inicio archivo competición y reportajes archivo comentarios contacto
31|10|10

SUBIDA A CUDILLERO (CAMPEONATO de ASTURIAS de MONTAÑA, 7ª Prueba)
El Campeonato de Asturias de Montaña 2010 se completó con el lluvioso estreno de la subida a Cudillero en la que Joaquín Nachón estrenó su palmarés imponiendo su BRC por delante del de Fermín Busta. El podio scratch lo completó Juan Carlos Otamendi, ganador en la categoría de carrozados con un Mitsubishi EVO X alquilado a RMC.

CRONICA

Qué tras acabar la última prueba de un campeonato no se sepa a ciencia cierta quien es el ganador del certamen no es nada bueno. Y esa justamente es la situación del Campeonato de Asturias de Montaña 2010 tras completarse su calendario de siete pruebas con el lluvioso estreno de la subida a Cudillero, disputada el domingo 31 de octubre.

Cuando escribo esta crónica, el lunes por la tarde, hay hasta tres escenarios posibles para la resolución del certamen, dos de los cuales le dan el título a Busta, mientras que el restante se lo otorga a Palacio. Y lo que nos queda es aguardar hasta que por parte de la FAPA se publique la clasificación final oficial del campeonato, para saber, definitivamente, quien se lleva un título que ha estado tremendamente peleado por ambos en la carretera, pero al que un reglamento con varias lagunas, no permite una asignación tan fácil como el simple sumar y restar puntos pudiese hacer esperar.

Joaquín Nachón confirmó su progresión logrando la victoria en la última prueba de la temporada

Fermín Busta no quiso correr demasiados riesgos y acabó segundo

Podio scratch y victoria en carrozados para Juan Carlos Otamendi, fantástico en su debut con un EVO X

Todo viene, como ya comentamos en profundidad en la crónica de la Subida al Sueve, de la mala redacción del artículo 9.25 del reglamento por el que se rige este año el campeonato, que dio lugar al absurdo de considerar como una exclusión (y por tanto como resultado que no se puede descontar) cualquier abandono por avería o accidente que se produzca en el transcurso de las dos subidas oficiales. Algo evidentemente fuera de toda lógica (y totalmente contrario al objetivo con el que se incluyó ese artículo en la normativa), cuya aplicación literal tenía el decisivo efecto en la clasificación del campeonato de obligar a Fermín Busta a sumar el ‘cero’ en el que incurrió por su salida de carretera en Muncó, en lugar de poder descontarlo como era de esperar.

De corregirse el artículo 9.25 para que dijese lo que siempre se quiso que dijera (que los que no acabasen una de las mangas oficiales no entrarían en clasificación, algo perfectamente razonable), el campeonato hubiese llegado a Cudillero con empate en cabeza entre Busta y Palacio, por lo que el primero de los dos en la prueba final se hubiese llevado el título, en una reedición de su duelo del año pasado en el Sueve, con el interés añadido de que este año ambos llegarían a esa ‘gran final’ en mucha mayor igualdad de condiciones.

Pero aunque ya se sabe que ‘rectificar es de sabios’, también se suele decir que’persistir en el error es de necios’, y en el caso que nos ocupa, el tiempo fue pasando y la sensación que me iba quedando a medida que transcurrían los días era que la necedad del ‘sostenella y no enmendalla’ le estaba ganando la partida a la sabiduría que demuestra el que es capaz de reconocer el error y actuar en consecuencia para solventarlo.

