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11|09|10

RALLY PRÍNCIPE de ASTURIAS (CAMPEONATO de ESPAÑA de RALLYES de ASFALTO, 7ª Prueba)
El Príncipe 2010 apenas si tuvo historia. Tras el fugaz liderato de Corrado Fontana, que se salió al principio de la segunda especial, Berti Hevia dominó con total autoridad y dio un paso prácticamente decisivo camino del título. Para Víctor Senra fue una distante segunda plaza, en su turno de pilotar el Fiesta S2000 de Nupel, completando el podio Miguel Fuster, que perdió toda opción ya en el segundo tramo, debido a problemas con la dirección de su Fabia alquilado, pero se beneficio de los sucesivos abandonos de Vinyes, Burgo y Fombona para acabar subiendo el podio.

CRONICA
clasificaciones ERC - CESP - AST

El año pasado, en el reportaje sobre el Príncipe, decidí convertir mi habitual ‘novela’ de cada rallye en una colección de ‘relatos cortos’, como el mejor modo de contar un rallye que, por cuestiones de trabajo, tengo que seguir en la distancia que da no poder asistir en directo a ninguno de sus tramos. Entonces me gustó el resultado (y me consta que a algunos de vosotros también) así que este año he decidido repetir y publicar un segundo volumen de ‘relatos cortos del Príncipe’, lo que me permite, además, no tener que escribir una crónica convencional sobre un rallye que se decidió ya en el segundo tramo y en el que prácticamente sólo los abandonos propiciaron cambios de posición. Así que, sin más dilación, os dejo con esta segunda entrega de historias más o menos breves, en torno al rallye Príncipe de Asturias.

DEUDA PAGADA

Hevia cumplió los pronósticos y ganó con absoluta autoridad

La sonrisa de Berti al final de la primera jornada lo dicetodo sobre como iba el rallye

Berti, Pin y todo su equipo celebrando una victoria clave para hacerse con el Campeonato

El cruel pinchazo que apartó a Alberto Hevia y Alberto Iglesias de la lucha por la victoria el año pasado dejó, en cierto modo, al Príncipe en deuda con el piloto de Pola de Siero y su copiloto. Tan mala fortuna no era justo que se volviese a repetir y, además, con una competencia mucho menos aguerrida a la que enfrentarse, el pronóstico para la edición de este año era más que claro: a Berti y Pin no se les podía escapar la victoria en la 47ª edición del Príncipe.

De hecho, la duda casi no era si Berti iba a ganar, sino cuanta ventaja iba a sacar o si iba a marcar todos los scratchs. En lo primero, Carlos Márquez, con el que coincidía en el shakedown se atrevía a pronosticar una diferencia en torno a los tres minutos, poco menos que ‘clavando’ el resultado, ya que 3.17 sería finalmente lo que Hevia le sacase a Senra, su más cercano seguidor en la meta de Oviedo. Y en lo segundo tampoco fallaba yo por mucho, ya que ‘me la jugaba’ a un ‘pleno’ del poleso, haciendo acopio de fotos suyas y de su coche durante la jornada del jueves, de forma que tuviese suficientes para los titulares de las noticias sobre cada tramo que iríamos publicando en la web oficial del rallye, en la que acostumbramos a ilustrar el enlace a las nota de prensa con la imagen del autor del mejor tiempo en cada especial. Y, finalmente, serían doce de trece las especiales en las que había que poner el Fabia número 2. Sólo una se le escapaba a Berti, la primera del rallye, cuando Fontana salía a por todas, montando gomas de dureza intermedia en su 207 S2000, con las que superaba, aunque sólo fuese por apenas un segundo, a un Hevia que optaba por la prudencia y montaba un compuesto más duro pensando en la longitud del primer bucle del rallye, formado por tres tramos.

Cuando a poco de iniciar ‘Miravalles’ (o Villaviciosa-Colunga, según la denominación oficial), Berti veía las marcas dejadas en el asfalto por la salida de carretera de Fontana, el asturiano sabía que ya nadie le iba a hacer sombra, ni siquiera en un solo parcial más. Su scratch en el tramo más largo de la primera jornada, en el que distanciaba en casi un segundo por kilómetro a Senra (perjudicado además por tener que adelantar en el camino a los 207 de Tlustak y Jonathan Pérez), dejaba el rallye poco menos que visto para sentencia. Además, su único rival en el campeonato, Fuster, se hundía en la clasificación debido a problemas de dirección en su Fabia alquilado, por lo que en un par de tramos el rallye quedaba ya tan definido a favor de Hevia que su mayor enemigo podía ser sólo esa mala fortuna del año pasado.

Un nuevo ‘arreón’ en Nava, donde le sacaba otros 21 a Senra, elevaba la cuenta ya a más de 50 en sólo tres especiales, y demostraba una vez más que Berti está un paso por delante de su competencia en el nacional, por lo que, generalmente, le basta con correr cuando lo necesita, sin necesidad de ir ‘con el cuchillo entre los dientes’ durante toda la prueba. De ahí al final, el rallye del piloto de Skoda era eso que se suele denominar ‘un paseo militar’, aunque no deja de ser injusto tildar de ‘fácil’ un triunfo tan rotundo en un rallye del prestigio del Príncipe. Como siempre ocurre en estos casos, esa ‘facilidad’ es solamente relativa, y el mérito está precisamente en eso, en hacer que parezca fácil lo que no lo es en absoluto: liderar con autoridad, no cometer errores, no perder la concentración pese a la abultada diferencia, y marcar scratch tras scratch hasta llegar a Oviedo y saborear esa sidra achampanada que el año pasado bebieron otros cuando ya todos pensábamos que un par de botellas iban a ser para Berti y Pin.

