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Vallejo fue el más rápido en los tramos, pero una rotura de palier y los muy controvertidos hechos que llevaron a su reparación le podría acabar costando la victoria en un Rías de mucho calor y absoluto dominio Porsche. Fuster acabó con el suyo tras el pilotado por el de Meira y Pons completó el podio batiendo con su EVO al Impreza de Ojeda en la lucha de los N plus. ¡Ahora sólo queda esperar la decisión de la federación para conocer el resultado final!
CRONICA

Comentaba yo hace poco con ‘uno de los cuatro amables lectores de estas líneas’ (como diría el genial Leo Turrini de la AutoSprint italiana) que en muchas ocasiones me doy cuenta de cómo mi estado de ánimo durante o después de una carrera se trasluce muy mucho en el resultado de estas crónicas. Venía a cuento de la del Fito, sobre la que el amable seguidor de esta web me decía algo así como “se nota al leerla que te lo pasaste bien allí este año” y no tenía más remedio que darle la razón y reflexionar incluso un poco sobre ello. La reflexión era algo así como “¿será bueno que se ‘note’ tanto si la carrera me gustó o no?”, y la respuesta no la tengo clara, más que nada porque me lleva a una de esas muchas contradicciones que gobiernan nuestras vidas, y que en este caso vendría a ser la siguiente: “si quieres ser todo lo que objetivo que pretendes, tu estado de ánimo no debería traslucir tanto … pero si quieres que lo que escribes tenga un toque personal, entonces se trata precisamente de eso, de que los sentimientos y sensaciones salgan a la luz, aunque la objetividad se pueda resentir”.

Y empiezo la crónica del Rías 2009 a vueltas con esto, que se me antoja algo así como buscar la ‘cuadratura del círculo’, porque el desenlace del rallye vigués me dejó tan mal sabor de boca que me va a ser complicado apartarlo a un lado al escribir estas líneas … mientras que tampoco quiero que la ‘crónica de sucesos’ empañe todo lo demás, realmente bueno, visto y vivido a lo largo de los dos días de mi estancia en las rías bajas. Así que, buscando una solución digamos de compromiso, he decidido ‘aislar’ todo el ‘embrollo’ que cambió por completo la fisonomía de un rallye que era hasta aburrido, al menos en lo que respecta a la lucha por la victoria, y lo convirtió en un lío de descomunales proporciones.

Sergio Vallejo dominó con claridad, remontando incluso treinta segundos de penalización para acabar por delante de Fuster

Miguel Fuster estuvo mucho más entonado que en Cantabria y terminó a espaldas de Vallejo

Xevi Pons dominó durante todo el día entre los N plus y completó el podio final

Por ello, apoyado además en una serie de imágenes que fui captando mientras asistía atónito a lo que pasaba, he concentrado todo el ‘episodio del palier’ en la sección de noticias, dejando (¡o tratando al menos de hacerlo!) para esta crónica los aspectos más agradables de un rallye que, cuando tecleo estas líneas, ya en la noche del lunes, todavía no ha terminado … a expensas de que la Federación decida lo que ya tenía que haberse decidido el sábado y uno todavía se pregunta porque no se hizo. Pero eso, como se suele decir, ya es otra historia, me temo que con demasiados entresijos, politiqueos e intereses encontrados de esos que uno prefiere no conocer … ¡aunque no puede menos que imaginarse! Si acaso, se me ocurre sólo una reflexión: si no se aplica la normativa porque es demasiado difusa o porque quien tiene que aplicarla no es capaz de hacerlo (¡por lo que sea!) entonces, una de dos, o se cambian las normas o los árbitros … pero algo habrá que hacer si queremos que este campeonato de España de Rallyes, en teoría uno de los certámenes automovilísticos más serios e importantes de nuestro país, tenga una mínima credibilidad. Como, además, ya llueve sobre mojado y no es la primera vez que cosas de estas ocurren, (aunque probablemente no tan evidentes), me parece que ya ha llegado el momento de que, quien puede hacerlo, tome cartas en el asunto, caiga quien caiga y afecte a quien afecte. La ley debe de ser igual para todos, lo malo es que muchas veces parece que es más igual para unos que para otros.

