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14|05|2011 RALLYE CANTABRIA INFINITA
El Campeonato de España de Rallyes de Asfalto llegó al norte y la lluvia se encargó de cambiar totalmente el escenario respecto a las dos pruebas anteriores. El rallye se convirtió en un mano a mano entre Xevi Pons-Alex Haro y Berti Hevia-Pin, que se resolvió por la tarde a favor del Fiesta S2000 del dúo catalán, más acertado en la elección de neumáticos. Para los asturianos no quedó suiquiera el consuelo de acabar segundos, debido a una avería del embrague de su Fabia en el último enlace.

CRONICA

Tras los rallyes de Villajoyosa y Canarias, dominados con autoridad por el Porsche de Fuster, todos los que seguimos el nacional de asfalto teníamos claro que las cosas iban a cambiar radicalmente en la primera de las citas ‘norteños’ de la temporada, el Cantabria Infinita.

Superado ‘por los pelos’ el peligro de su no celebración, la prueba cántabra presentaba una engañosamente abundante lista de inscritos, con más de 100 coches de los que, en realidad, apenas poco más de dos docenas competían realmente en el Campeonato de España, completando la nutrida participación un buen número de equipos del regional y el amplio contingente de clásicos del certamen de regularidad cántabro. Una mezcla un tanto extraña y que, personalmente, nos convencía más bien poco… aunque no quedaba más remedio que darla por buena si, al menos, había permitido ayudar a ‘cuadrar las cuentas’ y sacar adelante una prueba que, ahora mismo, es (tal vez junto al de Ferrol), el rallye más ‘al estilo antiguo’ en lo que respecta al trazado de sus tramos, en su mayoría estrechos, rotos, y muy variados en cuanto a piso.

Pese a sufrir por culpa de la dirección asistida, Pons-Haro lograron su primera victoria del año y recortan distancias en la general del campeonato

Hevia-Iglesias lideraron por la mañana, erraron con las gomas por la tarde y tuvieron que abandonar al final por culpa del embrague

Sergio y Diego Vallejo completaron su mejor rallye con el Lotus Exige, marcando tres scratchs y terminando segundos

Como era de esperar, Fuster-Aviñó lo pasaron mal con el Porsche en los tramos cántabros, acabando sextos pero conservando el liderato del certamen

Además, la lluvia tenía de nuevo apuntada en su agenda la fecha del Cantabria-Infinita, y aunque el viernes lucía el sol durante la celebración del poco significativo shakedown, que estrenaba ubicación en Santander, a medida que avanzaba la jornada previa al rallye el cielo se iba cubriendo y todos los pronósticos meteorológicos daban ‘agua’ para el sábado. Un ‘agua’ que era mala noticia para Fuster, aunque el levantino se lo tomaba con humor cuando momentos antes de la ceremonia de salida le comentábamos que iba a ser un rallye complicado para él y nos respondía con un “¡y más con la que va a caer mañana!”. Evidentemente, Miguel tenía claro que sus opciones pasaban simplemente por terminar y llevarse de vuelta a Benidorm el coche entero y algún punto que le permitiese seguir liderando la general.

En cambio, el pronóstico de lluvia era buena noticia para el ‘ídolo local’, Enrique García Ojeda, relegado a papel secundario con el Fiesta R2 pero dispuesto a “hacer alguna animalada” como comentaba, entre risas, cuando Félix Ortiz le entrevistaba en el podio de salida. El ganador de las tres anteriores ediciones sabía que no iba a poder añadir un triunfo más a su cuenta, pero no se resignaba a ser comparsa y estaba dispuesto a dar más de un susto, con su pequeño Ford, a coches más potentes.

