Indianápolis volvió a ser territorio Bridgestone y vivió un nuevo doblete Ferrari, esta vez con todos los rivales de Michelin en pista pero incapaces de seguir el ritmo de Schumacher y Massa. Alonso salvó la salvable con su lejano y sufrido quinto puesto en un fin de semana gris y tras una carrera que sólo terminaron nueve monoplazas.