Con el buen tiempo que había hecho en Gijón durante toda la semana, ya me empezaba a creer que, de verdad, el verano había llegado finalmente… así que cuando me dio por consultar el pronóstico del tiempo para el sábado 3 de julio, en Eibar, no daba crédito… ¡pero si anuncian probabilidad de lluvia del 85%! Parecía casi una broma, no podía ser verdad que también lloviese en Arrate, quinta prueba del nacional de montaña, tras haber tenido agua en al menos algún momento del fin de semana de las cuatro carreras anteriores del campeonato 2010.

Pero de broma nada. Tras salir de Gijón, el viernes después de comer, con cielo ligeramente nuboso, la lluvia aparecía, y con intensidad, cuando a eso de las cinco de la tarde pasaba por Santander camino de la localidad guipuzcoana. Y aunque el chaparrón no era tan fuerte durante todo el viaje, al llegar al centro de Eibar, nos recibía el ‘txirimiri’ típico de la zona, confirmando plenamente los pesimistas augurios de los ‘hombres del tiempo’… ¡tampoco esta vez nos íbamos a librar de la lluvia!

Así las cosas, ‘hablar del tiempo’ casi era el único tema de conversación con los pilotos que nos íbamos encontrando en las verificaciones, llevadas a cabo, un año más, en pleno centro de la población. Y no porque no hubiese otra cosa de que hablar, que es cuando habitualmente se recurre a tema tan manido, sino porque lo de este año en el Campeonato de España de Montaña ya es digno de estudio. Tal parece, como bromeábamos con alguno de sus protagonistas, que este es algo así como el ‘campeonato de carreras sobre agua’, una especie de nueva modalidad del motor en la que la lluvia es factor imprescindible.

En fin, bromas aparte, todos hacían caso del tópico y trataban de poner ‘a mal tiempo buena cara’, esperando que el sábado mejorase algo la situación. Especialmente porque en esta ocasión no habría ‘segunda oportunidad’ el domingo, como si ocurrió en Ubrique, Falperra o el Fito, donde el agua respetó al menos la segunda jornada de competición. Y es que, en Arrate, se estrenaba un nuevo esquema horario, con las dos fases del nacional repartidas a lo largo de un solo día, el sábado, dedicándose la mañana a las tres mangas de la fase A y la tarde a las de la fase B. Un ‘programa doble’ que tenía la ventaja de permitirnos volver a casa ya en la noche del sábado, lo que siempre es de agradecer, pero que, por el contrario, iba a significar una buena ‘paliza’, ya que la ‘acción’ iba a empezar bien temprano y no acabaría hasta bastante entrada la tarde.

Lo primero nada más ser despertado de forma brusca por la alarma del móvil, sonando sin piedad a las 6:30 de la mañana, era comprobar como estaba el tiempo… y nada más descorrer las cortinas el paisaje era desolador… bueno, realmente ¡no había paisaje! Una intensa niebla apenas si dejaba ver unos metros más allá de la ventana, aunque los suficientes para comprobar que llovía, no mucho pero sin con insistencia… ¡definitivamente no nos íbamos a librar de mojarnos una vez más!

De camino a salida, la bruma se iba disipando a medida que bajaba, pero no dejaba de chispear y el piso estaba empapado. Cuando llegaba al lejano parque de asistencia, los equipos empezaban a preparar los coches y los slicks se quedaban a buen recaudo en los camiones. Un rápido vistazo para sacar unas primeras fotos y algún que otro plano de vídeo y ya era el momento de acudir al parking de prensa, donde Josu nos había citado a las 7:45 para subirnos hacía la prueba en el coche que la organización ponía a disposición de los medios de comunicación acreditados. En vista de la niebla en la zona alta, optábamos por pedirle que nos dejase en el cruce de la Ikastola, situado aun en la rápida y más ancha parte inicial de la prueba, dejando para las mangas de la tarde las curvas de la más virada y estrecha sección final. Una decisión que se revelaría acertada y nos permitiría acabar cubriendo el objetivo que nos habíamos marcado: grabar tres mangas en vídeo y sacar fotos en las otras tres, de forma que tuviésemos material suficiente tanto para los reportajes de TVMotor y Fórmula 10 como para las diferentes webs.

