Cuando se llega a estas alturas de noviembre casi me parece mentira que ya se acabe otro año de carreras. La sensación, que tal vez se me acrecienta con la edad, es que los meses desde que la temporada arrancó, allá por Marzo, han pasado volando mientras que, por otra parte, también (¡y cada año más!) siento como la campaña se me hace ya larga. Así que, aunque las ganas de ir a más carreras ya son pocas en estas fechas, un rallye del regional, en el que los compromisos de trabajo son menores, siempre se hace más llevadero. Y más aun si este es ‘el del carbón’ , una prueba que lleva ya varios años consolidándose como el perfecto ‘fin de fiesta’ del Campeonato de Asturias, disputada cerca de casa, con tramos bonitos y fácilmente accesibles y, además, con una participación realmente notable.    

Evidentemente, el corto tramo, de apenas 500 metros y además no válido a efectos de la clasificación del rallye, servía simplemente para eso de acercar los rallyes al público, lo cual siempre es positivo, mientras que para los más aficionados se acababa haciendo un tanto pesado, con los coches saliendo a minuto y un molesto orbayu cayendo por momentos... aunque también es verdad que esas ‘cuatro gotas’ sirvieron para animar un poco a los más ‘calientes’ y hacer menos monótono el paso de los participantes. Al menos, habíamos ‘asegurado’ fotos de todos ellos, lo que contribuía al planteamiento relajado que nos habíamos hecho de este rallye. Gracias a ello, el domingo, en vez de pegarnos el gran madrugón para asistir a los tramos del primer bucle, íbamos a ir directamente al segundo, sin prisas y tras levantarnos a una hora razonable para un día de fiesta. Además, no llovía en contra de todas las previsiones de los ‘hombres del tiempo’, e incluso nos daba tiempo a desayunar viendo por internet los cronos del primer tramo,el corto Xiana-Valdecuna, en el que el ya campeón de Asturias, Jonathan Pérez, celebraba el recien estrenado número 1 en las puertas de su R3 haciendo el scratch, con algo más de cuatro segundos de ventaja sobre otro R3, el del campeón saliente, César Palacio. Los Clios de la copa nacional empezaban ya a ser protagonistas, con los otros dos, los de Arias y Cima, situándose quinto y octavo, lo que unido a la cuarta plaza del siempre rápido ‘Santana’ con su veterano Clio Sport Fase I, significaba ver nada menos que cinco escudos de Renault entre las ocho primeras plazas de la lista de tiempos, cuyo top ten se rellenaba con otros cinco logos de una misma marca: Mitsubishi, ya que Rubén González era tercero con su VII, Oscar Palacio y Jesús Fernández situaban en los puestos sexto y séptimos los EVO X alquilados a RMC para la ocasión, ‘Viti’ (ya subcampeón al no ser de la partida Félix García) era noveno con su IX y Jovino García le seguía de cerca con su VIII.

El desenlace del segundo tramo, primer paso por El Cordal, lo seguíamos ya a través de la radio del coche. Y no dejaba de ser curioso que justo cuando bajaba el parasol del Mini para progerme del molesto reflejo que producía el sol, todavía muy bajo sobre el horizonte pero empezando a brillar con fuerza en un cielo sorprendentemente azul y despejado de nubes, Jonathan Pérez llegaba a meta, con más de tres minutos perdidos y comentaba que, precisamente, ese mismo sol ‘mañanero’ le había deslumbrado un instante, lo justo para tocar levemente y pinchar una rueda de su R3. La obligada detención para cambiar la goma dañada dejaba al nuevo campeón  regional fuera ya de toda opción a luchar por la victoria, y el liderato cambiaba por primera vez de manos... aunque no de tipo de coche. El nuevo líder era otro Clio R3, el de Miguel Arias, al que seguía en la general el de César Palacio ¡a sólo dos décimas de segundo! Se iniciaba ahí un duelo que duraría toda la jornada y en el que los dos pilotos de los R3 de Renault iban a estar siempre un paso por delante del resto, jugándose entre ellos la victoria por mucho que los más potentes Mitsubishi que les seguían hiciesen lo posible por alcanzarles. Entre ellos, la igualdad a estas alturas era máxima, con sólo seis décimas separando al X de Oscar, tercero de la general, del de ‘Tano’, que era quinto, con el IX de Jovino justo en medio de ambos. 