El gran beneficiado de tal despropósito era Oscar Palacio, al que la ‘exclusión’ de Busta dejaba con el título matemáticamente en bandeja… y le evitaba el problema que le hubiese acarreado la coincidencia de fechas de la subida a Cudillero con la prueba final de la Mini Challenge, a la que tenía que acudir con el equipo Autosa-Tormes. Así que Oscar, siguiendo esa tendencia cada vez más habitual en el deporte actual de que lo importante es ganar, se veía ya vencedor tras su derrota del Sueve, y así lo anunciaba en sus comunicados de prensa, dando por zanjado el campeonato y emprendiendo viaje a Montmeló como supuesto ‘Campeón de Asturias de Montaña 2010’… aunque fuese gracias a una absoluta incongruencia reglamentaria con la que, estoy seguro, él tampoco está de acuerdo. Pero ya se sabe que los tiempos en que Stirling Moss prefirió testificar a favor de su rival, y perder el mundial de Fórmula 1, antes que ganarlo gracias a una aplicación injusta de las normas, que le hubiese beneficiado en su duelo con Mike Hawthorn, han quedado atrás hace mucho tiempo. Tanto como los más de cincuenta años desde aquel gran premio de Portugal de 1958, en el que Moss perdió la ocasión de alcanzar un campeonato que luego nunca podría lograr, pero se ganó, en cambio, el respeto y la admiración de todos… algo que tal vez hoy día importe menos, aunque todavía quedamos los que pensamos que eso es mucho más relevante que sumar un título más o menos al palmarés.

Cuarta posición absoluta para el Silver Car del vasco Rubén Nogueiras

Víctor Abraham fue de los pocos que mejoró tiempos en la dantesca segunda manga, acabando finalmente tercero en la categoría I del regional asturiani

Otro Silver vasco, el de Imanol Lakar, fue séptimo de la general

Volviendo al mucho menos romántico regional asturiano de montaña 2010, por si fuera poco el lío con lo ya comentado anteriormente, resulta que Busta y su escudería, en vista de que no parecía haber voluntad alguna de rectificar el ya tristemente famoso artículo 9.25, se ponían a ‘buscarle las vueltas’ al reglamento que les había quitado en su letra lo obtenido en el asfalto… ¡y encontraban no uno sino hasta dos artículos más del mismo cuya mala redacción o falta de concreción resultaba que podían favorecer a Fermín!

El primero era el 10.10, según el cual “Una vez finalizada la segunda manga oficial, desde el momento que el último vehículo participante atraviese la línea de meta, el recorrido entre esta y la entrada al Parque Cerrado final, esta considerado Parque Cerrado.” Un artículo cuya aplicación a los hechos de Muncó significaría que Busta realmente si llegó al parque cerrado final, al ser considerado como parte del mismo el recorrido de la prueba, en cuyo sector final quedó el BRC accidentado de Fermín… por lo que, tomándonos con humor el tema, se puede decir que el de Colunga fue el primero en llegar a parque cerrado… ¡así que como para excluirle por no haberlo hecho!

Bromas aparte, el 10.10 contradecía en cierto modo el 9.25… pero es que, además, había otro tema a debatir, el de los descuentos que permite el reglamento del regional asturiano, que habla de restar los dos peores resultados de cada piloto, lo que lógicamente todos pensamos incluye quitar los ceros por no participar en una prueba. Pero resulta que al no especificar las normas de la FAPA que no tomar parte en una prueba se pueda considerar resultado, como si hace la Federación Española en sus prescripciones comunes, se deja abierta una puerta a otra interpretación del reglamento, por absurda que también nos pueda parecer, según la cual sólo se podrían descontar los resultados logrados en las pruebas en que se participe, por lo que Palacio, al no salir en Cudillero, no podría restar ese cero… ¡y estaría por detrás de Busta en la clasificación ya antes de disputarse la prueba final del campeonato!

En conjunto, todo un galimatías que personalmente me parece tan desagradable como perfectamente evitable de haber imperado la lógica desde el primer momento… porque ahora, resuelva lo que resuelva la FAPA, habrá argumentos de más o menos peso para discutir la legitimidad de un título que nos hubiese gustado ver decidirse sólo en la carretera.

