El largo desplazamiento Asturias-Villajoyosa es ya poco menos que un clásico inicio de la temporada de viajes desde que seguimos los certámenes nacionales de rallyes y montaña. Cuando lo hacía en solitario, durante los aproximadamente 900 kilómetros de recorrido solía ir pensando en como se presentaba el campeonato, y más o menos lo mismo, pero en animada charla, es lo que he hecho estos tres últimos años en los que he compartido el largo traslado, bien fuese con Chapi en el 2009 y el 2010 o con Jose en este arranque del 2011.

En esta primera cita del año, desgraciadamente, faltaba uno de ellos, ya que el Skoda Fabia S2000 de Berti Hevia era finalmente baja debido a la escasez de piezas de la nueva EVO 2 del súper 2000 checo, para las que la demanda supera, con creces, a la oferta, lo que implica importantes retrasos en los plazos de entrega que acabaron por frustrar la participación del asturiano en la primera cita del año.

Ausente el campeón en título, nos quedábamos ya antes de empezar sin la lucha que a priori se presentaba como la más interesante en Villajoyosa, la que debía enfrentar a Hevia con el otro S2000 puntero del certamen, el Fiesta de Xevi Pons, de vuelta a tiempo completo al nacional después de sus dos únicas participaciones del año pasado,  el exitoso retorno en Orense (cuando ‘llegó vió y venció’ con el por aquel entonces tan cuestionado coche del equipo Nupel), y la no tan fructífera de Madrid (donde una avería de esas realmente ‘tontas’ le dejó fuera a las primeras de cambio).

De todas formas, si todo transcurría con normalidad, esa lucha Hevia-Pons que se aplazaba hasta Canarias, iba a ser en ‘la Vila’ por la segunda plaza… porque salvo sorpresa mayúscula la primera ya estaba poco menos que adjudicada antes de empezar para Miguel Fuster-Nacho Aviñó y su Porsche 911GT3. El de Benidorm llegaba a la XXIª edición de ‘su rallye’ con cuatro victorias consecutivas en su haber y haciendo frente a un recorrido en el que ni siquiera estaba el único tramo que le podía ‘hacer pupa’ al potente Porsche, el estrecho y roto Finestrat. Por eso, el viernes por la tarde, cuando ya nos habíamos encontrado con la otra mitad de nuestro equipo, los madrileños César y Miguel, de www.asfaltoytierra.com, comentábamos que, estando todo tan claro, casi ni merecía la pena ir a los tramos al día siguiente.

Volviendo a los dos coches ‘novedad’ (¡aunque sea irónico llamar novedad a un Kit Car de hace más de una decena de años!), no se si será porque con la edad uno se vuelve más racional y menos pasional, o porque me gusta basarme más en datos que en sensaciones a la hora de hacer pronósticos, me costaba trabajo compartir el entusiasmo que muchos de los aficionados mostraban sobre las posibilidades de uno y otro. Me da la sensación de que muchos se dejaban llevar tal vez en exceso por su cariño hacía los pilotos, en el caso de los Vallejo, o por la nostalgia, en el caso del Kit Car, para pensar que tanto uno como otro podían ser alternativa ganadora no sólo en este rallye sino también a lo largo del campeonato.

