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17|11|07 RALLYE MONTAÑA CENTRAL| Cto. ASTURIAS de RALLYES | 7ªPRUEBA
Mucho frio y muchas alternativas para cerrar el año de carreras en Asturias. Al final ni los 'montañeros', ni el reaparecido Miguel Diego ni Castrillo y su Maxi Megane pudieron ganar: la victoria en la última prueba de la temporada se la acabó llevando Rubén González en su primer rallye con el EVO IX de Quattro Rally, curiosamente el coche ganador también en la anterior cita del certamen, en Grado.
CRONICA

A mediados de noviembre uno ya acusa la larga temporada, llena de carreras desde Marzo sin casi pausa, pero para cerrarla el 'carbón' (o Montaña Central como se llamaba este año) se nos antojaba como el escenario perfecto. Con una inscripción corta en número pero llena de alicientes (con los 'montañeros' como gran atraccion) y un recorrido con tramos tan 'de los de antes' como 'El Cordal' o 'Morcín', el último rallye del año para el que esto escribe se presentaba como el ideal broche a un año en el que he batido mi record de presencia en pruebas nacionales y regionales (¡tendré que pasarle el listado al que decía que sólo acudimos a carreras de forma 'esporádica'!).

Las circunstancias hacían, además, que el Montaña Central lo acabase viviendo de forma algo diferente y diría que más relajada que la mayoría de carreras del año. Mi habitual acompañante en muchas de las citas del calendario asturiano, Jose, no tenía libre este sábado, y el coche lo necesitaba la novia para una inexcusable visita familiar en León ese mismo día, así que para ir a los tramos me acababa uniendo a la habitual expedición de esos auténticos 'psicópatas' de los rallyes que son los amigos Jorge, Sergi y David, con los que suelo coincidir en muchas cunetas pero con los que nunca había ido a una prueba durante todo el día. Así que en sus manos me puse para este retorno del 'carbón' tras la ausencia de la prueba de Turón-Arrass en el calendario del 2006. La gran ventaja de ir con ellos, aparte de pasármelo estupendamente charlando 'de coches' todo el día, es que son de esa gente que no sólo sabe mucho de rallyes, sino que los viven de forma tan intensa como sana. Así que ya tenían todo el planning hecho, los mapas impresos y las rutas y los horarios bien planificados cuando Jorge me recogió a la puerta de casa el sábado, poco más allá de las 7:30 de la mañana, en el que era mi último 'madrugón de rallyes' del año.

Aunque la lluvia, que había estado cayendo durante toda la semana y que 'amenazaba' con complicarnos el rallye, no hacía acto de presencia, la climatología iba a ser igualmente protagonista. Ya la noche anterior, cuando salía con novia y amigos de nuestra habitual cena en la pizzería argentina que solemos frecuentar los viernes, notaba como el frío era intenso. Estaba cayendo ya una buena helada que presagiaba temperaturas realmente bajas para la jornada de rallye. Y, efectivamente, así era el sábado por la mañana. Hacía un frio 'de pelar' y, decididamente, tocaba estrenar ese jersey 'gordo' que me regalaron el año pasado para Reyes y que todavía estaba perfectamente doblado en el armario desde entonces.

Merecida victoria de Rubén González con el EVO9 de Quattro Rally

Momento en que Castrillo abandona por rotura de palier cuando el rallye ya era casi suyo

Miguel Diego sumó el menor tiempo en los tramos pero perdió el rallye por una penalización

El destino inicial era El Cordal y tras encontrarnos en Pola de Lena con el resto de la 'expedición', subíamos hacia la zona de la Soterraña, éramos los primeros en aparcar en la amplia explanada de la parte de arriba (¡nos pasamos madrugando!) y nos disponíamos a abrigarnos bien y buscar sitio para ver la primera pasada. Hacía mucho frio y había helado bastante (los 'praos' a la sombra estaban totalmente blancos), pero el cielo empezaba a pasar del gris inicial a un azul intenso que acabaría por ser la tónica el resto del día: un día de otoño con temperaturas de pleno invierno y luz casi de primavera, perfecta mezcla para disfrutar de una 'jornada de carreras' en buena compañía y sin mucha responsabilidad a efectos de trabajo, lo que me permitía tomarme el rallye con gran tranquilidad.

