RALLYE VILLA DE ADEJE

Suele pasar cada año, empieza abril y se amontonan las carreras, con fines de semana como el de los días 11 y 12 pasados, en el que coinciden varias pruebas de las que nos toca estar pendientes por haber presencia en ellas de algunos de nuestros clientes. En esta ocasión, además, tocaba hacer el primer viaje del año (¡y el más largo en kilómetros!) para acudir a la primera cita peninsular del nacional de montaña, en Estepona, mientras manteníamos un ojo en las Canarias, donde arrancaba el nacional de asfalto en el Villa de Adeje, y seguíamos en la distancia el Gran Premio de China de Fórmula 1, tercera cita del año para el ‘Gran Circo’ (¡y para ‘nuestro’ Roberto Merhi!). De Estepona y China os hablaremos (o, más bien, escribiremos) en otros apartados de esta web, así que vamos a centrarnos ahora en el rallye tinerfeño, de cuyo desarrollo nos mantuvo bien informados Nacho Carballeira, autor además de las magníficas fotos que ilustran este reportaje, con las que me pone el listón excesivamente alto para cuando sea yo el que me encargue de ‘disparar’ en próximos rallyes… ¡se va a notar la diferencia!

¿NO QUERÍAS CALDO?... ¡PUES TOMA DOS TAZAS!

Cerrábamos el último reportaje sobre el nacional de rallyes de asfalto del 2014 con un análisis sobre los pobres datos de participación ‘real’ en el certamen (más allá de contabilizar los regionales de cada prueba para ‘maquillar las cifras’) y con una serie de reflexiones sobre la necesidad de abaratar costes para incentivar una mayor presencia de equipos y pilotos en más pruebas del campeonato. Así que nuestra sorpresa no podía ser mayor cuando se publicaba finalmente el calendario definitivo del 2015, de nuevo con diez pruebas puntuables (siguen siendo demasiadas para como están los tiempos) y, lo que era realmente sorprendente… ¡inicio con dos rallyes consecutivos en las Islas Canarias! Porque si de abaratar costes hablamos, nada hay más caro que un rallye en Canarias (salvo para los locales, claro)… así que dos, aunque vayan juntos y se ahorre un viaje, no es que sea una medida que reduzca costes precisamente. A cambio, además, se caía del calendario el rallye del Bierzo, que, seguramente, no sería el mejor rallye del 2014 pero, al menos, fue un rallye y no la broma de mal gusto con la que, además, se decidió el título en Madrid. Pero, ya se sabe, ‘doctores tiene la iglesia’ (la RFEdA en este caso) y, por lo que parece, la puntuación del rallye leonés era insuficiente para seguir (como se puntuó Madrid para que lograse más nota sería algo que nos tendrían que explicar), y se decidía su sustitución por el Villa de Adeje.

El retorno al nacional del rallye tinerfeño (ausente del certamen desde 1999, aunque de eso no se acuerde la presentadora del plus, tal vez porque era demasiado joven entonces) convertía el comienzo de la temporada en un auténtico ‘tour de force’ para los equipos y pilotos que, de verdad, tienen interés en el campeonato en su conjunto y no solo en alguna de sus etapas. En ese sentido, el tener dos pruebas en Canarias ha tenido el efecto positivo de que aumente el número de peninsulares que acuden a ambas, ya que si aspiras a algo no te puedes permitir arrancar en la tercera, con dos ceros… que, en realidad, son dos y medio, ya que el Canarias sigue valiendo por ‘más de un rallye’ gracias a su máximo coeficiente, ese que poca justificación tiene ahora que el rallye ya no es puntuable para ningún campeonato internacional, y que definíamos como ‘de lejanía’ en nuestro reportaje del año pasado.