Desde La Felguera, Jose nos mantenía perfectamente informados de los tiempos tras cada manga, y en las dos de entrenos que seguíamos respectivamente desde el exterior y el interior del cruce (para así tener dos secuencias de video diferentes, una captando la sección anterior al mismo, y en la otra la posterior), el más rápido de todos los participantes era Fombona, buena prueba de que el piso no estaba ‘para bromas’ y de que, en esas condiciones, la combinación que forman las manos del gijonés y la tracción quattro de su Audi es poco menos que imbatible si no ocurre nada raro. Si ver a Fombona en los más alto de la tabla, con clara diferencia sobre los otros dos A4, de Aznar y Borreguero, no nos sorprendía, lo que si nos resultaba llamativo era el enorme margen con el que Iñigo Martínez dominaba en CM, ¡superando a Roca en casi 8 segundos! El que Iñigo, habiendo hecho sólo una subida completa, le metiese tal diferencia, en agua, a Pedro, que sobre piso deslizante sabemos todos lo rápido que va, no dejaba de ser inesperado… aunque alguna pista me había dejado verle pasar, muy ‘descolocado’ para lo que es habitual ver a su Silver, que suele llevar siempre tan ‘por el sitio’ incluso sobre asfaltos de dudosa adherencia. Algo no iba bien en el S2 a nivel de puesta a punto, como después me confirmaría el piloto balear en la asistencia.

En visión directa, mi atención se centraba sobre todo en los CM y los principales ‘tenores’ del nacional. En la primera de estas dos batallas, parecía que estábamos en el mundo al revés, con Iñigo llevando el BRC de forma mucho más fina y efectiva, mientras Roca se mostraba notablemente más exuberante con el Silver… lo que le hacía ser el ‘ganador’ en cuanto a aplausos pero no resultaba nada rentable en cuanto a segundos en el crono. Aunque la diferencia no era tan exagerada como en entrenos, Iñigo volvía a vencer con gran claridad, pasando de los cuatro segundos su margen ante Pedro, al que por poco (¡apenas dos décimas!) no superaba también Pantxo Egozkue, tremendamente incisivo con el único Speed Car en liza. Cuarto, ya un segundo por detrás de su tío, concluía Aritz, al que también veíamos dar más espectáculo de la cuenta con el Silver, especialmente cuando trataba de salir acelerando de nuestra curva y la trasera del S2 intentaba adelantarle. Quinto, ya ‘jugando en otra liga’, acababa el expiragüista asturiano Joaquín Nachón, autor de una notable actuación en su primera carrera con el BRC y tercera subida en total, tras su debut con un Silver en el Fito y su participación con igual montura en Muncó.

La segunda batalla, la del campeonato de España, seguía el guión ya escrito en entrenos. A Fombona era al que veíamos pasar con más decisión por nuestra zona, ‘dibujando’ con precisión una larga S sobre el mojado asfalto mientras encadenaba a la perfección los dos virajes. Por el contrario, Aznar salía con algo más de dudas de la anterior derecha, mientras que Borreguero llegaba algo más ‘largo’ a la izquierda, no consiguiendo apurar el vértice como sus dos rivales. Y aunque una curva no tiene por qué definir una subida, en este caso lo visto en esos pocos metros tenía reflejo exacto en los tiempos finales, con Fombona marcando el mejor crono absoluto de todos los participantes (CM incluidos), para superar en tres segundos y medios a Aznar y en casi seis a Borreguero.

Una vez ‘despachada’ con prontitud la fase A (eran menos de las 12 y ya bajábamos hacia la salida), aprovechábamos la pausa del mediodía para ir hasta la lejana zona de asistencia. La larga distancia no era problema gracias a la amabilidad de Josu, que nos llevaba ‘hasta la puerta’ con el coche de prensa, y con quien quedábamos para retornar a la prueba un par de horas después, con tiempo de sobra para que nos pudiese subir hasta la parte alta de la prueba.

En el polígono industrial, sede habitual del parque de trabajo de la subida eibarresa, los equipos esperaban la inminente llegada de los coches procedentes del parque cerrado. Esta se producía poco después, lo que aprovechábamos para sacar algunas fotos y tomas de vídeo de los mecánicos trabajando, antes de hacer una rápida ronda preguntando a los pilotos por sus impresiones sobre la fase A. Empezábamos por los de CM, agrupados varios de ellos en el interior de una de las naves, configurando una escena que me traía a la memoria imágenes de aquellos grandes premios de fórmula 1 en Long Beach, con todos los equipos trabajando codo con codo en un espacio cubierto y común como este. Algo que resultaba especialmente cómodo en un día tan lluvioso como el que teníamos, aunque por momentos parecía que el cielo se iba aclarando algo y hasta llegamos a pensar, ilusos de nosotros, que podría ’abrir’ para las mangas de la tarde.