La primera izquierda de la bajada, cerca de nuestro 'parking', la reservábamos para la segunda pasada, y seguíamos descendiendo unas cuantas curvas más, reconociendo el terreno y tratando ya de imaginar como iban a bajar unos y otros por allí, por una de esas zonas que 'no mienten' y en las que, aparte de llevar mejor o peor montura, hay que tener la adecuada combinación de valor y 'manos' para 'tirarse' con decisión. Elegíamos otra izquierda, más cerrada y con más pendiente, con muy buena pinta para verlos bajar ... pero que el sol, que iba ya tomando también posiciones para 'ver el rallye', me arruinaba enseguida totalmente a efectos de sacar fotos al aparecer totalmente de frente. Así que dejaba allí a mis compañeros de viaje y caminaba un poquito más, hasta la curva de la mina, una derecha muy amplia, con cantidad de sitio para situarse y sacar fotos y con una iluminación perfecta: el sol a nuestra espalda sacando todos los preciosos tonos otoñales a los árboles del fondo y, de paso, contribuyendo a que la temperatura fuese más llevadera.

Como este era, muy apropiadamente para su nombre, el rallye de los 'montañeros', hasta el coche 0 lo llevaba un habitual de las subidas, Juan Carlos Cueva, que pasaba a muy buen ritmo con un Clio. Tras él ya llegaba el momento de ver que podían dar de si tanto sus colegas en las rampas como el reaparecido Miguel Diego o los habituales del regional este año, con Castrillo, César Palacio y Arias como teóricos máximos exponentes, sin olvidar a gente como Beteta o Redondo.

El primero en la lista era, precisamente, una de las novedades del rallye, todo un ex-ganador del mismo como es Miguel Diego, que pasaba mostrando buenas maneras en su retorno a los rallyes tras larga ausencia y en su primer contacto con un EVO IX, una de las unidades de grupo N que RMC alquila habitualmente para pruebas del nacional y que ya había salido este año en manos, entre otros, de Jonattan Pérez en el Príncipe o Javier Paz en el Cataluña. Desde nuestro punto de observación se veía no sólo la curva justo delante sino una derecha situada bastantes metros más abajo y ya bastante cerca de meta, que resultaba ideal para 'picar' tiempos y tener las primeras referencias. Pero no hacía falta el cronómetro para suponer que el siguiente en el orden de salida, Miguel Arias, ya llevaba algo de tiempo perdido. Y no porque pasase despacio, ni mucho menos. De hecho la impresión visual de un 206 bien 'tirado' cuesta abajo siempre es más espectacular que la de un EVO llevado rápido pero por el sitio. Lo que delataba problemas para Miguel era el toque que se observaba en su faro delantero izquierdo, signo inequívoco de algún encuentro demasiado estrecho con el 'paisaje'. Como el piloto nos comentaría después, había hecho un trompo con la mala suerte de 'enganchar' una valla que le rompía el faro aunque sin producir más daños que la veintena de segundos de retraso respecto a Diego que el reloj nos mostraba en ese punto y que acabarían siendo 21 en meta. Lo malo para Miguel es que el crono de su 'tocayo' no era el mejor de todos, con lo que el retraso respecto a los primeros acabaría siendo mayor, algo que ya nos mostraban los parciales que íbamos tomando.