Pero si ni Ojeda ni Fuster iban a ganar el rallye, los que si aspiraban a hacerlo eran Xevi Pons y Alberto Hevia. Ambos partían como claros favoritos, aunque me llamaba la atención como la mayoría de aficionados que daban sus pronósticos a través de internet, en foros o en los cada vez más numerosos perfiles de redes sociales relacionados con los rallyes, se decantaban por una victoria poco menos que ‘fácil’ para Hevia. Algo que yo no tenía claro, ya que me daba la sensación de que la pelea iba a ser realmente igualada entre el S2000 de Ford y el de Skoda. Por un lado, porque Xevi es un piloto que, aunque ‘no transmite’ mucho al público va realmente rápido. Y por otra, porque conociendo muy de primera mano lo complicado que está siendo este arranque de temporada para Berti y su equipo, el Cantabria se me antojaba para el asturiano casi más como unas ‘maniobras con fuego real’ que como una ‘primera batalla’. Tras el debut en Canarias, al que el nuevo Fabia EVO2 llegó ‘por los pelos’, en Santander el coche tenía que empezar a ponerse a gusto de su piloto, sobre todo a nivel de suspensiones tras los graves problemas sufridos en ese apartado en las islas. Y hacer eso en pleno rallye nunca es fácil, por lo que pensar que Hevia fuese a ganar con comodidad me parecía bastante improbable.

Inesperado y meritorio podio para Senra-Vázquez con el 306 Maxi

Rallye simplemente alucinante de Ojeda-Marcos, que acabaron cuartos scratch con el Fiesta R2

Mantecón-Noriega empezaron a tope, con un fantástico scratch en Villacarriedo, pero se salieron en la siguiente especial

Victoria en grupo N y la EVO CUP para España-García, aunque un toque les hizo perder la cuarta plaza de la general, acabando quintos

De todo esto hablábamos en la cena con nuestro ‘equipo habitual’ en los rallyes del nacional, Jose de TVMotor y César y Miguel, de AsfaltoyTierra.com. Ellos iban a ser, además, mis ‘ojos y oídos’ en los tramos, ya que en este rallye poníamos en marcha una iniciativa solicitada por Roberto Méndez, que consistía en retransmitir en directo, vía Twitter, todos los pormenores de la extensa expedición que su equipo, RMC, desplazaba al rallye cántabro. Nada menos que once eran los coches que se alineaban bajo las carpas azules y rojas del equipo de ‘Cholo’, ocupando prácticamente una calle entera del nuevo parque de asistencia del rallye, que se trasladaba de su habitual ubicación en el ferial de Torrelavega a la más ‘mediática’ del parking de los ‘campos de sport del Sardinero’ que dirían en ‘Carrusel Deportivo’.

Así que el sábado a primera hora, con la lluvia acudiendo puntual a la cita con el rallye, mientras Jose, César y Miguel se dirigían al temible ‘Villacarriedo’ a mi me tocaba montar la ‘base de operaciones’ en uno de los camiones de RMC, desde el que iba a seguir todo el rallye. Por un lado, me quedaba con las ganas de ver a los coches en acción (aunque con el ‘día de perros’ que hacía, la verdad es que lo de estar ‘a cubierto’ no era mala opción) pero, por otro, me aprestaba a vivir la competición desde dentro del equipo de uno de los favoritos a la victoria, lo cual también tenía sus indudables alicientes.

El año anterior, la pasada nocturna del viernes por San Roque-Villacarriedo, con lluvia intensa y niebla espesa, había dejado el rallye poco menos que visto para sentencia. Así que la tensión era máxima a primera hora del sábado cuando los equipos se dirigían a ese mismo tramo, que estaba en condiciones no tan extremas como en el 2010 pero también muy complicadas. La primera ‘víctima’ de un tramo así, de cerca de 30 kilómetros, con lluvia y traicioneros bancos niebla, era, como se esperaba, Miguel Fuster. El del Porsche era alcanzado cerca del final por el Fiesta S2000 de Xevi Pons, al que cedía el paso con deportividad, por lo que el Ford del catalán era el primero que llegaba a meta, con un crono de 19.37 que se convertía en la referencia para los que venían detrás.

