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Fombona dejó sentenciado el Campeonato de España a falta aun de dos pruebas, tras sumar dos nuevos triunfos en Chantada, elevando su cuenta a un imbatible nueve de diez que le pone fuera del alcance de sus rivales. Roca también hizo doblete y se aseguró el título en CM, y Jesús Alvarez tiene ya casi en la mano el de CM1, mientras que los de los grupos A, N, GT y Clásicos están aun por decidir, especialmente este último, muy peleado entre Serratosa y Clemente.
CRONICA

Tras siete temporadas consecutivas siguiendo prácticamente al completo el nacional de montaña, el hecho de repetir siempre los mismos lugares tiene tanto sus ventajas como sus inconvenientes. Por un lado, conoces ya ‘el terreno’ y ello siempre facilita desde el viaje y la búsqueda de alojamiento o ‘lugares de reportaje’, hasta el trabajo, al saber ya como funciona cada carrera o en que curvas se pueden sacan mejores fotos. Por otro lado, aunque la comodidad sea mayor no dejas de tener una sensación de ‘deja vu’ que puede acabar derivando en una cierta monotonía o en acabar por hacer algunas cosas un poco con ‘el piloto automático’.

Así que el doble retorno del Campeonato de España de montaña a Galicia, la gran novedad del corto calendario 2009 de la especialidad, se presentaba como un aliciente siempre bienvenido, con el ‘valor añadido’ para los que acudimos desde Asturias de suponer viajes mucho más cortos que los habituales ‘maratones’ de temporadas anteriores al sureste peninsular. A cambio habría, presumiblemente, que ‘pagar la novatada’ que siempre supone llegar a un sitio nuevo, ya que la primera vez no es fácil acertar con todo, sea ello encontrar un hotel más o menos adecuado, o dar con la mejor forma de ‘hacer la subida’ sin conocerla previamente, por poner nada más que un par de ejemplos.

Fombona sentenció el campeonato con otras dos victorias

Borreguero fue segundo el sábado y el domingo se tuvo que conformar con ser tercero tras un buen susto

Por tercera carrera consecutiva Aznar fue tercero en la Fase A y segundo en la B

Para empezar con esa doble cita con tierras gallegas, el primer destino era la localidad lucense de Chantada, cuya popular subida llevaba ausente del campeonato desde el 2002 y a la que tal vez hubiésemos ido en el 2003, primer año en el que publicamos reportajes del nacional de montaña en esta web, de no ser porque finalmente se ‘cayó’ del calendario para no volver al mismo hasta ahora, luego de pasar con éxito la preinspección el año pasado. De entrada, lo de encontrar alojamiento, primer paso siempre en mi programa de cada carrera, estaba más que complicado y pese a las muchas vueltas que Geli, de Viajes Alcor, le dio al tema, al final a duras penas me pudo encontrar un hotel que no tenía excesiva buena pinta y en el que eso de contar con wifi en la habitación era ya pedir milagros… ya que, por no tener, ¡no tenía ni teléfono ni televisión ni nada de nada! De todas formas tampoco era un problema tan grave, la relativa cercanía de Chantada significaba que sólo iba a necesitar pernoctar allí el sábado, día en el que había menos necesidad de internet, mientras que el domingo ya estaría de vuelta a la oficina a media tarde, con tiempo aun de sobra para sacar adelante la tarea con la comodidad que siempre da trabajar desde casa.

En todo caso, tema hotel aparte, tenía realmente ganas de ver la subida, de la que me habían llegado muy buenas referencias cada vez que preguntaba a gente que la conocía de años anteriores. Todos coincidían en hablarme de un entorno con un paisaje realmente bonito y de una prueba con un recorrido al que no le faltaba personalidad, con dos zonas tan distintas como eran la inicial, más virada y estrecha, rodeada de viñedos, y la final mucho más ancha y rápida al hacer uso de un tramo de carretera de tipo nacional. Eso si, todos me habían advertido de que en esa zona de la ‘Ribeira Sacra’, el calor es intenso, especialmente en esta época del año, lo que es sin duda la clave de que las uvas crezcan en un entorno adecuado pero que, en mi caso, es un factor que va siempre a la columna de ‘inconvenientes’. Una columna a la que tenía que añadir en esta ocasión una molesta ‘lesión’ en mi pierna derecha que me venía dando la lata desde unos días antes de emprender viaje a Chantada, a primera hora del sábado, y que me iba a incordiar más de la cuenta a lo largo del fin de semana, condicionado en cierta medida mi seguimiento de la carrera aunque, ya os lo adelanto, sin conseguir, ni mucho menos, amargarme un fin de semana que me resultaba realmente agradable, de esos que me gustan de mezclar trabajo y placer y que suelen ser la norma cada vez que tengo que cubrir una cita del nacional de montaña.