Así, de la apenas media docena de peninsulares que en la edición del 2014 se animaron a ‘saltar el charco’ para competir en Canarias, hemos pasado este año a más de una docena en Adeje (catorce, para ser exactos)… que serán incluso alguno más esta semana en ‘el Corte Inglés’. Así que, después de todo, igual hasta lo de la cita doble canaria resulta que acaba siendo un acierto… ¡que uno nunca sabe con estas cosas! Lo que si está claro, desde luego, es que los ‘valientes’ (en el sentido económico sobre todo) que se han atrevido con el ‘programa doble’ en las ‘islas afortunadas’ van a volver a casa, a poco que las cosas les salgan bien, con su buena recompensa en forma de un colchón de puntos que les pondrá muy por delante de los que se decidan a iniciar la temporada en el Sierra Morena. Aunque, bien pensado, los que realmente van a seguir el campeonato entero serán, al final, más o menos los que lo han empezado en Tenerife, y, de entre ellos, apenas si serán dos (los de siempre estos últimos años) los que de verdad tienen aspiraciones a lograr el título absoluto.

¡LA PORSCHE RALLY CUP!

Sin duda alguna, lo más llamativo de la lista de inscritos del Valle de Adeje era ver la proliferación de Porsches, con nada menos que ocho vehículos de la marca alemana, repartidos entre los modelos del 2010 y el 2007. A los conocidos ‘2010’ en manos de Vallejo y Burgo ya el año pasado, se unía la unidad de RMC con la que Fuster se había estrenado en el rallye de la Nucia. Y entre los 2007, a los locales Enrique Cruz (con el coche de DISA Sport) y Yeray Lemes (con el de AutoLaca), se unían el ya conocido en los rallyes del gallego Iván Ares y el más habitual en la montaña del andaluz José Antonio Aznar, completando el elenco la unidad más veterana del local Nauzet Brito, vista en la subida de Adeje hace dos semanas. Una auténtica ‘armada’… o, más bien, una ‘panzerdivision’ por aquello de su origen germano y su potencia de fuego. Un número, en todo caso, que ya quisiera tener casi cualquier certamen monomarca de los que habrá este año. Un número que demuestra una vez más eso tan típico de ‘coche que gana, coche que se vende’. Y no me refiero a la vieja máxima de Henry Ford de ‘ganar el domingo para vender el lunes’, aplicada a aumentar las ventas de los coches de calle con los triunfos de los de competición, sino a la habitual tendencia de los pilotos de escoger siempre para el siguiente año el coche ganador del anterior, convencidos de que si el que les ganó lo hizo fue por máquina y no por manos. Algo que, en automovilismo suele ser una verdad bastante universal, por mucho que haya quien aun se empeñe en querer demostrar que tal o cual piloto es capaz de hacer milagros y ganar con el coche que sea.

En ese sentido, la presencia de los dos ‘duelistas’ por el título del 2014, Vallejo y Fuster, con dos unidades del mismo modelo era, sin duda, el principal foco de atención del rallye, especialmente teniendo en cuenta que el coche del levantino era de RMC, sobre cuyo propietario, Roberto Méndez, llovieron las críticas el año pasado cuando argumentaba sobre la notable superioridad del Porsche 2010 respecto al 2007. Lo que, dicho sea de paso, datos en la mano, era obvio para cualquier observador mínimamente imparcial.