Con el sol ya un poco más alto, el cielo de un precioso azul celeste y los árboles con esos tonos tan típicamente otoñales que van del verde al amarillo, el paisaje era de esos que merecen la pena y el calor de la corta pero intensa caminata cuesta arriba compensaba de sobra la temperatura algo fresca de esas horas de la mañana. Encontrábamos acomodo tras el guardarail exterior a la salida de la paella de izquierdas, en la que la iluminación era un tanto justa pero más favorable que en la de derechas de unos metros más abajo. Mientras Jose buscaba un encuadre un poco más amplio para grabar las imágenes de vídeo que acompañan este reportaje, yo compartía ‘zona de fotos’ con dos representantes de generaciones muy distintas en esto de seguir los rallyes a través del objetivo de una cámara, a los que pese a la diferencia de edad une el mismo entusiasmo: Fermín Parente, en las cunetas ‘desde siempre’ y artífice hace ya un montón de años de la recordada revista Fotomotor, y Sergio Ordóñez, ‘alma mater’ de la añorada web ‘Asturrally’, la referencia en esto de los rallyes por internet cuando allá por el 2002 empezamos con la aventura de ‘citadecampeones’. Charlando con ambos ‘de carreras’, entre coche y coche, el paso de los algo menos de 80 supervivientes que seguían en liza se hacía realmente rápido, a lo que también contribuía la configuración de la curva, en acusado descenso y con suficiente espacio para ‘tirarse’ con decisión.

Si entre los de delante los tiempos habían ido en dirección totalmente opuesta al espectáculo, marcando mejores cronos los que menos habían hecho moverse la zaga de sus monturas en nuestra curva, lo mismo no se debía aplicar a todos a los que veíamos pasar. Así, por ejemplo, nos llamaba especialmente la atención la decisión con la que entraba y salía del viraje el muy bien decorado 106 de Kike Gutiérrez, y la sensación de ir realmente rápido que dejaba la visión directa se confirmaría a lo largo de todo el día con sus magníficos cronos. Algo que también se puede aplicar a otros cuantos del grupo de los que no llevaban ni Mitsubishis ni R3s, como Nacho Braña y su Saxo, Isaac López y su 205 o Pelayo Fernández y José Luis Alonso con sus 106. En otro estilo, que los C2 ya sabemos que se mueven menos pero ‘caminan’ (¡y mucho!) si se les lleva con decisión, causaba la habitual buena sensación el praviano José Antonio Suárez, mientras que era todo un placer volver a ver en acción a un piloto tan rápido y fino como Pablo Garrido, de estreno con un C2R2 ex-AutoLaca recien traido de Canarias y con el que iría a más a medida que avanzaba la jornada.

Al lado, en el camión de B9, Felipe nos comentaba lo mucho que estaba disfrutando Jovino, cuarto con ese EVO gris con pinta de coche de calle pero que corre... ¡y mucho! Enfrente, los R3 de Miguel Arias y César Palacio recibían las atenciones de sus mecánicos, mientras el gesto de sus pilotos era muy distinto, serio y concentrado como de costumbre César, más jovial y dicharachero Miguel, que nos ‘engañaba’ diciendo que no contaba con ganar, ya que tenía que pensar en el Shalymar, donde había más cosas en juego, mientras que su rival podía arriesgar más hoy. Evidentemente, los cronos posteriores desmentirían la prudencia de la que hacía gala a esas horas el de Grao, que una vez se puso el casco para los tramos de la tarde estoy seguro que se olvidó del Shalymar y de otra cosa que no fuese ganar el rallye.
De todas formas, el primer rallye de la tarde seguía, en cierto modo, el guión de lo que nos había comentado Miguel, con nuevo scratch para Jonathan Pérez y César Palacio cediendo sólo unas décimas respecto a su más inmediato seguidor, con lo que el liderato seguía en manos del avilesino, con 6.3 segundos de ventaja a falta ya de sólo tres tramos. Tras ellos, Jovino se empezaba a despedir de la lucha por la tercera plaza al soltársele la manguera del turbo, cediendo unos segundos y siendo rebasado por ‘Tano’ quien, al igual que Oscar, marcaba en esta primera especial vespertina cronos más cercanos a los de los R3.

A continuación venía el tramo que debía ser más decisivo, por longitud y dificultad, el de Morcín, y en sus 12700 metros Arias, definitivamente ‘se olvidaba’ del Shalymar y marcaba un tiempazo, haciéndose con el scratch, 6.4 segundos por delante de un cada vez más entonado ‘Tano’ y, lo que era más importante a efectos del resultado final, sacándole 8,1 a César Palacio, más que suficiente para propiciar un nuevo cambio de líder. Ahora era Arias el que tomaba el mando, con 1.8 segundos de ventaja sobre Palacio a falta sólo del bucle final. Y cuando, ya desde casa, siguiendo los tiempos por internet, observaba como Miguel  volvía a ser el más rápido en el segundo paso por Espinos, me quedaba claro que el rallye estaba visto para sentencia, aunque decir algo así, cuando el segundo está a sólo tres segundos y medio pueda parecer demasiado aventurado. Pero se me antojaba muy complicado que en la repetición de Morcín, ya disputada con la noche cayendo sobre la Montaña Central, César Palacio pudiese descontar esa renta. Y, efectivamente, Miguel Arias confirmaba su victoria con otro scratch, cinco segundos por delante de su rival que le permitían elevar la ventaja a unos definitivos 8.3 que valían por una victoria realmente trabajada y que viene a compensar, de algún modo, una temporada difícil para los hermanos de Grao.

