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12-13|05|2012
SUBIDA AL FITO

Cto. Europa Montaña, 3ª prueba, Cto.España, 2ª prueba, Cto.Asturias, 1ª prueba
 
CRONICA

La XLI edición de la Subida al Fito ya es historia. Después de dos días intensos en las laderas del Sueve llega el momento de reflejar en palabras todo lo visto, oído y vivido durante un par de jornadas sobre las que hay muchas cosas que contar. Así que, tras darle vueltas a cual sería la mejor forma de hacerlo he pensado que en vez de la habitual crónica más o menos cronológica, la cual , por fuerza, podría acabar siendo muy farragosa al mezclarse en esta carrera tres campeonatos, cada uno con varias categorías y diferentes sistemas de clasificación, lo más apropiado van a ser una especie de relatos cortos, al estilo de los que ya he utilizado en algunas crónicas del Rally Príncipe de Asturias. Unos relatos que se centren en temas concretos y me permitan daros igualmente mi visión global de la carrera pero sin que haga falta mezclar ‘churras con merinas’, permitiéndome, de paso, huir del exceso de números sobre puestos y tiempos que, inevitablemente, se producen en una prueba con tantos frentes abiertos a la vez. Para ello, en la sección de ‘clasificaciones’ encontraréis algunos datos más sobre los resultados de los distintos campeonatos, dejando estas líneas sobre todo para las sensaciones y las opiniones, más o menos subjetivas, que me produjeron los diferentes aspectos del Fito 2012.

Simone Faggioli no sólo ganó sino que batió todos los records de la prueba

Milos Benes completó el doblete de las efectivas Osella PA30

Fausto Bormolini fue el mejor de los fórmulas y acabó tercero de la general

Un toque en la última oficial privó a Guy Demuth de la segunda plaza

¡Al final ganamos la batalla!

¡Hacía años que no volvía del Fito tan satisfecho como el pasado domingo! ¿Qué digo ‘hacía años’?... en realidad, desde que en el 2002 empecé a ir a la prueba de Arriondas no recuerdo haber vuelto nunca con las buenas sensaciones que me produjo esta edición del 2012, que me dejó hasta con ‘ganas de más’, lo que no suele ser habitual tras un fin de semana en el que ‘no se para’ y que, en mi caso, se alarga luego hasta el lunes y el martes poniendo al día todo el trabajo que nos genera para los diferentes clientes que toman parte en la subida.

De entrada, después de dos años en los que sólo podíamos ir a las mangas del domingo, debido a la coincidencia con el rallye de Cantabria, esta vez teníamos todo el fin de semana ‘reservado’ para el Fito, al que acudíamos con ganas de disfrutar de esa cita anual con las barquetas y fórmulas del europeo que, este año, sólo veríamos en la subida asturiana ya que, por el contrario, la que nos perderemos esta vez ‘por culpa’ de la visita del nacional de asfalto a tierras cántabras será la otra cita ‘ibérica’ del certamen continental de montaña, la portuguesa Subida a Falperra.

Aunque las previsiones del ‘hombre del tiempo’ no eran muy optimistas, finalmente el clima tampoco incordiaba tanto, ni mojándonos demasiado el sábado ni achicharrándonos el domingo, como casi era costumbre otros años, por lo que, en ese sentido ya teníamos un factor favorable siempre a tener en cuenta, ya que dos días bajo lluvia intensa o sol abrasador no ayudan nunca a disfrutar.

Pero, indudablemente, una de las claves para las buenas sensaciones del fin de semana estaba, al menos en mi caso, en constatar como parece que ya nos hemos librado, definitivamente, de aquella locura de macrofiesta y descontrol que tanto daño hizo a la prueba y que alejó de la misma a muchos y buenos aficionados. El que el sábado estuviese ‘feo’ a nivel de tiempo, con bruma, 'orbayu' y temperaturas bajas, ‘ayudó’ incluso a que las muy estrictas medidas de control de accesos fuesen suficientes para disuadir a la inmensa mayoría de los que nunca tuvieron más interés en una Osella que en una piragua y acudían a Arriondas a un macrobotellón ‘estilo Sella’. Probablemente algunas de esas medidas sean excesivas en determinados casos pero, me temo, no son sino la consecuencia inevitable de los excesos de antaño, aunque ahora penalicen a quienes no se lo merecen, los aficionados ‘de verdad’, los que desafían al frío y a la lluvia con tal de estar a pie de cuneta para ver, oír y hasta oler (¡que aroma de ‘gasolina buena’ dejan a su paso!) unas ‘máquinas’ que sólo se dejan caer por estos lares una vez al año.

En todo caso, y aun con algunas incomodidades, está claro que el resultado es positivo. Y aunque para el buen aficionado sea un incordio tanto control yo creo que la mayoría lo da por bueno con tal de poder disfrutar a gusto de la prueba, sin tener que estar más pendiente del borracho de turno que de las trazadas de Faggioli. Así que, aunque ahora como fondo de las fotos desde el exterior de las ‘eses’ de Cofiño, a donde volvimos después de muchos años, no salga aquella masa de espectadores que tan bien quedaba en las imágenes pero tantos quebraderos de cabeza causaba a los sufridos comisarios de pista que tenían que lidiar con ellos, diría que, después de todo, los que amamos el Fito por lo que es, una preciosa subida de montaña, hemos acabado finalmente por ganar una batalla que hasta hace muy poco ya dábamos más que por perdida.

