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14|08|10

SUBIDA A LA FAYA DE LOS LOBOS (CAMPEONATO de ASTURIAS de MONTAÑA, 4ª Prueba)
Desenlace 'de película' en el esperado retorno de la subida a la Faya de los Lobos. La victoria del ídolo de la zona, Roberto Solís, de vuelta a la acción tras seis años sin competir, fue el broche perfecto para la primera Faya del siglo XXI.

CRONICA

Si hay un nombre evocador en la historia de la montaña asturiana ese es el de ‘la Faya de los Lobos’. Desde sus inicios en los años 70, la clásica subida de la cuenca siempre fue una de las más populares entre pilotos y público, llegando a su cenit cuando, con todo su recorrido recién asfaltado y protegido por doble guardarail, puntuó para el Campeonato de España en los años 89 y 90, coincidiendo también con una de las épocas de mayor apogeo del certamen nacional de montaña. Por desgracia, aquello fue tan bonito como breve, y la Faya acabó siendo, en cierto modo, víctima de ese éxito, no pudiendo seguir adelante en años posteriores y desapareciendo del calendario de la montaña de forma que parecía poco menos que definitiva. Y aunque sus famosas paellas fueron escenario de numerosos ‘Príncipes’, se echaba de menos su presencia como prueba de montaña. Por ello, cuando hace un par de años empezaron los rumores sobre su posible retorno, el sentir general era de ilusión ante la recuperación de una prueba tan mítica. Algo que, finalmente, el entusiasta equipo formado por René y demás componentes del renovado Nalón Auto Sport, han conseguido en este verano del 2010, en el que la Faya entro en el siglo XXI… precisamente disputando su vigésimo primera edición.

Seis años después, Solís volvió a subirse a un BRC y ganó con claridad en el retorno de la Faya

Tras un toque en la segunda de entrenos, Oscar Palacio no pudo mejorar su crono de la mañana y acabó segundo

Entre la gastroenteritis y el trompo de la primera oficial, Busta bastante hizo con acabar tercero

Por mi parte, la Faya tenía el curioso antecedente de ser la única prueba de montaña a la que había asistido en directo cuando, de chaval, iba a las carreras. Fue, concretamente, en una lluviosa edición del año 81, justo una semana después de haber tenido mi ‘bautismo de fuego’, en lo que a fórmula 1 se refiere, en el circuito del Jarama, sede por última vez aquel año del Gran Premio de España. Después de asistir, desde la ‘pelousse’ de Bugatti, a aquella legendaria carrera en la que Gilles Villeneuve mantuvo a raya, todavía nadie sabe muy bien como, con su potente pero inconducible Ferrari turbo a los ágiles Talbot, Brabham, Williams, McLaren y Lotus atmosféricos, lo de seguir bajo la lluvia desde una embarrada ladera (¡por la que acabé resbalando y poniéndome perdido!) las evoluciones de coches mucho más modestos que pasaban de uno en uno cada minuto no me resultó especialmente excitante, así que la experiencia no tuvo continuidad. Pero, con los años, le fui ‘cogiendo el gusto’ a eso de la montaña, aunque fuese sólo a base de leer los reportajes en las revistas, y cuando en el año 2002 se inició esta ’aventura’ de ‘cita de campeones’, fue precisamente con las pruebas de montaña como principal foco de atención.

Así que, cuando la semana anterior a mi retorno a la Faya, veintinueve años después (¡como pasa el tiempo!), visionaba otra vez las imágenes de la ‘época dorada’ de la prueba, que Luis Rivaya cedió para su uso en el programa de Miguel Collado en Canal10, comprendía mucho mejor porque la subida había calado tan hondo en los que la vivieron con más intensidad que yo durante todos aquellos años. Y aunque los tiempos han cambiado, y con ellos, la montaña y sus reglamentos, había ganas de volver a pisar ese asfalto por el que, hace ya veinte años, habían pasado los mejores pilotos de la montaña nacional. Por ello, el madrugar un sábado de agosto, tras unos cuantos de ‘vacaciones de carreras’, se hacía razonablemente llevadero, y a eso de las 8 de la mañana ya recogía a Jose en La Felguera de modo que nos diese tiempo a llegar a Barredos, aparcar y ‘coger el autobús’ que la organización había preparado para subir a comisarios y prensa una vez estuviese cortada la carretera.