Con el triunfo del Príncipe, Hevia deja también prácticamente decidido a su favor un campeonato de España al que ya casi apuntó el año pasado pese a ‘coger el tren en marcha’ y que este año todos teníamos claro que no se le podía escapar. Y, de nuevo, volvemos a lo mismo, tildaremos de fácil este título, cuando ganar un campeonato nunca es fácil… y la historia de los últimos nacionales de asfalto está llena de ejemplos en ese sentido, con los favoritos de cada temporada (llámese Solá, Ojeda o Vallejo, por ejemplo) sufriendo más de la cuenta para hacer suyos unos títulos que todos les dábamos por ganados antes incluso de iniciarse la campaña.
EL ERC NO APORTÓ CASI NADA

Corrado Fontana salió a por todas, ganó el primer tramo... y se salió en el segundo

Su padre, Luigi, completó el rallye a su ritmo y acabó quinto a efectos del ERC

Justo tras Luigi Fontana terminó el checo Tlustak, que remontó posiciones el sábado tras un mal viernes

A lo bueno se acostumbra uno rápido… lo malo es que cuando lo pierdes cuesta muchísimo trabajo conformarse con algo de inferior calidad. Por ello, el Príncipe 2010 nos ha dejado a todos esa sensación diría que triste, de rallye ‘soso’, ‘descafeinado’… hasta incluso ‘aburrido’. Y aunque no ha sido, evidentemente, un rallye de esos que hacen afición, también es verdad que la clave para esas ‘escasas vibraciones’ ha estado tanto en el no especialmente emocionante desarrollo de la prueba como, sobre todo, en compararla con lo vivido justo un año antes.

Todos sabíamos que la renuncia a la puntuabilidad para el IRC iba a suponer un bajón en la calidad de la participación foránea, por mucho que el rallye fuese, por segundo año consecutivo, valedero para el Campeonato de Europa FIA. Pero una cosa es saberlo y otra comprobarlo en directo. Las ‘fieras del IRC’ dejaron una huella imborrable en nuestras carreteras, y los protagonistas de la edición de este año tenían ante si un reto imposible, estar a la altura de los recuerdos todavía frescos en las mentes de todos los que vieron pasar a los Kopecky, Meeke, Basso y compañía.

Un simple vistazo a la lista de inscritos ya bastaba para darse cuenta de que lo de este año iba a ser otra cosa. Y aunque hace apenas cuatro temporadas una participación que incluyese tres ‘coches gordos’ foráneos nos hubiere parecido todo un lujo, ahora, tras lo visto los dos años anteriores, se convertía en una decepción. Ya en el 2009 comprobamos como la diferencia de nivel entre los ‘primeros espadas’ del IRC y sus equivalentes del ERC era abismal. Por si fuera poco, este año el, en teoría, máximo certamen continental de rallyes, llegaba al Príncipe poco menos que visto para sentencia, con el piloto oficial de Fiat, Luca Rossetti, claramente distanciado en cabeza, y su más cercano perseguidor, el checo Jan Kopecky, habiendo quemado casi todas sus naves en el accidente del Barum. Como, además, ambos tenían un importante compromiso del campeonato de Italia en fechas cercanas, su presencia en el Príncipe era más un sueño que una posibilidad, como, desgraciadamente, comprobaríamos cuando se publicó la lista de inscritos. Una lista encabezada por Corrado Fontana, y que incluía sólo otros cuatro foráneos más, de los que dos no serían finalmente de la partida, aunque su presencia tampoco hubiese añadido gran cosa en el aspecto deportivo. Así que, como única aportación del ERC a la participación del rallye, nos teníamos que conformar finalmente con los dos Peugeot 207 S2000 de los Fontana padre e hijo, y con el del checo Tlustak, quien aparecía finalmente con el 207 de Kresta en lugar de con el Fabia que había inscrito y que su compatriota dejó bastante malparado en el Barum.

Por todo lo comentado anteriormente, la papeleta del trío de ‘estrellas invitadas’ era complicada, así que es de justicia reconocerle a Corrado Fontana el mérito de, al menos, intentarlo. El italiano había sido quinto el año pasado, a base de marcarse un ritmo regular y sin errores, pero con cronos lejanos del grupo de cabeza, aunque el tantas veces lamentado pinchazo sufrido por Hevia le había permitido, finalmente, terminar por delante de Berti en la general. Pero, en circunstancias normales, nadie pensaba que pudiesen plantarle cara al asturiano, favorito unánime en todos los pronósticos, por lo que su scratch en el tramo inicial, en las inmediaciones de Gijón, era toda una sorpresa… y hasta casi diría que una nueva ‘bofetada’, aunque fuese más bien anecdótica, a nuestro nacional de rallyes, aunque se pudiese explicar por el hecho de que su monta de neumáticos fuese la más acertada para el resbaladizo asfalto de Peón. En todo caso, Fontana (que el año pasado estuvo todo el rally muy lejos de los cronos de Hevia) por delante del asturiano, y este ganando a todos los demás nacionales, me dejaba de nuevo esa sensación que tengo desde que empezó la temporada de que Berti este año no está teniendo que correr todo lo que puede y sabe.

