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23|06|07 RALLYE ORENSE | Cto. ESPAÑA de RALLYES | 5ªPRUEBA
Miguel Fuster se fue quedando sin rivales en Orense y no tuvo problemas para imponer por segunda vez esta temporada el Punto S2000. Sin Berti Hevia en el rallye y con Joan Vinyes y Marcelino Hevia saliéndose por la mañana cuando estaban acosándole, el de Fiat acabó por no tener opsición alguna y sumar un triunfo 'fácil' limitándose a controlar a Vallejo en los tramos de la tarde.
CRONICA

El viernes pasado el destino de un nuevo viaje de fin de semana de carreras era, por tercera vez esta temporada y en apenas mes y medio, la zona sur de Galicia. Tras el rallye de tierra de Orense, a principios de Mayo, y el Rías Baixas a finales del mismo mes, el destino era, de nuevo, Orense, por donde también pasamos hace quince días camino de Vigo, así que la ruta era más que familiar aunque las sensaciones previas al rallye no podían ser más diferentes.
Camino de Vigo, dos semanas antes, pensaba en si Berti Hevia y el Polo S2000 podrían inquietar a Fuster y el Grande Punto. Luego resultaría que no sólo Berti le inquietaba sino que, ayudado por el pinchazo sufrido por el Fiat, acababa ganado el rallye y poniéndose líder del campeonato. Ahora, dos semanas después, el duelo no se iba a repetir, simplemente porque el poleso ni siquiera estaba inscrito en Orense, con sus aspiraciones al título estrellándose contra la realidad de un presupuesto que nunca dio para más de cuatro/cinco carreras, de las que tres ya estaban completadas a estas alturas del año.
Así que Fuster ya se quedaba sin un rival, sin su máximo rival, antes siquiera de empezar y sólo restaba esperar que le surgiesen otros de entre los Puras (de retorno tras el 'descanso para el bolsillo' del Rías), Burgo (siempre temible en los tramos gallegos), Vinyes (le tiene que salir algún rallye bien al andorrano), Vallejo (el Porsche se está defendiendo bien en todo tipo de terrenos) y Marcelino Hevia (su 'tiempazo' en el único tramo que completó en el Rías con el otro Punto S2000 daba que pensar).

De todas formas, por muchas vueltas que le diese a las posibilidades de unos y otros, Fuster me seguía pareciendo el máximo favorito cuando unas tres horas y media después de salir de Gijón veía en la autovía el cartel que indicaba "Polígono de San Ciprian" unos kilómetros antes de llegar a Orense. Como esa era la ubicación del parque de trabajo este año, decidía coger el desvio y hacer así una primera visita a los diferentes equipos. Visita que era breve ya que poco había que ver por allí, en menos de una hora iba a empezar la ceremonia de salida en pleno centro de Orense y la mayoría de los coches ya se habían dirigido hacia la ciudad, que dista unos diez kilómetros de la nueva zona de asistencia que, dicho sea de paso, me parecía bastante desangelada y realmente poco acogedora en comparación con su ubicación de otros años en Expourense.

Como en el recinto ferial seguía estando la oficina permanente del rallye, ese era el siguiente destino con el fin de recoger la acreditación de prensa y la correspondiente documentación. Cumplido el trámite ya llegaba el momento de dirigirse definitivamente a Orense para el otro habitual trámite de los viernes: la ceremonia de salida. Todavía quedaba tiempo de sobra así que me lo estaba tomando todo con calma, una calma que al final se revelaba excesiva cuando empezaba a dar vueltas y vueltas alrededor del casco antiguo de Orense buscando aparcamiento infructuosamente. Al final, ya un tanto desesperado y viendo que los coches aparcados en doble fila y en zonas prohibidas eran casi tantos o más que los bien aparcados, optaba por "tirar" el mio en una de las calles sin salida que dan acceso a la zona peatonal, confiando en que las pegatinas de prensa puestas en el cristal y las luces de 'warning' encendidas resultasen suficientes para evitar la multa.

