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05|08|07 G.P. HUNGRÍA | FORMULA 1 | 11ªPRUEBA
El triunfo de Hamilton en Hungaroring, que le vuelve a distanciar en cabeza del campeonato, fue sólo la punta del iceberg de un fin de semana lleno de polémicas y en el que el británico presentó, definitivamente, su firme candidatura al título, ya no sólo dentro de la pista sino también fuera. Cuando Lewis decidió 'ir por libre' en la Q3 del sábado, se desencadenó una auténtica guerra en McLaren de la que el mayor perjudicado acabó por ser Alonso. ¡El mundial está que arde!
CRONICA

El año pasado en Hungaroring el carrerón bajo la lluvia del domingo nos hizo olvidar a todos las polémicas y los venenos de la víspera cuando primero Alonso y luego Schumacher sufrieron unas inesperadas sanciones por maniobras incorrectas en entrenos que les retrasaron en la parrilla de salida. Entonces, el agua acabó por 'lavarlo' todo y ya nadie se acuerda más que de las vueltas iniciales 'mágicas' de Fernando, de la primera victoria de Button o del podio de De la Rosa.
Este año, por desgracia, sólo llovió durante los libres del viernes, el sábado volvieron las sanciones y las agrias polémicas, de nuevo con Fernando como uno de los protagonistas de un lío que empezó su compañero de equipo Hamilton, y el sol del domingo dio paso a la habitual carrera soporífera de Hungaroring y a que lo más reseñable de este gran premio de Hungría 2007 fuese todo el 'culebrón' que el duelo (ya más allá de la pista) entre Hamilton y Alonso generó el sábado y sigue generando desde entonces. Sin duda, malas noticias para los que amamos la fórmula 1 por su espectáculo en pista aunque, viendo como se llenan hojas y hojas de periódicos y minutos y más minutos de televisión diseccionando por activa y por pasiva todo el 'follón', parece claro que hay a mucha gente a la que es esto, precisamente, lo que les gusta. Sólo queda esperar que las tres semanas de 'vacaciones' hasta el próximo gran premio sirvan para tranquilizar un poco los ánimos y para que el interés vuelva a estar en lo que ocurre estrictamente sobre el asfalto.

Hamilton controló en todo momento la carrera partiendo desde la pole

Raikkonen estuvo más cerca de lo previsto en un circuito poco apto para su Ferrari

Heidfeld sumó otro podio tras partir tercero y resistir el ataque final de Alonso

ENTRENAMIENTOS

La parte final de la sesión de calificación del sábado volvió a marcar a fuego el desarrollo del fin de semana. Pero esta vez no porque el autor de la pole ya poco menos que sentenciase la carrera, que era lo esperado en un circuito donde adelantar con un fórmula 1 es tan complicado como en Hungaroring. Esta vez fue todo mucho más complicado y, por desgracia, mucho menos deportivo.
Y por más que lea y relea lo que unos y otros vienen diciendo desde entonces (en muchos casos tratando de justificar lo injustificable), la verdad es que no hago más que reafirmarme en lo primero que pensé cuando vi las imágenes de todo 'el asunto'. Porque, como se suele decir "la primera impresión es la que cuenta" y en mi caso esa primera impresión fue clara: Hamilton decidió 'ir por libre' en la Q3, pensando que esta vez no se iba a conformar con salir más cargado como en Mónaco y dejar a Alonso con ventaja de cara a luchar por la pole, por mucho que hubiese un acuerdo previo al respecto, y Fernando, lógicamente 'cabreado' ante la falta de palabra de su ya hace tiempo más rival que compañero, se tomó la justicia por su mano cuando pudo 'jugar' con el tiempo lo justo para salir a por la pole dejando a Lewis 'con dos palmos de narices' y sin tiempo para reaccionar.
Lo malo para los intereses del español fue que hace ya al menos un año que los comisarios deportivo miran con lupa cualquier acción que suceda en las sesiones de entrenos y que se pueda considerar como lesiva para otro competidor. Y si, encima, este otro competidor protesta airadamente ante lo ocurrido, sin importarle que todo haya empezado precísamente por un comportamiento suyo no muy leal que digamos (¡pero no sancionable a nivel deportivo!), el resultado fueron esos cinco puestos de retraso con que el español acabó por ser sancionado y que, definitivamente, arruinaron su carrera del domingo y envenenaron un ambiente que ya era cada vez más irrespirable. El resto, me parece a mi, no dejaron de ser meras especulaciones y maniobras más o menos cínicas de los implicados para tratar de salir de un embrollo que acabó por salpicar a todos en McLaren-Mercedes, para desesperación de un Ron Dennis al que uno nunca había visto perder su tradicional 'flema británica' de la manera que lo hizo en esos segundos finales de la ya famosa sesión de calificación del sábado en Hungaroring.

Alonso vio comprometida su carrera por la sanción del sábado y al final consiguió ser cuarto

Kubica estuvo esta vez menos incisivo que Heidfeld aunque volvió a obtener un buen resultado

Ralph Schumacher resucitó en Hungaroring y acabó sexto

CARRERA

Con Hamilton en pole tras la sanción a Alonso, el británico acababa pues por salirse, injústamente, con la suya. Y es una lástima porque ello no hizo sino empañar una victoria que, de otro modo, se podía considerar impecable ... aunque está por ver si la hubiese conseguido de haberse desarrollado esa maldita Q3 de un modo más 'normal'.

