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Otra subida del nacional con seco un día y mojado el otro, pero lo que no cambia es el nombre del ganador, José Antonio López-Fombona, que se llevó con claridad las dos fases del Campeonato de España y ya suma siete victorias de ocho posibles al volante del Audi A4.
En CM, los Silver se repartieron los triunfos, con Pedro Roca ganando la fase A mientras que la B fue para Iñigo Martínez
CRONICA

El Campeonato de España retornó a tierras vascas el año pasado tras muchas temporadas ausente de una de las zonas con más tradición montañera de la península. Y lo hizo en uno de los lugares clásicos de la especialidad, Arrate, dejándonos una muy buena impresión y ganas de volver. Así que cuando el pasado sábado, a primera hora, emprendíamos camino a Eibar, para acudir a la edición de este año de la subida a Arrate, cuarta prueba del nacional 2009, lo hacíamos animados y dispuestos a disfrutar de la prueba. Unas ganas que parecía empeñarse en quitarnos la persistente lluvia que nos acompañaba prácticamente desde que salimos de Gijón, augurando una jornada de esas incómodas a pie de cuneta, con el paraguas en una mano y la cámara de fotos en otra. Por fortuna, y casi como de milagro visto lo cerrado que estaba el cielo, la lluvia desaparecía de repente apenas cruzada esa jungla de radares (¡hasta en los túneles!) que es la circunvalación de Bilbao, dejando paso a unas nubes muy amenazadores pero que no descargarían ni una gota de agua en lo que quedaba de jornada … o al menos no lo hacían sobre Arrate hasta que acabasen las subidas de la Fase A.

Fombona ganó tanto en seco como en mojado y ya lleva siete de ocho este año

Aitor Ramírez le puso emoción con su crono a la Fase A, y al final acabó segundo

En un calco de su actuación de Santo Emilino, Aznar fue tercero el sábado en seco y segundo el domingo con agua

Como de costumbre, en la sección de ‘noticias’ comentamos con más detalle la participación, que alcanzaba un número más que digno, superando los 60 inscritos gracias a la gran cantidad de pilotos de la zona presentes, al ser la prueba también puntuable para los certámenes vasco y guipuzcoano de montaña. Entre ellos, y a falta de un claro favorito a mezclarse en la lucha por la victoria, como era el año pasado Gorka Apalantza con el Subaru WRC, estaban dos pilotos que habían brillado en años anteriores en Arrate: Aitor Arakistain, ganador bajo la lluvia en la edición de ‘preinspección’ del 2007, y Aitor Ramírez, en el podio la pasada campaña con su habitual BMW 320ST. Además, mis ’contactos locales’ me habían advertido sobre las posibilidades de ’un tercer Aitor’, el local Barrueta, perfecto conocedor de la subida y que, sobre todo en caso de lluvia, podía meterse muy arriba con su EVO VIII. De todas formas, todos los pronósticos apuntaban a dos nuevos triunfos de Fombona, al que encontrábamos muy relajado junto a los miembros de su equipo cuando llegábamos a eso de las doce y media a la zona de asistencia. Minutos después se iniciaba el habitual briefing de pilotos y allí dejaba al director de carrera ’aleccionando a los muchachos’ sobre las normas a seguir durante el fin de semana, y a pilotos y técnicos de la española tratando de ponerse de acuerdo en el tema de las ruedas de agua de los CM, que seguía ‘candente’ tras el lío que produjo en Santo Emiliano, y sobre cuyo nuevo episodio nos extendemos también en esta ocasión en el apartado de noticias de este reportaje.

Con la experiencia de cómo estaban organizadas por aquí las cosas el año pasado, me dirigía hacía el parking de prensa para dejar allí el coche y coger el ‘transporte’ que nos debería subir a la prueba y que, efectivamente, estaba ya preparado para acercarnos a la zona del recorrido que le indicásemos. Dada la muy especial configuración de la Subida a Arrate en lo que respecta a la ubicación de su parque de trabajo, notablemente alejado del recorrido de la prueba, mi planteamiento habitual de ’ir y venir’ entre carrera y asistencias tenía, por fuerza, que ‘adaptarse al medio’. Así que, en vista de que no llovía y que el pronóstico del tiempo era de agua para el domingo, decidía que valía más asegurar el mayor número posible de fotos ’de acción’ el sábado o, al menos, hacerlas en mejores condiciones, y dejar para el día siguiente las visitas a los boxes de los equipos. Con ello en mente, indicaba al conductor del coche de prensa que me dejase en las curvas de la parte alta de la subida para ver allí la primera manga de entrenos. De camino, observaba como había unas cuantas zonas del bonito recorrido de Arrate en las que el asfalto estaba bastante mojado, ya que había llovido la noche anterior. Una circunstancia que iba a complicar aun más a los pilotos una subida que de fácil no tiene nada, con esa combinación de zonas rápidas y sectores muy virados y, además, muy similares entre si, que requieren entrenarla realmente al detalle para evitar ‘sorpresas’ a la hora de subirla con el coche de correr.

