Con el ‘Príncipe’ a menos de dos semanas y un montón de trabajo por hacer, acudir el último sábado de agosto a la subida de Castrillón suponía atrasar en exceso algunas de las tareas pendientes, así que optaba por seguir ‘desde casa’ la preciosa prueba del occidente, que este año celebraba su decimoprimero edición. De todas formas, gracias a los tiempos online de ’Fotomotor’ y la presencia en directo de José y Roberto, grabando imágenes, y de María, sacando las fotos que ilustran este reportaje, tenía medios de sobra para estar bien informado de lo que pasase en la segunda cita de este excesivamente tardío y demasiado corto Campeonato de Asturias de Montaña.

El espectacular paisaje del valle por el que serpentea la estrecha cinta de asfalto que parte de Castrillón, baja hasta el río, desde donde se da la salida, y sube retorciéndose por la verde ladera, atravesando el pequeño pueblo de Merou para seguir, ya con giros más abiertos, camino de la meta situada 4 kilómetros después del inicio de la prueba, hacen de Castrillón una de esas subidas que merece la pena visitar, sea como espectador o como participante. Y aunque este año no estábamos allí, las imágenes que tenemos en la memoria de años anteriores, unidas a la visión de la carrera que dan los tiempos, los vídeos grabados por ‘nuestro equipo’ y los comentarios de los participantes, serán la base sobre la que se sustentará este relato de una subida que contó con pocos pero escogidos participantes y deparó más de una interesante lucha a lo largo de las cuatro mangas, dos de entrenos y dos de carrera, que se celebraron en la tarde de un sábado caluroso pero sin ese achicharrante sol que, a veces, hemos ‘sufrido’ en sus cunetas.

El hecho de que la subida de Castrillón fuese ‘de un solo día’, al llevarse a cabo las verificaciones la misma mañana de la jornada de competición, hacía que el nuevo sistema de ‘dos fases’ del regional asturiano tuviese diferente fisonomía a la aplicada en La Faya (prueba de ’dos días’ a efectos reglamentarios por verificarse los coches participantes el día antes de la carrera). En Castrillón se arrancaba con las mangas de entrenos que, finalmente, y en vista del bajo número de participantes, eran dos, como permitía el reglamento particular de la prueba, una de ‘libres‘ y otra de ‘oficiales‘. Después de forma consecutiva, se llevarían a cabo las ’dos fases’, en una nueva vuelta de tuerca a una normativa un tanto peculiar y que, definitivamente, no nos acaba de convencer… aunque al menos en esta ocasión ya se atisbaba algo más de control a nivel, al menos, de pesos, con la presencia y el uso de la báscula al final de las subidas como mínimo elemento para evitar la sensación de ’barra libre’ que nos había dejado en ese sentido la primera prueba del campeonato.

De entrada, las dos mangas de entrenos servían para lo que tienen que servir, probar cosas y ’no enseñar demasiado tus cartas’, al menos en lo que respecta a los favoritos. En la de libres, los dos principales aspirantes a la victoria absoluta (y la de categoría I) tenían motivos para explicar porque sus nombres no estaban en lo más alto de la lista de tiemps. Oscar Palacio sufría un ‘sustillo’ en la frenada de la paella de Merou y Fermín Busta subía con las gomas usadas en La Faya, siendo superados ambos por Jairo Pesquera, que confirmaba en su primer contacto con Castrillón lo ya apuntado en la prueba anterior, que va muy deprisa con el BRC pese a su corta experiencia en subidas, especialidad en la que ha debutado este año tras hacer sus ’pinitos’ en los circuitos durante su estancia en las Baleares.

Entre los carrozados, en cambio, los favoritos ocupaban las primeras plazas casi diría que en el orden esperable, con el líder de la categoría II, Alberto Ordóñez, siendo ya el más rápido con su Clio, seguido de cerca por Joselu Alonso y su EVO VIII, Rafael Bustelo y su SIMCA y José Luis Reiriz y su GT Turbo.

Los cuatro ocupaban también las primeras posiciones de carrozados en los entrenos oficiales, con el único cambio de Reiriz por delante de Bustelo, aunque tanto Ordóñez como Alonso forzaban algo más y se distanciaban ligeramente, parando el crono Alberto ya por debajo del 2.40, y quedándose Joselu apenas un par de centésimas por encima de esa marca. Los mejores de categoría II ocupaban los puestos a partir del sexto de la general, estando los cinco primeros poco menos que reservados a los más rápidos de la categoría I. Entre ellos, Oscar Palacio ya ocupaba la primera plaza, seguido por Jairo y Guardiola, mientras que Busta era sólo quinto, subiendo ’parado’ para tratar de no gastar casi nada de las gomas nuevas que acababa de montar y con las que debería de cubrir las dos mangas oficiales.