Así que tras el ‘desahogo-explicación’ inicial vamos a lo que nos gusta, ¡a hablar de rallyes! Mi Rías 2009 empezaba el viernes con el viaje Gijón-Vigo, algo más de cuatro horas de autopista (sigo prefiriendo la ‘ruta leonesa’, aunque se más larga) que me servían para comprobar como el termómetro que marca la temperatura exterior del coche iba subiendo sin parar a medida que me acercaba a Orense, con ‘picos’ de 36º … y apenas descendía cuando ya me aproximaba a Vigo, en teoría siempre algo menos caluroso por aquello de estar en la costa. A eso de las 6, con el termómetro indicando aun algo más de 30 y el sol brillando fuerte, aparcaba delante del IFEVI, para recoger la documentación de prensa, que venía con inesperado regalo de rosquillas y vino de la zona. Justo a la vez llegaban dos de mis habituales compañeros de cuneta, César y Miguel, y juntos hacíamos un primer repaso a las asistencias, en ese magnífico marco que es el ferial vigués, con las luces de los altos techos de sus pabellones haciendo relucir aun más los coches, siempre tan limpios ‘el día antes de la batalla’.

Ojeda se descolgó algo por la mañana y aunque mejoró por la tarde nunca pudo con Pons

Monarri se impuso en la batalla de los EVO IX N plus y consiguió la quinta posición final

Alvaro Muñiz fue a más a medida que avanzaba el rallye para acabar sexto

Un ‘día D-1’ que esta vez tenía su ‘escaramuza previa’, ya que en lugar de la habitualmente aburridísima ceremonia de salida, la gente de la escudería Rías Baixas le había ‘echado valor’ y había decidido organizar un tramo urbano en las cercanías de la playa de Samil, como aperitivo del rallye. Un tramo que, no tengo reparos en confesarlo, me producía un cierto ‘respeto’, tanto en cuanto a la dificultad que podía representar el controlar al muchísimo público que, con toda seguridad, se iba a acercar a verlo en directo, como en lo relativo a hacer medianamente viable los accesos, los aparcamientos y hasta nuestro trabajo a la hora de hacer fotos en un espacio tan reducido y en el que se iba a concentrar tantísima gente. Así que de justicia es reconocer que no hubo más ‘problema’ que el hacernos rodear doscientos metros para recorrer veinte a la hora de ubicarnos en la rotonda, cuando todavía faltaban bastantes minutos para que rodase el primer coche. Cosas del exceso de celo en seguridad que se dan por buenas si al final todo sale tan bien como salió el tramo ‘Turismo de Vigo’, sin duda un éxito a nivel de público y de repercusión mediática del rallye, y una forma ideal de llevar la competición a un buen número de gente que no se acercaría nunca a un tramo pero que igual, tras ver los coches evolucionar por Samil, se anima a hacerlo en próximas ocasiones.

Como es lógico en estos casos, en los que, como se suele decir ‘no vas a ganar el rallye pero si que puedes perderlo’, los favoritos se empleaban lo justo en las zonas más anchas y tomaban con más cuidado aquellas en las que los bordillos eran más cercanos y amenazadores. Aun así, habían quien regalaba más de una bonita ‘cruzada’ a la expectante afición, destacando en ello especialmente los pilotos ‘de casa’, con Vallejo entrando ‘de lado’ la rotonda, Burgo trazándola prácticamente entera de costado o el siempre agresivo Meira saliendo de ella demasiado ‘alegre’, hasta el punto de marcarse un semitrompo sin mayores consecuencias. Y aunque las diferencias fuesen mínimas (apenas 10 segundos separaban a los 25 primeros) ya era toda una declaración de intenciones el primer scratch de Sergio Vallejo. El de Meira, tras los dos traspiés sufridos en las tres primeras carreras del año, tenía claro que en Vigo debía ‘ganar o ganar’, y se ponía ya a ello desde el ‘prólogo’ … lo que, de paso, me permitía verle por primera vez en acción este año, tras no acudir yo a Canarias y romper el Porsche antes de llegar a ‘mi tramo’ tanto en Villajoyosa como en Cantabria. Una primera ‘visión directa, que merecía la pena, como se puede apreciar en la primera imagen de este reportaje, con el Porsche cruzado y Sergio dominándolo en perfecto contravolante.

Tras ‘hartarnos’ a tirar fotos, era hora de ir a cenar y a dormir temprano, que, como de costumbre en los rallyes del nacional de asfalto, el sábado tocaba madrugar. El plan estaba claro, mirando el mapa veía como punto más ‘accesible’ el marcado como ‘3’ en la segunda especial de los dos bucles de la mañana, la de Covelo. Se trataba del cruce en la localidad de Maceira, donde, causalidades de la vida, estaban precisamente alojados César y Miguel, que me daban las indicaciones precisas de cómo llegar hasta allí desde mi hotel a la entrada de Vigo, sin perderme en el habitual laberinto que siempre son las carreteras gallegas.

