La lista de inscritos de Arrate sufría una inesperada baja el domingo anterior a la disputa de la prueba. El Campeón de Asturias y segundo de la copa CM nacional, Oscar Palacio, disfrutaba de un día de playa al día siguiente de imponerse en la subida a Muncó, del regional asturiano, cuando sufría un aparatoso accidente del que, por fortuna, salía con menos daños de los que la peligrosidad de la caída sufrida en el ‘pedrero’ de la playa de Rodiles podía haber supuesto.

De todas formas, el piloto asturiano salía del percance con numerosas magulladuras y una fractura en el talón de pie derecho que requerirá operación quirúrgica, lo que, desgraciadamente, lo tendrá alejado de la competición por un periodo todavía no determinado, comprometiendo muy seriamente su temporada tanto en el nacional como en el regional, que lideraba tras imponerse en sus tres primeras pruebas.
Desde estas líneas deseamos a Oscar una pronta recuperación y esperamos poder verle de nuevo en acción cuanto antes.

Una segunda plaza que Ramírez no tenía opción a repetir el domingo, sobre piso mojado, siendo relevado como representante de los pilotos vascos en el podio del nacional por Aitor Barrueta. El eibarrés, perfecto conocedor de la subida (¡no en vano es propietario de un restaurante situado en su cima!) había quedado prácticamente inédito el año pasado con su Mitsubishi EVO VIII, procedente del taller asturiano Caldevilla Motor, pero esta vez el coche funcionaba a la perfección, y tras ser sexto scratch y primero de grupo A el sábado, Barrueta daba el do pecho bajo la lluvia el domingo, no sólo volviendo a dominar con holgura su categoría, sino acabando, además, tercero absoluto del Campeonato de España.

El problema era que la 'clarificación' de la española añadía más dudas, ya que si bien definía (esquema con medidas incluido) cual sería el tipo de goma para lluvia autorizado a partir de ahora, resultaba que el dibujo incluido en la circular no se correspondía con el usado por la gran mayoría de los participantes, respondiendo a un modelo en concreto realizado por el distribuidor en España de la marca, Vilariño Motorsport, empresa que quedaba encargada de 'validar' las ruedas de cada participante por medio de unas 'pegatinas amarillas' que certificaban su conformidad al reglamento. Algo que no convencía a casi nadie, ya que la procedencia de las ruedas que usan unos y otros es muy variada, aunque todas sean Avon, habiendo sido adquiridas no sólo al importador sino también fuera de España y, como muy bien pudieron apreciar 'in situ' los técnicos de la española (o como se ve en la web del fabricante inglés, tal y como se hacía referencia en esta sección cuando se trataba este tema en el reportaje de Santo Emiliano), la variedad de 'dibujos' en posesión de los diferentes equipos va más allá de ese único esquema válido propuesto por la circular. Al final, tras unas cuantas conversaciones entre todos los implicados durante la mañana del sábado en el parque de asistencia, se pasaba poco menos que del 'no vale más que esta' aplicado digamos que 'a ojo' por los técnicos de la RFEdA en Santo Emiliano y 'legislado' después en la circular 34, al 'vale todo' que suponía el hecho de que se acabasen validando absolutamente todos los neumáticos de agua que presentaban los CM que competían en Arrate. Validación que, además, quedaba finalmente en manos de los técnicos de la española y no del importador de la marca.
De todas formas, el sábado por la tarde se producía un sorprendente corolario a todo el 'affaire', cuando los comisarios deportivos comunicaban a Jesús Álvarez que sus gomas (las de dibujo más de tipo 'intermedio' que 'full wet', que estuvieron en el centro de la polémica en Santo Emiliano) aunque habían sido validadas por la mañana con la ya famosa 'pegatina amarilla' tras haber sido prohibidas en la carrera anterior . ¡volverían a no ser válidas para la siguiente! Esperemos que sea este el último vaivén en tan controvertido asunto.

Ya sin piloto y con las llamas creciendo, el Seat seguía por inercia unos pocos metros, paraba contra el talud, pasaba el Audi de Aznar, que había salido 30 segundos después, y cuando llegaba el de Fombona, otros 30 más tarde, la 'barbacoa' empezaba a ser más que preocupante, por lo que José Antonio, alarmado al pensar que Angel pudiese estar aun dentro, se detenía de inmediato. Por fortuna, todo estaba bajo control gracias a la rápida intervención de un comisario, extintor en mano, y todo quedaba en un enorme susto y unos cuantos daños en el coche, principalmente en la instalación eléctrica y en las fibras de la zona posterior que, según nos comentaba su piloto durante la entrega de premios, no debería de impedirle tenerlo reparado y listo para competir dentro de quince días en Chantada.