De camino al podio de salida pasaba por la Plaza Mayor, tomada por completo por los coches de rallye y en la que cruzaba unas palabras con un Marcelino Hevia ya con mucho mejor aspecto que hace quince días en Vigo y que, con su habitual buen humor, me recomendaba ir al cruce de Toen, a un kilómetro de la salida del primer tramo, ("¡hastá ahí llegaremos!") para así asegurarme de sacarle al menos una foto en carrera y que no me pasase como en el Rías, donde no llegué a ver su Punto S2000 en acción. Tras la habitual 'pelea' para conseguir sacar las fotos del podio de salida sin que te salga nada ni nadie por el medio (algo que parece más fácil de lo que es, ¡especialmente si se empeñan en meter a todos los fotógrafos en un 'corralito' situado a un lado y con un ángulo imposible, como era el caso!) emprendiamos camino de vuelta al coche (¡no tiene multa!) y partíamos en busca del hotel que, esta vez, estaba en las afueras ... ¡y bastante más lejos de los 2.9 kilómetros que me había indicado de forma optimista el google Map! Una cena rápida en una pizzería del pueblo más cercano y a dormir que mañana toca el típico 'madrugón de rallyes', especialmente porque el objetivo era ir a ese cruce de Toen del primer tramo que nos sugería Marce y al que ya teníamos previsto acudir ¡más que nada porque nos parecía el sitio más fácil de encontrar!

Fuster vuelve a liderar el campeonato del que sigue siendo el obligado favorito

Vallejo sobrevivió a la deblace de punteros del Orense para acabar segundo

Puras sumó otro podio en su retorno con el EVO tras la ausencia del Rías

El despertador sonaba a las 7 en punto ¡arriba que el primer coche sale a las 8:38 y hay que salir con tiempo para encontrar el camino, aparcar y buscar sitio para hacer las fotos! Dar con el acceso al 'cruce del campo de futbol' no era nada complicado, especialmente porque ya en la autovía me pasaban unos cuantos coches con pinta inequívoca de ser de aficionados que también iban para allá. La estrecha carretera que llevaba al tramo empezaba enseguida a tener coches aparcados en la cuneta, síntoma inequívoco de que estábamos llegando. A la vista de que unos metros más adelante veíamos ya una larga fila de coches, y muchos de ellos aparcando a los dos lados, parecía claro que lo más prudente era ir buscando sitio donde dejar el nuestro y caminar un poco en vez de tratar de llegar más allá. Eran más o menos las 8 cuando cogíamos la cámara de fotos y hacíamos andando los últimos metros hasta el tramo pensando en que, realmente, hay que tener ganas para estar un sábado a esas horas en una carretera perdida con la idea de ir a ver pasar unos coches de competición. En mi caso el mérito es mínimo, es mi trabajo y me pagan por ello por lo que soy, realmente, un privilegiado. Por ello, en esos momentos uno admira a todos esos aficionados que están ahí en un número realmente notable y siempre con esa ilusión con la que se va cada vez a un nuevo rallye, como si fuese el primero, y cuya única recompensa va a ser ver una cruzada de este o una apurada de aquel o, ¿por qué no? un trompo de aquel otro, ¡que para gustos hay colores!

Una vez en el cruce nos encontrábamos con un buen montón de los compañeros en las tareas informativas que suelen ser habituales en casi todos los rallyes. Por allí andaban ya los de VivirAsturias (Fermín y Adrián), Chancha, Kike Salgueiro, Chapi y alguno más de esos que conoces de vista 'de siempre'. Como tampoco es que hubiese mucho espacio para todos y como el sol estaba saliendo justo por donde más iba a molestar pues pocas opciones había de moverse para sacar las fotos variadas, así que tomábamos asiento en una esquina para no molestar al público y, casi sin tiempo para más, ya sonaba el primer coche, el Grande Punto S2000 de Fuster. El "cruce del campo de futbol" es una izquierda a escuadra a la que se llega desde una bajada cuyo último viraje de derechas se puede vislumbrar al fondo entre los árboles, y que lleva a otro sector, también en bajada, que desemboca en la zona donde habíamos estado el año anterior. No es que sea una curva de esas que definen un rallye, ni mucho menos, pero tiene el atractivo de la pendiente descendente y del cambio de nivel en el cruce que permite ver 'algo' y atrae a buen número de espectadores con lo que, pensando en las fotos, es un sitio 'fácil y cómodo' para asegurar una buena cantidad de imágenes con una calidad, al menos, aceptable y con 'ambiente'.

