Michael Shumacher y Ferrari no se cansan de ganar y van
camino de batir este año todos los records y dominar
de forma más abrumadora incluso que hace dos años,
cuando arrasaron de tal manera que la FIA introdujo una
serie de cambios en el reglamento para intentar, de algún
modo, frenarlos. Este año, Ferrari parece capaz
de superar cualquier previsión y, por qué
no, ganar todas las carreras, algo que a punto estuvo
de conseguir McLaren en el 88 cuando entre Senna y Prost
vencieron en 15 de los 16 grandes premios, dejándose
sólo la victoria en Monza por una "incomprensión"
entre Senna y el doblado Schlesser, cuando el brasileño
estaba a pocas vueltas de la victoria.
Lamentáblente, la gran diferencia es que, mientras
en aquel entonces la lucha Senna-Prost pilotando el mismo
monoplaza, fue de tal intensidad que la emoción
por el campeonato no se resintió pese al abrumador
dominio de su escudería, en Ferrari no hay opción
a que pase algo similar. Schumacher es amo y señor
y Barrichello está cada día más supeditado
a su papel de segundo piloto. Como muestra sólo
hace falta ver la carrera de Montmeló, donde ya
el sábado se optó por poner al brasileño
más combustible para salir con una estrategia distinta,
a dos paradas, preparada para controlar a los BAR si estos
confirmaban su rapidez y podían batir a los Ferrari
por la pole.
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No
hubo quinto malo para Schumacher
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Bridgestone |
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Al final, tal precaución resultó innecesaria,
con Button cometiendo un error en su vuelta rápida
que lo hundió en la parrilla. La teórica
amenaza pasó a ser, entonces, Montoya, al colocarse
el colombiano en la primera fila al lado de Schumacher
y anunciar sus intenciones de "venganza" tras
la controvertida primera vuelta de Imola. Pero las ganas
de Juan Pablo no sirvieron de nada y, ya desde los primeros
metros, se vio que este no era su gran premio. La campanada
inicial la dio, en cambio, un Jarno Trulli motivadísimo
que salía cuarto y había batido en entrenos
a Alonso "en casa". El asturiano volvió
a cometer un par de leves errores en su vuelta rápida
que, en el conjunto de todo el fin de semana, le costarían
realmente caros ya que su retrasada posición de
salida (8º) condicionó totalmente su carrera.
La fulgurante arrancada de Trulli, colándose por
el centro y llegando líder a la primera curva,
volvió a demostrar que, aunque este año
el "launch control" está prohibido, en
Renault han sabido optimizar de tal modo el sistema de
salida que sus dos coches son, siempre, los más
rápidos en abandonar la parrilla. Ello permitió
también a Alonso ganar un par de plazas y pasar
sexto por la primera curva, justo detrás de Barrichello.
Pronto se vió que el brasileño era más
lento, lógica consecuencia de su mayor carga de
combustible por lo que en Renault reaccionaron con prontitud
llamando a Fernando el primero a boxes. Aunque la parada
no le permitiría superar al Ferrari si le valdría
para dar cuenta, tras su primer reportaje, del Willliams
de Montoya que, con problemas de frenos, nunca fue un
factor a tener en cuenta en la lucha por las primeras
plazas.
En cabeza, Schumacher "dejó dusfrutar"
a Trulli hasta el primer repostaje, sabedor de que en
cuanto tuviese una vuelta limpia una vez que el italiano
entrase en boxes, tendría más que de sobra
para hacer uno de esos "adelantamientos virtuales"
que tanto le gustan y que, desgraciadamente, son los únicos
que se vieron en Montmeló una vez más. La
configuración de la pista catalana, admirable en
muchos otros aspectos, no permite pasar en prácticamente
ningún sitio y la nueva curva lenta de la Caixa,
diseñada en teoría para facilitar estas
maniobras, se ha convertido en un absoluto fracaso en
ese apartado. Así pues, todo se decidió
en boxes y, con unos equipos a dos paradas y otros a tres,
hasta los últimos repostajes no se pudo ver, de
verdad, cual era la auténtica situación
de carrera.
A partir de ese momento, y con los dos Ferrari cómodamente
instalados en las dos primeras plazas, el interés
lo volvió a poner, una vez más, Fernando
Alonso. El asturiano no había podido rodar con
pista libre en los dos primeros tercios de carrera así
que, tras su último repostaje y sin nadie que le
molestase esta vez, se lanzó a una persecución
"imposible" sobre su compañero Trulli
que , al menos, animó las últimas vueltas
de una, por otra parte, bastante poco espectacular carrera.
Con veinte vueltas para acabar, Trulli, tercero ya tras
haber cedido antes los dos Ferrari en sucesivos repostajes,
tenía más de trece segundos de ventaja sobre
Alonso por lo que Fernando debía recuperar prácticamente
a medio segundo por vuelta para alcanzarle y tener todavía
un par de vueltas para intentar el casi imposible adelantameinto.
Para intranquilidad de Briatore y compañía,
y alegría de los miles de seguidores españoles
en las tribunas, Alonso empezó a limar décima
a décima la diferencia con Trulli. Jugando con
el límite en cada vuelta y cada doblaje, rodando
a ritmo cada vez mayor, Fernando volvió a demostrar,
como hace en cada Gran Premio, que el futuro de la Fórmula
1 es suyo y que sólo hace falta un poco más
de tiempo para verle con asiduidad en lo más alto.
Al final, el Renault número 8 acabó entrando
en meta prácticamente pegado a su compañero,
completando un magnífico resultado de conjunto
para la escudería anglo-francesa que se afianza
en la segunda plaza del mundial de constructores...¡con
la mitad de puntos que Ferrari!
La próxima carrera es nada menos que Mónaco,
sin duda el más prestigioso, famoso y, a la vez,
anacrónico, Gran Premio del año. Hacer pronósticos
sobre la posibilidad de que alguien bata a Ferrari es,
ahora mismo, más una cuestión de deseo que
de realismo pero, en una pista tan atípica, siempre
se puede esperar un milagro así que vamos a ver
si, por una vez, el "1 rojo impar" no es el
número ganador de la ruleta monegasca. |