Aitor Barrueta aprovechó la lluvia y su buen conocimiento del terreno para subir al podio de la Fase B

Raúl Borreguero retornó tras su forzada ausencia en Langreo pero no pudo pasar de la cuarta plaza

Angel Castro fue quinto en la Fase A y protagonizó el susto del día en la B al incendiarse su Toledo GT

El año pasado el sol entrando con fuerza desde el valle me había impedido sacar fotos en la izquierda a escuadra en cuyas laderas se agrupan más espectadores, pero este año, con lo nublado que estaba, faltaba casi hasta algo de luz, como comprobaba cuando me situaba en plena ’tribuna natural’ junto a buen número de espectadores que, a la vista de lo bien pertrechados de víveres, sillas, toldos y demás elementos para construirse su propia ‘localidad’ en la montaña, debían de ser de los que habían decidido venir a pasar todo el fin de semana en la prueba. La manga de libres arrancaba con puntualidad a las tres de la tarde y el inconfundible sonido de la admisión del A4ST de Fombona nos metía ya ’en carrera’. José Antonio trazaba de modo impecable tanto la izquierda en la que había estado de espectador el año anterior como la derecha desde la que sacaba ahora las fotos, apurando la fuerte frenada para la siguiente izquierda, algo más cerrada y que lleva ya a la última curva de la subida. Como siguiendo una pista invisible dejada por el Audi del gijonés, tanto Aznar como Castro o Borreguero, dibujaban sobre el rugoso asfalto de Eibar la misma o muy parecida larga S que definía la trazada ideal de la zona. Una trazada de la que ya se salían algo los ‘Mitsus’, que entraban más ’forzados’ en la primera curva, recorriendo algún que otro centímetro más de costado que avanzando, especialmente el de Iván Suárez, que estrenaba montura (un EVO IX exPRR alquilado a RMC tras vender su anterior unidad en Galicia), con lo que ello suele suponer siempre de ir buscándole los límites.

Como de costumbre, los CM eran los que más animaban a un público que, por los comentarios que oía, era de esos realmente entendido. Algo que, por otra parte, no deja de ser, imagino, una de las consecuencias de tener que pagar entrada para ver la subida: el que compra ticket para ir a ver una prueba es, por lo general, alguien al que realmente le gustan las carreras, mientras que tener que pagar suele disuadir bastante a los que van a las cunetas a todo menos a disfrutar de la competición. Un disfrute al que el ágil paso de los Silver de Roca e Iñigo contribuían, más fino el balear, más espectacular el navarro, pero ambos visiblemente rápidos. Tras la docena de CM’s, entre los que, de los no habituales del campeonato, destacaban la agresividad del Speed Car de Alberto Alonso y del Silver de Rubén Nogueira (el primero todo un veterano de estos coches y el segundo un casi debutante en los mismos, al que sus muchas ganas de brillar en la prueba vasca del nacional le acabarían pasando factura a lo largo del fin de semana con un par de toques), llegaba el turno de los posibles ‘outsider’, con los ‘tres Aitores‘, Ramírez, Araquistin y Barrueta pasando realmente rápido, como queriendo confirmar sus opciones a dar alguna que otra sorpresa.

El tercero de los rápidos 'Aitores' locales, Arakistain, fue quinto scratch en la Fase B con su Leon

Con un EVO IX ex-PRR alquilado, Iván Suárez ganó el grupo N en seco el sábado...

...pero sorprendentemente no pudo con Rosales el domingo sobre piso mojado

Los varios BMW locales ‘calentaban’ también a la afición y servían de perfecto aperitivo a los clásicos, encabezados por el Seat de Clemente, que venía ’comiéndose’ al AX que le había precedido en el orden de salida. Le seguía el fabuloso TVR de Serratosa, con ese sonar y ese andar de auténtico coche de carreras de los 60, al que el valiente pilotaje del levantino, siempre ’pie abajo’ hace auténtica justicia. Y en sonidos de esos que nos parecen música a los que nos gusta tanto o más escuchar un buen motor que una buena orquesta sinfónica, no desmerecía tampoco el bonito Simca de Pulido, que tomaba el relevo de los míticos ‘rallye 2’ y 3 dejado por Bustelo, su mejor representante en las dos anteriores citas del nacional pero ausente en Arrate. Cerraba la media docena de clásicos, en agudo contraste con el pequeño Simca, el mastodóntico Mercedes de Miguel Otegui, un 450SLC automático como aquellos con los que Waaldegard y Mikkola dominaban los rallyes africanos hace tres décadas, y que su piloto llevaba con decisión por un terreno y un paisaje que más no podía diferir de las pistas de la sabana sobre las que discurría el Safari de los ‘buenos viejos tiempos‘.