El paso de Fuster volvía a dejarnos esa sensación de eficacia que transmite el super 2000 de FIAT. El coche no se mueve nada pero transita dando la sensación de ir realmente rápido, algo que no suele ser fácil ya que cuando un coche va 'por raíles' siempre parece que corre menos ... pero con el Grande Punto eso no ocurre, no se muy bien por qué pero en seguida notas que ese aparato anda ¡y mucho!

El siguiente en llegar era Pedro Burgo y ahí las impresiones eran totalmente diferentes: entre el característico petardeo de los EVOs y que el gallego venía 'a por todas', saliendo de la curva muy cruzado y necesitando algo más de asfalto del que tenía a su disposición, el resultado era mucho más espectacular, mucho más aplaudido pero, nos temíamos, mucho menos eficaz. Los dos siguientes también eran 'Mitsus', los de Puras y Basols, ni tan espectacualres como Burgo ni mucho menos tan eficaces como Fuster y su S2000.

El paso de Vallejo volvía a demostrar que la gente quiere ver coches como el Porsche, aunque sólo sea por su sonido y aspecto más de carreras, incluso si en sitios como en el estábamos poco pueden lucir y más parecía que su piloto procuraba salir de allí sin daños que buscando unas décimas que en ese terreno nunca va a encontrar ante la mayor agilidad de las monturas de sus rivales. Tras el GT venía, con el número 6, Joan Vinyes y el andorrano se ganaba aun más aplausos que el EVO IX naranja de Café Candelas. Joan balanceaba el C2 S1600 a la entrada del viraje, atacándolo de forma diametralmente opuesta a todos los anteriores. Mientras estos habían buscado el interior a base de apuntar directamente al vértice de la curva, Vinyes se abría, cortando por fuera y buscando una trayectoria de salida diferente, más 'redonda', para perder la menos velocidad posible en el viraje y tratar de compensar así la menor capacidad de tracción de su super 1600. El resultado era ciertamente llamativo y uno esperaba que el crono recompensase el esfuerzo, porque si en un rallye podía pelear el C2 ex-campeón 2006 tal vez fuese en este de Orense.

Los EVOs de Meira y Senra se llevaban también su buena salva de aplausos, tanto o más por lo bien que pasaban como por ser 'de casa'. Con el 9 llegaba Sergio Pérez, tan agresivo como de costumbre con el Clio S1600, y tras él era el turno del otro S2000, el de Marcelino Hevia. Justo antes de que pasase "Marce" oíamos comentar a un espectador los primeros cronos que acababa de escuchar por la radio: scratch provisional para Fuster ¡que ya le había metido 15 a Burgo! Si pasando tan al límite como había pasado el lucense te 'caen' 6-7 décimas por kilómetro es que no hay nada que hacer. La sorpresa (¡agradable sorpresa!) era el excelente tiempo de Vinyes, a 5.7 (¡a ver si hoy, por fin, Joan está en la pelea!) y el constatar que Vallejo sabe cada vez mejor donde puede y donde no exprimir la caballería del Porsche, lo que le hacía perder sólo 6.5 pese a parecer que pasaba mucho más despacio, algo que seguramente ocurría en nuestra curva pero que compensaba en otras zonas más favorables del tramo.