El siguiente en meta debía ser el Skoda de Hevia… pero la incertidumbre se apoderaba de todos cuando pasaba más de un minuto y en la radio comentaban que no llegaba, haciéndolo finalmente unos tres minutos después de lo previsto. Sin embargo, el asturiano había realizado el tramo sin más problemas que los que las difíciles condiciones climatológicas imponían, y la explicación a su ‘retraso’, que realmente no era tal, estaba en un error en el reloj del control horario previo al tramo, del que se percataba su copiloto, Pin. Resultaba que tanto Nacho Aviñó como Alex Haro, los copis de Fuster y Pons, habían ‘ticado’ haciendo caso a ese equivocado reloj de la organización, entrando, de hecho, por adelanto en el control horario. Un control que finalmente se anulaba por lo que no había lugar a penalización alguna para los dos primeros coches que habían transitado por él a la hora equivocada.

Una vez explicado el ‘entuerto’ de los tres minutos sin coches en meta, conocíamos el crono de Hevia, casi 8 segundos mejor que el de Pons y con toda la pinta de ir a convertirse en el scratch. Así que la sorpresa era grande cuando aparecía en el monitor de tiempos (con el retraso ya habitual al que nos tiene acostumbrados la página de masrallye) el crono de Mantecón, un increíble 19.16 que era aun más alucinante después de haber escuchado al piloto comentar en directo por la radio que había hecho un trompo. Una sorpresa que se unía a la del tiempazo de Jonathan Pérez, a menos de 3 segundos del crono de Hevia pese a un toque a tres kilómetros de meta que dejaba maltrecha una rueda trasera de su 207S2000 y que, desgraciadamente, le obligaría a abandonar en el enlace posterior.

Rallye para olvidar el de Meira-Bañobre, que no encontraron el ritmo en la niebla del primer tramo y se salieron sin daños poco después

Segunda plaza en R2 para el Twingo de Marcos y Vicente Diego, que acabaron además séptimos de la general

Adrían y César Díaz fueron octavos scratch y segundos de la Challenge Hankook tras el inalcanzable Ojeda

El podio de la Hankook lo completaron Pernía-Odriozola, que en el rallye de cada salieron con el C2R2

La confusión era grande, y los muy buenos registros que el ordenador atribuía al Kit Car de Senra y el Lotus de Vallejo, no hacía sino aumentarla. Dos coches que en esas condiciones de piso deslizante tenían que pasarlo mal, pero que batían al S2000 de Pons, pese a que este había hecho el tramo sin problemas, lo cual no dejaba de ser sorprendente. Como lo era el fantástico crono de Ojeda, a menos de un segundo por kilómetro del S2000 con la versión R2 del Fiesta. La explicación suponemos que estaba en lo muy cambiante de las condiciones de visibilidad que afectaban al tramo, con la niebla ‘entrando y saliendo’ por zonas lo que, unido a la longitud y dificultad del terreno debido a la lluvia, hacían que la ‘lógica’ de lo que se puede conseguir con unos u otros coches imperase menos de lo que estamos acostumbrados. Lo cual, dicho sea de paso, no dejaba de ser una buena noticia, ya que siempre es positivo que haya sorpresas y que factores como las manos o el valor puedan influir, aunque sea alguna vez, tanto o más que los caballos o la tracción de los vehículos.

Tras este trepidante arranque de rallye, los 11 kilómetros de Santibáñez-Vega casi parecían un mero trámite. Esta vez los cronos si eran ‘lógicos’, con scratch para Hevia, seguido por Pons a sólo un par de décimas de segundo, mientras que Senra y Vallejo ya cedían en torno al segundo por kilómetro. La noticia del tramo era la ‘larga excursión por la naturaleza’ del EVO X de Mantecón, que se salía y tardaba casi media hora en regresar al asfalto para poder completar el tramo, viéndose ya condenado a tratar simplemente de terminar el rallye y sumar, al menos, unos puntos para la EVO CUP y el grupo N. Algo que, con sólo otros tres EVOs en carrera, estaba asegurado con llegar a la meta.