Isaac Moro se estrenó con éxito al volante del Seat León, acabando segundo de carrozados

El podio de la categoría II lo completó Primitivo Ambrés, que aprovechó las difíciles condiciones para ganar posiciones con su Clio de grupo N

Miguel Angel Granda completó su buena temporada con la cuarta plaza en carrozados y la novena de la general

Evidentemente, todo este follón no era precisamente lo que necesitaba una prueba que se estrenaba en el calendario, como era la Subida de Cudillero, organizada por la nueva escudería que preside Jesús Lucio, Lamuño Motor Club y que atraía finalmente a apenas treinta participantes. Una prueba que inicialmente estaba prevista para otra ubicación, pero que problemas con algunos vecinos obligaban a buscarle nuevo acomodo, encontrándolo en el antiguo tramo de Troncedo, todo un clásico del rallye de Avilés. Un recorrido, totalmente reasfaltado respecto a los tiempos en los que pasaban por él los Puras y compañía, que nos parecía realmente muy poco apropiado para una prueba de montaña, dado su escaso desnivel y el hecho de que en la gran mayoría de sus 45000 metros eran llanos, con pendiente prácticamente sólo en la parte cercana a Soto de Luiña y sus populares paellas.

Hacia esas paellas dirigíamos nuestros pasos a primera hora de un domingo que se anunciaba lluvioso pero que no parecía lo fuese a ser, con apenas algunas tímidas nubes blancas en un cielo predominantemente azul. Al igual que en Santo Emiliano, el Príncipe y Llanes, a Jose y a mi se unía nuestra experta en eso del ‘social media’, Lucia, empeñada en ‘modernizar’ a estos carrozas y meternos de lleno en el siglo XXI, la web 2.0 y todas esas cosas tan alejadas de lo que es esta página, en la que la inmediatez, la brevedad y la interactividad que hoy día parecen ya imprescindibles, brillan desde siempre por su ausencia. Esta vez, Lucia nos proponía dar un paso más en el uso de Twitter, un paso tremendamente ambicioso y que, estoy convencido, es el futuro para deportes como el automovilismo que, nos guste o no, siempre van a ser minoritarios en las televisiones, salvo excepciones muy puntuales como pueda ser ahora la Fórmula 1. Se trataba, ni más ni menos, que de intentar retransmitir imágenes en directo desde la cuneta de la subida, en una primera prueba de algo que nos gustaría desarrollar y que, de lograrlo, no me cabe duda que sería toda una revolución para el modo en que se pueden seguir las pruebas del motor de ámbito regional y/o nacional. Evidentemente, todavía estamos muy lejos de conseguirlo, y las tremendamente adversas condiciones climatológicas que encontraríamos a lo largo de la jornada tampoco es que ayudasen precisamente a poder sacar muchas conclusiones en este apresurado debut, más allá del hecho de que hay que probar e investigar más opciones antes de que esto sea viable. Pero, al menos, ya dimos el primer paso gracias al entusiasmo de Lucia, apenas cubierta del chaparrón por un pequeño paraguas plegable mientras se peleaba con el iPhone, la cobertura que iba y venía, y el agua que se empeñaba en ponernos perdidos.

El 'top ten' lo cerró Eloy Reiriz, ganador del grupo X con su potente GT Turbo

La segunda plaza en grupo X fue para el Corsa del praviano José Ramón Prieto Noguerol

Pablo López dio espectáculo yademás se llevó la victoria en propulsión y retroclassic

Un agua que, además, llegaba ‘a traición’, porque cuando aparcábamos en Soto de Luiña hacía un día magnífico, por lo que ni por un momento pensábamos en coger el paraguas. Es más, tanto Jose como yo hasta dejábamos las chaquetas, llevando sólo los chalecos de prensa, lo que, en mi caso, me salvaba en parte de algo de la mojadura posterior gracias a que llevo siempre en uno de sus numerosos bolsillos una de esas capas impermeables ‘de emergencia’.