Por lo que a mi respecta, y si empezamos hablando del Lotus, marca que es mi favorita ‘de siempre’ cuando hablamos de F1 (no en vano crecí en la época de los preciosos 78 y 79 John Placer Special de mis admirados Colin Chapman y Mario Andretti), la sensación que me daba el Exige era la de un retorno al concepto de los Alpines o Stratos: coches ligeros, pequeños y con motor central trasero que, en su tiempo, eran ganadores en según que terrenos (asfalto seco y virado principalmente)… hasta que el progreso en forma sobre todo de turbos y 4x4s, los dejó totalmente superados. Y si bien las cifras de potencia y peso del Lotus se podían equiparar, en teoría, a las del supercompetitivo Porsche con el que el propio Sergio Vallejo se impuso en el nacional 2009, hay otra serie de factores en las características de uno y otro coche que me hacían ser poco optimista respecto a las posibilidades de que el de Meira fuese tan rápido a sus mandos como a los del GT alemán. Y es que, aunque tengas que cargar con unos 300 kilos de más, no es lo mismo tener bajo el pié más de 450 caballos, transmitidos al asfalto a través de unas suspensiones y unas gomas como las del Porsche, con una plataforma además mucho más estable, que ‘pasar al suelo’ menos de 300 pero con un chasis mucho más corto entre ejes y dotado de bastante menos recorrido de suspensiones. El Lotus se me antojaba un coche tan divertido de ver para el espectador como complicado de llevar para su piloto, y verlo pasar por nuestro cruce en el tramo inicial de su andadura en el nacional de rallyes no hacía sino confirmarlo. El Exige llegaba dando visibles botes sobre el rizado asfalto de Orxeta-Relleu y se cruzaba vistosamente a la salida del acusado viraje en cuanto su piloto trataba de impulsarlo con decisión hacia la siguiente curva, obligándole a ‘levantar y contravolantear’, dos verbos que riman entre si pero no con ‘pulir’ segundos al cronómetro. Aun así, el parcial de Vallejo en ese apenas kilómetro y pico era prometedor, el más cercano al del Porsche de Fuster, que pasaba el cruce con cautela pero salía ‘disparado’ del mismo una vez su piloto daba gas y soltaba, de golpe, su exuberante caballería.

Antes de todos los ya comentados había pasado, abriendo la marcha, el Fiesta S2000 de Pons, con esa combinación de coche superficaz y piloto fino que tan poco transmite al espectador pero tan rentable es contra el crono. El catalán era el único que perdía menos de diez segundos frente al inalcanzable Porsche en los cerca de 22000 metros del tramo que abría el nacional de asfalto 2011, mientras que el resto ya se dejaban en torno al segundo por kilómetro, quedando Vallejo un poco por debajo de ese margen (a 18.8) y Senra ya algo por encima (a 23.6). En medio de ambos se situaban Jonathan Pérez-Kike Velasco, justo a un segundo cada mil metros en su primer tramo con su 207 S2000 estrenando una nueva evolución de motor de la que ‘Joni’ se mostraba muy satisfecho ya la víspera cuando le preguntábamos al respecto en la asistencia. Una evolución que otorga más potencia y más bajos al Peugeot… a cambio de reducir su vida útil entre revisiones a poco más de 700 kilómetros de especiales… ¡y todos sabemos lo caras que son esas revisiones!

En cambio, con el otro 207 S2000 en liza, las cosas empezaban mucho peor para David Pérez-Alberto Chamorro… ¡que casi ni llegaban a nuestro cruce! Su rallye estaba a punto de acabarse en una rápida y sucia derecha situada apenas medio kilómetro antes, en la que el Peugeot volcaba del lado de su piloto aunque, afortunadamente, no sufría más daños que la rotura de un faro trasero, pudiendo reemprender la marcha gracias a la ayuda de unos espectadores. En total, el granadino se dejaba algo más de un minuto en el lance, lo que le condenaba a remontar posiciones el resto de la jornada desde el puesto 13 que ocupaba al completar el tramo.

Tantos los parciales que ‘picábamos’ a pie de cuneta como los mucho más significativos cronos que llegaban desde la meta de Relleu, confirmaban que tras el quinteto de cabeza, de cuyos cronos ya hemos hablado más arriba, se planteaba ‘otro rallye’ en el que, de momento, Vinyes-Mercader imponían el Swift S16000 al trío de EVOs de RMC entre los que Mantecón-Noriega superaban, contra pronóstico, a Meira-Bañobre y Cima-González, que prácticamente empataban en el primer tramo, superando ambos a Antxústegui-Suárez, que con el otro S1600 oficial de Suzuki cerraban ese segundo pelotón con el que se completaba el ‘top ten’ de la general. Más atrás había otra guerras, principalmente en las copas, de las que me ocuparé en la parte final de este relato ya que, especialmente, la de la Copa Suzuki, fue de las que hacen afición, con hasta cinco equipos separados por apenas una decena de segundos durante buena parte del rallye.