El sábado amanecía con cielo totalmente despejado y siguiendo mi particular ‘roadbook’ llegaba sin problemas a Maceira, aparcaba a escasos metros del tramo, me encontraba con mis ‘compañeros de cuneta’ y decidíamos dejar  el cruce para la segunda pasada, para dirigirnos a la espectacular paella que tenían ‘anotada’ de su reconocimiento del día anterior, y que distaba apenas 200 metros de donde nos encontrábamos. Pero la preciosa curva de derechas en bajada era un objetivo demasiado goloso como para que, pese a que faltaba una hora para el paso del primer coche, fuese posible encontrar un buen sitio para trabajar. El exterior, que era el lugar ideal para sacar las fotos, con todo el público situado en el interior como perfecto fondo a los coches trazándola en derrapaje controlado, estaba plagado de cinta roja y no ofrecía lugar mínimamente seguro para colocarse, y el interior estaba ya abarrotado. Tocaba volver sobre nuestros pasos, hacer el cruce y esperar a tener más suerte en la segunda pasada.

Lujua se iba quedando sin marchas y bastante hizo con concluir en la séptima plaza

En su retorno al nacional, Burgo no anduvo fino y para colmo un pinchazo en el último tramo le acabó de retrasar

Víctor Senra era quinto con el EVO X N plus de RMC hasta que tuvo que abandonar

Mientras íbamos y veníamos, el segundo tramo del rallye, primero del día, ya estaba en marcha. El popular As Neves confirmaba los pronósticos: Vallejo y su Porsche eran los más rápidos y ya le metían, como mínimo, medio segundo por kilómetro a los que más cerca osaban situarse. Y estos eran Xevi Pons, con el EVO X, y un motivadísimo Alberto Meira, en su primer rallye con el EVO IX en configuración N Plus. El de Vincios se daba el gustazo de batir a dos de los ‘primeros espadas’ del nacional 2009, Fuster, cuarto con el Porsche, a 9.8 de Vallejo y 1.5 por delante del Subaru de Ojeda.

Y si en As Neves Vallejo había empezado a marcar diferencias, en Covelo, con piso más ancho y favorable en muy buena parte de su recorrido, la ventaja a favor de los GT debía ser mayor. Algo que imaginábamos viendo la zona de tramo en la que nos encontrábamos, y por la que los Porsche pasaban ‘volando bajo’, y que confirmaba no sólo el nuevo scratch de Sergio, otra vez dejando en la frontera del ‘0,5 por kilómetro’ al más cercano, sino también el segundo puesto de Fuster con el otro Porsche en liza, relegando al primer N plus, el EVO X de Pons, a cerca de 6 segundos, distancia suficiente para arrebatarle la segunda plaza de la general, pero ya a casi medio minuto del líder. En dos tramos (bueno, tres con el minitramo del viernes), el  rallye parecía poco menos que visto para sentencia.

Los algo más de 23 kilómetros de Covelo ya servían para ‘abrir huecos’ en la general, entre los que me llamaba la atención el que había entre el Mitsubishi de Pons y el Subaru de Ojeda: once segundos a favor del catalán que en nuestro cruce, apenas a un tercio de tramo, eran ya cinco según les ‘picaba’, contradiciendo el reloj la impresión que dejaban uno y otro, con Xevi muy por el sitio y sin dejar grandes sensaciones de ir al ataque y Kike apareciendo entre las casas que enmarcaban nuestra visual, con mucha más agresividad. Pero ya se sabe que, casi siempre, el crono no es muy amigo del espectáculo, y a la vista de los tiempos de uno y otro la conclusión era clara: el EVO iba mejor que el Impreza, con lo que el catalán no tenía que ‘tirarse’ tanto, y el cántabro necesitaba ‘ir por lo que valía’ para tratar de estar en los tiempos de su rival … sin conseguirlo.