El segundo bucle ofrecía bastantes menos sobresaltos que el primero. La repetición del temible ‘San Roque-Villacarriedo’, ya con mejores condiciones de visibilidad aunque todavía con lluvia, era para Pons, con Hevia a sólo seis décimas de segundo y ambos distanciando ya con claridad al resto que, encabezados por Vallejo, se dejaban de nuevo más de un segundo por kilómetro… lo que en un tramo de casi treinta significaba más de medio minuto y dejaba ya el rallye en ‘cosa de dos’, con Berti como líder y Xevi siguiéndole a sólo 7.5 segundos.

La corta diferencia entre los dos primeros se reducía aun más en la repetición de Santibáñez-Vega, con nuevo scratch para Pons, que le recortaba 1.8 a Hevia, dejando el liderato de Berti en sólo 5.7 segundos cuando los coches, llenos de barro y con las ‘huellas de la batalla’ en sus carrocerías, llegaban al reagrupamiento del mediodía en el Sardinero, donde ya había dejado de llover lo que añadía nuevos alicientes a unos tramos de la tarde que se presentaban apasionantes.

Con Vallejo en la tercera plaza, ya a 1.06, Senra en la cuarta a 1.20 y España como mejor EVO en la quinta, a 1.29, seguido del increíble Ojeda, que superaba con el Fiesta R2 al Porsche de Fuster en más de medio minuto, estaba claro que el rallye se lo iban a jugar los dos S2000, por lo que, con la incertidumbre de si llovería o no en los tramos del primer bucle, buena parte del resultado final se iba a jugar en la larga asistencia del mediodía. En ella tenía lugar una auténtica ‘partida de poker’ entre los dos equipos de cabeza, RMC por un lado, Skoda por el otro, situados, además, justo enfrente uno de otro. Cuando se acercaba el final del tiempo de asistencia, no llovía ni en Santander ni en los dos tramos del siguiente bucle… pero las previsiones meteorológicas eran de posible lluvia para eso de las 16:30, justo la hora de inicio de la especial que unía San Antonio con Solórzano.

Aunque muy maltrecho, el EVO X de Marbán-Ferrero logró acabar, repititiendo el décimo puesto de Villajoyosa

Una rotura de palier dejó fuera a Borja García-Vicente Salom cuando estaban haciendo un buen rallye.

Problemas de cambio frustraron el debut con el R2 de Ferrán Pujol-Enric Rosell

El único R3 en la meta fue el Clío de Rodríguez-Gutiérrez

Con los dos equipos jugando al despiste, poniendo ‘sobre el tapete’ gomas de diferentes tipos (desde mixtas a slicks más o menos rayados) pero esperando hasta el último momento para montarlas en los coches, la tensión era máxima. El que primero tenía que desvelar su baza era Pons, que optaba por unos slicks rayados de Hankook, lo que no influía en la elección de su rival, que había decidido ya hace un rato jugársela con unas BF lisas, a las que apenas si se habían añadido unas pequeñas ‘muescas’ y que llevaban ya esperando turno unos minutos en el camión del equipo, bien protegidas en sus mantas térmicas de ‘miradas indiscretas’. Una apuesta que me parecía tan valiente como arriesgada y de la que pronto sabríamos el resultado.

De nuevo era el turno de ponerse delante del ordenador y conectarse a la radio que era por donde nos entrábamos antes de todo gracias al excelente trabajo de la gente RadioMix FM. En el camión de RMC la tensión era máxima porque justo antes de iniciarse la especial Pons llamaba anunciando problemas en la dirección asistida de su Fiesta S2000. Unos problemas que el piloto confirmaba en meta, a donde llegaba con un crono de 10.04.2 que, sin embargo, era suficiente para darle el liderato ante el 10.14.4 que marcaba Hevia. El asturiano declaraba haberse equivocado por completo con la elección de las gomas, ya que si bien la zona inicial del tramo estaba seca, en su parte final había numerosas humedades, acrecentadas, además, por algún que otro ‘chubasco ocasional’ que acaban por complicar aun más la labor a los que, como Berti, habían arriesgado más en la monta de neumáticos.

