El dominio Ferrari continúa imparable en esta temporada
2004 de Fórmula 1 que va camino de convertirse
en una repetición de lo acontecido hace dos años,
cuando los monoplazas rojos de Maranello se hicieron con
catorce de las dieciseis carreras y no dieron ninguna
opción a sus rivales.
En el nuevo circuito de Bahrein hemos asistido a otra
clara demostración de superioridad por parte de
Ferrari, más evidente aún si cabe que las
realizadas en Australia y Malasia. Todo parece jugar a
favor de los hombres de Jean Todt y, ni siquiera en pleno
desierto aparecen las altas temperaturas que los equipos
calzados con Michelin esperan como única posibilidad
de compensar, a base de un teórico mejor rendimiento
de sus cubiertas respecto de las Bridgestone, la clara
ventaja que Ferrari les lleva en este desmoralizador,
para todos los "no ferraristas", inicio de temporada.
El Gran Premio no tuvo ninguna historia en los que respecta
a la lucha por las dos primeras posiciones. Michael Schumacher
y Rubens Barrichello arrancaron de forma impecable y,
a razón de casi dos segundos por vuelta en los
primeros giros, se escaparon de forma absolutamente imparable
no cediendo el mando más que, muy brevemente, con
motivo de los diferentes repostajes. En Ferrari optaron
por una táctica de tres paradas, con un primer
turno muy corto de sólo 9 vueltas para Schumacher,
con lo que el alemán partía, además,
más ligero que sus rivales, haciendo aún
más evidente su superioridad.
|
Scumacher
cruzando la meta victorioso
foto
Bridgestone |
|
|
|
Por fortuna para el interés de la carrera, por
detrás si que hubo acción, y mucha, así
que con permiso de los "ferraristas" nos vamos
a olvidar de Michael y Rubens, ya escapados en cabeza
camino de otro doblete para la "Scuderia" y
nos centraremos en la carrera "del resto" que
fue realmente interesante.
Para empezar, todas las miradas estaban puestas en la
primera curva, un auténtico "embudo"
por el que parecía imposible que pasasen todos
los monoplazas intactos. Sin embargo, y tal vez precisamente
por la preocupación general al respecto, todos
los pilotos extremaron las precauciones y la salida resultó
sorprendentemente limpia. Para los aficionados españoles,
el foco de atracción estaba, al igual que en Malasia,
en las últimas filas, al partir Alonso desde la
16ª posición. Fernando se vió taponado
por Webber en los primeros metros no pudiendo progresar
como él hubiera deseado en el largo sprint hasta
la primera curva. Tal vez impaciente por haber recuperado
menos puestos de los esperados en la arrancada, siempre
un momento favorable para él y su Renault, el español,
en su intento por remontar posiciones cuanto antes, acabaría
por tener un toque con Klien apenas unas curvas más
adelante, en el que dañaba el frontal del R24.
La parada en boxes era obligada, mandando a Fernando al
último puesto y, lo que es peor, con una importante
diferencia de tiempo respecto a sus predecesores.
En circustancias como estas es cuando la auténtica
categoría de un piloto aparece y Fernando daba
muestras, una vez más, de su inmensa clase, comenzando
una furiosa remontada que le llevaría a protagonizar
los momentos más espectaculares de la carrera.
Primero, resistiendo el acoso de un descentrado Ralf Schumacher
que, tras salirse ligeramente en su lucha con Button,
fue enviado fuera de la pista sin contemplaciones por
el otro BAR, pilotado por Sato cuando Ralf había
ganado ya la posición para la siguiente curva.
Tras su obligado paso por boxes para reparar los desperfectos,
el alemán se incorporó justo detrás
del español e intentó imponer la superior
punta de su Williams BMW sin conseguirlo. Alonso cerró
limpiamente la puerta y, a partir de ahí, dijo
adios al piloto de Williams y comenzó una serie
de adelantamientos que le convirtieron en el centro de
atención del gran premio. Primero Felipe Massa
y después Mark Webber, no tuvieron más remedio
que ceder ante un Alonso claramente más rápido
que "se los comía" literalemente en las
curvas más lentas. El australiano opuso algo más
de resitencia en un duelo que se está empezando
a calentar entre ambos tras ser la segunda vez cosnecutiva
que se encuentran luchando por posición.