El primer paso por Covelo significaba situar ya en las cuatro primeras plazas a los cuatro más habituales ocupantes de las mismas este año, y planteaba una muy interesante pugna justo tras ellos. Meira, que se había ‘atrevido’ a mezclarse con los ‘cuatro grandes’, pagaba su osadía con un trompo al llevar las gomas algo ‘tocadas’, aunque ello no sería nada comparado con los infortunios que sufriría a lo largo del día el que un buen amigo gallego define como ‘el Atlético de Madrid de los rallyes’, es decir ese que pelea en inferioridad de medios y nunca se rinde, pero al que casi siempre le acaba sucediendo algo malo cuando está a punto de conseguir una meta importante.

Así las cosas, Alberto descendía hasta el octavo puesto y cedía el honorífico puesto de ‘primer EVO IX’ al de su tocayo Monarri, que precedía a la unidad similar de un Pedro Burgo más vistoso que incisivo. El cuarteto de ‘nueves’ en el ‘top ten’ lo completaba el de Alvaro Muñiz, que se quejaba de una mala elección de gomas (demasiado blandas). Su ‘compañero de carpa’ en RMC, Víctor Senra, precedía con el EVO X al batallón de representantes del anterior modelo de Mitsubishi, gracias a un crono ya más cercano a los de Ojeda y Pons que en la especial anterior, al ir cada vez mejor a medida que hacía kilómetros con el N plus tras sus dos rallyes con el ‘diez’ en especificaciones ‘producción’ dentro del PRR.

Sergio Fombona completó su primer rallye con el Nissan 350Z, acabando octavo pese a un pinchazo en el último tramo

A Alberto Meira le pasó prácticamente de todo, lo que le impidió brillar en el rallye de casa

Rodando a un ritmo seguro y regular, Carlos Araujo consiguió meterse entre los diez primeros

Cerraba los diez primeros Sergio Fombona, al que sólo ver pasar por delante nuestro ya me suponía una importante alegría tras ‘no dar un duro por su rallye’ a la vista de cómo había empezado este el día anterior. Y es que el viernes por la tarde, cuando me daba mi primera vuelta por el IFEVI a eso de las 7, es decir poco más de una hora antes del tramo de Samil, el Nissan 350Z EVO emitía ‘ruidos quejumbrosos’ cada vez que se arrancaba, y a su alrededor y bajo él se afanaban los mecánicos y se repartían las piezas recién desmontadas. Mientras, Sergio, tratando de poner a mal tiempo buena cara, nos explicaba la situación: “esta mañana, en el shakedown, notamos una fuerte vibración atrás y llevamos todo el día buscando la causa, primero pensamos que era un casquillo de la transmisión que estaba muy gastado, un tornero de la zona nos hizo uno nuevo, lo montamos y nada … así que ahora están mirando a ver si es cosa de cardan, palieres…”. Al final, casi en el último momento, entre ese fenómeno que es ‘Motorín’ y sus no menos eficientes compañeros en el miniequipo que ha montado Fombona este año, resolvían el problema y el llamativo Nissan rojiblanco del gijonés, que todavía en la superespecial nos había sonado algo ‘raro’, pasaba por Maceira ante nuestros ojos con buen sonido y ese rodar alegre que su piloto le imprime a todas sus monturas. Algo que comunicábamos vía telefónica a nuestro común amigo asturibicenco, Juan Tarrazo, que seguía el rallye de ‘su’ piloto desde Santa Eulalia, satisfecho con los cronos que iba viendo en la pantalla y más tranquilo cuando le decíamos que lo habíamos visto pasar bien.

Mientras los 48 supervivientes se dirigían de nuevo hacia As Neves, con alguna baja notable como la de Miguel Arias, fuera ya tras la primera pasada al tocar con una piedra dañando la dirección de su Clio R3, nosotros emprendíamos de nuevo camino hacia las siguientes curvas tras el cruce. Si antes había gente en la paella, ahora iba a haber aun más, a la vista de la cantidad de espectadores que se dirigían hacia el lugar. Así que, observando que los cámaras de la tele gallega que habían estado a nuestro lado antes, ahora ocupaban la terraza de una casa con vista a la izquierda redonda del final del pueblo, decidíamos que ese podía ser buen sitio, con un enfoque distinto y sin los barullos de estar a pie de carretera ‘peleándose’ a partes iguales con cintas y comisarios como suele ser norma cuando hay tanta aglomeración. Le preguntábamos a la propietaria del inmueble y su respuesta de ‘¿Cuánto pagábamos?’ me la tomaba a broma, acostumbrado a ese tipo de comentarios jocosos cuando en muchas ocasiones hemos ‘hecho de okupas’ en casas o fincas de carreras del regional asturiano … pero no, ¡esta señora iba en serio y ‘cobraba entrada’! Entre que me daba cierto corte dar la vuelta y que, la verdad sea dicha, tenía pocas ganas de ‘pelea’ a ras de carretera, pagábamos el inesperado peaje y tomábamos posesión de nuestro particular palco VIP.