Víctor Senra ganó la batalla de los pilotos gallegos, siendo cuarto los dos días con el 206 S1600

El rápido piloto local Jorge Varela fue quinto en las dos fases con su Renault Clio Sport

Magdaleno consiguió en Chantada sus mejores resultados del año con el Megane Trophy

El estudio previo de los mapas de la prueba disponibles en su web oficial me hacía ver que la subida acababa en la entrada de Chantada, con lo que el parque cerrado, en pleno centro de la localidad lucense, y la sala de prensa, situada en una calle cercana, estaban ‘después de meta’ y bastante distantes del lugar donde se debía ubicar el corte de carretera. Como ya me había informado también del buen funcionamiento del ‘autobús de prensa’, que partía desde ahí hasta la prueba, mi planteamiento inicial era claro, dejar el coche lo más cerca posible de la zona de oficinas de la carrera y, aunque no es algo que me suela gustar, confiar en el ‘transporte de la organización’ para ir y venir a lo largo de la jornada. Justo cuando llegaba al edificio de la casa de cultura, sede de la sala de prensa, aparcaba delante de la misma la furgoneta con la pegatina ‘prensa’ en el parabrisas, y su conductor, al que preguntaba por todo el tema, resultaba ser precisamente el encargado de prensa de la prueba, José Luis Rodríguez ‘Melaque’, quien muy amablemente nos indicaba como iba a funcionar todo. Nos decía que a eso de las 12:15 iba a partir camino de la subida, y como aun eran poco más de las once y media, decidía aprovechar el tiempo para registrarme ya en el hotel y así ir dejando cosas resueltas. Definitivamente, lo de ‘hotel’ era un calificativo cuando menos optimista para nuestro lugar de alojamiento, así que mejor no entrar en detalles y decir, simplemente, que he estado en lugares malos y hasta peores… pero este que me tocaba en suerte en Chantada inauguraba una categoría propia, ¡y no en el buen sentido precisamente!

De vuelta a la casa de cultura, mi sorpresa era grande (¡y muy agradable!) cuando me encontraba con mi buen amigo Dani López, con el que tan buenos ratos he compartido en mis viajes a la región de Murcia para acudir a su subida, la de La Santa, y a la de Moratalla. Resulta que Dani, y sus compañeros del Automóvil Club de Totana, Juan Cánovas, y Pedro ‘el de seguridad’, ya habían estado el pasado año ‘echando una mano’ a la gente de Chantada con motivo de la preinspección y este año repetían. Enseguida Dani se ofrecía a llevarme hasta la prueba y ese iba a ser ya mi primer contacto con un recorrido que tenía muchas ganas de conocer. Haciendo la prueba de meta a salida primero y luego ya en el ‘sentido correcto’, aprovechando que Dani debía volver a la oficina de Dirección de Carrera a recoger algunos papeles, ya me podía hacer un muy buena idea de que como es la subida a Chantada. Y he de decir que quedaba muy gratamente impresionado, dándome incluso la sensación de que los que me habían hablado de sus características se habían quedado cortos.

De entrada, el paisaje no es que fuese bonito ¡es que era simplemente espectacular! Con el río Miño al fondo de un valle de ese verde intenso que sólo se encuentra en el norte, y con viñedos allá donde mirases, cubriendo unas laderas esculpidas durante miles de años por la erosión del agua y que ahora son el lugar perfecto para que crezcan esas uvas que dan lugar luego a los famosos vinos de la zona, el entorno de la prueba era una auténtica preciosidad. Y el recorrido de esta no le iba a la zaga, desde luego con muchísima personalidad y totalmente diferente, en su conjunto, a cualquier otra de las que componen el calendario del nacional de montaña, y más parecido, al menos a nivel estético en su parte inicial, a esas imágenes típicas del rallye de Alemania que solemos ver todos los años a través de Eurosport.

Para empezar, la salida ya era más que inusual, justo en el arranque del estrecho puente de piedra sobre el Miño para, a continuación, subir serpenteando por entre los viñedos a base, primero, de una derecha casi en escuadra, seguida de unas cuantas enlazadas ‘rapidillas’ hasta la primera horquilla, la curva de la cantera, una cerrada izquierda con fuerte pendiente de salida a la que seguía, poco después, la cerrada derecha ‘del carbón’ desde la cual la estrecha cinta de asfalto ya se dirigía, decidida, hasta el punto más popular de la prueba, el cruce de los cipreses. Ahí, de repente, cambiaba todo el panorama para el piloto, al abandonarse la angosta comarcal para entrar en la ancha carretera que viene de Monforte y que, en efecto, no es que fuese ancha y rápida como me habían comentado, ¡es que era aun mucho más ancha y rápida de que lo yo me había imaginado! Con dos amplios carrilles separados por isleta pintada en el asfalto, de ancho similar a cada uno de ellos, y con dos abundantes arcenes a los lados, aquello parecía, por buscarle una de esas similitudes ‘circuyeras’ que siempre me gusta hacer, algo así como la subida desde la ‘horquilla del nuevo mundo’ en el legendario trazado francés de Rouen: una de esas zonas en las que la carretera le pide (¡le exige!) al piloto y al coche cada vez más y más, hasta conseguir que, a fuerza de acelerar, la anchura ya no parezca tanto desde dentro y la velocidad haga que, por muchos metros que tengas a los lados, estos acaben por no parecer suficientes y empiece esa lucha entre el corazón que te pide mantener el pie ‘abajo’ y la cabeza que te recuerda las consecuencias de un golpe en un sitio así. Con más o menos la mitad de los 4100 metros del recorrido sobre semejante entorno, me quedaba claro que ahí, en ‘ahuecar’ más o menos en alguna de las curvas de esta parte, leves en el dibujo del plano pero mucho más acusadas si las trazas a más de 180, iba a jugarse la prueba.