Los ’regionales’, con el siempre espectacular Sierra de Ibai Zárraga y unos cuantos ’soplillos’ de los que al menos un par de ellos tenían pinta de estar ’bastante gordos’, cerraban nuestro primer y muy satisfactorio contacto con la XXXVIIIª edición de la subida a Arrate. La manga se había desarrollado con fluidez y poco después de su conclusión ya bajaba la caravana, parábamos al coche de prensa y nos dirigíamos a la curva de la ‘Ikastola’, ya más cercana a salida que a meta, lo que nos permitiría luego bajar andando sin prisas para ver la arrancada de la oficial. El año pasado habíamos estado en esta zona el domingo por la mañana, ’peleando’ con las sombras que sobre el asfalto dejaban los árboles mientras ’disparábamos’ desde el exterior del viraje. Ahora no había ni rastro de sol, tan cubierto estaba el cielo, y, además, de aparecer lo haría desde atrás con lo que el exterior no tenía problema alguno… pero apreciaba que el interior ofrecía también posibilidades, encintando como estaba con muy buen criterio, lo que por inusual (sobre todo visto lo visto en el nacional de asfalto casi en cada carrera) es justo resaltar. Y es que estamos ya un tanto ‘aburridos’ (¡por decirlo suave!) de montajes de seguridad hechos ‘sobre el plano’ en los que el criterio es ‘todo interior está prohibido porque hay peligro de que los coches corten por dentro’ … lo que es cierto si no hay, como era el caso, guardarail y, además, un poco más hacia dentro el terreno se eleva algo, convirtiendo lo que sobre el plano puede parecer peligroso en, probablemente, el sitio más seguro de la curva. Algo que la gente de Escudería Eibar tenía lo suficientemente claro como para poner la cinta roja en la zona inmediatamente pegada a la valla (a la que, sin duda, se ceñirían los coches en su trazada), y añadir cinta amarilla de ‘zona para público’, en ese metro más hacia el interior y algo más elevado donde la seguridad era total … y además el punto de vista para las fotos diferente, con público de fondo que siempre es algo que añade color y calor a cualquier imagen de una carrera.

Pedro Roca ganó la Fase A de CM con un crono estratosférico pero la mala monta de gomas le relegó a la cuarta plaza el domingo

Iñigo Martínez se llevó la Copa CM con espectacular ventaja en la lluviosa fase B

Dos podios en CM para el incombustible Pantxo Egozkue, tercero el sábado y segundo el domingo

Aparte de todo ello, personalmente me gustan estos interiores de curvas rápidas en montaña, en los que estás a un paso de la acción pero perfectamente seguro, lo que te permite apreciar bien de cerca una de las claves de esta especialidad: la velocidad pura. Eso de estar a apenas un metro del guardarail que los coches pasan ’limando’ mientras sus pilotos se empeñan en contradecir las leyes de la física que empujan la masa del vehículo hacia el exterior, es una sensación que me sigue ’acelerando el pulso’ y me trae a la mente imágenes de esas que veía de crío en las revistas, cuando los fórmula 1 corrían en Montjuic o los turismos iban ’a fuego’ entre las calles de Brno o, sin tener que salir de España, por las del legendario trazado de Alcañiz. Así que aunque mis bastante limitadas habilidades como fotógrafo no me permitiesen sacarle a la curva todo el partido, disfrutaba al máximo de la ‘dosis de velocidad’ que me proporcionaban los cerca de 60 participantes. Es especial, el paso de los CM, que apenas si dejaban un centímetro entre la fibra de sus carrocerías y el metal de la valla, quedando prácticamente ’tapados’ por esta en nuestro campo visual durante un brevísimo instante, era toda una ’fiesta para los sentidos’ que hacía que la segunda manga del día se me pasase también volando, cerrada además, como perfecto broche final, por quien había abierto la anterior, Fombona. El líder del campeonato trazaba lógicamente más abierto con su Audi, pero sin perder apenas velocidad pese al deslizamiento hacia el exterior que imponía la curva y que el gijonés controlaba a la perfección mientras salía ganando metros de forma imparable camino de un nuevo mejor tiempo, como comprobaríamos minutos después, ya en la zona de salida, en la pantalla que nos servía para ponernos al día de cómo habían transcurrido las dos subidas de entrenamientos. Dos mangas que no deparaban sorpresas, con Fombona siendo siempre el más rápido, seguido en la primera, con más humedades en el piso, por los locales Ramírez y Barrueta, y en la segunda, ya con piso más seco y cronos más cercanos a los tres minutos, por Borreguero, de nuevo con Barrueta en la tercera plaza. Entre los CM el panorama era aun más claro, primero Roca, segundo Iñigo, tercero Aritz, con los dos primeros claramente destacados en sus cronos respecto al tercero, al que su tío Pantxo y algún otro, como Alberto Alonso, amenazaban en la que parecía la única lucha a la vista: la de conseguir la tercera plaza.