Jonathan Pérez se quedó pronto sin rivales tanto en el Trofeo Junior como en el grupo R3

Un doble pinchazo en As Neves 2 dejó fuera de combate a Fran Cima

Miguel Arias se retiró pronto tras un toque en el que dañó la dirección de su Clio

A todo esto, en As Neves 2, Xevi Pons rompía el monopolio Porsche, aunque el efecto fuese más psicológico que real en lo que respecta a la lucha por la victoria, ya que Vallejo le seguía a sólo 1.2, con Ojeda, más cerca esta vez, a apenas medio segundo más. El que si cedía algo más de terreno era Fuster, lo que le costaba momentáneamente la segunda plaza ante el EVO X de Nupel, que configuraba en esos momentos un resultado perfecto para el potente equipo gallego.

Pero, al igual que en el primer bucle, el más rápido y ancho Covelo era claramente ‘territorio Porsche’. Un territorio en el que, justo bajo nuestro balcón, dejaba su firma el de Vallejo con una ligera ‘escapada’ del tren trasero corregida por el piloto, a base de volante y gas, que dejaba en el asfalto claramente marcadas las anchísimas huellas de goma de sus imponentes slicks traseros. El ‘lobo de Meira’ sumaba otro scratch y elevaba su ventaja sobre el segundo, todavía Pons, a 35.5. El catalán conservaba la segunda posición por sólo 9 décimas sobre Fuster, pero a la vista de lo que quedaba de rallye, con terreno más propicio para los GT y con cada vez más calor, lo que no deja de ser siempre un handicap para los motores turbo como los de los N plus, se nos antojaba complicado que pudiese resistir el presumible acoso del levantino.

Donde si pintaban mejor las cosas para Xevi de cara al resto del rallye era en su duelo por ser el mejor N con Ojeda. El del Subaru seguía atacando a fondo pero los cronos no salían y su desventaja con el Mitsubishi se elevaba ya a 20 segundos. Al menos, el del Impreza ya no tenía que preocuparse por lo que le pudiese venir por detrás, ya que el EVO X de Senra se paraba apenas unos metros tras la paella que seguía a nuestro ‘punto de observacion’. Desde él, escuchábamos primero como el coche dejaba de funcionar y podíamos observar, justo a continuación, como su piloto lo apartaba a un lado, se bajaba y abría el capot, síntoma inequívoco de avería grave. Tras cumplir el triste deber de ser el primero en dar la mala noticia a Roberto Méndez, mi atención se centraba en los EVO IX que iban a tomar el relevo del X en la lucha por la quinta plaza, y entre los que Monarri seguía batiendo a Burgo, y Meira hacía lo propio con Muñiz, mientras Fombona intercalaba su Nissan entre el ‘Mitsu’ del coruñés y el del vasco Lujua, que le pisaba los talones, dispuesto a meterse también en la ‘pelea de los nueves’ que, contra todos mis pronósticos a la vista del mucho calor y lo ‘apretados’ que van con la brida de 36, seguían en carrera sin una sola baja.

Y hablando de bajas, la que yo llamo ‘copa Clio asturiana’, es decir el duelo de los R3 ‘astures’ de Miguel Arias, Fran Cima y Jonathan Pérez, sufría otra más. El Renault de Fran pasaba ante nosotros fuera de orden y rodando despacio, en lo que serían sus últimos kilómetros en el rallye. Un doble pinchazo al ceñirse demasiado en una derecha en As Neves le había dejado tocadas las llantas, y con una rueda pinchada y la de repuesto perdiendo también todo su aire en Covelo, era imposible seguir ya que aun quedaba hacer Fornelos antes de la asistencia del mediodía. Con ello, ‘Johnny’ se quedaba sólo al frente de la Junior y la R3, lo que significaba replantearse el resto del rallye y tomarse las cosas con calma, tras haber corrido realmente lo suyo en los primeros tramos, en los que una décima le daba el liderato de ambas categorías ante Fran.