El gallego Rodrigo Rodríguez se llevó el grupo N el sábado pero una avería le privó de repetir el domingo

Rosales sumó otra victoria en grupo N al ganar la Fase B y tiene el título cada vez más cerca.

Dos podios en grupo N para el asturiano Rubén González con su EVO VII

De vuelta a salida, le decía a Dani que me dejase en el cruce y desde ahí me aprestaba a ver la primera manga de entrenos, no sin antes aprovechar todavía el tiempo disponible para tomarme un bocata y una cocacola, sentado a la sombra, que el sol ya ‘machacaba’ desde un cielo totalmente azul que no hacía sino aumentar la belleza del paisaje que se podía observar desde la parte alta de la prueba, con el río al fondo y un buen número de metros del trazado visibles en la lejanía.

La manga de 'libres' no dejaba más novedad entre los aspirantes a las primeras plazas en las diferentes categorías del nacional que la avería del EVO IX de Rosales, que se paraba justo antes de llegar al cruce, aunque ello no sería más que una mínima contrariedad para el malagueño, que repararía a tiempo para salir sin problemas en las siguientes subidas. El mejor crono del Campeonato de España lo marcaba Borreguero, un 2:07 que ya era un registro más que respetable, no en vano el año anterior, cuando participó en la edición de la preinspección, Fombona había ganado el sábado con 2:08, aunque el domingo ya bajase hasta el 05. El gijonés, que podía dejar sentenciado ya el campeonato en tierras lucenses aunque no quería ni saberlo, fiel a su costumbre de salir siempre a ganar y no mirar demasiado a los números, se situaba a continuación, también por debajo del 2:10, mientras que el trío de cabeza lo completaba el otro A4, el de Aznar, aunque ya algo más lejos, en 2:12. En el 2:15 se situaban los Mitsubishi de Iván Suárez (en la que sería su única subida del fin de semana, como se explica con más detalle en la sección de noticias), y los locales Diego Manuel Gómez (que tampoco llegaría muy lejos al romper un palier en la siguiente manga) y Roberto Rodríguez, el único del trío de EVOs que estaría finalmente entre los protagonistas del resto del fin de semana... o la menos de su primera jornada. Un protagonismo que sería mayor, en los que respecta a las posiciones altas de la general scratch, para los dos siguientes en este primer contacto con las rampas de Chantada, Víctor Senra, con el Peugeot 206 S1600, y Jorge Varela, con Renault Clio Sport, iniciando ambos un duelo por ser el mejor gallego de la subida que se iba a prolongar a lo largo de los dos días y en el que, si la mecánica le hubiese respetado, debía de haber estado también quien les seguía en esos momentos en la tabla de tiempos del warmup, Pedro Castañón con el Nissan Primera ST.

Entre los CM la normalidad era la tónica del arranque del día, con Roca ya ‘avisando’ de que él también quería dejar resuelto el campeonato, lo que, al igual que Fombona, conseguiría si ganaba las dos fases y su más inmediato seguidor (Iñigo Martínez en el caso de Pedro, al no estar presente finalmente Oscar Palacio por prescripción médica, y Aznar en el de José Antonio) no conseguía ser segundo los dos días. El piloto del Silver naranja era el único de los algo más de 60 participantes que bajaba de los dos minutos en cubrir los 4100 metros de recorrido, lo que significaba superar la barrera de los 120 kilómetros por hora ¡de media! Algo que, con lo virada que es la parte inicial de Chantada da buena idea de lo muy rápido que se tenía que ir en la vertiginosa zona final. Un dato, este de las velocidades en dos partes tan diferenciadas como las que tiene la subida gallega, que nos hacía echar de menos esos tiempos intermedios que Fotomotor nos ofrece en El Fito y Santo Emiliano pero que aquí no estaban entre el paquete de servicios que les había contratado la organización. Algo que no dejaba de ser una lástima ya que se hubiese tratado de una información ciertamente muy interesante y, además, muy útil para los equipos a la hora de decidir, por ejemplo, si alargar o acortar desarrollos en función de aprovechar más o menos una u otra parte del recorrido.