Rafa Guardiola completó su mejor carrera con el Reynard, terminando cuarto y primero de grupo E

Joaquín Nachón fue siempre a más tras salirse en la primera de entrenos y acabó finalmente quinto

Falto de rodaje, Angel Candás está aun lejos de su nivel de hace unos años, en La Faya fue sexto

Aunque cuando salía de Gijón estaba lloviendo, lo que me hacía temer que, una vez más este año, iba a tocar mojarse en una prueba de montaña, el agua dejaba de caer ya a la altura de la Pola, y en Barredos el cielo estaba cubierto pero no especialmente amenazador. Aprovechando que había previstas dos subidas de entrenos y dos de carrera, el plan era claro, hacer las de práctica, por la mañana, en las paellas de la zona alta, bajar a la asistencia del mediodía, y seguir las oficiales de la tarde ya más cerca de salida. El único inconveniente era que nuestra temprana hora de subida a la parte alta de la prueba nos impedía hacer la habitual ‘ronda’ por las asistencias previa al inicio de la acción, algo que tampoco facilitaba el escaso espacio disponible para las mismas, lo que las ‘desperdigaba’ a lo largo de más de un kilómetro, con varios de los camiones más grandes aparcados en el mismo Barredos, y el resto de participantes buscando acomodo en el tramo de carretera cortada desde el cruce hasta el inicio de la prueba.
Por el contrario, el ascenso en autobús nos permitía hacer un reconocimiento previo de todo el terreno, que nos servía para constatar como el paso de los años había ido dejando huella en aquel flamante asfalto recién echado que se veía en el vídeo de La Changa de 1989. El piso presentaba el lógico deterioro del paso del tiempo, con un par de ‘blandones’ y algún que otro bache aquí y allá para complicar aun más una subida de esas en las que ‘saber por donde pisas’ es clave. Una subida preciosa y muy técnica, con sesenta curvas repartidas en más de cinco kilómetros, en su mayoría rodeados de tupida vegetación y sin apenas referencias ni zonas ‘vistas’, lo que hace de la Faya una de esas pruebas en las que aprenderse bien el recorrido es clave… algo en lo que coincidirían muchos pilotos cuando, horas después, les preguntábamos sobre la subida.

Con unos minutos de retraso sobre el horario previsto, los motores de competición volvían a sonar 'faya arriba', a eso de las diez y cuarto, con Florentino Varela 'quemando goma' en la última paella del recorrido al volante de un GT Turbo como si no hiciese veinte años que competía en estas rampas con uno similar. El enorme cambio que han dado los coches de carreras desde entonces quedaba perfectamente ilustrado por el paso, poco después, del Skoda Fabia S2000 de 'Berti' Hevia, que dejaba su firma en el asfalto mientras deleitaba al público y a su ocasional copiloto, Valentín, con una magnífica cruzada camino de la meta final.

Tercera victoria consecutiva en categoría II para 'Rayman' y su EVO VIII

Dani Montes se impuso en la cerrada lucha por la segunda posición de carrozados y el grupo X

El podio de la categoría II lo completó Alberto Ordóñez

Sin preocuparnos por los tiempos, ya que, al fin y al cabo, se trataba sólo de un primer contacto y serían las mangas de la tarde las que definirían el resultado, aprovechábamos las dos mangas de entrenos de la mañana para sacar el mayor número posible de fotos y disfrutar del espectáculo. La primera la veíamos desde el exterior de la última paella de derechas, la segunda desde el interior de la de izquierdas situada unos metros más abajo. En ambos casos había motivos de sobra para pasárselo bien, destacando, entre los numerosos 'traseras' el 'show Ferrero'. El piloto del CAS, consciente de que la mecánica de su BMW no le permite optar a 'estar en los tiempos', daba una vez más un auténtico recital de 'derrapaje controlando', arrancando humo de las gomas de su coche y aplausos y vítores de los aficionados.