Espléndido rallye de Bruno Meira, 13º scratch y primero del grupo A con su 206 del Volante RACC gallego

A Mario Ceballos le está costando coger el ritmo del nacional, en el rías acabó 14º

El portugués Oliveira consiguió terminar pero lo hizo muy lejos de Pérez entre los R3

Una vez completado el paso de todos los participantes, me dirigía ya de vuelta a la asistencia, y por la autopista, con el termómetro de nuevo en los 35 grados, la radio me mantenía informado de lo acontecido en el último tramo de la mañana. El scratch era para Fuster, con lo que el levantino consumaba su adelantamiento a Pons en la segunda plaza de la general. Se llegaba así a mitad de rallye, y Vallejo era líder con algo más de medio minuto a su favor respecto a Fuster y Pons, pero su ventaja era mucho más clara en cuanto a la sensación que daba de tener el rallye bajo control. Con Ojeda cuarto, ya casi a un minuto, y Monarri quinto, a cerca de dos y conteniendo a los EVOs locales de Burgo, Meira y Muñiz, la mayoría de posiciones parecían tremendamente definidas, lo que, egoístamente, hacía que quedarme en el IFEVI, a cubierto del sol y adelantando trabajo en la sala de prensa, fuese realmente lo que más me apetecía hacer. El rallye parecía más que resuelto, había visto ya tres tramos, sacado un montón de fotos muy variadas y, además, hacía un ‘sol del carayo’, como decía el grupo musical aquel de los 80 y su Galicia Caníbal … y yo soy demasiado ‘del norte’ para llevar bien eso de estar más horas de la cuenta bajo los rigores del astro rey, así que la sombra de la sala de prensa era todo un alivio tras el calor pasado durante toda la mañana.

El primer bucle de la tarde empezaba con el segundo paso por el corto Fornelos, que era para Vallejo, quien también se hacía con el scratch en Ponteareas, con lo que su diferencia se acercaba ya a los 40 segundos sobre Fuster. El levantino, además, se estaba distanciando ya con claridad de Pons, al que Ojeda superaba en el parcial, pero por apenas un par de segundos y estando todavía lejos de él en la general. En la sala de prensa, comentaba con el periodista gallego Miguel Alvarez que el rallye estaba más que visto para sentencia y que, a decir verdad, ya venía así desde el primer tramo de la mañana. Confieso que la palabra ‘aburrido’ se escuchaba más de una vez en nuestra conversación mientras revisábamos los tiempos en la pantalla del ordenador … un aburrimiento que, a la vista de todo el lío que se desencadenaría minutos después, hubiese preferido que siguiese hasta el final.

Y es que en Mondariz, de repente, todo lo que no había pasado a lo largo del día parecía ocurrir de golpe. El primer sobresalto era para Fuster, que trompeaba cerca de meta, cruzaba la célula marcha atrás, y veía como su crono marcado de forma tan ‘sui generis’ era superado, en rápida sucesión, por Pons y por Ojeda, que estaba empezando a obtener los tiempos que por la mañana no conseguía. Pero el ‘vuelco’ al rallye y a los corazones de la afición gallega llegaba justo a continuación. El Porsche de Vallejo completaba la especial a paso lento, perdía casi la mitad de su ventaja respecto a Fuster y, lo que era peor, estaba ‘gravemente herido’, ya que rodaba con un palier roto. Lo que pasó a continuación lo tenéis desarrollado en la sección de noticias del modo más neutral y objetivo que me ha sido posible explicarlo, pero resumiendo y no resistiéndome a dar mi opinión al respecto, diría que significó un episodio de esos en los que sale a relucir lo mejor y lo peor. Lo mejor, el enorme pundonor de los Vallejo, tratando de seguir ‘como fuese’, y los gestos de solidaridad desinteresada de compañeros como Muñiz o Fombona, que escoltaron al tocado Porsche en el largo enlace hasta el IFEVI. Lo peor, los excesos de un equipo en el que algunos de sus componentes se vieron superados por la situación de enorme presión que se produjo, y llevaron más allá de lo que pienso se puede considerar por aceptable aquello tan loable en cualquier competición de ‘buscar la victoria a cualquier precio’ … algo que se debe de hacer sin superar ciertos límites, no ya deportivos, sino, simplemente, de los que marca eso tan pasado de moda que se llamaba hasta hace poco ‘buena educación’.