Con el número 3, justo el puesto que ha acabado siendo suyo en la clasificación final del regional, venía el que, en mi opinión y diría que en la de bastantes otros también, ha sido la gran revelación del año. Me refiero a César Palacio, que ha llevado a cabo una temporada impecable con el Renault Clio Sport a base de un estilo fino y sin grandes estridencias ni concesiones a la galería pero tremendamente eficaz. César ya había mostrado atisbos de su clase el año pasado en los pocos rallyes que hizo con el Saxo, pero el 2007 ha sido el de su 'explosión' a nivel regional con continuos buenos resultados al volante del Clio, haciendo gala además de una regularidad digna de todo un veterano. Sin duda un piloto a seguir de cerca en el futuro. En la Montaña Central poca opción parecía tener a prioiri, 'rodeado' como estaba de tanta maquinaria de superiores prestaciones ... lo que no le imepdiría conseguir al final del día su mejor resultado del año. Pero eso era algo que, a esas tempranas horas de la mañana, poco sospechábamos. Porque tras el Clio azul metalizado venía otro Renault de parecida tonalidad cromática pero bastantes más caballos, seguido de toda una legión de EVOs, todos ellos con claras intenciones de hacerse con alguno de los tres escalones del podio.

El tiempo parcial de Castrillo rebajaba en seis segundos el de Diego y nos confirmaba lo que pensábamos cuando hablábamos antes de empezar sobre quien podría ganar el rallye: si el Maxi Megane aguantaba, Julio César era nuestro máximo favorito. Pero, de entrada, ese pronóstico no era del todo acertado. Porque el primer scratch del día no era para el espectacular Kit Car ... ¡era para Oscar Palacio! En su primer rallye, el Campeón de Asturias de Montaña salía como los 'montañeros' acostumbran a hacerlo en cada prueba: con el cuchillo entre los dientes, impresionando a todo un veterano del asiento de la derecha como Salvador Belzunces, quien comentaba por la radio lo rápido que había visto a Oscar adaptarse a la conducción del Mitsu y al hecho de ir teniendo que hacer caso de las notas en vez de, sólo, de su memoria e instinto como acostumbra a hacer en la montaña. Pilotando el competitivo EVO IX de RMC con el que Fombona hizo la 'minitemporada' asturiana del nacional, Palacio dejaba claro que había salido a ganar, rebajaba en 3 segundos el crono de Castrillo y se convertía en el primer líder del rallye. La duda que teníamos muchos era ver si podría mantener el ritmo sin cometer algún error, algo que no era difícil que ocurriese dada su poca experiencia tanto en la especialidad como al volante del Mitsubishi. Pensamiento que hacíamos extensivo a los otros dos 'montañeros' al volante de sendos EVOs, Iván Suárez y Jesús Fernández, para los que el primer tramo deparaba suerte muy dispar. Iván apenas si recorría unos metros, siguiendo con su gafe en este rallye aunque, por fortuna, por causas mucho menos traumáticas que el tremendo accidente de hace cuatro años. Esta vez era la mecánica la que cedía, rompiéndose a poco de la salida el grupo del EVO VIII ex-Roca procedente del nacional de tierra con el que había tomado la salida. 'Tano', en cambio, estaba en la línea de Oscar, atacando también desde el primer metro, en su caso al volante del VIII de Pedro Burgo que había alquilado para la ocasión, con el que se quedaba a sólo 7 décimas de Castrillo y a menos de cuatro segundos del scratch.

Con Diego cediendo finalmente casi 13, y los demás, encabezados por Rubén González (con el EVO IX de Quattro Rallye en lugar de su habitual VII), y por Javier Beteta (mezclándose de nuevo entre los mejores con su Megane Coupé), ya a más de 15, la primera pasada por el Cordal había servido para configurar de forma bastante clara lo que podía ser el resto del rallye, al menos en lo que tenía que ver con la lucha por la victoria. Tras el paso de los 'gordos', llegaba el turno de los pequeños que en un terreno como el de la bajada del Cordal podían dar rienda suelta a toda su garra. De entre ellos nos quedábamos con las ganas de ver que podía hacer Alberto Redondo, cuyo AX transitaba a paso lento por delante de nosotros con un palier roto que le obligaba ya a izar bandera blanca sin haber podido siquiera presentar batalla. El testigo de los 'matagigantes' lo recogía otro de los habituales en esa labor, Nacho Braña, fiel a su espectacular estilo y marcando siempre tiempos por encima de lo que su Saxo permite, que le situaban cerca del top ten ya en el primer tramo. Un top ten en el que se metía, sin hacer ruido pero demostrando los progresos que vienen haciendo todo el año, Jonattan Pérez, octavo en la primera especial en su vuelta al C2 tras sus últimos rallyes con los EVOs.