Las dos subidas de entrenamientos se desarrollaban con gran fluidez y eran poco más de las doce y cuarto cuando se completaba la segunda, momento en que empezaba a chispear muy levemente. Por fortuna, no era más que una falsa alarma y las nubes negras acababan por disiparse poco después. Bajábamos andando en dirección a salida y allí nos enterábamos de los tiempos de las dos mangas y de la principal incidencia de la segunda, el toque cerca de meta del BRC de Oscar Palacio, que había sido el más rápido en la primera, parando el crono en 3.06.9. Un registro al que ya se acercaba, a sólo una décima, Roberto Solís, autor del mejor tiempo en la segunda, bajando en casi tres segundos su marca anterior y demostrando que se había tomado muy en serio su retorno a las carreras con motivo de la recuperación de la Faya. El 'guaje' batía con claridad en las dos subidas de práctica al otro favorito, Fermín Busta, cuyos tiempos estaban anormalmente lejanos de los de los otros dos BRC que habían liderado la tabla de tiempos en las dos mangas. Una explicación para tan amplia diferencia (¡superior a los seis segundos!) la encontrábamos en el camión del piloto de Colunga, que nos recibía bastante pálido y nos explicaba que se encontraba realmente mal, con unas agudas molestias estomacales. De todas formas, Fermín empezaba a esas horas del mediodía a encontrarse un poco mejor y no descartaba poder esta aun en la pelea en las mangas de la tarde.

Rubén Bulnes se impuso en A2 y se quedó a 7centésimas de la tercera posición de carrozados

Victoria en grupo S para Alberto Redondo, siempre rápido con su Sierra Cosworth 4x4

Gustavo Sánchez volvió a estar entre los mejores, terminando tercero de grupo X

También había motivos de preocupación en el box de Oscarsan Sport, donde la actividad era frenética alrededor del BRC dañado de Oscar Palacio. El toque sufrido en la segunda de entrenos había doblado la trasera del CM y roto el escape, que estaba ya camino de la Pola para una reparación de emergencia. Así que Oscar no las tenía todas consigo en cuanto a las condiciones en las que podría salir a las subidas oficiales.
La expresión en las caras de Fermín y Oscar era todo un contraste con la que mostraba Solís, al que encontrábamos lógicamente sonriente tras su demostración en las dos mangas de la mañana. Cuando le decíamos algo así como 'está claro que no se te ha olvidado pilotar', Berti Hevia, a su lado, respondía por él con un refrán que era el perfecto resumen de la situación, ese de '¡quien tuvo retuvo!'.
Con muchos de los equipos 'acampados' bastante lejos de la salida, el recorrido por las asistencias no podía ser todo lo exhaustivo que me gusta, ya que había que ir organizando la subida a la segunda paella de derechas, lugar desde el que teníamos previsto seguir la primera oficial. Allí llegábamos gracias a un furgón de la organización y nos encontrábamos con un viejo amigo de esta web, José Manuel Riesco, que echaba una mano ejerciendo de comisario con su habitual entusiasmo.

La manga se iniciaba con puntualidad a las tres de la tarde, de nuevo precedida del espectacular paso de Berti con el Skoda. La única interrupción la producía el AX de Montequín, que dejaba una buena mancha de aceite sobre el asfalto del viraje situado unos metros más abajo de nuestra posición. Unos minutos después, se reanudaba la acción, con varios focos de interés a los que prestábamos especial atención tras haber echado un vistazo a los cronos de las dos mangas de entrenos.

