El rallye de Ferrol es, cada año, una de las citas más esperadas del nacional. La tercera prueba gallega del campeonato tiene siempre a su favor un recorrido, basado en tramos de esos ‘que ya no quedan’, sucios, rotos, difíciles… que le dan un aliciente especial al que se suele añadir, además, su posición ’estratégica’ en el calendario. El hecho de ser la primera prueba tras la larga pausa veraniega hace que sea habitual encontrar en Ferrol interesantes novedades en cuanto a participación, que aumentan aun más el atractivo del rallye. La edición del 2011 se presentaba fiel a esa tradición de recorrido complicado y novedades interesantes, con un trazado similar pero, a la vez, diferente al de años anteriores (gracias a las innumerables variantes que permiten las laberínticas carreteras gallegas), y una lista de inscritos corta en número (apenas 40 coches en el rallye nacional, de los que quince eran Swifts de la Copa Suzuki) pero con el retorno de Vallejo al volante del coche de sus triunfos en el Campeonato de España, el Porsche, como principal reclamo.

En vista de que el proyecto del Lotus no acababa de cuajar, el de Meira ‘volvía a los orígenes’ de su exitosa aventura con el GT alemán, trayéndose un 911 de los circuitos italianos que aportaba ya un primer aliciente al rallye: la comparación de sus prestaciones con el, en teoría, más evolucionado Porsche de Miguel Fuster. Un duelo que, por desgracia, nos quedábamos sin ver ya que, apenas unos días antes del inicio del rallye, el levantino anunciaba su renuncia a participar en Ferrol alegando ese mal general de los equipos que intentan seguir el nacional de rallyes: problemas de presupuesto.

Un duelo que, en todo caso, no pensábamos que hubiese sido por la victoria ya que en los rotos y tortuosos tramos ferrolanos la lucha por la primera plaza debía, por lógica, reducirse a los S2000, con mención especial para el Fiesta de Xevi Pons y el Fabia de Alberto Hevia. Ambos llegaban a ‘terreno favorable’ y, además, con ganas de resarcirse del mal sabor que les dejó el final de la primera mitad de campeonato, en Orense.

Para el catalán además, la inesperada ausencia de Fuster, su único rival para el título, suponía una oportunidad extra que había que aprovechar para consolidar un proyecto que, tras los numerosos vaivenes de los últimos meses, no es que atraviese sus mejores momentos a nivel de presupuesto, como se puede deducir a simple vista si uno se fija en los logos de los patrocinadores que adornaban la carrocería del Ford y que ya no están sobre la misma. Sin embargo, ‘a perro flaco todo se le vuelven pulgas’, y eso precisamente le pasaba al Fiesta S2000, que sufría en el shakedown la rotura del conjunto palier-homocinética. Una avería que se había producido sólo una vez, el año pasado en Madrid, y que se reparaba en la asistencia de RMC… pero que, por increíble que parezca, se reproducía en el primer tramo del rallye, ese auténtico laberinto de cruces que es la especial de San Sadurniño, lo que significaba el prematuro abandono de uno de los principales favoritos a la victoria, dejando en un tan decepcionante como inesperado ’cero a cero’ el combate, finalmente a distancia, entre los dos principales aspirantes al título nacional 2011.