Tras disfrutar de las vistas y la primera manga desde el cruce, decidía no esperar a la furgoneta de prensa y emprender caminando el descenso hacia salida, parando en la primera curva que encontrase con buen sitio para sacar fotos de la subida de entrenos oficiales, y hacer así el camino en dos veces y no forzar más de la cuenta la pierna ‘tocada’. Una precaución que no era suficiente ya que, aun en dos ‘tandas’, el largo descenso hasta la zona de salida me acabaría pasando factura, dejándome más que renqueante para lo que restaba de fin de semana ¡me estoy haciendo mayor para estos ‘trotes’!

Pedro Roca volvió a estar un paso por delante del resto en CM y se aseguró matemáticamente el campeonato

Iñigo Martínez se acerca al subcampeonato de CM tras sumar otros dos podios

Pantxo Egozkue estuvo otra vez entre los tres mejores de CM los dos días

Luego de cubrir la segunda subida del sábado desde la salida de la que, como luego sabría, se denominaba la ‘curva del carbón’, en la que el mejor sitio era en el exterior pero estaba marcado como prohibido… y tenía pinta de haber buenas razones para ello dada la fuerte frenada que requería la entrada al viraje, completaba mi caminata y llegaba al puente desde el que arrancaba la prueba, a tiempo para poder intercambiar las primeras palabras con los pilotos, a los que hasta ahora había visto sólo 'en acción' tras apenas saludar a alguno con un gesto lejano mientras atendían al 'briefing' un par de horas antes.

Fombona se mostraba tan relajado como es habitual y, efectivamente, no quería saber nada de números y cuentas sobre que necesitaba para ser ya campeón. Aznar estaba satisfecho con el rendimiento del coche, tras tantos fines de semana siempre con algún que otro problemilla, y a Borreguero se le veía también de lo más tranquilo, rodeado de su muy familiar equipo. En general, el ambiente de la zona de asistencia, que era la continuación de la carretera por la que discurría el inicio de la subida, era casi diría que ‘bucólico’ con la verde ladera a un lado y el pausado discurrir del río al otro configurando un entorno como de ‘picnic vacacional’ que contribuía a que el ya de por si 'buen rollito' habitual de los parques de trabajo del nacional de montaña se viese acrecentado. Lo único malo de la configuración ‘en línea’ de las asistencias (con muy acertado reparto de puestos en función de los números de salida para agilizar las idas y venidas entre mangas) era que, dada mi ‘movilidad limitada’ ya en esos momentos, el ir más allá de donde estaba el ‘box’ de BRC se me hacía demasiado largo como para luego poder volver a salida a tiempo. Eso si, el camión de Bango se acababa convirtiendo en una sala de consulta improvisada cuando Xoan dejaba su faceta de piloto y retornaba, por unos minutos, a su papel habitual entre semana, el de doctor Sanmartín, dándome una serie de consejos para aliviar mis ‘males’ que ya estoy poniendo en práctica y que, poco a poco, me van haciendo ‘renquear’ algo menos.

Una vez 'pasada consulta', paraba en el box de Silver, donde Roca me comentaba que en esta subida las diferencias debían ser menores dado que en la parte final todos iban a ir ‘a fondo’ y ahí poco margen había para sacar ventaja… algo que sus cronos posteriores desmentirían bastante ya que, una vez más, el mallorquín iba a ganar con claridad.

Jesús Alvarez no sólo ganó claramente en CM1 sino que fue cuarto absoluto de CM en las dos fases

César Rodríguez fue el más rápido de los habituales del regional gallego, acabando quinto de CM en la Fase A

Una avería dejó fuera a Xoan Sanmartín el sábado, mientras que el domingo terminó quinto en la Copa CM

Llegaba ya el momento de inicio de la subida oficial, que veía en salida, desde donde el panorama de la ladera por la que subía la carretera entre las viñas y con espectadores ‘dibujando’ su trazado era realmente espectacular, y más con el espléndido día de verano del que ‘disfrutábamos’ (lo pongo entre comillas, porque el sol era tan bonito a nivel visual como asfixiante). Un panorama con mezcla entre el azul del cielo, el verde de las viñas y el colorido del público que me recordaba a esos que estos días nos trae la tele desde el Tour, tipo a la subida al Alpe d'Huez que este año echaremos de menos en la ronda ciclista gala.