Kramsky remontó sobre seco el domingo para acabar cuarto de la general

Borkovich encandiló a la afición y arrasó en carrozados del europeo con su grupo N

La victoria en el grupo A europeo fue para un clásico del Fito, Lukas Vojacek

El austriaco Schweiger terminó segundo del grupo A con su EVO VII

La relatividad del tiempo

Desde que Einstein descubrió eso de que el tiempo es relativo, dependiendo su valor de la velocidad del objeto y la posición del observador, la física tradicional dio un vuelco aunque a los simples mortales poco o nada nos afecten en nuestro día a día las teorías del genial científico. Al fin y al cabo ni viajamos a velocidades cercanas a la de la luz ni nos encontramos nunca en la proximidad de agujeros negros, dos de los factores que pueden estirar o encoger el tiempo y el espacio como si fuesen de chicle y alterar sus valores más allá de lo imaginable.

Sin embargo tal parece como si el fin de semana pasado, en las cercanías de Arriondas, hubiese uno de esos agujeros negros afectando la percepción y los valores del tiempo. O eso, o que la velocidad de los Faggioli, Villa y compañía se acercase por momentos a la de la luz en sus vertiginosas ascensiones por la cara sur del Fito. Y digo esto porque el tiempo, ese enemigo implacable contra el que luchan los pilotos cada vez que se pone verde el semáforo de salida y el cero aparece en la cuenta atrás, fue más relativo y caprichoso que nunca durante las dos jornadas del Fito 2012.

Evidentemente, licencias literarias aparte, está claro que los postulados de la física cuántica nada tuvieron que ver en un fenómeno que algunos empezaron a sospechar al final de la tarde del sábado, cuando el recorrido ya estaba bastante seco pero los cronos seguían siendo más altos de lo que cabía esperar para las condiciones del asfalto, todavía no óptimas pero ya mucho mejores que en las mangas de la mañana, disputadas sobre piso con muchas humedades. Unas sospechas que se convirtieron en certezas al descargar los datos de los coches o ver las grabaciones de sus cámaras interiores, constatándose que los cronos que habían ido apareciendo a lo largo de las cuatro mangas de la jornada eran en torno a siete-ocho segundos más altos de lo que realmente había invertido cada piloto en cubrir los cerca de cinco kilómetros y medio del recorrido.

Por lo que a nosotros respecta, he de confesar que el sábado no notamos nada raro, achacando los altos cronos a la presencia de humedades en la parte alta del recorrido. Y tampoco le dimos importancia alguna al tema al acabar la manga de entrenos del domingo por la mañana, al fin y al cabo era sólo una subida de práctica y la mayoría la afrontaban con gomas viejas y sin emplearse a fondo. Sin embargo, minutos después, cuando estábamos en la zona de salida, dispuestos a  seguir de cerca el arranque de los participantes en la última subida oficial, escuchamos un comentario que nos llamó la atención: “hay un desfase en los tiempos de 7 segundos que ahora se va a corregir” dijo la voz de la persona que pasó a nuestro lado camino de la caseta de dirección de carrera. De todas formas, reconozco que tampoco le di mayor importancia aunque me resultó extraño… pero cuando empezaron a llegar los cronos de los CMs, con bajadas de tiempos en todos ellos de alrededor de diez segundos, no sólo respecto a la manga final del sábado (con alguna humedad) sino, también, en relación a la recién disputada, sobre asfalto ya en muy buenas condiciones, até cabos con el casual comentario escuchado minutos antes y se me ‘encendieron todas las alarmas’… ¡algo raro estaba pasando con los tiempos!

'Tano' volvió a la montaña con victoria a bordo de su Audi A4ST

Aznar se impuso en la carrera 3 del campeonato de España

Pese al lastre por ganar en Ubrique, Fombona ganó la carrera 2 y sigue líder

Borreguero sufrió el sábado pero acabó segundo el domingo

Así que, aprovechando que en la zona de salida estaban los representantes de la española, comenté el hecho con alguno de ellos y, de inmediato, se pusieron en contacto vía telefónica con la gente de cronometraje (por segundo año consecutivo encargado a la empresa Mastercom y visible a través de su web www.masrallye.com) quienes les aseguraron que todo estaba bien. Poco después empezaron a llegar los cronos de los turismos, y el 3.02 de Borkovich ya era un registro ‘razonable’ (bueno, razonable para el increíble servio, ¡vaya manera de subir con ese EVO IX gris!), apenas un segundo por debajo de su record personal del año pasado así que, después de todo, tal vez fuese cierto que ‘todo estaba bien’… ¡pero a mi seguían sin salirme las cuentas!

Mis dudas venían, sobre todo, de los datos de los CM y las conversaciones que había mantenido con Javi Villa a lo largo del fin de semana. Tanto el sábado, al acabar la segunda oficial con un crono ganador de 2.53.5, como el domingo, tras haber hecho un 54 en entrenos, Javi me comentaba que veía muy complicado batir el 49 con el que Pedro Roca ostentaba el record de la categoría desde el 2010. Me decía que aunque el piso estuviese ya seco las gomas iban ya bastante castigadas lo que haría poco menos que imposible lograr esa rebaja de más de cinco segundos. Así que cuando Fermín Busta y Aritz Egozkue bajaban de 49 y, poco después, Villa establecía un estratosférico 42 mis dudas subían de forma exponencial. Todos ellos habían limado a sus cronos de la víspera alrededor de diez segundos con unas gomas peores en un asfalto más seco pero sin que la diferencia entre el estado del terreno de un día a otro fuese suficiente para justificar tan espectacular mejoría. Definitivamente, algo ocurría aunque, en ese momento, lo que pensábamos era que esos cronos de la manga final de los CM estaban mal, lo que podía poner en tela de juicio el nuevo record de Villa en los CM, o el de Aznar en carrozados del nacional, bajando de los tres minutos, o el crono alucinante de Faggioli, que había rebajado en dos segundos, pese a la chicane, la histórica marca de Tschager, que databa del 2002, cuando la ‘rectona’ se recorría sin obstáculos que la ralentizasen.