El caso era que cuando unos minutos después nos situábamos en la segunda de las tres paellas de la zona de la estación de tren, las nubes ya se estaban adueñando del cielo… y apenas si habían pasado el doble cero, el cero (¡cruzadísima de ‘cohete’ con el Clio R3) y los dos primeros participantes cuando ya empezaban a caer unas gotas que pronto se convertían en el primero de los numerosos chaparrones del día. La lluvia molestaba nuestro trabajo pero, a cambio, dejaba el piso muy deslizante y, lógicamente, propiciaba el aumento de las derrapadas más o menos controladas. Con el asfalto cada vez más húmedo, los ‘números’ estaban a la orden del día, destacando como pasaba Pablo López, en perfecto contravolante para evitar que la siempre juguetona zaga de su MKII le tomase la delantera. El GT Turbo de Pedro Galán también trazaba muy ‘de lado’, demostrando que un delantera también se cruza si se sabe como llevarlo… y no faltaban tampoco a los que se les ‘iba la mano’, como el otro Galán, Fermín, que quedaba con su Clio apuntando más de la cuenta hacía el interior, o el muy esperado Juan Carlos Otamendi, que no podía evitar la ‘enroscada’ del EVO X que había alquilado para la ocasión a RMC, cometiendo el que sería su único error de una jornada en la que demostraría una vez más eso tan manido, pero a la vez tan real, de ‘quien tuvo retuvo’.

El paso de los pocos categoría I presentes (sólo seis entre CM y fórmulas), de los que Nachón era el que nos dejaba mejor sensación, lo que confirmaban los tiempos, cuya primera lista del día lideraba con holgura, cerraba la manga de libres, tras la cual dirigíamos nuestros pasos hacia la siguiente paella, esta vez de derechas, desde la que seguiríamos los entrenamientos cronometrados. Con la lluvia yendo y viniendo, una cosa estaba clara, el piso iba a estar mojado todo el día. Sólo había un mínimo atisbo de sol, que apenas duraba un suspiro, cuando estaba a punto de arrancar la segunda subida del día, que era de nuevo regada por el agua procedente las nubes cuando se iniciaba ya con algo de retraso respecto a los horarios previstos. Unos horarios que el hecho de sacar los coches a minuto hacía algo justos ‘si pasaba algo’… que era justamente lo que ocurría a poco de iniciarse los segundos entrenos, cuando el Corsa de Castaño volcaba, obligando a la intervención del dispositivo de seguridad de la prueba.

Segunda plaza en la categoría de propulsión y primera en grupo S para José Ramón Suárez y su Ford Sierra

El segundo en Retroclassic fue el Escort MKI de David Castro

Jesús Alvarez fue el tercero de los traseras, en un día nada propicio para coches como el suyo

Tras aproximadamente veinte minutos de parón se reanudaba la acción, bajo una lluvia cada vez más intensa que hacía extremar las precauciones a la hora de pisar a fondo el acelerador a la salida del viraje. De todas formas, no faltaba la cruzada de Luisón para amenizar una manga que la interrupción y el mal tiempo convertían en bastante pesada, y cuyo significado de cara al resultado final era el de confirmar a Nachón como favorito a la victoria. El joven ex-piraguista volvía a ser el más rápido con amplia diferencia, seguido, a casi seis segundos, por Otamendi, que le iba cogiendo el aire al EVO, sin duda el coche ideal para el estado del asfalto, especialmente si cae en manos como las suyas. Tercero, pero ya a casi catorce segundos, era otro carrozado, el Clio de Primitivo Ambrés, que también sacaba partido del agua para meter tan arriba su grupo N, al que seguía Víctor Abraham, que con su Ralt superaba ampliamente a un prudentísimo Fermín Busta, cuyo objetivo era claro ante la ausencia de Palacio, acabar y no complicarse la vida. Entre ambos se intercalaba Isaac Moro, muy convincente desde el primer momento con el Seat León de alquiler de FAST Motorsport (la conocida unidad ex-Pedro Castañón que después pasó a menos de Jesús García y finalmente de Segio Díaz).