Rubén Iván Blanco no dio opción en el grupo N en la que es 'su subida'

Segunda posición en grupo N para el Clio de Primitivo Ambrés

Angel Paniceres completó el podio del grupo N con su EVO IX

Por un lado estaba el interesante duelo entre los históricos, con Bustelo rodando muy rápido con su Simca, que estrenaba carburación y sonaba realmente bien, y Fombona mostrándose cada vez más a gusto al volante de su Escort. Por la mañana, la diferencia entre ambos había sido de poco más de segundo y medio, pero esta vez el margen crecía, siempre a favor del piloto del Simca amarillo. La causa se adivinaba al ver bajar a los coches camino de la salida, ya que el MKII del gijonés mostraba huellas de un toque en su aleta delantera derecha. Toque que su piloto nos definía poco después como el 'golpe más tonto que he tenido nunca', ya que la causa había sido un inesperado movimiento de su casco, que le cegaba durantes unos segundos por lo que no podía evitar golpear ligeramente su Escort, por fortuna con más susto que daño.

Otra pelea realmente interesante era la que mantenían los principales aspirantes a las primeras posiciones en la categoría de carrozados. Aunque el primer puesto parecía claro, una vez más, para 'Rayman' y su EVO VIII, la pelea tras él era cerrada. En entrenos, Daniel Montes era el siguiente en la tabla, pero a dos segundos de su 205, y agrupados en un sólo segundo más, estaban el Clio de Alberto Ordóñez, el AX de Rubén Bulnes, el 205 de Gustavo Sánchez y el Sierra de Alberto Redondo. En la primera oficial todos pasaban rapidísimo por nuestra curva, destacando visualmente la apurada de frenada de Ordóñez, con la rueda trasera interior de su Clio bien separada del asfalto. El de Nava Racing era esta vez el más rápido por detrás del inalcanzable EVO de 'Rayman', que volvía a imponerse entre los categoría II con más de cuatro segundos de ventaja. Pero tras Ordóñez los márgenes eran mucho más escasos, con Bulnes a sólo 7 centésimas, y Redondo y Montes en sólo dos décimas y apenas a un segundo del AX, con lo que nada estaba decidido entre todos ellos antes de la manga final.

Victoria entre los 'traseras' para el M3 E30de Jesús Alvarez

Rafael Bustelo se llevó el triunfo en Retroclassic y acabó segundo de propulsión.

Segunda plaza entre los 'clásicos' y tercera entre los 'traseras' para Fombona, cada vez mejor con el MKII

El orden de salida situaba a Solís como el primero en pasar de los CM, y el modo en que Roberto atacaba el viraje y la decisión con la que salía del mismo dejaban claro sus ganas de ir a por la victoria. Su ritmo, como era de esperar, era claramente superior al del Silver de Candás, el Speed de Armas y el BRC de Nachón, por lo que el interés estaba en compararlo con el de los que tenían que ser sus grandes rivales para la victoria, los BRC de Busta y Palacio. El primero de ellos cometía un error justo en la derecha anterior, haciendo un trompo del que salía limpiamente, dejando marcado un perfecto 'cero' en el asfalto, sin tocar nada pero perdiendo un buen puñado de segundos. Una desbandada del tren trasero de su CM cuando aceleraba con rabia saliendo de 'nuestra' paella, le convencía de que lo mejor era subir ya con más calma y dejarlo todo para la manga final. Oscar, por su parte, subía sin estar muy seguro de cual sería el rendimiento de su recién reparado BRC, y no dejaba a simple vista la misma sensación de velocidad que Solís, lo que se traducía de forma espectacular en el crono de ambos, con una ventaja de más de cinco segundos a favor del 'guaje' que ya se convertía, definitivamente, en el gran favorito... aunque su tiempo era peor que el logrado por Oscar a primera hora de la mañana con lo que todavía nada estaba decidido.

