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Los Brawn resurgieron en Monza y el doblete con Barrichelo por delante de Button deja a los dos pilotos del equipo inglés prácticamente como únicos aspirantes al título ante la nueva debacle de los Red Bull. El podio de Monza lo completó Raikkonen tras aprovechar el error en la última vuelta de Hamilton, que lideró al principio, no quiso conformarse con la tercera plaza y acabó saliéndose en su persecución imposible de Button.

Antes de Monza llevábamos seis carreras con seis vencedores distintos, pertenecientes además a cuatro equipos diferentes, lo que no dejaba de ser todo un contraste con el ‘monopolio Brawn’ del arranque de campeonato, sólo interrumpido fugazmente por el dominio bajo la lluvia de los Red Bull en China. Pero en la histórica pista italiana, los monoplazas blancos de Ross Brawn volvieron por sus fueros, y el doblete Barrichello-Button, unido al solitario punto sumado por Vettel y al enésimo episodio de mala suerte sufrido por Webber (sacado de la pista por Kubica ya en la primera vuelta) dejan ya el mundial poco menos que visto para sentencia… al menos en lo que respecta a saber de que equipo será el campeón 2009.

Barrichello consiguió su segunda victoria de la temporada y presenta candidatura al título

Button completó el doblete de los resurgidos Brawn y ya tiene a su compañero como casi único rival

Hamilton plantó cara a los Brawn a base de ir a dos paradas pero acabó pagando cara su ambición saliéndose en la última vuelta

La súbita pérdida de competitividad de los Red Bull, agravada por su penuria de motores que les obliga a ‘economizar kilómetros’ en los pocos nuevos que les quedan disponibles, ha acabado por descolgar de forma poco menos que definitiva tanto a Vettel como a Webber, dejando la lucha por el título en una pelea fratricida entre Button y Barrichello. Y aunque el británico cuenta aun con 14 puntos de ventaja gracias a su mucho mejor arranque de temporada, el brasileño es, ahora mismo, quien mejores resultados está obteniendo al volante del, de nuevo, muy competitivo Brawn, por lo que no pienso que el título esté, ni mucho menos, resuelto todavía. Desde luego, para Rubens este tiene toda la pinta de ser ‘el último tren’, y está claro que va a hacer todo lo posible por cogerlo. En un piloto como el veterano brasileño, en el que el rendimiento siempre ha ido tan unido a la motivación, esta no puede ser mayor y ello se está notando en las últimas carreras, en las que vuelve a dominar a su compañero de equipo como ya hiciese el año pasado, aunque entonces pasase desapercibido su duelo particular, luchando como estaban ambos por escapar de las últimas plazas con los desastrosos Hondas. Así que aunque el ‘desplome’ de las acciones de Red Bull nos prive de dos candidatos al título en el sprint final, no por ello este puede resultar menos interesante.

Un interés que en la carrera de Monza se centró principalmente en la desigual pelea entre Hamilton y el McLaren con los Brawn, que partían con mejor estrategia y la hacían valer pese al frenético ritmo de Lewis, de nuevo capaz de lo mejor y lo peor en el transcurso de una carrera. El todavía campeón mundial se había hecho el sábado con la pole a base de ir bastante más descargado que los Brawn, superando por poco a Sutil, otro de los pocos que, como el tercero en la Q3, Raikkonen, optaba cargar poca gasolina para ir en busca de la pole. El alemán tomaba el relevo de Fisichella como punta de lanza de los ya no tan sorprendentes Force India, y mientras el italiano cumplía su suelo de pilotar un Ferrari en Monza, aunque ello significase conseguir peores resultados que de no haber aceptado la llamada de Maranello, su antiguo monoplaza se mostraba de nuevo superrápido en una pista en la que su buen comportamiento en configuración de baja carga aerodinámica y la potencia del motor Mercedes volvía situarlo como uno de los mejores de la parrilla. Algo que aprovechaba también el sustituto de ‘fisico’ en el equipo hindú, Vittantonio Liuzzi, para situarse en una magnífica séptima posición, tremendamente meritoria si tenemos en cuenta que en los dos últimos años el extrovertido piloto italiano apenas si se ha subido a un F1, ‘sufriendo’ en la cada vez más ingrata labor de ‘piloto probador’ que le ha tocado suerte estas dos últimas temporadas.