Pero lo que ocurría no era lo que equivocadamente habíamos deducido en el ‘calor de la batalla’ sino lo que, como comentamos más arriba, algunos equipos habían detectado ya el día anterior y que comprobaríamos al acabar la carrera. Durante la tarde del domingo y la mañana del lunes, entre llamadas a unos y otros y revisiones de varias cámaras interiores, llegábamos a la conclusión definitiva… no es que los tiempos de la última manga estuviesen mal… ¡¡¡es que eran los únicos que estaban bien!!! El resto habían sido todos entre siete y ocho segundos mejores de los que aparecen en las clasificaciones oficiales lo que, por ejemplo, significaba que Villa ya había batido el sábado el record de CM, marcando un 2.45 que rebajaba el domingo a ese fantástico 2.42 final. Una mejora de tres segundos que si entra en lo razonable y en lo que el piloto nos vaticinaba cuando le preguntábamos al respecto.

Por fortuna, al ser un fallo general los resultados no se ven afectados pero, evidentemente, se trata de un error gravísimo que deja en evidencia eso tan conocido de que ‘lo barato es caro’. Porque cuando el año pasado se prescindió de ‘Fotomotor’ para llevar a cabo la tarea del cronometraje en el Fito, pese a que su trabajo había sido impecable los años anteriores, la causa fue, ante todo, económica, ya que ‘MasRallye’ ofrecía lo mismo por menos precio. Hasta ahí, la decisión es lógica siguiendo la ley de la oferta y la demanda… el problema es que ese ‘lo mismo’ no lo era ya en el 2011, cuando desde Cantabria nos desesperábamos pegados a la pantalla del ordenador en la que no salía ni un solo tiempo cuando sabíamos, vía telefónica, que la subida ya estaba terminada. Y tampoco lo era en este 2012, de nuevo con los tiempos por internet siendo más bien en diferido que en directo, o la pantalla de tiempos para información de los pilotos resultando de lo más confusa y poco informativa. Problemas menores, en todo caso, si los comparamos con el inadmisible fallo que ha falseado los registros de cinco de las seis mangas del Fito 2012 y ha sembrado las dudas sobre los de la sexta. Y todo esto que estoy contando, como suelo decir en estos casos, no es una opinión mía más o menos subjetiva que dependa de mi mayor o menos simpatía hacía unos o otros, como algún mal pensado podría argüir, sino que son hechos irrefutables respaldados en datos que cualquiera puede comprobar observando simplemente algunas de las grabaciones de cámara interior de subidas del sábado, que ya hay disponibles por internet, o preguntando a los participantes que descargaron los datos de sus coches y tienen las cifras reales de cuales fueron sus cronos en las seis subidas del fin de semana. Sólo esperamos que algo así no se vuelva a repetir y que quien tenga que tomar cartas en el asunto lo haga. Porque el tiempo en una competición del motor es algo muy serio, es el referente número uno, es el valor absoluto que lo mide todo… y, por eso mismo, nunca puede ser tan relativo como lo fue los días 12 y 13 de mayo del 2012 en el Fito.

Subiendo así Cabo logró una meritoria segunda plaza en la carrera 1

Castrillo subió al podio de GT en las tres mangas del nacional

César Gutiérrez dominó el grupo N nacional pero fue excluido por no pasar las verificaciones

La exclusión de César le dio dos victoria a Rosales que se destaca en el campeonato

La Sinfonía de la ‘rectona’ (Campeonato de Europa)

Este era mi undécimo Fito consecutivo (unos cuantos ya pero pocos en comparación con las 41 ediciones de la prueba, de la que seguro que muchos que me leéis habréis visto bastantes más) y, curiosamente, nunca me había detenido a verlo en la mítica ‘rectona’. La causa era que, por motivos de trabajo, uno siempre busca sitios más o menos ‘fáciles’ para las fotos, siendo las curvas, cuanto más cerradas mejor, el lugar habitual para apostarse a la espera de capturar esas imágenes con las que luego ilustramos estos reportajes. Pero este año, gracias a la ayuda de mi buen amigo Jose Fonollosa (al que ‘liábamos’ para conocer la cara sur del Fito tras debutar el año pasado a pié de cuneta en su vertiente norte con motivo de la subida al Sueve) ya teníamos al final de la jornada del sábado fotos más que de sobra como para poder tomarnos el domingo de forma más relajada y diferente.

Así que cuando iba de camino a Arriondas pensaba, “si llego a tiempo de coger el coche de prensa me acerco hasta la chicane y los veo en la recta”. Un plan que parecía frustrarse, por poco, cuando me enteraba de que la caravana había partido apenas un par de minutos antes de mi llegada a la zona de la sala de prensa. “Bueno, otra vez será”, pensaba mientras me acercaba andando hasta la salida, ya que ahora eso de subir caminando por la prueba está complicado y, además, ya no me iba a dar tiempo. Sin embargo, cuando estaba a medio camino, el infatigable ‘Gene’ paraba el ‘todoterreno’ con el que iba a repartir material a los radio-enlaces y me invitaba a acompañarle. Todo un favor que me permitía subir incluso antes que la caravana, ya preparada para partir, y gracias al cual llegaba con tiempo más que de sobra a la ‘chicane’ que, desde hace pocos años, parte en dos la larga recta que caracteriza la mitad inicial del Fito. Una chicane, por cierto, que este año estaba formada por tres filas de neumáticos, en lugar de dos como en años anteriores, lo que produjo algún que otro 'susto' en la primera manga del sábado.

