‘Bien está lo que bien acaba’ dice un refrán que me parece de perfecta aplicación para lo que fue el desarrollo del Fito 2010. Tras un sábado de esos interminables, lleno de continuos y desesperantes ‘parones’, el domingo todo discurrió con una puntualidad y fluidez poco menos que desconocida en las rampas de Arriondas, terminando la manga final a eso de la una y cuarto del mediodía. Un profundo contraste en el que la mala climatología del sábado tuvo, evidentemente, su buena parte de ‘culpa’, aunque tampoco sería justo ‘echar balones fuera’ y responsabilizar sólo a los elementos de los enormes retrasos que se fueron acumulando en la tarde de la primera jornada.

Y es que, si hasta hace un par de años, el problema del Fito era el exceso de público totalmente fuera de control, ahora que eso ya está resuelto, aunque haya sido a base de tomar medidas drásticas de esas que hacen pagar ‘a justos por pecadores’, no se entiende como es posible que el sábado se necesitasen prácticamente siete horas para llevar a cabo tres subidas con menos de 80 coches saliendo cada 30 segundos. El problema es que cada vez que hay un incidente de esos que requieren una intervención ágil y rápida, esta se demora sin que se sepa bien por qué. Y la explicación diría que está en que se necesitan poner medios donde realmente hacen más falta. Llegados a estos niveles (¡que estamos hablando de una prueba de campeonato de Europa nada menos!) se me antoja cada vez más necesario que todo el equipo organizativo sea lo más experimentado y cohesionado posible, cosa que, por desgracia, es cada vez más difícil de conseguir, especialmente en lo que respecta a los comisarios, casi todos ellos entusiastas voluntarios (¡y menos mal que todavía los hay!) que, en muchos casos, carecen de la adecuada preparación. Si a ello le añadimos una configuración de la prueba nada fácil, con esa espada de doble filo que es el rail de seguridad en todo su contorno, positivo en cuanto a evitar que los coches acaban fuera de la calzada, negativo en el sentido de que apenas si da opciones para apartar los vehículos averiados y con golpes leves, el resultado es el que vivieron el sábado los que tuvieron la santa paciencia de resistir toda la tarde mientras las nubes se divertían soltando su carga de agua a intervalos irregulares. Pero como el domingo todo fue bien, con asfalto seco y muchas menos incidencias, me temo que se optará por lo fácil, es decir echarle la culpa a la lluvia y confiar en que el año que viene haga mejor tiempo.

Así que como tampoco vamos a arreglar nada dándole vueltas al tema de todos los años, dejémoslo en que ‘el fito es así’ y centrémonos en los aspectos deportivos, que con tantos campeonatos y categorías en juego, aunque les dediquemos apenas unas líneas a cada uno ya habrá bastante que escribir. Por lo que a mi respecta, el Fito 2010 tenía un esquema similar al del 2009, de nuevo con el ‘doblete’ al que obligaba la coincidencia de fechas con el Cantabria-Infinita, lo que a la vista de cómo fueron las cosas el sábado, acababa por convertirse más en ventaja que en inconveniente. Con Jose ‘sufriendo’ cámara en mano la interminable tarde en las laderas del Sueve, y con la ayuda de Sito, Rubén y Berto, teníamos un buen equipo para surtirnos de imágenes y noticias sobre el desarrollo de unas mangas que seguíamos desde la pantalla del ordenador cuando, a eso de las cinco y pico, ya estábamos en casa de vuelta del rallye cántabro.