Reflexionado sobre todo esto casi nos olvidábamos de "Marce" (¡uno ya no espera un coche 'gordo' con el número 10!) que llegaba y se iba de nuestra vista causando una sensación muy similar a la de Fuster, si acaso un poco más de agresividad en la frenada, tal vez un poco más tardía aunque ello no siempre signifique un mejor tiempo si luego se sale algo más lento de la curva. De todas formas algo así es poco menos que imposible de constatar mientras se mira por el objetivo de la cámara y, en todo caso, el Punto S2000 blanquiazul dejaba buena impresión ... algo que la radio confirmaba unos minutos después: suyo era el tercer mejor crono, a una décima de Vinyes y 5.8 de Fuster ¡no está mal!

Antes de que empezasen a pasar los numerosos 206 del Desafio que, una vez más, salvaban en cuanto a número la inscripción de un rallye del Campeonato de España 2007 (¡a ver que pasa en Ferrol donde no tienen que ir los Desafiantes!) quedaban todavía algunos de los posibles protagonistas de las primeras plazas. De ellos destacaba, una vez más, el arrojo de Yeray Lemes, que se sigue tirando en cada curva como si fuese la última. Desde luego que este chico no tiene miedo y a sus 19 años es todo un diamante en bruto al que habrá que pulir algunas aristas pero que puede dar que hablar durante muchos años. Espectacular también era la llegada de Márquez, aunque en su caso uno adivinaba más problemas que ganas de 'montar el número'. El Punto S1600 entraba absolutamente descolocado en la frenada, controlado por Carlos entre una nube de humo y una salva de aplausos, pero estaba claro que algo pasaba como el propio piloto nos confirmaría después cuando le comentábamos lo visto: simplemente el Fiat 'no paraba' y había que hacer uso abundante del freno de mano para conseguir perder velocidad.

Una vez terminado el paso de todos los participantes, cerrado por un inusual Fiat Panda y animado, sobre todo, por ese auténtico ídolo para el público en que se está convirtiendo Ferreiro, siempre de lado con su Escort MKII, llegaba el momento de decidir si cambiar de sitio para la segunda pasada (tal vez ir al cruce del año pasado) o quedarse en este mismo pero buscando otro ángulo. Algo que nos sugería Fermín Parente a los que habiamos estado disparando desde el exterior ya que él había ido unos metros más allá, a la salida de la curva, y el enfoque era totalmente distinto y con buenas posibilidades. La idea nos parecía perfecta y como había casi dos horas hasta la siguiente pasada, aprovechábamos para ir hasta el coche, poner la radio y comernos unas pipas mientras esperábamos leyendo en el último número de "Motorsport" un par de esos artículos sobre historia del automovilismo que tanto me gustan (Jackie Oliver y su debut en F1 con el Lotus 49, la saga de los Gulf Mirage Cosworth en Le Mans) y que sólo encuentras en la 'prensa inglesa', esa misma que tanto critican los que nunca han publicado nada que se acerque a la calidad de lo que devorábamos sin poder parar.

Una vez localizada la transmisión del rallye en COPE onda media nos enterábamos de los cronos del segundo tramo, Melón-Avión y las noticias eran buenas para los que queríamos igualdad y emoción. Fuster había marcado otro scratch pero tanto Vinyes como Marcelino Hevia 'estaban ahí', a apenas un segundo. Los demás ya iban cediendo (Puras se quejaba de los frenos y había perdido mucho en Toen-Castrelo) o empezaban a caer (Burgo se salía imitado por Sergio Pérez, Senra pinchaba dos veces por lo que, sin rueda de repuesto y con tramo y medio aun hasta la asistencia no tenía más remedio que retirarse, "Rantur" no iba más allá de la primera especial con problemas en el diferencial delantero). ¡Esto empezaba a ser una debacle y no había hecho más que empezar!