Además, el display de tiempos nos permitía seguir paso a paso como se iban desarrollando las diferentes ‘guerras’. La primera en resolverse era, como de costumbre, la de los 'clásicos', categoría que en Chantada estaba animadísima, con nada menos que once participantes y con un 'outsider' de lujo en el habitual duelo Serratosa-Clemente en la lucha por la victoria: el local Juan Carlos Encinas, siempre rápido con su afinadísimo Simca Rallye y aun más temible en una subida que conoce tan bién como la de Chantada. Y, efectivamente, Encinas ponía el listón muy alto, con un 2.18.192 que era misión imposible incluso para el Seat de Clemente, el que más cerca se quedaba de bajar del 2.20… hasta que Serratosa explotaba al máximo los 400 caballos de su TVR (¡y su valor para hacerlos galopar!) batiendo al piloto gallego por un margen que casi no podía ser menor ¡sólo 16 milésimas de segundo! El piloto levantino nos comentaría después, ya en el parque cerrado y mientras compartía animada charla frente a unas cervezas con sus amigos-rivales Clemente y Noguera, que el gallego le había echo ir muy al límite, sin poder aprovechar la potencia de su precioso deportivo inglés en la parte más estrecha del trazado, y teniendo luego que darle rienda suelta en la rápida zona final, siempre con el handicap de tener que pasar tanta caballería al suelo a través de esas gomas, más estrechas y con dibujo, que la ‘edad’ de su coche le impone por reglamento y que le obligan a hacer los malabarismos que unos slicks (permitidos en coches más jóvenes como los Simcas o Seats) evitarían o, al menos, convertirían en menos ‘delicados’.

Si en clásicos había habido emoción, en CM hubo bastante menos. Aunque Iñigo Martínez apretaba, como siempre, al máximo, consiguiendo por primera vez en la jornada bajar de los dos minutos, su ’59 alto’ era ligeramente peor que los dos ’59 bajos’ marcados por Roca en las mangas de práctica … y todos sabemos que el mallorquín siempre ‘se guarda algo por si acaso’. Un algo que en Chantada eran nada menos que dos segundos, una auténtica barbaridad en un trazado con una mitad final tan al límite y en la que limar unas décimas ya se me antoja complicado. Su 1.57.057, a apenas un segundo del tiempo con el que Palacio había ganado aquí hace un par de temporadas con la Osella PA20S da buena muestra de lo muy deprisa que van los CM en general y, en particular, el Silver Car S2 en manos de Roca, que sigue estando un paso por delante de todos sus rivales sea el trazado lento o rápido y se dispute sobre seco o mojado.

Con Iñigo segundo, y único con el 1 delante de los segundos de su tiempo, el podio lo completaba Pantxo Egozkue, ya unas décimas por encima de los dos minutos con su Speed Car y con cómodo hueco respecto al resto, entre los que faltaba el BRC de Xoan Sanmartín, al que se le ’fundía’ el cutoff en la rapidísima parte final. La cuarta plaza, primera además entre los CM1, era para Jesús Alvarez, el claro dominador de la categoría reservada a los CM más veteranos que le está cogiendo además el gusto a mezclar su Speed Car GT1000 con modelos más modernos. Algo en lo que le imitaba el gallego César Rodríguez, quinto scratch de CM con su BRC 02 decorado a lo ‘Martini Racing’.

De los diferentes grupos del nacional, el GT no ofrecía especial aliciente, ausente finalmente el Toledo Biturbo de Angel Castro, justo cuando llegaba la carrera en la que más podía haber aprovechado su caballería, con el trazado ancho y rápido de su parte final... ¡y sin lluvia en todo el fin de semana por primera vez en toda la temporada! Algo sobre lo que bromeábamos con un resignado Angel, que espera tener el Seat listo para Cortejada y que, mientras tanto, ‘desempolvaba’ el Hyundai Accent con el que competía su sobrino Rubén Bayo la pasada campaña, echando de menos los caballos del Toledo y limitándose a terminar y sumar los puntos de segundo de grupo tras el Porsche de su hermano Goyo.

El vasco Rubén Nogueiras fue sexto de CM en la Fase A y séptimo en la B con su vistoso Silver

Dos terceras plazas en CM1 para el Speed Car del cántabro Juan Antonio Castillo

El llamativo BRC CM05 del gallego Martín Villar acabó entre los diez primeros de CM en las dos fases

Más interesantes se mostraban los grupos A y N, animados por la presencia de rápidos pilotos locales con buenas monturas. En el N, Rodrigo Rodríguez imponía su EVO VII al IX del líder del campeonato, Rosales, con este úlrimo tomando cada vez más ventaja aprovechando la forzosa ausencia de Iván. El relevo en cuanto a asturianos en el podio de la categoría lo tomaba Rubén González, de pruebas con su EVO VII recien revisado en ARVidal y que, según nos comentaba, ya andaba mejor aunque todavía no acababa de ir ’redondo’ tanto a nivel de motor como, sobre todo, de diferenciales. En el A, Víctor Senra ganaba con holgura y registraba con su Peugeot 206 S1600 el crono de referencia en cuanto a marca a superar para estar en el podio final por parte de los habituales del campeonato que salían en las diez posiciones finales de la lista de inscritos. Se trataba de un 2.14.047 que, por muy poco, no podía batir Varela con el Clio Sport A2, quedándose a sólo 55 milésimas y perdiendo el primer asalto en la lucha por el honorífico puesto de mejor gallego de la general. Un lugar al que Castañón aspiraba con fundadas pretensiones pero que sólo viendo la dubitativa arrancada de su Nissan Primera ya imaginábamos no iba a conseguir. Pedro se quedaba lejos de los primeros, con un 2.15.4 que le acabaría situando noveno, justo tras los dos primeros del grupo N y que significaba su despedida de la carrera, ya que el domingo no sería de la partida a la vista de lo tocado que acababa su superturismo ¡lástima!