Pero la sorpresa del día llegaba cuando ya contábamos cuantos coches quedaban para finalizar la primera pasada. Faltaba por llegar el leonés Antonio Iglesias, que con su Fiat Uno se iba a convertir en una de las sensaciones del rallye. Los 'oohhh' de admiración que se oían desde las curvas anteriores ya avisaban de que algo especial estaba ocurriendo y verlo entrar en 'nuestra' curva ya totalmente 'de lado', tirandose con decisión pero 'controlando' para salir realmente rápido y seguir así en el resto de tramo que alcanzábamos a ver, explicaban el porque de ese decimosegundo mejor crono que registraba en meta, un tiempo 'imposible' para su montura pero que él hacía posible a base de echarle muchísimo valor y no menos 'manos'.


Mientras emprendíamos camino cuesta arriba en busca de nuestros 'compañeros de rallye' llegaban ya las primeras noticias del corto Carabanzo. Con sólo tres kilómetros y medio poco debía pasar pero, sin embargo, pasaba. Jesús Fernández sufría una fuerte salida de carretera en la que dañaba de forma considerable el frontal del EVO VIII de Burgo. ¡Sólo dos tramos y ya se habían 'caído' dos de los tres 'montañeros'! Eso si, el que quedaba mantenía bien alto el pabellón de los especialistas en las carreras en cuesta. Oscar seguía líder aunque Castrillo, que marcaba el scratch, se le acercaba a sólo siete décimas. El duelo estaba servido.

El rato de espera hasta la segunda pasada se iba volando charlando con otro par de 'montañeros' que estaban por esa zona del Cordal como espectadores. Primero encontrábamos a "Viti" Pardeiro, pasando auténtico 'mono' de rallyes cada vez se acerca a una cuneta y con el que comentábamos lo caro que está todo esto de correr y lo complicado que es sacar adelante cualquier programa de un cierto nivel, sea de rallyes o de montaña, nacional o regional. Después se situaba a nuestro lado en el exterior de la izquierda que ya habíamos escogido anteriormente, Rafa Guardiola, que acababa de llegar en compañia de un grupo de amigos 'moteros' y que nos comentaba sus aventuras y desventuras con el Reynard F3 que se trajo este año y con el que esperamos verle en acción el que viene.

Mientras tanto, los golpes de efecto continuaban y el primero en pasar no era el EVO de Diego sino el 206 de Arias. Cuando ya pensábamos que se había producido otra baja, aparecía menos de un minuto después el blanco Mitsubishi en perfecto orden de marcha y rodando realmente rápido. La explicación a lo que había ocurrido había que ir a buscarla a la zona de asistencia previa al tramo. En ella Miguel había perdido toda opción al penalizar por adelanto en el control horario de entrada. Nada menos que cuatro minutos se dejaba Diego en el lance, a los que se unían otros diez segundos por salir un minuto tarde, mientras piloto y copiloto trataban de serenar ánimos y recuperar la necesaria concentración para seguir, pese a todo, en carrera. Pese a todo, Diego demostraba claramente que no se había desmoralizado por el desafortunado lance, y marcaba el scratch en esta segunda pasada por el Cordal. Decididamente, al ex-campeón asturiano de rallyes no se le había olvidado como ir rápido pese a la larga ausencia de los rallyes sólo interrumpida brevemente a principios de esta temporada con su participación al volante de un SpeedCar en Muncó.