En el box de Silver, Pedro Roca y Aritz Egozkue ponían en palabras lo que habíamos visto desde la cuneta: los coches se movían más de la cuenta y habría que cambiar bastantes cosas en los reglajes de cara a la Fase B. En BRC, Nachón se mostraba de lo más tranquilo y satisfecho con su debut con el CM05EVO… mientras que a Iñigo era mejor ni acercarse, ya que pese a acabar de conseguir su mejor victoria de la temporada el joven piloto navarro estaba muy tenso tras un innecesario ’rifirrafe’, con un sorprendido Roca, producido nada más acabar la subida oficial que, afortunadamente, no llegaba a mayores.

Ya en el exterior de los ’boxes’, Aznar y Maldonado se relajaban visionando en el interior del monovolumen de Manuel el DVD sobre Santo Emiliano de TVMotor.es que les había entregado de parte de Jose unos minutos antes. El del Ibiza tenía claras sus opciones en esta carrera, que pasaban por sumar los puntos necesarios para asegurarse el título de grupo A, mientras que el del Audi se mentalizaba con que ’ya era domingo’, y se disponía a tratar de repetir lo que ya viene siendo habitual en el almeriense, conseguir mejores resultados en la fase B que en la A.
Para ello, Aznar debería batir a un Fombona cuya clara victoria lograda minutos antes tenía aun más mérito cuando sabíamos que había vuelto a fallar el embrague que ya le había dado problemas en la arrancada de Santo Emiliano. Ello daba lugar a que la habitual solidaridad entre los participantes del nacional de montaña se pusiese de nuevo en manifiesto, cediendo Borreguero un nuevo embrague a su rival y amigo para que lo utilizase en las mangas de la Fase B.

Tras bromear con Angel Castro sobre la capacidad de su Toledo GT para atraer la lluvia (¡en todas las que ha estado presente el espectacular Seat de circuitos desde el año pasado ha habido agua!), era ya el momento de ’coger el taxi’ y volver a la subida. La tímida aparición de algunos rayos de sol había durado un suspiro y cuando ocupábamos sitio en la ’curva de los entendidos’, ya muy cerca de la meta, el cielo estaba más que cubierto y la humedad era muy alta, con algo de bruma amenazando incluso con hacer las cosas aun más complicadas. El mal tiempo de toda la jornada imagino que sería una de las causas, pero no dejaba de ser un tanto triste ver tan poca gente en la ‘tribuna natural‘ que domina la zona y donde en años anteriores apenas si cabía un alfiler.

En la subida de libres de la fase B se producía la única interrupción de toda la jornada. La causa era un fuerte golpe sufrido por el BRC de Iñigo Martínez, que se salía en una de las zonas más rápidas de la subida. El accidente era bastante más fuerte que el de primera hora de la mañana, y obligaba a intervenir al dispositivo de seguridad de la prueba para retirar el vehículo y los restos de fibra esparcidos por el asfalto. La papeleta era ahora para los mecánicos de BRC, que iniciaban una carrera ’contra reloj’ con un único objetivo, volver a poner el coche en orden de marcha a tiempo para la subida oficial.

Enseguida se reanudaba la acción y la primera manga de la fase B se completaba aun con tiempo más que de sobra antes de la hora de inicio prevista para la de entrenamientos oficiales, las cuatro y media. Así que hacíamos ’autostop’ y Josu nos bajaba hasta la parte inicial de la subida, donde habíamos localizado por la mañana un par de curvas en las que no habíamos estado los años anteriores. Elegíamos finalmente una rápida izquierda leve, ligeramente peraltada y desde cuyo interior la visión era algo así como estar en una versión reducida de la famosa parabólica de Monza. Un sitio de esos que me gustan para sentir de cerca la velocidad, haciéndolo además desde un lugar totalmente seguro, en alto y tras la cinta amarilla que delimitaba la zona para público, marcada con el buen criterio que era norma general en el encintado de toda la prueba.

Lo más significativo a esas horas es que llevaba ya un buen rato sin llover y, al menos en nuestra zona, el asfalto se estaba secando. El ’carril seco’ era cada vez mayor y las dudas en cuanto a que gomas montar de cara a la manga final se acrecentaban. Porque aunque la mitad de abajo, la más rápida, ya empezaba a ’pedir slicks’, la zona más virada y sombría de arriba iba a mantenerse aun bastante húmeda. De todas formas, los tiempos ya bajaban, especialmente los de los CM, con Roca rompiendo por primera vez en la jornada la barrera de los tres minutos, aunque los mejores superturismos seguían rodando en torno al 3:12.