La subida oficial la seguía desde la zona de salida, aprovechando para sacar las habituales fotos de los coches arrancando y, de paso, pudiendo estar ya más al tanto de los cronos y de las batallas en los diferentes grupos, que en mi rápido repaso anterior a los tiempos se me habían quedado un tanto olvidadas. La primera que se resolvía era la de los clásicos, y lo hacía con cierta sorpresa a tenor de los resultados de los dos favoritos en entrenos, siempre con Rafael Serratosa claramente por delante de Miguel Angel Clemente. Pero la ventaja del TVR sobre el Seat, que en la primera subida había sido de diez segundos, se había recortado a cuatro en la segunda … y quien sabe si ello pudo crear en Rafael la duda de si su rival tenía ‘algo más guardado’ tras tan rápido acercamiento. El caso es que el espectacular TVR protagonizaba un trompo en la rapidísima parte inicial, y aunque no tocaba con nada perdía, lógicamente, tiempo más que de sobra no sólo para apartarle de la lucha por la victoria sino, incluso, para relegarle a una inusual sexta plaza. Ello dejaba vía libre al Seat, imponiéndose Clemente con un crono que, aunque mejor que el de entrenos, era peor que el de Serratosa en la manga anterior, con lo que su amenaza, aunque cercana, no lo era tanto como para haber podido batir al levantino de no ser por el error de este. A cerca de cinco segundos del 124, Noguera situaba su Elan, completando el podio el afinado Simca de Pulido.

Jesús Alvarez hizo la 'machada' de meterse en el podio de la fase B con un CM1

En la Fase A el mejor CM1 fue el BRC del cántabro Juan Carlos Samperio

Aritz Egozkue estuvo los dos días entre los cinco mejores de la Copa CM

Antes que se resolviese la siguiente ’guerra’, la de los CM, los ’aitores’ hacía honor a sus opciones de ’outsiders’ en lo que respecta a los turismos del nacional y copaban las tres primeras plazas de la lista de tiempos. Ramírez marcaba con su BMW un 3:00:238 que era un crono más que respetable, al nivel del mejor marcado por Fombona el año pasado, Barrueta paraba el reloj con su Mitsubishi en un 3:08 que le aseguraba virtualmente la victoria en grupo A, y Arakistain se quedaba con su Seat a décimas de bajar también del 3:10, tiempo que debía darle, con holgura, un lugar entre los diez mejores de la general.

La batalla de los CM suponía una tregua en la lucha por la victoria en la clasificación del Campeonato de España pero no por ello dejaba de ser interesante … aunque no deparase sorpresa alguna en los nombres de los dos primeros clasificados. Lo que impresionaba no era que Pedro Roca ganase otra vez con su Silver naranja, algo que dábamos más que por descontado… lo alucinante era el crono que hacía el mallorquín: un estratosférico 2:44:329 que, de golpe, convertía poco menos que en ’poca cosa’ su espléndido 2:48:4 del año pasado. Si batir el record de una prueba siempre tiene mérito, pulverizarlo de ese modo, con más de cuatro segundos de mejora, es toda una barbaridad que servía para volver a demostrar el fantástico nivel del piloto balear y su total simbiosis con el Silver Car S2. Con otro de los coches navarros, Iñigo Martínez también estaba por debajo del record del 2008 y ello le daba una holgada segunda plaza, a 3.1 de Roca y con 3.6 sobre Pantxo Egozkue, que imponía su veteranía ante Aritz para sumar un nuevo podio con el Speed Car GTR. La sorpresa llegaba con la quinta plaza de Juan Carlos Samperio, ganador entre los CM1 con su BRC 02, haciendo valer su mayor conocimiento de la prueba ante el dominador de la categoría en lo que va de temporada, Jesús Alvarez, séptimo con su Speed Car GT1000, quedando entre ambos el primero de los pilotos vascos en CM, Alberto Alonso.

Con sólo nueve coches por salir tras el CM ganador, el desenlace de la primera oficial se conocía enseguida. Lo primero a dilucidar era el grupo N, en el que el Clio del local Beristain, líder provisional hasta esos momentos, no era, lógicamente, rival para los EVOs de Iván Suárez y Rosales. Entre estos, la lucha era cerrada, con victoria ’por la mínima’ para el asturiano, que se imponía al andaluz por menos de un segundo, quedando ambos por detrás de los ‘tres aitores‘ en la general scratch. Entre los GT, con sólo los coches de los hermanos Castro en liza, no había duda respecto al resultado, con Angel aspirando a cotas mayores y marcando un 3.08.6 que le situaba delante de Barrueta pero detrás de Borreguero, primero de los Audi en llegar a meta que no podía con el crono del BMW de Ramírez. Un tiempo que tampoco podía rebajar Aznar, a vueltas con un ’cutoff’ que no funcionaba en todo el día, lo que convertía en satisfactorio para el piloto almeriense su 3.03 que le aseguraba ya el podio hiciese lo que hiciese el que quedaba por partir, Fombona.