Lamentablemente para el interés del rallye, Corrado no llegaba mucho más lejos, saliéndose en una delicada derecha en bajada a poco de iniciarse la segunda especial, lo que dejaba la responsabilidad de ‘defender el honor’ de los participantes del ERC en manos de su padre, Luigi, y del checo Tlustak. Y, evidentemente, ni uno ni otro estaban a la altura. El patriarca de los Fontana es un claro ejemplo de ‘gentleman driver’, sin más pretensiones (muy respetables, por cierto), que disfrutar sin pensar en los tiempos. Y el checo ya nos dejó claro el año pasado, en su primera visita a Asturias, entonces al volante de un C2 S1600, que está lejos de ser un piloto rápido. Si, además, tiene problemas que le compliquen la vida, como le sucedió el primer día de rallye, a lo largo del cual perdió muchísimo tiempo, el que finalmente marcase algún crono digno, cuando ya se jugaban ‘los minutos de la basura’ que se diría en argot baloncestístico, no deja de ser meramente anecdótico.

En resumen, el ERC apenas si aportó nada, y es que el certamen continental continúa siendo un campeonato que, desgraciadamente, apenas interesa a nadie. Si, además, los pocos que lo siguen son pilotos centroeuropeos, para los que Asturias está en ‘el corner de Europa’ y, encima, el certamen llega ya muy definido a la fecha en que se disputa ‘nuestro rallye’, el resultado de la aportación europea es lo visto este año: poco y de escasa calidad.

UN NACIONAL MUY TRISTE

Víctor Senra obtuvo una cómoda segunda plaza en su participación con el Fiesta S2000 de Nupel

Fuster no le sacó partido al Fabia, perdiendo toda opción en el segundo tramo y remontando gracias a los abandonos

Burgo acabó los tramos como tercero pero la mecánica de su EVO X dijo basta en la última asistencia

A principio de temporada, imagino que dejándose llevar por ese embriagador entusiasmo que a todos nos alcanza en mayor o menor medida cada vez que se inicia un nuevo año de carreras, el presidente de la española me decía en las verificaciones de Villajoyosa algo así como ‘¡qué campeonato más bonito tenemos!’. Y yo, que suelo pecar, tal vez en exceso, de escéptico, le respondía con un ‘veremos’ en el que iban implícitas todas mis dudas sobre un certamen que, desde hace unos cuantos años, no sólo no acaba de recuperar el nivel de antaño sino que, golpeado duramente por la crisis económica, parece ir cada vez a peor.

Una avería en la caja de cambios del Swift dejó fuera a Vinyes cuando era cuarto pero no le impidió asegurarse el título de dos ruedas motrices...

...categoría en la que el ganador en el Príncipe fue su compañero Gorka Antxustegui

Fran Cima sufrió para llegar a meta pero al final tuvo la recompensa de la quinta plaza y la victoria en el grupo N y la EVO CUP

En los meses siguientes, me temo que se ha ido demostrando como mi escepticismo no era infundado. El nacional de asfalto 2010 ha ido perdiendo efectivos de forma alarmante a medida que avanzaba la temporada, y ya prácticamente desde la segunda prueba quedó claro que al título sólo iban a optar, seriamente, Hevia con su Skoda y Fuster con su Porsche… o con lo que hiciese falta. Al levantino hay que aplaudirle su empeño, buscando la mecánica más adecuada a cada prueba una vez pasada la parte inicial del certamen, la más favorable a su Porsche. Pero ni en Ferrol con el EVO N+, ni en Asturias con el Fabia S2000, ha podido Fuster poner en aprietos a Hevia. Una vez superado el trago de los rallyes más propicios al Porsche GT, a Berti sólo le han batido rivales que luchaban por una victoria parcial pero no le preocupaban en el campeonato (casos de Ojeda en Cantabria, Pons y Vallejo en Orense). Y esa falta de continuidad en los proyectos de todos los que no fuesen Hevia y Fuster ha dejado el campeonato muy cojo, y ha permitido además al asturiano ‘apretar’ sólo cuando y donde lo necesita, privándonos de ver luchas más cerradas en las pocas ocasiones en las que alguien se ha mostrado capaz de ganarle, como son las dos comentadas unas líneas más arriba.

Pese a perder mucho tiempo por un pinchazo, Rubén Gracia sumó otro fácil triunfo en Producción

Ferrán Pujol toma ventaja al frente de la Swift tras ser el primero que repite victoria en la Copa de Suzuki

Angel Paniceres llevó nuestro logo a un increíble décimo puesto ¡enhorabuena y muchas gracias!

Pero lo peor no es que la lucha por el título haya sido escasa. Lo malo es que sólo haya habido dos pilotos con programas suficientemente consistentes como para permitirles pelear por el campeonato. Y, peor aun, es que detrás de ellos apenas si exista más que un desolador vacío. Los N+ siguen mostrando, rallye a rallye, sus límites, continúan sin ser competitivos contra los S2000 más que en situaciones muy concretas y, encima, son mucho más frágiles y caros que los N ‘normales’, con los que ya se ganaba a los S1600, que son el siguiente escalón. Con uno de los pocos que quedan de estos últimos, auténtica especie en vías de extinción, Joan Vinyes ha dominado con mano de hierro la nueva categoría de dos ruedas motrices, alzándose además muy arriba en la tabla absoluta del campeonato, en una nueva prueba de que detrás de los dos primeros apenas si hay nada ni nadie.