El único que marcaba un crono cercano al de Diego era Castrillo, mientras que Palacio se dejaba también ya toda opción a la victoria. De hecho, ya nos estábamos preguntando cual sería la causa de su abandono, luego de no verle pasar en su sitio, cuando aparecía tras el C2 de Jonattan Pérez sin la defensa posterior en el EVO IX y con la rueda trasera derecha girando en un ángulo un tanto 'forzado' y obligándole a hacer auténticos malabarismos para seguir dentro de la carretera. Como Oscar nos comentaría después, lo que había ocurrido era que a poco de iniciar el tramo se le había ido un poco la trasera del coche, con la mala fortuna de deslizar algo más de los previsto y tocar contra un talud dejándose la rueda en el lance. El tiempo necesario para poner la de repuesto y seguir para abajo en esas precarias condiciones significaba ceder casi cinco minutos y decir también adios a toda opción de victoria. Además, todavía había que hacer el corto Carabanzo por segunda vez antes de llegar a la asistencia de RMC para que 'Cholo' y sus muchachos reparasen los desperfectos. Con sólo tres tramos disputados el rallye parecía poco menos que resuelto: Castrillo lideraba seguido ya a 23 segundos por Rubén González y a casi 26 por Javier Beteta, únicos que habían cedido menos de medio minuto.

Tras reunirme con 'mi grupo' al acabar la segunda pasada por El Cordal emprendíamos el descenso camino del parque de asistencia de Mieres mientras la radio informaba de otro scratch para Diego en la siguiente pasada por Carabanzo. Castrillo era de nuevo segundo a unas décimas y consolidaba aun más su liderato, con Rubén a 25, Beteta a 31 y César Palacio a 38 configurando un interesante trio para luchar por la segunda posición.

El largo reagrupamiento de Moreda significaba que llegábamos al ferial mierense con tiempo más que de sobra hasta para aburrirnos un rato antes de que los supervivientes de la primera mitad de la prueba hiciesen acto de presencia. De los 49 inscritos habían partido finalmente 44, y de ellos ya se habían quedado por el camino media docena ... ¡y todavía quedaba lo peor! Porque el bucle de la tarde, con doble pasada por Morcín y Espinos, era de los que podían causar estragos aun con el magnífico día de sol (eso si, ¡que frío!) del que disfrutábamos.

Cuando, por fin, llegaban los coches a la asistencia, hacíamos unas cuantas fotos, hablábamos con unos y otros y nos poníamos de nuevo en ruta. En el 'planning' de mis 'guías' de este sábado la siguiente etapa era Morcín. Como me entretuve un poco más de la cuenta mientras hacía mi habitual 'ronda' por las asistencias, al final quedaba poco margen para ir a la zona de las paellas, como inicialmente estaba previsto, por lo que el destino elegido era el cruce 'de la rotonda'. Cuando llegábamos ya había un buen número de coches en las inmediaciones así que buscábamos hueco para aparcar y nos disponíamos a ver el que, en mi caso, sería (salvo sorpresas) el último tramo en directo del año.

Mientras, ya se había disputado la primera pasada por Espinos, en la que Castrillo se hacía con el scratch y extendía su ventaja a 37 segundos sobre Rubén González que se había quedado, además, sin su más directa amenaza, al salirse el Megane Coupé de Beteta. Seguían cayendo protagonistas de los puestos de cabeza en un rallye que, una vez más, se estaba mostrando realmente duro. César Palacio pasaba a ocupar la tercera plaza, pero ya a veinte segundos de Rubén y con casi quince sobre 'Lobea', con lo que las posiciones parecían más que definidas ... aunque a la vista de la sucesión de golpes de efecto que llevábamos desde primera hora de la mañana ¡cualquiera hacía ya un pronóstico!