Tras ver el primer paso de los participantes, buscábamos nueva ubicación para la repetición de la especial mientras, desde Ibiza, Juan nos hacía llegar vía SMS noticias de cómo iban los tiempos. En el segundo tramo, Sella-Relleu, era ‘más de lo mismo’, de nuevo con claro scratch para Fuster y el Porsche, sólo Pons y el Fiesta S2000 perdiendo menos de diez segundos y el resto, encabezados esta vez por Jonathan Pérez y el 207 S2000, cediendo otra vez en torno al segundo por kilómetro. La mayor novedad que deparaba la especial era el temprano abandono de Alberto Meira, que sufría un toque en la parte inicial del tramo, trataba de llegar a meta con el coche dañado y acababa por salirse, definitivamente, unos metros más adelante del primer ‘contacto con el paisaje’, privando al duelo por la victoria en el grupo N y la EVO CUP de uno de sus principales protagonistas.

El segundo bucle deparaba dos scratchs más para Fuster, siempre secundado por Pons, que ya al final del bucle anterior se quejaba de problemas de embrague, lo que obligaba a un esfuerzo extra a los mecánicos de RMC, que sacaban la caja, cambiaban el collarín de embrague y volvían a montarlo todo en los 40 minutos de la asistencia del mediodía.

Si en las asistencias del segundo y tercer clasificado había ajetreo, tampoco faltaba en la del quinto, el Lotus de Vallejo, que daba los lógicos problemas de juventud de todo coche nuevo y tan fuera de su ambiente natural como está por el momento el Exige en los tramos de rallye.

En cambio, todo era tranquilidad en el ‘box’ de Jonathan Pérez, que ya daba por buena la cuarta plaza, lo que sería un magnífico resultado para empezar el año de un modo diametralmente opuesto a como había comenzado el año pasado, cuando llegó a Villajoyosa ‘de milagro’ y el rallye fue todo un calvario de problemas.

Prácticamente codo con codo en las asistencia de RMC descansaban los EVO X de Mantecón y Cima. El cántabro confirmaba en los tres restantes tramos de la mañana que su buen crono del primero no había sido casualidad, y ocupaba a mitad de rallye la sexta plaza de la general y la primera del grupo N. A su estela en ambas categorías iba el asturiano, al que le costó coger el ritmo al principio, cediendo una quincena de segundos en los dos tramos iniciales que le pesarían como una losa el resto del día.

Entre ambos Mitsubishi se encontraba en la general el Swift S1600 de Vinyes, dominando en dos ruedas motrices en su primer rallye con las gomas Hankook, cuya nueva Challenge lideraba también con autoridad, siendo segundo en ambas clasificaciones su compañero de equipo, Gorka Antxústegui.

Con el rallye muy definido en las primeras plazas, nuestro plan para la tarde era dividir el equipo, de forma que José y César fuesen hasta la primera pasada de Confrides-Relleu, mientras Miguel y yo nos quedábamos en la asistencia con la idea de ir grabando alguna entrevista. Pero mientras los enviados a los tramos cumplían a la perfección su cometido, obteniendo más imágenes y fotografías, los que nos quedábamos en 'la Vila' fracasábamos estrepitosamente al romperse el adaptador a ‘minijack’ del nuevo micrófono que habíamos comprado el día antes de partir hacia el rallye. Algo que comprobábamos cuando tratábamos, infructuosamente, de entrevistar a Borja García, al que tengo que agradecer su paciencia ante nuestros denodados intentos para hacer funcionar el maldito micro. El ex-piloto de GP2 era otra de las novedades del rallye, y tanto su espectacular forma de llevar el Fiesta R2 como sus cronos sorprendían a más de uno, ya que no es fácil para un piloto acostumbrado a los monoplazas en circuito rendir del modo que lo hizo el valenciano en los tramos de su primer rallye. Si Borja decide, como parece, dar continuidad a la ‘aventura rallystica’ va a ser un piloto a seguir muy de cerca.