Mientras tanto, situado ya en la zona media del pelotón
tras su salida desde la última fila, Raikkonnen
"se las tenía" con el joven Christian
Klien que estaba realmente "caliente" y se atrevió
a meter un par de veces su Jaguar por el interior del
McLaren, aunque en ambas ocasiones, el finlandés
recuperaba la posición a la salida de la curva.
De todas formas, la remontada de "Iceman" se
veía truncada por una espectacular rotura del motor
Mercedes de su McLaren lo que suponía su tercer
abandono en otras tantas carreras. Lo más preocupante
para Kimi, McLaren y Mercedes, es que no sólo no
son fiables (recordemos que ya había roto en entrenos
y por ello eligió abortar su calificación
para poder poner un motor nuevo de cara a la carrera)
sino que los monoplazas del equipo de Ron Dennis tampoco
se muestran competitivos, estando ahora mismo claramente
superados por equipos como BAR por ejemplo.
Precisamente los dos pilotos de BAR serían, además
de Alonso, los principales animadores de la carrera. Comentado
quedó ya el incidente de Sato con Ralf que le podría
costar una sanción "post-carrera" al
japonés, inaugurando así el nuevo sistema
de penalizaciones por conducción antideportiva
impuesto por la FIA para este año, que pretende
estudiar con más tiempo y datos estos incidentes
en lugar de decidir "sobre la marcha" la imposición
de un "drive trhough" como se hacía el
año pasado.
El japonés rodaba realmente rápido pero,
por detrás, su compañero de equipo Jenson
Button venía "metiendo presión"
lo que finalmente tendría como resultado un ligero
error de Sato que se subía "por las paredes"
y rompía el alerón delantero, viéndose
obligado a entrar en boxes y cediendo varias plazas.
Ya con vía libre, Button comenzaba la caza de sus
predecesores, Trulli y Montoya, con el objetivo de repetir
el podio obtenido en Sepang. La primera víctima
era el italiano de Renault al que superaba tras el último
repostaje, al mantenerse el inglés dos vueltas
más en pista y aprovechar el tiempo perdido por
Trulli en el doblaje del Jordan de Pantano lo que, finalmente,
hacia a Jarno volver a pista detrás del BAR Honda.
La tercera plaza había estado todo el Gran Premio
en manos de Montoya pero su Williams BMW empezó
a perder marchas haciendo que finalmente, no sólo
le pasara Button, que se hacía así con otra
sensacional tercera posición (¡y primer "no
Ferrari"!) sino que, tras hacer unas últimas
vueltas lentísimas, con el único objetivo
de llegar a la meta, era adelantado por Sato, Alonso,
Coulthard, Ralf y, en el último giro perdía
incluso el punto de la octava posición a manos
de Webber. Para el australiano y Jaguar un punto de oro
que casi pasó desapercibido ante el último
duelo protagonziado también por Alonso, esta vez
con Sato como rival.
Fernando había dado caza a Takuma y David Coulthard
justo antes del último repostaje, aprovechando
este para dejar atras sin problemas al McLaren del escocés
que acabaría poco después fuera de carrera,
completando el ruinoso fin de semana de las otrora "flechas
platedas". El siguiente objetivo era el BAR pero
el piloto japonés supo aprovechar la superior punta
de su motor Honda y aguantar la inmensa presión
a la que se vió sometido por parte del asturiano
que le "metía el morro" en todas las
frenadas. Tras numerosos intentos y un buen susto al estar
a punto de salirse en una de las horquillas, Fernando
debía de conformarse con la sexta plaza que, a
la vista de como empezó la carrera, era premio
más que de sobra.
Ahora, con el comienzo de la tradicional "temporada
europea", dentro de tres semanas en Imola, sólo
queda esperar que la tan ansiada evolución anunciada
por Renault para esa fecha, permita a Alonso estar más
cerca de los Ferrari. Eso y que Fernando "temple"
un poco sus ganas en calificación y sepa conformarse
con estar detrás de los monoplazas rojos sin cometer
errores. A la vista de como se desarrolló la carrera
hoy, está claro que el podio estaba de nuevo a
su alcance, o lo que es lo mismo, ser el primero tras
los Ferrari que es, ahora mismo, a lo más que cualquiera
que no sea Shumacher o Barrichello, puede aspirar en este
campeonato 2004. |