Un simple vistazo a la parte alta de la calificación del sábado dejaba claro que los motores Mercedes estaban ‘en su elemento’ en ese todavía templo de la velocidad que, pese a las chicanes, sigue siendo Monza. Sólo el Ferrari de Raikkonen, tercero y a dos paradas, se mezclaba entre los seis monoplazas equipados con el propulsor de la estrella, entre los que los dos primeros, el McLaren de Hamilton y el Force India de Sutil, habían optado también por las dos paradas para la carrera, lo que hacía que, en tiempos corregidos en función de los pesos, los cronos de Kovalainen, con el segundo McLaren, y de los dos Brawn, con Barrichello otra vez delante de Button, fuesen en realidad los más competitivos.

Raikkonen sigue con su impecable segunda mitad de temporada y en Monza sumó su cuarto podio consecutivo

Los Force India volvieron a rendir muy bien, lo que aprovechó Sutil para acabar cuarto, pegado al Ferrari

Aun con el KERS, otra mala salida dejó sin opciones a Alonso, que al menos pudo ganar alguna plaza para acabar en una distante quinta posición

Tras ellos, Alonso situaba el Renault, que volvía a usar el KERS tan criticado por piloto y equipo a principio de año, en un paso atrás poco menos que obligado a la vista del rendimiento obtenido con el sistema de recuperación de energía por los que han seguido confiando en él, que no es sino una muestra más de que el equipo franco-británico no ha sido capaz en toda la temporada de dar con el camino adecuado para evolucionar al nivel de lo que lo han hecho otras formaciones, como McLaren, Ferrari (¡o hasta Force India1)… y ello pese a tener en sus filas al, en teoría, piloto más capacitado para hacer mejorar un monoplaza. Algo que, evidentemente, es más ‘leyenda’ que realidad, y no porque dude ni por un momento de las capacidades técnicas de Alonso, sino porque, pura y simplemente, hoy día la competitividad de un monoplaza deriva en mucho mayor porcentaje del trabajo de los ingenieros, de los resultados de las simulaciones y de los ensayos en el túnel de viento, que de las sensaciones o intuiciones, por geniales que sean, de quien se sienta al volante.

A la vista de los pesos de unos y otros, la carrera se presentaba como una especie de duelo tipo ‘liebre contra tortuga’ con los tres primeros de la parrilla, que partían mucho más ligeros y deberían hacer dos paradas, necesitando poner tierra de por medio al ritmo necesario para compensar su detención extra en boxes respecto a los que les seguían en las primeras filas de la formación de salida. A ello se unía el factor KERS que podía producir más de un cambio de posición en el largo sprint hasta el tremendo embudo que supone la primera variante, lo que no dejaba de ser hasta preocupante pensando en el peligro extra que podía suponer el que llegasen a tan estrecho paso demasiados coches más juntos de lo aconsejable para que todos pasasen sin incidentes. Por fortuna, o por la habilidad de los implicados, absolutamente nada ocurría y la arrancada era de las más limpias que uno recuerda en Monza, tal vez porque la elevación de los ‘pianos’ que delimitan la primera chicane disuadía muy mucho de caer en esos excesos de otros años que sólo significaban ‘cortar’ por la escapatoria sin más daños.