El corto Pena Corneira traía muchos más cambios de los esperados. Fuster llegaba al control stop quejándose de problemas de tracción, presumiblemente el diferencial, y su crono de 4:47 quedaba pronto claro que era malo cuando el siguiente en entrar en meta, un Puras nada contento con como iba su Mitsubishi, marcaba 4:39. Quedaba por ver si los más inmediatos seguidores de Fuster, Vinyes y Hevia, aprovechaban la oportunidad ... ¡y vaya si lo hacían! El andorrano bajaba también del 4:40 y era líder provisional durante los apenas cuatro minutos que pasaban hasta que se conocía el crono del asturiano. Su 4:32.7 significaba el primer scratch de Marce y el Grande Punto S2000 de la Red de Concesionarios FIAT ... y les daba el liderato ¡en el que era sólo su cuarto tramo en este nacional 2007!

De golpe el rallye se presentaba superanimado y ya era el momento de volver a la cuneta para la segunda pasada con ganas de ver, de nuevo, a los protagonistas. Eso si, tras sólo tres tramos, los huecos en la lista de inscritos eran ya notables, anticipo de lo que estaba por llegar en un rallye que, pese al espléndido día de sol, iba a producir tal debacle ¡que hubo más de uno que nos preguntó si llovía cuando, por la tarde, le comentábamos por teléfono la lista de bajas!

La posición que nos había recomendado Fermín permitiía sacar fotos realmente atractivas, con el único inconveniente de que había pocas opciones para moverse y cambiar de ángulo. Pero bueno, no se puede tener todo y hasta alguien como yo, tan poco ducho en esto de disparar con la Reflex, conseguía capturar alguna que otra bonita cruzada y levantada de rueda, así que el sitio era de los de 'apuntar' para otro año. De nuevo, Fuster pasaba 'limpio' sin tener que cortar absolutamente nada y aprovechando al máximo la fenomenal capacidad de tracción del S2000 italiano. Vinyes volvía a dejar mal a los que decimos que los S1600 no son espectaculares (¡vaya manera de 'tirarlo' desde la entrada de la curva para salir perfectamente por el sitio una vez 'recogido' tras pasar el vértice!), el veterano Javier Paz obsequiaba al respetable con una cruzada muy bien ejecutada ... y Yeray Lemes volvía a 'meter miedo' de lo rápido que llegaba, mostrando en su aleta delantera izquierda los signos del pinchazo que le había costado una buena cantidad de tiempo en el tramo anterior, además de obligar a los mecánicos de RMC a todo un trabajo de artesanía para reconstruir una suspensión que había sufrido los rigores de seguir 'a taco' con rueda pinchada y todo.

Tras esperar por el paso de Ferreiro que, esta vez, se cruzaba tanto ..¡que se pasaba! marcándose un semitrompo pero volviendo loco al público, aprovechábamos para ir partiendo ya camino de la zona de asistencia y evitar así el presumible atasco de salida del tramo ya que el número de coches aparcados en la zona era notable. Nada más arrancar y encender la radio llegaba el primer jarro de agua fría para la emoción del rallye: Vinyes se había salido unos kilómetros después de pasar por donde estábamos. Además, Fuster, ya con el coche en perfectas condiciones, 'se enfadaba' y le metía casi 9 a Marce, 22 a Vallejo y más de 30 al resto, lo que en un tramo de 23 kilómetros significa más de segundo por kilómetro entre el S2000, el GT y los grupo N punteros. El rallye se empezaba a sentenciar aunque Marcelino Hevia era todavía segundo a 1.2 y seguro que no se iba a conformar.

Y a lo peor, eso era precisamente lo que nos temíamos que pasaba cuando llegábamos a la carpa de su equipo justo segundos antes de su llamada de teléfono avisándoles de que estaba fuera de carrera. Un toque en la parte trasera arrancaba una rueda y el Grande Punto acababa, por segunda vez consecutiva, a la pata coja...¡se terminó el rallye! Otro scratch en la segunda pasada por Peña Corbeira, que servía para cerrar la segunda sección, y tras sólo 6 tramos Fuster ya le llevaba cerca de 50 segundos a Vallejo y casi minuto y medio al primer Mitsubishi, el del cada día más eficaz Basols quien heredaba la posición ocupada hasta ese momento por el tan brillante como desafortunado Meira, que tenía que abandonar por problemas de cambio tras haber hecho unos auténticos "tiempazos" en los primeros tramos con su vistoso EVO IX amarillo calzado con las cubiertas checas Matador.