De todo esto charlábamos en la rotonda, llena de público y situada totalmente a la sombra, lo que hacía que la temperatura fuese bajísima pese a que no eran ni las 5 de la tarde. Los menos de veinte minutos de espera ya fueron suficientes para dejarme las manos heladas (¡especialmente por mi falta de previsión al no haber llevado guantes!), así que menos mal que Jorge me prestaba unos, lo que me permitía seguir 'disparando' sin miedo a sufrir casi un inicio de congelación en los dedos ... ¡vaya frió que hacía! Y más fríos nos quedamos todos cuando al asomar por la zona alta del tramo que desembocaba donde estábamos, veíamos aparecer el Maxi Megane de Castrillo a paso lento. El líder del rallye tenía problemas y el Renault acababa por pararse justo en el cruce con un palier fuera de servicio. El rallye que parecía estar ya decidido volvía a dar otro vuelco y el nuevo líder era Rubén González, impecable al volante del EVO IX blanco ya ganador con Arias en Grado y que iba camino de repetir triunfo. Rubén rodaba a buen ritmo y sólo era superado en Morcín por los otros dos Mitsubishis de alquiler que seguían en carrera, los de Oscar y Diego, que remontaban a marchas forzadas tratando de acabar lo más arriba posible en la general pese al mucho tiempo perdido en sus percances de la mañana.

Cuando el 106 de Julián Vázquez cerraba el paso de competidores por el tramo, el mucho frío hacía ya unos cuantos minutos que había podido con las ganas de ver más rallye. El cruce de la rotonda había resultado, además, bastante soso (sin duda era mejor cuando se hacía recto), así que con la noche cayendo para el bucle final lo más prudente era ya la retirada a 'lugares más cálidos'. Tras despedirnos del resto del grupo, que ya planeaba 'expedición' al Botafumeiro la próximo semana (¡eso si que es afición!), Jorge me llevaba de vuelta a casa, a donde llegaba a tiempo de seguir los dos tramos finales con la ayuda de la radio y de internet. Esta vez ya no había más sorpresas en cuanto al primer puesto: Rubén González rubricaba su triunfo con un scratch en la segunda pasada por Espinos y administraba su ventaja en el último Morcín para ganar un rallye en el que se había impuesto el único que no había cometido errores ni tenido problemas, algo que es mucho más fácil de decir que de hacer. Sin duda una victoria merecida y que premía a un piloto de esos que siempre 'están ahí', con más entusiasmo que medios y que veía recompensado el esfuerzo de muchos años con este triunfo.

Segundo terminaba César Palacio, un puesto que, a la vista de la legión de 'Mitsus' inscritos, parecía totalmente imposible a priori, pero que era suyo con claridad, mientras que la tercera plaza acaba por decidirse en la última especial y, también, con su dosis de 'drama'. La 'medalla de bronce' estaba en disputa entre 'Lobea', con el EVO VIII de Caldevilla, y Arias, que venía remontando como un poseso pese a que el cambio de su 206 no estaba para muchas alegrías. Miguel, que de noche se encuentra muy en su elemento (¡debe de tener ojos de gato!), había dado un buen 'mordisco' a la diferencia que le llevaba el Mitsubishi en la segunda pasada por Espinos y acababa por hacer suyo el último escalón del podio con un 'tiempazo' en la segunda de Morcín (¡dos segundos más rápido que de día!). Además, 'Lobea' no podía siquiera ni intentar replicar ... ¡bastante tenía con llegar a meta! Un conato de incendio en los bajos de su EVO ponía la última nota de emoción del día. Por fortuna era más el susto que el daño, el coche aguantaba y José Antonio podía, al menos, llegar a meta como cuarto clasificado y primero de grupo A.

Quinto acababa siendo Miguel Diego, que cerraba su retorno a los rallyes con otro scratch y con la convicción de que el año que viene hay que repetir experiencia y, si es posible, más de una vez. Tras él, Braña era el primero de los 'pequeños' con su Saxo emparedado entre los Mitsus de RMC, ya que Oscar Palacio, rapidísimo todo el día, acababa por alzarse hasta la séptima posición pese a los 5 minutos perdidos por la mañana. ¡Otro que terminaba con ganas de repetir!