Todo eso lo hemos vuelto a ver en el Príncipe, diría que hasta ‘corregido y aumentado’ por la dureza del rallye. Entre que son pocos los que siguen este año el nacional, que no todos vinieron y que un buen número de los que lo hicieron se quedaron por el camino a lo largo de las dos jornadas de competición, el resultado es el que se dio el sábado en Oviedo, con diferencias abultadísimas prácticamente entre cada posición y con un piloto totalmente amateur y sin apenas experiencia en rallyes, como es Ángel Paniceres, metiéndose nada menos que entre los diez mejores de la general del Campeonato de España. Todo un logro de extraordinario mérito para Ángel, que vivió un fin de semana de ensueño en un rallye al que tantos años estuvo ligado en labores organizativas, pero todo un síntoma, también, de la actual salud del certamen más importante de rallyes de España.
¿ARREGLARÁN ALGO LOS R2?

Alberto Monarri brilló al volante del Twingo R2, alcanzando una magnífica sexta posición

Adrían Díaz también metió entre los diez primeros el Fiesta R2

Los R2 de Nupel, base de la nueva copa prevista para el 2011

Al hilo del relato anterior, y tratando de ver ‘el vaso medio lleno’, las prestaciones de los R2 de Renault y Ford presentes en el Príncipe pueden verse como un ‘rayito de esperanza’, aunque sólo sea para llenar algo de ese inmenso vacío que hay ahora mismo entre la ‘zona noble’ del campeonato y el único certamen al que, aunque sea con algunos matices, se puede llamar ‘de promoción’, la Copa Suzuki.

Tanto el Twingo como el Fiesta R2 aspiran a llenar ese hueco y, si hay ‘clientela’ suficiente para ambos, el año próximo deberían ser los protagonistas de dos nuevas copas que animen la parte media de la tabla. Se trata de dos coches que, sin ser auténticamente ‘de carreras’, están al menos un buen escalón por encima de los Swift. Y, como demostró Monarri en el Príncipe, si caen en buenas manos pueden dar que hablar en según que terrenos y ejercer de auténticos ‘matagigantes’ a la más mínima oportunidad. La actuación del rápido piloto madrileño con el pequeño R2 de Renault fue el mejor anuncio posible para la nueva copa que pretende crear la marca del rombo, y sobre la que su responsable, Tony Sánchez, ya nos daba detalles en la entrevista que le hicimos para TVMotor en el Rías. Una copa con el planteamiento clásico de comprar el coche a la marca, organizar tu propio equipo y pelear luego por los premios para tratar de ir haciendo llevadera la temporada, a la que se contrapone la idea de R2MC para hacer correr los Fiesta. En este caso, el planteamiento es muy similar al ya utilizado por Roberto Méndez en las dos temporadas del PRR: coches en régimen de alquiler y gestión centralizada de todo el certamen al más puro estilo ‘arrive and drive’ que dicen los ingleses, con el piloto teniendo que encargarse nada más (¡y nada menos!) que de conducir, y con la novedad respecto al certamen que protagonizaban los EVO de contar con premios en metálico por carrera.

Otra diferencia importante entre ambas copas será su ámbito de actuación, mientras la Twingo, de nuevo siguiendo un planteamiento digamos ‘clásico’, estará centrada en el nacional de asfalto, en el que, de hecho, sustituiría a la actual Challenge Clio R3 como la copa Renault de rallyes, la R2MC será mixta, con pruebas en asfalto y en tierra… y muy posiblemente con la inclusión en su calendario del rallye de Cataluña, puntuable para el mundial. Precisamente la próxima edición de la prueba española del Campeonato del Mundo es el escenario previsto para la presentación del certamen de los R2 que, de salir adelante, se convertirá en una nueva e interesante opción para los que quieran competir en la temporada 2011.

HEROES LOCALES SIN PREMIO

Aunque la mentalidad con la que se afrontan las carreras hoy día sea diferente a la de los ‘tiempos heroicos’, cuando salir en el Príncipe a medirse con los ‘gallitos’ del nacional era el momento álgido del año para muchos pilotos locales, el más veterano de los rallyes asturianos sigue siendo, cada año, una prueba en la que ‘los de casa’ salen con un importante ‘plus’ de ilusión, motivación y ganas.
 

Al respecto, el Príncipe 2010 fue especialmente duro con los pilotos asturianos, y la mayor parte del nutrido contingente que sigue el nacional y que aspiraba a brillar en el rallye ‘de casa’ se tuvo que quedar con las ganas no ya de brillar sino, siquiera, de llegar hasta la meta final en Oviedo.

José Antonio Suárez y Cándido Carrera preparados para tomar la salida en el shakedownl

¡Así pasó 'cohete' por el primer cruce del tramo de Gijón!