El tercer escalón del podio estaba más peleado aún, con apenas siete décimas entre Guardiola y Pesquera, terminando Rafa y su Reynard por delante de Jairo y su BRC. Quinto, ya en ‘tierra de nadie’ como estaría durante toda la jornada, concluía ‘el otro Oscar Palacio’, de segundo apellido José, que con su veterano Speed Car y gomas usadas estaba ‘en otra guerra’, disfrutando de las fantásticas sensaciones que da pilotar un CM en una subida rápida y estrecha como la de Castrillón, y sin que los tiempos fuesen, ni mucho menos, su principal preocupación.

Unos minutos antes se había decidido ya la pelea por la victoria en carrozados que, desafortunadamente, se acababa antes de empezar. El EVO VIII de Alonso cedía y dejaba sin rivales a un Ordóñez de nuevo sensacional, marcando un fantástico 2.36 que le dejaba a poco más de un segundo del record de la categoría, en poder de ‘Rayman’ desde el 2009 con ese Mitsubishi blanco cuya mecánica traicionaba en esta ocasión a su nuevo propietario.

La avería del EVO dejaba abierta la lucha por la segunda posición, que se adjudicaba Rafael Bustelo, siempre rapidísimo en una subida en la que el amarillo de su Simca resplandece más que nunca contrastando con esos verdes paisajes que rodean la carretera por la que sube como un auténtico tiro. El podio de carrozados lo completaba el GT turbo de Reiriz, al que siempre impresiona ver en Castrillón cuando sale ‘perdiendo rueda’ de Merou mientras se ‘come’ la carretera a un ritmo que parece imposible para un coche de esas características.

Entre el segundo y el tercero de los turismos se intercalaba el Fórmula Toyota de Juan Luis Menéndez, por fin pudiendo disfrutar de su monoplaza sin los problemas que le habían venido incordiando en sus últimas participaciones.

Sin más baja que la ya relatada de José Luis Alonso y su Mitsubishi, se iniciaba la manga final con 32 participantes, de los que 30 lograban completar el último paso por los bonitos cuatro kilómetros de Castrillón. Una de las dos bajas era importante en lo que respecta a la lucha por las primeras plazas de carrozados, al salirse Reiriz lo que, caprichos del nuevo reglamento, le dejaba fuera de la general final aun pese a que Eloy lograba, una vez terminada la subida, retornar a parque… lo que, al menos, le permitía conservar los puntos de su tercer puesto en la Fase A. Situación, por cierto, que también se daba finalmente en La Faya con Eugenio Peláez, al que se le han dado en la clasificación de la FAPA esos puntos logrados en la Fase A pese a no terminar la B y no llegar a parque sin ayuda externa…o si, porque todo depende de cómo se interpreten y/o apliquen las normas como ya comentábamos en la crónica de la prueba anterior. En esta ocasión, no se si considerando eso de que el recorrido es ya parque cerrado cuando se acaba la manga final, o interpretando que empujar el coche para retirarlo de la carretera cuando se avería no es ayuda externa, a Peláez se le reconocían esos merecidos puntos, lo cual me parece la mejor y más justa decisión. Qué ello contraste con situaciones similares del año anterior como la de Busta en Muncó (si se aplicó la primera explicación) o la de Guardiola en el Sueve (si se aplicó la segunda) no deja de ser sino una muestra más de que hacen faltan normas más claras o, al menos, una mayor consistencia y unidad de criterios en la aplicación de las mismas.

El abandono de Reiriz dejaba un hueco libre en el podio de los turismos, que se llevaba, con claridad, Miguel Angel Granda, tras bajar en tres segundos su registro anterior, lo que le ponía totalmente fuera del alcance de los 205 de Dani Montes y Gustavo Sánchez, entre los que el de Nava ganaba esta vez la partida al de Langreo, que empeoraba bastante su tiempo de la primera oficial y debía conformarse esta vez con la quinta posición de la categoría II.

La quinta de la I volvía a ser para Oscar Palacio José, y por delante de él se planteaban dos interesantísimos duelos, el de Guardiola y Pesquera por la tercera plaza, y el de Palacio y Busta por la victoria. La pelea por el último escalón del podio tenía el mismo desenlace que en la fase A, con Rafa y Jairo apretando para bajar sus cronos pero sin que cambiasen las posiciones, de nuevo el Reynard cruzando la línea de meta por delante, aunque esta vez sólo una décimas antes que el BRC. Los cronos de ambos, en toda caso, eran realmente meritorios, con Guardiola rebajando su ‘record’ del año pasado en más de cuatro segundos, y con Pesquera quedándose a poco más de medio segundo del tiempo que el año pasado le daba a Busta la segunda plaza, lo que no está pero que nada mal para su quinta subida con el CM.