Allí estaban ya ‘Gelu’, habitual colaborador de ‘TVMotor’ y ‘Sobre Ruedas’, y su madre, Esperanza, tan o más entusiasta y aficionada a las carreras que su joven hijo. Junto a ellos iba a vivir, por fin, la experiencia de la ‘rectona’… y os puedo asegurar, a los pocos que no la conozcáis, que merece la pena. De entrada, la rapidísima izquierda que la precede ya es un punto de esos en los que, como dicen los ingleses, ‘se separa a los hombres de los niños’. Hay que tener fe y valor para pasarla a fondo, con la fuerza centrífuga empujando el coche hacia el exterior y el asfalto terminándose bajo unos neumáticos que hacen lo posible por agarrarse a ‘lo negro’ para no pisar ‘lo verde’. Un ejercicio de funambulismo que muchos superaban con nota y en el que sacaba matrícula de honor el servio Borkovich, al que yo casi empezaría a llamar, cariñosamente y con toda admiración, ‘Lokovich’. Ya el año pasado, tanto en el Fito como el Falperra, nos había llamado la atención este espigado piloto balcánico con pinta de jugador de baloncesto, pero lo de este año durante los dos días del Fito lo convierte, por derecho propio, en uno de los nuevos ídolos de la afición. Por mucho que su EVO gris se mueva de forma alarmante o se retuerza en posturas inverosímiles, ‘Lokovich’ sigue siempre ‘pie abajo’, como ya habíamos visto el sábado cuando ‘pisaba hierba’ saliendo de Cofiño, y como volvíamos a comprobar en la izquierda de entrada a la ‘rectona’, por la que pasaba sin que le sobrase un milímetro camino de la chicane. Con ese ritmo en todas sus mangas, no es de extrañar que el servio se impusiese, de calle, entre los carrozados del europeo, metiéndose incluso por delante de alguna barqueta y algún fórmula, y todo ello con un Mitsubishi grupo N que, además, suena que mete miedo y anda tanto que más parece un misil tierra-tierra que un coche derivado de la serie. De hecho, anda tanto que hasta despierta sospechas, por ello el que en las verificaciones finales se le abriese el motor y se comprobase que su cilindrada es legal no hace sino incrementar el mérito de su valiente piloto, sin duda una de las estrellas de este Fito 2012.

'Viti' debutó con el Subaru ganando una manga y teniendo problemas en las otras dos

Doble victoria en grupo A para 'Joselu' Alonso y su EVO VIII

Maldonado ganó el grupo A de la carrera 2 y se destaca en la general de la categoría.

Miguel Angel Clemente volvió a ganar con claridad en históricos

Aunque si hablamos de estrellas, y para centrar definitivamente este ‘capítulo’ del relato en los participantes del europeo, principales ‘culpables’ de mi excursión a la ‘rectona’, la estrella más rutilante, no sólo de este Fito sino de la montaña europea  es, sin duda, Simone Faggioli. Al volante de su espectacular FA30, esa especie de 'cruce' entre fórmula 3000 y barqueta ‘de toda la vida’, el italiano está ‘en otra liga’ respecto al resto de participantes del europeo, por mucho que varios de ellos tengan ya similares armas a la suya. Algo que ya demostró hace un par de años, en su anterior visita al volante de la entonces nueva Osella, y que volvió a demostrar de nuevo en esta ocasión, si cabe con más claridad. Verlo trazar cualquier zona del Fito, con esa mezcla de finura y decisión que le caracteriza, es una delicia. Y no sólo verlo sino escuchar como brama ese V8 Zytek de cerca de 500 caballos. Una auténtica estampida de potencia y sonido cuando lo exprime recta arriba, una vez interrumpida brevemente su cabalgada por el incómodo obstáculo de la chicane, que te pone los pelos de punta y te produce un auténtico ‘subidón’ de adrenalina, haciendo que no puedas evitar una exclamación a su paso. Un ‘subidón’, además, que te hace pensar, muy mucho, lo que debe de ser ir a ese ritmo por una carretera en la que poco espacio queda a cada lado de la FA30 en parado. Así que a más de doscientos kilómetros por hora, rodeada de guardarail por ambos lados, la recta tiene que verse como un estrechísimo y vertiginoso túnel de acero, a través del cual se sale catapultado hacia las siguientes curvas de la subida.