Sin otra opción que seguir lo que quedaba de competición desde los monitores de tiempos de la sala de prensa, el resto de la tarde estaba presidido por ese extraño ritmo que marcan en los que se quedan en las asistencias los horarios de los rallyes, con largas horas de calma tensa, sin apenas nada que hacer, interrumpidas de forma brusca por esos frenéticos minutos en los que los coches ‘vuelven a base ’ tras cada bucle. Al finalizar el tercero, seguíamos ‘sin novedad en el frente’, con Fuster acumulando dos scratchs más (ya llevaba seis de seis) y elevando su diferencia sobre Pons a casi un minuto. El catalán se olvidaba definitivamente de sus remotas opciones de inquietar al levantino, pasando a tener que preocuparse de lo que le venía por detrás, ni más ni menos que el 306Maxi de Senra. El gallego sacaba cada vez mayor partido al espectacular coche de su padre y en los dos primeros tramos de la tarde superaba al S2000, haciendo buenos en esos momentos los pronósticos de quienes apostaban por los Kit Car en un terreno como el de ‘la Vila’.

Dicho esto, queda claro que en el bucle final no hubo cambios en las dos primeras posiciones. Fuster fue de nuevo el más rápido en la repetición de Callosa y se lo tomó con relativa calma en el largo paso final por ‘Confrides-Relleu’, cediendo el único scratch del día a Pons… aunque fuese a igualdad de tiempo entre ambos. El levantino no quería sacar demasiado pecho cuando le entrevistábamos antes de pasar el control horario final, pero su satisfacción por la clara victoria, la quinta consecutiva en ‘su rallye’, era tan lógica como evidente. Una victoria, además, que era, con diferencia, la más rotunda y hasta ‘cómoda’ (¡si es que se puede hablar de comodidad a la hora de ganar un rallye!) de ese ‘repoker’ de triunfos que lo convierten poco menos que en imbatible en los tramos de los alrededores de su localidad natal.

El último tramo no sólo deparaba cambios en la tercera posición sino que también los producía en la quinta plaza, hasta entonces ocupada por Vallejo y su Lotus. El Exige, que ya había sufrido algún que otro problema eléctrico por la mañana, se paraba definitivamente en la última especial, lo que dejaba vía libre a Mantecón para completar su magnífico rallye con una quinta posición scratch que se añadía, como premio extra, a su doble victoria en el grupo N y la EVO CUP. El ritmo del cántabro, en el que seguro que tuvo también parte de ‘culpa’ ese auténtico crack del asiento de la derecha que es Alex Noriega, fue una de las sorpresas del rallye. Y entre los sorprendidos estuvo, sin duda, el actual campeón de ambas categorías, Fran Cima, para quien el final de rallye fue, además, todo un calvario a nivel físico. Ya en la penúltima asistencia Fran nos había comentado que no se encontraba del todo bien, con dolor de cabeza y sufriendo en exceso del calor dentro del EVO X. Eran los primeros síntomas de lo que acabó siendo una indisposición que le dejó al límite de sus fuerzas, hasta el punto de que, tras completar, a duras penas, el largo tramo final, tuvo que ser su copiloto, Pablo González, el que tomase el volante del coche para llevarlo de vuelta a Villajoyosa y completar el rallye en la octava posición de la general.