Desde la pole, Hamilton no partía nada bien, pero en cuanto alcanzaba la velocidad en la que el KERS podía entrar en funcionamiento conseguía cubrirse lo suficiente como para estar al abrigo del ataque de Raikkonen, que arrancaba con suficiente prontitud como para dar cuenta del Force India de Sutil gracias a la potencia extra proporcionada por el ‘botón mágico’. Los otros dos monoplazas con KERS en las cuatro primeras filas, el McLaren de Kovalainen y el Renault de Alonso, no podían sacar el mismo provecho del ‘artilugio’ debido a sus lentas salidas, lo que en el caso del finés significaba verse acosado por el Brawn de Barrichello, que le superaba en aceleración tras la primera variante. Un adelantamiento que Heikki intentaba ‘vengar’ de inmediato… lo que le costaba otras dos plazas, primero al tener que desistir de pasar a Rubens y, con ello, dejar la puerta abierto a Button, que le seguía de cerca con el otro Brawn, y luego al ser sorprendido por Liuzzi, que tras impresionar por su ritmo en calificación volvía a causar sensación en los primeros metros de carrera, demostrando no estar ‘nada oxidado‘en eso de las luchas cuerpo a cuerpo, pese a llevar tanto tiempo sin correr un gran premio. Ello dejaba a Kovalainen en una séptima posición que comprometía seriamente sus opciones de optar a un puesto de podio, algo que parecía a su alcance tras su muy notable prestación en la Q3. Alonso, por su parte, debía usar el KERS inicialmente más para defenderse que para atacar, luego de hacer patinar en exceso las ruedas traseras de su Renault en el siempre crucial momento de partir. Así que, en vez de ganar dos o tres plazas como esperaba, el español perdía terreno y posiciones, recuperando al menos estas últimas en dos excelentes adelantamientos a Vettel y Kovalainen que le situaban séptimo en la tercera vuelta. A partir de ahí, la carrera de Fernando sería un ‘recoger cadáveres’, avanzando plazas sólo a tenor de los abandonos que se producirían por delante, pero con un ritmo de carrera que mostraba las carencias del R29, muy lejano del marcado por los seis monoplazas que le precedían y que se traduciría en ceder más de medio minuto respecto al ganador, todo un mundo en una pista de la rapidez de Monza.

Kovalainen brilló en entrenos pero volvió a decepcionar en carrera, terminando sexto

Por segunda carrera consecutiva los BMW sumaron puntos, aunque esta vez sólo fueron los de la séptima plaza de Heidfeld

Los Red Bull se han ido a bajo en el momento crucial del campeonato, Vettel apenas si pudo hacerse con un punto

En cabeza, la escapada inicial de Hamilton era espectacular, con el británico sacando el máximo (¡y algo más!) de un McLaren rápido pero aun no al nivel de los mejores coches de la parrilla. El primer tercio de carrera de Lewis fue totalmente al límite, y con las gomas blandas su margen al llegar a la primera parada en boxes era de cerca de 7 segundos sobre los también ligeros Raikkonen y Sutil, y de 17 respecto al primero de los que iban a una parada, el Brawn de Barrichello. Insuficiente para volver a pista delante del brasileño y de su compañero de equipo, Button, que lo seguía a tres segundos. Además, ahora más cargado y con gomas duras, Hamilton iba a ser más lento durante varios giros que los Brawn, en proceso de ‘vaciar sus depósitos’ y poniendo tierra de por medio. Se abrían así dos luchas diferentes, por un lado las de los dos monoplazas blancos contra la ‘flecha plateada’, y por otro el duelo ‘en casa’ entre Rubens y Jonson, con el brasileño montando las duras y el británico las blandas, lo que le permitía acercarse pero, teniendo que entrar una vuelta antes a repostar, eso no le bastaba para superarle. Entre medias estaban el Ferrari de Raikkonen y el Force India de Sutil, cuyo ritmo era algo inferior al de Hamilton con lo que sus opciones de contener a los Brawn eran ya nulas a esas alturas

Una vez los Brawn hacían su única parada en boxes, emergían en pista de nuevo tras Raikkonen y Sutil, pero ya mucho más cerca, mientras el Ferrari y el Force India rodaban tan juntos en Monza como lo habían hecho quince días antes en Spa, entonces con Fisichella a los mandos del monoplaza de Vijahl Malja. Al igual que en la carrera belga, además, las estrategias de los dos equipos serían calcadas cara al último repostaje, y hasta ambos tendrían un segundo pitstop ‘complicando’, con Kimi arrancando a duras penas y Adrian ‘entrando pasado’ en el suyo, lo que derivaba en pérdidas de tiempo similares y el Ferrari de nuevo por delante al volver ambos a pista… pero ambos ya claramente superados por los dos Brawn. Lo mismo le había ocurrido apenas unos giros antes a Hamilton, al que el McLaren, más cargado que en el arranque de carrera y calzado con duras, ya no le permitía aumentar su ventaja sobre los Brawn al ritmo necesario como para que el ‘colchón’ fuese suficiente como para permitirle mantener el liderato tras su segundo paso por boxes.