Para la manga final bajábamos unos metros más y nos apostábamos en el exterior de una larga izquierda en la que ya habíamos visto la última subida del año pasado. El piso estaba cada vez más seco y los CM subían con slicks, bajando los cuatro del grupo de cabeza de los 3.10... pero quedándose lejos el más rápido, Roca, de su crono de entrenamientos, síntoma de que en la parte de arriba el asfalto no sólo no había mejorado sino que debía de estar algo peor. El triunfo del balear se basaba en una notable mejoría en el comportamiento de su Silver, al que ahora ya veíamos pasar ’por el sitio’ como es costumbre cuando lo guía Pedro. A cerca de tres segundos se quedaba Iñigo, para el que había sido ya todo un triunfo poder tomar la salida, así que la segunda plaza era casi un premio extra. El intercambio de posiciones de podio entre los dos contendientes al título, convertía el resultado de Arrate en ’tablas’, lo que a efectos de la general de la Copa CM no dejaba de ser mejor para Roca que para Iñigo, ya que con una prueba menos por delante mantiene la misma ventaja en la que es la temporada más igualada de la categoría en varios años.

Tras los dos ’duelistas’ por el campeonato se repetían las posiciones de la Fase A, de nuevo con Pantxo por delante de Aritz, aunque esta vez con el joven de los Egozkue más cerca del ‘maestro’ de la familia. Donde si había cambio era en la quinta plaza, que en esta ocasión era para el cántabro Castillo, por delante del asturiano Nachón.

En cambio, ni en grupo A ni en grupo N había novedades respecto al resultado de la fase A. En el primer caso, Manolo Cabo volvía a imponer con claridad su Córdoba WRC, y repetía la cuarta plaza de la general. En el segundo, Viti y Noriego eran de nuevo primero y segundo de su categoría y quinto y sexto de la general, separados esta vez por sólo ocho décimas, lo que deja al asturiano a un paso del título.

La sorpresa saltaba en el duelo a tres bandas por la victoria entre los Audi de Fombona, Aznar y Borreguero. El asturiano había sido el más rápido en las cinco mangas anteriores, pero en la oficial de la Fase B apostaba por los slicks en vista de los seca que ya estaba la parte inicial… y se equivocaba. La zona de arriba estaba ahora algo peor y el terreno que se ganaba con las lisas en la mitad inicial, se perdía, con creces en las empapadas curvas de la parte final. Algo que sufría tanto Fombona como Borreguero o, antes que ellos, Ramírez, que también habían optado por las lisas y comprobaban como con ese calzado lo único que se podía hacer en el último sector de la subida era ‘sobrevivir‘. En cambio, Aznar, que no lo había visto tan claro, prefería decantarse por las ‘rayadas’, acertando de pleno y sumando su segunda victoria consecutiva en una fase B con agua.

En todo caso, de cara al campeonato, la mejor operación del día la hacía Fombona, que distanciaba más a Borreguero, todavía segundo en puntos totales pero ya amenazado por Aznar. Todo parece indicar que el gijonés se va a llevar otro título más, mientras que entre el valenciano y el almeriense se va a jugar el subcampeonato, al igual que ya ocurrió el año pasado.

Una vez completada la fase B, que terminaba poco más allá de las seis y media, ya sólo nos restaba hacer las entrevistas finales a los ganadores, lo que nos llevaba algo más tiempo del previsto debido a que las verificaciones finales hacían que los ganadores tardasen en llegar a las nuevas instalaciones de ’El Corte Inglés’, donde este año se ubicaba el parque cerrado final y la entrega de premios.

En conjunto, la experiencia resultaba positiva, y aunque el día se nos hacía algo largo, y el retorno a casa, ya anocheciendo y de nuevo bajo lluvia torrencial en los límites entre Cantabria y Asturias, me resultaba especialmente pesado, mi tercera visita a la subida a Arrate confirmaba las buenas sensaciones que me habían dejado las dos anteriores. Rubén y su equipo son de esa gente que la montaña española necesita y en sólo tres años su prueba se ha consolidado como una de las mejores del campeonato, lo cual tiene un notable mérito. Así que, con excelente sabor de boca tras disfrutar de una buena jornada de carreras que la lluvia no consiguió amargarnos (¡aunque lo intentó con insistencia!), cerramos con este reportaje la primera mitad de una temporada especialmente intensa, con todo el trabajo extra que ha supuesto poner en marcha nuestro nuevo proyecto de TVMotor. Ahora llega un verano algo más relajado, con la siguiente cita del nacional de asfalto, la segunda quincena de agosto, en Ferrol, como siguiente viaje en nuestro cargado ‘planning 2010‘. Serán, por tanto, una especie de vacaciones, al menos en lo que a ’cita’ se refiere… algo más cortas de las que se toma ya el nacional de montaña, que no retornará ya hasta septiembre, en Denia, pera cerrarse dos meses después en esa nueva e inesperada adición al calendario que supone la subida tinerfeña de Guía Isora… ¡a la que veremos cuantos acaban acudiendo!