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15|09|10
 

Para los que seguimos los rallyes 'desde siempre' poco o nada nos sorprende cada vez que acudimos a una nueva competición. Por eso nunca está de más conocer lo que experimenta viendo nuestro deporte gente totalmente ajena al mismo y que se acerca a él por primera vez, con la mente abierta y sin los prejuicios que, a veces, pueden afectarnos a los que 'estamos dentro'. Por ello le pedimos a Lucia, que se encargó del Twitter de TVMotor en el Príncipe de Asturias, que nos contase sus impresiones sobre ese primer contacto con un rallye. El resultado lo teneis a continuación... ¿quien sabe? igual hemos 'enganchado' a los rallyes a una nueva aficionada.

LOST IN RALLY

Esta es la primera sensación que una neófita en el mundo de los rallies siente cuando se encuentra de lleno rodeada de coches, monos de cuero,  ruedas y llantas, carpas de colores, y rugidos de motor: “perdida en un rally”.

Todo parece un caos en el que los coches entran y salen y pasan a tu lado con un estruendo atronador, todo el mundo parece muy ocupado haciendo tareas importantísimas, los pilotos comen plátanos y beben bebidas isotónicas y te sientes como una “cosa” que molesta en todas partes.

Y de repente se van y vuelve la calma, y otro rally, como venido de otra dimensión, surge del big ban del caos anterior. Y entonces aparecen personas, gente corriente, y descubres la pasión que inunda todo el recinto, que se  percibe en pequeños detalles como una familia entera apoyando a sus pilotos, padres, madres, hermanos, abuelas, sí, una abuela sentada en una silla de plástico con su oxígeno portátil.

Y entonces te das cuenta de que todo está perfectamente hilado por la pasión, una pasión que probablemente empiece en la infancia y vaya creciendo a lo largo de toda una vida, como una especie de virus que se inocula al nacer.

Y como todos los virus, esta mutación viva de la pasión, no entiende de edades ni de condiciones, y alcanza por igual a periodistas, mecánicos, patrocinadores, cocineros, familias, novias y seguidores capaces de soportar calor o frío, sol o lluvia durante horas y horas por unos breves minutos de gloria, que además  pueden verse truncados en apenas unos segundos porque la dirección se ha roto o dos pinchazos malvados se conjuran en el mismo tramo.

Tal vez siga perdida en un rally o no… porque he visto un sentimiento, una pasión.