Apenas unas horas después del gran susto, José Antonio se paseaba así de sonriente por la asistencia

La primera baja fue la más dramática, aunque por fortuna todo se quedó en un enorme susto. José Antonio Suárez tomaba la salida del primer tramo del rallye, el de Gijón, haciendo honor a su apodo de ‘cohete’, y su paso por el cruce en el que estaba ‘nuestro equipo’ dejaba claras sus ganas, como muestran las fotos de César y el vídeo de Jose. Al momento, César nos ‘tuiteaba’ desde la cuneta un significativo: “José Antonio Suárez ha estado a punto de salirse en el cruce en el que estamos en el TC 1.”… y apenas unos instantes después nos llegaba la noticia de la neutralización del tramo por un fuerte accidente del Clio R3 del joven piloto praviano y su copiloto, el gallego Cándido Carrera. Por teléfono, César me comentaba su preocupación, ya que les llegaba la noticia de que José Antonio se quejaba de pérdida de visión, así que, de inmediato, nos dirigíamos a su asistencia, donde el padre del piloto nos tranquilizaba: ‘están los dos bien, se los llevan al hospital para hacerles unas pruebas’. Luego, a medida que pasaban las horas, empezaban a circular rumores preocupantes sobre una posible intervención quirúrgica a José Antonio, así que Celso, el jefe de prensa del rally, recababa más información con resultados de nuevo tranquilizadores: piloto y copiloto habían sido evacuados inicialmente al hospital de Cabueñes para los primeros chequeos, y después fueron trasladados al de Oviedo para completar las pruebas pero no había nada más.

A media tarde, el alivio ya era total cuando escuchábamos en directo a José Antonio por la radio, animado y con su habitual buen humor, comentando que iba a pasar la noche en observación… ¡pero que en cuanto le diesen el alta por la mañana se iba a ver el rally! Y, en efecto, el sábado por la mañana ya estaba ‘el cohete’ de nuevo en órbita, recorriendo la asistencia en un Segway y convertido ya en un ‘auténtico piloto de rallyes’ como, con humor, le había dicho Vinyes minutos antes. Y es que, con José Antonio, se cumplía, una vez más, esa frase típica de la NASCAR, que dice algo así como que ‘sólo hay dos tipos de pilotos, los que ya chocaron contra el muro… ¡y los que van a chocar!’. Cuando se compite en un deporte del motor, el riesgo siempre está ahí, por mucho que no queramos verlo, y cuando se rueda deprisa (¡y José Antonio rueda muy pero que muy deprisa!) el accidente tiene que llegar, antes o después. Al joven praviano le ha llegado ya ese primer ‘big one’ que dicen los ‘yankees’, y ahora empieza para él un nuevo reto: seguir manteniendo esa innata rapidez pero empezar a ser capaz de controlarla. No es fácil pero es la única forma de llegar a ser alguien en esto de los rallyes. Y viendo como ha reaccionado tras el susto del viernes, estoy convencido de que tiene lo que hay que tener para conseguirlo.

La expresión en el rostro de Miguel Arias lo dice todo tras su abandono por rotura de la caja de cambios

La espectacular cabriola del 207 de Jonathan Pérez en el primer tramo (foto Alberto Suárez)

Así quedó el Swift de Miguel Angel Blanco tras el toque que le obligó a abandonar

Siendo estrictos, la de José Antonio era, realmente, la segunda baja en esa Challenge Clio R3 que, entre nosotros, es algo así como la ‘Copa Clio asturiana’, ya que sus tres habituales participantes este año son pilotos de la región. Uno de ellos, César Palacio, ya se había quedado en casa antes de empezar, debido al fuerte golpe sufrido el fin de semana anterior en el rallye de Boal, del campeonato de Asturias.

Así que, con la baja antes de la salida de ‘Cepa’ y el temprano accidente de Suárez, quedaban sólo en liza los hermanos Arias, para los que el rallye se planteaba ya tranquilo a partir del segundo tramo. Con el piloto, Miguel, charlábamos en la primera asistencia, diciéndole algo así como ‘te vas a aburrir sin tener con quien pelear’, a los que nos contestaba que ‘ya encontraremos a alguien con quien echar carreras’. Porque el de Grao es de esos pilotos que disfrutan ‘guerreando’ y estaba claro que, aunque no iba a correr más riesgos de la cuenta, tampoco se iba a pasear para llegar hasta el final del rallye. De hecho, Arias era nada menos que cuarto scratch tras la disputa del primer bucle, y mantenía esa posición hasta que en el tercer paso por Miravalles la caja de su Clío decía basta. La cara de desolación con la que nos recibía minutos después, ya de vuelta a la asistencia, hablaba por si sola. Y te contaba, sin palabras, la desesperación y la impotencia ante una avería grave, que le privaba de seguir disfrutando del rallye y de conseguir un resultado fantástico. Una expresión triste en la que se leía, también, el desencanto por ver fundirse entre los engranajes destrozados del cambio de su Clío tantas horas de esfuerzo. Y aunque, en estos casos, se suele decir eso de ‘así son las carreras’, no había consuelo para los Arias en esa frase tan tópica.

El rallye también era tremendamente corto para Jonathan Pérez y Kike Velasco. Al piloto le habíamos preguntado al terminar su victorioso rallye de Boal si pensaba poder medirse con los S2000 de los italianos en el Príncipe, y el siempre tímido ‘Yoni’ se mostraba cauto en sus opciones al respecto. Pero su forma de atacar el primer tramo demostraba que salía con ganas de estar en la pelea de esa especie de copa Peugeot oficiosa que conformaban su 207 S2000, el del checo Tlustak y los dos de ‘los Fontanas’. Pese a un notable susto al llegar muy descolocado a una paella de izquierdas en bajada, que tenía desenlace poco menos que de videojuego, con el coche rebotando contra el talud y siguiendo tramo adelante como si tal cosa, Jonathan marcaba el quinto mejor tiempo del ERC en Gijón, justo por delante de Tlustak. Pero un pinchazo en Miravalles le costaba tres minutos al actual campeón de Asturias, y otro más en el primer paso por Nava, que cerraba el bucle inicial, enviaba para casa demasiado pronto a Yoni y Kike.

