Evidentemente maldita la gracia que le hará a Oscar Palacio, pero su desafortunado resbalón playero, de dolorosas consecuencias para su pie derecho, ha convertido en apasionante un campeonato, el de Asturias de montaña, que estaba poco menos que visto para sentencia tras su victoria en Muncó. Desde entonces, y con la complicidad del accidente vacacional del piloto langreano, todo ha cambiado tanto como para que, ahora, tras la victoria el pasado sábado de Fermín Busta en Castrillón y con sólo una prueba para acabar el certamen, el título esté totalmente en el aire y se vaya a jugar, a una sola carta, en las rampas del Fito Norte. En ellas, Fermín Busta tratará de defender un liderato con el que ni él mismo hubiese soñado hace apenas un par de meses,  mientras que Oscar Palacio se encontrará en el, para él, poco habitual papel de aspirante, obligado a ganar para hacerse con un campeonato que era suyo pero que se le puede haber escapado en ese resbaladizo pedrero de  Rodiles.

Se prepara, por tanto, un desenlace realmente emocionante y que espero no perderme, luego de estar ausente de las cunetas del regional de montaña también en Castrillón, aprovechando el último fin de semana antes del ‘retorno a la carretera’, que supondrá el rallye de Ferrol, para alargar al máximo el reposo que me recomienda la ‘fisio’ que se encarga de ‘ponerme a punto’ de mis ‘achaques post-Chantada’. Para esta ocasión, ‘mis ojos en Castrillón’ fueron los de mi colaborador más habitual estas últimas campañas, Jose, que este año se ha prodigado menos por temas de trabajo y familia, pero que el pasado sábado cubrió con si habitual meticulosidad todo lo acontecido en la bonita subida del occidente asturiano. Suyas son las fotos de este reportaje, y en base a sus comentarios, a los de alguno de los protagonistas y a la ‘lectura’ de los tiempos registrados por los diferentes participantes, me atrevo a elaborar el siguiente resumen de lo que dio de si la penúltima cita del Campeonato de Asturias de Montaña 2009.

De entrada, y como era de esperar en un año en el que las listas de inscritos no destacan por su amplitud, la de Castrillón se quedaba en el 34 como número más alto, lo que finalmente se concretaba en 28 coches en la parrilla de salida de la pequeña localidad del occidente asturiano que, un año más, hacía realidad ese milagro de sacar adelante una subida (¡y ya van nueve!) en una población que apenas si tiene más habitantes que pilotos compiten en su prueba. Mérito de la muy entusiasta gente del Castrillón Motor Club y sus diferentes colaboradores, que volvían a superar con buena nota el compromiso de hacer que todo funcione de forma correcta, haciendo incluso el esfuerzo extra de añadir una manga más de entrenos libres, a la vista de que con menos de 30 coches en acción, iba a haber tiempo para ello incluso dando las salidas a minuto como suele ser habitual en esta prueba.

La parte alta de la lista presentaba la novedad de Javier Beteta en su debut al volante del Silver Car exFueyo como aliciente extra al presumible duelo por la victoria entre los BRC de Busta y Palacio. Ambos llegaban a Castrillón de forma muy distinta: Oscar aun dolorido y todavía con la escayola en su maltrecho pie, Fermín muy animado tras ser segundo en la subida cántabra de Toranzo y haber detectado, unos días antes, un error en el reglaje de la luz de cambio de su CM, que se encendía antes de la cuenta, lo que le hacía ‘meter marchas’ cuando el motor no estaba aun en las vueltas ‘buenas’, con la consiguiente ‘pereza’ del mismo para ‘irse arriba’ tan rápido como debiera.

Los muy altos cronos de ambos en la manga ‘extra’ de entrenos, con Palacio, en 2.28, dos segundos por delante … pero a siete de su record de la prueba en su configuración actual, alargada en su parte final hace dos años, eran tan o más engañosos que la igualdad que se traslucía de sus registros en los entrenamientos oficiales, ya los dos en 2.23 y Busta tres décimas por delante.