Y lo que hacía el asturiano era bajar de los tres minutos, tras conocer ya desde hace bastante minutos que ese era el ‘listón’ a superar, puntualmente informado del crono de Ramírez por su mecánico, Miguel. El gijonés sabía que ‘iba a haber que correr’ para superar la marca de Aitor … ¡y vaya si corría! Su 2.58.323 era casi dos segundos mejor que el excelente crono del piloto vasco y le daba a José Antonio una victoria más, la sexta del año. Un triunfo de esos que dejan, además, mejor sabor porque no había sido ni mucho menos fácil.

Alberto Alonso fue sexto de la copa CM el sábado y séptimo el domingo

Un trompo retrasó a Xoan Sanmartín el sábado, mientras que el domingo acabó sexto de CM

El tercer CM1 en liza fue el Speed Car de Castillo, que acabó octavo de la Copa CM en las dos fases

Se cerraba así el primer día de competición en Arrate y no restaba, en lo que a mi respecta, más que completar el trabajo desde la habitación del hotel situado unos metros después de meta, en el que este año no tenía problema alguno con la wifi del portátil, con lo que el relajante baño en la bañera de hidromasaje era aun más satisfactorio, una vez toda la tarea resuelta y todavía con tiempo de sobra para bajar a Eibar a cenar a una hora temprana. Algo que hacía poco después, con la única complicación de lo difícil que resulta circular por una población en la que hay tantas obras en marcha y donde, además, da la sensación de imperar una especie de ‘sálvese quien pueda’ a la hora de dejar el coche en cualquier hueco. Si a ello unimos unas policías municipales un tanto ’rigurosas’ con el tráfico, el resultado fue sufrir una notable bronca de las mismas y acabar dando unas cuantas vueltas… ¡para terminar siendo el sexto que aparcaba en una parada de taxis, esperando que al igual que a los otros cinco, no nos multasen por ello!

Al menos, la cena resultó de lo más agradable, coincidiendo en el restaurante de especialidades alemanas, que el año pasado había visto pero donde no había encontrado mesa, con Jesús Alvarez y familia, que amablemente me hacían hueco y con los que compartía mantel y agradable conversación, con las carreras como principal tema, que ya se sabe que a los que nos gusta esto, cuando nos juntamos, ¡casi nunca somos capaces de hablar de otra cosa! Cuando salíamos del restaurante y nos despedíamos de Jesús, llovía y el piloto asturiano se frotaba las manos pensando ya en las mangas del domingo, en las que, sobre agua, si se veía más que capaz de superar entre los CM1 a Samperio. De vuelta al hotel, subía de nuevo Arrate y, aparte de seguir lloviendo, el kilómetro final estaba cubierto por una espesa niebla que nada bueno auguraba para el día siguiente. Los pronósticos eran de agua para el domingo y tenían toda la pinta de ir a cumplirse.

Cuando el despertador sonaba a las 6:45 (había que madrugar para bajar desde el hotel antes del cierre de carretera), el golpeteo de la lluvia en los cristales era inequívoco: los hombres del tiempo habían acertado y si el sábado nos habíamos librado de mojarnos, hoy iba a ser poco menos que imposible evitarlo. De camino a la asistencia, me fijaba en el estado de la prueba, haciendo de improvisado ’ouvreur’ para luego informar a los pilotos en el parque de trabajo: el suelo estaba empapado de arriba abajo y había incluso niebla en dos o tres zonas aunque, por fortuna, no era especialmente densa y la visibilidad era suficiente como para que no hubiese necesidad de suspender el warm up como había sucedido en Ubrique. Pensando en ello, me daba cuenta que este año hemos tenido agua al menos un día en las cuatro pruebas del nacional disputadas, algo que me recordaba poco después Angel Castro, más consciente que ningún otro de ello por lo muy poco que le gusta el suelo deslizante a su radical León Biturbo.

Como el día anterior había hecho bastantes fotos de carrera, tocaba ahora centrarse más en las de asistencia y aprovechar, de paso, para hablar con los pilotos, ya que el día anterior apenas si había tenido ocasión de ello. Entre estos, mientras Castro no era, lógicamente, nada optimista respecto a sus posibilidades a la vista del tiempo, Aznar se encontraba, en cambio, mucho más animado. El problema del cutoff ya estaba resuelto y ello, unido a su tercer puesto del día anterior pese a tener que reducir usando el embrague, le hacía ver las cosas de forma mucho más positiva que la víspera. Otro que había tenido problemas el día anterior era Lirola, al que el ZX no le acababa de ir bien, con un intermitente fallo eléctrico que esperaba haber localizado ya, con el alternador como causante del mismo. Fombona, por su parte, estaba de lo más relajado, contento con su crono del día anterior y echando una mano a sus mecánicos a la hora de desplegar las carpas, que si el año pasado habían hecho falta para cubrirse del sol, esta vez servían para guarecerse del persistente ’txirimiri’.