Quedaba por dilucidar la lucha por la victoria en la clasificación del Campeonato de España, y Raúl Borreguero confirmaba las intenciones anunciadas en entrenos con un 2.06 que Aznar no podía contrarrestar (‘me faltó confianza en la zona rápida del final’ confesaba sincero el andaluz cuando le preguntaba después). Pero si el crono de Raúl era bueno, el de Fombona era espectacular: el gijonés bajaba hasta el 2.03, demostrando de nuevo que tiene margen de sobra para ‘jugar’ con sus rivales y atacar cuando lo necesita. José Antonio sumaba así una nueva victoria, la octava del año, que unida al tercer puesto de Aznar, significaba que ya ‘sólo’ tenía que ganar otra vez el domingo para asegurarse el campeonato … aunque prefería seguir sin saberlo.

Nada más acabar, Dani volvía a hacerme de inmejorable ‘chofer particular’ y me dejaba a la puerta de la sala de prensa, donde despachaba pronto el trabajo del día para buscar, cuanto antes, un sitio donde cenar pronto. Estaba realmente ’hecho polvo’, cojeando ya más que visíblemente, y lo que necesitaba era descansar cuanto antes, pensando además que al día siguiente tocaba ’madrugón’ ya que ’Melaque’ nos comentaba que la furgoneta de prensa partiría hacía la prueba ¡a eso de las siete de la mañana! Una suculenta ración de pulpo en un mesón cercano era el perfecto broche para la jornada: pese a la lesión me lo había pasado realmente bien y mi primer contacto con Chantada había superado mis expectativas. Ahora se trataba de dormir lo posible pese al ruidoso entorno del 'hotel', algo que conseguía ¡más o menos!

Serratosa impuso su TVR por poco entre los clásicos el sábado...

...pero el domingo nadie pudo con el Simca del rapidísimo piloto local Juan Carlos Encinas

En una subida poco propicia para su Seat, Clemente se tuvo que conformar con dos terceras plazas

El domingo temprano se me unía uno de mis habituales compañeros de cuneta en muchas pruebas del nacional de rallyes, Miguel Díaz ’Chapi’ de la Cronomotor, que este fin de semana (como casi todos a lo largo del año en el cargado calendario de carreras gallego) tenía ’programa doble’, con un autocross el sábado haciendo de aperitivo a la subida de Chantada el domingo. Con él y su compañero Jose haría las dos mangas de entrenos en un par de puntos de la subida que ellos ya conocían de otros años y que eran buenos para hacer fotos. A esas alturas del fin de semana mi ritmo era ya más que cansino así que la ayuda de Dani, llevándome en el coche, y de Chapi eligiendo las zonas donde situarme sin tener que moverme más de la cuenta, eran decisivas para poder completar la tarea ¡Muchas gracias a ambos!

Por fortuna, para mi al menos, el día amanecía nublado lo que hacía más llevaderas las esperas entre mangas. La primera de la jornada empezaba con cerca de veinte minutos de retraso, aunque luego los horarios se irían cumpliendo ya con más puntualidad. Nos apostábamos entre las viñas de una bodega, que estaba abierta y cuyos propietarios disfrutaban de la carrera desde una terraza bien equipada, con mesa ya preparada para el almuerzo, y desde donde se veía incluso el puente de salida y varias de las primeras curvas antes de que los coches llegasen a la derecha tras la cual estábamos situados.

El lugar era ideal tanto para ver un buen trozo de subida sin tener que hacerlo a través del estrecho visor de la cámara, como para ‘experimentar’ en lo de hacer fotos más o menos ‘artísticas’, usando las hojas de los viñedos como marco y el precioso paisaje del valle como fondo. Ello me permitía disfrutar de cómo trazaba Fombona las enlazadas que se veían al fondo, realmente rápido y por el sitio, dando una sensación de superioridad que confirmaban los casi cinco segundos que le ’metía’ al siguiente en la lista de tiempos, Aznar. La manga discurría con esa fluidez que me encanta de las pruebas de montaña con salidas cada treinta segundos, y que el hecho de observar un buen trozo de recorrido (no sólo los veíamos llegar hasta donde estábamos sino también tras dejar nuestra curva todavía los vislumbrábamos monte arriba en varios lugares) hacía que no hubiese prácticamente un momento sin ‘coche a la vista‘.