Y, efectivamente, la segunda oficial no significaba cambios en la lucha por la victoria, Busta volvía a rodar en 21, aunque unas décimas peor que antes, y Palacio mejoraba pero ni mucho menos lo suficiente, llegando hasta un 24.4 que le daba lo máximo a lo que podía aspirar dadas sus condiciones física, la segunda plaza. Un resultado que hubiese sido sorpresa con Oscar al cien por cien pero que era el más lógico dadas las circunstancias… unas circunstancias que no deben quitar mérito a lo rapidísimo que rodó Busta, con dos ‘ventiunos’ que incluso al mejor Palacio le hubiese costado trabajo contrarrestar, ¡lástima que ni siquiera pudiese intentarlo porque el duelo hubiese sido realmente bonito!  

Evidentemente, a parte de los dos contendientes por el título de campeón de la categoría I (no me acabo de acostumbrar a esto de que haya dos campeonatos… por mucho que me parezca realmente buena idea separar los títulos de monoplazas y carrozados), en Castrillón hubo más protagonistas y otras peleas igualmente interesantes. De entrada, destacaría el debut con podio de Javi Beteta con el Silver Car, imponiéndose, de inmediato’ al ‘segundo grupo’ de la categoría I, que en Castrillón era más reducida que en otras carreras y formaban sólo el F3 de Rafa Guardiola y los CM de Antonio Casal, Roberto Iglesias y Enrique Pérez. A todos ellos batió Beteta en todas las mangas, con la salvedad de la avería que le privó de marcar tiempo en la primera oficial. Ello llevo a Javier a una tercera plaza final conseguida hasta con cierta comodidad pese a tener que jugársela sólo a una carta en la segunda subida oficial. En ella, marcó un 2.27 que le puso fuera del alcance del Reynard de Guardiola, cuarto ya en 2.31 en una subida poco apta para el fórmula, especialmente en sus zonas más viradas, como la popular horquilla de Merou, en la que ‘trompeó’ en entrenos. Quinto, también a cierta distancia del anterior, terminó Antonio Casal, que batió a los dos Speed Car con su Silver, intercalándose entre los tres el primer carrozado, el EVO VIII de Manuel Antonio Pérez, que no dio opción alguna en la clasificación de la categoría II, siendo el más rápido, con claridad, en todas las mangas.

Tras el inalcanzable ‘Rayman’ si que había pelea, al menos sobre el papel, y además con trascendencia más allá de la carrera, ya que el campeonato de categoría II estaba en juego entre sus dos contendientes más asiduos este año: Rubén Bulnes y Alberto Ordóñez. Lamentablemente, no era el día de Alberto, que sólo podía hacer en condiciones la segunda manga de entrenos, en la que quedaba a menos de un segundo de Rubén y dispuesto a plantar batalla. Pero esas ganas de sacar el máximo y algo más de su afinado GT Turbo le acababan costando caras al rápido piloto de Nava Racing, que tenía una salida de carretera de esas que ‘asustan’ en la rápida zona final de la prueba, no pudiendo entrar en una derecha y acabando con su ‘soplillo’ azul impactando lateralmente contra los árboles del exterior, en un golpe ‘feo’ que, por fortuna, sólo deparaba daños de esos siempre reparables, los materiales.

Sin Ordóñez en liza, Bulnes no se veía muy inquietado camino de una segunda posición en carrozados que deja también el título de la categoría II en el aire hasta el Sueve, ahora con ventaja para el piloto del AX sobre el del GT Turbo.

Con sólo 22 clasificados entre las dos categorías, dejo para los pies de foto el comentar los resultados más destacados del resto de los que consiguieron alcanzar la meta en una prueba que se cobró su notable lista de bajas. Además del ya comentado golpe de Ordóñez, también ‘hicieron chapa’ el local Abraham Darriba (ya en la primera de entrenos) o el siempre entusiasta Adrian Soto, mientras que la mecánica dejó fuera a uno de los aspirantes a las primeras plazas en carrozados, el GT turbo de Eloy Reiriz.