Entre ambos ‘Mitsus’ se acabaron ‘colando’ David Pérez, remontando durante todo el día con el 207 S2000 tras la desventura del primer tramo, y Joan Vinyes, siempre rápido, espectacular y eficaz con el Swift S1600 para ganar, como ya es costumbre, entre los dos ruedas motrices y estrenar, de paso, el palmarés de la nueva Challenge Hankook. Segundo en ambas categorías acabó su compañero de equipo, Gorka Antxústegui, que terminó contento con sus cronos, más cercanos a los del ‘jefe’ que el año pasado, con la satisfacción extra de conseguir superarle incluso en un par de especiales. Y es que la referencia de Vinyes es el perfecto acicate para el progreso de Gorka, del mismo modo que, entre los R2, va a serlo para todos los participantes la presencia de Ojeda. El cántabro, como era de esperar,  ‘sobrevoló’ la categoría, terminando a un paso de meter el pequeño Fiesta entre los diez primeros, que completó el EVO X de los madrileños Marbán-Ferrero.

El liderato pasó entonces a la gran revelación del rallye, Joan Carchat. El ganador del Volant RACC 2010 y su copiloto, Ribeiro, entraron en el nacional por la puerta grande, no necesitando más que un par de tramos para lograr ya su primer scratch. Aunque el liderato de Carchat fue efímero, el andorrano mantuvo un espléndido ritmo todo el día, siempre entre los mejores para lograr finalmente completar el rallye en la tercera posición. Un debut fantástico para un piloto al que, por edad (tiene 27 años) no le ha correspondido el habitual apoyo que el RACC da a los ganadores de su certamen de promoción regional. Una lástima ya que el crono no conoce de edades y viendo los tiempos que marcó Carchat en ‘la Vila’ está claro que ‘manos’ hay… y según me comentan los que le conocen bien ‘¡esperad a que haya un rallye con agua y entonces vais a ver de los que es capaz!’. Lo cual, dicho sea de paso, no me extraña viéndole andar en seco y sobre asfalto abrasivo. Y es que estos andorranos, acostumbrados a conducir sobre pisos de adherencia precaria en los largos meses invernales del pirineo deben de ser algo así como ‘los finlandeses de España’ en esto de los rallyes. ¡Sólo hay ver como lleva Vinyes el S1600 para comprobarlo!

El siguiente en tomar el mando de la Swift, tras la sorpresa que supuso el liderato de Carchat al final del primer bucle fue Pablo Pazó, que estrenaba copiloto en Jaime Piris. El rápido piloto gallego se mantuvo en cabeza hasta el sexto tramo, siempre seguido de cerca por los cántabros Surhayén Pernía-Borja Torre, que pasaron a ocupar la primera plaza al final del tercer bucle e iniciaron como líderes el tramo final. Pero en los casi 35 kilómetros de Confrides-Relleu, Pazó ‘se tiró’ realmente a fondo, rebajando su crono anterior en casi medio minuto para remontar los cuatro segundos que le separaban de Pernía y acabar ganando el rallye por algo menos de 9. Un final épico para un rallye magnífico de los participantes de la Swift, ya que aparte de los ya citados, tanto Pablo Rey-Miguel Uzal como Víctor Pérez-Rodolfo Del Barrio estuvieron también ‘en la pomada’ durante buena parte del día, terminando finalmente en la cuarta y quinta posición, a menos de un minuto de los ganadores.

La Swift no fue la única Copa que se decidió en el último tramo, aunque en el caso de la Twingo el desenlace tuvo más de cruel que de emocionante. Los líderes, a falta sólo del tramo final, eran los hermanos Arias, pese a haber empezado el rallye sin apenas probar el coche y tener un ‘susto’ en el sexto que les dejó algo tocado el puente trasero. Aun así, los asturianos parecían tener la victoria asegurada cuando un problema con la bomba de gasolina les dejó ‘tirados’ en el tramo final, obligándoles a abandonar poco menos que con la meta a la vista. La victoria pasó entonces a manos de los cántabros Marcos y Víctor Diego, que en el penúltimo tramo habían superado a los madrileños Rubén Gracia y Diego Sanjuán, que terminaron segundos, a sólo cinco segundos.