Todo ello significaba que con todas las paradas en boxes ya realizadas, los dos Brawn lideraban como ‘en los buenos viejos tiempos’ de principio de temporada… con la única salvedad de que esta vez el que rodaba delante era Barrichello, que en todo momento controlaba la situación y no daba opción alguna a Button de amenazar su posición. De hecho, el británico tendría en los últimos giros que estar más pendiente de lo que tenía por detrás que de quien iba por delante. Porque Hamilton, inasequible al desaliento, no se conformaba con una más que honrosa tercera plaza, a escasos segundos de los dos monoplazas que habían mostrado, con diferencia, el mejor rendimiento en carrera, sino que, en ese estilo tan suyo de ‘todo a nada’, se lanzaba a una auténtica misión imposible como era alcanzar y superar al líder del mundial, del que le separaban algo más de tres segundos tras el último repostaje. Vuelta a vuelta, décima a décima, Lewis, pilotando totalmente al límite, iba recortado poco a poco la diferencia, pero el ritmo de ‘ganancia’ no iba a ser suficiente y a falta de un solo giro la distancia entre ambos estaba aun ligeramente por encima de un segundo. Aun así, Hamilton hacía un último y supremo esfuerzo, establecía el mejor parcial absoluto en el primer sector durante la vuelta final… y arruinaba su fantástico fin de semana al salirse en Lesmo y golpear contra las barreras, quedando fuera de carrera y ‘regalando’ un inesperado podio a la afición ferrarista, ya que Raikkonen heredaba de este inesperado modo la tercera plaza, con Sutil entrando en meta ‘a su rueda’ y todos haciéndolo en régimen de banderas amarillas al salir el safety car para el último giro debido al fuerte golpe del McLaren.

Fisichella cumplío el sueño de todo piloto italiano, pilotar un Ferrari en Monza...

...y su sustituto en Force India, Liuzzi, realizó un magnífico papel hasta que una avería le dejó fuera

A falta de cuatro carreras parece claro que el título ya va a estar sólo entre los dos pilotos de Brawn GP

El postrero e innecesario error de Hamilton hacía ganar un puesto a todos, empezando por Alonso que, pobre consuelo, igualaba de esta forma su mejor resultado del año, la quinta plaza de Australia. Sexto acababa un Kovalainen que volvía a defraudar en carrera tras haberse mostrado tan o más rápido que su compañero en entrenos. Séptimo era Heidfeld, sumando un par de puntos para esos BMW que, ahora que la marca de Munich ha anunciado su retirada, están rindiendo con mucha más dignidad que en las carreras previas a la inesperada noticias. Y el último punto era para Vettel, que al menos sumaba algo con el Red Bull pero, al mismo tiempo, poco menos que se despedía de sus opciones al título ante el doblete de los Brawn que le deja a 26 puntos de Button cuando sólo restan 40 por disputarse, una auténtica misión imposible sobre todo sabiendo que lo más probable es que le toque hacer uso de algún motor ‘extra’ con la consiguiente penalización que le hundirá en parrilla cada vez que ello ocurra.

Con Monza se acabó una temporada europea que ha estado llena de alternativas pero de la que, después de todo, salimos poco menos que como entramos, con Button de claro líder y los Brawn dominando. Ahora quedan las cuatro carreras finales en escenarios tan dispares como Singapur, Japón, Brasil y Abhu Dhabi para acabar de decidir un campeonato ‘extraño’ y, tal vez por ello, mucho más interesante de lo que los números de la clasificación general puedan hacer pensar. Ello hará que aunque la lucha por el título no vaya a ser, muy probablemente, tan cerrada como nos gustaría, no vayan a faltar aun sorpresas de aquí a final de campaña. Y si no hay noticias en la pista, seguro que las hay fuera, que de esas este año, buenas (pocas), regulares, malas y hasta peores, no están faltando, por desgracia.