Así que con Fuster en casa, con Vallejo de estreno con un coche recién acabado y apenas probado, y con Pons fuera a las primeras de cambio, todo se ponía de cara para Hevia, corriendo además en terreno favorable y con la motivación extra que Berti siempre tiene en Ferrol, un rallye que se le da realmente bien y en el que estaba imbatido con el Fabia (dos victorias en sus dos participaciones con el S2000 checo). El asturiano salía dispuesto a marcar diferencias ya en el primer tramo, pero aunque lograba el scratch, su margen no era tan grande cómo esperábamos tras verle pasar muy decidido por el estrecho y sucísimo cruce en el que recordábamos haber visto uno de los tramos de nuestro primer Ferrol, hace ya unos cuantos años. La diferencia entre la forma en que Berti apuraba la frenada, colocaba el Fabia y lo hacía traccionar camino del siguiente cruce de los ’mil’ que tiene ese tramo, era abismal comparándola con los apuros de Vallejo para detener el Porsche, que se llegaba incluso a calar al entrar muy despacio en la zona sucia del cambio de carretera, permaneciendo estático por apenas un par de segundos que a sus ocupantes imagino les resultarían eternos. Qué, aun así, en la meta de As Somozas Hevia apenas si consiguiera 7 segundos de ventaja sobre Vallejo se explicaba en buena medida por la enorme superioridad en potencia del GT, que le permitía recuperar en aceleración y velocidad máxima mucho de lo perdido en las zonas como la que veíamos en directo. Y, también se explicaba, aunque eso lo sabríamos después, porque en el Skoda se aflojaba un taco motor, lo que desequilibraba notablemente el tren delantero del Fabia, enviando este a su piloto preocupantes síntomas de otro más de esos problemas que parecen perseguir este año al todavía Campeón de España.

Con Hevia y Vallejo repartiéndose los dos primeros scratch, el tercero en discordia en ambos casos era Alberto Meira, para quien el rallye había empezado también con ‘susto’. En su caso, se trataba de un minuto de penalización que le aplicaban ya antes de iniciarse la prueba… ¡por exceso de velocidad en los reconocimientos previos! Que precisamente Alberto hubiese sido la voz más crítica (y polémica) en la reunión previa al rallye que mantuvieron varios pilotos con representantes de la federación para analizar la (pobre) situación actual del campeonato, no dejaba de recordarnos a aquello que dijo una vez un famoso político de ’el que se mueve no sale en la foto’ refiriéndose a los efectos que discrepar podía tener con tus opciones futuras en el partido. El caso es que el vigués empezaba ya con un importante hándicap que, probablemente, no hacía sino espolearle aun más, como demostraban sus cronos, que en sólo dos especiales ya le situaban sexto pese a los sesenta segundos ‘de propina’.

También tenía motivos para la alegría Jonathan Pérez, que conseguía su mejor resultado de una temporada en la que, ‘tacita a tacita’, está consolidándose como un serio aspirante al título nacional. El segundo puesto de Ferrol, unido a los puntos sumados en la primera mitad de temporada con los terceros de Villajoyosa, Rías y Orense, más el ’doble cero’ de Pons y Fuster, le dan a ’Yoni’ opciones reales de ser el inesperado ’tercero en discordia’ en la lucha por le título. Y es que, recordemos, ni el levantino ni el catalán pueden fallar en lo que queda de ’segunda mitad’ de campeonato ya que, de hacerlo, ya tendrán obligatoriamente que sumar un cero, y eso es una pesada losa, especialmente ante alguien tan regular como Jonathan, que empieza ’el segundo tiempo’ con un gol de ventaja.

Mucho menos contento acababa Hevia, lamentándose de su mala fortuna este año (‘¡nos debe de haber mirado un tuerto!’ comentaba) y lógicamente desanimado por terminar tercero un rallye que tenía en el bolsillo. Y no se si contento o, más bien, aliviado por estar en la meta con el coche ‘entero‘, concluía Meira, tras completar otro de esos rallyes ’marca de la casa’, al ataque y sin rendirse nunca para, finalmente, lograr la cuarta plaza y la victoria en grupo N superando ya en el penúltimo tramo, con trompo incluido, a un Pais cuyo EVO iba de mal en peor para acabar dejándole injustamente tirado en el último tramo.

