundos detrás y ambos por delante de un Fuster del que ya nos hemos olvidado en el comentario de los tramos posteriores al primero porque, simple y llanamente, ya ‘no estaba’ en el rallye, cediendo segundo 'a puñados' en cada especial y quejándose amargamente de problemas de suspensión, lo que le llevaría a retirarse nada más iniciarse la siguiente jornada.
Los diez primeros los completaban dos pilotos ‘de casa’ con sendos EVO IX, Iván Ares (al que habíamos visto con muchísimas ganas, y trompo incluido en ‘los bares’) y Fernando Rico (siempre rapidísimo en 'su rallye'), cuyos destinos en el rallye seguirían caminos muy diferentes al día siguiente.

Entre los que ya no tenían opción a más que a seguir y tratar de completar el rallye estaba, para nuestra desesperación (y la de nuestro amigo Juan, siguiendo el rallye ‘online’ desde Ibiza, como siempre) Sergio Fombona, al que habíamos visto pasar ‘sonado raro’ por San Sadurniño, y entrar a la asistencia tras el primer bucle con el coche echando un humo sospechoso y oliendo a aceite quemado. El bueno de Sergio llegaba con la moral por los suelos y nos decía que se temía lo peor en cuanto a la salud del nuevo motor, que estrenaba en Ferrol tras la revisión realizada recientemente en Inglaterra. Y aunque en la asistencia se descartaban daños en el propulsor y se detectaba una rotura en los tornillos de los colectores de escape, las opciones del gijonés de hacer algo eran ya nulas, con un Nissan que iba muy al límite a nivel de refrigeración, lo que le hacía calentarse en las zonas lentas… ¡y de esas en este rallye había unas cuentas!

Carlos Márquez tardó en encontrar el ritmo pero se llevó la victoria en el PRR...

...al romper el turbo Senra cuando dominaba claramente a falta de dos tramos

Benito Guerra sufrió para conseguir una valiosa tercera plaza que le mantiene como líder en la copa de RMC

El sábado, mientras los supervivientes de la primera jornada partían camino de Monfero, yo llegaba al FIMO y ‘montaba la oficina’ en la sala de prensa. Ahí me enteraba de la debacle de pinchazos que se producía en la primera especial del día, quinta del rallye, al aparecer en el interior de una derecha una piedra que se ‘tragaban’ buena parte de los que pasaban tras el ‘grupo de cabeza’. Ajeno a ello, Pons propinaba un auténtico ‘hachazo’ a sus rivales, distanciando, al que menos (Ojeda) en más de un segundo por kilómetro, lo que sobre los 18020 metros del recorrido significaba perder 19.5 para el cántabro. Una diferencia que era aun más abultada con Vallejo (26.1) y Hevia (30.9), del que se quedaba a apenas un segundo el que sería, bajo mi punto de vista, ‘el hombre del rallye’, Iván Ares, que empezaba lo que iba a ser todo un recital que le llevaría a remontar desde la novena a la cuarta posición final.

El ‘palo’ que Pons propinó a todos en Monfero-Irixoa, hizo parecer ‘poca cosa’ su nuevo scratch en Monfero-Monfero, donde ‘sólo’ les sacó entre cuatro y cinco segundos a su trío de cada vez más lejanos perseguidores. A la llegada a la asistencia de media mañana, el rallye parecía poco menos que decidido y ello se podía deducir tanto de los cronos como de las caras de unos y otros. Xevi lideraba con comodidad, seguido por su compañero de equipo, Vallejo, a 41.2, mientras que Hevia era tercero pero ya a 1.01, con diez segundos ‘de propina’ en su tiempo total debido a una penalización por retraso en un control luego de tener que detenerse a ‘dialogar’ con un agente de tráfico en uno de los enlaces. Aunque, en eso de los controles horarios peor le había ido a Ojeda, que había ‘picado’ más justo de la cuenta en uno, ‘pagando’ diez segundos por retraso y, posteriormente, un minuto por adelanto en el siguiente, a consecuencia de no haber tenido en cuenta adecuadamente el retraso anterior. Como resultado, Quique, que ahora ya empezaba a ir a gusto con el coche una vez hechos una serie de cambios en sus reglajes, estaba ya a dos minutos y poco menos que descartado de la lucha, no sólo por el triunfo sino, siquiera, por el podio.