Sea como fuere, los GT alemanes están de moda, y mientras en toda Europa son los nuevos (y caros) R5 los que marcan la pauta, en nuestro nacional todo apunta a que van a seguir (¡aun más deprisa!) el camino hacía la extinción que ya emprendieron sus antecesores como ‘gran esperanza’ para atraer a las marcas, los Súper 2000, salvo que el nuevo Fabia que acaba de presentar Skoda permita invertir esa tendencia. Porque, no nos engañemos, ¿qué marca se va a involucrar en un campeonato con escaso seguimiento mediático (los reportajes en tele de pago no llegan a casi nadie y los gratuitos por internet tampoco es que tengan cifras de audiencia que impresionen precisamente… y del seguimiento en prensa mejor no hablar), si sabe de antemano que sus opciones de ganar son mínimas, con un reglamento que permite unos GT supervitamidados y en unos rallyes en los que, por características de los tramos, el coche a batir es el Porsche el 90% de las veces? Coche que, además, es más barato (o menos caro) que los R5 por los que esas marcas si apuestan en otros países, donde los GT son, en cambio, testimoniales. Así que, al revés que en el resto del mundo, aquí las pocas marcas que quieren saber algo de los rallyes no están en la pelea por el absoluto, que queda para los privados, sino en categorías inferiores. Por ejemplo, en el grupo R2, que debería ser la categoría para que se fogueasen los jóvenes (como lo es en Italia, por ejemplo), donde Opel redobla su esfuerzo este año, apostando por el tirón mediático de tener una mujer en su equipo, la campeona de la categoría 1 del nacional de montaña, Ángela Vilariño, como compañera de equipo del siempre fiable Esteban Vallín. O, en años anteriores, en ese ‘otro campeonato de España’ que había, hecho poco menos que a la medida de Suzuki y que casi nadie sabía de su existencia a parte de sus publicistas, en el que la filial española de la marca japonesa acumuló títulos casi sin oposición con sus ya más que veteranos S1600 corriendo en tierra de nadie en lo que al absoluto se refiere y, eso si, llenando las parrillas de salida con los pequeños Swift de su copa, monomarca que, imaginamos, volverá a ser el más numeroso este año. Luego quedan Mitsubishi, cuya EVO Cup lleva años languideciendo con muy pocos participantes habituales, y Renault, cuya nueva copa para los interesantes (y caros) Clio R3T va camino de tener un tirón similar (es decir, desgraciadamente muy escaso) al que en su día tuvieron las reservadas al anterior Clio R3 o a los Twingo R2, mientras está por ver si la dedicada a los baratos Dacia Sandero despega de una vez con un número digno de contendientes.

El caso es que el 2015 se presenta poco menos que como una especie de Porsche Rally Cup (sin premios, que la marca como tal no se involucra más allá de pagar los comunicados de prensa en los que presume de los éxitos de sus clientes), con los pilotos de los GT alemanes como claros favoritos. A ellos se unía en Adeje otro GT, el ya casi olvidado Ferrari de AutoLaca, que volvía a reaparecer en Canarias, esta vez manos de Armide Martín, como único posible aspirante a la victoria que no fuese de la marca de Stuttgart. Porque el resto, encabezados por los dos EVO X R4 de RMC para el asturiano Jonathan Pérez (de vuelta al nacional tras su año casi sabático del 2014) y el aragonés Cristian García (el premio por ganar la desgraciadamente extinta Beca RMC… ¡para una copa que había que promociona a sus pilotos!), estaba claro que tendrían que pelear por las migajas del pastel que pudiesen dejar los porchistas… y el ferrarista.

Luego estaban el resto de grupos, cada uno con sus guerras particulares y con presencia peninsular más numerosa que otros años. En el grupo N, Ángel Paniceres debutaba en asfalto con el EVO X ya utilizado en las dos primeras citas del nacional de tierra, y Edgar Vigo usaba para el periplo canario su veterano Suzuki de la primera época de la copa Swift antes de reencontrarse con el Mitsubishi en Sierra Morena. En R2, aparte de los dos Opel Adam ya comentados, de Vallín y Ángela Vilariño, estaba el Peugeot 208 ‘RaceSevEn’ en manos de José Luis Peláez, y se estrenaba la interesante iniciativa de Rallycar con los Ford Fiesta R2: un equipo de tres pilotos de los que en Adeje debutaba uno de ellos, el joven Roberto Blach Junior, mientras que los otros dos, Pablo Pazó y Amelia Vinyes, empezarán la temporada en el Islas Canarias. Completaba la expedición de la península el interesante Clio N2 de Alvaro Muñiz que tan buena impresión nos dejó el año pasado en Ferrol.