Tampoco duraban mucho más en carrera Miguel Ángel Blanco y su copiloto Iván Garrido, que en el Príncipe continuaban con la pésima racha que les acompaña desde que, para ellos, arrancó la temporada en Cantabria. Con Miguel habíamos intercambiando unas palabras el jueves mientras esperaba su turno para iniciar el shakedown, y su planteamiento era claro, en el Príncipe había que ganar como única forma de empezar a enderezar su temporada en la muy competida Copa Swift. Pero no habría manera, a unos cuatro kilómetros del final del primer tramo, un pinchazo le ponía ya todo cuesta arriba a Blanco, que seguía hasta meta a menor ritmo y perdía ya más de un minuto, ocupando la última plaza de la copa. Con otros dos tramos por delante hasta la asistencia, y ya sin rueda de repuesto, Miguel Ángel no podía forzar en las dos siguientes especiales, aunque al menos remontaba hasta la novena plaza que ocupaba a la llegada al parking del Palacio de Deportes. A continuación se iniciaba el segundo bucle, y ya no había más remedio que atacar. Pero en su segundo paso por la posición de Jose en el tramo de Gijón, nuestro cámara los veía transitar a baja velocidad y con los warning puestos, lo que nos comunicaba por teléfono para que informásemos de ellos en el Twitter. Poco después, el nombre de Blanco era de nuevo el que cerraba la lista de tiempos y, además, con más de cinco minutos perdidos respecto al scratch de la copa, marcado por Pernía. Evidentemente, algo había pasado, así que en cuanto llegaban para la segunda asistencia del día nos acercábamos a su asistencia, donde el copi, Iván, nos explicaba como habían pinchado en una izquierda, dañando la dirección y no pudiendo tomar la siguiente derecha, en la que acababan impactando contra el muro, como bien se podía apreciar en el abollado lateral del Swift. Pese a los intentos del equipo por reparar, ya no tenía sentido seguir, y el Príncipe se acababa convirtiendo para Blanco y Garrido en otro trago amargo más de una temporada para olvidar.

Sergio y Guti posan sonrientes ante su retorno a la acción en el Príncipe

El Nissan 350Z EVO se mostró fiable por fin, resistiendo sin problemas el duro rallye

Sergio demostró una vez más que es uno de los pilotos con más 'manos' del nacional

La siguiente historia sin final feliz de los asturianos en el Príncipe 2010 es la que menos me apetece escribir, ya que su protagonista es alguien que para esta web es más que un piloto, lo que hace que cuando hablo de él siempre me cueste mantener la objetividad y el distanciamiento que, se supone, ha de presidir cualquier crónica con pretensiones más o menos periodísticas. Me refiero, seguro que muchos ya lo habéis adivinado, a Sergio López-Fombona. El gijonés volvía a la acción tras más de un año alejado de las carreras en el que el trabajo en la empresa familiar había sido su principal ocupación… aunque los rallyes seguían estando en su mente, y en alguna conversación telefónica a principios de verano ya nos había comentado su intención de retomarlos en la parte final de la temporada. Por ello, mientras Sergio recorría medio mundo por motivos laborales, el infatigable ‘Motorín’ y el resto de su equipo habían seguido trabajando en ese Nissan 350Z EVO que tantos quebraderos de cabeza les ha venido dando a piloto y mecánicos desde que llegó a Asturias a principios del año pasado.

Así que llegada la fecha del Príncipe tocaba, por fin, cambiar el traje de ejecutivo por la funda de correr, y Sergio, acompañado por Guti, probaba el GT japonés unos días antes del rallye, terminando la sesión de tests contento, pese a algún inconveniente menor en la mecánica que nos volvía a hacer temer lo peor en cuanto a la fiabilidad del frágil Nissan. Por ello, siendo sincero, reconozco que ‘no daba un duro’ porque el coche aguantase un rallye de la dureza de este Príncipe así que si alguien me dice el jueves que Sergio y Guti estarían el sábado a un paso de subir al podio final lo habría tachado de loco. Y, sin embargo, justo eso fue lo que ocurrió en un rallye que empezó para el gijonés con la faena de no poder competir en el primero de los dos pasos por el tramo ‘de casa’, neutralizado por el ya comentado accidente de José Antonio Suárez. Una nueva neutralización en Miravalles, cuando el Nissan de Fombona era el primero llegar al cruce de Libardón, totalmente bloqueado por el EVO X de Lújua, significaba que el rallye prácticamente empezaba de verdad para Sergio sólo en el tercer tramo, en el que era octavo, justo por detrás del Clio R3 de Arias.