Mi habitual repaso de las asistencias de los diferentes equipos me llevaba, entre otras, a la del Team Nupel, donde me llamaba la atención la notable actividad en torno al motor del EVO X del líder. Sacaba un par de fotos y pensaba ‘va a haber que estar atento al control de salida, no sea que tengan algún problema y puedan incluso penalizar’. Así que decidía encaminarme hacia la zona de atrás del FIMO, donde esta cada año el control horario previo al refuelling. Pero, de camino, me entretenía charlando con alguno de los muchos amigos y conocidos que uno va haciendo en esto de los rallyes, y cuando llegaba al lado de la mesa de cronometraje allí no había ya ni rastro del EVO X de Pons… bueno, mejor dicho, el coche no estaba… ¡pero si que había rastro! Observaba un aparatoso reguero de aceite saliendo de la carpa, preguntaba a las cronometradoras de que coche era, me decían que era del 1 y, momentos después, aparecía corriendo Alex Haro, al que interrogaba por lo ocurrido. Su respuesta no dejaba lugar a dudas: ‘se ha roto el tubo de aceite del turbo y hemos tirado todo el aceite’ …¡se acabó! El claro líder y más que probable ganador del rallye estaba fuera de combate, su coche ‘tirado’ tras recorrer apenas unos metros luego de abandonar su asistencia... ¡que mala suerte!

De golpe, el rallye cambiaba totalmente de fisonomía. Quedaban sólo dos tramos y Vallejo era el nuevo líder, con Hevia segundo a apenas veinte segundos. Además, con el tema de los frenos definitivamente resuelto, ‘Berti’ salía decidido a buscar esos límites al Fabia que hasta entonces había intuido más que alcanzado… y el resultado no se hacía esperar. En un terreno más de 4x4 que de GT, el scratch era para Ojeda, Hevia le seguía a 4.6 y Vallejo veía, impotente, como su ventaja sobre el poleso se derretía como nieve al sol, conservando sólo segundo y medio tras los 18 kilómetros del segundo paso por Monfero-Irixoa. ¡Aunque pareciese imposible hace apenas una hora, el rallye se iba a decidir en el último tramo!

Fuster nunca estuvo en carrera y acabó marchándose para casa sin pena ni gloria

Otro espléndido rallye de Bruno Meira, que se llevó el grupo A con su Peugeot 206

El debut de Antxustegui con el Swift grupo A se saldó con una segunda plaza de la categoría

Antes, sin embargo, tocaba sufrir un par de ‘sustos’, en forma de fuertes accidentes por parte de Pedro Burgo y Egoi Eder Valdés, con el de este último obligando a la segunda neutralización del rallye. El gallego, que había tenido problemas de suspensión en el primer bucle, lo que le hacía temer por perder una rueda, seguía, pese a todo, quinto, pero se salía de forma aparatosa y decía adiós al rallye. El navarro, en su primer rallye con el Impreza, tras un inicio dubitativo el viernes, había empezado a sentirse a gusto con el nuevo coche en los tramos de la mañana, como me comentaba en el control previo al tramo que le sería fatal, en el que me decía esa frase que siempre me suena tan ‘peligrosa’ cuando sale de labios de un piloto joven y, como decimos en Asturias, ‘sangrín’. Ya sabéis, eso de ‘ahora ya vamos a ir tranquilos y a terminar’. El golpe que sufrían Egoi y su ‘copi’ Dani Lucas, era de esos ‘malos’, con fuerte y brusca deceleración, lo que aconsejaba la evacuación al hospital, donde, por fortuna, no se detectaban lesiones de consideración en el bravo ‘ex-montañero’, que había sido el peor parado del impacto, producido por su lado.

Llegaba ya el ‘momento de la verdad’, la segunda pasada por Monfero-Monfero que decidiría el rallye. En la primera, Hevia había ganado a Vallejo por 1.2… y había llegado al FIMO con líquido de frenos por dentro del habitáculo. Ahora, con los frenos al cien por cien y, sobre todo, con la motivación extra del ‘olor a sangre’ que para un depredador como Berti es el tener ‘a tiro’ a una presa que está, además, fuera de su terreno, como era el Porsche de Vallejo en caminos tan sucios y rotos, el resultado final parecía poco menos que evidente, por muy improbable que nos pareciese la víspera… ¡el Skoda iba a ganar a la primera! Y, efectivamente, así era. El de la Pola rebajaba su registro anterior en más de 13 segundos y se hacía con el scratch, mientras que Vallejo, aunque lo intentaba, ‘sólo’ podía mejorar en nueve su tiempo previo y se llevaba, además, un pequeño susto, en forma de toque en una rueda que, imagino, le haría pensarse muy mucho el seguir buscando los límites para contener a un rival que, salvo debacle absoluta de todos los que llevan peleando por el campeonato desde principio de año, no cuenta para el título. Así que, de vuelta a Ferrol, el ganador era Hevia, al que recibían con la lógica alegría la gente de B9 Racing, con Felipe a la cabeza y no se si más aliviado por ver que todo el trabajo hecho con el Fabia S2000 daba sus frutos, que contento por un triunfo que creo que ni él ni su piloto contaban con que pudiese llegar tan pronto.