Sin una sola barqueta en liza (la coincidencia con la prueba italiana del Monte Erice nos privaba de ver de nuevo en acción al sensacional Faggioli y la impresionante Osella ‘monoplaza’), la lucha por la victoria absoluta a efectos del certamen europeo se tenía que centrar en los siete fórmula 3000 presentes, de muy variado nivel tanto en lo que respecta a chasis como a pilotos. Tenía curiosidad por comprobar si Svoboda se podría mostrar tan rápido con el Lola F3000 como con el Reynard F3, pero las condiciones en que se iba a desarrollar la primera jornada no iban a permitir grandes comparaciones con los cronos del año anterior. La lluvia iba y venía prácticamente a lo largo de toda la tarde del sábado, lo que acababa por ‘volver locos’ a todos, ya que si siempre es complicado acertar con la monta de neumáticos en una situación así, más aun lo es en el caso del Fito, con la asistencia tan lejana de la salida como para que, si tienes la mala suerte de estar ya en la cola de ‘presalida’ cuando hay alguno de los muy habituales parones, pase hasta una hora desde que elegiste ruedas hasta que arrancas camino de la cima.

En todo caso, aun no ganando Busta, seguía habiendo sorpresa, ya que cuando todos esperábamos que Roca diese una exhibición parecida a la del año pasado sobre piso deslizante, el balear cometía un error y se salía, golpeando duramente su Silver y quedando fuera de combate. Eso si, aun sin Pedro en la meta, el triunfo no se le escapaba al fabricante navarro, consiguiéndolo, además, con un piloto de la tierra, Aritz Egozkue, que confirmaba con este triunfo en el Fito la progresión que ya habíamos detectado en Ubrique y Falperra, subidas en las que había ido recortando su desventaja con los primeros. Para alegría de sus nuevos patrocinadores, que asistían en directo a la carrera, Aritz se imponía por poco más de tres décimas a Iñigo Martínez, segundo con su BRC y sumando unos importante puntos de cara al campeonato. Con Busta tercero, como ya quedó comentado más arriba, Oscar Palacio situaba otro BRC en la cuarta plaza, distanciando ya claramente al quinto, Pantxo Egozkue, que perdía demasiado tiempo en la parte seca inicial como para poder recuperarlo en la más mojada aun llevando gomas para lluvia.

Si la batalla entre los CM había sido intensa y con su punto de ‘lotería’, las luchas en los diferentes grupos del nacional se convertían en aun más aleatorias en su resultado. La notable distancia en el tiempo con el que unos y otros encaraban una subida cuyas condiciones cambiaban por momentos hacía que acertar o no con las gomas fuese tan o más clave que echarle más o menos valor para ‘tirarse’ en un asfalto cuya adherencia pasaba de dudosa a poco menos que inexistente en unos pocos metros o segundos. Así, no es de extrañar resultados tan inesperados como el del grupo A, donde la victoria era para el asturiano Yonnifer Vigil, que a base de echarle valor batía con su modesto Citroen Saxo, calzado con slicks, al Seat Ibiza Kit Car de Manuel Maldonado, que también llevaba lisas pero tomaba muchos menos riesgos.

Los poco más de tres minutos ventidos segundos que había invertido el langreano en cubrir los deslizantes 5300 metros de subida eran el objetivo que se marcaban los tres Audi A4 que habitualmente ocupan las posiciones de podio en el campeonato de España. El primero de ellos en llegar a meta era Aznar, calzado con gomas para lluvia y parando el crono en 3.24.4 lo que le dejaba lejos de inquietar a Viti. El siguiente en meta, Borreguero, no sólo no se podía acercar tampoco al registro del asturiano sino que se quedaba también lejos del de Aznar, con lo que sólo restaba por llegar a meta Fombona. Pero el gijonés no pasaría bajo la pancarta de llegada. Arriesgando en la monta de neumáticos, José Antonio optaba por los slicks y en una derecha rápida y con el asfalto ya como un espejo no podía evitar un exceso de deslizamiento de su Audi que ni sus manos ni la magia de la tracción ‘quattro’ podían controlar. El resultado era un duro impacto contra el muro de hormigón situado en el exterior, un golpe que dañaba seriamente los anclajes de la suspensión delantera al chasis, dejándolo fuera de combate para lo que restaba de fin de semana.