Curiosamente, en un rallye con tan alta tasa de abandonos (¡sólo acababan 25!), el siguiente en la tabla, octavo scratch, era uno de esos coches que no suelen resistir, el R11 de Gabino. Pero, esta vez, la mecánica del tan bonito como frágil Renault aguantaba y le daba a su piloto una buena satisfacción para cerrar un año complicado. Los diez primeros los completaban dos de los habituales 'valientes' que destacan cuando el terreno es complicado: Jorge Suárez, noveno con su Saxo 'pantera rosa', y Alberto Martínez, décimo y de nuevo muy por encima de las prestaciones de su veterano AX. Mención especial también para el undécimo en la tabla, Iván Llaneza, que 'metía miedo' de como bajaba por el Cordal por la mañana y, a la vista de sus cronos, ¡debió ir así todo el día por todas partes! Sin duda otro de esos pilotos con más manos que coche que tanto abundan. En ese grupo está también, sin duda, el ya mencionado Antonio Iglesias al que un palier de su fatigado Fiat Uno le impedía culminar un rallye colosal que, a la vista de sus tiempos, le hubiese deparado, como mínimo, la novena plaza.

Y, como se solían decir aquellos dibujos animados que veíamos de pequeños: '¡esto es todo amigos!' Con esta crónica ponemos punto final a los reportajes sobre competiciones que hemos venido realizando a lo largo del año y a los que hemos tratado de dar esta temporada un estilo diferente, más personal y tratando de haceros llegar de una forma más directa como hemos vivido los rallyes y subidas desde nuestra perspectiva. Espero que os hayan gustado y, de todas formas, sea así o no, os animo a que me hagais llegar vuestros comentarios, críticas, ideas o sugerencias a info@citadecampeones.com
Viene ahora el largo invierno sin carreras pero, aunque parezca que está muy lejos, el mes de marzo del 2008 llegará pronto, y cuanto antes vayamos pensando en lo que vamos a hacer el año que viene mejor ... y para ello vuestra opinión es, de verdad, muy importante. Gracias por haber tenido la paciencia de leer estos 'tochos' durante toda la temporada y ¡hasta pronto!

 

NO HOMOLOGADOS

La última victoria del año en no homologados fue para el Clio Sport de César Palacio

El título de 'no homologados' todavía estaba en juego y se lo disputaban Miguel Arias con su 206 y Javier Beteta con su Megane. La balanza parecía decantarse del lado del Renault, lo que no dejaba de ser la mejor resolución para los que consideramos que en la categoría tienen que entrar coches con homologación perdida y no vehículos 'modernos' pero encuadrados en ella por cambios de 'quita y pon' en esta o aquella pieza según la prueba sea 'nacional' o 'regional'. Pero el Megane acababa fuera en la primera pasada por Espinos, lo que dejaba vía libre al Peugeot de los Arias, segundos finalmente de la categoría al final del rallye tras otro 'no homologado por un día', el Clio Sport de César Palacio, que se apuntaba esta vez en XS siguiendo la vía abierta por Cima y Arias en Avilés. Una vía perfectamente legal, sin duda, y que los pilotos que la han utilizado estaban en su perfecto derecho de hacerlo con lo que no se les debe criticar en absoluto por ello, pero que nos parece que se debería cerrar para el año próximo ya que, en nuestra opinión, se adultera por completo el espíritu con el que nació esta categoría, en la que no tendrían que tener cabida coches con homologación en vigor como los 206 o el Clio por mucho que se les monte de forma provisional un determinado componente que esté fuera de su 'ficha'.
Tras Palacio y Arias, en el Montaña Central, el primer XS 'auténtico' era el R11 de Gabino, al que seguían dos de los más destacados del rallye entre los coches 'prqueños': el AX de Alberto Martínez y el Corsa de Iván Llaneza. Entre los grupo S, poca participación y sólo dos en la meta, el Fiesta S/N de Gallo y el BMW S/A de 'Luisón'.