José Gómez hizo buena publicidad de su 206 en venta, rodando rápido y terminando 16º scratch

Sólo dos clásicos en meta, siendo el Escort MKI de Ogando el que acabó mejor clasificado

El Puma de Antonio Pérez fue el primero del dúo de regionales que completaron el rallye

Cuando finalmente el Porsche pasaba el control de salida del IFEVI, tres minutos más tarde de su horario previsto, lo que significaba una penalización de 30 segundos, el liderato del rallye cambiaba de manos con sólo dos tramos por delante. El primero era ahora el Porsche de Fuster, con casi diez segundos a su favor que un enrabietado Vallejo le arrebataba de un plumazo en el segundo paso por Ponteareas. Pasase lo que pasase, en los tramos este rallye sólo podía tener un ganador, y ese era Sergio Vallejo, que refrendaba el primer puesto con otro claro scratch en Mondariz que elevaba su ventaja final a 9.7 segundos, más que suficientes para darle el triunfo … a la espera de la decisión final sobre todo lo acontecido que, sorprendentemente, no se tomó en la que debió ser toda una ‘noche de cuchillos largos’ en los pasillos y despachos del recinto ferial vigués.

Una vez vistos en la pantalla los tiempos de los diez primeros, entre los que había más de un sobresalto de última hora, con postreros pinchazos de Burgo y Fombona, que hacían bajar al gallego del sexto al undécimo, mientras dejaban al asturiano en el octavo que ya ocupaba. Sergio, que llegaba cansado pero satisfecho por haber acabado un rallye que había empezado con tan malos augurios, perdía un puesto ante Lujua (renqueante toda la tarde al ir quedándose sin marchas y, cerca del final, también sin dirección asistida) pero era de los cinco que rebasaba a Burgo, encabezados por Alvaro Muñiz, que acababa finalmente sexto, segundo entre los EVO IX cuyo liderato mantuvo siempre el cada día más convincente Alberto Monarri, quinto absoluto del rallye.

Los diez primeros los completaban el Clio de Jonathan Pérez, que nos comentaba haber tenido un rallye tranquilo una vez sus principales rivales fuera de combate por la mañana, y el EVO IX, exPRR de Carlos Araujo, muy regular todo el día y que acababa sacando provecho de los problemas de Burgo y de Meira (dos trompos, diferencial trasero, pinchazo … lo dicho ¡el pupas!) que terminaban respectivamente once y doce.

A la llegada al IFEVI, mientras esperábamos a que Ojeda atendiese a una radio local, Fuster respondía amablemente a un aficionado que le felicitaba por su rallye y le decía algo así como que ‘el Porsche de los Vallejo corre mucho’, a lo que el levantino contestaba con un admirativo ‘¡los que corren mucho son ellos!’. Aprovechaba entonces yo para preguntarle su opinión sobre todo el ‘affaire’ de la anterior asistencia, de cuya resolución podía depender que el triunfo acabase en sus manos, y Miguel era tajante, su respuesta era algo así como: ‘los rallyes se ganan en la carretera, yo no quiero problemas, somos pocos en esto y tenemos que llevarnos bien’ que, por su parte, daba carpetazo al asunto. Y es que, por mucho que a lo largo del día más de uno se empeñase en buscar enfrentamientos entre los pilotos, al final todos ellos, cada uno en su papel y en sus circunstancias, cumplieron su cometido. Su obligación es tratar de ganar, llevando al límite el coche y, a veces, hasta el reglamento. Y si superan ‘la línea’ en este último apartado es entonces obligación de otros tomar las decisiones adecuadas para evitar que hechos como los de este Rías 2009 se repitan.

Mientras ya empezaba a darle vueltas a todo esto, aparecía de nuevo entre una salva de aplausos pero esta vez sin mayores sobresaltos, el Porsche de los Vallejo. En la carretera, o más bien diría, en los tramos, el rallye era suyo, con total y absoluto merecimiento. ¡Que al final lo hayan ganado o no ya es otra cosa!

Estebán Vallín arrasó en la Swift, ganando todos los tramos

Pablo Pazó fue el unico que pudo seguir no muy de lejos a Vallín, terminando segundo

El podio de la Swift fue para otro de los gallegos, Pablo Rey

El resumen de la Copa Swift se puede hacer con dos palabras ‘Vallin imbatible’. El de Colunga es el ‘Sebastien Loeb’ del monomarca de Suzuki, mostrando igual rapidez, eficacia y ansia de ganarlo todo que el pluricampeón mundial, y en el Rías su demostración fue aun mucho más aplastante que sus ya claras victorias en Villajoyosa y Canarias. Esteban hizo pleno en Vigo, no sólo ganando el rallye con unas diferencias inusuales en una copa habitualmente igualada (un minuto al segundo … dos y cuarto al tercero … ¡más de cinco al cuarto!) sino llevándose el botín máximo de puntos al apuntarse todos y cada uno de los once tramos en disputa ¡que manera de abusar!