Con la Fase A del nacional resuelta a favor de ‘Viti’, imponiendo su grupo N por delante de los superturismos, quedaba por dilucidar el primer asalto del europeo. En el certamen continental la clasificación final se establece por la suma de las dos oficiales, con lo que la del sábado sólo iba a dejar un resultado provisional… que en el caso de Napione ya sería definitivo. El italiano, que había sido el más rápido en los libres, perdía el control de su Reynard justo donde Jose estaba grabando la manga final y decía adiós a toda opción de victoria. Con Benes perjudicado por la chicane que se formaba al ‘trompear’ el Ralt de Abraham apenas unos metros antes de donde Fombona había ‘aparcado’ su Audi, quedaban ya sólo cinco aspirantes a la victoria. De ellos, el más rápido era Svoboda, confirmando que con el 3000 se defendía también magníficamente sobre piso mojado, lo que le daba una ventaja de casi dos segundos ante Bormolini y algo más de dos y medio respecto a Kramsky, cediendo Janik cerca de cinco y perdiendo mucho más tiempo Szasz.

El domingo, amanecía cubierto pero las nubes no eran tan amenazadoras como las que nos llevaban persiguiendo desde que el viernes partimos en dirección a Santander. A mi llegada a Arriondas el ambiente era muy tranquilo, hasta el punto de que, por primera vez en muchísimos años, aparcaba sin mayores problemas en la calle principal, observando además numerosos huecos libres en los alrededores del río, cosa inusual en años anteriores. Evidentemente, entre la lluvia y las restricciones al paso del público puestas en marcha el año pasado, la afluencia de espectadores era mucho menor… lo que en el caso del Fito no deja de ser una buena noticia para los que preferimos calidad antes que cantidad.

Tras un rápido paso por la asistencia para sacar alguna foto y saludar y cambiar impresiones con algunos de los participantes, aprovechaba la salida de una furgoneta de organización para hacer ‘autostop’ y ahorrarme la larga caminata hasta el inicio de la subida. Allí ya estaba terminando la manga de libres, tras la cual cogía sitio en uno de los BMW de Autosa que formaban la caravana publicitaria y que me dejaba en el cruce de Collía, donde me esperaba Jose, que ya había estado grabando, un poco más arriba, la primera ascensión del día. La amenaza de lluvia parecía disiparse cada vez más y las nubes eran lo suficientemente espesas como para evitar en buena parte el molesto contraluz que hay si se ‘dispara’ desde la salida de la S, que es un sitio que siempre me gusta para las fotos, con el público como fondo de los coches.

Un buen sitio tanto para ver como para sacar fotos distintas a las de otros años, desde el que quien primero me impresionaba por su forma de pasar era Alberto Ordóñez, con el pie totalmente abajo pese a que la zaga de su Clio amenazaba con adelantar a su delantera. El tiempo del joven y rápido piloto de Nava Racing sería el mejor durante un buen rato, de hecho hasta la llegada de los CM, entre los que esta vez no había sorpresas, gracias tanto al talento al volante de Pedro Roca como al bonito gesto de solidaridad de varios de sus rivales. Tras estar hasta altas horas de la mañana reparando el Silver dañado el día anterior, con la ayuda entre otros del ganador de la fase A, Aritz Egozkue, Pedro dejaba atrás del mejor modo posible, es decir, ganando, cualquier duda que le hubiese podido suponer el hecho de haber sufrido su primer golpe medianamente serio en un coche de correr. A un segundo del crono del balear, Iñigo Martínez repetía segunda plaza con su BRC, y también era el mismo que el día anterior el ocupante de la tercera posición, Fermín Busta, que se confirmaba, de paso, como ganador a efectos de la categoría I del regional asturiano. Su principal rival en la misma era Oscar Palacio, pero problemas en el embrague de su BRC le dejaban demasiado lejos del podio, siendo superado también por Aritz, que completaba su muy buen fin de semana con la cuarta plaza en la Fase B.

A falta de los dos Audi que quedaban en liza, el único que podía haber batido a JJ era ‘Viti’, pero el asturiano ‘abusaba’ un poco más de la cuenta de las prestaciones de su EVO en la salida, sufriendo una avería en el nuevo diferencial trasero que RMC le había montado para la ocasión (junto con una caja ‘buena’ en lugar de la de serie que equipaba hasta ahora).