El que acertaba de pleno, en cambio, era Vallejo, que había optado por unos slicks tallados con un ‘dibujo’ algo más denso y profundo, con los que conseguía el primer scratch del Lotus Exige en el nacional de rallyes. Un logro que ‘el lobo’ repetía en la siguiente especial, ajeno a los problemas que hacían perder terreno a los dos ‘duelistas’ por la victoria. Pons llegaba agotado a meta, con la dirección asistida prácticamente fuera de uso, pero, aun así, volvía a batir a Hevia, que seguía sufriendo con las BF lisas sobre un piso al que la lluvia había vuelto a ‘regar’ en algunas zonas.

Quedaban sólo dos tramos por delante y la incertidumbre era máxima. Pons era líder con 6.7 segundos de ventaja pero su coche estaba muy ‘tocado’ por lo que Hevia parecía tenerlo todo a favor, ya que la avería del Fiesta S2000 era imposible de solventar por completo en la asistencia. Los mecánicos de RMC hacían una reparación de emergencia y Xevi salía al bucle final sabiendo que, antes o después, la dirección iba a volver a fallar. Las incógnitas eran tanto saber cuando lo haría como si podría resistir hasta el final. Por su fuera poca la tensión, la elección de gomas también volvía a ser crítica, con zonas de cielo azul apareciendo sobre la asistencia pero algunas previsiones de posible lluvia para eso de las 8 de la tarde, es decir, a medio camino entre los dos últimos tramos. Esta vez, Pons optaba por unos slicks menos rayados mientras que Berti, tras la mala experiencia del bucle anterior, se decidía por unos ‘ceros’ con más tallado… ¡y se volvía a equivocar!

Por desgracia para el asturiano, el piso estaba mayoritariamente seco en los casi 15 kilómetros de San Antonio-Solorzano, y eso era una sentencia para sus gomas. Mientras Pons llegaba a meta en 9.30 y decía que la dirección iba resistiendo, Hevia lo hacía en 9.48 y comentaba que los neumáticos se habían degradado mucho. La diferencia entre primero y segundo aumentaba hasta unos 23.8 que parecían poco menos que decisivos salvo por el hecho de que sobre Pons pesaba la incógnita de si la dirección de su Fiesta resistiría el último envite.

Pero lo que en ese momento no sabíamos ninguno es que el Skoda de Hevia iba también ‘herido’. En el penúltimo tramo el embrague empezaba a dar signos de cansancio… y en el enlace hasta el tramo final decía ‘basta’ obligando a Berti y Pin a un cruel abandono cuando sólo restaba una especial y aun estaban en la pelea por la victoria.

Aunque el rallye no puntuaba para la Swift, hubo tres Suzukis en carrera, de los que el de Pinilla-Fernández fue el mejor situado, acabando el 12

Entre los participantes del rallye autonómico, nadie pudo seguir el ritmo de Peña-Celis con el C2R2.

Victoria para Tamés-Alonso entre los 205 de la AutoColón asturiana

En el rallye de regularidad para clásicos, los ganadores fueron Santamaría y Foronda con este Golf

Sin el Fabia en la salida del último tramo, quedaba sólo esperar por la llegada de Pons, que completaba la especial sin problemas y sin importarle que el último scratch del día fuese para Vallejo, que completaba un magnífico rallye con la inesperada segunda posición que le dejaba en bandeja la retirada de Hevia.

El abandono del asturiano permitía, lógicamente, ganar un puesto a todos los demás, lo que significaba un podio para Senra y el 306Maxi. Víctor se había defendido muy bien con el Kit Car en un terreno nada propicio para un coche de esas características, consiguiendo un resultado que le llena de moral para las siguientes citas del campeonato, los tres rallyes gallegos, en los que, si la climatología es benigna, seguro que va a dar mucha guerra en el pelotón de cabeza. Algo a lo que también aspira Vallejo, cuyo Lotus se mostró muy mejorado a nivel de suspensiones y con el que, en los tramos del Rías o el Orense seguro que intentará dar que hablar.