Minutos después empezaban a llegar los "supervivientes" al reagrupamiento del medio día y aprovechábamos para ir conociendo las impresiones de los "nuestros": Márquez venía resignado, tras sufrir un pinchazo pese a haber ido super tranquilo y sin buscar las cunetas, y se quejaba de un motor que "cada vez anda menos"... preludio de una muerta casi anunciada que se produciría en el primer tramo de la tarde. Recorríamos la zona de asistencia para ir recogiendo las noticias de los equipos asturianos y aquello parecía más el parte de bajas de la batalla de Trafalgar que un rallye. Vallín ya estaba fuera desde la segunda especial, tras quedarse el cambio bloqueado como nos comentaba su copiloto, Fermín Busta, ya vestido de calle. El 206 de "Sandalio" mostraba 'signos de violencia' en la parte izquierda del morro, el de Sergio González también había tenido 'un encuentro con el paisaje', Cima había 'aparcado' el suyo en el mismo sitio que Marcelino Hevia, el C2 de Jonattan Pérez, que copilotaba Kike Velasco, se había parado de forma inexplicable. El único que estaba 'entero' era el 206 de los Arias, que iban peleando por la victoria en el Desafio y que no se librarían, por la tarde, de la maldición que pareció perseguir a los astures en este rallye.

Tras hacer las fotos en las diferentes zonas de asistencia, me tomaba un 'tentenpié' en la carpa de RMC y me pensaba mejor eso de ir hasta Cañon do Sil para los tramos de la tarde. Con apenas 30 coches en carrera y diferencias claras en todas las posiciones importantes casi que no me apetecía mucho ponerme a buscar caminos y aparcamiento en una de las estrechas carreteras de la zona. Mejor dirigirme ya hacía la sala de prensa en Expourense para ir adelantando trabajo. Por desgracia ya se podían ir escribiendo los comunicados de Sergio Pérez y de Marcelino Hevia, luego de sus tempranos abandonos ... y mientras acababa de enviarlos y preparar todo el material gráfico para que mi socio Gerald fuese montando el reportaje sobre el (breve) rallye de Sergio en su web, oía comentar a los compañeros de las emisoras que trasmitían desde las mesas situadas unos metros más allá como Márquez también estaba ya fuera de combate ¡que desastre! Espero que los clientes no piensen que uno es gafe pero ¡vaya racha que llevan los del nacional de asfalto ultimamente!

Mientras seguía completando el trabajo y preparaba ya, también, el reportaje y el comunicado sobre el desgraciado rallye de Carlos (quien, dicho sea de paso, no pierde la moral nunca, pase lo que pase ¡y ya estaba pensando en Avilés a la hora de abandonar en Orense!), mantenía un oido en las radios y un ojo en la pantalla de tiempos por si había novedades en los puestos de cabeza. Pero no, como se suele decir 'todo el pescado estaba ya vendido' y los tramos de la tarde eran de lo más tranquilos para los primeros clasificados. Fuster se llevaba otros tres scratchs y una victoria que necesitaba y que resultaba mucho más fácil tras la debacle de sus rivales. Vallejo cerraba el rallye con el mejor crono en la última especial y un buen segundo puesto, lejos del S2000 pero claramente por delante de los Mitsubishi en un terreno, en teoría, más favorable a estos. Puras, pese a quejarse de graves problemas de cambio, acababa por remontar sobre Basols para hacerse con un trabajado y lejano tercer puesto, y Lemes hacía lo propio para superar in extremis a Paz y terminar quinto. Séptimo era el único S1600 en meta, el Punto de Redondo, octavo el EVO IX de Muñiz que sólo uqería termianr entero y corría "acordándome de la factura que supuso el golpe del Rías" según comentaba con humor ya a mitad de rallye, y tras él ya venían 'los chicos del Desafio'.