La segunda plaza de Vallejo, en el peor rallye posible para su Porsche (salvo que llueva en el Príncipe o el Llanes, claro) tenía valor de victoria para el de Meira, que sigue en liza por el campeonato. También ‘está ahí’ Ojeda, pero en su caso el tercer puesto, en una prueba en la que los N plus estaban en su mejor terreno, no es precisamente lo que hubiese debido conseguir para pelear por el título.

Tras el trío de cabeza, la gran sorpresa la daba Iván Ares, simplemente soberbio el sábado y que acababa por pasar a Monarri en el último tramo para conseguir un resultado de ensueño en su debut en el nacional con el EVO IX. Quinto era el madrileño, que le daba al ‘otro equipo’ de Subaru su mejor resultado hasta la fecha.

La sexta plaza final era para Joan Vinyes, pese a problemas de frenos y motor que le impedían estar más cerca de la cabeza, algo que a buen seguro hubiese conseguido si el Clio R3 hubiese funcionado a la perfección durante toda la prueba. Tras el andorrano acababa Alvaro Muñiz, que en su segundo rallye con el EVO X de Nupel disfrutaba menos que en el primero debido a un molesto problema de cambio que le retrasaba el viernes, y a ser uno más de los muchísimos que pinchaban en Monfero el sábado.
Quien no pinchaba era Jonathan Pérez, autor de otro rallye lleno de regularidad y oficio muy superior al esperable por su juventud y experiencia. El bueno de ‘Johnny’ sigue acumulando buenos resultados y es nada menos que quinto en la general del campeonato a base de no cometer prácticamente errores, y se distancia al frente del trofeo Junior. Su principal rival en la categoría reservada a los más jóvenes, Fran Cima, era otro más de los dannificados por la ‘piedra pinchadora’ del tramo cinco, terminando décimo y bastante bajo de moral, tras acabar el primer día cerca de Jonathan pese a no llevar esa ansiada evolución de motor para la que el presupuesto no alcanza.

César Palacio por fin consiguió terminar un rallye con el Renault Clio R3

El joven asturiano José Antonio Suárez cumplió el objetivo de acabar su primer rallye del nacional

Auténtico calvario el de Sergio Fombona, que acabó abandonando en el último tramo

Entre los dos jóvenes asturianos de los R3 acababa otro piloto del Principado, Carlos Márquez, que se encontraba en el último bucle una victoria en el PRR con la que soñaba antes de empezar el que es uno de sus rallyes favoritos, pero que se había vuelto imposible enseguida, ante el muy superior ritmo que marcaban Senra y Cabanela. Pero la desgracia se cebaba en los dos gallegos, con un banal pero decisivo problema eléctrico enmudeciendo el propulsor del EVO X de Diego y una rotura de turbo en el de Víctor, cuando encaraba el último bucle con más de tres minutos de ventaja, que se diluían de forma inevitable en las dos especiales que cerraban el rallye, para sorpresa de Márquez, que 'seguía vivo', de milagro tras haber roto un palier en el tramo anteror, que no sabía del problema de su rival y que pensaba que este iba, simplemente, administrando tranquilamente su ventaja. El podio de la copa que organiza RMC lo completaba el mexicano Benito Guerra, tan locuaz como siempre en sus explicaciones sobre cada rallye, y encantado de terminar tras ‘salirme casi en todos los tramos’ como nos comentaba a su llegada al FIMO.

Tras recoger las declaraciones de Benito, que eran las últimas que me faltaban para completar el trabajo, era ya momento de ‘empaquetar’ y emprender camino de vuelta a casa. Este año mi Ferrol no era tan satisfactorio como otras veces, pero el rallye volvía a hacer honor a su fama de ser el más duro del nacional. Una dureza que se extendia al último tramo, de forma cruel, para Sergio Fombona, que no tenía ni el consuelo de terminar y se quedaba 'tirado' con problemas de transmisión (¿grupo?, ¿embrague?). Decididamente este no es el año de Sergio, ya se empezó a torcer todo cuando la 'crisis' canceló los programas deportivos de Nissan y, desde entonces, todo han sido disgustos para el gijonés y los que le seguimos de cerca... ¡a ver cuando cambia la racha!

Así que para animarnos nada mejor que recordar como, tras Ferrol, viene la cita más esperada el año, ese Príncipe IRC-ERC en el que va a haber más calidad que cantidad y para el que ya contamos los días que faltan… aunque sabemos que por cuestiones de trabajo poco vamos a ver en acción a los Meeke, Basso, Vouilloz y compañía, ‘encerrados’ como estaremos en la sala de prensa… cosas de este trabajo que me encanta pero que, a veces, tiene también sus inconvenientes.