El resto de la inscripción, un total de 38 equipos en el rallye del nacional, la completaban los canarios, de los que había otros 21, encabezados por los WRC de Monzón (Mini) y Viera (Fabia), en el rallye autonómico, del que no nos vamos a ocupar en esta crónica, centrada en el nacional, más allá de las menciones al mismo en los apartados de fotos y clasificaciones.

LOS LOCALES MARCAN LA PAUTA…

El rallye arrancaba el viernes por la tarde mientras nosotros estábamos aun llegando a la lejana (desde Asturias) Estepona. Así que cuando por fin nos podíamos poner el día de cómo iba todo, gracias a la información que nos pasaban Nacho, desde el rallye, y Dani Alvarez, que no perdía detalle a través de internet desde casa, veíamos como los pilotos canarios habían sido los grandes protagonistas de la jornada inicial, compuesta por dos bucles de tres tramos, el segundo de ellos disputado ya en horario nocturno. De entrada, el dominio era total por parte de Enrique Cruz. El ganador del Islas Canarias del 2014 y reciente vencedor de la primera cita del nacional de montaña, en Arona, se adjudicaba con claridad, al volante de su Porsche 2007, dos de las tres primeras especiales para llegar a la asistencia con casi veinte segundos de ventaja sobre el ‘2010’ de Fuster, único peninsular que conseguía mezclarse en la lucha de los pilotos canarios, ya que justo tras él se situaban el Ferrari de Armide Martín y el Porsche ‘exFuster’ de Yeray Lemes.

A continuación, cediendo ya algo más de medio minuto el que menos de ellos y por encima del minuto el que más, venían los tres gallegos de los Porsche, con el joven Iván Ares situando su ‘2007’ por delante de los ‘2010’ de Vallejo y Burgo. El actual campeón de España empezaba el rallye lejos de los tiempos de cabeza, en lo que no sería sino el anticipo de su decepcionante prestación a lo largo de prácticamente toda la prueba.

Desafortundamente para Enrique Cruz, la mecánica de su Porsche (¿palier roto?) le impedía continuar, no permitiéndole pelear por una victoria que, de haberla conseguido, le hubiese situado como líder tanto del nacional de rallyes como del de montaña, un hecho probablemente sin precedentes y difícilmente repetible. El relevo al frente de la tabla lo tomaba Armide Martín con un segundo bucle espectacular al volante del Ferrari. Tras empatar en cabeza con Fuster en el tc4, dos scratchs consecutivos ponían por delante de todos al precioso deportivo italiano, un coche que nunca llegó a cuajar en el nacional pero con el que Armide ya había liderado en Canarias en el 2008 y que el año pasado, en manos de Yeray, también había estado en la pelea por la victoria. ¿Sería esta la ‘buena’ para reeditar los tiempos de Zanini ganando con los ‘cavallinos de rallyes’ que tantos recuerdos nos dejaron en aquel ‘Príncipe de los Ferraris’?... la respuesta, negativa, a esa pregunta empezaba a llegar poco después, cuando Armide penalizaba 20 segundos al ‘fichar’ dos minutos tarde en el último control horario del día, cediendo el liderato al final de la jornada a Fuster, y pasando a ocupar la segunda plaza, a cinco segundos del levantino y tres por delante de Yeray. Cuarto era Iván Ares, que seguía haciendo un magnífico rallye y en ese bucle había limado incluso unos segundos respecto al líder, acabando el día a 30 de la primera plaza. Y ya más distanciados venían Burgo y, sobre todo, Vallejo, al que un pinchazo alejaba aun más de la lucha de lo que ya lo venían haciendo sus cronos no especialmente brillantes.

