Con todo lo que se me avecina en cuanto a viajes y carreras en lo que queda de mayo, la verdad es que a principio de semana no tenía pensado ir a ‘Grao’ para el rallye. Incluso ya había (más o menos) organizado el 'plan B' para cubrir la prueba con Jorge, David y compañía como ya hicimos con Tineo.

Pero el miércoles, mientras tomaba una cervecita con mis 'amigos de toda la vida', se me ocurrió que a uno de ellos, Benjamín, al que solía 'liar' para ir al Príncipe o al Llanes allá por los primeros ochenta, igual le apetecía volver a una cuneta tantos años después. Así que se lo proponía y él accedía ... eso si, siempre que fuese en plan 'relajado' y sin pegarnos un madrugón, algo que encajaba perfectamente con mi planteamiento de tomarme con calma el que sería mi último fin de semana 'en casa' en un mes.

El sábado, los pronósticos del 'hombre del tiempo' que anunciaban lluvia, parecían tener, desgraciadamente, visos de cumplirse, y el día amanecía con piso mojado, cielo cubierto y algo de 'orbayu' ... al menos en Gijón, aunque como luego sabría preguntando a los protagonistas del rallye, las primeras pasadas por San Pedro y Bayo se disputaban sin lluvia pero, eso si, con piso muy 'delicado', sobre todo en el primero de los tramos.

Ante la ausencia de radio en directo (¡como se echa de menos en estos casos!), seguía las dos primeras especiales por internet mientras desayunaba tranquilamente en casa, y observaba como el rallye se convertía ya desde el primer paso por el complicado San Pedro en un 'mano a mano' entre Arias, con su Clio R3, y 'Tano' con su Impreza WRC. Un duelo en el que Miguel tenía el mejor conocimiento del terreno y su muy superior experiencia en rallyes como armas para compensar la evidente ventaja técnica del World Rally Car de su rival. El primer asalto era para 'Tano', con 3.7 segundos de ventaja sobre Arias, mientras que el siguiente en la lista de tiempos, César Palacio, cedía ya más de veinte segundos aunque se permitía el lujo de batir con su Clio Sport al EVO VII de Félix García, que calzado con slicks sufría para pasar por las zonas más resbaladizas, mientras que Castrillo era quinto, a medio minuto, en el que sería 'el canto del cisne' de su participación de última hora con el EVO VIII que no iría ya más lejos. El que mostraba que, pese a su buena montura (¡nada menos que un Maxi Megane que cuenta entre sus expilotos con un cierto Sebastián Loeb!) no iba a estar en la pelea era el gallego Luis Vilariño, que venía a Grado para probar de cara al ralli do Albariño del regional gallego y ya se dejaba casi 40 segundos en San Pedro, donde era séptimo tras el Clio R3 de Jonattan Pérez.  

En Bayo, con piso mucho más seco, Félix se situaba entre Miguel y 'Chus' en el parcial, con el del Subaru todavía líder por poco más de un segundo y el de Trevías pasando a ocupar el tercer puesto de la general, abriendo un hueco de 15 segundos respecto a Palacio, que llevaba igual ventaja sobre Jonattan Pérez. Sexto era la sensación del rallye de Tineo, el debutante José Antonio Suárez, de nuevo impresionando al volante de su C2, mientras que Vilariño perdía toda opción a pelear por un puesto en el podio tras pinchar y perder un par de minutos que le hundían en la clasificación.

De camino, observaba ya bien situados en la cuneta a un grupo de aficionados muy especial, ya que entre ellos estaban nada menos que José Antonio Fombona y ‘Berti’ Hevia. Seguía entonces un agradable rato de charla en el que, entre otros temas ‘de rallyes’, comprobaba las ganas que tiene ya Fombona de debutar con el MKII. El coche se está montando en B9 Racing, pero el retraso en algunas piezas y la necesidad de hacer reformas en otras ha hecho que el debut se vaya posponiendo, aunque, pese a todo, debería producirse aun antes que el del muy ‘deseado’ Skoda Fabia S2000 de Berti, quien me ponía el Príncipe como fecha más probable de arranque para su ya ‘minitemporada’ 2009, que se va a convertir en un ‘ensayo general con todo’ para el 2010.

Volviendo a centrarnos en el ‘rallye del día’, Berti me comentaba que ‘Tano’ había cambiado a slicks en la asistencia, con la idea de ganar más en el seco Bayo de lo que perdiese en el sucio San Pedro, mientras que Arias seguía con ‘agua’. De momento, en la segunda pasada por una de las especiales más ‘de casa’ de los Arias, Miguel, con gomas rayadas, le sacaba a ‘Chus’, con las lisas, sólo 2.6 así que tal parecía que la apuesta del piloto del Subaru era la buena, aunque en ese momento el liderato pasase a poder de su rival por 1.4 segundos.