Victoria en la copa Swift para el gallego Pablo Rey

Miguel Angel Blanco atacó a fondo en la última especial para hacerse con la segunda plaza

El podio de la Suzuki lo completó otro gallego, Souto

Tras los claros triunfos de Vallín en las anteriores pruebas de la temporada, la copa Suzuki tuvo en Ferrol nuevo dominador, el gallego Pablo Rey, que tomó ventaja ya desde el viernes y nunca vio peligrar la victoria, acabando el rallye con más de un minuto de ventaja sobre sus mas inmediatos seguidores.

Si la primera plaza no deparó emociones, la lucha por el segundo puesto fue ‘a cuchillo’ y hasta el final. De entrada, Vallín parecía tener la situación bajo control, cerrando la jornada del viernes a 19 segundos de Rey y con 23 sobre Souto. Pero el sábado el rallye se le torcería bastante al de Colunga, primero con un trompo en Monfero-Irixoa, luego con un trapecio roto y, finalmente, al quedarse sin pastillas de freno en el último bucle que, por suerte para Esteban, sólo constó de un tramo para los Swift al neutralizarse la séptima especial, lo que unido a la neutralización del primer tramo del viernes dejó el rallye de los Suzuki en sólo seis cronometradas.

Los problemas de Vallín abrieron enormemente la lucha por la segunda plaza, que se decidió en el último tramo a favor del otro asturiano de la copa, Miguel Angel Blanco. Miguel nos comentaba antes del bucle final, cuando era quinto a 14 segundos del entonces segundo, Aitor Fernández, que iba a salir a por ello, y a fe que lo hacía, con un magnífico scratch en la especial que cerraba la prueba que le servía para adelantar a Souto y a Aitor por siete décimas, quedando estos empatados en la tercera plaza, que era para el gallego por su mejor crono en el primer tramo respecto al del Bierzo. Quinto, pese a todo, acababa Vallín, que mantiene de este modo un cómodo liderato y que podría sentenciar ya la copa a su favor en Llanes. 

El leonés Aitor Fernández terminó cuarto

Esteban Vallín no tuvo su día pero la quinta plaza le permite seguir como líder destacado de la general

Sexta posición entre los pequeños Suzuki para el local David García

Aunque paradójicamente es el único de los candidatos al título que todavía no ha ganado ninguna carrera, creo que Xevi Pons ha demostrado ya totalmente en Ourense y Ferrol que, sin “incidencias” de por medio, es el más rápido de los pilotos que siguen el Nacional. Aquí merecía ganar más que nadie.

Como suele pasar en estos casos, ahora hay muchos que quieren dudar de la legalidad del Evo X que lleva Pons, y ante situaciones así nunca pongo la mano en el fuego por nadie, pero en base a 3 aspectos, supongo que aquí lo que marca diferencias no es el coche (que de todas formas parece haber mejorado desde mitad de año) sino el piloto:

El primer aspecto es fácilmente comprobable simplemente viendo cómo pasan por los tramos unos y otros.

El segundo aspecto, aquí en Ferrol, es ver el tiempo de Pons en la primera pasada por Monfero-Irixoa, que Ojeda declaró en meta “no entender” y que luego estuvo a punto de igualar en la segunda pasada (se ve que ya comprendía algunas cosas).

Para el tercer motivo me baso en un análisis comparativo: En los últimos tiempos de su época mundialista, Pons protagonizaba algún que otro “siniestro” peleando por entrar entre los 8 prímeros. Y ahora en el Nacional prácticamente no se le ve ni siquiera llegar apurado a un solo cruce (no me refiero a apurar la frenada, que lo hace de maravilla, sino a cometer errores por llegar sobrepasado), por lo que al margen de que su coche funcione muy bien… yo lo que creo es que la exigencia a la que está sometido para rodar en cabeza, es muchíiiiiisimo menor.

En otro orden de cosas, creo que Hevia protagonizó un magnífico estreno del Skoda, y que Vallejo hizo lo que pudo (especialmente en un tramo quizás más propicio para disputarse en la cita de Cabanas que para meter en él un GT, si bien el bueno de Sergio ya se desquitará cuando lleguen el Sierra Morena y Costa Brava) logrando un buen resultado. En cuanto a Ojeda, lástima de penalización…

Pero sobre todo me ha sorprendido el resultado de Iván Ares, y no tanto por el 4º puesto (que casi es anecdótico, ya que este chico no iba a ganar a Pons y Burgo… ¡sólo faltaría, con 24 años y en su 1ª carrera en un N-plus!) sino por el hecho de haber batido a pilotos con muchísima más experiencia que él en un Mitsubishi, e infinitamente más presupuesto. Basta repasar la trayectoria de Ares para pensar que si contase con los medios de algunos de sus rivales de este pasado fin de semana (o simplemente hubiese nacido en Finlandia, en lugar del banderín de córner de España) otro gallo le cantaría.

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