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Por sexto año consecutivo el Castrillón Motor Club hacía el imposible de sacar adelante una subida en una localidad tan pequeña y alejada del centro de la región como la que sirve de escenario a esta prueba. En un año difícil para el automovilismo regional y en el que carreras con más medios y/o solera se han "caído" del calendario, tiene si cabe más mérito el que la subida a Castrillón haya vuelto a celebrarse.
Así que sirvan estas líneas para felicitar a los responsables de la prueba y a todos cuantos colaboran con ellos para convertirla poco a poco en una cita ya "clásica" de nuestro regional de montaña. |
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La coincidencia de fechas con la subida a Alisas, en Cantabria, y la lejanía de Castrillón no impedían que la participación se mantuviese en cifras "aceptables" para lo que suele ser habitual en esta prueba. Eso si, pese a ser menos de cuarenta los coches en competición la prueba se alargó un tanto más de la cuenta, sobre todo debido a los diferentes incidentes ocurridos en la primera manga oficial. El hecho de que hasta cuatro de los primeros veinte participantes se detuviesen a lo largo del recorrido por diferentes causas ya produjo un parón considerable, al que se añadió después la inevitable pausa necesaria para retirar el BRC accidentado de Jesús Fernández. En la segunda oficial fue el golpe del Clio de Casal el que más retraso supuso. Todo ello, y el hecho de dar las salidas a minuto, (¡que pesado se hace una vez se ha acostumbrado uno a las subidas 'a 30 segundos') contribuyó a que la tarde se alargase algo más de lo previsto. |
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Entre los inscritos llamaba la atención la presencia de dos vehículos veteranos de esos que a todos nos gusta ver de vuelta a las carreras. Se trataba de un Opel y un Simca, ambos con un aspecto magnífico. El primero, a nuestro entender un Ascona tipo aquellos grupo 2 de los 70, aunque figuraba inscrito como
Opel Kadett Lotus, procedía de Galicia y salía finalmente de coche "0". El segundo era un precioso Rallye3 de origen francés que completaba sólo la subida de entrenos ya que su piloto, Clemente Rodríguez, observaba como la temperatura subía más de la cuenta en la subida oficial y decidía parar para evitar males mayores a la mecánica. |
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Entre los inscritos figuraba Roberto Fueyo pero finalmente el piloto del SpeedCar número 40 era el "kartista" Juan Carlos Cueva. La razón para el cambio era una inoportuna gripe que dejaba a Fueyo "fuera de combate" por lo que, a última hora, era Cueva quien ocupaba su lugar en la que era su segunda experiencia con un CM tras su debut en Muncó. Cueva mostraba sus progresos con el SpeedCar y se clasificaba cuarto scratch gracias al buen crono marcado en la primera oficial y que no mejoraba en la segunda. |
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En Castrillón se producía, por fin, el esperado retorno del "Mota" a las competiciones asturianas. Tras varios meses fuera de las carreras debido a algún problemilla de salud a principios de temporada, el carismático campeón del grupo S volvía al volante de un R5 GT Turbo, pero incluido en esta ocasión dentro del grupo A1/2 para sorpresa general. Sea el grupo sea, coche y piloto iban realmente rápido y los aficionados lo esperaban con impaciencia en cuanto oían de lejos ese inconfundible soplido tan característico de los coches del "Mota". |
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Como comentábamos en la segunda noticia de esta sección, la subida cántabra de Alisas coincidía el mismo sábado de Castrillón, y atraía una importante participación en la que no faltaban varios de los punteros de nuestro regional. De la numerosa participación asturiana en tierra cántabras, el mejor clasificado era Víctor Abraham, segundo con su Osella en una prueba rápida, ancha y con buen piso muy apropiada para la barqueta, pero en la que nadie pudo con el tiempazo que marcó el actual líder del nacional de CM Gorka Apalantza, ganador con su habitual SpeedCar. |
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