Poco después ya estábamos de nuevo en el ‘cruce del año pasado’, donde me resignaba a sacar fotos muy parecidas a las del reportaje del anterior Grado, con la ausencia de la ‘grada de troncos’ en el exterior como único cambio perceptible. La curva tampoco es de las que permitan extraer grandes conclusiones en cuanto al ritmo de unos y otros, aunque viendo llegar y pasar el R3 de los Arias no quedaba duda de lo mucho que ‘se estaban tirando’ para rivalizar con el WRC de ‘Tano’, que venía rápido pero con menos sensación de ‘urgencia’ en su transitar por delante de nosotros. Algo que refrendaba el crono, con 4 segundos a favor de Arias que, curiosamente, acababa consiguiendo más ventaja en el tramo en el que, en teoría, su rival iba mejor calzado. A ambos les batía Félix García, también con slicks y pudiendo por fin sacarles algo más de provecho ahora que las humedades eran cada vez más escasas.

Tras el paso de todos los participantes, entre los que me llamaba la atención lo agresivo que entraba, limando el interior al máximo, el ‘novato’ José Antonio Suárez, nada menos que sexto de la general en esos momentos, emprendíamos camino a la zona de asistencia, situada este año en pleno centro de Grado. Allí hacía mi habitual ‘ronda’ visitando los diferentes boxes, y en el de los Arias, me informaban de que piloto y copiloto hacían perfecto uso de eso de estar corriendo ‘en casa’ para ir a su domicilio a darse una ducha y comer tranquilamente ¡así da gusto! De vuelta del almuerzo, Miguel me comentaba minutos después que ‘lo normal’ era que ‘Tano’ le acabase ganando por la tarde, con los tramos ya del todo secos, pero que él iba a tratar de evitarlo.

En el box de B9, era momento para ‘Chus’ y su copi de este año, Salva Belzunces, de reponer fuerzas y ‘repasar notas’ para lo que quedaba de día, y en el de los hermanos de Trevías, Félix nos comentaba que habían ido toda la mañana con slicks y eso les había hecho sufrir bastante en las zonas más embarradas de San Pedro, aunque al menos se habían podido resarcir en parte con el scratch final de Bayo. Los otros dos pilotos de EVOs presentes estaban descansando y con muy diferente ánimo. Al lado de su EVO IX exPRR, ‘Viti’ estaba contento con como iba el rallye, tranquilo y a su ritmo, habiendo montado ‘mixtas’ muy consciente de que el presupuesto del año prácticamente ya se acabó con la compra del nuevo coche y que ahora se trata de ‘no hacer tonterías’ y llevarlo siempre entero a meta. En la ‘tienda de al lado’ y junto a su ya veterano EVO VII, Rubén González se mostraba, por su parte, resignado a seguir bregando con una mecánica que no rinde como debiera, sin que todavía tenga muy claras las causas (¡misterios de la electrónica!).

Al lado de los dos ‘Mitsus’ me llamaba la atención asistencia de Jonattan Pérez con su actual coche, el R3, y su anterior montura, el C2, pilotado este año por José Manuel Martínez ... lo que me llevaba a una curiosa confusión al asociar el 'Martínez' de la ventanilla y la joven vestida de piloto al lado del mismo con la cántabra Eva Martínez, cuando en realidad se trataba de la copiloto Patricia Díaz, que nos atendía sonriente cuando nos acercábamos a sacarle la foto que sale en ‘postales’ y nos contaba sus planes para este año en el regional asturiano y lo bien que se estaba encontrando en el rallye... mientras yo le preguntaba sobre el Saxo del año pasado y ella debía pensar 'este tío anda un tanto despistado' ... ¡y no sabe la razón que tiene! En la mesa al lado del camión en el que estaba sentada Patricia, ‘Jonny’, en cambio, no parecía muy satisfecho con su rendimiento, que resumía su copiloto ‘Kike’ Velasco con algo así como ‘este rallye no se nos está dando bien’. Enfrente estaba el precioso Maxi Megane del gallego Vilariño, quien nos mostraba lo que quedaba de la rueda pinchada en Bayo 1, que le había alejado de toda opción a pensar siquiera en optar al podio, y cruzando ya hacia la parte de atrás del parque, encontrábamos el Clio del campeón regional 2008, César Palacio, luciendo orgulloso los colores de ‘Asturias Paraíso Natural’. César no estaba a la vista así que charlábamos con su copi, Pablo, sobre sus planes para esta temporada, que incluyen seguir con el Renault hasta que llegue el momento de debutar con el 207 RC en el muy tardío inicio del Desafío Peugeot, previsto nada menos que para finales de agosto en Ferrol.