En la primer asistencia, Sergio nos comentaba que el coche iba perfecto, y así seguiría el resto de primera jornada, a lo largo de la cual el Nissan rojo iba ganando posiciones perfectamente guiado por su piloto al que, en contra de sus temores previos a la prueba, no le estaba costando nada coger de nuevo ritmo de carreras. Al final de la etapa del viernes, nos encontrábamos de nuevo con Sergio y su copiloto, Guti, en el reagrupamiento del Náutico, donde el gijonés estaba, más que nunca, ‘en casa’. La sexta plaza que ocupaba el 350Z, emparedado entre los EVO X de Burgo y Cima, era un excelente resultado, y la única preocupación de su piloto eran unos discos de freno algo tocados y para los que no había recambio.

El sábado, ya más seguro de la fiabilidad del coche, en el que se notaba el extraordinario trabajo realizado por ese auténtico mago de la mecánica que es ‘motorín’, Fombona aumentaba el ritmo y empezaba a marcar cronos de muy buen nivel, cerrando el penúltimo bucle del rallye con un magnífico cuarto scratch en Corvera, con el que le dejaba claro a Fuster que iba a tener que correr mucho más si quería superarle. Otro cuarto en la repetición de Noreña, precedido además por la mala fortuna de Vinyes, al que la caja del Swift S1600 dejaba tirado camino de Grúas Roxu, y Sergio ya era cuarto de la general con sólo dos tramos por delante. Confieso que en ese momento sentía una mezcla de esperanza y temor, compartida vía telefónica con Juan que, desde Ibiza, seguía de cerca las evoluciones de ‘su piloto’. Ni uno no otro podíamos evitar hacer ‘la cuenta de la lechera’, sobre todo porque me llegaban noticias desde los tramos de que el EVO de Burgo no sonaba redondo… lo que podría significar un increíble podio para ‘el nuestro’.

Pero, como se suele decir, para vender la piel del oso antes hay que haberlo cazado, y para ello había que superar el segundo paso por Morcín, un tramo que Sergio me había descrito la víspera del rallye como ‘posíblemente mi nuevo tramo favorito’. Algo que, inevitablemente, despertaba en mi mente fantasmas del pasado procedentes del tramo favorito ‘de siempre’ para Sergio en el Príncipe, ‘Santa Bárbara’, donde se le escapó con el EVO IX aquel podio que ya saboreábamos en el 2004. Así que cuando veía en la pantalla de tiempos como aparecían los cronos de Paniceres, Marbán y Lújua pero no el suyo ya tenía claro que algo había pasado, sólo restaba saber qué. La primera noticia era el escueto ‘AVERÍA’ que acompañaba en la pantalla de tiempos al apellido Fombona en la lista de abandonos del tramo. Pero cuando ya estábamos ‘echando pestes’ del Nissan, mi móvil recibía un mensaje de Sergio que llevaba adjunta la foto de su coche, parado y sin más apoyo con el suelo, en el lado derecho, que las dos llantas desnudas. Una rápida llamada de teléfono al piloto nos completaba la historia: sin saber muy bien como ni donde, un doble pinchazo había dejado sin goma las dos ruedas de ese lado, lo que hacía inevitable el abandono. Un abandono de esos crueles, ya que el rallye de Sergio y Guti, y el trabajo de ‘motorín’ y todo el equipo, merecían la recompensa de ese cuarto puesto (¡que al final hubiese sido tercero!)… pero, como ya decíamos más arriba ¡así son las carreras! Y, no, a mi tampoco me sirve de consuelo el tópico.

 

TROFEO DEPORTE ASTURIANO, OTRO RALLY DENTRO DEL RALLY

Los participantes en el Trofeo Deporte Asturiano esperan el inicio de su rallye, el sábado en Gijón

Félix Alvarez dominó con autoridad, marcando el mejor crono en todos los tramos

'Tote' Alonso acabó segundo absoluto y primero de la agrupación C

El año pasado comentábamos en uno de estos ‘relatos cortos del Príncipe’ como echábamos de menos los tiempos en que los equipos modestos salían a competir con los ‘grandes’ en rallyes de este estilo. Algo que el aumento de los costes y las cada vez más restrictivas reglamentaciones técnicas había venido desterrando. Este año, sin embargo, y aunque fuese sólo en la segunda etapa del rallye, los regionales con vehículos no homologados ni por la FIA ni por la española tenían su oportunidad de volver al Príncipe, encuadrados en el denominado ‘Trofeo Deporte Asturiano’.

Finalmente eran un total de 24 los ‘valientes’ que se decidían a tomar la salida en este ‘rally dentro del rally’ que para ellos se iniciaba a primera hora del sábado. La lista la encabezaba el EVO VIII de Félix Alvarez y Arsenio Mateos, que hacían honor a ese primer puesto en el orden de salida dominando con claridad, marcando todos los scratchs y llevándose la victoria absoluta y en la Agrupación E, una de las cuatro en la que estaban divididos los participantes en esta novedosa iniciativa.

Segundos absoluto, y primeros en la agrupación C, eran José Manuel Alonso y Juan José Huerga, con su habitual Peugeot 106, completando el podio absoluto y ganando en la agrupación D el Peugeot 205 de Julio César Méndez y Víctor Manuel Martínez.

Para Julio César Méndez la tercera plaza en la general y la primera de la agrupación D

Triunfo en la Copa El Tonel para Faustino Ontiveros

Doblete de los 106 en la Copa reservada a los mil, el segundo fue el de Juan José Rodríguez

La agrupación restante, la B, era en la que estaban encuadrados los participantes en la Copa El Tonel, para los que el Príncipe era prueba puntuable y entre los que la victoria iba a parar a manos de Faustino Ontiveros y Sabrina Zango, que imponían su 106 por delante de la unidad similar de Juan José Rodríguez y Manuel González. Completaban el podio Rodrigo Beteta y José Feijoo, que se sobreponían a problemas con la varilla del cambio en el primer paso en Morcín, la especial de casa de la familia Beteta, en la que el motor del Cinquecento de Pelayo decía basta, información que nos llegaba de primera mano por parte de la madre de los cinco hermanos pilotos.