El paso de Faggioli era algo así como el estallido final de una catarata de fuegos artificiales, o los últimos y más potentes acordes de una bien ejecutada sinfonía en la que antes ya habían interpretado su parte los fórmula 3000. Los potentes monoplazas procedentes de los circuitos me parecen siempre ‘fuera de su habitat natural’ en otras zonas del Fito, pero acelerando y ‘tragando marchas’ en esos metros de recta que apenas les duran un suspiro si que estaban en su elemento. Verlos y oírlos tan de cerca me permitía, además, imaginar lo que debía ser asistir a un gran premio de fórmula 1 allá por finales de los sesenta, cuando los frágiles monoplazas ya eran empujados por los legendarios V8 Cosworth de 3 litros. Unos motores que son algo así como los papás o los abuelos de estos V8Zytek o Mugen que impulsan los cuerpos de carbono y aluminio de estos Reynards y Lolas que pasaban a apenas dos palmos de nosotros y nos hacían sentir como si estuviésemos al inicio de la larga recta del viejo Nurburgring. Para sus pilotos, los Bormolini, Kramsky, Rollinger o Napione, esos escasos metros en los que dar rienda suelta a sus ‘casi fórmulas uno’ eran el único terreno favorable de una subida en la que las barquetas siempre se han defendido mejor. Por ello no es de extrañar que al final el mejor de los F3000, una año más Bormolini, apenas si pudiese lograr la tercera plaza, tras las FA30 de Faggioli y Benes… y sólo gracias a que el siempre agresivo Demuth cruzaba la línea que separa el bien del mal en la última manga del domingo, en un vano intento por acercarse al italiano que le costaba una merecida segunda plaza, relegándolo a la sexta. Un resultado injusto para el luxemburgués, todo corazón y garra, que sube con la barqueta al viejo estilo, sin importarle si se mueve o se cruza, menos eficaz que Faggioli pero, desde luego, tremendamente espectacular.

En todo caso, cuando veía alejarse a unos y a otros recta arriba, lo de menos era cual iba a limarle más o menos décimas al cronómetro. Se trataba de darle un festín a los sentidos. Y para eso, la ‘rectona’ es el lugar ideal, ¡seguro que vuelvo el año que viene!

Nuevo recital de Javi Villa que ganó las tres mangas y pulverizó el record de CM

Aritz Egozkue fue el que más cerca estuvo de Villa en la primera oficial

El segundo puesto en la carrera 2 fue para Oscar Palacio

En la tercera oficial fue el turno de Fermín Busta para lograr la segunda plaza

Duelos al segundo (Campeonato de España, categoría I)

Ya os comentaba en la crónica de Ubrique que el nacional de montaña de categoría I (los carrozados, para entendernos) se presenta apasionante este año. Y lo visto en el Fito no ha hecho sino confirmar esas sensaciones tan positivas que me había dejado la subida andaluza. Entre los aspirantes a las plazas de honor las diferencias son mínimas y las alternativas constantes. Tantas, que en el Fito hubo tres ganadores diferentes en las tres mangas del nacional. Uno de ellos, el de la carrera 1, fue Jesús Fernández ‘Tano’, de vuelta a la montaña con ese Audi que llevaba casi un año ‘cogiendo polvo’ en el taller. Los otros dos fueron esos ya eternos duelistas del campeonato de España, los dos José Antonios, Fombona y Aznar, ganadores respectivamente de las carreras 2 y 3. Un triplete de esos A4 ‘superturismo’ que desde la comisión técnica de la española parecen empeñados en desterrar de nuestra montaña, en lo que me parece un notable error ya que, a falta de barquetas y fórmulas (resignados estamos a no verlos más en un nacional) coches de estos, auténticos purasangres de la competición que no se ven en otro tipo de pruebas, son precisamente uno de los grandes alicientes de nuestras subidas.

En el Fito, con el piso inicialmente húmedo de la mañana del sábado, la tracción total de los Audi se presentaba como el arma definitiva ante los potentes GT de los Cabo, Borreguero y Castro, a los que se unía otra unidad más a tener en cuenta, el Porsche de Julio César Castrillo. Así que no era de extrañar la victoria de uno de ellos, aunque el hecho de que la lograse ‘Tano’, en su primera carrera con el A4 después de bastantes meses, podría considerarse una sorpresa. Y digo podría porque, conociéndole o viéndole pasar, su primer puesto no sorprendía a nadie. Todos sabemos que Chus es de esos que salen a ‘todo o nada’, así que cuando el piso está como estaba en la primera oficial del sábado, apostar por él es casi obligado.

Lo que si sorprendía era la segunda plaza de Manuel Cabo, ya que el piso no estaba precisamente en las mejores condiciones para batir a los 4x4 con un trasera. Pero un experto rallyeman como Manolo sabe sacarle el jugo a situaciones como esa, en las que hay que ser más equilibrista que atleta. En su capacidad para controlar el 911 en las zonas más mojadas y exprimirlo en las menos húmedas se basaba su segunda plaza por delante de los otros dos Audis que, en teoría, deberían haber copado las restantes plazas de podio. Entre ellos, Aznar superaba a Fombona, cumpliendo su objetivo de recortar puntos a los dos pilotos que le precedían en el campeonato: el asturiano, cuarto con una estabilizadora suelta como inconveniente extra para hacer aun más difícil controlar el coche sobre el asfalto resbaladizo, y Borreguero, que a duras penas terminaba sexto, por detrás de Castrillo, en una subida que estaba en las peores condiciones posibles para el Mosler.

Si la primera y húmeda manga había deparado nuevo vencedor respecto a los que habían ganado en Ubrique, la segunda era para uno de los que ya habían ganado este año: Fombona. Una vez resuelto el problema con la estabilizadora (y bien fijado un buje trasero que iba algo suelto), el Audi se comportaba como su piloto esperaba y sobre un piso que ya estaba seco en su mayor parte el gijonés lograba su segunda victoria del año. Una victoria apretada, ya que los otros dos Audis si que copaban esta vez el podio, curiosamente cuando había menos humedad en el asfalto que en la manga anterior. Las distancias eran mínimas, con ‘Tano’ a menos de nueve décimas y Aznar a apenas segundo y medio.