Los cuatro fórmulas que abrían la lista de inscritos completaban con su paso la primera manga. De ellos, el Fórmula Renault de Kayto se paraba justo a nuestro lado, el Toyota de Menéndez estaba muy lejos de ser una amenaza para ninguno de los CMs, y sólo el Nissan de Candás y el Reynard con motor de moto de Guardiola podían optar realmente a tratar al menos de estar cerca de los BRC de cabeza. Algo que sólo conseguía Rafa, que se quedaba a apenas medio segundo de Palacio y aprovechaba el trompo de Busta para situarse en la tercera posición provisional. Angel también acababa por delante de Fermín, para ya más lejos en tiempos y ocupando la quinta plaza, por detrás del BRC de Nachón, que había sufrido un toque en la primera de entrenos pero ya iba cogiendo el ritmo.

Pese a un toque en entrenos, Rafael Armas clasificó su Speed Car quinto de CM y séptimo scratch

Marcos Granda fue noveno de carrozados y segundo de A2 con su inmaculado ZX

Marcos Marzoa volvió a rodar a buen ritmo con su nuevo Megane Coupé

Para la manga final, Jose cogía sitio en el exterior de la primera paella y yo decidía bajar ya hasta la zona de salida para poder ir hablando con alguno de los pilotos a los que no había interrogado en la pausa del mediodía. La última subida de la jornada se dilataba algo más que las anteriores debido a un par de incidentes. El primero era la avería del 106 de Crespo, el segundo, el aparatoso vuelco en la primera paella del Saxo de Yonnifer Vigil que, por fortuna, no revestía mayor gravedad que los daños en la carrocería del vehículo y que el dispositivo de seguridad de la organización resolvía con prontitud.
Cuando finalmente se reanudada la prueba ya seguía sin más parones hasta el final. Antes de las dos pausas ya se habían resuelto, definitivamente, las clasificaciones de 'propulsión' y 'sportclassic'. En la primera, Jesús Alvarez confirmaba su dominio de la categoría con el M3 y ganaba con más de dos segundos y medio de ventaja sobre el vencedor de la segunda, Rafael Bustelo, muy satisfecho por imponerse a pilotos del prestigio de Fombona, que remontaba tras el toque anterior para ser finalmente segundo, de Jaime Montes, que no había querido perderse el retorno de la Faya y volvía a competir en sus rampas con un Simca Rallye como en los 'buenos viejos tiempos', o de Víctor Abraham, que había tomado parte sólo en las dos mangas de entrenos con el inusual Mini de techo rebajado y origen británico propiedad de Aldo de Alberto.

La pelea entre los carrozados volvía a estar en la segunda posición ya que, aun empeorando su crono de la primera oficial, el EVO VIII de 'Rayman' se mantenía con claridad fuera del alcance de sus perseguidores, lo que permitía a su piloto conseguir la tercera victoria consecutiva en la categoría. El más rápido tras el Mitsubishi era, en esta ocasión, el 205 de Dani Montes, que rebajaba en segundo y medio su crono anterior y acababa por superar tanto a Ordóñez como a Bulnes, quienes, por contra, no podían mejorar sus anteriores registros, por lo que seguían separados por sólo 7 centésimas pero ocupando finalmente la tercera y cuarta plaza. El que si bajaba tiempos era Alberto Redondo, que apretaba aun más esa zona alta de la tabla de carrozados, quedándose con la quinta plaza, a sólo dos décimas de la cuarta y apenas medio segundo de la segunda ¡más igualdad imposible!

Por detrás de Redondo ya se abría un hueco algo mayor, siendo sexto, y tercero de grupo X, el langreano Gustavo Sánchez, y acabando séptimo, y primero de grupo N, el local Rubén Iván Blanco, que culminaba así del mejor modo posible su sueño de competir algún día en las rampas de la Faya. Un sueño que se hacía realidad el 14 de agosto tanto para él como para su inseparable Rosana, que pese a problemas en el turbo de su Fiat Uno, conseguía completar también la prueba.