La retirada del Mitsubishi hacía subir hasta la quinta plaza a Antxustegui, que mantenía su margen respecto a Vinyes logrando así su primera victoria en los dos certámenes en los que los Suzuki oficiales están ’en otra liga’ respecto a sus rivales, la categoría de Dos ruedas motrices y la Challenge Hankook. En todo caso, que en un terreno tan roto como el de Ferrol los dos S1600 amarillos, con sólo tracción delantera, batiesen a los tres primeros en la EVO CUP con sus Mitsus 4x4, demuestra que ni Gorka ni Joan van paseándose aunque no tengan rivales a su altura. Justo tras ellos terminaba el ganador a efectos del certamen de la marca de los tres diamantes, Alberto Otero, convincente en su primer rallye con el EVO X que habitualmente utiliza Luis Vilariño en el regional gallego. El joven piloto de Palas de Rey batía a los mucho más expertos Peláez y Marbán, con José Luis acabando finalmente por delante de Dani en el duelo entre madrileños por la octava plaza de la general.

Cerraba el ’top ten’ otro gallego, Celestino Iglesias, que completaba un rallye impecable en su primera salida en el nacional de asfalto con el Fiesta R2 recién adquirido a RMC. Para Iglesias era la victoria en el grupo R2, donde la mejor operación para el campeonato la hacía Ballesteros, segundo con el Twingo lo que le acerca al liderato del certamen de la categoría, liderado por el ausente en Ferrol Rubén Gracia.

Justo detrás del Twingo terminaban los primeros clasificados de la Swift, que volvían a vivir su habitual y apasionante ’rallye dentro del rallye’. Aunque la victoria se la llevaba Pablo Rey, el propio piloto gallego no tenía problemas en reconocer que el gran protagonista había sido Joan Carchat. El andorrano nos dejaba alucinados a todos, empezando por sus rivales, con los tiempazos logrados en el primer tramo de cada una de las dos jornadas. Especialmente significativo era el del sábado en Irixoa, tramo difícil donde los haya y en el que Joan ’sobrevolaba’ al resto de participantes en la Copa Suzuki, distanciando en cuarenta segundos a Pablo Rey, que había terminado el día anterior a sólo 1.1. Un crono estratosférico que parecía sentenciar el rallye… hasta que en la repetición del tramo Carchat ‘visitaba una cuneta’ perdiendo todo lo ganado con su espectacular demostración anterior y convirtiendo el paso final por Monfero en un ‘todo o nada’ entre él y Rey. Y ahí si que se veía bien claro eso de que la experiencia es un grado: el ‘Rey de copas’ no dejaba pasar la ocasión y superaba a su joven rival que, tras el susto del tramo anterior, se lo tomaba con algo más de calma, acabando segundo para sumar unos puntos importantísimos, ya que le sitúan como nuevo líder del monomarca de Suzuki.

El podio de la Swift lo completaba Pablo Pazó, que se perfila como el otro gran aspirante el título. El gallego había empezado mal el viernes, saliéndose unos metros más allá de donde nos encontrábamos, y aunque remontaba el sábado lograba finalmente la tercera plaza a base de sufrir para acabar, con la caja del Suzuki muy tocada, y gracias, sobre todo, al postrero abandono de Alberto Monarri, que se salía en la penúltima especial cuando estaba a poco más de 5 segundos de Rey en la general.

Precisamente con la entrevista a un preocupado Pazó, que temía por la integridad del cambio de su Swift en el corto trayecto del FIMO a la entrega de premios en la Plaza de España de Ferrol, concluía nuestra presencia un año más en uno de los rallyes que más nos gustan… ¡de un campeonato que cada vez nos gusta menos!

Lo primero, lo de disfrutar en Ferrol, se siguen produciendo aunque el formato de medio rallye el viernes por la tarde y la otra mitad el sábado por la mañana lo hace más frenético para nuestro trabajo, y nos impide tener tiempo para encontrarnos con los buenos amigos ferrolanos que nos acompañaron en nuestras primeras visitas a la prueba, cuando el recorrido se realizaba íntegramente en la jornada del sábado. Pero ya sabe que eso de mezclar trabajo y placer no siempre es fácil y, además, acabar tan temprano el sábado nos permitía tener hasta tiempo para hacer parada en Boal y completar la tarea del fin de semana en la tercera cita de regional asturiano de rallyes, sobre el que nuestro ’corresponsal en el campeonato’ Dani Alvarez, está escribiendo la correspondiente crónica que podéis leer en otro apartado de esta misma web.