El segundo puesto de César Palacio, peleando hasta el final por el triunfo, es también un resultado de esos que dejan buen sabor de boca y viene a significar algo así como el final de la etapa de aprendizaje de César con el Clio R3, al que le costó sacarle partido en los primeros rallyes, en los que tuvo demasiadas averías como para poder rodar los kilómetros necesarios para hacerse con el coche. Pero desde que la fiabilidad es la que tiene que ser, su progresión ha sido constante, y sus cronos en este ‘carbón’ no hacen sino demostrarlo.

En esa pelea por la victoria, con Arias y Palacio, hubiese estado, sin duda, Jonathan Pérez, de no ser por el percance del Cordal. Al final del rallye, el flamante nuevo campeón de Asturias todavía consiguió remontar hasta la octava plaza, a 3.12.7 de Arias... con el que perdió 3.12.5 en el pinchazo mañanero. Una  lástima, ya que ello nos privó de una pelea a tres bandas que hubiese hecho aun más apasionante el desenlace de la prueba.

El quinto, haciendo un rallye totalmente ‘en  tierra de madie’, era el restante Clio R3 en liza, el de Fran Cima, que se lo tomo con calma, corriendo con la cabeza mucho más en Madrid, donde ha de defender su segundo puesto en la copa Clio nacional, que en un rallye en el que no tenía nada que ganar y si mucho que perder. Similar análisis, aunque con diferentes causas, se puede hacer en el caso del sexto clasificado, ‘Viti’ Pardeiro, que ya era subcampeón de Asturias ante la ausencia de Félix García, y que dedicaba el rallye más disfrutar y dar espectáculo que a pensar en los tiempos y en acabar más o menos arriba en la tabla. La temporada de ‘Viti’, de vuelta a los rallyes tras unos cuantos años con el BRC en montaña, me parece especialmente meritoria, conociendo además los muy escasos medios con los que ha contado a lo largo de todo el año. Su campaña ha sido un perfecto ejemplo de correr siendo muy consciente de hasta donde puedes llegar, sin errores y aprovechando sus oportunidades para, a base de una regularidad sólo rota por la avería del turbo en Llanes, acabar segundo del campeonato gracias a estar siempre en la meta.

Completaban los diez primeros, tras el ya comentado octavo puesto al que el pinchazo relegó a Jonathan Pérez, los dos mejores del grupo A, un par de Citroen, el C2 de José Antonio Suárez y el Saxo de Braña. Dos que, una vez más, hacían un excelente rallye y se comfirmaban , cada uno con sus medios y su estilo, como dos de los pilotos con más opciones a destacar en los rallyes asturianos. Para ‘Cohete’, el Montaña Central significaba completar una temporada de debut en el regional realmente notable, que ha tenido su extensión en las prometedoras salidas que ha hecho al nacional y que se cerraran este fin de semana en el Shalymar. En el joven praviano tenemos un piloto con base para crecer, sólo falta que sepa acertar con los siguientes pasos a dar, lo cual no siempre es fácil en esa especie de ‘campo de minas’ que son a veces los rallyes. Para Braña, evidentemente con menos ambiciones en cuanto al futuro, este nuevo buen resultado sirve para consolidarle en ese grupo de pilotos con monturas más modestas pero que siempre ‘están ahí’ al final de cada rallye del Campeonato de Asturias. Un grupo en el que hay gente como ‘Santana’, Pelayo o David González, por nombrar a tres a los que la fortuna les dio la espalda en este rallye, y en el habrá que empezar a meter a otros como Kike Rodríguez, Isaac López o José Luis Alonso, autores de prestaciones realmente sobresalientes en esta última prueba de la temporada asturiana del 2009. Una temporada que se cerraba en el Montaña Central con buen sabor de boca general, tras un año de contradicciones, con más pruebas que en campañas anteriores (incluyendo dos rallyes nuevos) y hasta con inscripciones realmente numerosas en bastantes casos, lo que no deja de ser sorprendente dada la situación económica general. Si habitualmente tiene ya su enorme mérito sacar adelante un rallye, si eres organizador, o competir si eres piloto, hacerlo en este 2009 se me antojaba más complicado que nunca. Y, sin embargo, el balance en ese sentido no puede ser más positivo: en un año de vacas flacas hemos tenido un regional de rallyes más que digno, lo que da esperanzas de cara a una mejora del nivel general cuando la situación sea más favorable para todos.