Tras la inalcanzable ‘bala verde’ del asturiano, los pilotos locales coparon las tres siguientes plazas, con el rapidísimo y espectacular Pazó como única mínima alternativa a Vallín en ambos apartados: show (como mueven la zaga de los Swift ambos, con más control y oficio Esteban, con toda la garra del mundo Pablo) y velocidad (el gallego también distanció con gran claridad al resto). El podio lo completó el experto copero Pablo Rey, que perdió tiempo por un pinchazo, aunque menos que el que cedió el tercer gallego en las primeras plazas, Manuel Souto, que remontó finalmente hasta la cuarta posición en el último tramo, tras ganarle el puesto a Diego Pinilla.

Sexto acababa el segundo asturiano de la copa Swift, Miguel Angel Blanco, quien sufría lo suyo con un coche todavía con secuelas del fuerte golpe de Canarias, pero conseguía sobreponerse a todos los problemas para llegar a la meta y sumar unos siempre importante puntos. 

Color local también en la cuarta plaza, que ocupó Manuel Souto

Diego Pinilla se hizo con la quinta plaza entre los Swift

Sexta posición muy trabajada para el otro asturiano de la copa Suzuki, Miguel Angel Blanco

La rotura de un palier es una circunstancia mecánica más o menos común en competición, algo muy posible en un rali, máxime cuando éste resulta tan duro como el vivido este fin de semana. Pero en el Rías Baixas Vodafone 2009, esa simple circunstancia mecánica acabó derivando en un escándalo de magníficas proporciones.

De no ser por ese palier que se rompía, los medios hablaríamos de la magnífica y merecida victoria de los Vallejo, con diferencia los más rápidos bajo el ardiente sol y sobre los tramos vigueses, en una prueba organizada con esmero por parte de la Escudería Rías Baixas, que además ha pasado con buena nota (como de costumbre, me atrevo a decir) el examen que supone innovar con algo que desde hace tiempo algunos venimos proponiendo, como es el acercar el espectáculo a las ciudades y sustituir las insulsas ceremonias de salida con tramos urbanos, a ser posible (como fue aquí el caso) con retransmisión televisiva.

Un palier que se rompe, un equipo que posiblemente por su actual hipertrofia gestiona con poco tacto una situación tensa ante otra escuadra, pilotos que se echan una mano para seguir en carrera (algún día, pasado este jaleo, tal vez tendremos que discutir por qué está realmente penalizado, cuando para mí es un detalle de deportividad), un clasificación en suspenso, y en resumen, unas circunstancias que no dejan en muy buen lugar la imagen de nuestro deporte, pero que al mismo tiempo también nos van a aportar noticias y titulares en los próximos días y semanas, cuando los comisarios dicten sentencia.

Como de costumbre en estas cosas, nadie está libre de pecado y es mejor no erigirse en paladín de la legalidad ante los deslices ajenos. Lo digo porque leyendo a un maestro como Ricardo Muñoz en su blog, veo que comienza un post diciendo que “En el Mundial cuando un coche es empujado por otro fuera de tramo, se le excluye.” Mi pregunta al veterano señor Muñoz, como humilde periodistilla de provincias que soy, es si en el IRC también se hace.

Por otra parte, debo decir que valoro muy positivamente lo que ha aportado Laboratorios Nupel a los rallyes españoles en los últimos tiempos, y que el señor Jorge Dorribo es muy libre de decidir dónde invertir su dinero y qué deportes patrocinar, si es que considera que el automovilismo español le trata injustamente (y es más, creo que algo de ello ha habido en determinados casos). Pero si se da el caso de que un equipo comete una infracción, se le detecta, y ante la posibilidad de ser sancionado amenaza con abandonar una competición, yo no puedo evitar pensar que estamos ante un caso como el de los niños que se enfurruñan cuando no se les deja ganar en el patio del recreo, y concluyen su pataleta con una frase del estilo de “Pues la pelota es mía y ahora me voy”.

Con R.Muñoz sí concido en una cosa: Ojalá las aguas se calmen.