El domingo, ya con piso seco, los GT podían ser alternativa, algo que comentábamos con algunos de los aspirantes a las primeras plazas cuando esperaban en la cola de salida antes de la manga final. Al respecto, Cabo no lo veía tan claro y nos decía “se va a intentar” mientras que Aznar, muy motivado y seguro de sus posibilidades, nos contestaba con un rotundo “va a estar igualado pero los Audi vamos a ganar” que resultaría profético, siendo además el suyo el que lograba la victoria.

Con el triunfo del almeriense las victorias en las carreras puntuables del fin de semana se repartían entre los tres pilotos de los Audi A4ST, con distancias tan mínimas entre ellos durante las dos jornadas que en la suma de tiempos apenas si les separaba un segundo, terminando ‘Tano’ seis décimas por delante de Aznar y este apenas cuatro por delante de Fombona ¡Más igualdad imposible! Como, además, al segundo puesto de Cabo en la carrera 1 se unía el de Borreguero en la que cerraba programa, eran cinco los pilotos que ocupaban puestos de podio, confirmando los resultados del Fito lo ya visto en Ubrique, este año el campeonato va a estar más reñido que nunca. Una circunstancia que todos los aspirantes al título valoran de forma muy positiva, conscientes de que cuanto más pelea hay por la victoria más mérito tiene conseguirla.

En los otros grupos del nacional la situación no es tan boyante. El N era el que presentaba más alicientes en el Fito, con la presencia de los tres primeros de Ubrique (Eduardo Noriego, Blanco Rosales y César Gutiérrez) y el retorno del campeón de las dos últimas temporadas, 'Viti' Pardeiro que, además, estrenaba montura, un Subaru Impreza con el que intentaría plantar cara a los EVO IX de sus rivales. De estos, el gran favorito, Noriego, era visto y no visto (¡de hecho yo no lo llegaba ni a ver!) al romper el diferencial delantero nada más iniciar la primera subida de entrenos. Ausente el extremeño, la lucha se planteaba, sobre todo entre los dos asturianos, con ventaja para César en la primera manga. Y ahí se acabaría la pelea porque en la segunda, el turbo del Subaru de Viti fallaba, aunque al menos le permitía llegar a meta en la tercera plaza, por detrás de César y Rosales. Peor le iría al actual campeón el domingo, cuando el turbo de recambio montado la noche anterior reventaba provocando incluso un pequeño conato de incendio. Con Viti fuera, César ganaba otra vez lo que, unido al triple cero sumado por Noriego parecía significar un paso de gigante de cara a sus aspiraciones al título. Sin embargo, todo se torcía para el de Luarca en las verificaciones finales, cuando una serie de malentendidos por parte de un nervioso César ante la ausencia de su mecánico en el momento en que le solicitaban la apetura del motor acababa por costarle la exclusión al no pasar su coche la verificación solicitada por los técnicos. Con el de Luarca fuera de las clasificaciones, el triunfo de la carrera 1 pasaba a manos de Viti mientras que los de la 2 y 3 se los llevaba Rosales, que toma una importante ventaja al frente de la clasificación.

Menos alicientes aun hay en el grupo A, en el que Maldonado se ha quedado sólo al haber vendido recientemente Abia el 206WRC con el que ganó el título el año pasado y que debutaba ya en manos de su nuevo propietario (Teo Martín) en la subida a Paracuellos del regional madrileño. De todas formas, en el Fito Maldonado no lo tenía fácil ya que le salían dos rivales de importancia: el agua de la primer oficial, sobre la que Manuel no se encontraba nada a gusto, y el EVO VIII de José Luis Alonso, inicialmente encuadrado en el grupo de los 'siluetas' europeos y finalmente pasado al A del nacional. 'Joselú' ganaba la primera carrera y repetía en la del domingo, mientras que para Maldonado era la segunda del sábado. En todo caso, sin rivales que vayan a seguir el campeonato, el almeriense lo tiene realmente fácil para recuperar un título que ya fue suyo hace unas temporadas.

Otro almeriense que tampoco deberá tener problemas para llevarse el campeonato de su categoría es Miguel Angel Clemente, que en el Fito volvía a imponerse con holgura en las tres mangas de carrera, metiéndose incluso en alguna entre los diez mejores de la general con su 'atómico' 124. Al menos en la subida asturiana había más participantes en la categoría, entre los que destacaba la actuación del poleso Javier Sanz, segundo en las tres mangas con su impecablemente presentado Ford Escort MKI. A ver si Javier o alguno más se animan a seguir el campeonato y tenemos más históricos en la parrilla de salida de las siguientes citas del certamen.

Jairo fue quinto en las dos mangas del sábado peor se salió el domingo

Navarrete fue ganando un puesto en cada subida para acabar quinto en la última

Rapido y agresivo, Christian Villar se mezcló con los habituales del nacional

Ordóñez ganó el grupo X el sábado pero quedó casi inédito el domingo

El factor humano  (Campeonato de España, categoría II)

Desde el karting a la fórmula 1 nadie gana si no tiene buen material, algo que puede parecer injusto a quien se acerque por primera vez a nuestro deporte, pero que es tan evidente como consustancial a la misma esencia del automovilismo, basado en el triunfo del binomio hombre-máquina por lo que si uno de los dos no está a la altura la victoria es imposible. Otra cuestión es saber cual es el porcentaje que aporta cada una de esas dos 'mitades inseparables', siendo en muchas más ocasiones de las que nos gustaría el coche quien marca la diferencia, haciendo inútiles los esfuerzos de un piloto con más talento pero que compite en inferioridad de condiciones mecánicas.