El duelo por la victoria en clásicos entre Clemente y Serratosa se resolvió a favor del Seat el sábado...

...mientras que el domingo fue el del TVR quien se llevó la victoria

Antonio Noguera fue segundo de los clásicos en la Fase A con su precioso Lotus Elan

Mientras los pilotos se dirigían ya a salida para la manga de libres, la hospitalidad de la gente de B9 me permitía tomar un reparador café en la ’oficina’ de su camión, desde la que seguíamos por internet los cronos. Estos eran, lógicamente, muy altos, en torno a 20-30 segundos peores que los del día anterior, lo que indicaba bien a las claras lo muy mojado que estaba el piso, con Roca y Fombona liderando la tabla.

Con las fotos de asistencia ya sacadas, aprovechaba la partida de la ‘furgoneta de mecánicos’ para acercarme de nuevo hasta la prueba y ver desde unos metros más allá de la salida la manga de entrenos oficiales, en la que la tónica no variaba: cronos muy altos y Roca haciendo el mejor tiempo, un 3.11 logrado con slicks, lo que no dejaba de resultar sorprendente habida cuenta de lo húmedo del asfalto … aunque el notable grip del mismo y las manos de Pedro hacían posible lo que parecía imposible, que con gomas lisas se pudiese estar delante.

Tras ver partir a Fombona nos dirigíamos camino de la pantalla de tiempos… pero parábamos en seco cuando oíamos al director de carrera comentar el mensaje que acababa de recibir por línea interna: ¡hay un coche quemando en pista! Poco después nos decían que ni Ángel Castro ni Fombona habían completado la subida, mientras que Aznar, que subía entre ambos, si lo había hecho pero con un crono muy alto, con lo que ya nos imaginábamos, al menos en parte, que podía haber ocurrido. Y ello era, como nos informaban minutos después y luego ya nos contaban con más detalles los protagonistas y ampliamos en la sección de noticias, el conato de incendio del Seat Toledo de Angel Castro que, por fortuna, se resolvía con más susto que daño.

Con más de una hora aun hasta el inicio de la subida oficial, había tiempo para volver a subir a la prueba, así que cogía de nuevo el coche de prensa y volvía a pedir a su conductor que me dejase en la curva de la Ikastola, para hacer esta vez las fotos desde el exterior que no había hecho el día anterior. Así tendría también alguna imagen de carrera en agua, además de los ‘barridos’ que había sacado al lado de la salida, y podría ver en directo unos cuantos metros de la manga decisiva, que habitualmente suelo seguir desde salida.

Durante la espera hasta que a las 12 arrancaba, con puntualidad, la manga final, la lluvia cesaba por momentos, pero al empezar a subir los coches volvía a aparecer, arreciando por momentos. Con el piso tremendamente deslizante pese su rugosidad, las derrapadas eran constantes en la rápida izquierda que se veía al fondo y por la que los coches pasaban antes de llegar a nuestra curva a derechas, en la que un bache en el interior se empeñaba en descolocarlos a la salida, levantando, de paso, la rueda interior… lo que siempre queda bien en las fotos y hasta conseguir captar en alguna.

El local Rafael Díaz Pulido subió al podio de clásicos en la Fase A con su afinado Simca Rallye

Con su hermano Angel fuera de combate, Goyo Castro se quedó como único GT en la fase B

Con el BMW muy tocado tras el accidente de Santo Emiliano, Lirola compitió con el ZX de su hermano

Las muy diferentes condiciones del piso respecto al día anterior contribuían de forma notable a numerosos cambios en las jerarquías de los diferentes grupos. De entrada, entre los clásicos, Serratosa ‘se vengaba’ de su derrota del día anterior, pasaba por delante de nosotros ‘a tabla’ pese a que las estrechas ruedas de su TVR sufrían lo suyo para mantener la zaga del coche en su sitio y transmitir su caballería al suelo, y se hacía con la victoria por delante de Clemente, no menos exuberante en su pilotaje del veterano 124, mientras que el podio de los preciosos históricos lo completaba otra vez el Simca de Pulido, que volvía a impresionarnos por su afinadísimo sonar.

Al igual que el sábado, antes de la llegada de los CM, la lista de tiempos absoluta la lideraban dos componentes de los que para mi ya eran desde el día anterior los ‘tres aitores’. Aprovechando al máximo su conocimiento del trazado y la tracción total de su EVO VIII, el más rápido, y con diferencia, era Barrueta, seguido del León tracción delantera de Arakistain, pero ya a siete segundos, mientras que Ramírez sufría con su 320ST ‘propulsión’, siendo superado incluso por los ágiles Clios de Beristain y Millares … y hasta por el Sierra del siempre espectacular Zárraga, que dominaba entre los regionales.