Mi siguiente destino estaba apenas unos metros más allá, en la cerrada paella de izquierdas cuyo exterior, desgraciadamente, estaba plagado de vallas y cintas, haciendo imposible sacar fotos desde la zona segura del fondo de la escapatoria. Había que ’trepar’ un poco para situarse en lo alto del interior, desde el que la perspectiva era, sin duda, diferente, un poco en la línea de esas fotos tan clásicas de la horquilla de 'La Source' en Spa, con los coches vistos desde arriba mientras 'apuntan' hacia la salida del viraje.

El asturiano Rafael Bustelo fue cuarto de clásicos con su Simca Rallye en las dos fases

Dos quintas plazas entre los muy numerosos históricos presentes en Chantada para el Lotus de Noguera

El tercer Simca entre los seis mejores de clásicos fue el del murciano Julián Bornas

Todavía con el cielo nublado, las condiciones del asfalto eran ideales, sin el tremendo calor del día anterior, y los tiempos bajaban pese a no ser esta la subida definitiva y en la que todos debían echar ya el resto. En el Campeonato de España, Borreguero y Aznar apretaban y se situaban más cerca de Fombona de lo que habían estado en todo el fin de semana, rodando los tres ya en tiempos muy respetables, 2.04 alto el asturiano, 2.05 bajo el levantino y 2.06 bajo el andaluz, lo que anunciaba guerra para la subida final. En CM, en cambio, la ventaja de Roca era aun mayor al no cruzar la línea de meta su teórico máximo rival, Iñigo Martínez, al que se le rompía el embrague del Silver, lo que obligaba a un rápido trabajo en la asistencia para permitirle salir en la manga final.

Una vez completada sin mayor novedad la manga de entrenos oficiales, aprovechábamos el paso de la furgoneta de prensa para ‘subir y bajar’ y así ver como estaba el ambiente en el resto de la subida, con mucho más público que el día anterior. Nos quedábamos con ganas de ver una de las subidas desde las ‘tribunas naturales’ que circundaban la rapidísima parte final, pero había que dejarlo para otra vez, que ahora tocaba ir de vuelta a salida para hablar con unos y otros y seguir ya desde allí la manga decisiva, que se iba a disputar ya con fuerte sol y cielo despejado, luego de que las bruma matinal se disolviese como por arte de magia en apenas unos minutos. Mi cada vez más marcada cojera no me permitía grandes alardes, así que la ronda por las asistencias era menos larga que de costumbre. En B9 Fombona ya sabía, aunque no quisiese, que ganando era campeón, se lo acababa de comunicar Angel Castro que la noche anterior había hecho ’sus cuentas’. De todas formas, el gijonés miraba la lista de tiempos y a la vista de los cronos de Aznar y, sobre todo, Borreguero, no daba la carrera por ganada, ni mucho menos. El levantino estaba andando muy bien todo el fin de semana y, además, tenía cerca al almeriense, también con ganas de pelea en su particular duelo por el subcampeonato.

Pero antes siquiera de que los tres favoritos iniciasen la subida, los ‘clásicos’ ya estaban ‘metidos en faena’. El día anterior Serratosa había podido, aunque fuese por la mínima, batir a Encinas, pero hoy el gallego ‘metía una más’ y su 2.15.3, tres segundos mejor que su tiempo del día anterior, era ya demasiado hasta para Serratosa, por mucho que Rafael no dejase de intentarlo y bajase también un par de segundos al crono de la víspera. El del Simca ganaba en casa, y el del TVR recortaba algunos puntos más a Clemente, de nuevo tercero y manteniendo el liderato en puntos totales aunque, si empezamos a mirar a los ’descartes’ es Serratosa el mejor situado. La lucha entre ambos va a ser, sin duda, uno de los puntos de máximo interés en lo que queda de temporada.

La reaparición de Castañón con el Nissan Primera se saldó con una nueva avería que le mandó para casa ya al final del sábado

Dos segundas plazas en grupo A para Alberto Gayoso y su BMW M3

Dos podios de grupo A para Rubén Bayo que aumenta sus opciones a llevarse el título de la categoría

En grupo N Rosales se había quedado sin el rival que le restaba (es como una especie de maldición, ¡todo aquel que le bate en una tiene problemas en la siguiente!) al pararse el EVO VII de Rodríguez en la parte final de la subida de entrenos oficiales. Ello significaba un nuevo y cómodo triunfo para el malagueño, que tiene el título ya ’a tiro de piedra’. Segundo era Rubén González, con su vistoso EVO VII naranja todavía no al cien por cien, completando el podio, ya lógicamente muy lejos de los Mitsubishi, el 106 de Eduardo Domínguez.