Sin embargo, hay ocasiones en que todavía se nota ‘la mano del hombre’, y una de esas la hemos vuelto a tener este fin de semana en el Fito en la categoría II del Campeonato de España (los espectaculares CM). No es la primera vez que escribo esto, y hasta en alguna ocasión el fabricantes de uno de estos vehículos me lo ha querido rebatir con argumentos técnicos, pero estoy convencido de que esta es una categoría en la que la mecánica, con ser importante, no es determinante, siendo las manos de los pilotos las que marcan las diferencias. Algo que una simple ojeada al palmarés de las Copas CM disputadas en los últimos años no hace sino corroborar, con los mismos nombres (los Palacio, Apalantza o Roca, por nombrar sólo a los que han logrado algún título) siendo capaces de ganar con dos o hasta tres de las marcas que se han repartido los triunfos desde que se creo el certamen.

Una teoría que los resultados de Javi Villa en el Fito diría que demuestra ya de forma definitiva. El año pasado, los Silver Car monopolizaron de forma poco menos que absoluta el campeonato, con las únicas excepciones de los aislados triunfos para BRC en el Fito con Fermín Busta (motivadísimo en la subida de casa, que conoce como nadie) y Javi Villa (debutante de lujo en Santo Emiliano, un trazado circuitero y, por tanto, teóricamente a su medida). Este año, en cambio, en las seis mangas disputadas hasta la fecha, BRC ha sumado seis victorias, todas ellas con la firma de Javi. ¿Significa todo esto que el año pasado los Silver Car S2 eran mejores coches que los BRC CM05EVO mientras que este año ocurre todo lo contrario? Estoy seguro de que no, por mucho que la mentalidad de casi cualquier piloto le lleve siempre a pensar algo así como “yo soy tan bueno como el que gana, si me bate es por el coche”.

Probablemente los Silver sean mejores en algunos trazados y los BRC en otros, o los coches navarros tengan como virtudes lo que en los asturianos pueden considerarse defectos, y viceversa. Pero la sensación general es que, en conjunto, la igualdad mecánica es grande y la pieza decisiva es esa que va ‘entre el volante y el bacquet’. Ello da lugar a un balance igualado entre lo que aporta el coche y el piloto que es tan magnífica noticia para el espectador como mala para el fabricante que depende de vender su producto para sobrevivir, porque, al final, la gente casi siempre compra el coche que gana, sin fijarse en el porcentaje que esas victorias debieron al piloto que lo manejaba.

Reflexiones más o menos filosóficas aparte, lo que está claro es que, por fortuna, en los CM el piloto cuenta… ¡y mucho! Y en el Fito lo hemos vuelto a ver con claridad. En la primera carrera, con piso mojado y condiciones muy cambiantes de adherencia, Villa lograba ya la primera victoria del fin de semana, pero no estaba todavía en su elemento. “Hay que improvisar demasiado y estamos acostumbrados a tener las cosas mucho más controladas” nos comentaba respecto a como había ido esa primera manga oficial en la que Aritz Egozkue no había quedado lejos, a menos de segundo y medio. “¡A ver si le podemos ganar!” era su resumen y su deseo para el resto del fin de semana.

Un deseo que chocaba con la realidad de los casi cinco segundos que Javi le sacaba en la segunda carrera del día, en la que la situación ya estaba más controlada para el piloto de circuitos, con ‘pista’ mayoritariamente seca sobre la que empezar a explotar todo su potencial. Algo ‘menos lejos’ que Aritz terminaba esta vez Oscar Palacio, que en la primera nos decía “no acertamos” refiriéndose a los reglajes de su coche, y que en la segunda seguía lejos de Javi (a cuatro y medio) pero al menos ganaba una posición pese a ir ‘haciéndose un lío’ con el cambio de levas en el volante, que funcionaba para subir marchas pero le daba problemas a la hora de reducir, lo que tenía que hacer con la palanca del secuencial.

El domingo, con asfalto seco, Villa tenía ya más su mente en el record (que, en realidad, ya había batido la víspera como se explica más arriba) y en cazar a algunas de las barquetas que le precedían (“tengo una a un par de décimas, pero en seco se me van a escapar”, nos comentaba antes de iniciar la manga) que en la victoria entre los CM, la cual, visto lo del día anterior, no se le iba a escapar. Y, efectivamente, Javi ganaba otra vez con autoridad, destrozando el record (el oficial y el oficioso suyo del día anterior) y distanciando al segundo, un magnífico Fermín Busta (rodando también por debajo del record de Roca pese a encontrar banderas amarillas a su paso por segunda vez en el fin de semana) en más de cinco segundos, prácticamente a uno por kilómetro. Una diferencia que es un abismo en CM, y que a sus rivales les resultaba complicado de entender y de asimilar. Aunque si hubiesen podido ver como subía Javi lo entenderían de inmediato. La diferencia la pone él gracias a la suma de un montón de factores: su talento, su ritmo de competición, su técnica, su capacidad para poner a punto al coche, su forma de trazar… todo ello compone un cocktail explosivo, sólo al alcance de un piloto profesiona y cuyos resultados son esos cronos ‘imposibles’ que marcó en su primer Fito. Verle trazar cualquiera de las eses, dibujadas con precisión milimétrica, verle llegar más lejos que nadie en las frenadas más fuertes, consiguiendo, además, acelerar antes, verle ‘enderezar’ la chicane a base de dos toques de volante de rapidez increíble y precisión extrema, disipa cualquier duda: el factor humano sigue influyendo en las carreras, y esas es una magnífica noticia.