El retraso de Alonso hasta la tercera fila dejaba al español ante una misión casi imposible en una pista en la que adelantar con uno de estos F1 de supersofisticada aerodinámica es casi impensable como la anónima prestación de Massa y su Ferrari, retrasados al puesto 14 por una increible 'chapuza' de su box en la Q2, se encargaría también de demostrar. Si, encima, la salida de Fernando no fue lo suficientemente buena como para permitirle ganar siquiera un puesto en el corto sprint hasta la primera curva, en el que se topó con un Nico Rosberg nada dispuesto a ceder su privilegiada quinta plaza, y, además, acabando la primera vuelta tuvo un susto entrando en recta que le costó otro par de puestos, el resultado fue que para Fernando todo fue de mal en peor desde que el semáforo de salida se apagó, con lo que pensar en estar, pese a todo, en la pelea por la victoria era ya una quimera tras sólo minuto y medio de carrera.

Por delante, en cambio, todo iba según lo previsto: Hamilton conservó la ventaja de partir en pole para llegar primero al viraje inicial y Raikkonen se puso 'a rueda', con Heidfeld inmediatamente detrás. Los tres lugares del podio ya estaban decididos también en apenas minuto y medio de competición.

Nico Rosber rodó siempre en las posiciones de puntos y acabó por sumar los dos de la 7ª plaza

Kovalainen volvió a hacerse con la octava posición y a ser el mejor Renault

El podio, imagen final de una carrera que pasará a la historia por los lios del sábado

En realidad, la carrera resultó, por momentos, más competida de lo que la sensación de cierto sopor final acabó por dejarnos. Pero las luchas que acabaron por desarrollarse, especialmente la que implicaba a los dos primeros, Hamilton y Raikkonen, fue de esas en las que, por mucho que quien va segundo esté siempre cerca del que lidera, acabas por tener la sensación de que no va a haber nada que hacer. Y, en efecto, eso fue lo que pasó aunque Kimi no cejó nunca en su empeño de acosar a Lewis, acabando por marcar su 'megavuelta rápida' justo en el último giro y pese a que estaba más que claro que no iba a poder pasar al McLaren número 2. Pero el finés es así, guste o no y sea su estilo más o menos apropiado para estos tiempos que corren, en los que el talento tiende a ser encorsetado por las tácticas, las estrategias y las reglamentaciones que animan a conservar tu motor en los últimos giros para usarlo en el siguiente gran premio en lugar de exprimirlo 'hasta que los pistones se salgan por la culata' como el instinto te indica.

Tras los dos primeros, Heidfeld fue un tranquilo tercero hasta que, cerca del final, acabó por ser alcanzado por un enrabietado Alonso, que había protagonizado los únicos momentos vibrantes del gran premio con sus rápidos adelantamientos a Webber y Kubica en los primeros giros. Tras los problemas ya relatados de la primera vuelta, Fernando se lanzó a la carga, consciente de que no había otra opción que atacar a fondo y pasar a todo aquel que se pusiese en su camino. Un plan que, finalmente, truncó quien menos se esperaba: Ralph Schumacher. El alemán de Toyota tuvo su día en Hungaroring y defendió de forma limpia su posición ante un Fernando que veía impotente como la aceleración a la salida de la última curva del motor Toyota daba al 'hermanísimo' los metros suficientes cada vuelta como para que el adelantamiento en el único punto posible, a final de recta, estuviese siempre muy lejos de su alcance. Hasta que no se hubieron completados sus dos repostajes no pudo Alonso dejar atrás al alemán y, para entonces, lo más a lo que podía ya aspirar era al tercer escalón del podio. Pero eso requería pasar a Heidfeld y el BMW, y el alemán, a quien alguien describía hace poco (¡y creo que muy acertadamente!) como el "piloto de F1 sin carisma más rápido de la historia", demostraba una vez más su oficio y no daba opción a que el morbo aumentase y estuviésen juntos en el podio y en la rueda de prensa final los dos compañeros-enemigos: Hamilton y Alonso.

Se terminaba así un gran premio de Hungría que me dejaba un regusto muy amargo. En los tiempos que corren, lo que cuenta es "ganar como sea", algo que hace tiempo que tengo asumido aunque me guste poco. Si además, se mezclan en la ecuación extrañas maniobras internas en el equipo de los dos pilotos que lideran el campeonato, deslealtades, poca deportividad y, encima, decisiones de los comisarios que acaban por interferir aun más en el resultado final, lo que queda son ganas de que esta carrera se olvide cuanto antes, que pasen las tres semanas hasta Estambul y que, entonces, Alonso y Hamilton peleen en la pista a armas iguales, que es lo que realmente queremos ver. Y, mientras se 'pegan' entre ellos (esperemos que sin llegar a los extremos del duelo Senna-Prost del 89 que tanto nos hacen recordar), que no pierdan de vista a Raikkonen. El finés está a veinte puntos pero sacó casi el mejor resultado posible de la pista menos favorable a su Ferrari que queda en el calendario. Tal vez esta sea la mejor noticia que dejó el gran premio de Hungría, que el mundial sigue muy abierto y con más contendientes al título de lo habitual en las últimas temporadas ..¡y eso si que nos gusta!