Se acababa así un rallye que apenas si duró media mañana y que terminaban menos de treinta coches ... el Campeonato de España sigue sin despegar en este primer año de 'la nueva era' y, retomando el comentario que hacía en esta misma web de vuelta de Villajoyosa, cada vez me cuesta más trabajo ver el vaso 'medio lleno'. Especialmente porque la próxima prueba, Ferrol, sin Desafio Peugeot y con dudas sobre la presencia de tenores como Berti Hevia, no se presenta precisamente bajo los mejores auspicios ...algo realmente injusto para un rallye tan estupendo como el ferrolano ¡pero esto es lo que hay!

 

EVO CUP

La victoria de Basols y el abandono de Burgo destacan al catalán al frente de la EVO CUP

Los participantes en la EVO CUP no escaparon a la criba general que supuso este Orense 2007. Los abandonos de Burgo, "Rantur" y Senra dejaron pronto al monomarca de Mitsubishi sin tres de los favoritos a las primeras plazas lo que, unido al pinchazo de Lemes, dejó a Basols sólo en cabeza con una ventaja cómoda ya desde el primer tercio del rallye. Al final el catalán no fue el mejor 'Mitsu' de la general (le superó Puras) pero se llevó con holgura los puntos de la EVO CUP (en la que no puntúa el cántabro). Los otros dos escalones del podio los ocuparon Yeray Lemes, remontando de forma espectacular por la tarde tras ceder mucho tiempo luego de su encontronazo con una piedra de buenas dimensiones por la mañana, y el local Javier Paz, a quien pese a su veteranía, habría que otorgarle el simbólico título de 'revelación del rally' luego de sus buenos cronos con el EVO IX que estrenaba este fin de semana.
DESAFIO PEUGEOT

El debutante Martí se confirma como uno de los grandes favoritos al título del Desafio

El segundo rallye gallego del Desafio Peugeot también se le escapaba al vigués Oscar Garre, que sumaba otro segundo puesto, como en el Rías, pero que puede haber perdido una gran oportunidad al no haber conseguido ganar ninguno de los dos rallyes 'de casa'. Si en Vigo le había superado Vallín, esta vez el de Colunga no contaba (abandono ya en la segunda especial con el cambio 'fuera de servicio') pero la victoria se iba de nuevo fuera de Galicia ... concretamente a Cataluña. Durante toda la primera mitad del rallye, Garre, el a la postre vencedor, Jordi Martí, y el asturiano Miguel Arias, se disputaban la primera plaza. Y de ellos era Martí el que se libraba de problemas y se llevaba el triunfo. Arias pinchaba en la primera de Cañon do Sil y acababa fuera en la segunda, y Garre sufría problemas de diferencial y veía impotente como Martí se le iba echando encima y le arrebataba la victoria en el último tramo.
Tercero, ya muy lejos del duo de cabeza, acaba por ser otro gallego, el lucense Núñez, que precedía a Climent Domingo y Emilio Segura, de nuevo bastante gris. También en el Desafio era notable el número de abandonos, y entre ellos estaban los otros tres equipos asturianos. Además de la retirada de Cima, que ya se comenta en la crónica general, Florez y Sergio González acababan también por abandonar por problemas mecánicos en los tramos de la tarde cuando ya ibán retrasados después de sus desventaras, ya relatadas más arriba, de la mañana.
Ahora el monomarca de Peugeot se toma un largo descanso, ya que Ferrol no es puntuable para el Desafio, así que será en septiembre, en el Príncipe, cuando se dispute el siguiente asalto entre los que se han mostrado constantemente hasta ahora como los más rápidos: Garre, Martí, Vallín y Arias ... con los dos últimos dispuestos a conseguir lo que no ha conseguido Garre: hacer valer el 'factor campo'