El triunfo de Rubén Iván era el segundo de los que conseguían los pilotos de la escudería organizadora, Nalón Auto Sport, ya que en el no muy concurrido grupo A, el golpe de Vigil había dejado la primera plaza en manos de otro de sus pilotos, David Peruyero. Pero quedaba por llegar el más codiciado, el absoluto, para el que Solís presentaba definitivamente candidatura a base de mejorar de forma notable su crono en la manga final. Si en la primera oficial su tiempo ya había sido mejor que el obtenido por Palacio en los primeros entrenos, esta vez paraba los dígitos del cronómetro en un 3.05.164 que era, de nuevo, el mejor tiempo conseguido por nadie hasta el momento y que ponía el listón realmente alto.

'Burrón' cerró el podio de grupo S y fue segundo en la clase 4

Victoria en grupo A para el Saxo de David Peruyero

Jesús Manuel Candás terminó octavo scratch en su segunda subida con el Silver

Los únicos que, sobre el papel, podían llegar a ese nivel eran Busta y Palacio. Pero Fermín salía con la presión extra que supone tener que jugársela toda a una carta pero no poder permitirse error alguno, ya que de volver a fallar sus opciones en el campeonato se verían muy reducidas. Así que entre que no estaba fino físicamente, que no acababa de cogerle el truco a la subida y que no podía cometer errores, Busta acababa por darse por contento con un 3.09.7 que le permitía superar a Guardiola y Nachón para acabar tercero... tras ser incluso segundo durante los apenas 30 segundos que tardó en llegar a meta, a sus espaldas, el BRC de Palacio. El langreano mejoraba también, pero se quedaba todavía lejos de su propio crono de primera hora de la mañana, por lo que debía conformase con una segunda posición que le permite seguir líder en puntos totales, aunque en netos, tanto él como Fermín estén ahora empatados... y con ventaja para el de Colunga en el desempate gracias a su mayor número de victorias en lo que va de año. Ambos se dirigen a otro final de temporada apasionante, más si cabe que el del año pasado, ya que esta vez ambos están en plena forma y cuentan con mecánicas idénticas, lo cual hace que el interés de la lucha sea aun mayor.

Como era de esperar, ninguno de los tres fórmulas que quedaban por llegar y cerraban la XXIª edición de la Faya podían mezclarse en la lucha por la victoria, confirmando Guardiola su cuarta plaza, más cerca esta vez de los mejores CM que en pruebas anteriores, y Candás la sexta, con el BRC de Nachón entre ambos. Así que, una vez que Rafa llegaba a la meta que su padre había cruzado muchos años atrás, también al volante de un monoplaza, se conocía de forma definitivamente el nombre del ganador de esta primera Faya del siglo XXI: Roberto Solís. El triunfo del ‘guaje’ era el broche perfecto para la gente de Nalón Autosport, y casi me atrevo a decir que el resultado ideal para este emotivo retorno de la histórica subida de la cuenca. Un final feliz al estilo hollywood fruto tanto del innegable talento de Solís como del día realmente flojo que tuvieron los dos principales contendientes al título regional, Palacio y Busta. En todo caso, que ni Oscar ni Fermín estuviesen del todo finos no quita un ápice de mérito a un Solís que volvía a competir tras seis años dedicado más a las bicicletas y a los coches, y conseguía, a la primera, un triunfo que en el año en el que hizo el nacional de montaña con un CM le costó toda la temporada alcanzar. Un triunfo merecido e incuestionable en una subida que conoce como pocos y que afrontó con una mentalidad ganadora capaz de hacerle superar la falta de ritmo de competición respecto a sus rivales. Una victoria que fue algo así como la guinda al pastel de esta recuperada Faya que esperamos siga en nuestro calendario por muchos más años.