Pero, más allá de los resultados que acabamos de relatar, y que no dejan de ser fríos números, lo mejor de la participación de todos estos equipos del regional fue su entusiasmo y sus ganas de divertir y divertirse. Como me decía un buen amigo que los vio pasar a pié de cuneta: ‘me transmitieron más muchos del regional que la mayoría del nacional… ¡al menos les ves ir por encima del límite de sus coches!’. Y es que, entre que los nacionales afrontaban las especiales del segundo día con el rallye ya muy definido, y que los coches más modernos ‘transmiten’ cada vez menos, por mucho que vayan más deprisa, a veces resulta más satisfactorio para el auténtico aficionado ver (¡y oir!) ‘retorcerse’ un 106 o un Cinquecento que observar el paso, rápido pero por el sitio, de un R2 o un Swift. El crono manda pero a nivel de sensaciones importa poco, y los participantes en el Trofeo Deporte Asturiano lo demostraron el pasado sábado en los tramos del Príncipe.

 

MI PRIMER RALLYE 2.0

El equipo al completo antes de iniciar nuestro primer rallye 2.0 (foto Kike Salgueiro)

Los mensajes cortos de Twitter son ideales para retransmitir un evento como el Príncipe

Durante el rallye tuvimos ocasión de dar primicias como la causa del abandono de Fombona (foto Sergio Fombona)

Confieso que no acabo de ‘cogerle el tranquillo’ a todo eso de la web 2.0 y las redes sociales. Pero, dedicándome como me dedico a temas relacionados con internet, tengo claro que hay que estar al día, te guste o no lo que se lleve en cada momento. Así que desde hace unos meses, con la ayuda de dos auténticos expertos en todo ese ‘nuevo mundo’ como son César y Lucia voy entrando, poco a poco en todo ello… y ya empiezo a verle posibilidades realmente interesantes. De hecho, hace unos meses, ya hicimos en la subida a Santo Emiliano una primera prueba para ver que podría aportar Twitter a la retransmisión de una competición del motor. La brevedad e inmediatez de los mensajes cortos en los que se basa esta plataforma me parecieron ya entonces muy apropiados para el frenético ritmo de una competición automovilística. Entonces todo fue muy precipitado en su preparación, y el mal tiempo de todo el fin de semana no nos permitió ‘tuitear’ a pie de cuneta como era la idea original. Pero, esta vez, ya con más tiempo para prepararlo todo, decidimos repetir la experiencia.

El planteamiento era claro, César ‘tuitearía’ textos y fotos desde la cuneta de los tramos a través del iPhone, mientras que Lucia me acompañaría en la sala de prensa, encargándose de ir añadiendo información a medida que avanzaba el rallye. Una información que, inicialmente, pensábamos basar principalmente en los comentarios de los pilotos que esperábamos oír a través de la radio… lo que pronto tuvimos que descartar a la vista del penoso tratamiento informativo que la RPA le dio al rallye… ¡y eso que era la emisora oficial!

Así que haciendo de necesidad virtud, cambiamos el plan sobre la marcha y yo diría que el resultado fue mucho mejor o, al menos, mucho más personal y cercano y, desde luego, diferente, a la típica retransmisión de tiempos y resultados que es lo más habitual en estos casos. A base de ‘patearnos’ la asistencia cada vez que acababa un tramo, procuramos recabar el máximo de ‘minihistorias’, que Lucia apuntaba en su bloc para ‘tuitearlas’ prácticamente de inmediato, acompañadas muchas de ellas de fotografías ilustrativas que acercaban algo más el ambiente del rallye a los que nos seguían desde sus casas. Así, tuvimos ocasión incluso de dar alguna que otra primicia, como las primeras informaciones tranquilizadoras sobre el estado de José Antonio Suárez y Cándido Carrera tras su accidente (consiguiendo incluso al día siguiente su primera imagen ya en la asistencia una vez dado de alta), o la causa de la neutralización de Miravalles, o anunciar antes que nadie el abandono de Vinyes, o saber de primerísima mano (como ya quedó comentado más arriba), el por qué de la retirada de Sergio Fombona. Todo ello gracias tanto a la agilidad que ofrece Twitter para dar eso que antes se llamaba ‘flashes informativos’ como a la gran colaboración que encontramos por parte de un montón de gente que nos fue pasando información a lo largo de los dos días.

En resumen diría que se trató, al menos por lo que a nosotros respecta, de una experiencia muy positiva y que trataremos de repetir, procurando pulir los detalles a mejorar, que son aun muchos. Tengo claro que la inmediatez en la información es lo que, cada vez más, demanda el internauta, por mucho que me siga empeñando en redactar estas interminables crónicas, que son la antítesis de lo que Twitter representa. Así que, aunque me cueste, habrá que ir reciclándose poco a poco, porque la web 3.0 ya está ahí y las posibilidades de todas estas nuevas tecnologías de la información son tan enormes que casi se asusta uno sólo de pensarlo.