El turno de los CM nos dejaba algunas de las mejores estampas del día, con vistosas cruzadas en la rápida curva que hacía de fondo a nuestro campo visual. Y no dejaba de sorprenderme que quien más cruzado y deslizando apareciese en ella fuese el Silver de Roca, cuyas trazadas de ‘tiralíneas’ siempre me llaman poderosamente la atención, especialmente comparadas con las de sus rivales, habitualmente siempre más llamativas pero no tan eficaces. La explicación la tendría minutos después, ya en la Plaza de Unzaga, que hacía de escenario a la entrega de premios, cuando le preguntaba a Pedro por las causas de verlo ‘sólo’ cuarto en la lista de tiempos. Tras haber subido con slicks en las mangas de entrenos, la decisión final era repetir con los lisos en la manga final, pero el asfalto se encontraba peor de lo esperado y el balear no podía evitar un toque, en el que dañaba la dirección, lo que le hacía subir ya más ’tranquilo’ y quedar en esa para el tan inusual posición, fuera del podio.

De todas formas, la victoria no se les escapaba a los Silver, ya que Iñigo Martínez tomaba a la perfección el relevo de Roca, ganando con una autoridad casi insultante ¡nada menos que diez segundos y medio de ventaja sobre el segundo clasificado! Este era Pantxo Egozkue, que volvía a demostrar aquello de que la veteranía es un grado, y conseguía su segundo podio del fin de semana con el Speed Car GTR. Tercero, demostrando que las ganas de que lloviese que me había expresado el sábado por la noche eran más que fundadas, terminaba Jesús Alvarez, consiguiendo la nada desdeñable proeza de meterse en el podio scratch de la Copa CM con su ya realmente veterano Speed Car GT1000 de CM1, categoría en la que, lógicamente, el asturiano lograba una rotunda victoria, la sexta en lo que va de año.

Cuarto era, como ya quedó comentado más arriba, un Roca que llegaba a meta con ese enfado por no ganar que suele ser tan común en los campeones que no se conforman nunca, por muchas victorias que hayan conseguido, y quinto terminaba Aritz Egozkue, completando un fin de semana realmente positivo para la familia del veterano mexicano-navarro.

Los Clio Sport dieron mucho juego, el navarro Villares situó el suyo 9º scratch del nacional el domingo...

...y el local Urtzi Beristain subió al podio del grupo N en las dos fases

Para el BMW de Duperou fue la segunda plaza del grupo A en la primera fase...

Siguiendo con los cambios en los resultados respecto al día anterior, el grupo N deparaba la notable sorpresa de ver a Rosales por delante de Iván Suárez, un resultado totalmente inesperado ya que sobre piso mojado era de esperar que el asturiano hubiese aumentado la escasa ventaja que había conseguido sobre el andaluz el día anterior, sobre seco. Pero, aunque sólo fuese por dos décimas, el malagueño se llevaba una victoria realmente importante de cara al campeonato, en el que mantiene íntegra su ventaja al frente de la general respecto al que se perfila como su único rival en la categoría. Y es que el grupo N está poco animado este año, con apenas estos dos contendientes siguiéndolo de forma habitual, lo que dejaba en Arrate abierto el tercer escalón del podio al local Urtzi Beristain, que sobre mojado se permitía el lujo de acercarse bastante a los cronos de los Mitsubishis con su Renault Clio Sport.

Pero si el grupo N está flojo, el A está en situación similar o incluso peor, con sólo Lirola y Bayo haciendo todas las carreras. En Arrate, el almeriense poco podía hacer con el ZX de su hermano, que no acababa de ir bien, aunque, de todas formas, tampoco hubiese tenido opción con su habitual M3, especialmente en mojado, ante el rapidísimo Barrueta, que se llevaba la categoría los dos días. El sábado, sobre seco, le habían secundado el vistoso BMW ‘verde fosforito’ de Joseph Duperou, y el siempre ‘silencioso’ Volvo S60 de Rubén Bayo, pero el domingo, sobre agua, segundo y tercero cambiaban, pasando a ser el C2GT de Arkaitz Uranga y el Ibiza TDI de Igor Orobengoa, con lo que tras el doble triunfo del 320d de Riera Junior en Santo Emiliano, otro ’petrolero’ conseguía un podio del grupo A.