Para la primera subida oficial nuestro destino era la paella de derechas anterior a la de izquierdas en la que vimos la primera pasada. Allí llegábamos a eso de la una, ubicándonos en el amplio exterior tras el guardarail, desde el que seguíamos, ya más que empapados, la tercera subida de la jornada. La lluvia volvía a ser tan intermitente como la conexión 3G del iPhone con el que Lucia se peleaba para conseguir enviar al menos algunas imágenes. En todas ellas los que lo pudiesen verlas desde casa podrían apreciar la mucha agua que había sobre el asfalto. El piso estaba para pocas bromas y con los tiempos contando ya para la general final nadie se la jugaba a hacer un trompo por ser demasiado optimista a la hora de abrir gas, así que el denominador común eran las frenadas con las ruedas bien derechas, las trazadas lo más finas y por el exterior que se podía, y las aceleraciones suaves camino de las otras dos paellas que ya conocíamos de las mangas anteriores.

Con lo que estaba cayendo confieso que mi mayor preocupación era proteger la cámara de fotos bajo el impermeable el mayor tiempo posible, así que si siempre es complicado ver la carrera desde el angosto campo de visión que ofrece la Canon, esta vez se me hacía aun más complicado. Aun así, podía apreciar lo rápido que llegaba Otamendi, acoplándose con rapidez a la tracción total del EVO X, con el que apuraba la frenada levantando una espectacular cortina de agua para salir pisándole con decisión, controlando perfectamente el deslizamiento que incluso un 4x4 tiene cuando el asfalto resbala tanto. ‘Ota’ volvía a ser el más rápido entre los carrozados, seguido a algo menos de cuatro segundos por Isaac Moro, de nuevo muy eficaz con el León, y ya a casi catorce por Ambrés, otra vez muy arriba con el Clio grupo N. Primitivo superaba gracias a su habilidad sobre la lluvia a mecánicas más potentes y normalmente fuera de su alcance en seco, como el ZX de Granda, siempre cerca de los puestos de cabeza, y el GT Turbo de Reiriz, cuya potencia era casi más desventaja que ventaja sobre un asfalto así de deslizante.

Sólo un grupo A en liza, el Clio de Luis Manuel Pelaez, que acabó decimoquinto

Javier Martínez fue tercero de grupo S con su habitual Opel Kadett...

...y otro Martínez, Jaime, acabó segundo de grupo N con su Citroen Saxo

El piso patinaba tanto que el crono de Otamendi con el EVO sólo lo rebajaban los BRC de Nachón y Busta. Joaquín era, por tercera vez consecutiva, el más rápido, y el único que bajaba, y con holgura, del 3.10. Fermín le seguía de lejos, batiendo apenas al primer carrozado por unas décimas y muy centrado en no cometer errores que, tal y como estaba el piso, era algo nada fácil de lograr.

Con la que estaba cayendo, y todo el agua que nos iba calando hasta los huesos, decidíamos bajar hasta salida para la manga final, de modo que estuviésemos cerca del parque cerrado una vez acabase la prueba, para hacer las entrevistas… y teniendo ocasión, además, de ponernos algo más a cubierto. Eran poco más de las dos y cuarto cuando había acabado la primera oficial, pero la manga definitiva acabaría comenzando casi a las tres, así que nos daba tiempo hasta para ir hasta el coche, que Jose se abrigase algo tras cinco horas bajo el chaparrón en manga corta cámara en ristre (¡lo que aguanta este hombre!) y que Lucia recargase la ya casi exhausta batería del iPhone en un bar cercano a la línea de salida.

Pero si nos había parecido que había llovido ya bastante, lo que empezó a caer cuando se iniciaba la última subida del día dejaba lo anterior en poco menos que tímido 'orbayu'. Los cielos se abrían definitivamente cuando los veinticinco supervivientes se aprestaban a iniciar el último asalto y el diluvio era de proporciones bíblicas. Refugiados en la carpa donde Gil y su equipo de Motor Info Service nos dieron ‘asilo’ cuando el chaparrón fue ya insufrible, seguíamos los resultados por el monitor de tiempos. Como era de esperar, los cronos de la primera manga iban a resultar definitivos porque en esas condiciones mejorar era poco menos que imposible. De los del grupo de cabeza sólo lo lograban Busta, que bajaba del 3.10 pero se quedaba lejos del 3.04 de Nachón, y Abraham, que completaba su mejor carrera del año, aunque su muy meritorio esfuerzo en las dantescas condiciones de la subida final no le permitía ganar posiciones, quedándose con la sexta scratch (tercera a efectos de la categoría I del regional asturiano) que ya ocupaba tras la primera manga.