Los tramos de la tarde ya los seguía por internet, con lo que es la ‘lectura’ de los tiempos la que me sirve de base principal para el resto de esta crónica resumen. Así, mientras que la primera pasada por Yermes apenas si aportaba novedades a la lucha por la victoria, con sólo 1.3 de diferencia entre Arias y ‘Tano’, si que me servía para imaginar como Miguel debía estar forzando para poder no sólo contener al WRC con el R3 sino incluso aumentar, aunque fuese mínimamente, su ventaja. Entre ambos se intercalaba Félix García que, sin el tiempo perdido por la mala monta de gomas en el primer bucle, seguramente podía ‘haber estado ahí’, y tras ellos, a menos de 5 segundos del scratch, Vilariño también debía de estar lamentándose del pinchazo ‘mañanero’.

La clave del rallye iba a estar en la siguiente especial, La Mortera, con su vertiginosa bajada final hacia Grado como inapelable juez. Y ahí si que no hacía falta casi ni imaginación para visualizar como debía de ir, poco menos que ‘por el aire’, el R3 de Arias para hacer el scratch con 6.3 de ventaja sobre Félix, 8.4 sobre ‘Tano’, 16.1 sobre Vilariño y más de 20 respecto al resto. A falta sólo de la segunda pasada por los dos tramos que acababan de recorrer, Miguel dejaba el rallye poco menos que visto para sentencia, con una ventaja de 14.3 segundos que se me antojaba poco menos que imposible de recuperar para ‘Tano’.

Pero el ‘montañero reconvertido a rallyeman’ aunque sea sólo a tiempo parcial (¡no debemos olvidar que apenas si lleva una decena de rallyes disputados!), no es precisamente de los que se rinden fácilmente. En Yermes 2, ‘Tano’ rebajaba su registro anterior en 14 segundos y recortaba su desventaja ante Arias en 4.3, dejándola en 10 a falta del segundo paso por La Mortera. Era poco menos que ‘misión imposible’ pero el del Subaru, aun así, lo intentaba, marcaba un nuevo scratch y se quedaba a 6.8 de la victoria. Una victoria que era muy merecidamente para Miguel Arias, con menos coche pero con tanto o más valor que su rival (¡lo cual ya es mucho!), con mayor conocimiento del terreno, con mucha mayor experiencia, y con ese ritmo de pilotaje que sólo da el nacional y que hace que los que habitualmente salen a correr fuera de nuestros rallyes luego tengan ‘un paso más’ en las pruebas del regional.

Quinto, y supongo que pensando más en el Cantabria del siguiente fin de semana, terminaba Jonattan Pérez con el R3. Jonny sigue poco que menos que ‘sin bajarse del coche de correr’, y eso se nota en su progresión, convirtiéndole en un piloto a seguir de cerca en el futuro. Una ‘categoría’ en la que ya tengo incluido a José Antonio Suárez, pese a que esta vez su increíble rapidez (¡este era sólo su segundo rally y era sexto scratch!) le acabó costando un buen susto, con toque en una zona rápida de La Mortera y el consiguiente abandono. Como dicen los americanos de la NASCAR, ‘hay dos tipos de pilotos, los que pegaron contra el muro y los que van a pegar’, frase que deja claro como, antes o después, todo aquel que corre tiene que llevarse algún golpe, por lo que el pequeño error que le costó otro resultado espectacular al joven piloto praviano es simplemente un paso más en su aprendizaje que va, por lo que ya hemos podido ver, a toda velocidad ¡no le perderemos de vista!

Completábamos así un rallye que por mi parte resultó de los más relajado y agradable y que, por los comentarios que he oído y leído por ahí, complació muy mucho a los aficionados que se decidieron a acudir a sus cunetas. Dentro de quince días el Arroes-Gijón significará la tercera cita de este frenético arranque de temporada en el regional asturiano que pone a prueba las mecánicas y, sobre todo, los bolsillos de los participantes, que en el ‘año de la crisis’ han visto como, de entrada, se tienen que afrontar tres pruebas en poco más de un mes …para luego tener sólo una en tres meses y medio …y después acabar la temporada con seis en apenas dos meses. Como reflexión en voz alta se me ocurre que no estaría de más que los diferentes organizadores tratasen de ponerse de acuerdo para espaciar algo más sus fechas. Ya se que no es fácil porque en muchos casos no depende siquiera de ellos, habiendo además compromisos publicitarios o de diferentes tipos que condicionan las ubicaciones en el calendario pero, de todas formas, el de este regional de rallyes 2009 me parece especialmente poco afortunado en el reparto de sus pruebas a lo largo de los siete meses que vienen a durar la temporada de carreras.