Donde no había sorpresas ni cambios era en el nombre del ganador en el Campeonato de España. El crono de Barrueta se mantuvo como referencia hasta el último minuto, incluso pese a que cuando hizo su recorrido el vasco llovía algo más que durante los momentos finales, en los que salió el último grupo de carrozados y hasta, muy tímidamente, apareció algo de sol (¡o más bien claridad!) sobre Arrate. Pese a ello, Borreguero, con el primero de los siempre súper favoritos Audis, se quedó a casi tres segundos del tiempo del eibarrés y tuvo que ser Aznar el que lo batiese, por algo más de segundo y medio, asegurándose ya, como mínimo, la segunda plaza.
Y esa sería precisamente la posición final del almeriense porque la primera este año tiene dueño fijo: José Antonio López-Fombona. El gijonés bajaba hasta el 3:14, crono que, de todos los participantes, sólo era superado por el Silver de Iñigo en menos de dos segundos cuando, en seco los CM punteros rodaban diez segundos más rápidos, lo que daba buena idea de lo deprisa que sobre piso mojado había subido el tricampeón nacional. Algo que se apreciaba a simple vista en los pocos metros en los que teníamos visión directa de su ascensión, perfectos y con esa sensación de ‘potencia bajo control’ que transmite el paso de su A4ST. Fombona sumaba así su séptima victoria del año, camino de un campeonato que nadie duda va a ser suyo por cuarta vez consecutiva.

Concluía así la subida a Arrate y ya no nos restaba que descender dando un paseo hasta salida y, desde ahí, conseguir llegar hasta la lejana zona de asistencia, donde habíamos dejado el coche por la mañana. Algo que nos llevaba más de tiempo de lo previsto pero que resolvía con su habitual diligencia Rubén, enviando un vehículo para ’rescatarnos’ y facilitarnos así el llegar a tiempo a la entrega de premios, en pleno centro de Eibar. Cuando tras dar otro par de vueltas en busca de sitio donde aparcar (¡realmente complicado este tema en Eibar!), conseguía dejar el coche más o menos razonablemente estacionado, el cielo estaba clareando cada vez más, como si las nubes decidiesen que ya habían cumplido con su obligación de ‘mojar’ al menos una de las mangas en cada carrera del campeonato de montaña de este año. Ya en la plaza de Unzaga, el habitual buen ambiente entre los pilotos del nacional de montaña me volvía a quedar de manifiesto cuando los veía departir en diferentes grupos mientras se sucedían las diferentes subidas y bajadas al podio para recoger los galardones de las distintas categorías, entre los que no faltaban las típicas Txapelas tan características de la zona.

...y para el C2 de Arkaitz Uranga en la segunda

Rubén Bayo situó su Volvo tercero del grupo A el sábado...

...mientras que el domingo el podio del grupo A lo completó el Ibiza TDI de Orgobengoa

Tocaba ya emprender camino de retorno a casa, con excelente sabor de boca tras ver una de esas pruebas en las que disfrutas mientras trabajas, lo que te deja con ganas de volver. En su segundo año en el nacional de esta ‘nueva época’ de Arrate, la sensación de ilusión y ganas de hacer las cosas bien que había notado en el 2008 diría que se acrecentaba. La gente de Escudería Eibar forma un grupo joven y decidido a que su prueba salga adelante, algo que se evidencia especialmente cuando uno se fija en como se mueve y actúa ese auténtico ‘ejército’ de chalecos verdes y naranjas que componen el nutrido grupo de personas que, de un modo u otro, colabora con la organización de la prueba. Detalles como la rapidez con que desmontaban todo el ’tinglado’ de salida o ’desencintaban’ la prueba apenas unos minutos tras la finalización de la misma, llamaban poderosamente mi atención: todo el mundo tenía clara cual era su labor y se dedicaba a ella con eficacia y entusiasmo. Algo que se extendía al resto de cometidos necesarios para hacer que la carrera ’funcione’, superando con nota incluso la importante complicación que supone la lejanía del parque de trabajo. Algo que no debe de ser fácil de coordinar pero que, al igual que el pasado año, resolvían con precisión en cada manga, sin que se produjese ningún ’corte’ en la salida cada treinta segundos de los participantes, pese a tener que hacerlos llegar desde la lejana asistencia en varios grupos separados. Si luego, además, tienes un público entendido y con un comportamiento ejemplar (muy loable me pareció, en este sentido, como los espectadores de la zona de ’tribunas naturales’ de cerca de meta se preocupaba por tirar la basura en las bolsas puestas al efecto por la organización), y un trazado tan bonito, difícil y selectivo como el que conforma el escarpado terreno por el que discurre la tortuosa cinta de asfalto que asciende al Santuario de la virgen que da nombre a la prueba, el resultado no puede ser otro que muy bueno. Así que, amigo Rubén, aunque luego haya algún ’pero’ en el informe del observador o se puedan mejorar cosas o evitar algún fallo (que siempre los hay… ¡la perfección no existe!), si yo fuese tu me sentiría orgulloso de lo que habéis conseguido en sólo dos años en el campeonato de España. Diría, incluso, que estáis marcando el camino a seguir por las nuevas pruebas que se incorporan al calendario y a las que les habéis colocado alto el listón en lo que respecta a como debutar en un certamen de las exigencias organizativas del nacional. Si en las dos próximas que pasarán por ese trance, Chantada y Cortegada, trabajan con vuestras ganas y entusiasmo, nos espera un magnífico verano de carreras en el Campeonato de España de Montaña 2009.