Por detrás del sexteto de GTs se abría todo un abismo, con el siguiente en la tabla, el EVO X R4 de ‘Yoni’ Pérez, ya a casi cuatro minutos y precediendo a su vez en minuto y medio al Adam de Vallín, líder en R2, posición inicialmente ocupada por el rápido piloto local Iván Méndez y su afinado C2 de origen gallego.

… PERO AL FINAL GANA FUSTER

Las cortas diferencias en la cabeza de la tabla hacían pensar en una emocionante última jornada. Sin embargo, la segunda mitad del rallye se convertía pronto en un relativamente plácido paseo para Miguel Fuster. Con sus dos rivales canarios ocurría lo que, desafortunadamente viene ocurriendo con ambos casi desde siempre, prometedoras prestaciones que no se acaban de concretar, por unas u otras causas, sean estas mala fortuna, errores o problemas mecánicos. La siempre frágil mecánica del Ferrari no permitía a Armide seguir al ritmo del día anterior, cediendo terreno poco a poco para acabar cayendo hasta la cuarta plaza, mientras que Yeray tenía una salida de pista de lo más inocua pero con resultado nefasto para sus aspiraciones, al quedar el Porsche ‘empanzado’ en una zona de tierra de la que no conseguía escapar.

Con casi medio minuto de margen a falta del último bucle, Fuster podía permitirse el lujo de controlar la situación, ahorrar incluso ruedas nuevas y llegar a la meta aun con margen más que de sobra para ganar a la primera con el Porsche ‘2010’. Una victoria de especial sabor para el levantino por llegar en un rallye nuevo para todos los pilotos del nacional y lograrse con la misma arma que sus rivales más directos… es decir, esa situación poco menos que ideal que pocas veces se da y que, en teoría, es la óptima para esas comparaciones de ¿quién es el mejor piloto realmente? que tanto gustan a los aficionados. Evidentemente, sacar conclusiones con un rallye sólo es arriesgado, pero ahí queda este Villa de Adeje como otro argumento más para esas eternas discusiones de barra de bar (y su equivalente moderno, las redes sociales) sobre quien corre más o menos al volante de un Porsche.

Con otro de estos, también del modelo 2010, terminaba segundo Burgo después de un fuerte sprint final, en el que se repartía los scratch con Vallejo, autor del mejor crono en los dos últimos tramos, aunque ello no lo valiese para terminar más arriba de la quinta posición, ganando un puesto respecto al viernes sólo gracias al abandono de Yeray.

Dos por delante, en la tercera plaza, acababa Ares, brillante resultado para el joven piloto de Cambre, otra de esas promesas de nuestros rallyes que corre el riesgo de quedarse siempre en eso, falto de apoyos y sin salida profesional en un campeonato que, en realidad, no la ofrece (aquí pilotos oficiales de verdad, de los que cobran de una marca por correr, prácticamente no tenemos por mucho que algunos cuenten otra cosa).

Y cuarto, como ya se comentó más arriba, terminaba siendo el lugar que ocupaba el gran animador de buena parte del rallye, Armide Martín, que al menos lograba llegar a la meta el Ferrari, aunque fuese ya a casi un minuto del Porsche ganador.

Con cinco GTs copando las primeras plazas, cual si una carrera de las Blancpain series que disputaban prueba también este fin de semana, en Monza, el primer ‘coche de rallyes’ propiamente dicho era el EVO X R4 de Jonathan Pérez. El asturiano, consciente de que no tenía opción ante los Porsche y sin rivales en su categoría, una vez retrasado su compañero de equipo Cristian García por un toque al final de la primera jornada, se lo tomaba con calma, usaba el rallye casi como si fuese una sesión de tests y acababa sin problemas, a más de seis minutos de los ganadores pero sumando los puntos de la EVO CUP y empezando a recobrar las sensaciones de llevar el Mitsubishi con el que deberá tratar de dar alguna sorpresa en los rallyes norteños.