Si el día anterior, sobre mojado y con gomas de agua, los A4ST de Borreguero y Aznar no habían podido con el mejor Mitsubishi, esta vez, sobre seco y con slicks, iba a ser otra historia. Tanto Raúl como José Antonio salían decididos a no desaprovechar por segundo día consecutivo la oportunidad que supone la ausencia de ese auténtico ‘canibal’ en cuanto a victorias en el nacional que es Fombona. Y a fe que ambos daban el máximo, como demuestra lo igualado de sus cronos. Por el exiguo margen de una décima de segundo, Borreguero superaba a Aznar y se hacía con el primer triunfo del año, lo que unido, a su tercer puesto del día anterior y el doble cero cosechado por Fombona hace que, al menos en teoría, el campeonato se ponga algo más igualado.

A todo esto, y aunque casi ni nos atrevíamos a comentarlo en voz alta, la subida oficial había ido discurriendo con una puntualidad y fluidez absolutas y ya sólo faltaban por subir los seis fórmulas. Y aquí me permito hacer un inciso en el relato para comentar que, por mucho que yo sea un ‘circuitero’ convencido, y que me encanten especialmente los monoplazas, ver los Lola o Reynard de F3000 en el Fito en manos de pilotos que están muy lejos de sacarles todo su jugo me sigue diciendo realmente poco. Y es que una cosa fue, en su día, ver como subían por aquí el Nipón de Ander o el 3000 de Regal y otra, muy distinta, es el ritmo al que los llevan los Bormolini, Kramsky y compañía, que no hace sino acrecentar la sensación de que estos fórmulas son, quizás, excesivos para su uso en montaña o, en todo caso, demasiado potentes como para estar en su elemento en trazados como el del Fito.

Sea como sea, 'hay que tener lo que hay que tener' para subir las rampas que salen de Arriondas metido en un aparato de estos, aunque sea al 60 o 70% de su potencial. Y en ese nada fácil ejercicio, el mejor el domingo era Bormolini, recuperando con creces sobre seco la ventaja que le había sacado el sábado Svoboda sobre mojado. El checo todavía necesita más kilómetros con su nueva montura que, además, es bastante menos competitiva que la de su rival italiano, así que supongo que no se iría nada descontento con su fin de semana en Asturias, que se saldaba con una segunda plaza final, mientras que Bormolini se llevaba un triunfo muy trabajado. El italiano, ausente Faggioli, ganador en Rechberg y Serra da Estrela, sumaba una importante victoria de cara a un campeonato en el que, de todas formas, si el de la Osella lo sigue con asiduidad, poco o nada tendrá que hacer.

Todo esto eran ‘elucubraciones’ que me haría yo bastantes horas después de que apenas pasada la una y cuarto Jose y yo recogiésemos incrédulos todo el material y nos dirigiésemos caminando tranquilamente hacia el parque cerrado. Tras la paliza del día anterior y con la experiencia de años anteriores, eso de que el Fito acabase temprano era todo un record. Como record era, también, el número de entrevistas a ganadores que debíamos hacer en los minutos siguientes. Porque entre la cantidad de categorías en liza en la montaña y la disparidad de resultados que la lluvia propició en las dos fases, eran nada menos que doce los ganadores ‘nacionales’ o ‘regionales’… aunque de estos últimos, confieso que se me pasó totalmente uno, el de la categoría II del regional, la de los carrozados. Y es que tras su clara victoria del sábado, ese honor parecía poco menos que asegurado para ‘Viti’, pero entre su avería del domingo, el piso seco de la segunda oficial y la rapidez con que subió Rubén Bulnes, el resultado fue que el del AX es el primer ganador del año en lo que respecta al Campeonato de Asturias de Categoría II… aunque en la sección ‘protagonistas’ de www.tvmotor.es no vayáis a oírle esta vez... ¡te debemos una Rubén!