El siguiente en la general era, según sus propias palabras a la radio, “el ganador moral del rallye”. Así se sentía Ojeda cuando cruzaba la meta del último tramo y la verdad es que no era para menos. Clasificarse cuarto scratch con un Fiesta R2 es un resultado ‘imposible’ que Quique hacía realidad a base de ‘tirarse’ como él sólo sabe hacer por los tramos de su Cantabria Infinita. Para él y su copi, el asturiano Pablo Marcos, eran las mayores ovaciones de una afición entregada a su piloto más que si hubiese ganado el rallye.

Quinto acababa otro dúo ‘astur-cántabro’, el formado por Francisco Javier España y Juan Luis García. Javier completaba, por fin, un Cantabria sin problemas… más allá del ya ‘tradicional’ trompo en la bajada de Villacarriedo y de un ‘contacto cercano con el paisaje’ en el segundo tramo de la tarde, al llegar ‘del reves’ al mortífero cruce de la ‘estabulación’, donde había ‘chapa’ en cantidades debido a lo resbaladizo del terreno, con más barro que asfalto.

Con el rallye ya completado, en el camión de RMC la alegría por el triunfo de Xevi y el sensacional rallye de Quique se mezclaba con el alivio y la satisfacción que producía en Roberto Méndez y su equipo comprobar como el trabajo llevado a cabo en la asistencia había tenido su fruto. El Fiesta S2000 ‘herido’ había aguantado, Pons y Haro lograban la primera victoria del año y el campeonato dejaba de ser un monólogo de Fuster, que finalmente lograba llegar a meta, pasándolo muy mal pero manteniendo el liderato de la general gracias a los 21 puntos de la sexta plaza.

Al final, sólo quince coches completaban el rallye a efectos del nacional, una cifra de una pobreza extrema y que debería hacer reflexionar a quien corresponda. La presencia de participantes del regional ‘maquillaba el resultado’ a efecto de inscritos, pero los síntomas de que nuestros campeonatos de rallyes están enfermos son claros y el que no los vea probablemente es porque no quiere hacerlo. Bien es verdad que en Cantabria se volvió a cumplir aquel viejo dicho de las pruebas de circuitos según el cual ‘bastan dos coches para ver una buena carrera’… pero eso no puede ser suficiente. Ahora viene la ‘temporada gallega’ del campeonato, donde las inscripciones serán más dignas gracias a las copas (sobre todo a la Suzuki) y al buen número de equipos locales que suelen ‘animarse’ al enorme gasto que supone hoy día competir en una prueba del campeonato de España. Pero si no se hace algo al respecto iremos de mal en peor. Las marcas no se involucran (algo en lo no sólo los altos costes sino, también, nuestra muy ‘maleable’ reglamentación tiene su influencia), cada vez hay menos patrocinadores y los pocos que hay se van cansando ante la mínima repercusión de sus inversiones. Y así llevamos ya unos cuantos años de lento e inexorable declive, metidos en una espiral descendente de la que no se ve forma de salir. Lo peor de todo, además, es que uno tiene la triste sensación de que nada de eso importa porque, al fin y al cabo, tenemos a Alonso en la F1 (¡y con Ferrari!), Carlos Sainz Jr. va de camino a la máxima categoría, su padre lidera el retorno de VW al mundial, y hasta Dani Sordo vuelve a ‘salir en los papeles’ ahora que Mini apuesta fuerte por los rallyes. Y todo esto, evidentemente, esta genial y son muy buenas noticias para el automovilismo español… pero no basta. Detrás tiene que haber mucho más de lo que tenemos ahora. Todos lo sabemos, falta que alguien que se decida a ‘hacer algo’… seguiremos esperando.
FOTOS: CÉSAR RODRÍGUEZ (WWW.ASFALTOYTIERRA.COM)