La victoria del grupo X en la Fase B del regional fue para Daniel Montes

Rubén Bulnes homenajeó a su padre con una magnífica actuación

Rafael Bustelo estrenó ruedas y marcó mejores cronos que Clemente

Gabino dominó el grupo S con su siempre admirado R11 Turbo

El esperado retorno (Campeonato de Asturias)

Después de dos años de ‘destierro’ el Fito volvió a ser puntuable para el Campeonato de Asturias. Un retorno esperado aunque no exento de sombras porque, inevitablemente, el certamen regional se ve muy postergado en una prueba con validez continental y nacional.

De entrada, la coincidencia con los otros dos campeonatos traía una buena noticia para el regional, la disputa de una manga oficial extra en la jornada del sábado, que convertía la fase A del campeonato asturiano en una subida de las de hace unos años, con dos mangas de carreras de las que cada piloto se queda con el mejor tiempo. Algo que, finalmente, sería testimonial por culpa del tiempo, ya que el estado del piso en la primera era mucho peor que en la segunda, por lo que sería esta la que definiese los resultados de la fase del sábado.

Pero, desgraciadamente, los inconvenientes tampoco faltaban en esa siempre complicada convivencia entre certámenes. Los ‘asturianos’ se repartían a lo largo de toda la lista de inscritos, en función de que sus coches fuesen ‘europeos’, ‘nacionales’ o ‘regionales’, por lo que seguir su prueba se hacía más que complicado. Si a ello añadimos el habitual problema de la distancia entre asistencias y salida en el Fito, que se convierte en una condena para los que ocupan los últimos lugares en la relación de participantes en cuanto hay el más mínimo retraso en los horarios, el resultado fue que en ocasiones a los pilotos de los coches más modestos no les dio tiempo casi ni a bajar tras una manga antes de tener que dirigirse en caravana atravesando Arriondas para esperar su turno en la larga cola de presalida de la siguiente. Un problema no por conocido menos incómodo aunque de complicada solución debido a la particular ubicación de la zona de asistencia y la salida de la prueba, separadas por una población en pleno ‘funcionamiento’, tráfico incluido.

En todo caso, salir en el Fito siempre es una meta en si misma para muchos pilotos del regional, así que, contra viento y marea, ahí estuvieron los participantes del campeonato de Asturias aportando su granito de arena al espectáculo y disfrutando en lo posible de la prueba. A nivel de resultados, los asturianos del nacional (Villa en la categoría 1 y Fombona en la 2) se llevaron las victorias en las dos fases, con Palacio y Busta repartiéndose los segundos y terceros puestos en la primera (ya empiezan el año empatados en lo que se presenta como otro interesante duelo por el título entre ambos) y ‘Tano’ y Castrillo completando en ese orden los dos podios de la segunda.

De los que serán a partir de Muncó seguros protagonistas del certamen, destacaría las actuaciones de Jairo Pesquera (quinto del nacional y cuarto del regional en las dos subidas del sábado, mientras que el domingo un toque le dejaba fuera de combate), Alberto Ordóñez (rapidísimo como siempre, cuarto de carrozados el sábado pero inédito el domingo al fallar el electroventilador de su Clio en la salida), Daniel Montes (segundo del grupo X el sábado y ganador el domingo), Rafael Bustelo (batiendo los dos días al vencedor de los clásicos del nacional, Clemente), Gabino Fernández (ganador del grupo S con su afinado y llamativo R11) o Rubén Bulnes (mérito especial el suyo por competir pese a la muerte de su padre apenas 48 horas antes de la carrera, y quinto de carrozados los dos días).

Todos ellos, y seguro que alguno otro, tendrán en la próxima cita del certamen, la subida a Muncó, felizmente recuperada también para el regional, el protagonismo que, sin duda, merecen. Al menos en la Pola seguro que sus clasificaciones se publican sin errores, lo que no ha sido el caso en el Fito, en otro más de los desatinos de los encargados del tema que, por ejemplo, acabaron incluyendo al fórmula 3 de Abraham en la categoría de carrozados. Las que publicamos en la sección correspondiente de este reportaje son, por tanto, oficiosas, ya que en ellas hemos tratado de corregir los fallos detectados en las oficiales, esperamos que no se nos haya escapado ninguno y, si es así, pedimos disculpas, al fin y al cabo elaborar las clasificaciones de la prueba no está entre nuestras funciones.
   Imágenes publicadas en nuestro reportaje de la Subida al Fito 2002 -> haz click aquí para acceder al reportaje completo

En el 2002 Franz Tscher causó sensación por su compañía y su rapidez con la Osella, diez años ha durado su record de 2.32.615

Diez años después Víctor sigue al pie del cañón y el chavalín en su Ralt deslumbra al volante de otro coche azul ¿lo reconocéis?

Los Audi ya ganaban en manos de Roberto Méndez, suyo es desde 2001 el record de carrozados en el trazado sin chicane 2:51.9

Fombona se imponía en el apartado regional con este Xsara que no volvió a utilizar, poco después llegaría su primer A4

Los BRC daban sus primeros pasos con el propio Jesús Bango al volante terminando a un paso de los diez mejores de la general

Raúl Borreguero, 'El Panete', ya era todo un clásico de la montaña en el 2002, cuando competía al volante de este BMW M3

El Fito no sería lo mismo sin la participación año tras año del vasco Inxausti y su inconfundible Opel Kaddet

Los ríos de público bajando al finalizar la prueba ya son cosa del pasado pero algunos no los echamos de menos