El grupo A volvía a ser cosa de Senra, otra vez claramente por delante de Gayoso y Bayo. Este último está aprovechando muy bien con su Volvo las carreras en las que Lirola, compitiendo con el ZX, está ausente de las primeras plazas, poniéndole al campeonato de la categoría una inesperada emoción en la recta final de una temporada que parecía iba a ser, por fin, la del almeriense ganando un título que lleva persiguiendo un buen montón de años y que puede haber perdido en el fuerte accidente de Santo Emiliano.
Al igual que el sábado, el crono de Senra Jr. era el mejor de los gallegos, batiendo otra vez a Varela, y el más rápido antes de la habitual pausa en la lucha por los puestos altos de la clasificación del Campeonato de España que supone la partida de los CM. Entre estos volvía a no haber sorpresa en cuanto al nombre del ganador: Pedro Roca. El del Silver todavía recortaba otro segundo a su ya magnífico crono del sábado, marcando un fantástico 1.56.216 (¡ya a escasas décimas del crono de la Osella de Palacio en el 2007!) que le daba su octava victoria del año y, de forma matemática, su tercero título nacional consecutivo al no poder Iñigo Martínez repetir la segunda plaza del sábado. El navarro cedía por apenas tres décimas ante Egozkue, cuya segunda plaza acaba por decidir, de forma definitiva, un campeonato que nadie dudaba iba a ganar Roca, y menos aun cuando su teórico máximo rival a principio de año, Oscar Palacio, quedó fuera de combate por culpa de su desafortunado ‘accidente playero‘.
Con los tres primeros rompiendo la barrera de los dos minutos, el soberbio 2:00.942 de Jesús Alvarez le daba otra victoria en CM1 y una nueva cuarta plaza, por delante de Xoan Sanmartín, que esta vez si completaba la subida, resarciéndose en parte de la mala suerte de día anterior, aunque terminando con un crono peor que en entrenos luego de equivocarse en una de las rapidísimas curvas finales, esas en las que una duda no es una ‘décimita’ perdida sino bastante más.

.Los GT son 'asunto de familia' de los Castro, en Chantada Gregorio ganó las dos fases con el Porsche...

...mientras Angel hizo lo que pudo con el pesado y poco potente Hyundai Coupé

Miguel Babarro metió su Seat León entre los doiez primeros scratch del nacional los dos días

Quedaban por hacer la subida los diez primeros de la lista, entre los que Magdaleno conseguía su mejor resultado en mucho tiempo, aprovechando bien la ancha y rápida parte final de la prueba para explotar a gusto el potencial de su espectacular Megane Trophy. El veterano piloto de la Escudería Ourense se metía entre Senra y Varela, lo que le valdría finalmente la quinta posición final ya que, como era de esperar, los tres Audis volvían a ocupar las tres plazas del podio… aunque no sin algún que otro sobresalto. Borreguero se veía con opciones tras su crono de entrenos y salía a por todas, tratando de hacer a fondo toda la parte final, incluyendo una derecha cerca de meta que, según Fombona me había comentado minutos antes, era donde había que ‘levantar’ porque pasarla a fondo ya era desafiar más de la cuenta las leyes de la física. Pero Raúl no lo hacía y su blanco A4 empezaba a deslizar de forma alarmante hacia el exterior, con la inercia ganando la partida a su voluntad, obligando al piloto a desistir en el intento de hacerla a fondo y, en su lugar, teniendo que quitar un par de marchas y dejarse tantos o más segundos en el lance pero, al menos, llegar a meta con el coche ‘entero’.

El 'susto' de Borreguero dejaba segundo a Aznar, que también se había tirado con ganas y conseguía bajar de 2:05... aunque ello no era suficiente para aplazar la ’coronación’ de Fombona. El gijonés, pese a tener también un pequeño 'sobresalto' en esa vertiginosa parte final de la subida, sumaba su novena victoria del año con un 2:03.710, apenas unas milésimas mejor que el crono ganador del sábado y tambiéninalcanzable para sus rivales. Un triunfo que le daba ya, matemáticamente, su cuarto título consecutivo de Campeón de España. Tantos títulos como anillos en el logo de su Audi, marca que del ’Quattro’ ha hecho su ‘leiv motiv’ desde hace un buen montón de años y que con el cuarto entorchado de José Antonio, y los tres consecutivos que en su día obtuvo Roberto Méndez, ya suma siete títulos nacionales de montaña con los A4, coches hechos para ganar el mundial de turismos y que en la montaña española llevan (¡y lo que queda!) una segunda y tremendamente exitosa carrera.

Tras felicitar a José Antonio por este nuevo y merecido título, ’Chapi’ me invitaba a una última tapa de pulpo tomada en un puesto que lo preparaba en plena calle. El riquísimo manjar tan típico de Galicia era el perfecto cierre a mi cuarto viaje de la temporada a estas tierras (¡y otros tres me quedan de aquí a final de año!). La subida me había encantado, por paisaje, por trazado, por ambiente … y tal vez todo ello haga que, pese a que el campeonato haya quedado resuelto ya con tanta antelación en el absoluto y el CM, y poco más o menos en grupo N o CM1, no haya vuelto de Chantada con la decepción que un resultado así me podría producir en cualquier otra certamen. Pero ya sabéis que con la montaña tengo cierta debilidad y la disfruto casi siempre, ¡hasta a la 'pata coja' como este fin de semana en Chantada!