El resto de puestos no cambiaban, aunque por unos instantes había algo de suspense, al no llegar a meta ni el líder, Nachón, ni el cuarto clasificado, Nogueiras. Ambos habían optado por parar para evitar correr riesgos inútiles con los parabrisas de sus CMs totalmente empañados y sin apenas visibilidad, pero conseguían volver a parque cerrado sin problemas por lo que evitaban las temidas consecuencias del desgraciadamente popular artículo 9.25. Así que cuando veíamos retornar a Soto de Luiña al BRC verde de Nachón podíamos confirmar ya la primera victoria para este joven piloto, que ha protagonizado una temporada de debut en las carreras realmente notable, que cierra con nada menos que un triunfo absoluta y la tercera plaza en la general final del Campeonato de Asturias.

Decimosexta posición para el Escort Cosworth de César Gutiérrez

Rafael Bustelo rodó rápido en la primera de entrenos pero no pudo llegar mucho más lejos

Otro que destacó en entrenos pero no pudo salir en las oficiales fue Pedro Galán

Segundo era finalmente Fermín Busta, resultado que en nada influye de cara a sus puntos netos finales, sea cual sea la decisión respecto a las controversias reglamentarias ya comentadas. Independientemente de todo ello, el de Colunga se merece el título tras sumar tres victorias y no bajarse del podio en todo el año… excepto en Muncó, cuando le pudo más el corazón que la cabeza cometiendo un error que, en aquel momento, nadie pensó pudiese dar tanto que hablar en lo que quedaba de año.

El podio scratch en el estreno de la subida de Cudillero lo completó todo un clásico del automovilismo asturiano, Juan Carlos Otamendi, que se quitó de golpe el mal sabor que le dejó su frustrado retorno en Tineo a principios de año. Su ritmo en las rampas que parten de Soto de Luiña y su forma de llevar un coche con el que competía por primera vez son todo un aval de cara a posibles nuevas participaciones de uno de esos pilotos que la afición quiere ver con la mayor frecuencia posible. Así que a ver si se anima y repite, por lo que nos comentó en la entrevista post carrera parece claro que lo de Cudillero no será flor de un día.

Tras hablar también con el segundo en carrozados, Isaac Moro, satisfecho en su estreno con el León, llegó el momento de emprender el ansiado retorno a casa. El día había sido de esos que, en algunos momentos a lo largo de la jornada, te hacen preguntarte ¿qué hago yo aquí, pillando esta mojadura un domingo por la mañana? Ello unido al mal sabor que me dejan siempre las polémicas extradeportivas como la que rodea a la resolución del campeonato, hicieron que tuviese ganas de quitarme de encima esta crónica cuanto antes. Así que aunque hoy sea fiesta ya está lista, justo a tiempo, además, para ver el episodio de Castle, mi serie favorita en estos momentos, de la que me encanta esa mezcla de fino humor con cosas tan serias como son resolver asesinatos. Tal vez ese humor sea el que a veces nos falte en esto de las carreras que, al fin y al cabo, tampoco es que sean algo tan importante como el trabajo de la detective Beckett… pero, desgraciadamente, en ocasiones parece que nos empeñamos en dotarlas de una trascendencia que no tienen. Lo importante debería ser competir y disfrutar haciéndolo… pero me temo que esa mentalidad se pierde cada vez más, y lo de este año en el regional asturiano de montaña no deja de ser una triste prueba de ello. Así que a pasar página y esperar que, sea quien sea el que se decida que al final ha ganado el campeonato, el año que viene cosas así no vuelvan a ocurrir.