Séptimo, ya a casi diez minutos, concluía el ‘montañero’ Aznar, que tenía en Adeje su auténtico bautismo de fuego en el nacional de rallyes, del que hasta ahora sólo conocía la prueba de casa para él, el Sierra Morena. El almeriense tenía claro que no iba a poder estar en la pelea con los habituales del nacional, así que se planteaba el rallye a su ritmo, con la intención de acabar, y lo lograba pese a algún que otro contratiempo. El viernes era el selector del cambio el que casi le dejaba fuera, fallando en la pasada nocturna por el tramo largo con los consiguientes sustos que, por fortuna, no acababan con el Porsche verdiblanco en la cuneta. Y el sábado, José Antonio y su copi, Crisanto, pagaban la novatada de su escasa experiencia en el nacional con un doble error al tomar las notas en los reconocimientos en la parte de los dos tramos que seguía a los recorridos de las subidas de Arona y Tamaimo, lo único que el andaluz conocía de sus participaciones en pruebas de montaña en Canarias. Un calvario que el siempre pundonoroso Aznar superaba para acabar llegando a meta, como era su objetivo.

El que no llegaba, en cambio, era Vallín, al que traicionaba el motor de su Opel cuando la victoria en R2, una más, era ya poco menos que suya. Victoria que el abandono del asturiano dejaba en manos del madrileño José Luis Peláez con el Peugeot 208 del equipo de Víctor Pérez, octavo scratch y primer dos ruedas motrices… bueno, primer ‘tracción delantera’, que dos ruedas motrices eran, en realidad, los cinco primeros de la general… ¡pero de motricidad al eje trasero!

Completaban los diez primeros los dos restantes EVOs de RMC, el grupo N de Ángel Paniceres, con el que el asturiano ganaba su categoría tras un inteligente debut sobre asfalto (de menos a más y aprovechando para ir ajustando reglajes que le permitieran sentirse cada vez más a gusto después de dos rallyes de tierra con el coche) y el R4 de Cristian García, que remontaba el sábado después de la desventura del último tramo del viernes que le había hundido en la tabla.

SEGUNDO ASALTO EN EL CORTE INGLÉS

Sin apenas tiempo para analizar lo ocurrido en Adeje ya está aquí la segunda cita del nacional de asfalto, el rally Islas Canarias… ‘el corte inglés’ para los veteranos. Dejando aparte el apartado internacional, que se mantiene gracias a las estrellas invitadas, Auriol y Kankkunen, aunque la prueba ya no tenga validez europea, el rallye gran canario se presenta como una especie de revancha del tinerfeño. Por un lado está la duda de si los pilotos locales lograrán esta vez batir a los peninsulares (los ‘godos’, como nos llaman por allí). Algo que ya consiguió Cruz el año pasado, por cierto. Y, por otro lado está el ‘morbillo’ que supondrá el segundo asalto de esa Copa Porsche, en la que, a buen seguro, Vallejo no estará tan atrás como en Adeje, mientras que Fuster, con la moral a tope después de la clara victoria lograda en el debut con el modelo 2010, saldrá dispuesto a volver a batir a su eterno rival. De lograrlo, además de la importante ventaja de puntos que el extra del coeficiente 1.5 del rallye supone, el de Benidorm se traerá para la península algo más valioso aun, la ventaja sicológica que supondría un ‘dos a cero’ obtenido, además, con la máxima igualdad posible en cuanto a medios mecánicos por parte de ambos. Y, entre los dos, tratando de pescar en río revuelto, el resto de Porschistas tendrán una nueva ocasión de darle gusto al pie derecho en unos tramos que, en su mayoría, son ideales para los potentes GT alemanes, definitivamente los coches de moda en este país nuestro que, también en los rallyes, sigue empeñado en que el viejo slogan turístico de ‘Spain is different’ mantenga plena vigencia.

textos: Daniel Cean-Bermúdez, fotos: Nacho Carballeira

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